PREAMBULO A LAS 40 MEDIDAS COMO PLAN DE RENOVACIÓN

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PREAMBULO
A LAS 40 MEDIDAS COMO PLAN DE RENOVACIÓN DE LA FORMACIÓN PROFESIONAL.
La formación profesional, en España siempre ha sido de algún modo, el “coche escoba” que
recoge el fracaso escolar. Reconocer esta afirmación es fundamental para sentar las bases de
un nuevo planteamiento de formación profesional de futuro.
La Formación Profesional, sigue siendo aún hoy la gran desconocida, en una sociedad en la
que la mayoría de las personas vivimos de desarrollar un trabajo, es decir, llevar a la práctica
unas aptitudes y actitudes profesionales, una profesión. Aun así, por tradición, por una cuestión
cultural, social y de mala orientación académica, se valora mucho más un título académico que
una titulación de formación profesional. Esta percepción está variando con la llegada de la crisis,
donde un número considerable de personas con titulación universitaria está recurriendo a la
formación profesional para su inserción laboral.
La FP en la LOGSE
Gran parte de las decisiones de ordenación de la formación profesional inicial de la LOGSE
fueron tomadas para tratar de evitar que la sociedad siguiera identificando estos estudios como
la salida para el fracaso escolar de la enseñanza obligatoria. Se implantó, para ello, un nuevo
sistema de ciclos formativos netamente profesionales con grandes retos:
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Incorporar una formación de base sólida, que asegurase las competencias generales que
exige un mercado de trabajo en constante cambio y polivalente.
Consolidar un mecanismo de actualización permanente de los programas formativos.
Extender la formación a lo largo de la vida.
Fomentar la libre circulación de trabajadoras y trabajadores en nuestro entorno europeo.
Una de las novedades más considerables de esta etapa fue la creación de un módulo
profesional, denominado “Formación en centros de trabajo” (FCT), donde el alumnado
permanece en la empresa durante 300 horas realizando actividades productivas propias de su
perfil profesional con el fin de completar la adquisición de las competencias profesionales
conseguidas en el centro formativo.
Estructura interna
Nuestro actual sistema de ciclos de FP está formado por enseñanzas profesionales que
presentan las siguientes características:
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Los ciclos requieren 2000 horas de formación, distribuidas en unos 10-12 módulos
profesionales.
Los módulos, en comparación con las asignaturas tradicionales, tienen una característica
que los diferencia de ellas: en su mayor parte se asocian con una o varias unidades de
competencia (UC) del Sistema Nacional de Cualificaciones, que, una a una, tienen
validez en el mercado laboral y pueden ser certificadas independientemente.
Un conjunto de unidades de competencia conforman una cualificación profesional, las
cuales están pensadas para que el subsistema de FP ocupacional ofrezca paquetes de
formación, de menor duración que los ciclos, para personas desempleadas, y que dan
lugar a los Certificados de Profesionalidad.
En este punto hay que subrayar esta íntima vinculación entre el sistema educativo y
ocupacional (laboral) que ha sido y sigue siendo, uno de los talones de Aquiles de nuestro actual
sistema de Formación Profesional y por otro lado, uno de los pilares en los que se debería
asentar el sistema de Formación Profesional que perfilemos para un futuro a medio o largo
plazo. En este nuevo sistema es fundamental la integración de los subsistemas de FP (reglada,
ocupacional y continua, hoy denominadas “FP Inicial” y “FP para el Empleo”).
Diferencias entre el modelo español y el europeo
El modelo del sistema productivo en España tiene una estructura inversa al sistema productivo
Europeo en su conjunto.
En Europa, el sistema productivo se asienta sobre una base muy amplia de cualificaciones
intermedias que corresponderían a nuestros niveles intermedios de cualificación, grados medios
y superiores de la actual formación profesional, en España se sustenta un gran número de
personas con baja cualificación (ESO o PCPI), un elevado número de titulados superiores y
universitarios y pocas personas con niveles intermedios (FP Grado Medio y Superior o Bach).
Este modelo que se viene repitiendo los últimos veinte años, ha generado grandes desajustes
entre la demanda de profesionales en el sistema económico y productivo de nuestro país y la
oferta de formación para atender a dicha demanda.
Hablamos de que nuestro país presenta un gran número de personas de baja o ninguna
cualificación. Si bien es cierto que en los últimos años se ha incidido mucho en la cualificación
de las personas para poder tener un trabajo digno y que el gran problema del paro juvenil está
directamente relacionado con este tema, lo cierto es que nuestro sistema educativo, no es capaz
de atajar de raíz este inmenso problema.
Profesorado
En el análisis que venimos realizando nos queda por tocar uno de los pilares del mejor sistema
de Formación Profesional a que pudiésemos aspirar y seguramente, la clave para que cualquier
sistema que implementemos funcione: el profesorado.
El profesorado es la pieza angular del sistema educativo, y por tanto la formación del mismo en
materia pedagógica a la par que técnica, debería ser un hecho. Sin embargo, a día de hoy, este
colectivo sigue encontrándose con grandes inconvenientes para realizar su labor:
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La mayoría del profesorado que imparte FP no ha tenido una formación
específica suficiente en el terreno didáctico. La práctica docente, en cualquier nivel de
enseñanza, necesitaría de una competencia didáctico-pedagógica que no se ha recibido
en la formación inicial.
La formación permanente del profesorado siempre tuvo sus dificultades para
alcanzar un cierto nivel de calidad y esto se ha incrementado en los últimos años lo cual
dificulta de forma notable llevar a las aulas y talleres las innovaciones del sistema
económico.
Las estancias formativas en empresas debería ser requisito indispensable para
todo el profesorado a lo largo de su vida profesional. Sin embargo, brillan por su
ausencia.
La coordinación entre el profesorado del centro y los distintos departamentos,
muchas veces no es la adecuada, y queda relegada a un horario en el que se establecen
por decreto unas horas de reuniones sin tener en cuenta el tipo de alumnado, la familia
profesional, los distintos ciclos que deberían definir el uso de espacios, recursos,
actividades, practicas, proyectos, tutorías, etc.
En conclusión, se trabaja en una organización escolar muy jerarquizada, menos democrática,
que no responde ni a las premisas fundamentales en las que debería basarse el sistema público
escolar ni a los retos funcionales que las demandas de la formación profesional exigen en la
actualidad.
Con todos estos argumentos a tener en cuenta, deberíamos valorar, porque consideramos la
necesidad de llevar a cabo una reforma del Sistema de Formación Profesional.
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