2007-00226

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As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL / RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL / Imposibilidad de
ejercer acción híbrida.
1.6 Sobre este particular ha dicho la Corte que ‘no deben involucrarse la responsabilidad
contractual y la extracontractual o aquiliana. Ni la ley ni la doctrina autorizan el ejercicio de esta
acción híbrida, según expresión de los expositores porque la yuxtaposición o acumulación de estas
dos especies diferenciadas de responsabilidad es imposible, ya que la contractual, por su propia
naturaleza excluye la generada por el delito (…).
(…)
Siguiendo entonces los planteamientos de la Corte, no es dable acumular en un mismo proceso
pretensiones derivadas de responsabilidad contractual y extracontractual, toda vez que ambas
suponen tratamientos diferentes en lo relativo a la prueba, a las causales de exoneración y las
normas jurídicas aplicables. Por lo tanto, atendiendo los hechos en que se fundamenta la presente
demanda, debe entenderse que la acción principal es la contractual, lo que lleva ineludiblemente
a concluir que la señora BERTHA VEGA BARRIGA y la menor hija LEIDY JOHANA SÁNCHEZ VEGA
carecen de legitimación por activa, luego, el estudio que efectuará la Sala estará circunscrito a
establecer los elementos de la responsabilidad contractual de la empresa transportadora con
relación a LUIS EDUARDO SÁNCHEZ CÁRDENAS.
RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL / Contrato de transporte de personas / Obligación de resultado /
Presunción de culpa del transportador.
De allí que los escenarios en que pueda verse generada sean innumerables, encontrando como
uno de ellos el que refiere al contrato de transportes en su especie transporte terrestre de personas,
regulado por el código de comercio en su articulo 981 y siguientes, y respecto del que la
jurisprudencia ha delimitado como los elementos de la responsabilidad contractual derivada de
este tipo de actividades: la existencia del contrato de transporte terrestre, el incumplimiento
imputable al transportador, el daño y la relación de causalidad entre dicho daño y la
culpa contractual del deudor.
(…)
El artículo 982 ibídem establece las obligaciones a cargo del transportador, las cuales, en tratándose
de transporte de personas, consisten en “conducirlas sanas y salvas al lugar de destino”.
(…)
Significa lo anterior que el contrato de transporte genera obligaciones de resultado y no de medio,
es decir, el transportador no sólo se compromete a poner toda la diligencia necesaria para que se
logre el fin perseguido, su compromiso va más allá, se obliga a que con su conducta se obtenga
una consecuencia determinada o un resultado concreto, por lo que, aunque haya obrado con
toda presteza, si el resultado no se logra, la obligación habrá sido incumplida y el deudor sólo
quedará exonerado de responsabilidad probando que la no consecución del resultado obedece a
un hecho que le es extraño.
(…)
En este orden de ideas, a quien demanda por responsabilidad contractual derivada de un contrato
de transporte de personas, le corresponde solamente probar la ocurrencia del hecho, el daño y el
nexo de causalidad, pues la culpa del transportador se presume.
RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL / Perjuicios morales – Tasación.
Por el carácter inmaterial, y teniendo en cuenta que se trata de bienes inasibles e
inconmensurables, resulta dispendioso establecer el monto de los perjuicios morales y la afectación
a la vida de relación, razón por la cual para la cuantificación de este daño inmaterial se debe tener
en cuenta lo que pretorianamente se ha señalado como el arbitrium judicis, es decir, que
corresponde al juez dentro del marco de la discrecionalidad y teniendo como guía la justicia y la
equidad como valores supremos que orientan la actividad judicial, establecerlos. Ello no significa
que el juez pueda arbitrariamente determinar el monto de la indemnización, sino que su
discrecionalidad esta determinada por la intensidad del daño sufrido por las víctimas de manera
directa o indirecta, en el caso del daño moral, se proyecta exclusivamente en la esfera afectiva o
interior de la persona representado en la aflicción psicológica al ver menoscabada la integridad
personal o cualquier otro bien patrimonial, y en el denominado daño a la vida de relación, en
afectaciones que atentan contra el desenvolvimiento individual, familiar y social.
1
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
CONTRATO DE TRANSPORTE / Consensual / Prueba
En ese orden de ideas se puede afirmar, que sobre el punto el juez a quo incurre en un yerro en la
exigencia como requisito ad substantiam actus para acreditar la existencia del contrato de
transporte, el deber de allegar el “tiquete debidamente expedido por la demandada
Cootransalaboyana Ltda”1, porque como bien lo afirma el recurrente por disposición legal y
atendiendo a las características del contrato, su perfeccionamiento es de manera consensual,
otorgando libertad probatoria al titular del derecho sustancial para demostrar su existencia.
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE NEIVA
SALA QUINTA DE DECISIÓN
CIVIL FAMILIA LABORAL
M.P. ÉDGAR ROBLES RAMÍREZ
Proceso:
RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL
Demandante:
LUIS EDUARDO SÁNCHEZ CÁRDENAS Y OTRA
Demandados:
COOPERATIVA LABOYANA DE TRANSPORTADORES LTDA.
Radicación:
41551-31-03-002-2007-00226-01
Asunto:
APELACIÓN DE SENTENCIA
Procedencia:
JUZGADO SEGUNDO CIVIL DEL CIRCUITO DE PITALITO
HUILA.
Neiva, dieciocho (18) de agosto de dos mil once (2011)
1. ASUNTO
Procede la Sala Quinta de Decisión Civil Familia Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Neiva, a resolver el recurso de apelación de
la sentencia proferida el 21 de enero de 2011 por el Juzgado Segundo Civil
del Circuito de Pitalito-Huila.
1
Folio 42 del cuaderno de continuación del cuaderno principal
2
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
2. ANTECEDENTES
2.1. LA DEMANDA
Mediante escrito presentado a la jurisdicción el 04 de diciembre de 2006,
los señores LUIS EDUARDO SÁNCHEZ CÁRDENAS y BERTHA VEGA BARRIGA,
convocaron a juicio a la COOPERATIVA LABOYANA DE TRANSPORTADORES
LTDA., para que previo el trámite del proceso ordinario se declare que la
empresa demandada es civilmente responsable de todos los daños y
perjuicios materiales y morales padecidos por los demandados y la menor
LEIDY JOHANA SÁNCHEZ VEGA, como consecuencia del accidente de
tránsito acaecido el 30 de abril de 2005.
