4. aptitudes para uso de los suelos 56

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Evaluación: secano
4. EVALUACIÓN PARA USO AGRÍCOLA DE LOS SUELOS.
4.1. APTITUDES PARA CULTIVO EN SECANO.
Para la evaluación de aptitudes para secano se ha hecho una distinción en cuatro
clases agrológicas, que coinciden, a grandes rasgos, con las cuatro clases de suelos aptos
para uso agrícola de la clasificación de la USDA. Basándonos en ésta, se han incorporado
algunas propiedades que resultan de interés en nuestro caso y se han desechado otras que
no tienen tanta importancia. Las propiedades en las que nos basamos para esta distinción
cualitativa se indican en la Tabla 2. Las clases para el cultivo de secano se representan en
el Mapa 5.
a) CLASE I. Engloba a los suelos con muy pocas limitaciones y elevada
potencialidad para el cultivo en secano. Tienen baja o media susceptibilidad a la erosión.
Las unidades de suelo que se incluyen en esta clase son:
* Typic Haploxererts, muy fina, montmorillonítica, calcárea, térmica (TV,mf,m,c).
* Chromic Haploxererts, muy fina, montmorillonítica, calcárea, térmica
(CV,mf,m,c).
* Vertic Xerochrepts, fina, montmorillonítica, calcárea, térmica (VX,mf,m,c).
Se trata de suelos profundos y fértiles, con escasos elementos gruesos en la
superficie. Se han desarrollado sobre margas, que determinan un elevado contenido en
arcillas expansibles. Tienen, por ello, alta fertilidad química (capacidad de intercambio
catiónico alta) y gran poder de retención de agua, por lo que son muy aptos para el cultivo
de especies de secano. El alto contenido en carbonato cálcico puede limitar el cultivo de
especies sensibles (altramuz, por ejemplo). Tienen un alto coeficiente de expansibilidad
lineal: se abren grietas de considerable tamaño en la estación seca y se cierran en la
estación húmeda. Este comportamiento limita el cultivo de especies leñosas, pues las
contracciones y expansiones provocan rotura de raíces leñosas. No son tampoco
recomendables para el cultivo de especies de primor que requieren suelos de texturas más
gruesas. El fenómeno de "autolaboreo" que se da en estos suelos tras las lluvias, con
disgregación de los grandes agregados resultantes de las labores de alzada, y formación de
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Evaluación: secano
una estructura fuerte granular, los convierte en buenos medios de germinación y
crecimiento de plántulas. La buena estructura de estos suelos los hace aptos para sistemas
de laboreo reducido, minimizando el uso de maquinaria. Los colores oscuros y la alta
inercia térmica por su mayor retención de agua pueden ser importantes desde el punto de
vista de necesidades térmicas de germinación y emergencia de plántulas.
b) CLASE II. Los suelos incluídos en esta categoría presentan moderadas
limitaciones para su uso en agricultura de secano. En ella hemos incluído:
* Typic Haploxeralfs, fina, montmorillonítica, térmica (TH,f,m).
* Calcic Haploxeralfs, esquelético-arcillosa, montmorillonítica, calcárea, térmica
(CH,f,m,c).
* Aquic Haploxeralfs, esquelético-arcillosa, montmorillonítica, térmica
(AH,ea,m).
* Calcixerollic Xerochrepts, fina, montmorillonítica, calcárea, térmica (CX,f,m,c).
* Calcixerollic Xerochrepts, muy fina, montmorillonítica, calcárea, térmica
(CX,mf,m,c).
* Calcixerollic Xerochrepts, franca fina, silícea, térmica (CX,ff,s).
* Calcixerollic Xerochrepts, fina, montmorillonítica, térmica (CX,f,m).
* Aquic Xerochrepts, fina, montmorillonítica, calcárea, térmica (AX,f,m,c).
* Fluventic Xerochrepts, franca fina, silícea, térmica (FV,ff,s).
* Typic Xerochrepts, fina, montmorillonítica, calcárea, térmica (TX,f,m,c).
Los Typic Haploxeralfs son suelos del penúltimo subnivel de terrazas. Presentan
propiedades físicas aceptables, con las limitaciones debidas a la debilidad estructural en
superficie (que puede dar lugar a la formación de costra). El argílico no presenta una
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Evaluación: secano
limitación importante. En determinadas épocas puede colgarse el agua sobre él, pero debe
ser muy transitorio porque no hay evidencias de óxido-reducción marcadas. Son suelos de
moderada capacidad de intercambio catiónico. En secano son suelos mediocres por la
escasa capacidad de retención de agua en el epipedión. Pueden ser suelos aceptables para
cultivos arbóreos. Es recomendable el aporte de materia orgánica para fortalecer la
estructura superficial y puede ser recomendable el empleo de rulos tras la siembra.
Los Calcic Haploxeralfs montmorilloníticos se sitúan en laderas y tienen, en
superficie, mejores propiedades físicas y químicas (son suelos más fértiles que los
anteriores) por el predominio de las esmectitas en la fracción arcilla. En las partes bajas los
horizontes de buenas características agronómicas llegan hasta los 60 cm de profundidad.
El argílico, aunque no implica problemas de drenaje, puede representar problemas
mecánicos para el crecimiento de sistemas radiculares profundos (girasol, árboles) por el
alto contenido en piedras. Son suelos muy idóneos para cereales y otros cultivos de
sistema radicular fasciculado y poco profundo que aprovechen las excelentes
características del epipedión. Hay que evitar labores de alzado profundas que pudieran
mezclar el epipedión con el argílico, de propiedades muy poco recomendables.
