Influencia de las políticas educativas de los organismos

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Influencia de las políticas educativas de los organismos internacionales
en la educación superior.
Zulma Julieth Avellaneda Avellaneda
Nohra Milena López Sánchez
El presente ensayo ha sido elaborado a partir de una tesis central, que
reconoce la influencia ejercida por los organismos internaciones –Banco
Mundial, UNESCO, OCDE y BID– sobre las políticas educativas de los
países latinoamericanos, especialmente en lo que se refiere a educación
superior. Por lo tanto, para poder abordar el tema de forma adecuada
problematizaremos en torno a dos de las agencias internacionales que han
afectado de una u otra forma la educación superior latinoamericana, que son el
Banco Mundial y la UNESCO.
Considerando las diferencias existentes entre los diversos organismos, se
puede señalar que las corporaciones más interesadas en la problemática
educativa son: El Banco Mundial (BM); la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO); la Organización de
Cooperación Desarrollo Económico (OCDE) y, a nivel latinoamericano, el
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para
América Latina (CEPAL: 1992: 269).
Sin embargo, las propuestas en torno a la educación de estos organismos
internacionales no responden a una sola perspectiva. La estrategia del Banco
Mundial para reducir la pobreza se concentra en la promoción del uso
productivo del trabajo, que es el principal activo de los pobres, y en la
prestación de servicios sociales básicos a los necesitados. Las inversiones en
educación contribuyen a la acumulación del capital humano que es esencial
para lograr ingresos más altos y un crecimiento económico sostenido (BANCO
MUNDIAL: 1996:1).
Por lo tanto, cada día el Banco Mundial juega un papel muy importante en lo
que a políticas educativas se refiere, ya que como organismo financiero que
impulsa el desarrollo de las naciones, se ha preocupado por orientar
propuestas sobre diversas políticas sociales que estén acordes con los
presupuestos económicos de cada país.
Es así que los ejes primordiales del Banco en los ámbitos de la educación
básica, media y superior, de mujeres y grupos minoritarios son: acceso,
equidad, eficiencia interna, calidad, financiamiento, administración, resultados e
internacionalización, además de preocuparse por la educación en un contexto
de globalización y competencia económica.
Partiendo de los designios anteriores, el Banco Mundial sobre políticas de
educación superior recomienda:
a) Cancelar el financiamiento público que se le otorga a la educación superior
porque considera que los que más se benefician de este nivel son los sectores
sociales económicamente más fuertes y no el general de la población y si es
esta la que lo paga. El BM da el ejemplo del gobierno de Pinochet, que terminó
con la autonomía política de las universidades y de su gratuidad. Impuso el
cobro de matrículas a las universidades públicas, incrementó el número de
matrículas cobradas en el sector privado e implementó un sistema de préstamo
para los estudiantes de instituciones públicas (MARTÍN: 2000).
b) El financiamiento público debe suplirse por un impulso a la educación
superior privada, el cual traerá como consecuencia la mayor percepción de la
educación superior a las señales del mercado (DIAZ, 1996: 4).
c) La diversificación del financiamiento de la educación superior requiere que: i)
los beneficiarios directos de este sistema educativo realicen un significativo
aporte económico por el servicio que reciben; ii) las instituciones universitarias
promuevan la venta de servicios académicos y iii) se establezca una política
fiscal que permita deducir las donaciones de las industrias a este sector
educativo (DIAZ, 1996: 4).
d) Incentivar el uso adecuado de los recursos, evitando subsidiar servicios
adicionales como alimentación, transporte o vivienda.
e) Darle mayor importancia a la calidad de la educación, evitando al máximo la
deserción estudiantil y la repitencia para la cual se exigen mejoras desde la
educación media y establecer un sistema de evaluación y de acreditación
educativo que permita certificar el tipo de educación ofertada.
f) Promover en las instituciones públicas actividades que contribuyan con la
generación de ingresos adicionales tales como el alquiler de laboratorios
especializados, servicios de consultoría, contratos de investigación aplicada a
la industria, cursos de profundización, programas de educación virtual y a
distancia, entre otros.
Es perceptible que para el Banco Mundial los problemas de inclusión social no
son de su interés sino que por el contrario las reformas en políticas educativas
en educación superior, deben estar ligadas al mercado (oferta y demanda) y al
crecimiento económico.
