HIGIENE_DE_MANOS

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HIGIENE DE MANOS
Lic. Elena Andión
Introducción
El concepto de lavado de manos con un agente antiséptico probablemente haya surgido a principios del siglo
XIX. En 1846, el Dr. Ignacio Felipe Semmelweis observó que las mujeres parturientas atendidas por
estudiantes y médicos pertenecientes a la Primera Clínica del Hospital General de Viena, presentaban
porcentajes de mortalidad más elevados que las puérperas y parturientas que eran atendidas por parteras
en la Segunda Clínica del mismo hospital. Semmelweis notó que los médicos y estudiantes que venían de la
Sala de Autopsias tenían un olor desagradable en las manos, a pesar de haberlas lavado con agua y jabón.
Postuló que la fiebre puerperal que afectaba a muchas parturientas era causada por “partículas cadavéricas”
transmitidas desde la Sala de Autopsias a la Sala de Obstetricia a través de las manos de estudiantes y
médicos. En mayo de 1847 solicita que médicos y estudiantes limpien sus manos con una solución clorinada
entre paciente y paciente. El porcentaje de mortalidad materna de la Primera Clínica desciende
dramáticamente y permanece bajo durante muchos años. Esta intervención de Semmelweis representa la
primera evidencia que indica que cuando las manos están fuertemente contaminadas y se lavan con un
agente antiséptico entre contactos con diferentes pacientes, se puede reducir la transmisión de
enfermedades contagiosas asociadas al cuidado de los pacientes de manera más efectiva que el simple
lavado con agua y jabón.
En 1843, Oliver Wendell Holmes postuló también que la fiebre puerperal era transmitida a través de las
manos del personal de salud y describió medidas destinadas a limitar la transmisión de infecciones que
tuvieron un impacto muy pobre en las prácticas de obstetricia de esa época. Sin embargo, como resultado
de los hallazgos de Semmelweis y Holmes, el lavado de manos fue aceptado gradualmente como una de las
más importantes medidas para prevenir la transmisión de patógenos en áreas de atención de pacientes.
En 1961 se recomendaba al personal de salud que lavara sus manos con agua y jabón durante 1 o 2 minutos
antes y después de tener contacto con un paciente. El enjuague de las manos con un agente antiséptico, por
ejemplo alcohol 70 %, se creía que era menos efectivo y sólo se lo recomendaba para las áreas de
emergencia o lugares donde no hubiera piletas. Entre 1975 y 1985 se escribieron las primeras
recomendaciones acerca de la práctica del lavado de manos en hospitales y los agentes adecuados para ello.
El lavado de manos con jabón común era recomendado para ser usado antes y después de la atención de la
mayoría de los pacientes, mientras que el uso de jabones antimicrobianos se recomendaba para usar antes y
después de realizar procedimientos invasivos o cuidado de pacientes de alto riesgo.
El uso de agentes antisépticos que no requieren el uso de agua (por ej. soluciones de base alcohólica) fue
recomendado solamente en situaciones donde no hubiera piletas disponibles.
Entre 1988 y 1995, la APIC (Asociación de practicantes en control de infecciones) publica recomendaciones
y guías para el lavado y antisepsia de las manos. Entre 1995 y 1996, la HICPAC (Comité consultor de
prácticas de control de infecciones en el cuidado de la salud) recomendó el uso de jabón antimicrobiano y
agentes antisépticos que no requieren del uso de agua, después de salir de las habitaciones de pacientes
afectados con gérmenes multirresistentes como Enterococo resistente a vancomicina (ERV) o Staphylococcus
resistente a la meticilina (SAMR).
Actualmente el lavado de manos, cualquiera sea su tipo, es considerado como la principal
medida para reducir la morbimortalidad por infecciones asociadas al cuidado de la salud.
Flora bacteriana normal
La piel humana es normalmente colonizada con bacterias. El conteo total de bacterias aeróbicas varía según
el área corporal (Ej. 1 x 106 unidades formadoras de colonias (ufc) / cm2 en el cuero cabelludo, 5 x 105
ufc/cm2 en la axila, 4 x 104 ufc/cm2 en el abdomen y 1 x 104 ufc/cm2 en el antebrazo). El conteo total de
bacterias en las manos del personal de salud se encuentra en un rango de 3.9 x 10 4 a 4.6 x 106 ufc/cm2).
En 1938, Price dividió a las bacterias presentes en las manos en dos categorías: transitorias y residentes.
Flora transitoria: coloniza el estrato superficial de la piel. Los microorganismos que la integran no suelen
multiplicarse sobre la piel aunque algunas veces puedan sobrevivir y replicarse en ella. Esta flora es
adquirida por los trabajadores de la salud a través del contacto de sus manos con los pacientes que atiende
o bien con superficies y/ o elementos contaminados que integran el medioambiente que rodea al paciente.
Algunos tipos de contactos están más frecuentemente asociados con altos niveles de contaminación
bacteriana de las manos de los trabajadores de la salud. Por ejemplo, en los cuidados de rutina que se
brindan en las unidades de cuidados intensivos neonatales: manejo de las secreciones respiratorias, cambio
de pañales, contacto directo con la piel de un paciente, etc. La flora transitoria es más o menos transmisible
en dependencia del tipo de microorganismo, cantidad que se encuentre presente en la superficie y humedad
de la piel. Los microorganismos que integran la flora transitoria son los que frecuentemente están
relacionados con las infecciones asociadas al cuidado de la salud (IACS). Escherichia coli, Pseudomonas,
Serratia, Staphylococcus aureus y enterococos se encuentran frecuentemente en las manos del personal de
salud. Estos microorganismos pueden sobrevivir en la piel por horas o días, pero en ausencia de condiciones
que faciliten su desarrollo, o que se trate de cepas resistentes a los antibióticos comunes, normalmente son
removidos mediante el lavado de las manos.
Flora residente: se encuentra adherida a los estratos profundos de la piel, glándulas sudoríparas y debajo
de las uñas. Algunas veces también puede ser encontrada en la superficie de la piel. Su remoción es más
dificultosa que la transitoria. Sin embargo, la flora residente ha sido menos asociada con IACS que la flora
transitoria. La especie dominante es Staphylococcus epidermidis con resistencia extraordinariamente alta a la
oxacilina. Otras bacterias integrantes de la flora residente son Staphylococcus hominis y otros
Staphylococcus coagulasa negativo, seguidos por bacterias corineiformes (propionibacteria, corynebacteria,
dermobacteria y micrococcus). Dentro de los hongos, el más común de la flora residente, aunque no
siempre presente, es Pityrosporum (Malassezia) spp. Generalmente no son patógenos, pero pueden
ocasionar infecciones graves cuando los procedimientos invasivos facilitan su entrada a tejidos o cavidades
estériles, ojos, piel no intacta o bien cuando el sistema inmune del paciente está comprometido.
El riesgo potencial que representa la flora residente puede ser minimizado con el uso de antisépticos en el
lavado de manos.
Definición de términos
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Antisepsia de las manos: Puede realizarse con agentes antisépticos y agua o bien mediante frotado
de las manos con agentes antisépticos diseñados para ser usados sin agua (Ej. Soluciones de base
alcohólica o gel alcohólico).
Higiene de las manos: es un término general que puede aplicarse tanto al lavado de manos común o
de rutina, al lavado antiséptico, al lavado de manos quirúrgico o al frotado de manos antiséptico.