Los Aquic Haploxeralfs del tercer subnivel de terrazas (representados por los
perfiles RBN 14, 33 y 39), al igual que los anteriores tienen un epipedión profundo de
excelentes cualidades que lo convierte en buenos suelos para cultivos de raíces poco
profundas. Son poco recomendables para cultivo de sistema radicular profundo y delicado,
pues en los endopediones aparecen problemas de hidromorfismo y gran abundancia de
elementos gruesos. Por esta misma razón tampoco son recomendables para cultivos
leñosos. Los situados entre el segundo y tercer subnivel de terrazas (representados por los
perfiles RBN 19 y 32), no han recibido un aporte coluvial tan importante como los
situados en el tercer subnivel de terrazas. Por esta razón, la estructura superficial y la
profundidad del epipedión no son tan buenas como en los anteriores. En estos suelos hay
que ser cuidadosos con labores profundas, pues al ser menos profundo el epipedión puede
producirse mezcla con el argílico (en algunos casos aparece a menos de 20 cm). En los
suelos entre los dos subniveles de terrazas, puede ser conveniente el incremento de los
niveles de materia orgánica para mejorar la estructura superficial.
Los Calcixerollic Xerochrepts montmorilloníticos calcáreos van a ser suelos en los
que las principales limitaciones pueden ser químicas (horizontes cálcicos) y físicas en
horizontes subsuperficiales por debilidad estructural de las margas poco alteradas. En
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Evaluación: secano
superficie son suelos muy fértiles y muy bien estructurados (granular, moderada a fuerte).
Son buenos suelos para cultivos tradicionales de secano. Poco recomendables para el
cultivo de especies leñosas por la expansibilidad del material desarrollado sobre marga, la
mala estructura de la marga alterada y, en caso de especies sensibles, el alto contenido en
carbonato cálcico.
Los Calcixerollic Xerochrepts montmorilloníticos no calcáreos tienen
características no tan adecuadas para el cultivo en secano como los anteriores: mayor
contenido en elementos gruesos y menor capacidad de intercambio catiónico y de
retención de agua. El contenido en elementos gruesos es muy variable y no es un factor
excesivamente limitante. La capacidad de intercambio catiónico es, por lo general,
moderada, y la de retención de agua variable. Pueden presentar problemas de debilidad
estructural que favorezca la formación de costra superficial, por lo que puede ser
interesante la aplicación de materia orgánica. Pueden ser aceptables para la plantación de
árboles.
En los Aquic Xerochrepts, la limitación va a ser la existencia de una capa freática a
relativamente poca profundidad. Superficialmente son suelos muy aptos para cultivos con
sistemas radiculares poco profundos, como los cereales, pues sus características son muy
similares a las de los suelos con carácter vértico. Especies con sistemas radiculares más
profundos o especies leñosas pueden verse afectadas por la capa freática o por la mala
estructura de los horizontes subsuperficiales. Los contenidos en carbonato cálcico son lo
suficientemente altos como para afectar a especies sensibles.
Los Fluventic Xerochrepts son los suelos desarrollados sobre el aluvial del arroyo
Rabanales. Tienen una fertilidad química no muy alta. Bien drenados y profundos.
Variables en cuanto al contenido de elementos gruesos, aunque por lo general esta
característica no va a ser una limitación, ya que aparecen sólo a partir de los 70 cm en
cantidades considerables. Representan los suelos más idóneos para fruticultura por su
textura y por la ausencia de limitaciones graves al crecimiento radicular. Puede haber
ligeros problemas de costra superficial, por lo que la adición de materia orgánica puede ser
recomendable.
Los Typic Xerochrepts pese a encontrarse próximos a los anteriores tienen mejores
aptitudes para el secano, al tener más capacidad de intercambio catiónico y de retención de
agua. Las razones son una textura más arcillosa en superficie y una mineralogía
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Evaluación: secano
montmorillonítica en la fracción arcilla. El contenido en caliza en los dos primeros
horizontes es un posible factor limitante, sobre todo para la plantación de árboles
sensibles. Puede ser un buen suelo para arboricultura.
c) CLASE III. En esta clase se incluyen suelos con limitaciones severas:
* Aquic Palexeralfs, esquelético-arcillosa, montmorillonítica, térmica (AP,ea,m).
* Calcic Palexeralfs, fina, montmorillonítica, térmica (CP,f,m).
* Calcic Palexeralfs, esquelético-arcillosa, montmorillonítica, térmica (CP,ea,m).
* Typic Xerochrepts, fina, montmorillonítica, térmica (TX,f,m).
Dentro de esta clase, los Aquic Palexeralfs que se incluyen son los de escaso o
moderado contenido en elementos gruesos en el epipedión. Estos suelos se sitúan en la
zona central del segundo subnivel de terrazas. Están representados por los perfiles RBN 5
y 11. La limitación esencial de los Aquic Palexeralfs es la existencia de una capa colgada
de agua en los horizontes argílicos. El argílico presenta, además de un contraste textural
marcado con el epipedión, un elevado contenido en elementos gruesos. La abundancia de
cantos complica los problemas de conductividad hidráulica. El epipedión presenta poca
capacidad de retención de agua. Son suelos muy inelásticos desde el punto de vista
hídrico: retienen poca agua en superficie durante periodos secos y presentan problemas de
hidromorfismo tras periodos lluviosos relativamente prolongados. Las evidencias de los
fenómenos de óxido-reducción llegan en muchos casos hasta la parte baja del epipedión.
