Documento 193245

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Marzo de 2011, Ucrania. Durante el viaje de investigación a Chernóbil por el 25 aniversario del accidente nuclear, el experto en
seguridad Tobias Muenchmeyer mide la radiación en el sarcófago de la central nuclear. © Grarup / NOOR / Greenpeace
25 años después de Chernóbil
La situación en la central nuclear: sin soluciones a la vista
Autora: Dipl. Phys. Oda Becker
Editora: Dipl. Biol. Alexandra Boehlke, Greenpeace Alemania
Hanover, 20 de abril de 2011
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1.- El reactor número 4
La central nuclear de Chernóbil está situada a unos 100 kilómetros al norte de Kiev en la zona fronteriza de
Ucrania con Bielorrusia. Cuando ocurrió el accidente, cuatro reactores RBMK estaban en operación y otros
dos estaban siendo construidos. El reactor donde se produjo la fusión del núcleo de combustible era el
número 4, el último que se había construido y que había iniciado su funcionamiento tan solo tres años
antes, con una capacidad de producción eléctrica de 1.000 megavatios (MW).
1.1.- El accidente
Durante una prueba realizada el 26 de abril de 1986, el reactor 4 de la central nuclear de Chernóbil explotó
y sufrió una fusión total del núcleo. La prueba se supone que investigaba si, en caso de fallo de suministro
eléctrico, las turbinas (que irían reduciendo su velocidad) podrían generar todavía la electricidad que
necesitaba el reactor para su propio consumo, hasta que los generadores diesel de emergencia arrancasen.
La reacción nuclear en cadena quedó fuera de control durante la prueba. Diversas explosiones destruyeron
el núcleo del reactor y el edificio. Partes del combustible del núcleo salieron despedidas y se depositaron en
los alrededores y las barras de grafito del núcleo del reactor se incendiaron. Grandes cantidades de material
radiactivo fueron liberadas durante diez días y las corrientes térmicas las elevaron a más de 1.000 metros
de altura, lo que causó su dispersión a gran escala.
1.2.- La causa del accidente
Inicialmente se señaló a los trabajadores de la central como los principales responsables del accidente. Sin
embargo, más tarde quedó claro que las debilidades del diseño RBMK del reactor fueron la causa
fundamental del accidente. El diseño de las barras de control, y de todo el núcleo, era defectuoso, y el
personal a cargo no conocía las posibles consecuencias del comportamiento del reactor y no se les había
dado instrucciones claras por escrito.
1.3.- Medidas de intervención
Se produjeron incendios en un radio de 150 metros alrededor del reactor, causados por las partes calientes
del núcleo del reactor que habían salido despedidas, pero fueron extinguidos en pocas horas. En los días
posteriores al accidente, miles de toneladas de materiales (arena, arcilla, carburo de boro,...) fueron
arrojados desde helicópteros al reactor. Al cubrir el núcleo, la temperatura aumentó y se incrementó
también la liberación de material radiactivo. También preocupaba que las ruinas del reactor no pudieran
aguantar este peso adicional. Por eso se dejó de arrojar materiales y no se continuó hasta más adelante. Las
investigaciones posteriores mostraron que estos materiales apenas habían cumplido su objetivo.
Hoy se acepta de forma generalizada que las medidas de intervención no tuvieron una influencia
significativa para alterar el curso del accidente y para minimizar sus gravísimas consecuencias radiológicas.
La liberación de radiación no paró debido a esas medidas externas, sino porque el accidente llegó a su fin
por un proceso “natural” (el combustible remanente se solidificó). El 6 de mayo, diez días después del
accidente, la radiación bajó de forma significativa.