Que como consecuencia de la anterior declaración se condene a la parte
demandada a pagar a los demandantes, a título de indemnización, las
sumas señaladas en el libelo incoativo por concepto de daños morales y
materiales, estos últimos en sus modalidades de daño emergente y lucro
cesante.
2.2. HECHOS
Como fundamentos fácticos de sus pretensiones, la parte actora señaló
que el día 30 de abril de 2005, celebró un contrato de transporte con la
empresa COOTRANSLABOYANA LTDA., en virtud del cual esta última se
obligó a llevarlo desde la ciudad de Florencia (Caquetá) hasta Neiva
(Huila).
Que como consecuencia de lo anterior, abordó la camioneta marca Hilux
de placa VZE-962, afiliada a COOTRANSLABOYANA y conducida por su
propietario, ABEL ARTUNDUAGA CARVAJAL, la cual, al tomar una curva en
la vía que conduce al municipio de Suaza (H), colisionó contra un muro.
Según el actor, como consecuencia de tales hechos, sufrió heridas de
consideración, que hicieron necesario su traslado al Hospital Militar de
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As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
Bogotá y su posterior valoración por Medicina Legal, entidad que
dictaminó dos incapacidades de 90 días cada una y secuelas por valorar.
Finalmente indicó que su calidad de vida y la de su esposa e hija se ha
visto menguada, pues debido a las limitaciones físicas adquiridas como
consecuencia del accidente, se ha visto obligado a dejar de lado
actividades recreativas y familiares amén de que ha dejado de percibir
algunos ingresos tales como la prima de antigüedad.
2.3. LA RÉPLICA
COOPERATIVA LABOYANA DE TRANSPORTADORES LTDA.
Contestó la demanda negando algunos hechos y oponiéndose a las
pretensiones, alegando que el accidente no se presentó por negligencia u
omisión del conductor, sino por circunstancias imprevisibles que eximen a
los demandados de toda responsabilidad.
Como excepciones de fondo propuso “CASO FORTUITO Y FUERZA MAYOR”
y “GENÉRICA”, argumentando que el accidente se produjo como
consecuencia de la fuerte lluvia que se presentaba en el lugar y momento
del accidente y las manchas de aceite y gasolina que habían esparcidas
en la carretera, circunstancias totalmente imprevisibles tanto para el
conductor del vehículo como para la empresa de transporte.
ASEGURADORA SOLIDARIA DE COLOMBIA LTDA. - Llamado en Garantía
La aseguradora manifestó no tener conocimiento de los hechos narrados
en la demanda.
Con relación a las pretensiones se opuso por
considerarlas exageradas y carentes de respaldo probatorio.
Adujo que no todo lo reclamado por la parte actora se encuentra
amparado en el contrato de seguro, específicamente el lucro cesante y el
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daño moral, pues la responsabilidad de la compañía se concreta en el
daño emergente y dentro de los límites del valor asegurado.
Como excepciones
de fondo
formuló
“INEXISTENCIA DE
AMPARO
RESPECTO DE LUCRO CESANTE EN EL SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL
CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL”; “LÍMITE DEL VALOR ASEGURADO”;
“COBERTURA DEL SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL Y
EXTRACONTRACTUAL EN EXCESO DE LOS LÍMITES MÁXIMOS DEL SEGURO
OBLIGATORIO” Y “LA GENÉRICA O ECUMÉNICA”.
3. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA
EL
juez
de
primera
instancia
despachó
desfavorablemente
las
pretensiones, argumentando que la parte actora no probó la existencia
del contrato de transporte, pues al plenario no se allegó el tiquete
conforme al cual la empresa demandada se obligó a transportarlo de
Florencia a Neiva y la COOPERATIVA LABOYANA negó tener asignada
dicha ruta.
Según el fallador, para obtener el pago de perjuicios derivados de una
responsabilidad contractual o extracontractual, es necesario que se sitúe
una demanda con tales fines, sin que le sea permitido al juez declarar la
existencia de tal responsabilidad y efectuar la correspondiente condena,
sin que de la demanda surja un relato fáctico y probatorio adecuado para
poner en evidencia que existe un vínculo concreto de la naturaleza
indicada entre quien reclama y el demandado.
En cuanto a las excepciones las declaró imprósperas por considerar que
no se probó la fuerza mayor ni el caso fortuito alegados por la
demandada, pues en la inspección judicial practicada no se constató
presencia de aceite o gasolina en la vía como lo alegó la empresa
transportadora, lo que sí se evidenció fue una semicurva en el lugar del
accidente que, en criterio del a quo, constituye un serio indicio de que el
accidente se produjo por exceso de velocidad.
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Finalmente se impuso condena en costas a favor de la empresa
demandada y no del señor ABEL ARTUNDUAGA CARVAJAL, porque no
contestó la demanda.
4. EL RECURSO
Inconforme con la decisión, la parte actora recurrió el fallo de primer
grado a fin de obtener su revocación, aduciendo que el contrato de
transporte es consensual, es decir, que para perfeccionarse no se requiere
solemnidad alguna como tiquetes, con el solo hecho de pagarse el pasaje
y abordar el vehículo se evidencia su existencia.
Igualmente, afirmó que el hecho primero de la demanda, donde se aduce
la existencia del contrato de transporte, fue admitido por la empresa al
replicar el libelo.
Conforme a lo anterior señaló que probado el contrato de transporte debe
declararse la responsabilidad e imponer las correspondientes condenas,
pues la obligación que de dicho acuerdo surge para el conductor es de
resultado y no de medio.
Adujo que de acuerdo con el artículo 1003 del Código de Comercio, se
presume la responsabilidad del transportador a favor del pasajero por los
daños causados desde el momento en que se hace cargo de él hasta
cuando termine el viaje, lo que significa que el pasajero no está obligado a
demostrar la culpa del transportador, es éste quien debe exonerarse
probando una causa extraña.