Sin embargo, también se encuentra la perspectiva ofrecida por la UNESCO, la
cual se creó bajo los principios de “igualdad de oportunidades educativas; no
restricción la búsqueda de la verdad y el libre intercambio de ideas y
conocimiento”. Mientras que su propósito central es el de “contribuir a la paz y
a la seguridad, promoviendo la colaboración entre las naciones a través de la
educación la ciencia y la cultura”.
Esto permite afirmar que la UNESCO es uno de los principales organismos
internacionales que ha procurado sostener –dentro del actual contexto de
globalización- una perspectiva social y humanista de la educación a diferencia
de otras agencias internacionales que manifiestan fundamentalmente una
perspectiva netamente económica.
La UNESCO ha propuesto a la educación superior como un medio para
mejorar las condiciones económicas, científicas y culturales, a través del
“liderazgo social en materia de creación de conocimientos de alcance mundial
para abordar retos mundiales, entre los que figuran la seguridad alimentaria, el
cambio climático, la gestión del agua, el diálogo intercultural, las energías
renovables y la salud pública (UNESCO, 2009:2).
La educación superior, desde sus inicios se ha ocupado de la creación, la
transmisión y difusión del conocimiento. Dado que dicho conocimiento hoy en
día ocupa un lugar privilegiado en los procesos educativos que configuran la
sociedad contemporánea de hoy, se propone analizar la relación entre las
instituciones de educación superior (IES) y la sociedad, con el fin de fortalecer
la preeminencia del papel estratégico que juega la educación superior en todo
sociedad y más en aquellas que se encuentran en vía de desarrollo.
La Declaración Mundial sobre la Educación Superior, reconoce desde el
principio la importancia estratégica que conlleva la educación superior en la
sociedad contemporánea actual. Esta señala que cada vez más existe una
mayor conciencia de la importancia fundamental que este tipo de educación
reviste para el desarrollo socio-cultural y económico y para la construcción del
futuro. Y afirma que: Dado el alcance y el ritmo de las transformaciones, la
sociedad cada vez tiende más a fundarse en el conocimiento, razón de que la
educación superior y la investigación formen hoy en día parte fundamental del
desarrollo cultural, socioeconómico y ecológicamente sostenible de los
individuos, las comunidades y las naciones (TÜNNERMANN Y DE SOUZA:
2003: 9).
Por consiguiente, para poder emprender el cambio, la educación superior debe
propender por transformar y renovar desde su oficio la forma en que vive la
sociedad contemporánea, donde se percibe una gran falta de valores y de
autonomía vista como la capacidad que tienen las personas de dar cuenta de
las decisiones y acciones que toma y de las consecuencias que de ellas se
genera.
Es así que uno de los temas más importantes es estudiar la relación
universidad – sociedad, donde cada día la universidad debe involucrarse en los
procesos sociales, económicos y culturales, respetando su estado de
institución de índole académica.
La educación superior es un fenómeno complejo, cuyo estudio requiere de
instrumentos que superen los enfoques puramente económicos y tengan
presente la necesidad de encontrar un punto de equilibrio entre las
necesidades del sector productivo y económico, con las necesidades de la
sociedad en su conjunto y no menos importante con las necesidades propias
del individuo como ser humano, claramente enmarcadas en un contexto
histórico, social y cultural.
Sin embargo, uno de los temas más importantes es estudiar la relación
universidad – sociedad, donde cada día la universidad debe involucrarse en los
procesos sociales, económicos y culturales, respetando su estado de
institución de índole académica.
Por lo tanto, la educación superior es un fenómeno complejo, cuyo estudio
requiere de instrumentos que superen los enfoques puramente económicos y
tengan presente la necesidad de encontrar un punto de equilibrio entre las
necesidades del sector productivo y económico, con las necesidades de la
sociedad en su conjunto y no menos importante con las necesidades propias
del individuo como ser humano, claramente enmarcadas en un contexto
histórico, social y cultural.
A partir de lo anterior, la educación superior deberá fortalecer su autonomía
institucional, así como también, promover el desarrollo del pensamiento crítico
que redunde en un mejoramiento de la calidad de vida de los seres humanos a
partir del reconocimiento de sus derechos y de la inclusión social.
Por consiguiente, la responsabilidad social de la educación superior se centra
no sólo en el fortalecimiento de competencias académicas, sino en la formación
de sujetos éticos, capaces de construir una sociedad democrática, orientada
por la paz y los derechos de la humanidad.