1.4.- Término fuente (cantidad y composición del material radiactivo liberado)
Las primeras estimaciones del volumen de radionucleidos liberados se hicieron inmediatamente después
del accidente, basadas en medidas de la contaminación atmosférica en los alrededores del reactor y el
modelo existente de la secuencia de eventos durante el accidente. Sin embargo, este término fuente se
utilizó en el primer informe del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) (IAEA en sus siglas
en inglés) y ganó carácter oficial. Muchas investigaciones documentaron altos niveles de radiactividad en la
atmósfera en gran parte de Europa. La primeras estimaciones tuvieron que ser corregidas sustancialmente
después de que las medidas de contaminación de la atmósfera y del suelo alrededor del mundo fueran
revisadas de forma sistemática. Los niveles liberados de productos volátiles de la fisión como yodo y cesio
resultaron ser significativamente superiores (cesio-137: aprox. 1x1017 Bequerelios, Bq , es decir 100.000
Terabequerelios, TBq; yodo-131: aprox. 2x1018 Bq, es decir 2 millones de TBq) a los que previamente se
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habían hecho públicos por el OIEA.
1.5.- En el interior de las ruinas
La carga original del reactor consistía de 1.659 elementos de combustible que juntos sumaban 190,2
toneladas de combustible nuclear. Solo una parte del combustible que queda está diseminado en el interior
del sarcófago en forma de fragmentos de elementos de combustible. Varias toneladas de combustible se
han transformado en polvo que podría escaparse con facilidad. Una menor porción de sustancias radiactivas
se ha disuelto en agua. El accidente causó que una gran parte del combustible nuclear se fundiese junto a
otros materiales formando una especie de lava, una mezcla de combustible, grafito y escombros de
hormigón. Esto ha incrementado enormemente el volumen total de los materiales radiactivos y hace muy
difícil determinar cuánto combustible queda aún.
Aunque no está claro a día de hoy cuánto combustible nuclear queda en el edificio, hay, sin embargo, una
cantidad muy grande de material radiactivo en su interior. Esto supone una amenaza para el medio
ambiente y no se puede abandonar a su suerte. Los problemas con los restos del reactor destruido están
considerablemente agravados por el hecho de que la situación en el interior del reactor se desconoce de
forma precisa.
1.6.- Construyendo el sarcófago
Después del accidente se construyó a toda prisa una estructura sobre las ruinas: el denominado sarcófago.
Se construyó en condiciones muy duras, sobre los restos del edificio del reactor siniestrado. La alta radiación
impidió a los ingenieros inspeccionar con precisión la estabilidad de carga de la estructura. Muchas partes
prefabricadas tuvieron que ser instaladas con operaciones realizadas a distancia y por lo tanto no pudieron
colocarse con precisión, quedando huecos en la estructura. Las técnicas de ingeniería de estructuras y las
normas de seguridad nuclear no pudieron aplicarse de forma adecuada. Nunca se tuvo la intención de que
el sarcófago fuera una solución definitiva, sino que se diseñó para durar un máximo de 20 a 30 años. Se
terminó de construir el 30 de noviembre de 1986. Unas 300.000 personas, la mayoría soldados, trabajaron
en su construcción.
2.- Plan de construcción de un nuevo sarcófago (Shelter Implementation Plan o SIP)
Tres conceptos básicos se tuvieron en cuenta a la hora de hacer planes para modernizar el actual sarcófago
en ruinas: reforzar el emplazamiento con hormigón, estabilizar la estructura existente o construir una nueva
estructura protectora de contención. Estas son las fechas más significativas en el proceso.
1992
Ucrania anunció un concurso de diseño internacional para poner el reactor en ruinas en un estado más
seguro, pero ninguna de las propuestas recibidas cumplió con los requisitos. Las propuestas básicamente se
encaminaban a construir una nueva estructura de protección.
1994
La Comisión Europea encargó a Alliance, un consorcio europeo, realizar un estudio de viabilidad sobre la
posibilidad de construir una nueva estructura de protección, pero el plan no funcionó y este estudio
también fue rechazado (contención de los bloques 4 y 3).
1995
Los miembros del G7, la Unión Europea y Ucrania firmaron un Memorando o Acuerdo de Entendimiento
para el desmantelamiento de la central nuclear de Chernóbil. Un grupo de expertos internacional,
supervisado por la empresa alemana Arcadis desarrollaron planes con medidas a corto y medio plazo. Sin
embargo, ninguna de las propuestas presentadas alcanzaron el objetivo de desarrollar una solución óptima
desde el punto de vista técnico y económico que mantuviera el reactor 4 en estado seguro para el medio
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ambiente. Se recomendó entonces proceder en varias fases. Esta idea encontró consenso entre los
responsables de Ucrania y los Estados del G7.
