Desarrollo histórico de la Revolución Francesa

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA UNIVERSAL
TEMA 4. LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
La revolución Francesa. La revolución francesa supuso la primer de un ciclo de revoluciones liberales
interrumpidas por el interregno del periodo absolutista que hubo a partir de 1815. Se partió de una situación
de monarquía absoluta que es la que ostentaba la corona de Luis XVI y regresa a ese régimen político con
Luis XVIII tras el congreso de Viena. De 1815 (1F), un viaje de ida y vuelta que dejó un enorme bagaje
político e intelectual.
Esta 1ª etapa revolucionaria podemos articularla en tres fases distintas, un primer fase de paso de la monarquía
absoluta a la monarquía constitucional (1789−1792) que consistió en una fase de asamblea constituyente
seguida de una asamblea legislativa hasta el golpe de termidor de 1792. Tras esa primera fase le siguió la I
república francesa que tuvo una etapa similar la de la revolución americana que fue la
convención(1792−1795) y otra hasta 1799 que fue el directorio que supuso una especie de rectificación de la
etapa anterior. La tercera fase es la conocida etapa dictatorial que protagonizó Napoleón Bonaparte hasta 1815
y la progresiva restricción de derechos y libertades que tendió el puente a la etapa absolutismo que le sigue.
La situación de partida la constituyó una "revuelta" contra el absolutismo. Pero nos referimos a la oposición
que plantearon los estamentos a la concentración de poder por parte del rey y en concreto de las clases
privilegiadas a la emergente burguesía que estaba acaparando cada vez más riqueza y a la burocracia
desarrollada por el monarca. Este enfrentamiento tiene lugar dentro de la reforma que está suponiendo el
desarrollo del despotismo ilustrado, llevó a cuestionarse el orden establecido, todo ello en un clima de crisis
económica de doble sentido. Por un lado, crisis de subsistencia de la población, y por otro, crisis financiera del
estado, altamente endeudado, sin ingresos y que necesitará aún más para sufragar los costosos gastos militares
y de defensa de los mercados, agravado todo esto por el hecho particular de que las clases nobiliarias estaban
exentas de pago. La solución pasaba, evidentemente por gravar a estas clases privilegiadas que se negaron y
se "revelaron".
Las clases privilegiadas, convocaron los estados generales(2F) como órgano de defensa, medida esta
excepcional si tenemos en cuenta que estos estados generales no se convocaban desde 1615! Este foro era
donde se tenían que aprobar los auxilios económicos extraordinarios para el monarca. Era un órgano por tanto
sin actividad política alguna, tan sólo canalizaba las peticiones de tipo casi particular. Así pues las clases
privilegiadas pretendían recuperar a través de esta convocatoria las prebendas de su pasado feudal, como eran
las atribuciones jurisdiccionales, el control de los gastos públicos y el monopolio de los cargos públicos en
detrimento de la burguesía. Era pues una revuelta antiabsolutista, pero a la vez privilegiada y en contra del
tercer estado (pueblo llano y burguesía). Así que el rey concede la convocatoria de los estados generales
siguiendo la norma establecida de que cada estamento presentase su cuaderno de peticiones. La novedad la
supuso el que el tercer estado eligió un número de representantes igual a la suma de los otros dos y no tres
partes iguales como pretendían los poderosos para poder seguir ostentando una representación mayoritaria con
el apoyo de la corte.
1ª Etapa: La monarquía constitucional (Jul.1789− Ago.1792). Podemos dividir esta etapa a su vez e dos
fases, por un lado la fase en que la asamblea define la constitución (La asamblea constituyente 1789−1791) y
la regida por una asamblea legislativa (Oct.1791−Ago.1792). Veamos cómo transcurrió cada una de estas.
De la fase de la asamblea constituyente, analizaremos cuatro aspectos:
• La revolución de 1789
• La creación de la monarquía constitucional
1
• El desarrollo de la economía capitalista y del estado liberal.
• El ocaso de la monarquía y el paso a la 2ª revolución.