Descontaminación de las manos: Reducción en los conteos bacterianos de las manos como resultado
de la práctica de un lavado antiséptico o frotado de manos antiséptico con soluciones de base alcohólica
Solución de base alcohólica: Es una preparación realizada con 60 – 70 – 95 % de etanol o
isopropanol o ambos, diseñada con el objetivo de reducir el número de microorganismos viables de las
manos. Puede presentarse como solución acuosa, gel o espuma.
Jabón antimicrobiano – Jabón antiséptico: es un jabón de tipo detergente, líquido, que contiene un
agente antiséptico.
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Jabón común: es un detergente que no contiene agentes antimicrobianos o los contiene en muy bajas
concentraciones, puesto que solo ha sido agregado para que actúe como preservante.
Detergentes: (Ej. Surfactantes) son productos que poseen acción limpiadora. Tienen compuestos
hidrofílicos y lipofílicos y pueden dividirse en cuatro grupos: aniónicos, catiónicos, no iónicos y
anfotéricos. La mayoría de los productos para el lavado y antisepsia de las manos contienen
detergentes. Cuando se habla de “jabón” se está haciendo referencia a esos detergentes, excepto que
se aclare que se refiere a jabón en barra u otra forma no líquida.
Agente antiséptico: Es una sustancia antimicrobiana que es aplicada a la piel para reducir la flora
microbiana. Ejemplos: alcoholes, clorhexidina, yodo, algunos cloros, hexaclorofeno, cloroxylenol (PCMX),
compuestos de amonio cuaternario, triclosán.
Agente antiséptico para usar sin agua o para lavado de manos en seco: es un agente
antiséptico que no requiere del uso de agua. Después de aplicado el agente antiséptico, las manos
deben ser frotadas juntas, una con otra, hasta que el mismo seque totalmente.
Lavado de manos antiséptico: Lavado de manos con agua y jabón antiséptico
Lavado de manos social, común o de rutina: Lavado de manos con agua y jabón común (no
antimicrobiano)
Frotado de manos antiséptico: es la aplicación de un agente antiséptico diseñado para el frotado de
las manos, por toda la superficie de la piel. Se practica en ausencia de manos visiblemente sucias.
Manos visiblemente sucias: manos que muestran suciedad visible con material proteináceo, sangre u
otros fluidos corporales (Ej. materia fecal u orina)
Antisepsia quirúrgica de las manos o lavado quirúrgico de manos: es un lavado antiséptico
realizado con un jabón antimicrobiano o un frotado de manos antiséptico realizado con soluciones de
base alcohólica y luego de haber practicado en forma previa un lavado de manos social o de rutina. El
objetivo que el personal de cirugía realice antisepsia quirúrgica de sus manos en forma preoperatorio,
es eliminar la flora transitoria y reducir la flora residente de la piel de las manos.
Efecto acumulativo: después de repetidas aplicaciones de un determinado agente antiséptico, se
produce una disminución progresiva del número de microorganismos presentes.
Actividad persistente: es definida como tal, la actividad antimicrobiana extensa y prolongada que
impide o inhibe la proliferación o sobrevida de microorganismos después de la aplicación de un
determinado producto. Esta actividad puede ser demostrada mediante una muestra local, varios
minutos u horas después de aplicado el producto y midiendo su efectividad antimicrobiana
comparándola con un nivel basal. A esta propiedad también se la ha llamado “actividad residual”.
Aunque un producto no contenga agentes inhibidores del crecimiento bacteriano, puede igualmente
mostrar un “efecto o actividad persistente” si es capaz de disminuir, en forma sustancial, el número de
bacterias durante el período de lavado como por ejemplo ocurre cuando se usa el frotado con soluciones
de base alcohólica.
Inhibitoriedad: es un atributo de ciertos ingredientes activos que se adhieren al estrato córneo (Ej.
que permanecen en la piel después del enjuague y del secado) y proveen un efecto inhibitorio del
crecimiento bacteriano (Ej. de las bacterias que permanecen en la piel)
Transmisión de patógenos a través de las manos
La transmisión de patógenos asociados con el cuidado de la salud (PACS) a partir de un paciente, requiere
de la siguiente secuencia de eventos:
1) Los microorganismos presentes en la piel del paciente se introducen en un objeto inaminado que
forma parte de la unidad del paciente. Las manos del personal de salud que contactan con ese
objeto inanimado adquieren los microorganismos presentes en la piel del paciente.
2) Los microorganismos deben ser capaces de sobrevivir al menos por varios minutos en las manos del
personal
3) El lavado de manos común o antiséptico es inadecuado o puede haberse omitido de realizar o bien
los agentes usados para el lavado de las manos no son los apropiados.
4) Finalmente, las manos contaminadas del personal de salud se ponen en contacto con un nuevo
paciente o con objetos inanimados que forman parte de la unidad de ese nuevo paciente
Los PACS pueden ser recogidos no solo de drenajes o heridas infectadas sino también de áreas colonizadas
de la piel intacta de los pacientes. Las áreas perineales o inguinales están fuertemente colonizadas, pero la
axila, el tronco y las extremidades superiores (incluyendo las manos) también se encuentran fuertemente
colonizadas. El número de microorganismos (Ej.Staphylococcus aureus (SA), Proteus mirabilis, Klebsiella spp
y Acinetobacter spp) presentes en áreas intactas de la piel de ciertos pacientes puede variar entre 100 y 10 6
/ cm2. Las personas con diabetes, los pacientes que requieren diálisis debido a falla renal crónica y aquellos
con dermatitis crónica, suelen tener áreas de piel intacta colonizadas con SA. Aproximadamente 106 escamas
de piel conteniendo microorganismos viables son dispersadas diariamente a partir de piel normal,
vestimenta de pacientes, ropa de cama, mobiliario que rodea la cama del paciente y otros objetos que
forman parte del medio ambiente inmediato del paciente, los que resultan fácilmente contaminados con la
flora del paciente. Esta contaminación es a menudo causada por estafilococos o enterococos que son
resistentes a la desecación.
Las enfermeras pueden contaminar sus manos con 100 – 1000 ufc de Klebsiella spp durante actividades
consideradas “limpias” (Ej. Acomodar a un paciente, tomarle el pulso, la presión sanguínea o la temperatura
o bien tocarle la mano, la espalda o ingle).
En un estudio, se cultivaron manos de enfermeras que tocaron la ingle de pacientes fuertemente colonizados
con Proteus mirabilis. Se recogieron 10 – 600 ufc/ml de dichos microorganismos en muestras de “jugo” de
guantes (Ej. El interior de los guantes usados es inoculado con solución fisiológica que luego se cultiva).
Recientemente, otros investigadores estudiaron la contaminación de las manos del personal de salud durante
actividades que involucraron contactos directos con los pacientes: cuidado de heridas, de catéteres
intravasculares, del tracto respiratorio y manejo de secreciones del paciente. En una placa de agar se realizó
la impresión de la punta de los dedos. El rango de bacterias halladas se ubicó entre 0 y 300 ufc (unidades
formadoras de colonias). Otros datos del mismo estudio mostraron que las actividades relacionadas con el
cuidado del tracto respiratorio del paciente eran las que mayor contaminación causaban en la punta de los
dedos del personal de salud. El 15 % de los microorganismos hallados fueron bacilos gram negativos y hubo
un 11 % de SA.