1997
Un plan de construcción de un nuevo sarcófago para proteger el medio ambiente del reactor en ruinas fue
puesto en marcha por expertos de EE. UU., Japón, Europa y Ucrania. El plan de construcción del sarcófago
(Shelter Implementation Plan, SIP, en sus siglas en inglés) se completó ese mismo año. Es un proyecto
técnicamente complejo, originalmente se pensó que necesitaría de ocho o nueve años para llevarse a cabo.
El SIP fue firmado por Ucrania y la presidencia del G7 en 1997, y desde entonces ha sentado las bases para
la cooperación internacional.
2.1.- Objetivos
Las cinco principales tareas del SIP son descritas así:
- reducir la probabilidad de que el sarcófago colapse,
- reducir las consecuencias radiológicas de un colapso,
- mejorar la seguridad nuclear dentro del sarcófago,
- mejorar las medidas de seguridad para el público y el medio ambiente,
- desarrollar una estrategia para una solución a largo plazo.
A las ruinas se las quiere hacer más seguras en el medio plazo. Esto dará el tiempo necesario para
desarrollar una solución a largo plazo. El plan de trabajo no contempla la implementación de una solución
permanente. La intención es simplemente alcanzar un estado estable para los próximos 100 años. Es
esencial, para conseguir los objetivos de medio plazo, construir un nuevo sarcófago (New Safe Confinement
o NSC, en inglés) alrededor del reactor destruido.
2.2.- Costes y financiación
El Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD) asumió la gestión administrativa del SIP, y en
septiembre de 1997 creó un fondo para la construcción del nuevo sarcófago llamado Chernobyl Shelter Fund
(CSF) en inglés.
El coste total del SIP se estimó inicialmente en 768 millones de dólares. La mayor parte del cual iba a
provenir de los estados miembros del G7 y de la Unión Europea. La conferencia de donantes celebrada en
junio de 1997 en Denver recaudó los primeros 300 millones de dólares. A comienzos de 2004, los costes
estimados habían aumentado hasta los 978 millones (780 millones de euros, M€), a comienzos del 2005 a
1.100 millones (845 M€) y a principios del 2008 a 1.390 millones (alrededor de 1.016 M€). Un informe de
2008 realizado por la Comisión Europea advertía de la falta de financiación.
El BERD en 2009 transfirió una parte de sus beneficios anuales de 2007 (1.100 M€) al fondo. La adjudicación
de 58 millones de euros tenía el objetivo de servir de catalizador de más donaciones por parte de la
comunidad internacional de donantes. Vincent Novak, director del departamento de seguridad nuclear del
BERD, anunció en 2011 que se necesitaban otro 600 M€. Sin embargo tenía confianza en que la suma sería
reunida dado que todos los países donantes habían confirmado su apoyo al proyecto para Chernóbil en la
conferencia del G8 de junio de 2010. Las decisiones sobre un mayor apoyo financiero se espera que ocurran
en la conferencia de donantes que se mantendrá del 20 al 22 de abril de 2011, justo antes del 25 aniversario
del desastre de Chernóbil.
Las contribuciones totales al CSF ascendían a 864 millones de euros a comienzos de 2011.
Tabla 1: Contribuciones de países donantes y de la Unión Europea al CSF (2010)
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País
Contribución
(millones de euros)
Porcentaje
01 UE
250,00
29,0
02 EE. UU.
182,80
21,2
03 Alemania
60,50
7,0
04 Reino Unido
53,10
6,2
05 Francia
52,50
6,1
06 Japón
45,70
5,3
07 Ucrania
45,00
5,2
08 Italia
41,50
4,8
09 Canadá
34,90
4,1
10 Rusia
15,30
1,8
11 Suiza
9,30
1,1
12 Irlanda
8,00
0,9
13 Austria
7,50
0,9
14 Suecia
7,20
0,8
15 Noruega
7,00
0,8
16 Países Bajos
5,70
0,7
17 Kuwait
5,40
0,6
18 España
5,10
0,6
19 Dinamarca
5,00
0,6
20 Grecia
5,00
0,6
21 Finlandia
4,90
0,6
22 Bélgica
4,30
0,5
23 Polonia
2,50
0,3
24 Luxemburgo
2,50
0,3
860,70
100
Total
La cantidad total de dinero disponible en el CSF al final de 2010 era de 990 M€ (contribuciones + ingresos
por inversiones). Dado que el SIP necesita otros 600 M€, el BERD estima que el coste total será cercano a los
1.600 millones de euros (unos 2.250 millones de dólares). Los costes ya se han multiplicado por tres desde
la estimación original. El proyecto más importante (la construcción del nuevo sarcófago o NSC) aún no ha
comenzado, y se esperan más incrementos del coste final.