La pérdida de arcilla del epipedión (especialmente esmectitas) por iluviación determina la
escasa fertilidad química de estos suelos en superficie. Como todos los suelos
desarrollados sobre terraza, la formación de costra superficial va a ser una limitación
general. En estos suelos no va a ser recomendable el cultivo de especies sensibles a la
asfixia radicular, especialmente si son raíces profundas, cuyo desarrollo, además, pueda
estar limitado por la abundancia de elementos gruesos en horizontes subsuperficiales. No
son suelos recomendables para plantaciones frutales. Las labores de alzada profundas
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Evaluación: secano
pueden ser nefastas: el argílico, en algunos casos, es poco profundo. La debilidad
estructural en el epipedión hacen del rulo una labor habitual tras la siembra. Es
recomendable, para esta limitación, el aporte de materia orgánica (enterrado del rastrojo).
Los Calcic Palexeralfs esquelético-arcillosos son suelos con una profundidad
efectiva limitada por un argílico a unos 25 cm de profundidad, con gran abundancia de
elementos gruesos y mal estructurado. Superficialmente, al igual que los otros Palexeralfs
son poco fértiles y tienen mala estructura, por lo que las recomendaciones son similares.
En el epipedión puede haber abundancia de elementos gruesos, lo que puede constituir
otro factor limitante. Quizás las limitaciones son mayores que en el caso anterior para
especies de sistemas radiculares profundos y delicados (girasol). Bajo el argílico aparecen
horizontes desarrollados a partir de margas alteradas, mal estructurados y con elevado
contenido en carbonato cálcico, lo que puede representar una limitación adicional al
argílico pedregoso para la plantación de árboles.
Los Calcic Palexeralfs finos no tienen una profundidad efectiva limitada por un
argílico pedregoso o por problemas de hidromorfismo. En superficie presenta unas
características muy similares a los anteriores. El argílico no contiene muchos elementos
gruesos y está bien estructurado, sin plantear problemas de hidromorfismo. El argílico
aparece a 18 cm de profunidad, por lo que su mayor poder retentivo puede ser
aprovechado por especies herbáceas de sistema radicular no muy profundo. Son suelos
más adecuados para el cultivo en secano que los otros Palexeralfs y pueden ser muy
recomendables para olivar, pero su reducida superficie limita su uso.
Los Typic Xerochrepts incluyen suelos de características variables, pero presentan
como limitación esencial para su uso la elevada pendiente.
d) CLASE IV. Los suelos de esta clase presentan limitaciones muy severas para su
uso agrícola. Los problemas más serios se presentan en superficie (elementos gruesos y
cementación). Los suelos que se incluyen en esta clase pertencen a las siguientes familias:
* Aquic Palexeralfs, esquelético-arcillosa, montmorillonítica, térmica (AP,ea,m).
* Aquic Haploxeralfs, esquelético-franca, silícea, térmica (AH,ef,s).
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Evaluación: secano
* Aquic Haploxeralfs, esquelético-arcillosa, montmorillonítica, térmica
(AH,ea,m).
* Typic Haploxeralfs, esquelético-arcillosa, ilítica, calcárea, térmica (TH,ea,i,c).
* Typic Haploxeralfs, esquelético-franca, silícea, térmica (TH,ef,s).
* Typic Haploxeralfs, franca fina, silícea, térmica (TH,ff,s).
Los Aquic Palexeralfs de esta clase pertenecen a la misma familia que los de la
clase anterior. Además de las limitaciones que sufrían los de la clase III, tienen gran
cantidad de elementos gruesos en superficie. Se trata de un impedimento grave al laboreo
y para realización de siembras de precisión.
Los Aquic Haploxeralfs silíceos, que corresponden al subnivel más alto de
terrazas, están limitados hasta el punto de ser suelos marginales para el uso agrícola: toda
la superficie está constituída por un manto de gravas. Además el horizonte superficial
presenta los problemas típicos de este tipo de superficie: mala estructura con formación de
costra superficial, baja capacidad de intercambio catiónico y escaso poder retentivo de
agua.
En los Aquic Haploxeralfs montmorilloníticos de esta clase, representados por los
perfiles RBN 4 y 13, el contenido superficial de elementos gruesos, aunque alto, no llega a
impedir el cultivo. El argílico aparece, debido a erosión, en superficie, confiriendo malas
características a estos suelos para el cultivo (material arcilloso, de mala estructura y con
elevado contenido en elementos gruesos).
En los Typic Haploxeralfs del último subnivel de terrazas el epipedión aparece
endurecido en superficie debido a la probable presencia de un agente cementante de
naturaleza no conocida. Este fenómeno se conoce como "hard-setting" y se presenta con
cierta frecuencia en superficie de terrazas con texturas gruesas en superficie. El "hardsetting" representa un impedimento para el laboreo, con mala preparación de lechos de
siembra (inadecuada para siembra de precisión) y problemas para la emergencia de la
plántula. La formación de agregados duros dificulta el aprovechamiento de la humedad
para la germinación y la mala conductividad hidráulica de la capa cementada hace que el
aprovechamiento del agua de riego por superficie sea muy irregular. No se puede dar
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Evaluación: secano
recomendaciones para el manejo de suelos con este fenómeno por el desconomicimiento
de su causa, pero representa una limitación evidente para cualquier tipo de cultivo. Es
recomendable el uso de rastras y rulos que contribuyan a deshacer de forma mecánica los
agregados y capa endurecida. No es recomendable el cultivo de especies de sistema
radicular delicado como la remolacha o de primor (hortícolas). Son suelos poco fértiles,
aunque los niveles de fósforo y potasio asimilable son, en algunos casos, muy altos. En
profundidad, las características del suelo son, en general, aceptables, por lo que, quizás,
puedan ser aceptables para especies leñosas. Aunque en profundidad no haya problemas
de drenaje, el "hard-setting" puede dificultar la infiltración y favorecer la escorrentía, por
lo que el aprovechamiento del agua de lluvia puede ser irregular cuando hay pendiente.