La duración de las actividades relacionadas con el cuidado del paciente pudo asociarse con la intensidad de
la contaminación bacteriana de las manos.
El personal de salud puede contaminar sus manos, además de bacilos gram negativos y SA, con
enterococos y Clostridium difficile aún realizando procedimientos considerados “limpios” o tocando áreas de
piel intacta de pacientes hospitalizados.
Personal dedicado al cuidado de niños con infecciones por virus sincicial respiratorio (VSR), adquirió también
infecciones por ese microorganismo luego de realizar ciertas actividades como por ejemplo darles de comer,
cambiar sus pañales o bien, jugar con ellos. El personal que solo tuvo contacto con superficies contaminadas
con las secreciones de esos niños, también adquirió VSR por contaminación de sus manos al tocarlas y luego
inocular los VSR dentro de su mucosa oral o su conjuntiva.
Otros estudios también documentaron que el personal de salud puede contaminar sus manos o guantes
simplemente por tocar objetos inanimados presentes en la habitación del paciente.
Antes de que el uso de guantes fuera común entre el personal de salud, un estudio sobre cantidad de
microorganismos hallados en las manos arrojó los siguientes datos:
Profesión
Lugar de trabajo
Enfermeros
Unidades de
Aislamiento
Hospital general
Hospital
dermatológico
Unidad de cuidados
intensivos
Unidad de cuidados
intensivos
Unidad de
Neurocirugía
Enfermeros
Enfermeros
Médicos
Enfermeros
Personal
(todos)
%
hallado
15
29
78
Microorganismos
Cantidad hallada
Staphylococcus aureus
Mediana: 1 x 104 ufc
Staphylococcus aureus
Mediana: 3800 ufc
Mediana: 14.3 x 106 ufc
21
Varios
(incluyendo
bacilos gram negativos)
Varios
5
Varios
> 1000 ufc
-
Varios
Promedio de 3 ufc de SA
y 11 ufc de bacilos gram
negativos
> 1000 ufc
Cultivos seriados revelaron que, al menos una vez, el 100 % del personal de salud portaba bacilos gram
negativos y el 64 % portaba Staphylococcus aureus.
Varios investigadores han estudiado la transmisión de agentes infecciosos utilizando diferentes modelos
experimentales. En un estudio se solicitó a las enfermeras que tocaran la ingle de pacientes fuertemente
colonizados con bacilos gram negativos durante 15 segundos (el tiempo empleado en tomar el pulso
femoral). Luego las enfermeras lavaron sus manos con agua y jabón o bien las enjuagaron con alcohol.
Después de lavar sus manos, ellas tocaron una parte del catéter urinario con sus dedos. Se cultivó el
segmento del catéter urinario tocado por las enfermeras. El estudio reveló que tocando áreas intactas de
piel húmeda de los pacientes se transferían muchos microorganismos a las manos de las enfermeras que
luego se transmitían al catéter urinario a pesar de que se lavaron las manos con agua y jabón.
Los microorganismos pueden ser transferidos también a varios tipos de superficies y en grandes cantidades
(Ej. más de 104 ) a partir de manos húmedas, mucho más fácilmente que desde manos que han sido
secadas por completo.
Estudios experimentales han estudiado los efectos del lavado de manos común con agua y jabón versus el
lavado antiséptico con los porcentajes de infecciones asociadas al cuidado de la salud (IACS). Estos fueron
más bajos cuando el personal realizó lavado de manos antiséptico. Otro estudio, sin embargo, halló
porcentajes de IACS más bajos, luego de practicar lavado de manos antiséptico sólo en algunas unidades de
cuidados intensivos, no en todas.
Otros investigadores han determinado también que la adquisición de SA meticilino resistente (SAMR)
durante la atención de pacientes pudo reducirse mediante el cambio de jabón común por jabón
antimicrobiano para el lavado de manos del personal. Estudios más recientes documentaron el éxito de las
soluciones de base alcohólica en el control de SAMR de las unidades de internación. En otros estudios se
pudo documentar que la prevalencia de IACS disminuye cuando se logra la adherencia del personal al lavado
de manos y a las recomendaciones realizadas al respecto. Investigaciones de brotes han indicado una
asociación entre IACS y disminuciones en el personal o aumento en el número de pacientes de una unidad
de internación. El problema pudo asociarse con la pobre adherencia del personal al lavado de manos.
Durante la investigación de un brote y analizando los factores de riesgo de bacteriemias asociadas con
catéteres venosos centrales y, después de ajustar los factores confundidores, la relación paciente –
enfermera permaneció como un factor de riesgo independiente en la producción de bacteriemias. El estudio
indicó que la reducción en el número de personal de enfermería en tres veces el número necesario, pudo
haber contribuido a la ocurrencia del brote, ya que comprometía el cuidado de los catéteres.
En una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), también con un bajo número de personal de enfermería, pudo
haber facilitado la transmisión del SAMR al relajarse las medidas básicas de atención como por ejemplo el
lavado de manos. En una unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN), se produjo un brote por
Enterobacter cloacae. El número diario de recién nacidos internados fue superior a la capacidad máxima
de la unidad, lo que implicó que el espacio entre pacientes resultara inferior al recomendado. En forma
paralela, el número de miembros del personal fue sustancialmente menor al necesario para realizar todas las
tareas necesarias en la UCIN. Todo esto resultó en incumplimiento de las medidas básicas de control de
infecciones. La adherencia al lavado de manos antes del contacto con equipos fue solo del 25 % durante el
momento de mayor trabajo en la UCIN, pero se incrementó al 70 % cuando se regularizó la cantidad de
personal y de pacientes presentes. La vigilancia epidemiológica de la UCIN permitió determinar que durante
el período donde se redujo el personal y aumentó el número de pacientes, el riesgo de adquirir IACS fue
cuatro veces superior.
El CDC cita otros estudios realizados en los que se ha podido demostrar la habilidad de ciertos
microorganismos para sobrevivir en las manos del personal de salud. Musa y colaboradores demostraron, en
un estudio de laboratorio, que las cepas de Acinetobacter calcoaceticus sobrevivían mejor que las cepas de
Acinetobacter iwoffi. Los microorganismos sobrevivieron más de 60 minutos después de haber sido
inoculadas en dedos a razón de 104 ufc.
Un estudio similar fue realizado por Fryklund y colaboradores usando cepas epidémicas y no epidémicas de
Escherichia coli y Klebsiella spp. El 50 % de los microorganismos moría después de 6 y 2 minutos
respectivamente. Noskin y colaboradores estudiaron la sobrevida de Enterococos resistentes a Vancomicina
(ERV) en las manos del personal y el medioambiente. Tanto Enterococcus faecalis como Enterococcus
faecium sobrevivieron al menos sesenta minutos tanto en puntas de dedos enguantadas como no
enguantadas. Otro estudio realizado por Islam y colaboradores con Shigella dysenteriae, demostró que estos
microorganismos pueden sobrevivir al menos una hora sobre las manos.
Ansari y colaboradores realizaron dos estudios usando rotavirus, virus parainfluenza 3 y rhinovirus 14. Los
porcentajes de sobrevida fueron para los rotavirus del 16,1 % a los 20 minutos y del 1,8 % a los 60
minutos. Se midió la viabilidad de Parainfluenza 3 y rhinovirus 14 luego de una hora. La sobrevida fue del 1
% y del 37,8 % respectivamente. Estos estudios demostraron claramente que las manos podían actuar como
vehículos de transmisión de esos virus.
