Epopeya de Gilgamesh

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Epopeya de Gilgamesh
Sección A. Contesta las siguientes preguntas con base en tu libro de texto, unidad uno.
1. ¿A qué cultura pertenece la Epopeya de Gilgamesh?
2. ¿Qué aportaron a la epopeya las siguientes culturas?
- Acadios:
- Babilonia
- Asiria:
3. ¿Cuál es tu idea de héroe? Señala tres elementos que lo caractericen
Sección B. Lee atentamente el texto para contestar las preguntas respectivas.
Tablilla X
Gilgamesh le dijo a Utnapishtim, el Lejano: «Cuando te miro tus rasgos no son extraños; incluso eres como yo. Tú
no eres extraño; antes bien, eres como yo. ¡Mi corazón te había imaginado como resuelto a batallar! Pero descansas
indolente sobre tu dorso. Dime ¿cómo te sumaste a la Asamblea de los Dioses? «Te revelaré, Gilgamesh, una
materia oculta. Y un secreto de los dioses te diré: Suruppak --ciudad que tú conoces. Y que está situada en las
riberas del Éufrates. Esa ciudad era antigua como lo eran los dioses de su interior. Cuando sus corazones
impulsaron a los grandes dioses a suscitar el diluvio. Estaban Anu, su padre, el valiente Enlil, su consejero,
Ninurta, su asistente, Ennuge, su irrigador. Ninigiku-Ea también estaba presente con ellos. Sus palabras repite a la
choza de cañas:"¡Choza de cañas, choza de cañas! ¡Pared, pared! ¡Choza de cañas, escucha! ¡Pared, vibra! Hombre
de Suruppak, hijo de Ubar-Tutu, ¡Demuele esta casa, construye una nave! Renuncia a las posesiones, bucea la vida.
¡Desiste de bienes mundanales y mantén el alma viva! Abordo de la nave lleva la simiente de todas las cosas vivas.
El barco que construirás, sus dimensiones habrá que medir. Igual será su amplitud y su longitud. Como el Apsu lo
techarás". Entendí y dije a Ea, mi señor: “He aquí, mi señor, lo que así ordenaste. Tendré a honra ejecutar. Pero,
¿qué contestaré a la ciudad, a la gente y a los ancianos?" Ea abrió su boca para hablar, diciendo a mí, su servidor:
“En tal caso les hablarás así: ‘He sabido que Enlil me es hostil. De modo que no puedo residir en vuestra ciudad.
Ni poner mi pie en el territorio de Enlil. Por lo tanto, a lo profundo bajaré. Para vivir con mi señor Ea. Pero sobre
nosotros derramará la abundancia. Los pájaros selectos, los más excelentes peces. La tierra se colmará de riqueza
de cosechas. Aquel que en el ocaso ordena las vainas verdes, verterá sobre vosotros una lluvia de trigo’”. Al
primer resplandor del alba, la tierra se juntó a mi alrededor. Los pequeños llevaban brea, al paso que los grandes
transportaban el resto de lo necesario. Al quinto día tendí su maderamen. Un acre entero era el espacio de su
suelo. Diez docenas de codos la altura de cada pared. Diez docenas de codos cada borde del cuadrado puente.
Preparé los contornos y lo ensamblé. Lo proveí de seis puentes. Dividiéndolo así en siete partes. El plano de su
piso dividí en nueve partes. Clavé desaguaderos en él. Me procuré pértigas y acopié suministros. Seis (medidas)
"sar" de betún eché en el horno.
Tres "sar" de asfalto también eché en el interior, Tres "sar" de aceite los portadores de cestas transportaron. Aparte
de un "sar" de aceite. Y los dos "sar" de aceite que el barquero estibó.
Bueyes maté para la gente. Y sacrifiqué ovejas cada día. Mosto, vino rojo, aceite y vino blanco di a los
trabajadores para beber, como si fuera agua del río. Para que celebrasen como en el Día del Año Nuevo. Abrí
ungüento, aplicándolo a mi mano. Al séptimo día el barco estuvo completo.
La botadura fue ardua. Hasta el punto de que hubieron de cambiar las planchas de encima y de debajo, hasta que
dos tercios de la estructura entraron en el agua. Cuanto tenía cargué en él: cuanta plata tenía cargué en él; cuanto
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oro [tenía] cargué en él; cuantos seres vivos tenía cargué en él. Toda mi familia y parentela hice subir al barco. Las
bestias de los campos, las salvajes criaturas de los campos. Todos los artesanos hice subir a bordo. Samas me había
fijado un tiempo: "Cuando aquel que ordena la intranquilidad nocturna, envíe una lluvia de tizón, ¡Sube a bordo y
clava la entrada! Aquel tiempo señalado llegó: "Aquel que ordena la intranquilidad nocturna, envía una lluvia de
tizón".