2.3.- Problemas (políticos) que afectan al plan para Chernóbil
Las críticas a los aspectos técnicos del proyecto han dificultado la ejecución del plan (SIP) y el cumplimiento
de los plazos. En 2009, después de años de discusiones internas, el Parlamento ucraniano (Verkhovna Rada)
finalmente aprobó la construcción del nuevo sarcófago, sin embargo, esto no acalló las críticas.
Además de las dificultades políticas, los problemas técnicos han retrasado el proyecto. Parte de los actuales
trabajos de construcción están llevando más tiempo del esperado. Por otra parte, ha quedado claro al
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ejecutar el plan que la infraestructura necesaria no existe y que esto no ha sido tenido en cuenta en dicho
plan.
2.4.- Plazo de ejecución
El plazo de ejecución original para completar el SIP era de ocho a nueve años, terminando en 2005-2006.
Pero en 2002 ya se hablaba de que el plan llevaría diez años y que se completaría en 2007, supuestamente a
tiempo. Sin embargo, en la primavera de 2005 se dijo que el nuevo sarcófago estaría instalado en 2009,
pero poco después se cambió la fecha a 2010 y en febrero de 2006 se anunció que sería en 2011. Después,
a principios de 2008, la fecha fue cambiada de nuevo; esta vez la fecha prevista era marzo de 2012.
Recientemente, en enero de 2011, el BERD anunció que esperaba que el proyecto se completase en 2014,
siempre y cuando se encontrase la financiación necesaria. A finales de 2010, el ministro ucraniano
responsable del proyecto (Ministro de Emergencias) expresó que esperaba que la estructura del nuevo
sarcófago estuviera instalada en 2015. El Gobierno ucraniano dio su autorización final al SIP en enero de
2009, pero no se dio la fecha en la que se finalizaría la nueva estructura.
2.5.- Estabilización del viejo sarcófago
En los primeros dos años del plan SIP (de 1997 a 1999) solo se llevaron a cabo las medidas de estabilización
más urgentes. No fue hasta 2004 que se requirió reanudar las medidas de estabilización urgentes, después
de que se firmase un contrato con el “Consorcio de Estabilización”. Los altos niveles de radiación en el
emplazamiento, la falta de personal y la imprevista debilidad de las estructuras retrasaron los trabajos de
intervención.
La estabilización se realizó de 2004 a 2008. De acuerdo con el BERD, las medidas de estabilización fueron un
éxito y no sobrepasaron los costes estimados de unos 50 millones de dólares. Sin embargo, estas medidas
tienen un alcance limitado. El sarcófago actual se estabilizó para durar otros 15 años.
2.6.- El nuevo sarcófago
La nueva estructura de contención aislará tanto las ruinas del reactor 4 como el sarcófago con un blindaje
impermeable hecho a medida. Un lado de la contención estará sellado íntegramente mientras el otro lado
se ensamblará alrededor de los edificios del reactor 3. Debido a los altos niveles de radiación, esta nueva
estructura no se puede erigir directamente sobre el viejo sarcófago. Se construirá cerca del lugar y luego se
deslizará sobre el actual sarcófago. El nuevo sarcófago será la estructura móvil más grande jamás
construida, con 105 metros de altura, 150 metros de anchura, 257 metros de longitud y un peso de 29.000
toneladas.