5. CONSIDERACIONES DE LA SALA
5.1. PROBLEMA JURÍDICO
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Conforme a los planteamientos de la censura, corresponde a la Sala
determinar si el juez de primera instancia incurrió en error facti in judicando
al concluir que en el presente proceso no hay lugar a declarar
responsabilidad de la parte demandada, por cuanto no se probó el
contrato de transporte alegado por la parte actora.
Sin embargo, previo a ello, es necesario dilucidar si es posible, como en
este caso, demandar conjuntamente por responsabilidad contractual y
extracontractual.
5.2. RESPUESTA AL PROBLEMA JURÍDICO
En el presente asunto, fungen como demandantes el señor LUIS EDUARDO
SÁNCHEZ CÁRDENAS y la señora BERTA VEGA BARRIGA, esta última en
nombre propio y en representación de su menor hija LEIDY JOHANA
SÁNCHEZ VEGA.
El primero solicitó el pago de los perjuicios materiales y
morales derivados de la responsabilidad civil contractual que, según él, le
cabe a la empresa COOTRANSLABOYANA por el accidente acaecido el
día 30 de abril de 2005, y las segundas pretenden el resarcimiento de los
daños morales ocasionados por la demandada como consecuencia del
mencionado accidente donde su esposo sufrió lesiones de consideración.
Teniendo en cuenta lo anterior, la acción del señor SÁNCHEZ CÁRDENAS se
fundamenta en responsabilidad civil de naturaleza contractual, mientras
que la de su esposa e hija civil extracontractual.
Con respecto a la
posibilidad de ejercer esta acción híbrida ha puntualizado la Corte
Suprema de Justicia:
“(…) Es pertinente reiterar que, siendo diferentes y estando
tratadas de modo diverso la culpa contractual y la aquiliana ,
no se puede demandar conjuntamente la responsabilidad
que la una y la otra producen, aspecto éste que viene a
determinar
que
cuando
se
invoca
la
primera
y
el
incumplimiento prestacional tenga lugar en el ejercicio de una
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As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
actividad peligrosa, no se puede echar mano de la
presunción de culpa que consagra el artículo 2356 del C.C.,
porque siendo esta norma reguladora de la responsabilidad
aquiliana ninguna cabida tiene ella frente a los compromisos
gobernados por el contrato previo de las partes.
Si la
obligación es de medio allí se debe probar la culpa del
deudor o autor del daño, mientras que si es de resultado ella
se presume, de conformidad con el artículo 1604 del C.C.
Entonces, si se trata de responsabilidad contractual que
implique al propio tiempo el ejercicio de actividad peligrosa,
la exoneración de la carga de probar la culpa depende no
de la presunción prevista en el artículo 2356 del C.C., sino de
que la obligación allí asumida sea de resultado, tal como lo
dispone el artículo 1604 ibídem, que es norma de regulación
específica para el contrato, y de cuya interpretación cabal se
deduce que cuando la obligación es de medio sigue
gravitando sobre el demandante la carga de probar la culpa
del demandado.
1.6 Sobre este particular ha dicho la Corte que ‘no deben
involucrarse
la
responsabilidad
contractual
y
la
extracontractual o aquiliana. Ni la ley ni la doctrina autorizan
el ejercicio de esta acción híbrida, según expresión de los
expositores porque la yuxtaposición o acumulación de estas
dos especies diferenciadas de responsabilidad es imposible,
ya que la contractual, por su propia naturaleza excluye la
generada por el delito’ (sentencias de 25 de noviembre de
1938, G. J. T. XLVII, pág. 411; 1 de diciembre de 1938, T. XLVII,
pág. 454; 16 de marzo de 1939, T. XLVIII, pág. 191; 31 de julio
de 1940, T XLIX, pág. 625; 2 de septiembre de 1941, T. LII, pág.
33; 25 de febrero de 1942, T. LIII, pág. 85, entre otras)” 2.
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil. Sentencia del 19 de abril de 1993. M.P. Pedro
Lafont Pianetta.
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En oportunidad más reciente la Alta Corporación reiteró su posición en los
siguientes términos:
“No se trata, en verdad, de una cuestión de mera
nomenclatura o denominación de los fenómenos jurídicos, o
de una manifestación intrascendente y de escaso o nulo valor
vinculante para el juez, o que éste, por diversas razones,
pueda pasar por alto o examinarlo con desdén; por el
contrario, en la situación actualmente existente en la doctrina
y la jurisprudencia patria, la diferenciación entre una y otra
especie
de
responsabilidad
civil
(contractual
o
extracontractual) es asunto destinado a producir diversas
consecuencias y a reflejar efectos de disímil temperamento en
materias
cardinales
tales
como
el
régimen
probatorio
(particularmente en torno al onus probandi); la extensión y
resarcimiento del daño, la prescripción de la acción, el
examen de la culpa, la viabilidad de las cláusulas de
exoneración o limitación, entre muchas otras”3. (Subrayado
dentro del texto).
Siguiendo entonces los planteamientos de la Corte, no es dable acumular
en
un
mismo
proceso
pretensiones
derivadas
de
responsabilidad
contractual y extracontractual, toda vez que ambas suponen tratamientos
diferentes en lo relativo a la prueba, a las causales de exoneración y las
normas jurídicas aplicables. Por lo tanto, atendiendo los hechos en que se
fundamenta la presente demanda, debe entenderse que la acción
principal es la contractual, lo que lleva ineludiblemente a concluir que la
señora BERTHA VEGA BARRIGA y la menor hija LEIDY JOHANA SÁNCHEZ
VEGA carecen de legitimación por activa, luego, el estudio que efectuará
la Sala estará circunscrito a establecer los elementos de la responsabilidad
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil. Sentencia de 16 de julio de 2008. Exp. 1997 00457
01. M.P. Pedro Octavio Munar Cadena.
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As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
contractual de la empresa transportadora con relación a LUIS EDUARDO
SÁNCHEZ CÁRDENAS.
5.2.1 De la responsabilidad contractual-transporte terrestre de personas a
través de una actividad peligrosa.