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Evaluación: regadío
4.2. APTITUDES PARA EL CULTIVO EN REGADÍO.
Las características de la finca Rabanales, especialmente en lo que a pendiente y
presencia de horizontes de baja conductividad hidráulica se refiere, la hacen muy poco
adecuada para riego de superficie (inundación, surcos). Según la clasificación de la FAO
para irrigación superficial, serían suelos marginales o no aptos para el riego de superficie
en la mayor parte de la extensión de la finca.
Actualmente, los sistemas de aspersión de tubería móvil están en desuso por la alta
necesidad de mano de obra que implican. Su eficiencia estaría limitada también por las
características ya mencionadas de la finca, especialmente por la presencia de horizontes de
baja conductividad hidráulica, pues el sistema no permite aplicar dosis bajas a alta
frecuencia.
En esta situación, la solución más adecuada parece un sistema de aspersión de alta
eficiencia: máquinas regadoras o aspersores fijos. Esta ha sido la alternativa elegida para el
sistema de riego: dos pivots que riegan la zona al Norte de la finca y aspersores fijos que
riegan la zona Sur, habida cuenta de la imposibilidad para instalar máquinas regadoras.
La pendiente es un factor importante en el manejo de riegos. Riegos prolongados
pueden favorecer la escorrentía superficial, con el consiguiente riesgo de erosión y pérdida
de eficiencia del agua aplicada. En este efecto puede influír la estructura superficial.
La textura y la mineralogía van a determinar, en general, la capacidad de retención
de agua en el suelo. Si hay una alta capacidad, la dosis a aplicar puede ser mayor, sin que
haya pérdidas por lixiviación, por lo que podremos espaciar más los riegos. Si el poder
retentivo es bajo (suelos con texturas gruesas), gran parte del agua aplicada puede dejar de
ser útil para las plantas por la rapidez en el drenaje. Si, además, existe un horizonte de baja
conductividad hidráulica, sobre el que se puede formar una capa colgada, pueden aparecer
problemas de asfixia radicular. Esto es lo que ocurre en los suelos de las terrazas más
viejas: epipediones que drenan con rapidez para que el agua se cuelgue sobre el argílico.
El manejo de estos suelos se complica si el argílico aparece a poca profundidad o en
superficie, como ocurre en los suelos más viejos.
El comportamiento puede ser muy distinto según la estructura y los elementos
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Evaluación: regadío
gruesos que tenga el suelo. Si hay muchos elementos gruesos en superficie, las pérdidas
por evaporación pueden ser menores. Si los elementos gruesos están en profundidad, el
efecto puede ser variable:
- Si están en un epipedión de bajo poder retentivo pueden contribuír a ralentizar el
drenaje y el efecto es positivo.
- Si están en un argílico agravan el problema de la baja conductividad hidráulica.
La estructura influye en la capacidad de retención de agua cuando el potencial
matricial se aproxima a 0 (próximo a la saturación). En estas condiciones el efecto de la
estructura domina sobre la textura. Inicialmente, la desecación va a implicar la pérdida de
agua existente entre los agregados estructurales. La estructura no la vamos a considerar
para el cálculo de las necesidades de riego, aunque tiene efecto sobre la eficiencia del agua
caída. Suelos arcillosos, pero bien estructurados en superficie, como pueden ser los
Vertisoles, absorben el agua, con poca escorrentía y, por tanto, buena eficiencia y poco
efecto erosivo. Si la estructura es mala, como puede ocurrir en los argílicos que quedan en
superficie (AH,ea,mx), disminuye la infiltrabilidad, hay menos eficiencia del agua
aplicada si se hace en riegos prolongados y aumenta el riesgo de erosión por escorrentía
superficial del agua. En los suelos de terraza es muy frecuente que el epipedión presente
debilidad estructural (texturas gruesas y poca materia orgánica). El golpeteo de las gotas
de lluvia o riego provoca que salten las partículas más gruesas de los agregados
estructurales, formando la "costra superficial". Esta costra, no sólo dificulta la emergencia
de las plántulas, sino que puede favorecer la escorrentía superficial.
La existencia de endopediones cementados o contactos líticos sobre los que se
pudiera colgar agua de riego no se va a dar en "Rabanales". La única razón por la que se va
a producir capa freática temporal va a ser la existencia de horizontes argílicos de baja
conductividad hidráulica. La abundancia de elementos gruesos complica la conductividad
hidráulica de los argílicos.
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Evaluación: regadío
4.3. MANEJO DE RIEGOS.
Para establecer el mapa de clases para el manejo de riegos, se han tenido en cuenta
las siguientes propiedades:
- Capacidad de retención de agua del suelo, definida por la llamada "agua útil", que
es igual a la diferencia entre el contenido de agua del suelo a "capacidad de campo" y el
contenido en el "punto de marchitez", expresada en tantos por ciento. El término
"capacidad de campo" se refiere a la cantidad de agua máxima que el suelo puede retener,
una vez que haya drenado todo el exceso de agua. El "punto de marchitez" o "coeficiente
de marchitamiento" de un suelo es la cantidad de agua que tiene el suelo retenida con una
fuerza mayor que la de succión por las raíces, por eso, si se alcanza este límite y no se
riega, aparece un marchitamiento irreversible de los cultivos. Se ha considerado a los
suelos que tienen menos de un 10 % de agua útil, como suelos de bajo poder retentivo, y a
los que tienen más de un 10 %, como suelos de buen poder retentivo.
