PACIENTE CON SÍNDROME DE KLIPPEL-TRÉNAUNAY Y TROMBOEMBOLISMO PULMONAR RECIDIVANTE. Pillado Rodríguez M E.*, Villanueva A.**, Arregui A.*, Matilla J.* *Unidad de Flebología. Servicio de Angiología y Cirugía Vascular **Servicio de Radiología Clínica Universidad de Navarra en Madrid INTRODUCCION El Síndrome de Klippel-Trénaunay se ha definido clásicamente por la tríada de manchas vasculares, hipertrofia ósea, de tejidos blandos o de ambos y varices. Actualmente según la clasificación de la Internacional Society for the Study of Vascular Anomalies, (ISSVA), se considera una malformación de bajo flujo, con componente venoso, capilar y linfático. En casos severos de esta enfermedad, así como en las malformaciones venosas infiltrantes, se produce una alteración de la coagulación, consistente en una coagulación intravascular localizada (CIL). Analíticamente la CIL se traduce en elevación del Dímero D y descenso del fibrinógeno, sin plaquetopenia, y clínicamente es una situación protrombótica. También pueden coexistir otras alteraciones causantes de trombofilia. En estos enfermos es frecuente el sangrado de los vasos malformados, localizados en distintos lugares anatómicos. Presentamos el caso clínico de un paciente con TVP de vena cava, en el contexto de un Síndrome de Klippel-Trénaunay, con CIL y mutación 20210A del gen de la Protrombina. El manejo terapéutico debe ser individualizado para cada paciente y ajustado a su situación clínica. CASO CLÍNICO: El paciente es un varón de 42 años que consulta por presentar desde hace seis meses episodios de uretrorragia postmiccional, que cede con el reposo de varios minutos. Al comienzo de la micción expulsa coágulos, aunque la orina es clara. Refiere haber tenido cuadros similares en numerosas ocasiones, pero esta vez se prolonga en el tiempo obligándole a estar de baja laboral. También refiere episodios de rectorragia autolimitada frecuentes. Entre sus antecedentes personales destaca el estar diagnosticado de padecer Síndrome de Klippel-Trénaunay (SKT), con afectación de hemicuerpo izquierdo. Durante su infancia se le practicaron en nueve ocasiones resecciones parciales de su malformación, así como varias cirugías traumatológicas, encaminadas a mejorar funcionalmente su extremidad inferior (liberación de nervio ciático poplíteo externo, osteotomía supracondílea de extensión, acortamiento de la cortical posterior de fémur y tenotomía del tendón aquíleo ). Actualmente presenta flexo de rodilla y pie en equinovaro, así como numerosas cicatrices retráctiles. Camina con bota ortopédica y ayuda de muletas, y realiza rehabilitación frecuentemente para disminuir las contracturas. Aporta informe de TAC realizado en 1989, en el que se informa del hallazgo de una vena cava de calibre aumentado. En enero de 1995 presentó episodio de TEP, por lo que, dada la imposibilidad de anticoagulación por sangrado frecuente, se decidió colocar un filtro de cava temporal, que se retiró posteriormente. En enero de 1996 sufrió un segundo TEP, por lo que se le colocó un filtro de cava definitivo. Desde entonces, el paciente ha presentado numerosos episodios de flebitis en miembro inferior izquierdo (MII), que ha tratado con anticoagulación con heparina de bajo peso molecular (HBPM) durante 2-4 semanas, así como sangrados autolimitados, no anemizantes, habiendo aparecido la uretrorragia actual tras un período de anticoagulación de varias semanas. El paciente fue visto en el servicio de Urología de su hospital de referencia, donde se le practicó una ecografía en la que no apreciaron lesiones parietales endoluminales. En el espesor de la pared vesical, en situación submucosa profunda, en pared posterior e inferior describen estructuras tubulares serpinginosas. Ante la persistencia del sangrado, se le practicó una uretrocistografía, en la que apreciaron múltiples formaciones venosas, alguna de ellas sangrantes, sobre todo a nivel de uretra peneana distal. En vejiga, la mucosa aparecía deslustrada y friable, transluciendo múltiples estructuras vasculares submucosas. No se apreciaron sangrados