Lavado de manos y presencia de dermatitis de contacto irritante
En ciertos estudios especiales al respecto, aproximadamente el 25 % del personal de enfermería reportó
signos y síntomas de dermatitis en sus manos. El 85 % presentaba un historial de problemas de piel
relacionado. El uso repetido y frecuente de productos para el lavado de manos, particularmente soluciones
jabonosas, es la causa primaria de dermatitis crónica del personal de salud.
El potencial de las soluciones jabonosas para causar irritaciones de la piel puede variar considerablemente y
puede mejorarse el problema con el aditivo de emolientes y humectantes.
La irritación asociada con jabones antimicrobianos puede ser causada por el agente antimicrobiano o por
otros componentes del producto.
Las personas afectadas a menudo se quejan de tener una sensación de sequedad o quemazón, la piel se ve
enrojecida y aparece eritema, descamación y fisuras. Las soluciones jabonosas dañan la piel debido a que
causan desnaturalización de las proteínas del estrato córneo, producen cambios en los lípidos intercelulares,
disminuyen la cohesión molecular de los corneocitos y disminuyen la capacidad de absorción de agua del
estrato córneo. Los daños en la piel producen cambios en la flora, lo que implica una colonización más
frecuente por estafilococos y bacilos gram negativos.
Aunque los alcoholes son también antisépticos seguros y siempre están disponibles, pueden causar
sequedad e irritación de la piel. El etanol es menos irritante que el isopropanol.
La dermatitis irritante de contacto es más comúnmente reportada con el uso de iodóforos. Entre otros
agentes antisépticos que pueden causar dermatitis irritante de contacto (en orden de frecuencia
decreciente) se incluyen: clorhexidina, PCMX, triclosán y productos de base alcohólica.
El potencial de irritación de los productos que se preparan comercialmente para el lavado de manos es
determinado mediante la medición de la pérdida de agua transepidérmica.
Otros factores que pueden contribuir a producir dermatitis asociada con el lavado de manos son el uso de
agua caliente, la baja humedad relativa (más común en los meses de invierno), fallas en el uso
complementario de lociones para manos o cremas humectantes y nutritivas y la calidad de las toallas de
papel empleadas en el secado de las manos.
Siempre hay que despejar posibles asociaciones de la dermatitis con el uso y remoción de guantes y la
alergia a las proteínas del látex. Pueden presentarse dos tipos de reacciones alérgicas: dermatitis alérgica de
contacto o la reacción menos frecuente y que generalmente ocurre de inmediato, la urticaria de contacto.
Las causas más comunes de dermatitis alérgica de contacto son las fragancias y preservativos y en menor
frecuencia, los emulsionantes que se agregan al producto. También pueden causarla los ingredientes
contenidos en jabones líquidos, cremas y lociones para manos y “cremas de ordeñe”.
Se han reportado reacciones alérgicas relacionadas con el iodo y iodóforos, clorhexidina, triclosán y PCMX,
alcoholes y compuestos de amonio cuaternario. Las reacciones alérgicas asociadas con productos de base
alcohólica (gel) son poco frecuentes. En el año 2001, la FDA (Administración de drogas y alimentos de los
Estados Unidos) realizó una encuesta para determinar los factores adversos relacionados con el uso de
productos de base alcohólica. Solo se reportó un caso de rash eritematoso (John Boyce, Hospital St.
Raphael, New Haven, Connecticut, personal communication, 2001).
Las reacciones alérgicas (dermatitis de contacto o urticarias inmediatas) asociadas con los productos de
base alcohólica pueden representar una verdadera alergia al alcohol (etanol o isopropanol), a las impurezas
de los metabolitos aldehídos o a otros constituyentes del producto (fragancias, cloruro de benzalconio, etc.)
Sin embargo, los productos de base alcohólica para el frotado de las manos del personal de salud, son los
que frecuentemente menores reacciones alérgicas presentan. Por tal razón, su uso se constituye en una
estrategia para disminuir las reacciones adversas de los antisépticos junto con la recomendación de usar
lociones o cremas que contengan humectantes o aceites que incrementen la hidratación de la piel y
reemplacen los lípidos alterados. Varios estudios controlados han demostrado que el uso frecuente de
lociones o cremas hidratantes en las manos del personal de salud (Ej. dos veces al día) pudo prevenir y
tratar las dermatitis de contacto causadas por el uso de agentes para el lavado de manos.
Tipos de lavado de manos
Lavado de manos común
El objetivo del lavado social, común o de rutina, es remover la flora transitoria y la suciedad de
la piel de las manos. Debe practicarse al iniciar las tareas del día, antes del contacto con los pacientes y
cuando se van a realizar procedimientos no invasivos como por ejemplo tendido de camas, colocación de
chatas u orinales, vaciado de bolsas colectoras de orina, control de signos vitales, baños completos o
higienes parciales, antes y después de hacer uso del baño (sanitarios), después de estornudar, toser, tocarse
la cara, el cabello, etc. Se realiza con soluciones jabonosas comunes.
Lavado de manos antiséptico
El objetivo del lavado antiséptico es remover y destruir la flora transitoria de la piel de las
manos. Debe practicarse antes de realizar procedimientos invasivos aunque éstos demanden el uso de
guantes estériles (colocación de catéteres periféricos o centrales, cuidado de heridas, colocación de catéteres
vesicales, manejo de la asistencia respiratoria mecánica, práctica de punción lumbar, etc.), después del
contacto con materiales contaminados con secreciones respiratorias, sangre, excretas u otros fluidos
corporales, después del contacto con reservorios, pacientes colonizados o elementos probablemente
contaminados con microorganismos multirresistentes, antes de atender pacientes inmunocomprometidos y al
terminar las tareas del día y retirarse de la Institución. Se realiza con soluciones jabonosas antisépticas.
Frotado de las manos con soluciones de base alcohólica (acuosa, gel o espuma)
También conocido como lavado de manos “en seco” o “sin agua”. El frotado de las manos con
soluciones de base alcohólica, es considerado un lavado antiséptico. Se realiza con soluciones de
base alcohólica mediante fricción vigorosa de las manos (frotado), incluyendo pliegues interdigitales y
hasta que el producto aplicado seque sobre la piel (aproximadamente 20 segundos). De las soluciones de
base alcohólica, el gel alcohólico es generalmente el más utilizado por el personal de salud.
Elimina
rápidamente los gérmenes presentes en la piel de las manos con una eficacia del 99,97 %.
Este tipo de lavado “en seco” no resulta eficaz si las manos están visiblemente sucias, por lo que se
recomienda realizar un lavado social o antiséptico al inicio de la jornada laboral y cada vez que se lo
considere necesario.
Después de varios frotados con gel alcohólico, el personal de salud puede sentir un acumulo en sus manos
de los emolientes presentes en el gel alcóholico. Por tal razón, se recomienda realizar un lavado de
manos con agua y jabón común cada 5 a 10 frotados con soluciones de base alcohólica,
especialmente si se presentan en forma de gel.
El uso exclusivo de soluciones antisépticas para el lavado de manos puede causar irritaciones en la piel,
grietas, lesiones, etc., que se convierten en lugares propicios para el implante de microorganismos. Por tal
razón se recomienda reemplazar, en la medida de lo posible, las soluciones antisépticas por soluciones de
base alcohólica.