- Conductividad hidráulica o permeabilidad: con ello nos referimos a la facilidad
con que el agua desciende por el perfil del suelo. Los tipos de suelos que podemos
distinguir en base a esta propiedad son dos: los que presentan un horizonte argílico de muy
baja conductividad, con problemas de hidromorfismo, del tipo Bg o Btg, en los primeros
50 cm, y los que no presentan ninguna limitación al movimiento del agua.
En base a estas dos propiedades, resultan cuatro clases de suelos:
a) CLASE I. Son suelos que tienen alto poder retentivo de agua y la permeabilidad
no ofrece ningún problema. Las unidades incluídas en esta clase son:
* Typic Haploxererts, muy fina, montmorillonítica, calcárea, térmica (TV,mf,m,c).
* Chromic Haploxererts, muy fina, montmorillonítica, calcárea, térmica
(CV,mf,m,c).
* Vertic Xerochrepts, fina, montmorillonítica, calcárea, térmica (VX,f,m,c).
* Calcixerollic Xerochrepts, fina, montmorillonítica, calcárea, térmica (CX,f,m,c).
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Evaluación: regadío
* Calcixerollic Xerochrepts, muy fina, montmorillonítica, calcárea, térmica
(CX,mf,m,c).
* Calcixerollic Xerochrepts, franca fina, silícea, térmica (CX,ff,s).
* Typic Xerochrepts, fina, montmorillonítica, calcárea, térmica (TX,f,m,c).
* Calcic Haploxeralfs, fina, montmorillonítica, calcárea, térmica (CH,f,m,c).
Fisiográficamente, estos suelos se encuentran situados en laderas y en sus fondos.
Suelen tener colores oscuros. Tienen un contenido alto de arcilla y la fracción dominante
suele ser la esmectita. Esta es la razón de los altos poderes de absorción de agua. Al tener
contenidos en agua útil mayores, la frecuencia de los riegos puede ser menor,
simplificándose el manejo mecánico de cualquier sistema de riego utilizado. La buena
permeabilidad de los suelos evitará que las plantas puedan sufrir asfixia radicular. La
ausencia de limitaciones físicas al desarrollo radicular favorecen sistemas radiculares más
extensos, con mayor volumen de suelo explorado, y por tanto, mayor capacidad de uso del
agua del suelo.
b) CLASE II. Son suelos que tienen alto poder retentivo, pero cuyo drenaje es
imperfecto. Incluye las siguientes familias:
* Aquic Haploxeralfs, esquelético-arcillosa, montmorillonítica, térmica (AH,ea,m)
* Aquic Palexeralfs, esquelético-arcillosa, montmorillonítica (AP,ea,m).
* Aquic Xerochrepts, fina, montmorillonítca, calcárea, térmica (AX,f,m,c).
* Calcic Haploxeralfs, esquelético-arcillosa, montmorillonítica, calcárea,
térmica (CH,ea,m,c).
La excesiva aplicación de agua, por encima de los niveles de absorción del suelo,
provocarían un descenso de agua a horizontes inferiores, donde la conductividad
hidráulica es baja. Esto puede dar lugar a problemas de asfixia radicular. No caben esperar
problemas si el manejo del agua es adecuado. Para ello la dosis aplicada debe ser tal que
no haya agua de percolación sobre el argílico, es decir, la dosis debe ser igual al agua que
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Evaluación: regadío
se puede retener en el volumen de suelo existente sobre el argílico. Los Aquic Palexeralfs
incluídos en esta clase de manejo de riego son los situados en el tercer subnivel de terrazas
(representados por el RBN 43), que son los únicos que tienen un poder retentivo de agua
alto en el epipedión.
c) CLASE III. Los suelos que, a pesar de tener buena permeabilidad, no tenen alta
capacidad para retener agua son:
* Fluventic Xerochrepts, franca fina, silícea, térmica (FX,ff,s).
* Typic Xerochrepts, fina, montmorillonítica, térmica (TX,f,m).
* Calcixerollic Xerochrepts, fina, montmorillonítica, térmica (CX,f,m).
* Typic Haploxeralfs, franca fina, silícea, térmica (TH,ff,s).
* Typic Haploxeralfs, esquelético-arcillosa, ilítica, calcárea, térmica (TH,ea,i,c).
* Typic Haploxeralfs, esquelético-franca, silícea, térmica (TH,es,s).
* Typic Haploxeralfs, fina, montmorillonítica, térmica (TH,f,m).
* Calcic Palexeralfs, fina, montmorillonítica, térmica (CP,f,m).
* Calcic Palexeralfs, esquelético-arcillosa, montmorillonítica, térmica (CP,ea,m).
Como consecuencia del bajo contenido en arcilla y la mineralogía dominante en
esta fracción en los epipediones, la cantidad de agua útil es, generalmente, baja. El
inconveniente que presentan estas familias de suelos es la alta frecuencia con que deben
aplicarse los riegos. El sistema debe ser adecuado para que se pueda aplicar una alta
frecuencia de riegos cuando los requerimientos de los cultivos sean altos. Los Typic
Xerochrepts, fina, montmorillonítica, térmica no se han puesto todavía en riego. Estos
suelos presentan como limitación esencial para su uso en regadío la elevada pendiente.
* d) CLASE IV. Incluye suelos que pueden retener poca agua útil y en los que hay
problemas de permeabilidad por la existencia de un horizonte de baja conductividad
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Evaluación: regadío
hidráulica:
* Aquic Palexeralfs, esquelético-arcillosa, montmorillonítica, térmica (AP,ea,m).
