GENÉTICA DEL SÍNDROME DEL CROMOSOMA X FRÁGIL Dra. M. Milà Servei de Genètica Hospital Clínic El síndrome del cromosoma X frágil (SXF) es la causa más común de retraso mental familiar, afectando a uno de cada 4000 varones y una de cada 6000 mujeres, convirtiéndose así en la segunda cromosomopatía en frecuencia después del síndrome de Down. Se hereda como un trastorno mendeliano de tipo dominante ligado al cromosoma X. Es decir que en las mujeres, que tienen dos cromosomas X, basta que uno de los dos tenga el gen mutado para poder presentar manifestaciones clínicas y en los varones como solo tienen un cromosoma X, cuando este contenga el gen mutado podrá manifestar el síndrome. Presenta además una penetrancia incompleta (80% para varones y 30% para hembras), esto significa que el 80% de los varones con la mutación manifiestan clínica y por el contrario tan solo el 30% de las mujeres, el resto aún y siendo portadores de la mutación son clínicamente asintomáticos. Finalmente la expresividad clínica es muy variable. Esto significa que aún existiendo una serie de rasgos clínicos caracteristicos del síndrome no todos los presentan al completo sino que cada individuo manifiesta una serie de ellos. Existen varones y mujeres transmisores sanos del síndrome siendo estas últimas las más frecuentes, estudios recientes apuntan que 1 de cada 300 mujeres es portadora. El varón transmisor se denomina NTM (Normal Transmiting Males). Según lo que acabamos de decir, en la población general encontraremos hombre y mujeres sanos, portadores y afectados respecto al síndrome del cromosoma X frágil. Clínica En 1943, Martín y Bell describen el síndrome por primera vez las manifestaciones clínicas del síndrome. Como ya se ha apuntado son muy variables, y dependen en gran manera de la edad y sexo. La clínica del varón afectado consta básicamente de retraso mental, cara alargada orejas grandes y aladas y macroorquidismo (testículos grandes). Pero si distinguimos según edad: en el varón prepuberal (por debajo 14 años), las manifestaciones clínicas están muy atenuadas, existe un retraso mental que va de leve a moderado, hay un cierto retraso en las adquisiciones, sedestación a los 9 meses, deambulación a los 18 meses y el habla normalmente empieza entre los dos años y medio y los tres con un lenguaje muy pobre y repetitivo muy característico. Existe una hiperactividad que podríamos decir es el signo más constante. El aspecto de la cara no presenta ningún rasgo característico. En algunos niños puede observarse una hiperlaxitud articular. A medida que crecen estos niños van adquiriendo un aspecto fenotípico característico y van apareciendo los signos descritos originalmente. El retraso mental se hace más evidente, la cara se va alargando y las orejas aparecen grandes y aladas y en un 80% de estos varones en edad postpuberal (mayores de 14 años) se observa un macroorquidismo. La hiperlaxitud articular puede estar presente y también es frecuente un prolapso de válvula mitral. Son característicos los trastornos de conducta, el lenguaje, sigue siendo pobre y repetitivo, a menudo presentan autolesiones en las manos como consecuencia de mordeduras y unos movimientos estereotipados a la vez que evitan la mirada y adoptan una postura claramente defensiva. En esta edad el diagnóstico clínico resulta mas claro. En cuanto a las mujeres no puede hablarse de ningún rasgo físico característico, manifiestan un retraso mental ligero, con trastornos de conducta, aislamiento y angustia social así como un sentimiento de indefensión, el retraso en lenguaje está presente y especialmente presentan problemas en el área de las matemáticas, en algunas mujeres portadoras se citan trastornos depresivos recurrentes. Citogenética En 1969 Lubs correlacionó dicho síndrome clínico con una alteración citogenética: una fragilidad en el cromosoma X en la banda q27.3, empleando cultivos de linfocitos en medios deficientes en ácido fólico, de aquí que dicho síndrome pasara a denominarse Síndrome del Cromosoma X Frágil. El hecho de asociar esta patología a una alteración cromosómica supuso la primera herramienta para el diagnóstico del síndrome. No obstante la fiabilidad del estudio citogenético se limita a los varones afectos, ya que en el caso de mujeres