La nueva estructura de contención está pensada para durar un máximo de 100 años y diseñada para retener
el polvo radiactivo y prevenir las filtraciones de agua hacia el interior. También ha sido diseñada para
permitir el desmantelamiento de las estructuras inestables en el interior y para posteriormente extraer los
materiales que contengan combustible nuclear. Según el BERD, el trabajo de construcción del nuevo
sarcófago podría comenzar en el futuro inmediato. Ya se han llevado a cabo trabajos preliminares de cara a
crear la infraestructura necesaria.
2.7.- La extracción del material radiactivo no está resuelta
Durante y después de la explosión del núcleo del reactor, el combustible nuclear se fundió y entró en
contacto con otros materiales, contaminando los escombros de la estructura. Por eso, la cantidad de
material radiactivo dentro del sarcófago ha aumentado espectacularmente y su volumen se estima ahora en
varios cientos de miles de metros cúbicos. El plan SIP no aborda este problema. No especifica de qué forma
y en qué plazos debería ser tratado este material altamente radiactivo. Siendo más concretos, esto significa
que la financiación para estas medidas no está incluida en el plan. Con la realización de este plan no se han
dado aún pasos claros en la dirección adecuada para prevenir el riesgo a largo plazo. Es inaceptable dejar a
las generaciones futuras la tarea de resolver los problemas que entrañan los restos del reactor siniestrado.
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3.- Resumen de la situación en la central nuclear de Chernóbil
La Empresa Estatal Especializada (Chernobyl NPP, SSE CNP) ha sido el operador de la central nuclear desde
septiembre de 2000. Además de la unidad accidentada (reactor número 4) y de la zona de construcción del
nuevo sarcófago, hay otros tres reactores en proceso de desmantelamiento así como las instalaciones (que
aún no han sido terminadas) para la gestión y almacenamiento de los residuos generados en operación, más
los acumulados durante el desmantelamiento.
3.1.- Situación de los reactores 1, 2 y 3
Chernóbil cesó su producción, desconectando su último reactor en operación en el año 2000. Sin embargo,
debido a la falta de fondos, durante los años siguientes estuvo en discusión volver a conectar el reactor 3.
Según el Ministerio de Energía, los programas de Chernóbil fueron financiados del presupuesto nacional
ucraniano de forma inadecuada durante meses. En marzo de 2005, la deuda operacional había alcanzado
los 6,8 millones de dólares. No se pagaban los salarios. Los operadores decidieron en 2005 poner a la venta
participaciones para obtener financiación.
Los reactores se encontrarán en una fase de postclausura hasta que las barras de combustible no se
extraigan totalmente. Esto significa que todavía suponen un amenaza nuclear. Las barras de combustible se
extrajeron de los núcleos de los reactores pero algunas todavía están almacenadas en las piscinas de
refrigeración. Se espera que su extracción y almacenaje se complete en 2013.
El plan para desmantelar los reactores 1, 2, y 3 incluyen la construcción de un almacén temporal para las
barras de combustible nuclear gastado, una planta de tratamiento de líquidos radiactivos y una instalación
separada para el procesado y almacenamiento de residuos radiactivos sólidos. Más de 30.000 metros
cúbicos de residuos radiactivos líquidos sin tratar y unos 2.500 metros cúbicos de material radiactivo sólido
sin procesar estaban almacenados en Chernóbil en el año 2000. Más residuos se generarán antes de que la
central nuclear sea totalmente desmantelada. Las medidas para desmantelar los reactores 1, 2 y 3 están
programadas para ejecutarse entre 2013 y 2022. Entre 2022 y 2045 el trabajo se suspenderá, reanudándose
para completar el desmantelamiento entre 2045 y 2065.
3.2.- Almacén temporal para las barras de combustible gastado
Framatome ANP firmó un contrato en 1999 para construir un almacén temporal (ISF-2) para alojar las barras
de combustible nuclear gastado de los reactores 1, 2 y 3. Las operaciones deberían haber empezado en
2003 y todas las barras de combustible tendrían que haber quedado extraídas y almacenadas en 2008. En
2003, Framatome ANP cesó el trabajo después de determinar que el diseño original del almacén no servía
al estar dañadas algunas de las barras de combustible. El contrato fue cancelado de mutuo acuerdo en
2007, tras años de disputas sobre problemas técnicos y el aumento de costes.
