el genero tambien es asunto de bibliotecas teologicas

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EL GENERO TAMBIEN ES ASUNTO DE BIBLIOTECAS TEOLOGICAS
¿Quién es CETELA?
Es un espacio ecuménico para el diálogo, el intercambio de experiencias, la generación de
procesos educativos diversos, la producción teológica y la participación de instituciones
teológicas de distintas partes del continente latinoamericano y del Caribe, donde la
convivencia de unas más grandes que otra es posible.
Las experiencias de educación teológica en un continente como el nuestro, marcado por una
pluralidad de tradiciones de fe y una presencia muy fuerte de una diversidad de rostros,
1
necesariamente tienen que pasar, principalmente, por dos ejes transversales: el eje del
ecumenismo y el de la igualdad de género.
Bibliotecas de Instituciones Teológicas en el siglo XXI.
Según Carlos Tunnermannn , las Universidades y en general la Educación Superior, se
aprestan a ingresar en un nuevo milenio bajo el signo de la crisis y en el contexto de un
mundo y de una ciencia, sujeto profundas transformaciones.
Esta crisis que es una crisis de cambio, de revisión a fondo con la sociedad contemporánea
y sus objetivos, de sus misiones, de su organización y métodos de trabajos. La educación
superior ocupa un lugar central en la sociedad contemporánea, caracterizada como
“Learning Society” por los analistas, es decir como sociedad del aprendizaje continuo,
como sociedad del conocimiento, la educación y la información.2
Estas afirmaciones son aplicables al terreno de la educación teológica, y por supuesto al
tema que nos convoca como bibliotecas o centros de información teológica. ¿Cómo
nuestras bibliotecas pueden constituirse en verdaderos centros de educación permanentes, o
por lo menos de actualización permanente del saber.
Estas reflexiones tienen que pasar por los ejes de género, pero también de diversidad y
pluralismo. Cómo afirma la memoria de la VI Jornada Teológica de Cetela “ No se trata tan
sólo de discernir pedagógicamente cómo es que cada uno de los rostros de Abya-Yala
aprende y elabora su teología: también se trata de que las instituciones de educación
teológica se dejen permear y puedan recrear sus métodos y estrategias pedagógicas . Hasta
ser capaces de modificar las formas sexistas, jerárquicas y racionales de enseñar, de tal
forma que se puedan dar lugar a la lógica del corazón, a la reciprocidad que haga flexibles
los roles docente-discente y a una cultura institucional de equidad de género”.
Las dinámicas de las bibliotecas teológicas también responden a estos procesos
pedagógicos que requieren de estrategias y de una visión de lo que se quiere lograr como
instituciones teológicas. Un clamor que llega reiteradamente desde las luchas de las
mujeres sostenemos en los diferentes planos de la vida cotidiana, es la formulación de
1
Desde los procesos de CETELA, en conjunto con la Asociación Ecuménica de Teólogos del Tercer Mundo
(ASETT), se ha venido desarrollando este concepto de rostros, con el que queremos indicar los colectivos
humanos y eclesiales tradicionalmente marginados histórica y socialmente. Estos rostros pertenecen a mundos
constituidos y están en proceso de afirmación de su identidad teológica.
2
Artículo titulado . La educación superior de cara al siglo XXI, Sacuanjoche , no.7, julio 2002.
estrategias para visibilizar nuestra visión de una sociedad, una comunidad, una iglesia, una
institución más equilibrada, armoniosa y justa.
Nuestras instituciones teológicas cuentan con su propio itinerario teológico y pedagógico,
vividos en diferentes escenarios de la vida política, económica y social latinoamericana y
caribeña. Dichos itinerarios están marcados con mayor o menor énfasis por la
incorporación de la teoría de género, el valor de la solidaridad, el análisis de la realidad y
las teologías emergentes. Evidentemente todo esto ha sido producto de las transformaciones
curriculares que intentan acercar la educación teológica a la realidad de los contextos y
contribuir al proyecto de iglesias diferentes, participativas, democráticas y sostenibles.