Contemplé la apariencia del tiempo. El tiempo era espantoso de contemplar. Subí al barco y clavé la entrada. Para
clavar todo el barco, a Puzur-Amurri, el barquero, cedí la estructura con su contenido. Al primer resplandor del
alba, una nube negra se alzó del horizonte. En su interior Adad truena, mientras Sullat y Hanis van delante.
Moviéndose como heraldos sobre colina y llano. Erragal arranca los postes; avanza Mnurta y hace que los diques
sigan. Los Anunnaki levantan las antorchas, encendiendo la tierra con su fulgor. La consternación debida a Adad
llega a los cielos, pues volvió en negrura lo que había sido luz. Durante un día la tormenta del sur sopló,
acumulando velocidad a medida que bufaba sumergiendo los montes. Atrapando a la gente como una batalla.
Nadie ve a su prójimo. No puede reconocerse la gente desde el cielo. Los dioses se aterraron del diluvio. Y,
retrocediendo, ascendieron al cielo de Anul. Los dioses se agazaparon como perros. Acurrucados contra el muro
exterior. Istar gritó como una mujer en sus dolores. La señora de dulce voz de los dioses gime: "Los días antiguos
se han trocado, ¡ay!, en arcilla. Porque hablé maldad en la Asamblea de los dioses. ¿Cómo pude hablar maldad en
la Asamblea de los dioses, ordenando batalla para destrucción de mi gente. Cuando yo misma di a luz a mi pueblo?
¡Como el desove de los peces llena el mar!" Los dioses Anunnaki lloran con ella, Los dioses, humildemente, están
sentados y lloran. Con los labios apretados, uno y todos. Seis días y seis noches sopla el viento del diluvio,
mientras la tormenta del sur barre la tierra.
Al llegar al séptimo día, la tormenta del sur transportadora del diluvio amainó en la batalla, que había reñido como
un ejército. El mar se aquietó, la tempestad se apaciguó, el diluvio cesó. Contemplé el tiempo: la calma se había
establecido, Y toda la humanidad había vuelto a la arcilla. El paisaje era llano como un tejado. Abrí una escotilla y
la luz hirió mi rostro. Inclinándome muy bajo, me senté y lloré. Deslizándose las lágrimas por mi cara. Miré en
busca de la línea litoral en la extensión del mar: en cada catorce regiones emergía una comarca montañosa.
En el Monte Nisir el barco se detuvo. Un primer día, un segundo día, el Monte Nisir mantuvo sujeta la nave,
impidiéndole el movimiento. Un tercer día, un cuarto día, el Monte Nisir mantuvo sujeta la nave, Impidiéndole el
movimiento. Un quinto y un sexto día, el Monte Nisir mantuvo sujeta la nave, impidiéndole el movimiento. Al
llegar el séptimo día, envié y solté una paloma.
La paloma se fue, pero regresó. Puesto que no había descansadero visible, volvió. Entonces envié y solté una
golondrina. La golondrina se fue, pero regresó; puesto que no había descansadero visible, volvió. Después envié y
solté un cuervo. El cuervo se fue y, viendo que las aguas habían disminuido, come, se cierne, grazna y no regresa.
Entonces dejé salir todo a los cuatro vientos Y ofrecí un sacrificio.
Vertí una libación en la cima del monte. Siete y siete vasijas preparé. Sobre sus trípodes amontoné caña, cedro y
mirto. Los dioses olieron el sabor. Los dioses se apiñaron como moscas en torno al sacrificio. Cuando, al fin, la
gran diosa llegó, alzó las grandes joyas que Anu había labrado a su antojo: "Dioses, tan cierto como este
lapislázuli está, en mi cuello, no olvidaré, recordaré estos días, sin jamás olvidarlos. Vengan los dioses a la
ofrenda; pero no acuda Enlil a la ofrenda, porque, sin razón, causó el diluvio. Y a mi pueblo condenó a la
destrucción". Cuando finalmente llegó Enlil, y vio el barco, Enlil montó en cólera. Le invadió la ira contra los
dioses Igigi: "¿Escapó algún alma viva? ¡Ningún hombre debía sobrevivir a la destrucción!"
Ninurta abrió la boca para hablar. Diciendo al valiente Enlil: "¿Quién, salvo Ea, puede maquinar proyectos? Sólo
Ea conoce todo". Ea abrió la boca para hablar, Diciendo al valiente Enlil: "Tú, el más sabio de los dioses, tú, héroe,
¿Cómo pudiste, irrazonablemente, causar el diluvio? ¡Al pecador impón sus pecados, al transgresor impón su
transgresión! ¡Sin embargo, sé benévolo para que no sea cercenado! ¡Sé paciente para que no sea desplazado!
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¡En lugar de traer tú el diluvio, ojalá un león hubiera surgido para disminuir la humanidad! ¡En lugar de traer tú el
diluvio, ojalá un lobo hubiera surgido para disminuir la humanidad!
