NOTA DE PRENSA

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NOTA DE PRENSA
Existe un enorme retraso en la investigación y en la conservación de la
biodiversidad de los océanos respecto a la biodiversidad terrestre
La biodiversidad marina sufre una tasa de
pérdida cinco veces superior a la terrestre

Según se recoge en la obra de la Fundación BBVA “La exploración de la
biodiversidad marina”, a la velocidad actual de descripción de especies, se
necesitarían de 250 a 1.000 años para finalizar el inventario de las especies
marinas, con el riesgo de que para entonces muchas de ellas se habrán
perdido definitivamente

Existen cerca de 100.000 montañas submarinas que superan los 1.000
metros de altitud en el conjunto de los océanos, y muchas más de menor
altitud; no obstante, únicamente se han muestreado cerca de 350 y sólo
100 se han estudiado con detalle
15 de enero de 2007.- La Fundación BBVA acaba de publicar “La exploración de
la biodiversidad marina. Desafíos científicos y tecnológicos”, una obra en la que
doce destacados investigadores internacionales presentan los resultados de las
investigaciones oceanográficas que se están llevando a cabo para conseguir un
inventario completo de las especies marinas de nuestro planeta, así como los
desarrollos tecnológicos y científicos que hacen posible esta exploración, de la que
se pueden derivar importantes beneficios para el conjunto de la sociedad. El libro
ha sido coordinado por Carlos Duarte, profesor de investigación del CSIC en el
Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados.
La exploración de la biodiversidad en los ecosistemas marinos todavía se halla en
sus comienzos, debido fundamentalmente a las limitaciones tecnológicas asociadas
a la exploración oceanográfica. Por esta razón, los océanos aún siguen deparando
sorpresas en sus hábitats más remotos y extremos, en los que se están llevando a
cabo constantes hallazgos.
Los océanos, con una extensión de 361 millones de kilómetros cuadrados y una
profundidad media de 3.730 metros, cubren el 71 por ciento de la superficie del
planeta. Asimismo, los primeros fósiles conocidos, datados en 3.500 millones de
años, corresponden a organismos marinos; y las primeras especies animales
también aparecen en el mar hace 640 millones de años (las primeras especies
animales terrestres aparecieron hace 400 millones de años).
No obstante, a pesar de haber contado con más tiempo para diversificarse, los
organismos marinos suponen tan sólo el 2 por ciento de las especies
conocidas. Respecto a las estimaciones sobre el número de especies marinas
todavía por describir, Diana Walker, profesora de la Escuela de Biología de la
Universidad del Oeste de Australia, considera que, a la velocidad actual de
descripción de especies, se necesitarían de 250 a 1.000 años para finalizar el
inventario de biodiversidad marina, con el riesgo de que para entonces muchas de
estas especies se habrán perdido definitivamente.
Según los últimos datos disponibles, cada año se describen 1.635 nuevas
especies marinas y, en la actualidad, existen del orden de 230.000 a 250.000
especies de organismos marinos descritos.
OCÉANOS DESPROTEGIDOS
El libro de la Fundación BBVA ofrece también unas interesantes comparaciones
entre el sistema terrestre y el marino: El retraso en la investigación sobre la
biodiversidad marina es enorme en comparación con la biodiversidad terrestre (el
volumen de estudios científicos terrestres es diez veces superior al de estudios
marinos). Este retraso se hace también patente en el ámbito de la conservación,
pues los arrecifes de coral y las praderas submarinas sufren una tasa de pérdida
cinco veces superior a la de los bosques tropicales y, a pesar de ello, el área
marina protegida es inferior al 0,1 por ciento de su extensión (frente al 10 por
ciento de protección de la superficie terrestre).
Por otra parte, el número de especies marinas cultivadas tras sólo treinta años de
acuicultura intensiva supera con creces a las especies animales terrestres sujetas a
explotación después de casi 10.000 años de actividad ganadera.
CIEN MIL MONTAÑAS SUBMARINAS
Las profundidades marinas configuran el mayor de los ecosistemas, pues casi el
50% de la superficie de nuestro planeta se encuentra por debajo de los 3.000
metros de profundidad. Además, albergan uno de los mayores reservorios de
biodiversidad.
Dos de los científicos que colaboran en esta obra de la Fundación BBVA, Eva
Ramírez, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar (CSIC), y David Billett, del
Centro Oceanográfico Nacional del Reino Unido, centran su participación en el
estudio de las montañas submarinas y las llanuras abisales. Consideran que
existen cerca de 100.000 montañas submarinas que superan los 1.000 metros de
altitud en el conjunto de los océanos, y muchas más de menor altitud. No
obstante, únicamente se han muestreado cerca de 350 y sólo 100 se han
estudiado con el detalle suficiente para saber que en las montañas submarinas se
produce una elevada productividad, se concentran grandes reservas de peces con
valor comercial y la fauna bentónica es muy diversa
Igual que sucede con otras zonas de terreno difícil, se sabe poco de la
biodiversidad, distribución y funcionamiento de las montañas submarinas. Lo que
sí han podido constatar los científicos, según Ramírez y Billett, es que la pesca en
las proximidades de las montañas submarinas ha sido muy intensa en las últimas
décadas y que ello podría tener graves consecuencias a largo plazo sobre la
biodiversidad de un ecosistema aún por clasificar. Actualmente, con la ayuda de
nuevos estudios basados en medios tecnológicos como los vehículos de control
remoto (ROV), o las cámaras incorporadas a remolcadores de grandes
profundidades, los científicos están ampliando el conocimiento sobre estos
ecosistemas con el objetivo de adoptar medidas para favorecer su adecuada
gestión y conservación.
Si desea más información, puede ponerse en contacto con el Departamento de
Comunicación de la Fundación BBVA (915 376 615 y 944 874 627)
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