Un enfermero/a realiza 7 lavados de manos por hora de 60 segundos cada uno, empleando agua y
soluciones jabonosas, con lo cual emplea, en la tarea de lavarse y secarse las manos, 56 minutos o sea
casi 1 de sus 8 horas de trabajo. El tiempo empleado podría reducirse sustancialmente si practicara frotado
de manos con gel alcohólico (a razón de 7 frotados por hora de 20 segundos cada uno).
El lavado con gel alcohólico no requiere más de 20 segundos y su uso resuelve los 3 problemas más
comunes en las instituciones de salud: escaso número de piletas, pérdida de tiempo del personal y lesiones
en la piel de las manos. Además produce un ahorro sustancial en los gastos relacionados con antisépticos
(más caros que el gel alcohólico), toallas de papel y lociones o cremas protectoras.
El alcohol tiene una excelente actividad antimicrobiana, más rápida que otros antisépticos, con un amplio
espectro de bacterias y hongos (no así frente a esporas bacterianas), micobacterias y virus con envoltura (la
actividad es menor frente a virus sin envoltura). Posee muy poca interferencia por parte de sustancias
provenientes del medio ambiente que son ricas en metales, proteínas, sangre y detergentes.
Entre los alcoholes y en orden de efectividad para la higiene de manos se citan: etanol, isopropanol y npropano. De aplicación muy simple, las soluciones de base alcohólica tienen baja toxicidad y son muy bien
tolerados por la piel, especialmente cuando las formulaciones cuentan con emolientes.
Europa fue pionera en el uso de este método para higiene de las manos. Un estudio reciente, realizado en
130 UCI de Alemania y Austria demostró que el 98 % de las UCI utilizan sólo soluciones de base alcohólica
para realizar esta práctica.
En Estados Unidos, el uso de soluciones de base alcohólica se inició algunos años después que en Europa,
pero hoy es considerado como la mejor alternativa para mejorar la adherencia del personal al lavado de
manos, especialmente en situaciones de alta demanda como las unidades de cuidados intensivos.
En un hospital universitario de Francia (Henri Mondor) el porcentaje de lavado de manos obtenido de un
estudio realizado resultó inferior al 50 %. Las autoridades del hospital deciden implementar el frotado de
manos con soluciones de base alcohólica en reemplazo del lavado tradicional con agua y jabón común o con
agua y jabón antiséptico. Para llevar a cabo esta tarea, tuvieron que vencer algunos obstáculos que eran
normalmente interpuestos por los trabajadores de la salud:
 Desconfianza respecto de la eficacia de las soluciones de base alcohólica


Desconfianza en relación con la respuesta y tolerancia de la piel luego de usos reiterados
Desconfianza de que se pierdan las tradicionales indicaciones y conocimientos generados por
el lavado de manos tradicional (tanto el lavado común como el antiséptico)
En nuestro país, la experiencia francesa es homologable a nuestro medio, ya que el personal manifiesta
también desconfianza por iguales razones y cierta reticencia al uso de las soluciones de base alcohólica para
la higiene de sus manos.
Antisepsia prequirúrgica de las manos
El lavado quirúrgico de las manos tiene como objetivo remover y destruir la flora transitoria y reducir
la flora residente. La práctica de la limpieza preoperatoria de las manos y antebrazos con un agente
antiséptico fue aceptada poco después del 1800, luego de que Lister promocionara la aplicación de ácido
carbólico en las manos de los cirujanos antes de realizar cualquier procedimiento quirúrgico. Si bien no
fueron randomizados, se realizaron estudios bien controlados que indicaron que los porcentajes de
infecciones de sitio quirúrgico (ISQ) son sustancialmente más bajos cuando el fregado preoperatorio es
realizado con un agente antiséptico en comparación con jabones o detergentes no antimicrobianos.
Las bacterias presentes en las manos de los cirujanos pueden causar infecciones de las heridas quirúrgicas si
son introducidas en el campo operatorio durante la cirugía. Cuando las manos no son lavadas con soluciones
jabonosas antimicrobianas o bien son frotadas con gel alcohólico luego de practicar un lavado social o de
rutina, dentro de los guantes quirúrgicos puede producirse una rápida multiplicación bacteriana. En cambio,
el crecimiento bacteriano es bajo luego del fregado de las manos con un agente antiséptico.
Al reducir la flora residente de la piel de las manos del equipo quirúrgico, se reduce el riesgo de que las
bacterias puedan ser diseminadas dentro del campo quirúrgico si los guantes sufren punciones o se
desgarran durante el acto quirúrgico.
La preparación antiséptica indicada para el fregado de manos prequirúrgico fue evaluada en su capacidad
para reducir el número de bacterias diseminadas desde las manos y en diferentes momentos:
1) Inmediatamente después del fregado
2) Después de usar guantes quirúrgicos durante seis horas (se midió la actividad persistente)
3) Después de múltiples aplicaciones durante 5 días (se midió la actividad acumulativa )
La actividad persistente e inmediata fue considerada las más importante para determinar la eficacia del
producto. Las recomendaciones que al respecto formula el CDC señalan que los agentes usados para el
fregado quirúrgico de las manos deben reducir sustancialmente los microorganismos presentes en piel
intacta, contener una preparación antibacteriana no irritativa, tener amplio espectro y ser de acción rápida y
persistente. Se realizaron estudios que demostraron que formulaciones conteniendo un 60 – 95 % de alcohol
solo o bien un 50 – 95 % combinado con una pequeña cantidad de compuestos de amonio cuaternario,
hexaclorofeno o gluconato de clorhexidina, bajaban los conteos bacterianos de la piel en el post - fregado
inmediato en forma más efectiva que otros agentes antisépticos. Luego, y en orden de actividad
decreciente, los agentes más activos fueron: gluconato de clorhexidina, iodóforos, triclosán y jabón común.
Estudios de PCMX (Paracloroxylenol) usado en el fregado quirúrgico de las manos han mostrado resultados
contradictorios. Por tal razón, serán necesarios futuros estudios para establecer cuál es la eficacia de este
compuesto en comparación con otros agentes.
Si bien se ha considerado que el alcohol no tiene actividad persistente, luego de su uso, las bacterias se
reproducen lentamente en las manos. Además, los conteos bacterianos después de usar guantes durante 1
a 3 horas, rara vez exceden los valores basales (los obtenidos pre - fregado de las manos).
Las soluciones de base alcohólica conteniendo 0.5 o 1 % de gluconato de clorhexidina, tuvieron una
actividad persistente que en ciertos estudios, ha igualado o superado otras preparaciones conteniendo
gluconato de clorhexidina al 4 %.
