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DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN
NOTA DE PRENSA
En la conferencia “Alberto Sols – Fundación BBVA” del congreso anual de la
Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular
Víctor de Lorenzo urge a “no perder el
tren” de la biología sintética en España
 La Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM)
celebra su congreso anual en Granada de 10 al 12 de septiembre con
el apoyo de la Fundación BBVA
 La biología sintética “reprograma los seres vivos para que hagan lo que
queramos”, ya sea generar electricidad o absorber carbono. Se aspira
incluso a sintetizar vida artificial

El “potencial transformador” de la biología generará “un tipo de
industria y una economía muy distinta de la actual”, dice De Lorezo.
España corre el riesgo de quedarse fuera
 De Lorenzo imparte mañana, 10 de septiembre la conferencia inaugural
“Alberto Sols -Fundación BBVA”
Madrid, 9 de septiembre de 2014.- La posibilidad de intervenir en el código
genético de los seres vivos ha generado grandes avances en investigación
biomédica, mejores fármacos y terapias y, también, nuevas polémicas, como
la de los alimentos transgénicos. Pero todo eso es muy poco, nada,
comparado con las promesas de la biología llamada sintética: "El objetivo es
programar sistemas biológicos complejos para que hagan lo que queramos",
dice Víctor de Lorenzo, investigador del Centro Nacional de Biotecnología
(CNB), en Madrid, y uno de los impulsores de esta área en Europa.
Reprogramando a fondo los organismos, incluso sintetizándolos de novo, los
científicos quieren crear organismos que generen electricidad, degraden
residuos tóxicos, absorban CO2, catalicen reacciones químicas... Formas de
vida completamente nuevas, al servicio de los humanos.
De Lorenzo hablará de ello mañana día 10 de septiembre en la conferencia
inaugural “Alberto Sols-Fundación BBVA” del congreso anual de la Sociedad
Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM), que se celebra en
Granada hasta el 12 de septiembre con el apoyo de la Fundación BBVA.
"La biología sintética es una nueva clave interpretativa de los sistemas vivos y
una declaración de intenciones sobre la utilización y reprogramación de los
objetos biológicos en beneficio humano", dice este experto. "La biología ha
adquirido un potencial transformador que posiblemente nos lleve a un tipo de
industria y de economía muy distinta de la actual".
Por eso, por la enorme influencia que según De Lorenzo tendrá la biología
sintética en la economía, él insta a que la ciencia española entre de lleno en
el área. A pesar de que la UE en su conjunto y EEUU "han apostado
decididamente por la biología sintética como uno de los pilares de la bioeconomía del futuro", en España "aún no ha habido un envite significativo por
parte de las administraciones o las empresas". Y advierte: "No nos queda
mucho tiempo".
"Mientras el campo se encuentre aún en un periodo fundacional, en el que el
talento sea más importante que el músculo, tendremos una buena
oportunidad de situarnos en el paisaje futuro de esta disciplina", afirma. "Pero
esa ventana de oportunidad puede perderse muy rápidamente si las
actividades y grupos ya existentes se descapitalizan por la crisis, y no se genera
una masa crítica suficiente en los próximos años".
Diseñar vida nueva
La biología sintética implica tomar el control de lo que ocurre en la vida a
escala de milésimas de milímetro, como en su día se hizo con la domesticación
de plantas y animales. Y muchos creen que, como ocurrió con la agricultura y
la ganadería, esa conquista efectiva del mundo microbiano podría tener
consecuencias cruciales para la humanidad.
Pero si unos creen que la biología sintética es la próxima gran revolución
tecnológica de la humanidad, para otros sus objetivos son utópicos y
éticamente arriesgados. Crear seres nuevos para que resuelvan los problemas
humanos en un sinfín de ámbitos -desde la generación de energía a la
eliminación de tóxicos- exige intervenir en el genoma de los organismos mucho
más profundamente de lo hecho hasta ahora.
En biología sintética ya no se trata de cambiar unos pocos genes, sino grandes
fragmentos de ADN que funcionan como auténticos circuitos genéticos con
una función determinada. Se cambian piezas de ADN, igual que se cambian
las ruedas y las marchas de una bicicleta de paseo que se quiere adaptar
para la montaña. Y no solo eso. En última instancia la biología sintética aspira a
construir entidades vivas a medida desde cero, sintetizados -como indica el
propio nombre de la disciplina- por completo en el laboratorio.
El término y el concepto de biología sintética existen desde hace más de
quince años, pero el avance que alertó al mundo del poder de la biología
sintética es más reciente. En 2010 Craig Venter logró sintetizar el genoma
completo de una bacteria; este ADN artificial fue usado para reemplazar el
ADN nativo de otra bacteria, que siguió proliferando bajo las instrucciones del
nuevo genoma. ¿Era la primera forma de vida artificial? No exactamente -dijo
entonces la comunidad-, porque el nuevo ADN se introdujo en una bacteria
que ya existía. Pero tras el logro de Venter, los comentaristas de revistas
especializadas pronosticaron nuevos genomas diseñados con todo tipo de
propósitos -incluidos los perversos-.