La falta de un almacén temporal está costando a Ucrania alrededor de 15 millones de euros al año (el coste
de financiar la fase de postclausura). Las barras de combustible nuclear gastado se alojan actualmente en el
almacén temporal en piscina (ISF-1) que ya existía en el emplazamiento. Fue construido en 1986 y se le
aplicaron métodos de almacenamiento compacto para aumentar su capacidad un 25%. La autoridad de
supervisión ucraniana aprobó esta operación a condición de que una reevaluación tenga lugar en 2012. La
instalación no cumple los estándares actuales y es improbable que le sea renovada su licencia cuando expire
en 2016.
El 17 de septiembre de 2007 se firmó un contrato entre el operador de la central de Chernóbil (SSE ChNPP)
y Holtec International, una empresa americana. El contrato es para la construcción y puesta en servicio del
nuevo almacén temporal (ISF-2), que está pensado para reemplazar al viejo almacén en piscina (ISF-1).
En octubre de 2010, la autoridad de la energía atómica de Ucrania aprobó el almacenamiento de 22.500
barras de combustible y barras de control de los reactores 1, 2 y 3. En febrero de 2011 se firmó un acuerdo
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complementario. El almacén temporal ya puede construirse y Holtec ha asegurado que la instalación estará
lista en cuatro años desde el inicio de las obras.
El almacén será financiado con la Cuenta de Seguridad Nuclear (Nuclear Safety Account o NSA, en inglés),
también administrada por el BERD. El coste del proyecto se estimó inicialmente en 68 millones de euros.
Una segunda estimación elevó el coste a al menos 90 millones debido a que la ubicación de la instalación se
trasladó junto a la central nuclear. El BERD anunció en 2005 que este era el proyecto más difícil que jamás
había tenido que gestionar. En 2009 el banco adelantó 77 M€ de sus fondos propios, y a finales de 2010 se
esperaba que el proyecto costase 140 M€. Según el BERD, el coste total, incluyendo la gestión del fondo y el
apoyo para obtener los permisos, sumará casi 300 M€, el coste de la instalación es ahora cuatro veces
superior a la cantidad inicialmente propuesta.
3.3.- Planta de tratamiento de residuos radiactivos líquidos (LRWTP, por sus iniciales en inglés)
Un consorcio franco-belga-italiano fue contratado para diseñar y construir una planta de tratamiento de
residuos radiactivos líquidos en el emplazamiento de la central nuclear de Chernóbil. Se esperaba que la
planta, en el transcurso de 10 años, procesase 30.000 metros cúbicos de residuo líquido actualmente
almacenado en el emplazamiento en nueve depósitos así como cualquier líquido radiactivo generado
durante el desmantelamiento de los reactores 1, 2 y 3.
Pero este contrato con el consorcio se canceló en 2006. Después se abrió un nuevo concurso en el que el
plazo para la recepción de ofertas para la construcción de la instalación finalizó el 30 de noviembre de 2010.
La Cuenta de Seguridad Nuclear (NSA), administrada por el BERD, es el fondo que financiará la planta. En
1999, cuando se firmó el primer contrato, el coste se estimó en 25 millones de euros y el final de la
construcción fue previsto para 2001. Ahora, se estima que ejecutar la construcción llevará 65 semanas
desde la firma del contrato. Esto significa que la construcción no se completará antes de 2012.
3.4.- Complejo industrial para la gestión de residuos radiactivos sólidos (ICSRM, por sus iniciales en inglés)
La empresa alemana Nukem entregó en 2009 a su cliente, SSE ChNPP, un centro de tratamiento de residuos
industriales que consiste en cuatro instalaciones de menor tamaño para residuos radiactivos sólidos
(complejo industrial para la gestión de residuos radiactivos sólidos). Los residuos sólidos, incluidos los
generados por el tratamiento del residuo líquido acumulado durante las labores de operación y
desmantelamiento de los reactores 1, 2 y 3, serán procesados y almacenados en el centro de tratamiento de
residuos. Los residuos sólidos altamente radiactivos y de vida larga serán separados y almacenados aparte.
La vida útil prevista para la instalación es de 30 años.
