JORNADAS NAVARRA 2

I JORNADAS JURÍDICO-SANITARIAS DE NAVARRA
Juan Manuel Fernández: "Es injusto que el médico rompa en
juicio el secreto profesional"
Fuente: diariomedico.es (19 Noviembre 2002)
La posibilidad de no declarar en causas penales, contemplada por la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, sobre extremos que afecten al secreto profesional de
funcionarios, militares, abogados y sacerdotes supone un agravio comparativo
hacia los médicos, por lo que "no tiene justificación mantener su obligación de
declarar". Así lo entiende Juan Manuel Fernández, magistrado de la Audiencia
Provincial de Navarra.
"No tiene justificación mantener en la Ley de Enjuiciamiento Criminal la obligación del
médico de declarar en los procesos penales", ha declarado Juan Manuel Fernández,
magistrado de la Audiencia Provincial de Navarra, en las primeras Jornadas JurídicoSanitarias de Navarra, organizadas por la Subdirección de Coordinación de Asistencia
Ambulatoria del Servicio Navarro de Salud y celebradas en la sede del colegio de médicos.
Durante su conferencia, este magistrado abordó la intervención judicial como límite en el
secreto profesional. En su opinión, "no tiene ninguna justificación la obligación de declarar
[del médico] que se mantiene aún en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, porque se
produce un agravio comparativo con los abogados y sacerdotes (que tienen la posibilidad
de no hacerlo)".
Además, explicó, esta injerencia judicial en el secreto médico "puede producirse no sólo
en la investigación de un delito, sino en otros procesos privados, que pueden requerir el
acceso a datos de una historia clínica o a la opinión del médico: por ejemplo, el caso de
las aseguradoras en relación a asegurados que no fueron leales a su obligación de
manifestar su estado de salud en el momento de firmar el contrato correspondiente".
Desde la perspectiva civil, Fernández Martínez explicó que el secreto médico aparece como
una obligación de garantizar la intimidad de terceros. "En mi opinión, la protección que
merece el ejercicio de una profesión del ámbito sanitario, que trata aspectos tan
relevantes como la vida y la dignidad humana, debería ser independiente".
No obstante, sí matizó que "ha habido pronunciamientos del Tribunal Supremo señalando
que el secreto profesional sólo se concibe en la medida que supone una garantía para el
derecho fundamental a la intimidad, es decir, que no le reconoce la categoría de un
derecho subjetivo, autónomo e independiente".
Desde una perspectiva más amplia, el magistrado apuntó que "los derechos de la
personalidad ya no pueden considerarse como una especie de propiedad privada, es decir,
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como una idea alejada de toda consideración general o social, sino que estos intereses
generales o sociales marcan el contenido del derecho fundamental y su desarrollo, por lo
que es importante al analizar los problemas que se pueden suscitar en relación con ellos".
Nuevas fronteras
Por su parte, José Manuel Maza, magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo,
afirmó que "es necesaria una adecuada y completa regulación del secreto médico". Maza
sostuvo que habría que definir la conducta penal relacionada con el secreto médico y
resaltó que "la defensa del secreto médico tiene ahora una nueva frontera: las nuevas
tecnologías".
El médico, explicó, "tiene un deber de garante frente a extraños, incluida la autoridad
judicial, por lo que debería tener una actitud restrictiva ante el levantamiento de los
secretos", aunque habrá que ponderar "siempre los bienes en conflicto cuando surja
alguna duda".
Los límites del secreto médico en la vía penal serían "la obligación de informar para la
obtención del consentimiento, la autorización del propio paciente (para levantar ese
secreto o para eliminar determinados datos), la actuación pericial (en la que deberá
advertirse que el contenido de la información va a ser narrada al tribunal) y los casos de
solicitud judicial".
Respecto a este último supuesto, Maza consideró que "ante la solicitud de un juez, el
médico tiene obligación de facilitar información y es el juez quien tendrá que ver y
ponderar ante qué delito nos encontramos para valorar la necesidad de esa información y
su amplitud, con el fin de solicitar toda la historia clínica o el dato concreto".
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