“Es absolutamente fascinante”
"Todavía no podemos crear una E. coli en el laboratorio [la bacteria más usada
en investigación], aún no estamos ahí", dice De Lorenzo, "pero Venter ha
demostrado que, aunque con dificultad, podemos sintetizar un genoma
entero, y eso marca un punto de inflexión".
De Lorenzo ha dedicado la mayor parte de su carrera al área llamada
bioremediación, que aspira a usar microorganismos para descontaminar y, en
general, preservar el medio ambiente. La llegada de la biología sintética
supuso para él una revolución conceptual que ha multiplicado sus resultados y
su impacto internacional. Casi el 40% de las cerca de 15.000 citas cosechadas
por sus más de 250 publicaciones se han producido en los últimos cinco años.
"Me parece absolutamente fascinante que los sistemas biológicos se puedan
programar para hacer operaciones no muy distintas a las que hacen los
sistemas construidos por ingenieros", admite De Lorenzo. "Y creo que me voy a
dedicar a este trabajo quizás hasta el final de mi carrera de investigador”.
A él no le preocupan los aspectos éticos relativos a la creación de seres vivos
artificiales: "Pasará lo que pasó con la anestesia. Había quien decía que el
dolor lo había puesto Dios y por tanto no se debía ir en contra de la ley divina.
Pero el éxito de la anestesia es evidente e instantáneo, y los debates éticos,
religiosos, etc., desaparecieron".
Asesor de la Presidencia de la CE
En 2010 De Lorenzo presidió junto con el ingeniero de la Universidad de
Stanford, Drew Endy, uno de los fundadores de la biología sintética, el Grupo
de Trabajo sobre Biología Sintética de la Comisión Europea y Estados Unidos.
Además, De Lorenzo es el único español en el Consejo Asesor en Ciencia y
Tecnología de la Comisión Europea (CE), el grupo de quince científicos que
informan al Presidente de la CE sobre el estado de las cosas en la ciencia
actual e identifican las áreas científicas con mayor potencial para contribuir al
crecimiento europeo.
El próximo octubre, en Lisboa, De Lorenzo presentará junto con Anne Glover,
Asesora Científica Jefe de José Manuel Durao Barroso, el informe elaborado
por el Consejo Asesor en Ciencia y Tecnología dentro del Congreso "El futuro
de Europa es la ciencia", que marcará el final de su mandato al frente de la
CE.
¿Qué resultados puede mostrar hoy la biología sintética, aparte del trabajo de
Venter? Ya hay en los laboratorios bacterias con grandes porciones de su
genoma modificadas y sintetizadas para hacer un determinado trabajo. Los
resultados de De Lorenzo son un ejemplo. Uno de sus favoritos es una bacteria
que ha sido reprogramada para degradar tóxicos tanto en ambientes con
oxígeno, como sin él.
Bacterias anti-minas, y un sistema inmune artificial
"Estoy muy orgulloso de este trabajo, es un organismo no inventado nunca
antes por la naturaleza", dice De Lorenzo. Para las bacterias, vivir con o sin
oxígeno implica estar equipado con maquinarias metabólicas muy distintas, así
que normalmente son aerobias -respiran oxígeno- o anaerobias. En
bioremediación esto complica el trabajo: en un suelo contaminado hay partes
con oxígeno y partes que no, lo que obliga a recurrir a varios microorganismos
limpiadores. Con la nueva bacteria reprogramada esto ya no debería ser
necesario.
Otra contribución del grupo de De Lorenzo es una bacteria que alerta de la
presencia de explosivos: "En su momento hicimos un pequeño circuito
biológico que nos servía para detectar explosivos en el suelo; jugando con
puertas ló́gicas, con reguladores transcripcionales y con indicadores
bioluminiscentes, hemos conseguido una bacteria que cuando hay en el suelo
residuos explosivos emite una señal luminosa. Creemos que puede tener
aplicaciones para el desminado y rehabilitación de zonas post-conflicto".
Además, en una vuelta de tuerca a las posibilidades de la biología sintética, el
prestigioso Consejo Europeo de la Ciencia (European Research Council, ERC)
ha concedido a De Lorenzo financiación para construir un sistema inmune
artificial combinando partes y dispositivos biológicos presentes de forma
natural en las bacterias medioambientales: “Los mecanismos con que las
bacterias que viven en sitios contaminados se defienden de los compuestos
tóxicos pueden parecerse a los que utiliza el sistema inmune para protegerse
de los patógenos; lo que aprendemos en un caso puede aplicarse para
rediseñar el otro en nuestro beneficio”, explica.
Convertir residuos industriales en energía
De Lorenzo repasa también logros de laboratorios en todo el mundo: una
levadura modificada para producir grandes cantidades del ingrediente de un
fármaco contra la malaria; una proteína habitual en los detergentes de
lavadora reprogramada para trabajar -limpiar- con agua fría en lugar de
caliente...