Cada estamento se creó distintas expectativas, siendo los de todos antiabsolutistas, las motivaciones eran bien
distintas, para el tercer estado, las limitaciones del poder real eran deseadas en tanto en cuanto esto supusiese
mejora del propio estamento, con el matiz de que a las clases burguesas adineradas una limitación relativa de
estos poderes les bastaba ya que de hecho contaban con el poder económico. Para que los estados generales
fuesen auténticamente antiprivilegiados, aquellos deberían ser representativos de la ciudadanía y no de los
estamentos. En Mayo− Julio de 1789 se iniciaron las maniobras políticas para atraer en este sentido a los
sectores más progresistas de los privilegiados y a los descontentos del clero para imponer una constitución que
acabase con el régimen feudal (juramento del juego de pelota)(3F). El rey cerca con su ejército el palacio de
Versalles y parís. Los estados generales, se transforman pues en una asamblea constituyente en la que se pasa
del voto por estamento a reconocer la soberanía nacional. Así el 4 de ag. (4F) los estamentos privilegiados
acceden a significativas renuncias, si bien con la implícita voluntad de bloquear y entorpecer el proceso en su
ejecución, tales como el fin de los derechos feudales o los diezmos eclesiásticos. Se otorga al rey el título de
renovador de las libertades. Al mismo tiempo en que todo esto acontece, está teniendo lugar una revolución
municipal, ya que la condición de crisis agrava la situación de los contribuyentes y de las clases populares, así
el 14 de Julio había tenido lugar la toma de la bastilla (símbolo del absolutismo desde tiempos de Richelieu)
cuyo primer efecto inmediato es que el rey levantó el cerco de la asamblea y de la ciudad de París (5F). Estas
revueltas callejeras si bien transcurrían ajenas a la revolución política de Versalles, no era sino el factor que la
empujaba. A resultas de esa revolución municipal, los sectores burgueses, con el apoyo del pueblo de París,
tomará el poder local, crearán una guardia nacional que defienda los intereses de esta revolución. Con todo
esto el rey no tiene más remedio que reconocer el poder de la asamblea y comienza a sancionar sus decretos
en Oct. de 1789 y apruebe la declaración de derechos y deberes cuando es forzado a trasladarse a París desde
Versalles (6F) hasta que se apruebe la nueva constitución. No hay que perder tampoco de vista que
paralelamente a esta revolución urbana, en el campo, estaba teniendo lugar otra revuelta no menos sangrienta
que exigía la supresión de los derechos feudales y por el bandidaje de los grupos paramilitares financiados por
los señores en represalia por los progresos revolucionarios. Esto se conoció como el gran miedo (Le Gran
peur) del verano de 1789 (7F). Esto motivó en una gran medida la claudicación (de boquilla) del alto clero y
de los terratenientes que tuvo lugar en agosto como vimos en 4F.
El estado generalizado de revuelta posibilitó lo legislado en la asamblea y a su vez ampliaron sus contenidos
revolucionarios. Así el proyecto liberal, con la abolición de los derechos feudales del 4 de agosto, la
declaración de derechos del 26 de agosto y la confiscación de bienes de la iglesia de noviembre. No obstante
con el reconocimiento del os derechos naturales, coexiste el reconocimiento de ciudadanos activos y pasivos a
los que no se les reconoce derechos políticos.
La abolición del régimen señorial supone el fin de la servidumbre, de los diezmos y de los privilegios fiscales,
si bien los grandes señores conservan sus propiedades y el diezmo es sustituido por pequeños impuestos de
carácter estatal. El 2 de noviembre, como medida para paliar el enorme descubierto en la deuda del estado, se
nacionalizan los bienes de la iglesia para venderlos en pública subasta (no para repartirlos entre los
campesinos). Lo mismo ocurre con los bienes públicos como bosques o dehesas. Una vez más se observa el
carácter liberal no democrático de las resoluciones que beneficiaron de forma clara a la burguesía mercantil.
La medida fue contraproducente, pues todo del papel moneda que se creó contra la garantía de estas
enajenaciones, fue a para a las manos de esta burguesía e inició un proceso inflacionista galopante que agravó
aún más si cabe la situación de la mayoría (8F).
Políticamente, la revolución se mueve hacia zonas templadas, y son las no radicales los que controlan la
asamblea. Esta zona templada busca un acuerdo o compromiso con la nobleza. Acuerdo este apoyado por el
monarca que lo necesita para subsistir como monarca constitucional. Se llega pues a este compromiso de
reforma económicas y sociales pero que como contrapartida mantiene a la nobleza en el poder político. Este
equilibrio de plasma en la constitución de 1791 (9F):
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• Declaración de derechos. Que tiene como base la declaración de derechos de agosto de 1789. Los derechos
naturales, inalienables y sagrados son: el derecho a la libertad definida de forma abstracta; el derecho a la
propiedad, sólo limitado en caso de necesidad pública y tras indemnización; el derecho a la igualdad, ante
la ley, contributiva y al desempeño de cargos públicos, pero mantiene determinadas exigencias de nivel
contributivo y económico para la participación electoral.