activos en vejiga. Se realizó coagulación suave de formaciones vasculares sangrantes. A la exploración física en nuestro servicio, el paciente se encuentra consciente y orientado. Su auscultación cardiopulmonar es normal. El abdomen está blando y depresible, sin evidenciarse masas ni visceromegalias. Se aprecia circulación venosa colateral compensatoria de su trombosis de cava. Genitales: múltiples varices gigantes peneanas y escrotales, especialmente en hemiescroto izquierdo. Hipertrofia de miembro inferior izquierdo, especialmente del muslo, con rodilla en flexo y pie en equino varo. Se le practicó análisis bioquímico básico, sin encontrarse ningún parámetro fuera de los límites normales. En el análisis de orina solo destacaba la presencia de moderada hematuria microscópica. En el hemograma se apreciaba hemoglobina: 13.3 g/dl (13-17), con hematocrito: 40.2% (39-50) El recuento de plaquetas estaba discretamente disminuido: 133 X 10 ^3 ul (valores normales: 150-450 X 10^3), y el volumen plaquetar medio también estaba disminuido: 8.7 fl (9-13 fl). Se le realizó estudio de coagulación destacando un dímero D: 32.068 ng/dl y un Factor XIII: 38% (60-120.) El resto de los parámetros medidos estaban dentro de la normalidad. En el estudio de trombofilia se evidencia que el paciente es portador homocigoto para la mutación 20210A del gen de la Protrombina. El Tiempo de Antitrombina, RPCa, Proteínas C y S, anticoagulante lúdico, anticuerpos anticardiolipina IgG e IgM, anticuerpos antibeta 2 glicoprotieína: IgG e IgM se encuentran en valores normales. Se le solicitó AngioTAC en el que se evidencia la presencia de un filtro en vena cava infrarenal. Distalmente se aprecia obstrucción crónica, con trombos calcificados y disminución de calibre de vena cava. Filtro en la vena cava inferior (flecha azul) Dilatacion vena renal izquierda (flecha amarilla). Circulacion colateral pared abdominal (flechas blancas) TAC con contraste endovenoso en fase portal. Corte axial. Trombosis crónica VCI (disminución de calibre y calcificacion) (flecha azul). Circulación colateral en el tejido celular subcutáneo y en los músculos paravertebrales (flechas negras) Distalmente se aprecia un aumento de calibre de las venas ilíacas, siendo mayor en el lado izquierdo. Hay varices pélvicas y perineales (sobre todo en el lado izquierdo) dependientes fundamentalmente de las venas hipogástricas. Existe una marcada hipertrofia de la pared de la vejiga, que sugiere infiltración por malformación venosa. Hay afectación de uréteres, fundamentalmente el tercio medio y distal del uréter izquierdo. Hay dilataciones varicosas venosas en la pared abdominal anterior, lateral y posterior, así como en el retroperitoneo, fundamentalmente a expensas de venas epigástricas y una recanalización parcial de la vena paraumbilical. TC con contraste endovenoso en fase portal (A) y de eliminación (B). Cortes axiales. Engrosamiento de la pared de la vejiga y flebolitos (flechas blancas). Ilíacas comunes dilatadas con trombo en la izquierda (flechas amarillas). Colaterales lumbares, uréter izquierdo con pared gruesa y contraste en su interior (malformación vascular) (flecha azul). Compárese con el uréter derecho (flecha rosa). La pelvis ósea es dismórfica, con moderada hipertrofia de rama iliopubiana izquierda. Se aprecia una discrepancia de longitud entre ambos MMII, siendo mayor el izquierdo y una deformidad ósea en fémur izquierdo, con osteoporosis en estructuras distales. En MII se aprecia infiltración vascular con marcada hipertrofia de músculos de muslo y pierna (especialmente cuádriceps y gemelo), y de tejido celular subcutáneo. Se objetivan abundantes flebolitos, en el espesor de las masas musculares afectadas. En el sistema venoso profundo, las venas femorales superficial y profunda, se encuentran muy atróficas. Persiste la vena ciática, con marcada dilatación aneurismática de la misma en el tercio distal, cerca de la reconstitución de la vena poplítea, con flujo extremadamente lento. Hay una vena marginal de Servelle, muy aneurismática, que transcurre por la cara