existen muchos falsos negativos y en el caso de las portadoras es muy difícil poner de manifiesto la fragilidad cromosómica. El análisis citogenético tampoco es fiable para poder realizar un diagnóstico prenatal. Actualmente no se acepta como método diagnóstico, sino va acompañado del estudio molecular. Genética Molecular Finalmente en 1991 tres grupos simultáneamente (Oberle et al. 1991: Yu et al. 1991: Verkerk et al. 1991) describen el defecto molecular, de manera que el SXF se debe a una alteración en el gen FMR1. Dicho gen codifica una proteína FMRP en individuos normales y se encuentra ausente o intensamente disminuida en los individuos afectos. La alteración molecular que afecta al gen FMR1, se basa fundamentalmente en un incremento variable de una zona repetitiva (CGG)n, acompañado de una hipermetilación de la isla CpG adyacente al gen FMR-1 y de la inactivación del mismo. La inactivación del gen y por tanto la falta de síntesis de la proteína es la causa de la manifestación del síndrome que posiblemente es debida a la hipermetilación de la isla adyacente mas que por la amplificación de la zona en sí. El número de repeticiones CGG es un polimorfísmo en la población general dentro de ciertos limites, entre 6 y 50 repeticiones el gen se comporta normalmente, y expresa una proteína. En los individuos normales en el extremo 5' del gen existe una isla CpG no metilada que actúa como regulador de la expresión del gen. Cuando el número de repeticiones se sitúa entre 50 y 200, el gen pasa a un estado de premutación, pero la isla CpG se mantiene sin metilación con lo cual se sigue transcribiendo la proteína y el individuo no manifiesta alteraciones fenotípicas, pero el número de repeticiones adquiere una inestabilidad tanto a nivel meiótico como mitótico, de manera que cada vez que el cromosoma pasa por una división el número de repeticiones CGG va aumentando. En esta situación se encuentran los individuos portadores sanos, pero con riesgo de tener descendencia afecta. A partir de las 200 repeticiones, el gen pasa a un estado de mutación completa, la isla CpG adyacente sufre una hipermetilación y el gen FMR1 deja de transcribir la proteína y el individuo manifiesta el síndrome si es un varón, y en el 30% de los casos si es una mujer. La hipermetilación de la isla CpG se detecta sólo en individuos con la mutación completa correlacionándose con la falta de transcripción. El hecho de que solo un 30% de las mujeres estén afectadas se debe a que la mujer tiene dos cromosomas X y tan solo uno de ellos esta activo y por lo tanto funcionante y el otro se inactiva. Dependiendo de que X quede inactivado en los tejidos diana (por ejemplo: cerebro) la afectación será mayor o menor. Actualmente disponemos de técnicas diagnósticas que con un simple análisis de sangre nos permiten caracterizar a todas y a cada una de las clases de individuos relacionadas con el síndrome, así como realizar diagnostico prenatal y consejo genético de una forma muy fidedigna. Obtenemos información sobre la expansión de la zona repetitiva y la metilación incluso se puede conocer el número exacto de repeticiones para un determinado individuo. No es necesario realizar el estudio a toda la familia puede hacerse de forma totalmente individualizada. Diagnóstico molecular de Síndrome del cromosoma X frágil El análisis de la secuencia repetitiva (CGG)n del gen FMR1 permite el diagnóstico directo de la mutación principal del síndrome del cromosoma X frágil. El estudio consiste en un análisis de sangre, que permite obtener el DNA (ácido desoxirribonucleico) en el que se analizará el número de repeticiones y el estado de metilación de la isla CpG adyacente al gen FMR1. Mediante el análisis de Southern estudiamos el tamaño de la expansión (CGG)n y el estado de metilación de la isla CpG de FMR1, permitiendo caracterizar todas las clases de individuos relacionados con el síndrome. Con el estudio por PCR, obtenemos información sobre el número exacto de repeticiones de un individuo, pero no sobre la metilación. No obstante, el análisis mediante PCR tienen importancia para el consejo genético de los portadores, ya que existe una relación directa entre el número de repeticiones y la probabilidad de que se produzca el paso de premutación a