• La división de poderes. Predominio del poder legislativo de representación unicameral elegido por dos
años. El legislativo seguiría encabezado por el rey que elige a sus ministros y el judicial encabezado por el
tribunal supremo con jueces elegidos y tribunales populares.
• El sufragio será censitario e indirecto. Se elegirá a 45.000 delegados que serán los que elijan a su vez a los
miembros de la asamblea, jueces, obispos.
El fin de la asamblea constituyente a mediados de 1791, da paso a la primera asamblea elegida en Octubre de
1791. La asamblea legislativa que durará un año tan sólo.
Este predominio que alcanzó la alta burguesía gracias al acuerdo con la nobleza tuvo, como tanto insistimos,
un carácter liberal que no popular. Esto tuvo como consecuencia el desarrollo del capitalismo y de su
burguesía capitalista, la reforma fiscal frente a los privilegios, basado en la igualdad y el reparto proporcional
a los recursos, la reforma de la administración en su conjunto, la reforma territorial (En 83 departamentos
divididos a su vez en distritos) y la reforma eclesiástica que más que una intención anticlerical, tenía un afán
intervencionista y organizativo como demuestra el hecho de que una vez suprimido el diezmo y expropiado el
patrimonio de la iglesia, el estado se hace cargo de la manutención del culto y del clero. La iglesia se convirtió
en un funcionario público, y todas las órdenes religiosas no relacionadas con la enseñanza fueron abolidas.
Todo esto se compendiaba en la Declaración Civil del Clero del decreto de 12 de Jul. de 1790(10F) (antes de
la constitución) que tuvo una acogida muy conflictiva, ya que se pretende que los párrocos y obispos juren la
constitución una vez elegidos por el pueblo como funcionarios que eran. Si bien reconocían la autoridad
(moral) del Papa, este condena la medida y se origina un cisma entre los que juraron (50% de clero
constitucionalista) y los que no (los refractarios, 100% de los obispos y 50% del clero). Gran parte de los
católicos practicantes vieron con malos ojos esta "intromisión".
Entramos pues en la fase de fracaso de la monarquía y de tránsito hacia la segunda revolución, cuando el
régimen (el rey) perdió los pocos apoyos con los que contaba al fracasar este compromiso constitucional entre
la nobleza privilegiada y la burguesía aspirante a esto privilegios. El sistema tenía un tinte demasiado
conservador por parte de los nobles y altos burgueses y de esta forma el tercer estado pudo atraerse a los más
radicales (proabsolutistas por un lado y republicanos por otro). El protagonismo de la asamblea y la limitación
de las atribuciones del monarca satisfizo a la burguesía pero no a las clases populares. Se produjeron
enfrentamientos entre dirigentes revolucionarios y entre las facciones extremistas, el rey fomentó estas
fricciones alentando al sector absolutistas. Luis XVI protagonizó un intento de huida en Junio de 1791,
capturado y de regreso, las facciones más extremistas de la asamblea piden que sea juzgado, pero la mayoría
moderada intenta fingir un secuestro para proteger su imagen. La monarquía constitucional está cuestionada
desde el momento que todos están convencidos de que el rey conspira para recabar ayuda extranjera y acabar
con la revolución (11F). De esta forma el acuerdo entre la alta burguesía y la nobleza no satisfacía ni al rey y
sus absolutistas, ni a la baja burguesía, ni al clero ni a los campesinos y clases populares urbanas. Para colmo,
la solución económica que se adoptó fue la de confiscación y venta, como vimos, pero el proceso (valoración,
desamortización, venta y recaudación) era tan lento que aumento momentáneamente la deuda y la crisis. La
subida de los precios que comentamos. La reforma fiscal, tampoco satisfizo a nadie, a los que no pagaban y
debían pagar ahora, ni a los que pagaban antes y consideraban que ya no debían pagar. En definitiva, ningún
respaldo en una mala, coyuntura económica. Esta etapa estaba condenada al fracaso. Hagamos un paréntesis
para analizar como fue la revolución urbana (sobre todo en París).