"Hay otras muchas cosas en la agenda", explica De Lorenzo. "Se puede hacer
una ingeniería masiva del genoma de algunas bacterias para producir
hidrógeno, biocombustibles, bioelectricidad, bioplásticos... La posibilidad de
convertir residuos industriales en una fuente renovable de energía es una
perspectiva absolutamente fascinante. Porque, ¿qué materias tenemos en
grandes cantidades, aparte del sol o del viento? La celulosa, la hemicelulosa,
la lignina... Se está haciendo un gran esfuerzo para convertir en energía estas
materias primas que tenemos en exceso, a través de la biología sintética".
Otra línea no menos ambiciosa es -rediseñar- las poblaciones de bacterias que
colonizan nuestro propio cuerpo, el microbioma humano. En pleno auge de su
estudio -hay evidencias que lo relacionan desde con la tendencia a engordar
hasta con el estado de ánimo-, hay proyectos de biología sintética que
aspiran a enriquecerlo con bacterias capaces de secretar fármacos, o de
detectar carencias vitamínicas y acto seguido subsanarlas sintetizando el
compuesto necesario.
Biólogos anárquicos, ingenieros metódicos
Pero, pese al entusiasmo, De Lorenzo recuerda que "aún queda mucho por
hacer". Hacer ingeniería biológica "de verdad" -dice- exige aprender principios
de ingeniería, por ejemplo, avanzar en la estandarización de los métodos de
ensamblaje de funciones biológicas y en los protocolos para medirlas.
"Lamentablemente, ni los intereses comerciales ni el espíritu más o menos
anárquico de muchos biólogos moleculares -en contraste con la cultura más
metódica de ingeniería- ayudan mucho en este sentido. Pero los beneficios de
tener unas normas de montaje para ensamblar segmentos de ADN podrían ser
enormes".
De Lorenzo ha hecho recientemente una propuesta para realizar
construcciones genéticas mediante un formato denominado SEVA (Standard
European Vector Architecture) y que espera que sea de gran utilidad para
facilitar la ingeniería de los sistemas biológicos.
Grupos de investigación en España
En la actualidad hay grupos de investigación de biología sintética en Madrid,
Barcelona, Valencia, Lérida y Sevilla. Pero "sería altamente deseable que las
escuelas de ingeniería incorporaran asignaturas de biología molecular y
sintética en su currículum central", afirma De Lorenzo, "y que se crearan
departamentos de investigación en biología en el entorno técnico y
cuantitativo de las ingenierías tradicionales”.
Es esencial que los ingenieros y los biólogos trabajen juntos, en vez de ser unos
meros asistentes de los otros: "Hoy, muchos biólogos moleculares alegan que
los ingenieros saben poco o nada de biología y por tanto es difícil
interaccionar con ellos; y a su vez, los ingenieros ven a buena parte de los
biólogos como carentes del talento cuantitativo y formación matemática que
se necesita para el diseño de sistemas que realmente funcionen".
Para De Lorenzo, solo si se consigue superar esta barrera cultural lograremos ser
"actores, en vez de meros espectadores, del nuevo tipo de bio-industria que
veremos desarrollarse en las próximas décadas".
Biografía de Víctor de Lorenzo
Víctor de Lorenzo (Madrid, 1957) es químico de formación. Profesor de
Investigación del CSIC, dirige actualmente el Laboratorio de Microbiología
Molecular Ambiental en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB). Tras
doctorarse en el Instituto de Enzimología del CSIC en 1982, De Lorenzo trabajó
en el Instituto Pasteur (1984); en la Universidad de California en Berkeley (198587); en la Universidad de Ginebra (1988); y en el Centro Federal de
Biotecnología en Braunschweig. En 1991 se incorporó al CSIC. Es especialista en
Biología Molecular y Biotecnología de bacterias del suelo, en particular
Pseudomonas putida, como agentes para la descontaminación de suelos
afectados por residuos industriales. Ha sido galardonado con el premio Rey
Jaime I en Protección Medioambiental (2001); el GSK de la Sociedad
Americana de Microbiología (2008); y el Gran Premio de la Academia
Francesa de Ciencias (2008). Es miembro de EMBO (Organización Europea de
Biología Molecular) y de la Academia Americana de Microbiología. Ha copresidido, con Drew Endy, el Grupo de Trabajo sobre Biología Sintética de la
Comisión Europea y Estados Unidos. También ha co-presidido el Consejo Asesor
en Ciencia y Tecnología que asesora a la presidencia de la Comisión Europea.
Ha publicado más de 250 trabajos científicos en revistas de alto impacto, y
forma parte de numerosos paneles internacionales. Su principal interés
actualmente es la interacción entre la biología sintética y la biotecnología
medioambiental.
Si desea más información, puede ponerse en contacto con el Departamento de
Comunicación y Relaciones Institucionales de la Fundación BBVA (91 374 52 10, 91 537
37 69 y 91 374 81 73 o [email protected]). También puedes consultar en la web
www.fbbva.es
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