Para la UNESCO (1998), en la ejecución de las políticas propuestas para el
fortalecimiento de la educación superior, los gobiernos locales deberán
promover instituciones educativas, con un alto nivel de compromiso, no sólo en
la formación de saberes, sino también en la construcción de conocimiento a
través de la investigación y el desarrollo sostenible en la sociedad.
Con lo anterior, el tema de la inclusión será una política permanente en las
instituciones educativas, en donde se proyecte una transformación de la
educación superior, orientada por el lema de una educación permanente para
todos. Es así, que el acceso a la educación se podrá hacer a cualquier edad,
buscando el fortalecimiento de las competencias adquiridas previamente en la
secundaria o durante el ejercicio de las funciones laborales en la empresa.
Por su parte, la educación secundaria deberá cumplir con una doble finalidad:
“la preparación para la vida activa y la preparación para acceder a la educación
superior. En función de esta doble finalidad, se podrán definir el espíritu y los
contenidos de la enseñanza secundaria del siglo XXI, la diversificación y el
puesto, dentro de esta enseñanza, de la formación profesional y técnica”
(UNESCO, 1998:10).
En lo referente a la interacción de la educación superior con la sociedad, las
instituciones de educación superior deberán rendir cuentas a la sociedad
acerca de su actividad y el uso de sus recursos. Es así, que el reto no sólo de
las instituciones, sino también del gobierno, será incrementar el número de
personas formadas a nivel superior o postsecundaria.
Facilitando su
accesibilidad y permanencia en los diferentes programas académicos, así
como también el dominio de tecnologías de la información y de la
comunicación.
En este aspecto, la mujer ha cobrado una gran importancia por considerarse
gestora del cambio social, siendo fundamental la adquisición de competencias
que le permitan incursionar en un mercado laboral. Por ende, para la UNESCO
(2009), las mujeres deben ser privilegiadas promoviendo en ellas el acceso a
todos los niveles de enseñanza, así como también su permanencia en ellos.
En los planes de acceso a la educación superior, también se debe establecer
unos objetivos de equidad, permanencia y calidad claros, teniendo en cuenta
que “la equidad no es únicamente una cuestión de acceso, el objetivo debe ser
la participación y conclusión con éxito de los estudios, al tiempo que la garantía
del bienestar del alumno. Este empeño debe abarcar el adecuado apoyo
económico y educativo para los estudiantes que proceden de comunidades
pobres y marginadas” (UNESCO, 2009:3).
En Colombia se han venido desarrollando programas que permiten el
cumplimiento de este objetivo de equidad, sobre todo en la educación básica,
siendo gratuita en las instituciones del sector público, donde además de la
gratuidad en los costos académicos, a los estudiantes se les suministran
refrigerios y almuerzos ofrecidos por el estado, a través de los comedores
comunitarios. Por el contrario, en la educación superior se hace visible la
deserción estudiantil a causa de la falta de recursos económicos, así como
también por la carencia de políticas gubernamentales que promuevan el
acceso a la educación y la inserción al mercado laboral sin mayor dificultad.
Para la UNESCO (2009), la sociedad del conocimiento necesita un sistema de
educación superior público integrado por instituciones con programas variados
que promuevan su acceso, en cualquier tipo de educandos.
En cuanto a las instituciones privadas de educación superior, deberán
propender por una mayor calidad y cubrimiento, mejorando sus procesos y
programas, con bases de excelencia académica y moral. Es así, que “los
criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación
superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico
e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida”
(UNESCO, 2009:4).
Para lograr la calidad en la enseñanza de la educación superior, es necesario
estimular la innovación y la diversidad, tanto a nivel institucional, como del
estudiante, como también la integración y retención de personal docente,
talentoso, calificado y comprometido con su labor.
En este proceso de formación docente, las instituciones deberán dedicar
recursos y esfuerzos en investigaciones orientadas al mejoramiento de
estrategias didácticas que contribuyan con la calidad académica.
Desde el enfoque de la UNESCO, “la calidad de la educación superior es un concepto
multidimensional que debería comprender todas sus funciones y actividades:
enseñanza y programas académicos, investigación y becas, dotación de personal,
alumnos, infraestructura y entorno académico…” (UNESCO, 1998:2).
Siendo
necesario prestar especial atención a la investigación, la evaluación interna y externa,
la inclusión social y la promoción por la diversidad, evitando la uniformidad.