La política de la asamblea favoreció más a las clases medias que a las clases populares y urbanas. Las clases
populares urbanas sufrieron con la liberalización capitalista que ahogó a los pequeños comerciantes que
estaban antes protegidos por los precios y os gremios, desde los estallidos del verano de 1789, la movilización
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urbana contra el rey y la asamblea sirvió para presionar al poder central y adquirió representación en el ámbito
local. Surgieron una serie de foros, clubes políticos, prensa.. que condujeron a la creación de asociaciones que
defendían los intereses de estos grupos urbanos. Son los comités legales, y uno de especial relevancia fueron
los Jacobinos y los girondinos, que funcionaron a modo de incipientes partidos políticos. En 1792 los
Jacobinos se izaron al poder, en representación de los que se autodenominaban "sans culottes". No son un
grupo homogéneo, sino que está integrado por obreros, jornaleros, tenderos y artesanos, pero sí lo eran sus
pretensiones políticas: igualitarismo social, derecho de la propiedad orientada al disfrute social, defensa de la
pequeña propiedad y el derecho a la existencia (no morirse de hambre) relacionada con el derecho al trabajo,
derecho ala instrucción, a la atención social y al intervencionismo del estado para regular los precios y salarios
frente a la economía liberal burguesa de la constitución de 1791. Se oponían a la idea de democracia liberal y
sí propugnaban la democracia asamblearia directa usando métodos plebiscitarais, o que se antoja harto
complicado y poco coherente en su conjunto de forma que aparecieron las primeras disensiones entre las
masas obreras y las clases bajo burguesas que integraban estos grupos.
Las medidas emprendidas por la asamblea generaron también descontentos de las masas campesinas. La
abolición del régimen señorial con las expropiaciones y sus consecuentes indemnizaciones indignó a muchos
y llevó a un enfrentamiento digno de una guerra civil entre campesinos y propietarios aristócratas. Los
revolucionarios también presentaban en este caso un frente heterogéneo, integraban sus filas, pequeños
propietarios, aparceros, arrendatarios, todos ellos mantenían un programa revolucionario que coincidía en la
abolición del feudalismo y en la defensa de la igualdad y del derecho de la propiedad y a la existencia, que en
términos agrarios se traducía en justas tasaciones del grano y reclamación de salarios dignos. Enfrente, la
aristocracia y la alta burguesía.
Ante este panorama la asamblea, de mayoría girondina (representantes de la burguesía propietaria) opta por
exportar la revolución para llamar la atención sobre otro tipo de problemas y siguiendo su carácter
universalista adopta medidas defensivas para protegerse de potencias absolutistas como Austria y aislar de
paso a los contrarrevolucionarios quintacolumnistas. Un grupo reducido se opondrá a esta escalada de
expansionismo, pero se declaró la guerra a Austria el 20− de abril de 1792, pero el devenir de los
acontecimientos marcará la estrategia que se siguió a partir de ese momento. El ejército francés es derrotado y
austríacos y prusianos entran e territorio francés. El movimiento popular se revitaliza sobretodo en París y se
moviliza a la nación (entrada de las tropas marsellesas en París para defender la revolución Jul. 1792 (13F)).
El 10 y 11 de ag. De 1792 se sublevan las clases populares toman el ayuntamiento y asaltan las Tullerías,
instaurando un gobierno régimen municipal revolucionario (comuna) frente a la asamblea y encarcelan al rey
y a su familia. La presión popular provoca que la asamblea derogue la constitución, y convoque una nueva
asamblea constituyente (la convención) por sufragio universal masculino directo. La convocatoria de esta para
frenar a los Austríacos tiene sus frutos en Valmy (15F) un mes después ("La nación en armas"). Los radicales
tienen de este modo las llaves del poder. Esta segunda revolución de agosto del 92 tiene un carácter a la vez
de popular y de exaltación del sentimiento nacional.
2ª Etapa: La I República (1792−1799). Tuvo a su vez dos fases, la fase de la convención− hasta 1795−, y la
fase del directorio hasta 1799.
La república se proclamó el 21 de septiembre de 1792 (14F), como primera medida de la recién electa tercera
cámara parlamentaria (la convención). La constitución de la convención pasó por tres fases o momentos:
• La convención girondina. (Sept. 92 a jun.93).
• La convención jacobina (Jun.93 a Jul.94)
• La convención termidoriana (Jul. 94 a 1795).