El contrato “llave en mano” para la construcción de la instalación se firmó en la primavera de 2001 y los
trabajos de excavación comenzaron el 11 de noviembre de 2003. La planta tenía inicialmente prevista su
puesta en marcha en 2005. El coste del proyecto final fue de 47,7 millones de euros.
4.- Los riesgos que entraña el reactor dañado nº 4
4.1.- El riesgo de colapso
La estructura que cubre el reactor 4 fue diseñada para una vida máxima de entre 20 y 30 años. Los expertos
han hecho sonar las alarmas durante años: el estado del sarcófago es inaceptable, los muros están
agrietados, y el techo está bombeado hacia el interior. Las medidas de estabilización fueron pensadas para
reducir la probabilidad de un colapso a 0,001 por año.
La estabilidad frente a un colapso corre un serio peligro debido a los efectos de carga horizontal que crean
los temporales de viento, que no son raros en esta zona. Pero la carga debida a la nieve, los incendios y la
filtración de agua al interior de la construcción también somete a presión la estructura. Incluso los
terremotos son una de las principales amenazas. El sarcófago sufrió un terremoto moderado en 1990 y,
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aunque no colapsó, su estructura se agrietó.
La mayoría del combustible nuclear se fundió con el grafito y los cascotes de hormigón formando una
especie de lava. Toneladas de polvo radiactivo se hallan dentro de las ruinas del reactor. Con la ayuda de un
sistema de supresión de polvo, en funcionamiento desde 1990, se ha realizado un intento de fijarlo
rociándolo con una solución de polímeros. Como el polvo se genera de forma continua debido, por ejemplo,
a los procesos de erosión, la cantidad total se mantiene igual. Si el sarcófago colapsara se liberaría una gran
cantidad de radiación. Los modelos de dispersión atmosférica predicen una seria exposición a la radiación
hasta a 50 kilómetros de distancia. Cerca del reactor 4, el cálculo es de una dosis de inhalación de 5 sieverts,
una dosis letal para muchas personas.
Además de las consecuencias directas de un colapso, los trabajos posteriores en el emplazamiento podrían
complicarse todavía más y llevar más tiempo.
4.2.- El riesgo de una reacción nuclear en cadena
Existe el grave peligro de que el agua que se está filtrando al interior pueda reiniciar la reacción en cadena
en el combustible (recriticidad) que queda en las ruinas. No es esperable que esto causase una explosión
violenta, pero una reacción en cadena continuada que calienta el combustible nuclear podría causar la
liberación de substancias radiactivas.
La radiación ionizante dentro de las ruinas se mide para vigilar que se mantiene una situación de
subcriticidad en el combustible nuclear. La instrumentación registró un incremento del flujo de neutrones
varias veces en el pasado. El análisis del peor escenario posiblela ha determinado que la liberación de la
radiactividad podría igualar a la producida por un colapso.
Se asume de forma generalizada que los materiales que contienen combustible nuclear, que están
distribuidos en muchos lugares en el sarcófago, están en un estado subcrítico sin lugar a dudas. Parece
altamente improbable que una reacción nuclear en cadena se inicie de nuevo.
4.3.- El riesgo que supone el agua
Las filtraciones de agua al interior a través de las grietas y oquedades es la mayor amenaza para las ruinas
porque acelera el deterioro del edificio y destruye la superficie cristalizada de la lava de combustible nuclear
y del polvo. También se teme que el agua contaminada llegue a los acuíferos. Los análisis del agua
subterránea realizados entre 1997 y 2009 cerca del sarcófago mostraron concentraciones de estroncio-90
de hasta 2.000 Bequerelios por litro (Bq/l).
4.4.- Otros riesgos
Cientos de fuegos asolaron Rusia central en agosto de 2010 debido a la sequía. Los incendios forestales
forzaron a las autoridades a tomar medidas para proteger las instalaciones nucleares. De acuerdo al
Instituto de Radioprotección y de Seguridad Nuclear francés (IRSN, por sus siglas en francés), radionucleidos
de cesio-137 y estroncio-90 se liberaron a la atmósfera debido a que los incendios quemaron vegetación
contaminada por el accidente de Chernóbil. Se midió un ligero incremento de la radiación.
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