* Aquic Haploxeralfs, esquelético-franca, silícea, térmica (AH,ef,s).
Se encuentran situados en los subniveles de terraza más altos. En general, el
contraste textural va a ser muy acusado y el epipedión tiene muy poco poder de retención
de agua. El dominio de la ilita en la fracción arcilla contribuye a que el poder retentivo sea
menor. El contenido en agua útil de estos suelos oscila entre 6 y 9 %. La conductividad
hidráulica del argílico está muy limitada, no sólo por el alto contenido en arcilla, sino por
la abundancia de elementos gruesos. Estas limitaciones hacen que sea la peor clase de
suelos para regadío, por lo que el manejo ha de ser extremadamente cuidadoso. No se
deben sobrepasar las dosis de agua recomendadas para este tipo de suelo, de lo contrario,
se colgará sobre el argílico. Dada la posición fisiográfica de estos suelos, el exceso de agua
puede perderse por escorrentía subsuperficial, con lo que se pueden complicar las
condiciones de drenaje de los suelos situados por debajo de estos subniveles de terraza.
Los suelos que tienen baja capacidad para retener agua son, generalmente, francos
o franco-arcillo-arenosos, con una densidad aparente media de 1.5 kg.dm-3. El contenido
de agua útil oscila entre 7 y 9 %. Teniendo en cuenta que se va a mantener húmedo una
profundidad media de 30 cm, se puede prever que el contenido de agua útil oscila entre 30
y 40 mm. Esto supone que, partiendo de un suelo extremadamente seco, no podríamos
aplicar más de 30 o 40 mm, según el suelo, sin riesgo de perder agua por percolación. En
la práctica, no conviene dejar que el contenido de agua del suelo llegue al punto de
marchitamiento permantente, pues, esto implica un extress para las plantas. Por eso, se
suele aplicar 2/3 del "agua útil", dejando siempre una "reserva" equivalente a 1/3 de dicha
cantidad. En este caso, serían 20 o 26 mm, que en términos genéricos de una dotación de
riego pueden suponer 20 o 30 mm (200 o 300 m3.Ha-1).
En el caso de un suelo con alto poder retentivo, se ha considerado una densidad
aparente de 1.3 kg.dm-3, para la misma profundidad. El porcentaje de agua útil para la
mayoría de estos suelos oscila entre 10 y 15 %. Las dotaciones para riego aconsejadas
podrán oscilar entre 30 y 40 mm (300 a 400 m3.Ha-1).
Se ha tomado una profundidad de suelo húmedo de 30 cm porque es ésta una
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Evaluación: regadío
profundidad media de aparición de los horizontes argílicos y de los problemas de
hidromorfismo. Si no existen argílicos de baja conductividad hidráulica en el horizonte, y
si los cultivos tuviesen sistemas radiculares profundos (girasol, por ejemplo), se podría
considerar una profundidad de humectación mayor, y por tanto, mayor dosis de agua
aplicada. Esto es poco aconsejable, dada la gran alternanacia de suelos y el sistema
uniforme de riego elegido para toda la finca.
Una vez conocidas las necesidades diarias de agua por el cultivo
(evapotranspiración), la frecuencia de riegos se puede calcular dividiendo el agua aplicable
en el riego por la evapotranspiración diaria. La evapotranspiración varía durante el año,
por lo que la frecuencia de aplicación de riegos lo va a hacer también. La frecuencia va a
ser, lógicamente, mayor en los suelos con poco poder retentivo, ya que el numerador de la
relación va a ser menor. En los meses en los que se produzca precipitación, esta deberá
tenerse en cuenta a la hora de aplicar riegos para economizar agua y para evitar excesos de
agua de percolación.
La duración de cada riego vendrá condicionada por la disponibilidad de agua de la
finca. Si no hay limitaciones de horario de riego (que es el caso), lo más recomendable es
que para suelos con problemas de conductividad hidráulica o con texturas muy arcillosas
en el epipedión, la duración del riego sea lo más larga posible. Esto es factible gracias a los
sistemas de alta eficiencia instalados.
El agua de riego procede del canal del Guadalmellato, que toma el agua del río
Guadalquivir. La conductividad media del agua del río en el punto de captación es de unos
0.8 dS.m-1, por lo que no caben esperar problemas de salinidad si hay un manejo adecuado
del sistema de riego. Con esta conductividad es conveniente un pequeño exceso de agua
de lavado que impida la acumulación de sales en zonas de ladera. En estas zonas, la
escorrentía subsuperficial procedente de zonas superiores hace que se acumulen sales al
perderse el agua. Por ello es conveniente, los años en los que no hay un exceso de lavado
invernal por pluviometría abundante, aplicar un exceso de agua de riego de 100 mm al
año.
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Evaluación: fertilidad
4.4. FERTILIDAD QUÍMICA
La fertilidad del suelo representa la disponibilidad que tiene el suelo en cada uno
de los elementos esenciales para su uso por las plantas. En el laboratorio, se realizan
análisis sobre muestras de suelo secas para expresar numéricamente la cantidad de
nutriente que se encuentra asimilable por la planta. El conocer si los niveles son adecuados
es importante para prever deficiencias, toxicidades o posibles antagonismos entre
nutrientes. Por ejemplo, deficiencias de cobre se pueden producir con niveles altos de
fósforo y potasio; de hierro si hay cantidades altas de cobre, manganeso o fósforo;
carencias de cinc se han observado, también, con altos niveles de fósforo. Realizar los
análisis químicos del suelo, que son rápidos y fiables, es una herramienta buena para
evaluar, corregir y hacer recomendaciones. Las plantas no responden de igual forma en los
distintos suelos y la finca "Rabanales", precisamente, ofrece gran diversidad. Por ello es
importante clasificar estos suelos de acuerdo a sus distintos niveles de fertilidad. La
determinación de la cantidad disponible de cada elemento constituye una base para la
clasificación y sus resultados se pueden agrupar en niveles que indiquen el estatus de cada
suelo.