• El directorio (1795 a 1799)
La composición de la cámara varió, pero la naturaleza de los grupos que la integraban eran por un lado los
girondinos, representantes de la burguesía propietaria y de los comercios, partidaria del librecambismo,
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liberalismos y del federalismo. Eran elitistas y expansionistas. Fueron mayoría como grupo definido en un
principio pero convivían con los jacobinos "de la montaña"−por su ubicación física en la cámara− que
representaban a los burgueses radicales de clase media, que tenían el apoyo de los sans culottes, de
orientación popular y centralista (Parisina) que fueron cobrando cada vez más peso y relevancia en función de
los apoyos del tercer grupo, la "llanura", o también "el centro del pantano", que apoyaba a unos u otros según
conveniencia y que definían el signo de la cámara ya que eran la mayoría (400 de 750).
• La convención girondina. (Sept. 92 a jun.93). Fue partidaria de exportar la revolución, como medio de
desactivar el movimiento revolucionario, al menos en su versión dual comunas/cámara legislativa. Por ello
pactó con sectores oligarcas y centró sus esfuerzos en ganar la guerra para afianzarse en el interior. Pero los
acontecimientos los desbordan. Las derrotas en las batallas y la crisis económica sigue con su escalada de
precios, y el pueblo clama por el control de precios, racionamiento, moneda, requisas y distribución de
bienes. No pudiendo contener a los sectores más radicales, ejecutan al rey 21−1−93 (16F) por muy pocos
votos de diferencia. La leva forzosa de 300.000 jóvenes provoca revueltas como la de La Vendeé (16F). En
Marzo se instaura el comité de salvación pública como órgano de control de la delicada situación interior y
exterior. En un principio dirigido por Danton, conciliador y moderado caerá en manos de Robespierre que
no dudará en utilizar métodos propios de la Gestapo. Las medidas draconianas impuestas por este desde el
comité llevó a una situación de guerra civil al enfrentarse abiertamente a los dirigentes girondinos. El
proceso se radicaliza, se decreta la pérdida de ciudadanía de los huidos y se expropian sus bienes.
• El descontento y caos general, motivan el apoyo de los sectores neutros a la facción radical. Así, el juicio y
condena a muerte de los 21 dirigentes girondinos no supone más que un golpe de estado (los que
consiguieron escapar declararon la guerra a los jacobinos) que inaugura el periodo de la convención
jacobina cuya principal característica no es más que el predominio del terror. En un principio, estos
burgueses de clase media aupados por el apoyo popular de los sans culottes suponía ser un régimen político
que intentaría instaurar la democracia, que matizaría el liberalismo económico e introduciría un cierto
intervencionismo para proteger a las masas populares, pero en la práctica, basándose en la máxima de que
el fin justifica los medios y usando el comité de salvación pública como instrumento de limpieza de
contrarrevolucionarios, instauró un régimen dictatorial basado en el terror. Esta convención tiene éxito a
corto plazo, pero pronto se pondrán de manifiesto la divergencia de interese entre los dos pilares del
sistema, los pequeño burgueses y los sans culottes Entre tanto, en Junio de 1793 se promulgó la nueva
constitución que no se llegó a aplicar, y que constituía un medio más propagandístico que eficaz. Esta
constitución propugnaba:
• República democrática y social (soberanía popular)
• La declaración de derechos que amplia la igualdad social. Defensa de la propiedad privada pero no
absoluta, sino que implicaba una igualdad social relativa y se contemplaban las expropiaciones en pos
del bien social.
• Primaba el poder legislativo de la cámara, que supervisaba el poder del ejecutivo colegiado. Los
tribunales serían populares.
• Sufragio universal directo (siempre masculino)
2. (Cont) Esta constitución supone un avance (cualitativo) en pos de la total democratización pretendida sobre
todo por los sans culottes pero resultó poco práctico como ya hemos comentado, ya que para que el proyecto
tuviese éxito se necesitaba la integración de la media y baja burguesía, y esta no se produjo.