En otro estudio reciente, randomizado, se monitorearon los porcentajes de ISQ en pacientes que habían
sido operados por personal quirúrgico que había lavado preoperatoriamente sus manos mediante el fregado
quirúrgico tradicional de 5 minutos usando clorhexidina al 4 % o bien había lavado sus manos durante un
minuto con agua y un jabón no antimicrobiano (común) seguido de un frotado de 5 minutos con una
solución alcohólica acuosa conteniendo 0.2 % de etilsulfato de mecetronio. La incidencia de ISQ fue
virtualmente idéntica en los dos grupos de pacientes (Fuente: Parienti JJ, Thibon P., Heller R. et al. For
Members of the Antiseptic Chirurgicale des Mains Study Group. Hand - rubbing with an aqueous alcoholic
solution versus traditional surgical hand – scrubbing and 30 – day surgical site infection rates: a randomized
equivalence study. JAMA. 2002; 288 : 722 – 7)
La actividad persistente de las formulaciones jabonosas para realizar el fregado quirúrgico es superior para
aquellas que contienen gluconato de clorhexidina al 2 o 4 % seguida de hexaclorofeno, triclosán y iodóforos.
Debido a que el hexaclorofeno es absorbido dentro de la sangre después de repetidos usos, no se lo
recomienda para practicar el fregado quirúrgico de las manos.
Ha sido tradicional el requimiento de que el equipo quirúrgico friegue sus manos en forma preoperatoria por
lo menos durante 10 minutos. Esto con frecuencia producía daños en la piel. Varios estudios demostraron
que el fregado de 5 minutos reduce los conteos bacterianos tan efectivamente como el fregado durante 10
minutos. En otros estudios, el fregado por 2 o 3 minutos también redujo los conteos bacterianos de las
manos a niveles aceptables. Otros estudios indicaron que el fregado quirúrgico es también efectivo cuando
es realizado en dos etapas, usando un antiséptico jabonoso seguido de la aplicación de una preparación
(acuosa o gel) de base alcohólica. Por ejemplo, realizaron un fregado inicial de 1 o 2 minutos con gluconato
de clorhexidina o iodopovidona seguido de la aplicación de un producto de base alcohólica. Resultó tan
efectivo como un fregado de 5 minutos con un agente antiséptico. Los protocolos para la antisepsia
quirúrgica de las manos requieren, en su mayoría, que el personal friegue sus manos con un cepillo. Pero
esta práctica puede dañar la piel del personal y esto resultar en un incremento en la dispersión de bacterias
a partir de las manos. El fregado prequirúrgico con una esponja descartable o con una combinación de
esponja y cepillo (suave y solo para uñas), han reducido los conteos bacterianos de las manos tan
efectivamente como el fregado con el cepillo tradicional. Sin embargo, varios estudios indicaron que ni el
cepillo ni la esponja son necesarios para reducir los conteos bacterianos de las manos del personal quirúrgico
a niveles aceptables, especialmente cuando se usan productos de base alcohólica.
En varios de esos estudios se realizaron cultivos inmediatamente y a los 40 – 50 minutos post – fregado,
mientras que en otros estudios, los cultivos fueron obtenidos entre las 3 y las 6 horas post – fregado. Por
ejemplo, un estudio reciente realizado usando voluntarios, demostró que una aplicación sin cepillo de una
preparación que contenía gluconato de clorhexidina al 1 % más 61 % de etanol, producía conteos
bacterianos en las manos de los participantes más bajos que cuando usaban los cepillos /esponja para
aplicarse una preparación jabonosa de clorhexidina al 4 %.
Uñas naturales, artificiales o postizas y/o esculpidas
Se ha documentado en diferentes estudios que las áreas subunguales de las manos albergan altas
concentraciones de bacterias. Se ha hallado con mayor frecuencia Staphylococcus coagulasa negativo,
también bacilos gram negativos (incluyendo Pseudomonas spp.), Corynebacterias y levaduras. El esmalte de
uñas de aplicación reciente no incrementa el número de bacterias que pueden recogerse de áreas
periunguales de la piel, pero puede permitir el crecimiento de un gran número de microorganismos en las
uñas de los dedos de la mano. Incluso después de un cuidadoso lavado de manos común o bien de un
fregado quirúrgico, el personal de salud a menudo mantiene un número importante de potenciales
patógenos en los espacios subunguales. Se desconoce claramente si el uso de uñas artificiales contribuye a
la transmisión de IACS. Sin embargo, el personal de salud que usa uñas artificiales puede sostener más
fácilmente el crecimiento de gérmenes gram negativos en la punta de sus dedos respecto de aquellos que
tienen uñas naturales (tanto antes como después de haber lavado sus manos).
Se desconoce también la influencia que el largo de las uñas, tanto naturales como artificiales, tiene en la
transmisión de IACS. Se ha detectado que el mayor crecimiento bacteriano ocurre a lo largo del primer
milímetro ubicado entre la uña y la piel subungual del dedo.
Un brote reciente en una unidad de cuidados intensivos neonatales fue atribuido a dos enfermeras, una
tenía las uñas largas y otra usaba uñas artificiales. Ambas portaban en sus manos, la cepa de Pseudomonas
spp que había sido la causa del brote. Se han descrito también otros brotes por bacilos gram negativos y
levaduras que pudieron relacionarse con el uso de uñas artificiales del personal de salud.
Varios estudios han demostrado que la piel debajo de los anillos de los dedos se coloniza más fácilmente, en
comparación con iguales áreas de la piel que no poseen anillos. Un estudio encontró que el 40 % de las
enfermeras tenían bacilos gram negativos (Ej. Klebsiella spp, Enterobacter cloacae y Acinetobacter) en la
piel debajo de los anillos y que ciertas enfermeras podían portar esos microorganismos durante varios
meses. El análisis multivariable de un estudio reciente que abarcó más de 60 enfermeras de unidades de
cuidados intensivos, reveló que el uso de anillos fue el único factor de riesgo sustancial para la portación de
bacilos gram negativos y SA y que la concentración de microorganismos recogidos estaba correlacionada con
el número de anillos usados en los dedos.
Sin embargo, se desconoce cabalmente si el uso de anillos resulta en una gran transmisión de patógenos.
Dos estudios determinaron que la cantidad de colonias de bacterias en las manos, después de realizado un
lavado de manos común, fue similar en las personas que usaban anillos versus las que no los usaban.
Serán necesarios nuevos estudios para establecer fehacientemente el rol de los anillos en la transmisión de
patógenos a los pacientes. Mientras tanto, parece prudente evitar el uso de anillos en los dedos de la mano,
usar uñas cortas, naturales y sin esmalte cuando se brindan cuidados a pacientes, especialmente los
considerados de alto riesgo.
Uso de guantes
El personal de salud debe usar guantes porque su uso reduce los riesgos de adquirir infecciones
provenientes de los pacientes, evita que la flora propia del personal de salud sea transmitida a los pacientes
que atiende y reduce la contaminación transitoria de las manos del personal con microorganismos que
pueden ser transmitidos de un paciente a otro. Antes de la emergencia del SIDA, los guantes solo eran
usados en situaciones particulares como el cuidado de pacientes portadores de ciertos patógenos como por
ejemplo el virus de la hepatitis B. A partir de 1987, se incrementa dramáticamente el uso de guantes por
parte del personal de salud como consecuencia de las recomendaciones de bioseguridad realizadas para
prevenir la transmisión del virus HIV y otros patógenos presentes en la sangre. En Estados Unidos, un
organismo regulador de la salud ocupacional (OSHA) indica que el personal de salud debe usar guantes para
todas las actividades de cuidado de pacientes que puedan involucrar el contacto con sangre u otros fluidos
contaminados con sangre. La efectividad de los guantes para prevenir la contaminación de las manos del
personal ha sido probada en varios estudios clínicos.