Ab initio, la institución de la responsabilidad civil contractual, ha sido objeto
de un profundo análisis por la óptica doctrinal
y jurisprudencial
colombiana, modulando entre ellas a tertium genus como su etiología
propia, que atañe a la consecuencia jurídica directa de la violación de un
imperativo jurídico de naturaleza contractual, en tanto el reproche surge
del incumplimiento, cumplimiento parcial o cumplimiento defectuoso de
las obligaciones a las que sometieron los intervinientes en la relación
jurídica sustancial, al amparo del principio de la autonomía de la voluntad
que reviste la ley contractual (artículo 1602 C.C.).
De allí que los escenarios en que pueda verse generada sean
innumerables, encontrando como uno de ellos el que refiere al contrato de
transportes en su especie transporte terrestre de personas, regulado por el
código de comercio en su articulo 981 y siguientes, y respecto del que la
jurisprudencia ha delimitado como los elementos de la responsabilidad
contractual derivada de este tipo de actividades: la existencia del
contrato de transporte terrestre, el incumplimiento imputable al
transportador, el daño y la relación de causalidad entre dicho daño
y la culpa contractual del deudor4.
Procederá entonces la Sala, a verificar si en el presente asunto,
efectivamente fueron demostrados por quien tenía la carga de hacerlo de
conformidad con lo establecido en el artículo 177 del Código de
Procedimiento Civil, los elementos estructurales de la responsabilidad
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACION CIVIL Magistrado Ponente: Dr.
JOSE FERNANDO RAMIREZ GOMEZ veintiséis (26) de junio de dos mil tres (2003).
Referencia: Expediente No. C-5906
4
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As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
contractual que depreca en contra de la empresa de transporte
demandada:
5.2.1.1 De la existencia de un contrato de transporte terrestre de personas.
El artículo 981 del C. de Comercio define el contrato de transporte como
aquel “por medio del cual una de las partes se obliga para con la otra, a
cambio de un precio, a conducir de un lugar a otro, por determinado
medio y en un plazo fijado, personas o cosas y a entregar éstas al
destinatario” y agrega que “El contrato de transporte se perfecciona por el
solo acuerdo de las partes y se prueba conforme a las normas legales”.
Conforme a lo anterior, el contrato de transporte tiene las siguientes
características:
-
Consensual. Porque se perfecciona con el acuerdo de las partes que
intervienen, desde el momento en que éstas expresan su voluntad. No es
necesario, para que produzca efectos jurídicos, solemnidad alguna.
-
Bilateral.
Porque
al
momento
de
su
perfeccionamiento
surgen
obligaciones para las partes intervinientes: para el transportador, conducir
de un lugar a otro, personas o cosas y para el pasajero o remitente, pagar
los fletes del transporte.
-
Oneroso. Porque una de las partes se obliga, a cambio de un precio, a
conducir personas o cosas de un lugar a otro, es decir, cada una de las
partes se grava en beneficio de la otra y el contrato reporta utilidad a
ambas.
Este contrato se puede clasificar, según el camino utilizado, en transporte
terrestre, marítimo y aéreo y, atendiendo a lo que debe ser trasladado, en
transporte de cosas y de personas. También puede ser mixto cuando el
pasajero lleva equipaje.
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As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
En ese orden de ideas se puede afirmar, que sobre el punto el juez a quo
incurre en un yerro en la exigencia como requisito ad substantiam actus
para acreditar la existencia del contrato de transporte, el deber de allegar
el
“tiquete
debidamente
expedido
por
la
demandada
Cootransalaboyana Ltda”5, porque como bien lo afirma el recurrente por
disposición legal y atendiendo a las características del contrato, su
perfeccionamiento
es
de
manera
consensual,
otorgando
libertad
probatoria al titular del derecho sustancial para demostrar su existencia.
Ahora bien, sobre si el demandante cumplió con el deber que le impone la
ley procesal de demostrar la existencia del contrato de transporte, esta
Sala concluye que efectivamente el mismo se acreditó, en los siguientes
términos:
El estatuto procesal civil colombiano establece como medio de prueba
válido para demostrar los supuestos de hecho indicados en la demanda y
que soportan el petitum la confesión judicial, entendida esta, como aquel
“(...) medio a través del cual la parte capacitada para ello relata en forma
expresa, consiente y libre hechos personales o que conoce, y que a ella le
son
perjudiciales,
o
por
lo
menos,
resultaban
favorables
a
la
contraparte.(...)”6
De allí que el artículo 194 del C.P.C. regule su procedencia y la forma en
que la misma puede otorgarse en el debate probatorio,
ya sea de
manera provocada o espontánea:
“Confesión judicial es la que se hace a un juez, en ejercicio de sus
funciones; las demás son extrajudiciales. La confesión judicial puede ser
provocada o espontánea. Es provocada la que hace una parte en virtud
de interrogatorio de otra parte o del juez, con las formalidades
establecidas en la ley, y espontánea la que se hace en la demanda y su
Folio 42 del cuaderno de continuación del cuaderno principal
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria M.P. Nicolás Bechara Simancas, sentencia
febrero 20 de 2001, Exp 5861.
5
6
12
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
contestación
o
en
cualquier
otro
acto
del
proceso
sin
previo
interrogatorio.”(negrillas y subrayas por esta Sala)
A su turno la doctrina con fundamento en lo establecido en el artículo 195
ibídem, ha señalado, que para que a la confesión judicial se le puedan
atribuir plenos efectos probatorios, la misma debe gozar de los requisitos de
existencia, de eficacia y de validez:
“ARTÍCULO 195. REQUISITOS DE LA CONFESIÓN. La confesión requiere:
1. Que el confesante tenga capacidad para hacerla y poder dispositivo
sobre el derecho que resulte de lo confesado.
2. Que verse sobre hechos que produzcan consecuencias jurídicas
adversas al confesante o que favorezcan a la parte contraria.
3. Que recaiga sobre hechos respecto de los cuales la ley no exija otro
medio de prueba.
4. Que sea expresa, consciente y libre.
5. Que verse sobre los hechos personales del confesante o de que tenga
conocimiento.