(17F) La situación se agrava en sus facetas de guerra y conflictividad interior al producirse la leva en masa
(23−8−93) y la ley de máximas para los precios para intentar paliar la miseria (Lyon en armas y en manos de
los monárquicos en octubre). Se llegó a una concentración del poder en manos de los comités revolucionarios
(régimen de excepción extraconstitucional de diciembre del 93) ante las revueltas generales propagadas por
los girondinos. De esta forma, mediante este decreto de constitución del gobierno revolucionario, la cámara
queda supeditada al comité de salud pública que tiene el poder político y militar y suspende de hecho las
libertades en salvaguarda de la seguridad nacional. El poder interno queda en manos del comité de seguridad
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nacional que dirige a su vez la policía política, los comités revolucionarios locales y la red de informadores
"comités de vigilancia" de cada comuna. La red stalinista es oficial. Al entrar en vigor la ley de sospechosos
(9−93) se permitieron más de 300.000 detenciones de los cuales más de 40.000 fueron ejecutados (unos
17.000 sin proceso siquiera) entre ellos destacados dirigentes jacobinos revolucionarios como Danton, Luis
Felipe II duque de Orleans o René Herbert. El terror no fue sólo político sino de orden moral también, se
asistió a una descristianización de la sociedad y se adoptaron ritos revolucionarios, siendo el más
característico la sustitución del calendario gregoriano. Esta política sólo sirvió para enfrentar más a las
distintas facciones. El intento represivo de Robespierre tanto a izquierda como a la derecha de sus postulados
le dejó sin apoyos hasta que el sostenimiento del régimen jacobino de los comités se sustentaba tan sólo en la
seguridad nacional justificada por los reveses militares y en el mantenimiento del terror que sufre una
reactivación en el verano del 94 (Ley de la eliminación de la asistencia jurídica a los acusados) (18F). Pero el
signo de la guerra cambia después de la batalla de Fleurus (26−6−94) en la que las tropas francesas derrotan a
los austríacos tomando los países bajos austríacos. Esto garantizaba la seguridad del país y dejaba sin
justificación al gobierno para seguir imponiendo la dictadura. Se impulsó el golpe de estado del 27 de Julio
del 94 (mes de termidor) y se ejecuta a Robespierre y a Saint Just dando paso a la convención termidoriana.
• La convención termidoriana. (Jul. 1994−1995). Este nuevo giro en la convención supone l triunfo de la
revolución burguesa frente a la radical, del conservadurismo frente al liberalismo democrático, y busca, de
nuevo, un punto intermedio entre la revolución popular y la contrarrevolución en un régimen de notables
que tendrá su continuación en el directorio. Es el triunfo de la llanura y de los sectores moderados para
restablecer una política de orden. Es una vuelta a los principios de la revolución de 1789 pero en su versión
conservadora. Esta versión exigía una redefinición de la constitución y se plasmó en la constitución de
1795.
• Así esta constitución define Francia como una república de notables; declaración de derechos "... y deberes"
suprimiendo cualquier orientación social e igualitaria de la constitución de 1793 y la utópica del 89. Los
derechos naturales del hombre se convierten en derechos en sociedad. Se desmembra el poder asambleario
y se refuerza el del ejecutivo. El legislativo será bicameral, con cámara alta (consejo de ancianos) que
controla la cámara de los quinientos. El ejecutivo está en manos de un directorio de cinco notables de los
que se renueva uno por año. El sistema electoral vuelve a ser por sufragio censitario e indirecto. Dentro de
este periodo del directorio que duró hasta 1799, sólo hubo un intento jacobino durante la primavera del 95
de reimponer los principios de la constitución del 93 aprovechando la crisis y el hambre con el apoyo de los
obreros y de las clases bajoburguesas. Esta revuelta bajo el lema "pan y constitución del 93"(19F) estuvo
mal organizada y fue severamente reprimida por la guardia nacional y el ejército. Se detuvieron a sus
dirigentes y con este intento desapareció la figura de lo san culottes. El otro intento desde la izquierda no
tan importante como el anterior y fue en febrero de 1796 de la mano de Babeuf y su "conspiración de los
iguales", consistió en una propuesta de comunismo primitivo que tuvo importancia en algunas ciudades
como parís aunque no consiguió atraerse a las clases obreras. Este intento socializante se volverá recurrente
a lo largo de la historia. También el directorio sufrirá ataques desde la contrarrevolución, aunque estos están
divididos entre los nostálgicos absolutistas del antiguo régimen y los realistas de la constitución del 91. Este
intento de octubre fue exitosamente reprimido por un joven general de 26 años llamado Napoleón
Bonaparte. Los termidorianos se convertirán en los dictadores de una república burguesa, para ello fue
necesario la articulación de un bloque social que apoyase estos principios: Reactivar el entendimiento entre
burguesía y aristocracia. La república del directorio se articuló sobre una base reducida poco representativa
de toda la burguesía, fragmentada y en el que parecía cobrar protagonismo la facción realista. El directorio
aplicó el recurso de falsear el sistema y se apoyó en el ejército para reafirmar esta débil base. Así el ejército
se convierte en el eje de la república, no sólo por su dependencia para mantener a raya a las fuerzas de la
coalición de gobiernos monárquicos, sino para mantener el orden en el interior. Con el orden social llegó la
supervivencia económica del país. El ejército extendió y difundió las ideas revolucionarias y creó una serie
de repúblicas escudo que aseguraran la república y el directorio a la vez que eran expoliados por Francia.