Bibliotecas teológicas y Género
Me gusta pensar en la Biblioteca como un espacio para:
- encuentro
- convivencia
- acceso
- inclusividad
- procesos de aprender-desaprender
- re-formular
- re-imaginar
- argumentar
- producción
- estimular las inteligencias
- celebración
Las bibliotecas teológicas del s. XXI, se debaten entre la dinámica de academicidad y
flexibilidad. Sus funciones están muy ligadas a replantear mentalidades, en una
cooperación abierta con los programas de estudios y docentes involucrados/as en dicho
objetivo. Una de las razones de ser de las bibliotecas teológicas en este milenio es la
cooperación intercultural. Un interesante libro de un sociólogo holandés se titula El
software de la mente- La cooperación intercultural para la sobrevivencia. El autor
plantea que la cultura debe entenderse también como esa estructura mental (programa)
que es desafiado constantemente a la renovación. En un estudio en diferentes culturas
en este aspecto, se destacan dos temas reincidentes: el del género, y el de la violencia.
Por esa y por otras razones, nuestras bibliotecas teológicas están muy relacionadas a la
teoría de género, y aún más allá del género, es decir avanzar hacia la equidad de los
géneros. Sin embargo hay diferentes maneras de entender ésta relación de BibliotecaGénero, en los últimos años, dependiendo del contexto.
Por ejemplo, algunas facultades, escuelas o seminarios teológicos han integrado la
visión de equidad de género como el corazón de la educación teológica. Es decir que se
ha comenzado a tomar muy serio esta necesidad. La manera de aproximarse a esto la
podemos clasificar en tres ejes:
a) Estudios de Mujeres (con un énfasis histórico desde las mujeres)
b) Estudios Feministas (con un énfasis a las experiencias de opresión de las mujeres en
diferentes contextos y en diferentes niveles de la vida)
c) Estudios de Género (el desafío en cuanto a metodología, búsqueda de la verdad y
conocimiento)
Por supuesto que ésta clasificación aún sigue generando debates y nuevas propuestas de
formulación. Inclusive la manera en que nos aproximemos al tema está muy ligado a las
transformaciones curriculares de nuestras instituciones. Hoy más que nunca veo la
necesidad de el/la bibliotecario/a participe a estos procesos, haga propuestas, y aún más
pueda actualizar sus enfoques desde éstas nueva teorías.
Si bien es cierto, cuando hablamos del enfoque de género(s) incluye los roles socializados
de mujeres y hombres, es claro que hay un marcado sesgo hacia las problemáticas de las
mujeres. ¡Muchas razones hay para ello! Haciendo un recorrido rápido por nuestro
continente y Caribe, encontramos: mujeres migrantes, solas, jóvenes en la prostitución, el
turismo sexual, mujeres en las maquilas, desempleadas, discriminación, etc. Por éstas
razones y muchas más, es posible que encontremos en nuestras bibliotecas bibliografía
mayormente en ésta línea.
Por otro lado, la(s) teología(s) feminista(s) toma como sujeto primario de su reflexión a las
mujeres, e intenta reformular estrategias y respuestas a las necesidades de las mujeres. Pero
la teología feminista no debe parar únicamente con las mujeres, si verdaderamente hay una
preocupación y compromiso con la liberación humana. Es decir, que la teología feminista
debe proveer herramientas para la búsqueda del bien de la sociedad total. La teología
feminista ha generado y sigue generando tensiones, y muchas veces se ha presentado como
la teología de las quejas, de la competencia del poder y el desahogo de la rabia, y
resentimientos. Es por eso que la presencia de bibliografía en ésta línea en nuestras
bibliotecas estará no solamente ligada a un programa de estudios, sino también a ideologías
y “culturas o programas mentales”.
Otro aspecto ligado a la relación Biblioteca-Género tiene que ver con la producción
teológica. Como dije al inicio, nuestras instituciones teológicas cada vez más hay una
presencia plural, multicultural, generacional. Nuevos sujetos teológicos que responden a un
locus teológico, quieren hacer oír sus voces y sus planteamientos a las iglesias, la sociedad,
y las instituciones teológicas mismas. El grupo que se identificó con la teología feminista y
de género en nuestra última Asamblea y Jornada Teológica en Ecuador, recogió en el
documento final una afirmación: “vino nuevo en instituciones viejas”. Esta maduración
teológica que buscamos debe de ser un esfuerzo por la apropiación de las convicciones que
generan éstas teologías, que algunos llamamos emergentes, para puedan posicionarse
dentro de las filosofías, políticas de nuestras instituciones, y que por ende tendrán un efecto
sobre nuestras bibliotecas.