¡En lugar de traer tú el diluvio, ojalá un hambre hubiera surgido para menguar la humanidad! ¡En lugar de traer tú
el diluvio, ojalá una pestilencia hubiera surgido para herir a la humanidad!
No fui yo quien reveló el secreto de los grandes dioses. Dejé que Atrahasis viese un sueño. Y percibió el secreto de
los dioses. ¡Reflexiona ahora en lo que le atañe!". A esto Enlil subió a bordo del barco. Cogiéndome de la mano,
me subió a bordo. Subió mi mujer a bordo e hizo que se arrodillara a mi lado. De pie entre nosotros, tocó nuestras
frentes para bendecirnos: "Hasta ahora Utnapishtim fue tan sólo humano. En adelante Utnapishtim y su mujer serán
como nosotros dioses. ¡Utnapishtim residirá lejos, en la boca de los ríos!"
Fuente: Bibliotecas Virtuales
1. ¿Te gusto la lectura? Justifica tu respuesta.
2. ¿Acabas de leer una leyenda o un mito? Ofrece una explicación.
3. Menciona, con citas textuales, las siguientes características de las literaturas orientales de la antigüedad:
a. simbolismo:
b. religiosidad:
c. imaginación:
4. ¿Qué cuenta Utnapishtim a Gilgamesh?
5. ¿Quién propició el diluvio?
6. Conoces algún otro mito que tenga algún parecido con el que acabas de leer. Argumenta.
7. Subraya en el texto tres ejemplos de:
- paralelismo.
– comparación
- epíteto
8. Indica el significado de los términos en negritas.
Sección C. Vuelve a leer los textos para realizar la actividad.
El Paraíso
Este sitio en que Enki ha venido a habitar con su esposa, es un lugar limpio, es un brillante lugar. Ésta es la tierra
de Dilmun. En Dilmun no graznan los cuervos; el pájaro de la muerte no difunde sus funestos gorjeos. Allí no mata
el león, ni el lobo persigue al cordero. No hay allí perros salvajes que devoren los becerros. No doblega allí su
cabeza la paloma. Nadie dice: estoy enfermo. Nadie dice: ya soy viejo. No se oyen allí lamentos; nunca se
escuchan endechas de muerte.
Fuente: Antología de textos literarios del cercano oriente. Trad., introd. y notas de Ángel María Garibay. 2da ed., México,
Porrúa, 1976 (“Sepan Cuantos…”, 27), pp. 86-87.
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1. ¿Cómo es el paraíso según la tradición judeocristiana?
2. Menciona dos semejanzas entre ambas concepciones del paraíso. Es decir, la del texto que acabas de leer y la
judeocristiana.
3. ¿Por qué supones que estas culturas tan diferentes y distantes hablan del paraíso?
4. ¿Conoces alguna otra concepción del paraíso? ¿A qué cultura pertenece? ¿Cómo es ese paraíso?
La creación del hombre
Lo que es ligero ahora será abundante.
¡Qué soporte el hombre el peso de su creación!
A la diosa madre acudieron todos los dioses,
y Mamik, el más provechoso de todos ellos dijo:
--Tú eres la madre por excelencia: tú la que al hombre
creó.
Su barba, su mejilla y su estatura, el hombre y la
mujer.
Catorce madres se juntaron ante Nintu
durante el novilunio…
Ella --la diosa--. Dio a luz al hombre.
Gócese el hombre en donde una madre sufre cuando
da a luz.
Crea ahora otro hombre y que soporte el yugo:
el yugo ha de llevar en su cuello.
¡Qué soporte el hombre el peso de la creación!
Fuente: Antología de textos literarios del cercano oriente.
Trad., introd. y notas de Ángel María Garibay. 2da ed.,
México, Porrúa, 1976 (“Sepan Cuantos…”, 27), pp. 86-87.
La diosa abrió su boca y dijo a los dioses:
--Todo lo que es factible me toca a mí…
1. ¿Cuál es el destino del hombre?
Qué el hombre venga al ser.
2. ¿Qué actos precedieron la creación del hombre?
Sea formado de arcilla y vivificado por la sangre.
Abrió la boca Enki y dijo a los dioses:
3. ¿Qué dioses intervinieron en la creación?
--Debe ser antes la purificación de la tierra.
4. ¿De qué material fue formado el hombre?
Mataremos a un dios y el suelo quedará puro.
5. ¿Conoces algún mito de la creación del hombre
Que Ninhursag mezcle con la arcilla
su carne y su sangre.
que tenga algún parecido con éste? ¿Cuál es?
Será dios y hombre a un tiempo el que va a existir.
6. ¿A qué crees que se deba tal semejanza?
Será de arcilla para la eternidad.
7. ¿Cómo crees que se formó el universo?
Queda hecho su pecho,
Fuente: Mendoza, R. (2009). La literatura universal y yo.
México: Cengage.
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