Así se benefició ña economía francesa entre 1795 y 1799. Dado que el país era políticamente inestable, el
directorio recurrió al falseamiento de la realidad constitucional mediante la aplicación sucesiva de leyes de
excepción y manipulación de los resultados electorales. En las elecciones de 1797 ganaron los realistas,
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depuestos por golpe de estado militar, y en la de 1799 los jacobinos depuestos por el golpe de Napoleón del
10 de noviembre (18 brumario). Tras la fachada de un sistema constitucional liberal (constitución de 1795),
se utilizaba la fuerza del ejército para evitar cualquier injerencia de derecha o de izquierda. Los generales se
convirtieron en árbitros de la situación. Así s explica la ascensión de Napoleón, de cónsul provisional en
1799 a primer cónsul 1800, cónsul vitalicio en 1802 y emperador en 1804.
3ª Etapa: La dictadura de Napoleón (1799−1815).
Veremos las dos fases del periodo:
• El consulado (1799−1804)
• El imperio (1894−1815)
La escalada social de Bonaparte, no deja de tener tintes épicos, desde muy joven se gana un enorme prestigio
en la guerra contra los países de la coalición en Italia y regresó en 1797 como salvador tras su campaña de
Egipto. En 1799 protagonizó un golpe de estado y establece un nuevo régimen bajo su persona como jefe del
ejecutivo (primer cónsul) en 1800 por un periodo de diez años. Periodo que queda en suspenso al ser
nombrado cónsul vitalicio en 1802 y autocoronarse emperador en 1804. Fue este un período de continuos
cambios e los procesos constituyentes, pero sin debates parlamentarios al uso, sino proposiciones que se
aprobaban en plebiscitos populares. Plebiscitos que serán manipulados durante todo el s. XIX ya que no
existía una opinión pública concienciada.
El sistema político de Napoleón no puede catalogarse de otra forma que Bonapartismo. En este sistema
primaba, como es de esperar, el poder ejecutivo, y se centraliza el aparato estatal con una administración
omnipresente en una sociedad muy estratificada y rígida. Una dictadura, una democracia cesarista, o un
sistema liberal autoritario, en definitiva un sistema autoritario, que tiene una fachada de formas e instituciones
liberales que le sirve para realizar las reformas económicas y sociales liberales no democráticas. No se
reconoce el derecho de expresión en un sistema que parece una vuelta al despotismo ilustrado. En cuanto al
constitucionalismo napoleónico, indicar que se suprimen los derechos naturales y se establecen los derechos
reconocidos por la ley (la ley da y quita los derechos), reconoce la libertad individual, la igualdad legal y la
defensa de la propiedad. Defiende una división de poderes de forma aparente, el ejecutivo controla al judicial
y designa a los miembros de la alta cámara imperial, mantiene la iniciativa parlamentaria y puede emitir
decretos con rango de ley. El legislativo está divido en sistema de varias y complejas cámaras. El sistema
electoral será por sufragio directo y desnaturalizado consistente e que los ciudadanos proponían un grupo de
representantes entre los grandes contribuyentes de entre los cuales el poder central elegía a los representantes
en las instituciones. En los plebiscitos extraordinarios se reconoce el sufragio universal masculino.
El reformismo napoleónico, consistió en sistematizar el control utilizando la administración como
instrumento. La administración se convirtió en un órgano político esencial. La instrumentalización se basaba
en la policía, la instrucción pública, las obras públicas. Las reformas que se realizaron para consolidar los
principios revolucionarios fueron:
• La codificación de las leyes para simplificar la complejidad del sistema de códigos del antiguo régimen que
consistían en una amalgama de códigos sin relación necesaria entre ellos. Se dita así al código civil de un
corpus que ayuda a reafirmar y consolidar los principios del nuevo orden y unificar a toda la ciudadanía
frente a las particularidades territoriales como ocurría en los demás regímenes liberales europeos de l s.