lateral del muslo, con múltiples varices dependientes de la misma y perforantes muy dilatadas. Esta vena desemboca en la femoral común. A nivel de la pierna, el sistema venoso profundo se encuentra dilatado (venas tibial anterior, posterior y peronea), así como las tributarias de la vena safena menor, incluyendo una prominente vena de Giacomini, que van a drenar al colector anómalo descrito anteriormente. Reconstrucción MIP en el plano coronal. Unión vena marginal a vena femoral común (flecha negra). Obsérvese la diferencia de diámetro de ambos muslos y las colaterales en el muslo izquierdo y la pared abdominal. Reconstrucción en Volumen Rendering. Malformación osea. Unión de la vena marginal con la femoral (flecha blanca recta). Vena ciática persistente (posterior) (flecha curva azul) Concluye el informe con el diagnóstico de síndrome de congestión pélvica secundario a su malformación y acentuado por la oclusión de la vena cava, compensada con red colateral abundante. En nuestro servicio se le recomendó la aplicación de medidas físicas, consistentes en compresión manual suave, así como aplicación de frio seco local, con lo que se consiguió el cese espontáneo de su uretrorragia, y la reincorporación a su vida laboral. Se le realizó escleroterapia con microespuna de Polidocanol ecoguiada nitrógeno-low a nivel de vasos escrotales, consiguiendo la disminución parcial del calibre de su malformación a dicho nivel. Se le aplicaron medias terapeúticas de compresión adecuadas, disminuyendo la pesadez y dolor de MII. Se solicitó colonoscopia virtual con CT en la que no se apreció patología sugerente de malignidad. Se informa de la presencia de lesiones submucosas en canal anal compatibles con vasos sanguíneos en el contexto de su malformación. Actualmente se ha descartado por los servicios de traumatología la posibilidad de realización de ningún procedimiento quirúrgico que pueda mejorar la funcionalidad de su MII, recomendado mantener rehabilitación. Los servicios de Urología, Digestivo y Radiología Vascular intervencionista recomiendan intervención exclusivamente en el caso de sangrado masivo anemizante. El paciente se encuentra en activo, anticoagulado con HBPM cuando precisa reposo o presenta algún episodio de flebitis. Se le realizan controles periódicos de Dímero D, fibrinógeno y plaquetas para vigilar sus niveles y diagnosticar una posible evolución hacia una situación de CID. En caso de sangrado de estos vasos venosos malformados está indicada la escleroterapia ecoguiada con microespuma de Polidocanol Nitrógeno-free que resulta ser una técnica segura, sin las complicaciones sistémicas y locales del etanol, y efectiva, ya que la cirugía es compleja y no puede extirpar en su totalidad estas lesiones difusas. La escleroterapia con microespuma permite anular localmente vasos sangrantes y, en los enfermos en que es posible, eliminar malformaciones localizadas, o disminuir su volumen considerablemente, mejorando notablemente la calidad de vida de estos enfermos. (1) DISCUSION: En 1900 los médicos franceses Maurice Klippel y Paul Trénaunay describieron un síndrome consistente en lesiónes hemangiomatosas de la piel, asociadas a crecimiento asimétrico de tejidos blandos e hipertrofia ósea. Un siglo después, con el nombre de Síndrome de Klippel-Trénaunay (SKT) se designa a una rara malformación caracterizada por la tríada clínica de: (1) malformación capilar (mancha en “vino de oporto”), (2) hipertrofia ósea y de tejidos blandos, aunque ocasionalmente pueden cursar con atrofia, y (3) varices atípicas, localizadas mayoritariamente en la cara lateral del miembro inferior. Actualmente la Internacional Society for the Study of Vascular Anomalies (ISSVA) clasifica el (SKT) como una malformación combinada, con componente venoso, capilar y linfático. La clasificación de Mulliken y Glowacky añade que es una malformación compleja, de bajo flujo, sin componente arterial ni fístulas arteriovenosas, por tanto, sin repercusión hemodinámica (a diferencia de las malformaciones con componente arterial, que son de alto flujo) (2) La