Empresas utilizan desechos para producir su propia energía El aserrín, la cascarilla de arroz, la boñiga, los coquillos de palma, el bagazo y las aguas residuales pasan de ser simples desechos a convertirse en energía en una gran cantidad de empresas nacionales. Generar electricidad y calor para autoconsumo, a partir de desechos (biomasa), es una práctica creciente en el país, principalmente, en el agro y la industria. Aunque no existe un registro de las empresas involucradas ni de la cantidad de energía que producen, sí hay testimonio de los beneficios económicos y ambientales de esa actividad. Para citar algunos, los 15 ingenios del país producen a partir del bagazo toda la energía eléctrica necesaria para su producción. Incluso, los ingenios Taboga y El Viejo le venden los sobrantes de energía al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) a un menor costo que la energía térmica. Taboga, por ejemplo, le vende al ICE a $0,061 (seis centavos de dólar) por kwh. La planta de Taboga tiene una capacidad instalada de 20 megavatios. Sus fábricas, ingenio y destilería consumen 5,8 megavatios por hora durante la zafra. “Hay dos razones para apostarle a esta actividad: la sostenibilidad del negocio y, además, el componente ambiental. La caña de azúcar es un producto energético por excelencia y la idea es sacarle el mayor provecho posible”, comentó Rigoberto Vega, director jurídico de la Liga Agrícola Industrial de la Caña (Laica). Para Vega, la generación con bagazo es un negocio rentable que impacta positivamente la estructura de costos de las empresas. “Se podría optimizar más vendiéndole al ICE, especialmente en la época seca, cuando hay menos agua y el país debe generar más con combustibles”, agregó. Arroz, café y palma. Los arroceros, cafetaleros y productores de palma aceitera lograron mediante la generación de energía resolver el tema del tratamiento de desechos. “Los procesos para convertir estos residuos en materia inerte que pueda reutilizarse son muy caros”, reconoció Agustín Rodríguez, coordinador del área de energía del Instituto de Excelencia Empresarial de la Cámara de Industrias. Según dijo, todas las arroceras utilizan la cascarilla de arroz como combustible para los hornos donde secan el grano. Ese desecho sustituyó la leña, el gas licuado de petróleo y la electricidad. En ese sector, el Grupo Pelón, productores del arroz Tío Pelón, fue más allá. La empresa genera la energía eléctrica necesaria para cubrir casi el 100% de su demanda. Los cafetaleros también le han apostado a la generación limpia. Los 154 beneficios de café inscritos ante el Instituto del Café de Costa Rica (Icafe) usan la cascarilla del café como combustible en sus calderas y hornos de secado. La cascarilla sustituyó a la leña y los combustibles fósiles. Además, algunos aprovechan sus aguas residuales para producir biogás y energía eléctrica. La industria de la palma aceitera es otro sector autosuficiente energéticamente. El coquillo de donde se extrae el aceite es la principal materia prima para generar la electricidad requerida en el proceso de esa industria. Los porcicultores, y más recientemente los productores de leche, utilizan la boñiga para producir biogás, con el cual calientan el agua para limpiar el equipo de ordeño. Para Carlos Perera, director ejecutivo del Centro Nacional de Producción más Limpia de la Cámara de Industrias, los altos precios del petróleo registrados en años anteriores hizo que muchos sectores exploraran la posibilidad de usar sólidos y líquidos residuales para generar electricidad o calor. http://www.nacion.com/ln_ee/2009/abril/27/economia1943351.html