XIX. De estos cinco códigos, el más importante fue el código civil de 1804(3− 1804) (22F), que aplica
principios basados en el derecho romano, del antiguo régimen y de la revolución: Libertad individual,
igualdad legal, derecho a la propiedad, se reconoce el matrimonio civil y el divorcio, pero limitaba aún los
derechos de la mujer relegándolos a los del padre o marido al igual que ocurría con los hijos menores. Este
código civil fue muy importante en la difusión de las ideas revolucionarias por Europa.
• La reorganización de la administración pública. La administración territorial, las fuerzas de orden público,
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la justicia, la hacienda, se reformaron predominando una línea de centralización como principio y
estableciendo una jerarquía escalonadamente responsable. La administración territorial se organizó en
municipios, distritos y departamentos, al frente de cada cual había una autoridad (prefecto?) todas ellas
dependientes del ministerio del interior.
• El saneamiento económico y financiero. Se comenzó a saldar la enorme deuda pública y se regulariza el
sistema fiscal eliminando las exenciones de impuestos, primándose los impuestos indirectos. Se creó un
cuerpo de funcionarios del estado y se crea el banco de Francia que va a tener cierta entidad estatal, se
estabiliza la moneda y en 1803 comienza a circular el franco germinal.
• El tema religioso. Se acabaron con las políticas anticlericales, aunque se afirmaron en la libertad religiosa y
el laicismo del estado. Se procuró un entendimiento con la iglesia (concordado de 1801). Según lo acordado
en 1801, la iglesia reconocía lo perdido en la revolución, privilegios como estamento, los diezmos y las
propiedades desamortizadas, a cambio de obtener la financiación estatal para su sustento, y a cambio
también de que se les reconozca el derecho de recibir donaciones y la devolución de los lugares de culto
que no hubiesen sido vendidos todavía. Se reconoce que la religión católica es la de la mayoría de los
franceses, a los que se concede la libertad de profesar públicamente su fe y de crear escuelas religiosas
municipales. Este concordato suponía en inicio de la reconciliación Iglesia vs principios liberales, e incluso
permitió contar con el clero como instrumento de control. Se elaboró un catecismo para el imperio francés
en el se recogían las obligaciones religiosas y civiles, y e las escuelas religiosa municipales, la enseñanza
no iba en contra de los planteamientos del estado.
• El sistema educativo. Fue público en los niveles medio y superior y se creó una institución fundamental en
el ámbito de enseñanza secundaria: Los liceos. De estudios estrictamente seculares, estructurados de un
modo centralizado a través del estado que debía servir para formar a la elite de la administración del
ejército y del estado. No era obligatoria por tanto tenía carácter privado. Se regían por una disciplina
militar, con un rígido plan de estudios y fue un pilar básico para contar con gente capacitada en el
desempeño de los cargos públicos.
• Apuntar también la aceptación de una serie de rituales, símbolos y premios que buscaban ganarse el apoyo
social y popular. Se creo una corte imperial con la familia Bonaparte, se establecieron dignidades
honoríficas (en principio)siguiendo el modelo carolingio del s.IX . En 1804 se fija la etiqueta palatina y se
va creando una nobleza imperial, honorífica y personal en un principio, y que irá dotando de rentas y
adquiriendo el carácter hereditario después. Se establece la legión de honor para premien a los ciudadanos
que se distingan.
Todo este régimen mantenía uno de sus pilare s en el populismo napoleónico, y sin este no se puede explicar
la estabilidad relativa de este periodo. Aparte del autoritarismo del régimen, se utilizó todo el aparato
informativo para hacer una eficaz propaganda. Esta propaganda consiguió por un lado la pacificación interior
ayudado por el hecho de que el pueblo francés estaba ya bastante cansado de la época de revueltas e
incertidumbre y por la desaparición de las facciones más radicales. Se consolidaron los logros revolucionarios
y se eliminaron los últimos focos disidentes combinando hábilmente represión y amnistías. A su vez los
logros militares en el exterior contribuyen al surgimiento de un orgullo nacionalista que fue muy difundido
por el aparato de propaganda, y además se contó con una coyuntura económica favorable, en la que se
reactivó el comercio y la industria hasta 1817. Desde un punto de vista social, Napoleón elevó a la burguesía a
la condición de clase dominante y desde el punto de vista político su autoritarismo creó un estado sólido,
estable y eficiente que favoreció sobre todo el disfrute de los auténticos triunfadores de la revolución: Los
burgueses.
La revolución Francesa. Historia Contemporánea
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