Un estudio encontró que las manos del personal de salud que usaba guantes para el contacto con pacientes,
se contaminaban con una media de 3 ufc versus 16 ufc por minuto de aquellos que no usaban guantes.
Otros dos estudios que involucraron personal que cuidaba pacientes afectados con Clostridium difficile o
enterococos resistentes a vancomicina (ERV), revelaron que el uso de guantes evitaba la contaminación de
las manos del personal con esos microorganismos. El uso de guantes también previene que el personal de
salud adquiera ERV en sus manos cuando toca superficies del medio ambiente que pueden estar
contaminadas con ese microorganismo. En otro estudio, prospectivo y controlado, se solicitó al personal de
salud que utilizara en forma rutinaria guantes de vinilo para el contacto con algunas sustancias corporales.
La incidencia de diarrea por Clostridium difficile disminuyó de 7.7 casos por cada 1000 egresos antes de la
recomendación del uso de guantes de vinilo a 1.5 casos por cada 1000 egresos luego de establecida la
misma. En las unidades de cuidados intensivos donde es frecuente que los pacientes estén colonizados /
infectados por SAMR o por ERV, se recomienda el uso universal de guantes. Es decir, deben ser usados para
todos los tipos de contactos que se establezcan con los pacientes internados. Esta medida es básica en la
prevención de brotes de IACS.
La influencia que el uso de guantes tiene sobre el hábito de lavarse las manos no está claramente definida.
Varios estudios hallaron que cuando el personal usaba guantes era menos propenso a lavarse las manos
antes de ingresar a la habitación del paciente pero otros estudios demostraron lo contrario, que el personal
se colocaba guantes luego de lavarse las manos y antes de atender a los pacientes.
De los guantes usados por aproximadamente el 30 % de un grupo de personal de salud estudiado, se pudo
recoger la misma flora bacteriana que colonizaba a los pacientes que atendían.
Los guantes de látex tienen riesgo de presentar fallas de fábrica o roturas que resulten imperceptibles al
personal de salud que los usa (rango 3 – 18 %). Por tal razón, se recomienda que el personal de salud lave
sus manos siempre después de quitarse los guantes. Estudios publicados informaron que los defectos de
fábrica que presentaban los guantes de vinilo eran superiores a los guantes de látex, pero cuando ambos
están en buenas condiciones confieren la misma protección.
Cuando el personal de salud usa lociones o cremas nutritivas e hidratantes para el cuidado de sus manos
debe tener en cuenta que muchos de estos productos son a base de petróleo y pueden tener efectos
adversos sobre la integridad de los guantes de látex.
RECOMENDACIONES
Cada recomendación ha sido categorizada sobre la base de teorías racionales, existencia de evidencia
científica, aplicabilidad e impacto económico.
Categoría A: de aplicación altamente recomendad por estar basada en estudios clínicos, experimentales y
epidemiológicos realizados bajo diseños de investigación calificados.
Categoría B: de aplicación altamente recomendad por estar basada en algunos estudios clínicos,
experimentales y epidemiológicos y contar con bases teóricas racionales.
Categoría C: de aplicación sugerida, basada en estudios clínicos y epidemiológicos que las han sugerido y
en bases teóricas racionales.
Categoría D: Cuestión sin definir, no resuelta: prácticas con evidencia científica insuficiente o sobre las
cuales no se ha logrado aún un consenso sobre su eficacia que permita una adecuada definición.
1) Indicaciones para el lavado y la antisepsia de las manos
A. Lavar las manos siempre con agua y jabón antimicrobiano o común cuando las manos están
visiblemente sucias o contaminadas con material proteináceo, sangre u otros fluidos corporales.
Categoría A
B. Si las manos no están visiblemente sucias, usar un producto de base alcohólica (por ej. gel) para la
descontaminación rutinaria de las manos en todas las situaciones clínicas descritas en los ítems 1) C
– J o bien usar un jabón antimicrobiano y agua. Categoría A
C. Descontaminar las manos antes de tener contacto directo con pacientes. Categoría B
D. Descontaminar las manos antes de colocarse guantes estériles cuando se inserta un catéter venoso
central. Categoría B
E. Descontaminar las manos antes de colocar catéteres urinarios, catéteres vasculares periféricos u
otros procedimientos invasivos que no impliquen un procedimiento quirúrgico. Categoría B
F. Descontaminar las manos después del contacto con piel intacta del paciente (Ej. cuando se toma el
pulso, controla la presión sanguínea o se ayuda al paciente a movilizarse, etc.) Categoría B
G. Aunque no se vean visiblemente sucias, descontaminar las manos después del contacto con fluidos
corporales, excreciones, membranas mucosas, piel no intacta y coberturas de heridas. Categoría A
H. Descontaminar las manos entre sitios corporales de un mismo paciente cuando el primero de ellos
está contaminado. Categoría C
I. Descontaminar las manos después del contacto con objetos inanimados (incluyendo equipamiento
médico) que forman parte de la unidad del paciente (cama, barandas de la cama, piecera, cabecera,
mesa de comer, de luz, auxiliar, superficie externa de monitores, bombas de infusión, equipo de
asistencia respiratoria mecánica, etc.) Categoría C
J. Descontaminar las manos después de remover los guantes. Categoría B
K. Antes de comer y después de usar los sanitarios (baño), lavar las manos con un jabón
antimicrobiano o no antimicrobiano y agua. Categoría B
L. Las toallitas impregnadas con sustancias antimicrobianas no son un sustituto del lavado de manos
con agua y jabón antimicrobiano o uso de gel alcohólico, ya que no son menos efectivas para
reducir los conteos bacterianos de la piel de las manos. Pueden considerarse sólo como una
alternativa válida que reemplazaría el lavado de las manos con jabón común (no antimicrobiano) y
agua. Categoría B
M. Lavar las manos con un jabón común (no antimicrobiano) y agua o con un jabón antimicrobiano y
agua si hay sospecha o se tiene conocimiento fehaciente de exposición a Bacillus anthracis. Frente a
las esporas de este microorganismo es más importante la acción física de lavado y enjuague de las
manos que las propiedades de diferentes agentes antisépticos como alcoholes, clorhexidina,
iodóforos, etc. Categoría C
N. No existen recomendaciones para el uso de otros productos para el lavado de manos en seco que
reemplacen las soluciones de base alcohólica o el gel alcohólico. Categoría D
Técnica para la higiene de manos
A. Cuando se descontaminan las manos mediante frotado con productos de base alcohólica, aplicar el
producto (por ej. gel) sobre la palma de una mano y frotarla junto con la otra, cubriendo toda la
superficie de manos y dedos hasta que el producto aplicado seque por completo. Categoría B
B. Cuando se lavan las manos con agua y jabón, mojar primero las manos con agua, aplicar una
cantidad del producto elegido para el lavado de las manos (jabón antimicrobiano o jabón común) y
frotar las manos juntas vigorosamente por lo menos durante 15 segundos, cubriendo toda la
superficie de las manos y dedos. Enjuagar las manos con agua y secar con una toalla descartable. Si
la canilla de la pileta no es accionable automáticamente (por ej. mediante células fotoeléctricas),
usar la toalla descartable para cerrarla. Evitar el uso de agua caliente. Repetidas exposiciones al
agua caliente incrementan el riesgo de dermatitis. Categoría B
C. Cuando se lavan las manos con un jabón no antimicrobiano y agua, puede usarse jabón líquido, en
barra u otras formas como toallas impregnadas en el producto. Cuando se usa jabón en barra,
deben usarse barras pequeñas y ubicarse de modo que se facilite el drenaje (Se recomiendan
pequeños trozos descartables). Categoría C
D. Las toallas de tela para el secado de las manos del personal de salud, que tienen múltiples usos y
que generalmente se dejan colgadas cerca de las piletas de lavado, no están recomendadas para