Desafíos para ésta relación de Bibliotecas-Género
1) La diversidad de la oferta de servicios en las bibliotecas necesitan un soporte
estructural que facilite la misma. Esto se relaciona a la búsqueda de nuevas formas
de organización académica que permitan una mejor respuesta a los requerimientos
de una sociedad en búsqueda de la equidad de género y del respeto a la diversidad.
Esto implicará nuevos modelos, más flexibles y más sensibles a estos anhelos de
contribuir a una cultura de paz y de equidad.
2) El afinamiento (o desarrollo) de una perspectiva interdisciplinaria. Una cosa fácil de
decir, pero difícil de implementar. Una perspectiva interdisciplinaria nos puede
ayudar a confrontar algunos desafíos como: globalización, las relaciones y diálogo
Inter.-religioso, el multiculturalismo, el fundamentalismo, la crisis ambiental, el
género, las luchas de diferentes sectores, que tienen una incidencia en nuestra
cotidianidad.
3) Re-afirmar el carácter ecuménico de las bibliotecas, caracterizado por su apertura, al
igual que la afirmación de la construcción de relaciones justas, brindando a los y las
usuarios/as diversas posibilidades de enfocar las realidades.
4) Proyectar ésta relación de Biblioteca-Género desde el desafío de re-crear espacios
para una cultura de la negociación, del intercambio de saberes, y desde la necesidad
de definir o re-definirlo el modelo pedagógico de la biblioteca (no solo a nivel de
procedimientos, sino del pensar, sentir y hacer bibliotecológico y de relaciones de
género).
5) En cuanto a la producción teológica de nuevas generaciones, de las mujeres, de esas
minorías excluidas que aportan al conocimiento teológico, bíblico y pastoral.
Promover, dar a conocer éstas investigaciones (la presentación de Rosa nos dice lo
valioso de estos intentos).
Desde mi experiencia de educadora teológica en Nicaragua, me doy cuenta de que
inmersos en esta espiral del neoliberalismo y de la globalización, se corre el peligro de
que ésta preocupaciones por las bibliotecas y el género, no sean tomadas muy en serio.
En Nicaragua misma, la carrera de Bibliotecología se cerró! Las carreras del boom del
mercado son la administración de empresas, la informática, entre otras. Por otro lado los
presupuestos de la biblioteca son los más afectados cuando hay ajustes estructurales. Se
pierde la esperanza en un mundo que tiende más al individualismo (inclusive producto
de la tecnología misma) y a la iniquidad (lo contrario de equidad).
Quiero terminar diciendo que las instituciones que componen CETELA hemos insistido
en la articulación academia-pueblo, buscando que mujeres y hombres reales sean el
referente de nuestro quehacer teológico y la construcción de nuevas relaciones de
poder. Hombres y mujeres reales, concretos que dinamicen y cuestionen
permanentemente nuestros modelos teológicos y bibliotecológicos, y así evitar una
mera retórica contextual. Desde ésta perspectiva “vino nuevo en odres viejos” cobra un
profundo significado para trabajar no solo en los cambios a nivel de currículos, en
nueva bibliografía, sino también en cambios de actitud que generen congruencia entre
el pensar, el sentir y el hacer. Un pensamiento a compartir de una investigadora e
educadora india Chandra Talpade Mohanty: “para transformar radicalmente las
instituciones educativas, los conocimientos deben ser entendidos pedagógicamente
como cuestiones de estrategia y práctica, más que como saberes académicos”.3
Las luchas cotidianas de las mujeres a través de la historia nos dicen que algunos
procesos ya iniciados tienen que seguir siendo empujados, incentivados, posiblemente
renovados, y que en este proceso debemos aprovechar al máximo las oportunidades que
se nos presentan. Este esfuerzo de la RLIT puede entenderse también desde esta
perspectiva. Y seguir produciendo en nuestras bibliotecas e instituciones vino de la
mejor calidad con los recursos con que contemos!
Violeta Rocha A./Cuba, Julio 2002.
3
Del libro On Race and Voice: Challenges for Liberation Education in the 1990´s.
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