Para superar las propuestas acerca de la calidad, la educación superior, se deberá
centrar en el estudiante, reformulando planes de estudio, incentivando la adquisición
de conocimientos prácticos, competencias y aptitudes para la comunicación, así como
también la reflexión independiente y el trabajo en equipo en contextos
multiculturales.
La calidad institucional dependerá de la formación de docentes que en ella se
realice. Siendo fundamental “implementar planes y programas de estudio que
den a los docentes la capacidad de dotar a sus alumnos de los conocimientos y
las competencias que necesitan en el siglo XXI. Este objetivo exigirá nuevos
enfoques, como por ejemplo el uso del aprendizaje abierto y a distancia y de
las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)” (UNESCO, 2009:3).
Con respecto al aprendizaje abierto y a distancia y de tecnologías, serán un
medio que facilite el acceso de diferentes grupos de personas a la educación
superior. Por otra parte, será una oportunidad para intercambiar saberes con
instituciones internacionales a través de la educación a distancia y la
virtualidad. En consecuencia, “la aplicación de las TIC a la enseñanza y el
aprendizaje encierra un gran potencial de aumento del acceso, la calidad y los
buenos resultados. Para lograr que la aplicación de las TIC aporte un valor
añadido, los establecimientos y los gobiernos deberían colaborar a fin de
combinar sus experiencias, elaborar políticas y fortalecer infraestructuras, en
particular en materia de ancho de banda” (UNESCO, 2009:3).
En el proceso de mejoramiento de la calidad institucional, es conveniente
repensar el sistema de evaluación tanto a nivel académico, como docente. Es
un reto el trabajar para mejorar su práctica desde la complejidad que ella
implica, para asistir en el aprendizaje al estudiante, a través del conocimiento
de sus dificultades y la forma en cómo se pueden superar. Los docentes y las
instituciones de educación superior, se enfocarán en generar estrategias que
contribuyan al mejoramiento en el proceso de aprendizaje de estudiante.
Donde, la evaluación y su posterior retroalimentación crítica y argumentativa,
por parte del docente, contribuirá al crecimiento del estudiante, quien
fortalecerá su proceso de enseñanza-aprendizaje, durante toda su formación
académica.
El proceso evaluativo institucional, sigue conservando características
consideradas como inamovibles por parte de quienes poseen el poder para
realizarla, para planificarla y para transformarla. Romper el equivalente de la
evaluación al de la calificación, la examinación o la “rendición de cuentas”, es
re-pensar también toda una visión de mundo y de las políticas educativas
vigentes, en el que las interacciones y los actos están encaminados a
responder potencialmente a los códigos y a la satisfacción de necesidades
humanas, así como también, a los de la industrialización y los sectores
económicos. Las razones que mantienen ésta estructura son variadas y de
diferente origen, entre ellas se encuentra: en primer lugar, la escasa
preparación de los docentes en torno al tema de evaluación educativa,
evidenciándose en el limitado o nulo espacio que tiene este tema dentro de la
malla curricular de la educación superior. Por otra parte, las políticas
institucionales, nacionales y el proyecto de hombre, que se desea formar, así
como las demandas que la sociedad (desde su más pequeña y significativa
construcción: la familia) realiza a las instituciones socializadoras del
conocimiento y a los trabajadores de la cultura inmersos en ella.
En la educación superior, la evaluación, sigue pensándose como la actividad
final en el proceso enseñanza –aprendizaje, lo cual, aunque no se desee,
aumenta su importancia controladora, y reduce el proceso total a un resultado,
que permitirá medir competencias limitadas de un estudiante, restando
importancia a su capacidad analítica y participativa presente en la cotidianidad
de sus clases. Sembrando en él, un constante deseo de frustración y
desconsuelo, porque la medición numérica deshumaniza la enseñanza y
convierte al docente en un verdugo que busca en palabras de los estudiantes
“saciar su sed de venganza a través de la evaluación”.
Otro aspecto que se debe tener en cuenta hace referencia al impacto que ha
tenido la globalización en las instituciones de educación superior (IES) y en los
sistemas de educación superior (SES) de distintos países en las últimas dos
décadas, haciéndose necesaria la búsqueda de equidad social con el fin de
alcanzar una educación superior con mayor cobertura y calidad. Situación que
se logrará al elaborar propuestas de mejora con un compromiso social real por
parte de las instituciones universitarias de la mano con las políticas educativas
que se planteen al respecto.