6. Que se encuentre debidamente probada, si fuere extrajudicial o judicial
trasladada. “
Relevantes para el caso sub examine aquellos que refieren a la eficacia de
la confesión judicial y que atañen a:
“1-la disponibilidad objetiva del derecho. (...), se exige que la confesión
sea hecha sobre un derecho del cual se puede disponer.
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As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
2.-Que exista autorización legal o convencional para hacerla en nombre
de otro. Para que una persona pueda confesar por otra se requiere que
tenga autorización surgida de la ley o de la convención y siempre y
cuando que lo haga dentro del límite de sus facultades”7
Requisito este último sobre el cual el artículo 197 establece, que en caso de
que la confesión se de por apoderado, valdrá cuando para hacerla haya
recibido autorización de su poderdante, la cual se presume para la
demanda, las excepciones y las correspondientes contestaciones.
Confesión judicial que para el caso en examen se verificó respecto de
varios de los elementos exigidos por la jurisprudencia, dentro de los que se
encuentra la existencia del contrato de transporte.
Obsérvese cómo a folio 4, en los hechos de la demanda, el apoderado de
la parte actora afirma:
“PRIMERO: El señor sargento del Ejercito LUIS EDUARDO SÁNCHEZ
CÁRDENAS, efectuó, el día 30 del mes de abril del año 2005, un contrato
de transporte con la empresa COOTRANSLABOYANA LTDA. En cuya virtud,
esta última se obligó a llevar a mi mandante desde la ciudad de Florencia
Departamento del Caquetá hasta la ciudad de Neiva Departamento del
Huila”
Hecho sobre el que el apoderado de la parte demandada contestó a folio
71:
“Es cierto, se desprende de la documentación aportada al proceso”
Por lo que se ha verificado, que el hecho aducido por el demandante que
comporta una consecuencia jurídica adversa a la empresa de transporte
demandada, se entienda aceptado por este último a través de su
Jairo Parra Quijano, Tratado de la Prueba Judicial, La Confesión, Tomo II, Segunda
Edición, Ediciones Librería el Profesional, pags 104 y ss.
7
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As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
apoderado y demostrado para efectos de este litigio, por
haberse
configurado una confesión judicial provocada en los términos expuestos.
5.2.1.2 Del incumplimiento imputable al transportador, el daño y la
relación de causalidad entre dicho daño y la culpa contractual del
deudor.
Demostrada la existencia del contrato de transporte y corregido el yerro en
el que incurrió el a quo, se procederá a examinar si el demandado en
desarrollo
del
contrato
de
transporte
incumplió
sus
obligaciones
contractuales y en particular la establecida en el numeral 2 del artículo 982
del C. Co., denominada obligación de seguridad y que apunta a que en
el transporte de personas estas sean conducidas sanas y salvas al lugar de
destino; y a su vez si este incumplimiento le es imputable al contratista, o
por el contrario se ha demostrado la existencia de un agente extraño.
Sobre el examen lógico jurídico que exige el criterio de imputación esta
Sala retomando la posición de la Corte suprema ha indicado que es
requisito sine quanum “determinar el fundamento o justificación del deber
de responder para establecer si el sujeto a cuya esfera jurídica se imputa el
daño está obligado o no a repararlo.
Tal aspecto, atañe estrictamente a los criterios por los cuales un sujeto es o
no responsable de un daño, esto es, a la determinación del deber jurídico
de repararlo o, a lo denominado, “imputación jurídica”8
Pero esa operación lógica jurídica sólo es posible, si la misma le precede la
existencia del daño y que este ha sido el resultado de la actividad
transportadora contratada, en esa medida, se puede afirmar que en el
presente asunto, la empresa demandada estaba obligada en virtud del
contrato de transporte a conducir al aquí demandante el día 30 de abril
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Neiva AS. RESP. CIVIL EXT. 2004-00073-00 M.P.
EDGAR ROBLES RAMIREZ
8
15
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
del año 2005, desde la ciudad de Florencia, Departamento del Caquetá
hasta la ciudad de Neiva, Departamento del Huila.
Existe en el plenario a folio 11 del cuaderno de pruebas de la parte
demandante, prueba documental (cd), que indica que el señor LUIS
EDUARDO SÁNCHEZ CÁRDENAS ingresó al hospital universitario de Neiva
con politraumatismo, trauma abdominal y de pelvis por accidente de
tránsito sufrido el día 30 de abril de 2005, viajando como pasajero en un
vehículo de servicio público; tratamiento médico amparado bajo la póliza
AT 130615404922 de Seguros COLPATRIA del vehículo VZE-962, el mismo
vehículo que denuncia el demandante como el que ocasionó el
accidente.
Con lo anterior, queda plenamente demostrado que existió un daño
causado en la integridad del aquí demandante y que bajo la relación
causa efecto ese daño se produjo en desarrollo del contrato de transporte
declarado, incumpliendo con ello la obligación de seguridad que le exige
la normativa comercial.
Ahora bien, con el fin de determinar si ese incumplimiento bajo los
presupuestos jurisprudenciales expuestos es imputable al transportador, es
preciso hacer las siguientes consideraciones en torno al criterio de
imputación subjetiva que reviste esta materia.
El artículo 982 ibídem establece las obligaciones a cargo del transportador,
las cuales, en tratándose de transporte de personas, consisten en
“conducirlas sanas y salvas al lugar de destino”.
Significa lo anterior que el contrato de transporte genera obligaciones de
resultado y no de medio, es decir, el transportador no sólo se compromete
a poner toda la diligencia necesaria para que se logre el fin perseguido, su
compromiso va más allá, se obliga a que con su conducta se obtenga una
consecuencia determinada o un resultado concreto, por lo que, aunque
haya obrado con toda presteza, si el resultado no se logra, la obligación
16
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
habrá sido incumplida y el deudor sólo quedará exonerado de
responsabilidad probando que la no consecución del resultado obedece
a un hecho que le es extraño.
Así las cosas, el transportador debe responder de todos los daños que le
sobrevengan al pasajero desde el momento que se haga cargo de éste, y
hasta que el viaje haya concluido. En el evento de que el pasajero sufra
algún perjuicio, el transportador se presumirá civilmente responsable,
pudiendo exonerarse de tal responsabilidad probando:
-
Obra exclusiva de un tercero;
-
Fuerza mayor, pero ésta no podrá alegarse cuando haya mediado culpa
imputable al transportador, que en alguna forma sea causa del daño; y
-
Culpa exclusiva del pasajero, o lesiones orgánicas o enfermedad anterior,
que no hayan sido agravadas a consecuencia de los hechos imputables al
transportador9.