ser usadas en áreas de internación de pacientes. Categoría C
Antisepsia quirúrgica de las manos
A. Retirar anillos, relojes y pulseras o brazaletes antes de iniciar el lavado quirúrgico de las manos.
Categoría C
B. Remover la suciedad ubicada debajo de las uñas usando un limpiador de uñas y practicando la
limpieza debajo del agua corriente. Categoría C
C. Antes de colocarse guantes estériles para realizar cualquier tipo de procedimiento quirúrgico se
recomienda realizar antisepsia quirúrgica de las manos mediante lavado usando un jabón
antimicrobiano o mediante frotado con productos de base alcohólica (por ej. gel alcohólico) con
actividad persistente. Categoría B
D. Cuando se realiza antisepsia quirúrgica de las manos usando un jabón antimicrobiano, fregar las
manos y antebrazos durante 2 a 6 minutos (Ver tiempo recomendado por los fabricantes del
producto antimicrobiano elegido). No es necesario prolongar el tiempo de fregado, por ejemplo
llevándolo a 10 minutos. Categoría B
E. Antes de usar una solución de base alcohólica, por ejemplo gel alcohólico, lavar manos y antebrazos
con un jabón no antimicrobiano y agua, enjuagar y secar las manos completamente. Luego aplicar la
solución de base alcohólica (gel) por toda la superficie de manos y antebrazos hasta que la misma
se seque. Luego colocarse los guantes estériles. Categoría B
Selección de los productos para el lavado de manos
A. Proveer al personal de salud de productos eficaces para la higiene de las manos que tengan un bajo
potencial irritante, especialmente en áreas donde ese producto debe ser usado muchas veces por
turno de trabajo. Esta recomendación es válida para aquellos productos que serán usados antes y
después de brindar cuidados a pacientes internados en áreas clínicas (incluyendo UCI) y para
productos usados para la antisepsia quirúrgica de las manos por el personal de cirugía. Categoría B
B. Debe tenerse en cuenta que los productos elegidos para el lavado de las manos sean aceptados por
el personal de salud. Deben ser consultados respecto a si la fragancia les resulta agradable, produce
buena sensación al tacto y si tiene buena tolerancia sobre la piel. El costo del producto para el
lavado de manos del personal de salud no debe ser el factor principal para decidir su compra.
Categoría B
C. Cuando se seleccionan jabones antimicrobianos, no antimicrobianos, soluciones de base alcohólica
(por ej. gel alcohólico) debe solicitarse información a sus fabricantes, respecto a la interacción de
D.
E.
F.
G.
los mismos con los productos usados para el cuidado de la piel y el tipo de guantes usados en la
Institución. Categoría C.
Antes de tomar decisiones definitivas acerca de los productos para el lavado de las manos, analizar
los dispensadores y sistemas de dispense de varias marcas comerciales, de modo de asegurar que
su funcionamiento a lo largo del tiempo se mantenga de la mejor manera posible y que se dispense
la cantidad adecuada de producto cuando este se accione. Categoría C
No agregar más cantidad de producto a los dispensadores que se encuentran parcialmente vacíos.
Este método de rellenado parcial puede ser causa de contaminación bacteriana del producto.
Categoría A. Si no es posible el uso de productos provistos de un dispensador descartable y se
usan frascos que deben rellenarse, deben usarse frascos pequeños con válvulas de seguridad que se
vacían completamente cada 48 – 72 horas. Los frascos (junto con las válvulas de seguridad) se
lavan, escurren, desinfectan o autoclavan y vuelven a llenarse completamente. Siempre se deben
descartar los remanentes que queden en el frasco una vez transcurridas las 72 horas de su llenado.
Proveer al personal de salud de lociones o cremas para minimizar la ocurrencia de dermatitis
irritante de contacto asociada con el lavado de manos común o antiséptico. Categoría A
Solicitar información a los fabricantes acerca de los efectos que las lociones o cremas pueden tener
sobre la actividad persistente de los productos antimicrobianos que están siendo usados para el
lavado de manos en la Institución. Categoría B
Otros aspectos a considerar en la higiene de las manos
A. El personal de salud que tiene contacto con pacientes de alto riesgo (por ejemplo pacientes
internados en áreas de cuidados intensivos o quirófanos) no puede usar uñas largas, artificiales o
esculpidas. Categoría A.
B. Las uñas naturales se deben mantener a menos de un milímetro de la punta de los dedos.
Categoría C
C. Usar guantes cuando se vaya a tener contacto con sangre u otros materiales potencialmente
infecciosos o membranas mucosas o piel no intacta del paciente. Normas de Bioseguridad
D. Retirar los guantes una vez finalizada la atención del paciente. No usar el mismo par de guantes
para el cuidado y la atención de más de un paciente y no lavar los guantes entre usos con diferentes
pacientes. Categoría B
E. Cambiar los guantes durante actividades de cuidado del paciente que impliquen el primer contacto
con áreas corporales potencialmente contaminadas y antes de tener contacto con áreas limpias del
cuerpo del mismo paciente. Categoría C
F. No hay recomendaciones respecto del uso de anillos en las áreas donde se brindan cuidados para la
salud. Categoría D
Educación para el personal de salud y programas de motivación
A. Educar al personal de salud respecto de los tipos de actividades de cuidado de pacientes que pueden
resultar en contaminación de sus manos y las ventajas y desventajas de los diferentes métodos de
higiene de las manos. Categoría C
B. Monitorear la adherencia del personal de salud a las recomendaciones para el lavado de manos y
brindarles información acerca de cómo realizarlo. Categoría A
C. Alentar a pacientes y familiares a recordar al personal de salud que practique lavado de sus manos.
Categoría C.
Medidas administrativas
A. La adherencia a la práctica del lavado de manos del personal de salud debe ser una prioridad
institucional y para ello la Institución debe proveer adecuado soporte administrativo al igual que los
recursos financieros necesarios. Categoría B
B. Implementar un programa multidisciplinario diseñado para fomentar la adherencia del personal de
salud a las recomendaciones para el lavado de manos. Categoría B
C. Como parte de ese programa multidisciplinario de fomento y ayuda para la práctica del lavado de
manos, proveer al personal de salud de soluciones de base alcohólica para el frotado de sus manos
(Ej. gel alcohólico) Categoría A
D. Del mismo modo y porque mejora la adherencia del personal de salud a la práctica del lavado de
manos, proveer de soluciones de base alcohólica (Por ej. colocar dispensadores con gel alcohólico)
en la entrada de las habitaciones de los pacientes o cerca de su cama u otra ubicación conveniente y
ventajosa. También puede proveerse al personal de salud de dispensadores pequeños de soluciones
de base alcohólica que se guardan en el bolsillo de su uniforme y que están disponibles cada vez que
resulta necesario. Categoría A
E. No almacenar dispensadores de soluciones de base alcohólica en áreas o cabinas provistas con
materiales inflamables. Norma de Bioseguridad
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