Las propuestas que se expongan, deben en buena medida estar acordes con el
debate planteado por la UNESCO acerca de la pertinencia, la calidad, la
gestión, la financiación, las nuevas tecnologías de la información (TIC) y la
importancia de la cooperación internacional.
Se debe partir de entender que el conocimiento no es más monodisciplinario es
interdisciplinario, está centrado en el problema, no en la disciplina, se produce
en diversos ámbitos, más cercanos a su aplicación, se ha desplazado de los
ámbitos académicos para acercarse a los ámbitos productivos empresariales e
industriales. Usa muy intensamente las redes electrónicas para intercambiarse,
para producirse y para transformarse en tecnología y está sujeto a controles de
calidad diversificados, de tal manera, que él sólo control de la evaluación por
pares ha pasado a ser obsoleto. Ahora tiene que demostrar su pertinencia
social, tiene que demostrar suficiencia económica, tiene que demostrar su
calidad de otras formas, que supera a la evaluación por pares (TÜNNERMANN
Y DE SOUZA: 2003: 4).
Por ello, el objetivo de analizar estos grandes temas es contribuir a provocar
las transformaciones necesarias de las principales tendencias de la educación
superior (ES), como la expansión cuantitativa, el crecimiento de la privatización,
la gran diversificación institucional, la creciente restricción del gasto público o la
fuga de cerebros, para dar una respuesta adecuada a problemas tan
acuciantes como la inversión pública reducida, las inadecuadas políticas de los
gobiernos, la burocratización, la rigidez de las estructuras o las relaciones con
la empresa y el entorno productivo, que la universidad enfrenta
internacionalmente, en especial en los países en vías de desarrollo (LÓPEZ,
tomado de UNESCO 1995).
Para el análisis de estos temas, se han esbozado una serie de sugerencias con
respecto a, qué aspectos se deben abordar con mayor premura. Entre ellos
está, la actualización permanente de los docentes, ganancia que se reflejará en
el mejoramiento de los contenidos educativos y en el optimo desempeño del
docente en el aula. Otros aspectos a tener en cuenta, es la importancia de
introducir redes electrónicas de aprendizaje, el ajuste de los aportes de la
ciencia a la educación y la modernización de la gestión educativa no sólo en la
educación de tipo formal sino también para la informal, virtual y a distancia.
Por otra parte, la educación superior estará orientada a la formación de saberes
disciplinarios, incentivando la investigación científica y el pensamiento
empresarial, con el fin de generar profesionales, técnicos o tecnólogos
comprometidos con su responsabilidad social empresarial. Igualmente, la
formación del ser será fundamental, pues contribuirá al desarrollo personal y
profesional del estudiante, con el ánimo de mejorar no sólo su calidad de vida,
sino también el de la sociedad.
En consecuencia, la formación ofrecida por los establecimientos de educación
superior y sus docentes, debe orientarse a la atención de necesidades del
mercado laboral, pero también a la satisfacción de necesidades sociales,
buscando una anticipación a las problemáticas que surgen a partir de ellas. En
suma, los establecimientos de enseñanza superior del mundo entero tienen la
responsabilidad social de contribuir a reducir la brecha en materia de desarrollo
mediante el aumento de la transferencia de conocimientos a través de las
fronteras… (UNESCO, 2009:4).