En efecto, tanto en el transporte civil como en el transporte mercantil de
pasajeros, el demandante debe establecer que la lesión o la muerte del
pasajero se produjeron durante la operación del transporte, pero una vez
demostrada la ocurrencia de las lesiones o la muerte, se presume que unas
y otra fueron causadas por el transportador, quien sólo podrá exonerarse
demostrando las causales previstas en la citada norma.
En este orden de ideas, a quien demanda por responsabilidad contractual
derivada de un contrato de transporte de personas, le corresponde
solamente probar la ocurrencia del hecho, el daño y el nexo de
causalidad, pues la culpa del transportador se presume.
La Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia manifestó al
respecto:
9
Ver artículo 1003 del Código de Comercio.
17
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
“3.- El artículo 982, numeral 2º del Código de Comercio,
modificado por el artículo 2º del decreto 01 de 1990,
impone
al
transportador,
en
el
“transporte
de
personas”, la obligación de “conducirlas sanas y salvas
al lugar de destino”, lo que comporta también, según el
artículo 1003, ibídem, la obligación de responder de
“todos los daños que sobrevengan al pasajero desde el
momento en que se haga cargo de éste”.
Es lo que la doctrina ha denominado “obligación de
seguridad”, en consideración a que el contrato de
transporte
origina
obligaciones
de
resultado.
Esto
implica que en caso de incumplimiento, al pasajero le
basta afirmarlo, sin que tenga que probar la culpa del
transportador, pues ésta se presume. Como se explicó
en la sentencia citada, tratándose de “responsabilidad
contractual que implique al propio tiempo el ejercicio
de actividad peligrosa, la exoneración de la carga de
probar la culpa depende no de la presunción prevista
en el artículo 2356 del C. C., sino de que la obligación
allí asumida sea de resultado, tal como lo dispone el
artículo 1604 ibídem”10.
Relevado de la carga de la prueba el demandante, la Sala
encuentra que en el presente asunto no se acreditó por parte del
demandado, el agente extraño que sugirió como excepción de
fondo y con ello fenece la posibilidad de resquebrajar la relación de
causalidad analizada ut supra.
De allí que en efecto se pueda concluir que en el sub judice quedó
plenamente demostrada la existencia de un contrato de transporte,
10
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil. Sentencia del 26 de junio de 2003. M.
P. Dr. José Fernando Ramírez Gómez.
18
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
que
en
el
ejercicio
COOTRANSLABOYANA
del
LTDA
mismo
la
incumplió
empresa
transportadora
con
obligación
su
de
seguridad que le demandaba la ley comercial en perjuicio de la
integridad del señor LUIS EDUARDO SÁNCHEZ CÁRDENAS, y por ende
le es atribuible el daño causado y con ello el deber de reparar.
No obstante y aún demostrados los elementos que estructuran la
responsabilidad civil contractual derivada del contrato de transporte
terrestre de pasajeros, y con ello el deber de reparar que tiene la empresa
demandada en este asunto, es menester recodar como en otras ocasiones
lo hiciere esta Colegiatura que es necesario acreditar que el daño sea
cierto, concreto y cuantificable:
“Respecto del primer problema jurídico debemos recordar, tal como lo ha
reiterado la jurisprudencia que para que un daño sea reparable el mismo
debe ser cierto, concreto y cuantificable.
En igual sentido respecto de la necesidad probatoria en este campo se ha
indicado que:
De conformidad con el principio de la necesidad de la prueba,
contemplado en el artículo 174 del Código de Procedimiento Civil, bien se
sabe que toda decisión judicial debe fundarse en las pruebas regular y
oportunamente allegadas al proceso.
Así mismo cabe reiterar como lo hiciere la Corte que una cosa es la
prueba del daño y otra muy distinta es la prueba de su intensidad, asunto
del que se evidencia una equivocación incurrida por el censor:
“Pero como una cosa es la prueba del daño, es decir, la de la lesión o
menoscabo del interés jurídicamente protegido, y otra, distinta, la prueba
de su intensidad, es lógico que para poder establecer la cuantía del
perjuicio, necesariamente debe existir certeza sobre su existencia, para así
entrar a avaluarlo. Desde luego que la falta de la prueba del quantum de
19
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
ese
perjuicio
corresponde
suplirla
a
los
juzgadores
de
instancia,
cumpliendo con el deber de decretar pruebas de oficio, tal como lo
ordena el artículo 307 del Código de Procedimiento Civil, precepto éste
que vedó, como principio general, las condenas en abstracto o in genere
y, por ende, la absolución por la falta de determinación de una condena
concreta.”11
Por ende respecto del daño corresponde demostrar su existencia al
demandante y sobre la intensidad si bien hace parte de la diligencia de
aquel, su demostración en caso de que la misma no existiere corresponde
al Juzgador de Instancia suplirla.”12
Así y con el objeto de no emitir una condena en abstracto o in genere,
esta Sala mediante auto de fecha 26 de mayo de 2011 ordenó para un
mejor proveer en este punto la practica de un nuevo dictamen pericial,
con el objeto de determinar los perjuicios materiales que haya sufrido el
demandante, el cual fue allegado y no objetado por las partes y obra
como plena prueba en cuanto a su validez, sobre este punto.
A su turno, cabe recordar y resulta atinado precisar las reglas que en
materia probatoria y de apreciación de los elementos que permiten
determinar la claridad, concreción y cuantificación del daño, han sido
dictadas por el Alto Tribunal:
“Destácase, además, que la jurisprudencia de esta Corporación “se
orienta sin duda en un prudente sentido restrictivo cuando en sede litigiosa,
se trata de admitir la existencia material del ‘lucro cesante’ y de efectuar
su valuación pecuniaria, haciendo particular énfasis en que procede la
reparación de esta clase de daños en la medida en que obre en los autos,
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACION CIVIL Magistrado Ponente: Dr. JOSE
FERNANDO RAMIREZ GOMEZ Bogotá, D. C., tres (3) de marzo de dos mil cuatro (2004)
Referencia: Expediente No. C-7623
11
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Neiva AS. RESP. CIVIL EXT. 2004-00073-00 M.P.