etiología es desconocida. La mayoría de los casos son esporádicos. Se produce por una alteración en el desarrollo del árbol vascular. La malformación venosa puede asociar formas tronculares y no tronculares. Las tronculares, incluyen anomalías del sistema venoso profundo. (1) Este caso presentaba una dilatación de la vena cava que, tras la trombosis y colocación del filtro, evolucionó hacia la fibrosis con disminución de su calibre. Puede incluir la permanencia de vasos embrionarios no involucionados, como la vena marginal lateral de Servelle, que recorre la cara lateral externa del miembro inferior, desde el pie hasta su desembocadura en la vena femoral profunda; la vena ciática persistente, que en algunos pacientes puede ser el principal drenaje de la pierna y se extiende desde la vena poplítea hasta la iliaca interna. (3) Ambas venas, así como una prominente vena de Giacomini se encuentran presentes en este paciente. La posibilidad de presentar estas anomalias en el sistema venoso profundo obliga a realizar un estudio detallado previo a la realización de cualquier procedimiento terapeútico. La malformación no troncular es infiltrante, difusa y crece conforme se desarrolla el paciente. Dependiendo de las regiones anatómicas afectadas, la clínica es muy variada. En un registro de 252 casos tratados en la Clínica Mayo, publicado por Jacob et al. en 1998 (4), la extremidad inferior estaba afectada el 70% de los casos, siendo bilateral en el 19%. La extremidad superior en el 29%. También hay pacientes que presentan formas incompletas de la enfermedad, con manchas cutáneas y algunas varices con repercusión exclusivamente estética. En los niveles más severos, la malformación puede ser difusa, como en este caso, infiltrando planos musculares del miembro, abdomen, pelvis y tórax. En otros casos puede existir también afectación del sistema nervioso. Cursa con hipertrofia y clínica de inflamación, compresión y sangrado en estas localizaciones. La hipertrofia ósea puede afectar a todos los huesos de una extremidad o limitarse a alguno. Lo mas frecuente el alargamiento de la extremidad. Puede haber alteraciones en los dedos (sindactilia, polidactilia, etc, en los casos más severos) La mayoría de los pacientes tienen anomalías en su sistema linfático: desde vesículas cutáneas con linforragia, a linfedema primario, linfangiectasia, etc. Para delimitar la extensión de las lesiones, así como el compromiso músculoesquelético y visceral, son necesarias las pruebas de imagen. La radiografía simple permite valorar las estructuras óseas. El Ecodoppler proporciona información anatómica y hemodinámica y permite guiar el tratamiento de escleroterapia. La incorporación de nuevas técnicas como la angiotomografía computerizada o la angioresonancia magnética en 3D agilizan el diagnóstico limitando la necesidad de procedimientos invasivos (4). El abordaje terapeútico debe ser individualizado para cada paciente y multidisciplinar cuando afecta a múltiples órganos. En pacientes como éste, con hipoplasia marcada o agenesia del sistema venoso profundo, no puede realizarse ablación de estos vasos embrionarios, ya que son la vía principal de drenaje venoso de la extremidad. En estos pacientes aparecen trastornos de la coagulación, consistentes en una coagulación intravascular localizada (CIL). Es una situación clínica en la que de produce, de forma crónica y local, una activación de la coagulación, con consumo de factores dentro de la malformación, secundario probablemente al éxtasis venoso y a la lesión del endotelio, con la liberación de forma continua o intermitente, de pequeñas cantidades de factor tisular, como consecuencia del cual se forman microtrombos en el espesor de la lesión, que radiológicamente se traducen en la presencia de flebolitos. En tales casos, los mecanismos de control tienen tiempo para controlar parcialmente a los factores iniciadores, y reponer las proteínas implicadas en los sistemas de coagulación, fibrinolisis e inhibición de la coagulación, aumentando su producción. Analíticamente la CIL se