Los objetivos propuestos por la UNESCO en la Conferencia Mundial sobre la
educación superior - 2009: La nueva dinámica de la educación superior y la
investigación para el cambio y el desarrollo, que se han mencionado con anterioridad, se logran con la colaboración de los estados miembros, quienes deben
ser los promotores de políticas y estrategias, con el fin de:
a) mantener y, si fuera posible, aumentar la inversión en el sector de la educación superior para apoyar en todo momento la calidad y la equidad y fomentar
la diversificación, tanto en la prestación de servicios de enseñanza superior
como en los medios de financiarla;
b) garantizar las inversiones adecuadas en la educación superior y la
investigación, en sintonía con las necesidades y expectativas crecientes de la
sociedad;
c) establecer y fortalecer, con la participación de todos los interesados, los
sistemas de garantía de calidad y los marcos normativos apropiados;
d) ampliar la formación de docentes, tanto inicial como en el empleo, con
programas que les capaciten para hacer de sus estudiantes ciudadanos
responsables;
e) alentar el acceso, la participación y los buenos resultados académicos de las
mujeres en la enseñanza superior;
f) garantizar la igualdad de acceso a los grupos insuficientemente
representados, tales como los obreros, los pobres, las minorías, las personas
con capacidades diferentes, los migrantes, los refugiados y otros grupos de
población vulnerables;
g) crear mecanismos que permitan contrarrestar las repercusiones negativas
del éxodo de competencias y, al mismo tiempo, estimulen la movilidad de los
docentes, los estudiantes y el personal de educación;
h) apoyar el aumento de la cooperación regional en materia de enseñanza
superior con miras a la creación y el fortalecimiento de ámbitos regionales de
educación superior e investigación;
i) dotar de autonomía a los Países Menos Adelantados y a los Pequeños
Estados Insulares en Desarrollo para que puedan aprovechar las
oportunidades que ofrece la mundialización, y fomentar la colaboración entre
ellos;
j) tratar de alcanzar los objetivos de equidad, calidad y éxito académico
mediante la creación de vías de acceso más flexibles y una mejor
convalidación del aprendizaje previo y la experiencia laboral;
k) aumentar el atractivo de las carreras académicas, garantizando el respeto de
los derechos y las condiciones de trabajo adecuadas del personal docente,
según lo estipulado en la Recomendación de 1997 relativa a la condición del
personal docente de la enseñanza superior;
l) lograr la participación activa de los estudiantes en la vida académica,
garantizándoles la libertad de expresión y el derecho a organizarse, y
facilitándoles los servicios adecuados;
m) luchar contra las “fábricas de diplomas” mediante iniciativas multifacéticas
en la esfera nacional e internacional;
n) crear sistemas de investigación flexibles y organizados, que promuevan la
excelencia científica y la interdisciplinariedad y sean útiles para la sociedad;
o) apoyar una mayor integración de las TIC y fomentar el aprendizaje abierto y
a distancia, con miras a satisfacer el aumento de la demanda de educación
superior.
En síntesis, la UNESCO debe en particular, brindar apoyo y asesoría en la
definición de las estrategias que se implementarán en la educación y la
investigación. Así mismo, se constituirá como una entidad facilitadora del
dialogo, entre los diferentes actores de la educación: estudiantes, docentes,
instituciones y gobierno.
Por su parte, los gobiernos e instituciones educativas, abordarán las diferentes
problemáticas internacionales, buscando disminuir su impacto social, a través
de políticas educativas orientadas a la educación superior. Así como también,
celebrar convenios orientados al mejoramiento de la calidad de vida en los
países en vía de desarrollo.
Finalmente, la UNESCO, los gobiernos y las instituciones de educación
superior deberán dedicar sus esfuerzos para apoyar la consecución de los
objetivos internacionales de desarrollo: Educación para Todos (EPT), los
Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y los de los Decenios de las
Naciones Unidas. Estos fines serán logrados, a partir de la promoción de
intercambios académicos internacionales, tanto de alumnos, como de personal
docente. Además, de la creación de estrategias de desarrollo y de políticas
educativas innovadoras, que respondan a las exigencias sociales del mundo
contemporáneo en el que se encuentra inmersa la educación superior.
Referentes bibliográficos
BANCO MUNDIAL. (1996). Prioridades y estrategias para la educación.
CEPAL (1992). Educación y Conocimiento, eje de la transformación productiva
con equidad. Santiago, Chile: CEPAL.
DIAZ, A. (1996). Dos miradas sobre la educación superior: Banco Mundial y la
Unesco. México: Momento Económico.
LÓPEZ, F (2009). Notas para un estudio comparado de la educación superior a
nivel mundial. Buenos Aires: Escenarios mundiales de educación superior.
MARTÍN, F. (2000). Opciones para Reformar el Financiamiento de la Educación
Superior.
FMM
Educación.
http://www.fmmeducacion.com.ar/Sisteduc/Banco/finansuperior.htm
TUNNERMANN, C. y DE SOUZA, M. (2003). Desafíos de la Universidad en la
Sociedad del Conocimiento, Cinco Años Después de la Conferencia Mundial
sobre Educación Superior. Articulo Producido por el Comité Científico Regional
para América Latina y el Caribe del Foro de la UNESCO. Paris.
UNESCO (1998). Conferencia Mundial sobre la Educación Superior.
educación superior en el siglo XXI. Tomo 1. Paris.
La
UNESCO (2009). Conferencia Mundial sobre la Educación Superior – 2009:
La nueva dinámica de la educación superior y la investigación para el cambio
social y el desarrollo. Paris.
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