EDGAR ROBLES RAMIREZ
12
20
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
a disposición del proceso, prueba concluyente en orden a acreditar la
verdadera entidad de los mismos y su extensión cuantitativa, lo que
significa rechazar por principio conclusiones dudosas o contingentes
acerca de las ganancias que se dejaron de obtener, apoyadas tales
conclusiones en simples esperanzas, expresadas estas en ilusorios cálculos
que no pasan de ser especulación teórica, y no en probabilidades
objetivas demostradas con el rigor debido. En otras palabras, toca al
demandante darse a la tarea, exigente por antonomasia, de procurar
establecer, por su propia iniciativa y con la mayor aproximación que sea
factible según las circunstancias del caso, tanto los elementos de hecho
que producen el menoscabo patrimonial del cual se queja como su
magnitud, siendo entendido que las deficiencias probatorias en estos
aspectos de ordinario terminarán gravitando en contra de aquél con
arreglo al Art. 177 del C. de P.C.” (sent. del 4 de marzo de 1998, exp. 4921).
Establecidas las reglas generales se procederá a evaluar la demostración
de los perjuicios reclamados, tomando en consideración el material
probatorio allegado al proceso.
DE LOS PERJUICIOS MATERIALES
Sobre el particular esta Sala ha afirmado que es indemnizable tanto el
daño actual como el futuro, actual es aquel que se ha materializado al
momento de proferirse la sentencia y futuro aquel cuya ocurrencia es
inminente, pero no necesaria.
Como lo sostiene Juan Carlos Henao en el perjuicio no consolidado existen
dos hipótesis, la primera “aquel en que el juez califica la certeza del
perjuicio a partir de una situación existente, y otra aquel en que la
calificación ha de hacerse a partir de una situación que no es real al
momento de la calificación.
(…)
21
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
No sobra señalar que ambos tienen en común que el perjuicio es futuro y
no consolidado aún. La víctima reclama porque asegura que un daño
sobrevendrá. La certeza dependerá entonces de las oportunidades futuras
de la ocurrencia del mismo, que se estudiaran en el presente, con los
elementos de juicio a disposición.
Si encuentra que es muy probable que el daño ocurra o se prolongue, se
tendrá por cierto. De lo contrario será eventual y conjetural. Esta discusión,
pues, acerca de lo futuro decidido en el presente, recuerda la frase de
Josserand según la cual “el porvenir es así tomado en consideración en la
medida en que es postulado necesariamente por el presente, donde se
hunden, por decirlo así, sus raíces…”.”13
Bajo las anteriores reglas, se observa como en la cuantificación realizada
por el perito solicitado en esta sede, el mismo sobre el daño emergente
consolidado o pasado, determina como sumas erogadas por la parte
demandante con ocasión del daño sufrido:
-Consignación en el banco popular por
-Tiquete No 3257159 de Transportes de Taxi
$960.309
$6.000
-Tiquete No 84574 de Cootransgar
$12.000
-tiquete No 237843 de Cootranslaboyana
$11.500
-Comprobante de envío No 760507280
$4.800
-Comprobante de envío No 761279080
$4.800
-Comprobante de envío No 762935663
$4.800
-Comprobante de envío No 757376885
$4.800
Total..........................................................................................................$1.008.700
ACTUALIZADO DAÑO EMERGENTE CONSOLIDADO........................$1.865.469.6
Henao Juan Carlos, EL DAÑO Análisis Comparativo de la Responsabilidad Extracontractual del
Estado en Derecho Colombiano y Francés, Universidad Externado de Colombia 1998, Pág. 136.
22
13
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
La anterior cuantificación se sustenta en las pruebas obrantes en el
proceso, por lo que merece total credibilidad y así se dejará sentado.
Ahora bien, respecto del lucro cesante consolidado y futuro, esta Sala se
aparta del criterio determinado por el experto, en tanto su base técnica es
ambigua, superflua y carente de soporte probatorio, sumado a la falta de
diligencia que en este punto le asistía al demandante desplegar, con el fin
de acreditar, que por razón de su invalidez parcial no continuó laborando,
o se vio mermada su capacidad de ingreso, punto este último sobre el que
recaba la duda, si se observa que aún después del accidente (5 meses) el
aquí demandante todavía se encontraba vinculado al Ejercito Nacional,
tal como se establece de los desprendibles de pago obrantes a folio 138 y
139 del cuaderno principal, siendo entendido por esa inactividad, como
se afirmó, que las deficiencias probatorias en estos aspectos de ordinario
terminarán gravitando en contra de aquél con arreglo al Art. 177 del C. de
P.C.
 DE LA INCAPACIDAD PERMANENTE PARCIAL
Esta Sala no se pronunciara sobre la indemnización por concepto de la
incapacidad permanente parcial, sufrida por el demandante en tanto,
para efectos de determinar la misma es necesario que se encuentre
demostrado junto al porcentaje de pérdida de la capacidad laboral, el
ingreso base de liquidación conforme a lo preceptuado en decreto 2644
de 1994, el cual no se acreditó y la parte demandante en total desidia a su
deber probatorio no realizó ningún esfuerzo para que se obtuviere el
objeto de la prueba decretada en el punto 6° del auto de decreto(folio
144 del cuaderno principal) y aún cuando aparece en los folios 13 al 15,
copias de los desprendibles de pago de los meses diciembre de 2005,
mayo de 2006 y abril de 2006, los mismos al ser adosados en copia simple
carecen de eficacia probatoria, aunado a que refieren a fechas
posteriores a la ocurrencia del accidente.