4.4.1. Niveles críticos
El "nivel crítico" de un elemento se puede definir, en términos generales, como
aquel, por debajo del cual, se pueden esperar respuestas de producción al abonado. Este
nivel crítico se puede establecer en el suelo, o bien, en un determinado cultivo. En
cualquier caso, el índice utilizado debe mantener una relación directa con el rendimiento
del cultivo.
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Evaluación: fertilidad
4.4.2. Nitrógeno
El nitrógeno es el elemento más crítico en el crecimiento de las plantas. Forma
parte de las proteínas, ácidos nucleicos, clorofila y otras sustancias de la planta.
El nitrógeno del suelo se encuentra, esencialmente, en la materia orgánica. Los
contenidos tan bajos en materia orgánica de estos suelos, la movilidad de este nutriente y
la variabilidad de necesidades según las especies, hace que las determinaciones del
nitrógeno no resulte de gran utilidad para establecer un programa de fertilización. Lo más
recomendables es hacer un aporte de nitrógeno de acuerdo a las exigencias de las plantas
cultivadas, pero al ritmo y medida de las necesidades que se prevean para evitar pérdidas
por lixiviación.
4.4.4. Fósforo
En la planta se encuentra formando parte de complejos órgano-fosforados, como
lípidos, prótidos, y glúcidos. Interviene en reacciones que son la base de la vida:
respiración, síntesis y decomposición de glúcidos, síntesis de proteínas, etc. El fósforo,
junto con el nitrógeno, es un factor de crecimiento, sobre todo en las primeras fases. Es un
factor de precocidad, favoreciendo la rápida maduración, de ahí su importancia en cultivos
tempranos. Aumenta la resistencia a determinadas enfermedades y al frío. Es, también, un
factor de calidad, al regular la fecundación y la maduración.
En el suelo forma parte de complejos orgánicos como ácidos nucleicos,
fosfoglúcidos, etc. Se encuentra en la estructura cristalina de algunos minerales como la
estrengita y el apatito y adsorbido a la superficie de los minerales de arcilla, oxihidróxidos
de hierro y aluminio, calcita, y en la fase líquida, principalmente como fosfato.
Las plantas pueden absorber pequeñas cantidades de fósforo por contacto directo
de las raíces con los sólidos del suelo, pero la mayor parte lo toman de la solución del
suelo. La concentración de la solución del suelo se mantiene porque está en equilibrio con
el fosfato de la fase sólida. A la fracción del fosforo en equilibrio con la solución del suelo,
y que por tanto está disponible para su uso por las plantas, se llama "fósforo lábil". El
extractante más usado para determinaciones de "fósforo lábil" en suelos calcáreos es el
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Evaluación: fertilidad
Olsen (Olsen et al., 1.954). Se ha comprobado que el fósforo Olsen está bien
correlacionado con el absorbido por las plantas y con el rendimiento relativo (Solis,
1.988).
El nivel crítico del extractante Olsen en suelos neutros y alcalinos oscila alrededor
de 10 ppm de fósforo (Olsen et al., 1.954; Solís, 1.988). En líneas generales, se ha
observado que cuando los niveles de fósforo extraíble por este método son más bajos de 5
ppm es previsible encontrar una respuesta al abonado. Entre 5 y 10 ppm la respuesta puede
ser probable. Por encima de 10 ppm de fósforo no cabe esperar respuesta.
Como se puede apreciar en el mapa de curvas de isofertilidad, los valores de
fósforo Olsen son, en general, muy altos. Los suelos que tienen niveles más bajos son los
desarrollados sobre margas, probablemente por el mayor poder tampón para el fósforo de
estos suelos arcillosos. En general, estos suelos se encuentran ligeramente por encima o
por debajo del nivel crítico. El elevado poder tampón se traduce en incrementos pequeños
de fósforo Olsen cuando se fertiliza y descensos pequeños si no se fertiliza. En el resto de
los suelos, los niveles de fósforo Olsen están, normalmente, muy por encima del nivel
crítico, quizás por el menor poder tampón de suelos con texturas más gruesas. El poder
tampón más pequeño de estos suelos se traduce en incrementos más marcados si se
fertiliza y en descensos mayores si no se fertiliza que en los suelos con poder tampón
elevado.
Cuando las cantidades de fósforo estén por encima de las consideradas como
críticas, caso que es el general en la finca, podría reducirse la aplicación en suelos con
fósforo Olsen próximo al nivel crítico y eliminarse en los que esté muy por encima. Sería
preciso realizar un seguimiento de los niveles de fósforo, y cuando éstos se encuentren
cercanos al nivel crítico, realizar aplicaciones de mantenimiento. Llegado este punto, no
interesa enriquecer el suelo indefinidamente, aportando cantidades de fósforo superiores a
las extraídas por los cultivos, ya que va perdiendo disponibilidad por la facilidad con que
es fijado.
4.4.4. Potasio
El potasio no forma parte de combinaciones orgánicas en los tejidos de la planta.
Se encuentra, sobre todo, en el jugo celular, en forma de sales orgánicas e inorgánicas.