mutación completa en la siguiente generación y por lo tanto la probabilidad de tener hijos afectos. Así, para una mujer con una premutación por encima de las 90 repeticiones la penetrancia es del 100%, es decir siempre que pase el gen mutado se expandirá a mutación completa, mientras que si la mujer portadora tiene entre 50 y 60 repeticiones (límite inferior) la penetrancia es del 18% (Fu et al. 1991) es decir tan solo en un 18% de los casos se producirá expansión y en el 82% restante se mantendrá en estado de premutación y los hijos que lo hereden serán portadores sanos. La técnica de PCR presenta algunas limitaciones, siendo la principal que los alelos con un elevado número de repeticiones (CGG)n son muy difíciles de amplificar. De este modo, las mujeres portadoras de la mutación completa podrían aparecer como falsos negativos, por lo que es necesario combinar el estudio de PCR con el análisis de Southern. La PCR en general no consigue amplificar los alelos que por Southern están por encima de 100 o más repeticiones. Por esta razón consideramos imprescindible para un diagnóstico prenatal, y en general para cualquier diagnóstico la combinación de ambas técnicas. Todas las madres de los varones afectos son portadoras obligadas, de la premutación o de la mutación completa, por lo que en nuestra casuística, ni en la literatura mundial, nunca se ha descrito ninguna expansión "de novo". Según nuestros datos un 40 % del total de mujeres portadoras de la mutación completa, tienen retaso mental que precisa de educación especial, mientras que el resto de portadoras de la mutación completa tienen un coeficiente intelectual en el límite de la normalidad. En este síndrome el término mosaicismo se aplica a la coexistencia de la premutación y la mutación completa en un mismo individuo, la frecuencia de estos mosaicismos se estima alrededor del 20% del total de afectos. ( Milá et al 1994). Este es otro de los motivos para no aceptar diagnósticos realizados ten solo por PCR, ya que en algunos casos de mosaicismo podrían conducir a diagnósticos erróneos. Los individuos que presentan un mosaico pueden tener proteína, aunque en cantidades inferiores a los de un individuo de la población general. El estudio de 297 cromosomas independientes, pertenecientes a la población española general, mostró que el número más frecuente repeticiones (CGG)n es de 30, y el rango normal es de 17 a 54, coincidiendo con otras poblaciones estudiadas. Los resultados obtenidos durante los últimos años indican que el estudio directo de la zona repetitiva (CGG)n del gen FMR1 es una herramienta imprescindible para el diagnóstico de todas las clases de individuos relacionados con el síndrome del cromosoma X frágil: varones normales, transmisores y afectos y mujeres normales y portadoras. El estudio molecular de FMR1 resulta fundamentalmente eficaz para el diagnóstico prenatal, debido a la perfecta correlación entre las distintas situaciones clínicas y el patrón molecular observado. Individuos con clínica muy sugestiva de síndrome del cromosoma X frágil y estudios moleculares negativos podrían tener mutaciones distintas a la descrita para la zona repetitiva (CGG)n, como ya ha sido publicado en algunos casos aunque se sabe que corresponden aproximadamente a un 3% de todos los afectos. El estudio de estos casos resulta arduo y difícil y su diagnóstico mucho más complejo. Consejo Genético Los riesgos para cada individuo son los siguientes: Individuo varón o mujer con estudio molecular normal: no tiene riesgo en su descendencia para esta patología. Varón transmisor normal (NTM): todas sus hijas portadoras sanas, todos sus hijos varones no portadores completamente sanos. Los NTM transmiten a todas sus hijas el gen mutado, por lo que todas las hijas de un varón portador son portadoras. Siempre en estado de premutación, por lo que nunca manifiestan la enfermedad. Pero al pasar la mutación a la siguiente generación los hijos varones (nietos de NTM) procedentes de estas hijas, que hereden la mutación estarán afectos. Mujer portadora premutación: el 50% de sus hijos varones heredarán el alelo de riesgo. Si heredan la mutación completa estarán afectos y si se mantiene la premutación serán NTMs. El otro 50% heredará el alelo sano y serán