23
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
PERJUICIOS MORALES
Por el carácter inmaterial, y teniendo en cuenta que se trata de bienes
inasibles e inconmensurables, resulta dispendioso establecer el monto de
los perjuicios morales y la afectación a la vida de relación, razón por la
cual para la cuantificación de este daño inmaterial se debe tener en
cuenta lo que pretorianamente se ha señalado como el arbitrium judicis, es
decir, que corresponde al juez dentro del marco de la discrecionalidad y
teniendo como guía la justicia y la equidad como valores supremos que
orientan la actividad judicial, establecerlos. Ello no significa que el juez
pueda arbitrariamente determinar el monto de la indemnización, sino que
su discrecionalidad esta determinada por la intensidad del daño sufrido
por las víctimas de manera directa o indirecta, en el caso del daño moral,
se proyecta exclusivamente en la esfera afectiva o interior de la persona
representado en la aflicción psicológica al ver menoscabada la integridad
personal o cualquier otro bien patrimonial, y en el denominado daño a la
vida de relación, en afectaciones que atentan contra el desenvolvimiento
individual, familiar y social.
La jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, en sentencia
pronunciada el 20 de enero de 2009, ha señalado, como limite de la
indemnización por perjuicio moral la suma de $40.000.000 que equivalen a
80,48 SMLMV,14 y la jurisprudencia del Consejo de Estado ha reconocido
por este concepto indemnizaciones hasta de 100 SMLMV.15
Como consecuencia del accidente de tránsito, la demandante, sufrió las
siguientes lesiones y fue sometido a los siguientes procedimientos,
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación civil, sentencia Del 20 de enero de 2009, Exp.
170013103005199300215-01, M.P. Pedro Octavio Munar Cadena.
15 Consejo de Estado, Sección Tercera, Expedientes acumulados Nos. 13.232 – 15.646, septiembre 6
de 2001, M.P. Alier Eduardo Hernández Enríquez.
24
14
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
determinadas para la época de los hechos según historia clínica
examinada:
Fecha: 04 de mayo de 2005. (folio 13 del cuaderno principal)
“trauma abdominal cerrado y fractura intertrocantérica en fémur
izquierdo, fue manejado inicialmente en suaza (Cundinamarca) donde
colocan tracción cutánea y remiten a Neiva donde deciden remitir al
hospital militar general central para el manejo de su patología, en esta
institución es llevado a cirugía de reducción abierta + osteosíntesis de
fractura intertrocanterica de fémur izquierdo (13/05/05) hasta cuando se
pudo adquirir material de osteosíntesis requerido para el procedimiento
quirúrgico,..”
27 de agosto de 2010, Dictamen de la Junta Regional de Calificación de
Invalidez de Bogotá.
“SECUELAS DE TRAUMATISMOS QUE AFECTAN MÚLTIPLES REGIONES DEL
CUERPO”
Calificando en:
-Discapacidades 4.20
-Minusvalía 12.00
-Deficiencia 5.38
Para un total de Perdida de la Capacidad Laboral de 22.58%”
Observa la Sala que no hay duda que en el presente asunto la lesión
causada a la demandante ha influenciado en su desempeño físico, que se
ve aparejado por el sufrimiento a que se ven sometidas las personas que
en adelante no pueden desplegar todos sus funciones motrices como si
fueran personas normales.
25
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
En cuanto al perjuicio moral reclamado por la víctima, la Sala estima
siguiendo los derroteros de la jurisprudencia, que la indemnización debe
corresponder a la suma de 40 SMLMV para la víctima directa del daño.
Respecto del llamamiento en garantía, no se declararán probadas sus
excepciones, al haberse condenado por perjuicios materiales en cuantía
inferior al tope máximo asegurado, valores únicos a llamar a cubrir en
atención a que solo ellos encuentran amparados en la relación
contractual que reviste la póliza No 99400000000.
Por último se absolverá de las suplicas al demandado ABEL ARTUNDUAGA
CARVAJAL, en tanto no se logró demostrar que el vehículo VZE-962 era de
su propiedad.
6. COSTAS
De conformidad con el artículo 392 numeral 4 del C. de P. Civil, se
condenará en costas en ambas instancias a la parte demandada fijando
como agencias en derecho en primera instancia la suma de $2.300.000 y
en segunda instancia la suma de $550.000.
Sin más consideraciones, la Sala Civil Familia Laboral del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Neiva, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la Ley,
7. RESUELVE
PRIMERO: REVOCAR en todas sus partes la sentencia proferida el 21 de
enero de 2011, proferida por el Juzgado Segundo Civil del Circuito de
Pitalito Huila y en su lugar declarar que entre el demandante LUIS
EDUARDO
SÁNCHEZ
CÁRDENAS
y
la
Cooperativa
Laboyana
de
Transportadores Limitada “COOTRANSLABOYANA LTDA”, existió un contrato
de transporte terrestre de pasajeros de fecha 30 de abril de 2005, en los
términos expuestos en la parte motiva de esta providencia.
26
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
SEGUNDO: DECLARAR que la empresa demandada incumplió la obligación
de seguridad derivada del contrato de transporte, CONDENÁNDOLA a
pagar a favor del señor LUIS EDUARDO SÁNCHEZ CÁRDENAS, por concepto
de perjuicios causados las siguientes sumas:
-$1.865.469.6 por concepto de perjuicios materiales.
-40 Salarios mínimos legales mensuales vigentes por concepto de perjuicios
morales.
TERCERO:
DECLARAR
que
la
llamada
en
garantía
ASEGURADORA
SOLIDARIA DE COLOMBIA, debe responder en virtud del contrato de seguro
que la vincula con la Cooperativa Laboyana de Transportadores Limitada
“COOTRANSLABOYANA LTDA, por la suma que por concepto de perjuicios
materiales fueron reconocidos esta es $1.865.469.6.
CUARTO: ABSOLVER al demandado ABEL ARTUNDUAGA CARVAJAL de las
condenas impuestas, conforme a lo establecido en la parte motiva de esta
providencia.
SEXTO: CONDENAR en costas en ambas instancias a la parte demandada
fijando como agencias en derecho en primera instancia la suma de
$2.300.000 y en segunda instancia la suma de $550.000.
NOTIFÍQUESE
EDGAR ROBLES RAMÍREZ
LUZ DARY ORTEGA ORTIZ
ALBERTO MEDINA TOVAR
27
As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2007-00226-01
COP. FOLIO ______TOMO______SENTENCIAS CIVILES
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