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Evaluación: fertilidad
Realiza un papel importante como regulador de las funciones de la planta: fotosíntesis,
movilización y acumulación de glúcidos en órganos de reserva. Resulta interesante en
plantas que se cultivan por sus reservas de glúcidos en determinados órganos, como la
remolacha. Interviene, también, en la formación de prótidos. Se ha observado que
disminuye la transpiración de agua en la planta, con lo que asegura más resistencia de la
planta a la sequía. Confiere más resistencia a los tejidos y, por tanto, al encamado en el
caso de los cereales.
En el suelo se encuentra en la roca madre en forma de silicatos, prácticamente
insolubles. En el interior de las redes cristalinas de las arcillas tampoco es directamente
asimilable por la planta. La fracción de potasio que se considera "asimilable" por la planta
es el que está adsorbido en las partículas de arcilla y de humus y el que está en la solución
del suelo. Este "potasio asimilable" es el que está relacionado con los niveles óptimos de
producción vegetal. La solución extractante más utilizada es el NH4OAc 1 M a pH 7.
El nivel de "potasio asimilable" está muy relacionado con la capacidad de
intercambio catiónico (Jiménez, 1.990). Según recientes investigaciones en suelos del área
mediterranea, los niveles críticos de potasio se establecen de la siguiente forma:
CIC
_____________
en cmol(+) kg-1
_____________
10
20
30
40
ppm de Potasio
________________________________
bajo
normal
alto
________________________________
< 80
< 100
< 130
< 160
80 - 150
100 - 180
130 - 210
160 - 240
> 150
> 180
> 210
> 240
En "Rabanales", el contenido de potasio es, en general, alto. En la mayoría de los
casos está muy por encima del nivel crítico. Por ello es aconsejable suspender las
aplicaciones de este nutriente, o bien, realizar aplicaciones de mantenimiento equivalentes
a las exportaciones de las cosechas. En todo caso, hay que evitar que las reservas bajen de
los niveles críticos, y para ello es preciso hacer análisis periódicos. Hay que tener presente
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Evaluación: fertilidad
que es más fácil mantener un nivel adecuado de potasio que restituír niveles en suelos
pobres. El abonar con niveles muy superiores al crítico implica un "consumo de lujo", ya
que no hay aumento de rendimientos. Si se opta por aplicar potasio, es recomendable
hacerlo de forma fraccionada: 2/3 otoño y 1/3 en primavera, sobre todo en suelos más
pobres y de textura más suelta.
Los mecanismos de fijación y liberación, tanto de fosfato como de potasio en el
suelo, no son simples. Estos mecanismos están controlados por un conjunto de
condiciones físicas, químicas y biológicas del suelo no esclarecidas totalmente. Por esta
razón se recomienda realizar análisis con cierta frecuencia para saber el nivel del elemento
disponible.
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Evaluación: fertilidad
4.4.6. Calcio, Magnesio y Azufre
Calcio, magnesio y azufre ocupan el papel de macronutrientes secundarios, dadas
las cantidades en que las plantas hacen uso de ellos. En estos suelos, neutros y alcalinos, y
por comparación con otros trabajos de similares características, se les considera elementos
abundantes. En estas condiciones, las necesidades de las plantas están plenamente
cubiertas.
El calcio forma parte del carbonato cálcico, abundante en estos suelos, y es la base
dominante en el complejo de cambio. Se considera que un suelo con un porcentaje de
magnesio intercambiable superior al 3 % de la capacidad de intercambio catiónico está
bien provisto de este elemento. Deficiencias de azufre se pueden esperar, muy raramente,
en suelos de textura gruesa y muy pobres en materia orgánica. Mientras el pH se mantenga
por encima de 5.5 - 6.0 se considera que los suelos tienen cantidades adecuadas de calcio,
magnesio y azufre.
4.4.7. Micronutrientes
El hierro, manganeso, cobre y zinc, se llaman micronutrientes, porque la planta los
necesita en muy pequeñas cantidades. Esto no implica que no sean importantes en la
nutrición vegetal. Son importantes en el funcionamiento de los sistemas enzimáticos,
procesos de óxido-reducción y producción de clorofila. Cuando están presentes en
cantidades muy pequeñas, pueden provocar deficiencia, pero cuando los niveles son
relativamente altos, pueden provocar toxicidad y antagonismos. Si se compara con otros
elementos, el intervalo óptimo de actuación es estrecho: es muy fácil pasar de la
deficiencia a la toxicidad.
La disponibilidad de estos elementos es muy dependiente del pH del suelo y
contenido de carbonato cálcico. Suelen ser más solubles a pH ligeramente ácidos. En gran
parte de la finca "Rabanales", los horizontes superficiales están desprovistos de caliza o
con niveles poco limitantes, pero en general predominan los suelos con pH neutro o
ligeramente alcalinos. La variabilidad de contenidos de caliza, mineralogías y pH hacen
recomendable un estudio de niveles de micronutrientes. El extractante más recomendado
para ello es el DTPA (Lindsay y Norwell, 1.978). Este producto es capaz de extraer la
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Evaluación: fertilidad
fracción que hay en disolución y la que se disuelve fácilmente de la fase sólida, es decir,
las formas "lábiles". Los niveles críticos son los siguientes:
Elemento
__________
Hierro
Manganeso
Cobre
Zinc
Nivel crítico (ppm)
__________________
4.5
1.0
0.2
0.6
En los mapas de fertilidad se representan las lineas de isofertilidad para los
distintos elementos. Los valores están dentro de los considerados como adecuados para el
crecimiento y desarrollo de las plantas.
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