completamente sanos no portadores. Respecto a las hijas, el 50% serán portadoras de una premutación o una mutación completa dependiendo del tamaño de la expansión y el otro 50% sanas no portadoras. En este caso estaría indicado realizar un diagnóstico prenatal. Mujer portadora de la mutación completa: el riesgo es igual al caso anterior, pero aquí la penetrancia del gen es del 100%, por lo que es prácticamente imposible la aparición de hijos varones NTM y de hijas premutadas. Todo individuo que herede el alelo de riesgo hereda la mutación completa y por lo tanto si es varón esta afectado y si es mujer dependerá de la inactivación del cromosoma X. En el caso de los varones afectos curiosamente toda su descendencia masculina será completamente normal y toda la descendencia femenina portadora de premutación. En conclusión ningún miembro de su descendencia manifestará el síndrome. El riesgo de retraso mental se relaciona con la posición que ocupa el individuo en el árbol genealógico, de manera que la mutación va creciendo a través de las generaciones. La premutación puede mantenerse durante varias generaciones, o bien pasar a mutación completa en una sola generación, pero el cambio siempre ocurre cuando pasa a través de una mujer. Diagnóstico Prenatal El diagnóstico prenatal puede ofrecerse con seguridad para la mayoría de los casos, sólo se mantienen dos situaciones comprometidas, cuando en un feto se detecta un NTM o un feto femenino portador de una mutación completa, en este último caso no podemos predecir si presentará o no retraso mental. El diagnóstico prenatal debe realizarse solo cuando se ha comprobado que la gestante es portadora. Se realiza entre la semana 10-12 de embarazo en vellosidades coriales obtenidas mediante una biopsia corial. El estudio se realiza por PCR y Southern y recomendamos estudiar simultáneamente a los padres (padre y madre) para observar la segregación alelica (si es una niña, ver como hereda el alelo del padre y el normal o de riesgo de la madre). Siempre debe acompañarse del estudio citogenético convencional. Debido a la inespecificidad de la sintomatología de este síndrome, es difícil su diagnóstico por parte del clínico, por lo que ante cualquier retraso mental inespecífico en varones estaría indicado descartar esta patología mediante un estudio genético molecular. La metodología de que disponemos en la actualidad permite el diagnóstico del síndrome del cromosoma X frágil de forma eficaz. Teniendo en cuenta que es la causa más frecuente de retraso mental hereditario, el análisis de la expansión (CGG)n del gen FMR1 debe realizarse, no sólo cuando existen criterios clínicos del síndrome, sino ante cualquier caso de retraso mental no filiado. El estudio molecular del gen FMR1 en los casos con sospecha clínica debe permitir el diagnóstico precoz de esta patología, facilitando la educación especial y desarrollo de los niños afectados. Finalmente, el consejo genético es imprescindible para los familiares con antecedentes del síndrome. El futuro: Se ha mencionado que la causa del síndrome realmente es la falta de una proteína (FMRP) que resulta fundamental en las primeras etapas del desarrollo, si bien se sintetiza durante toda la vida del individuo. Esta proteína se sintetiza prácticamente en todos los tejidos, aunque donde más se expresa es en cerebro y testículo. Es una proteína que se une al RNA (ácido ribonucleico) que es necesario para la transcripción y traducción del mensaje genético escrito en el DNA. Es decir la proteína FMRP hace posible que otros genes puedan producir sus proteínas, de manera que el hecho de estar ausente, impide el funcionamiento de varios genes con funciones distintas, esto explicaría porqué se manifiesta una clínica tan variada, afectando a tantos tejidos diferentes. Así, el gen FMR1 ejerce una acción diversa afectando a cerebro, testículos, tejido conectivo etc. La realidad, es que son varios los genes que se ven afectados con su ausencia. El profundizar en el conocimiento de la acción de esta proteína ha de posibilitarnos en un futuro poder compensar su carencia. Las líneas de investigación actuales en el campo de la genética se orientan hacia el estudio de la acción de la proteína FMRP en vías a poder desarrollar una terapia génica.