caracteriza por descenso del fibrinógeno (< 0.5 g/l) y un aumento de aumento de los niveles de Dímero D, llegando en el caso de este paciente a 32.068 ng/dl. Hay presencia de complejos solubles de fibrina (+ a +++) El número de plaquetas suele estar normal o moderadamente descendido, entre 100.00 y 150.000 (en este enfermo: 133 X 10 ^3 ul). La severidad del cuadro se relaciona de forma directamente proporcional con la severidad de la enfermedad. Clínicamente se traduce por la aparición de flebitis en el interior de la malformación, (20-45%) de los casos (7) La presencia de rectorragia y hematuria no es infrecuente, estando descrita en el 10 % y 3% respectivamente de los pacientes. (6) y (7) Determinadas situaciones como escleroterapia, cirugías, fracturas óseas, inmovilización prolongada, menstruación o embarazo pueden hacer evolucionar esta CIL, crónica y local hacia una coagulación intravascular diseminada, con hemorragia por consumo de factores de coagulación y plaquetas, y fallo multiorgánico debido al depósito diseminado de microtrombos. El alargamiento del tiempo de protrombina y descenso del factor V son los signos más precoces. (8) Debe realizarse anticoagulación con heparina de bajo peso molecular tras cada procedimiento tepapeútico. (8) (9) Debe establecerse el diagnóstico diferencial con el Síndrome de Kasabach-Merrit, que aparece en tumores infantiles (hemangioendotalioma kaposiforme y angioma en penacho). Se caracteriza por trombocitopenia severa (< 5000) por atrapamiento de plaquetas en el espesor del tumor y tiene un pronóstico y un tratamiento diferentes. (8) Aunque más infrecuente, también hay descritos en la literatura algunos casos de TVP: en una serie de 252 pacientes diagnosticados de SKT, estudiados en la Clínica Mayo, se registra una incidencia del 4% de TVP y 4% de TEP, siendo mortal en un enfermo. (3) En nuestro paciente, la asociación de CIL y el ser portador homocigoto para la mutación 20210A del gen de la Protrombina, aumenta la posibilidad de sufrir trombosis, como los dos episodios de tromboembolismo pulmonar. El tratamiento de esta CIL, así como la profilaxis de episodios de trombosis, se hace con anticoagulación con HBPM. El uso de antiagregantes plaquetarios o antagonistas de Vitamina K hay grupos que publican que no resulta efectivo (8) El uso de HBPM es efectivo en el control del dolor, la hemorragia, especialmente gastrointestinal, y normaliza las alteraciones de los parámetros de la coagulación. Dependiendo de la evolución de los enfermos, pueden precisar su aplicación de forma continua o durante varias semanas en función de la clínica o aplicación de procedimientos terapéuticos. El tratamiento también implica el uso de forma continua de medias elásticas de compresión, que habitualmente deben ser hechas a medida. La compresión disminuye la distensión y el éxtasis sanguíneo, ocasionando, además de mayor confort, mejoría de su coagulopatía. Nuestro paciente está en la actualidad anticoagulado con HBPM cuando presenta flebitis superficiales o precisa reposo y usa medias de compresión a medida. La aparición en el mercado de nuevos anticoagulantes Rivaroxaván (Xarelto) podría ser una buena opción para el tratamiento profiláctico de este enfermo. En cuanto al tratamiento de las malformaciones venosas, la escleroterapia con microespuma de Polidocanol representa una revolución en el tratamiento de estos pacientes, cuya patología no es abordable con otras técnicas convencionales como cirugía o escleroterapia con alcohol (10). Bibliografía: (1) Cabrera J, Cabrera J Jr, García-Olmedo MA, Redondo P. Treatment of venous malformations with sclerosant en microfoam form. Arch Dermatol 2003;139:1409-16 (2) Mulliken J, Glowacky J. Hemangiomas and vascular malformations in infants and children: A classification based on endothelial characteristics. Plast Reconstruct Surg. 1982;69:412-22 (3) Gloviczki P., Driscoll DJ. Klippel-Trenaunay syndrome: current management. Phlebology 2007;22:291-8 (4) Bastarrika G., Redondo P., Sierra A. et al. 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