Proteínas Fluorescentes

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Castroagudín, V.L.
Proteínas Fluorescentes Verdes
La Proteína Fluorescente Verde de Aequorea victoria (avGFP)a
Historia
La proteína fluorescente verde avGFP fue aislada de la medusa Aequorea victoria por
Shimomura y su equipo en 1962. El investigador observó que una solución de avGFP se veía
verdosa bajo la luz del sol, se tornaba amarillenta bajo una lampara de tungsteno, y fluorescía
con luz verde brillante al ser irradiada con luz UV.
Posteriormente, en 1971, este mismo grupo publicó el espectro de emisión de avGFP
con su pico característico a 508 nm, notando que la bioluminiscencia verde del tejido vivo de
la medusa también tenía un pico a esa longitud de onda. La aequorina, proteína de A. victoria
a la que está asociada avGFP, emite luz azul (470 nm), a una longitud de onda cercana a la
de excitación de avGFP. De ésto se postuló acertadamente que avGFP convertía la emisión
azul de aequorina al brillo verde que presentan las células animales. En ese mismo año Morin y
Husting descubren el mismo fenómeno en los celenterados Obelia (un hidroide) y Renilla,
siendo los primeros en definir la “transferencia de energía radiativa”, como el mecanismo de
excitación de avGFP in vivo. En 1974, se demostró que la aequorina podía transferir
eficientemente su energía luminosa a su compañera cuando ambas proteínas estaban en
contacto adsorbidas en un soporte catiónico.
En 1878 se obtuvo la primera estimación, 27 kDa, para la masa de avGFP [1]. Un año
después, por análisis de la proteína desnaturalizada, y de un fragmento proteolítico que
conservaba propiedades de absorbancia características, se determinó que el cromóforo de
avGFP es 4-hidroxibencilideno-imidazolina-5-ona, y que éste se encuentra unido al esqueleto
peptídico a través de las posiciones 1- y 2- del anillo (ver Figura 2). Esto fue confirmado en
1996 por espectroscopía de masa (para mayor detalle ver referencia [2]). Aequorea y Renilla
mostraron tener el mismo cromóforo, sin embargo la proteína de Renilla tiene un coeficiente
de extinción superior, mayor estabilidad conformacional frente a cambios en el pH y tendencia
a dimerizarse.
Pero los avances cruciales en esta historia tuvieron lugar con el clonado del gen de
avGFP, la confirmación en 1992 que su expresión en otros organismos creaba fluorescencia, y
su síntesis in vitro en 1998 [3]. Comprobando así que el gen contenía toda la información
necesaria para la síntesis postraduccional del fluoróforo, y que ninguna enzima específica de la
medusa era requerida para ello.
Las diferentes GFPs de distintos celenterados parecen ser compañeras de proteínas
quimioluminiscentes (emisores primarios) y ejercer el control de la emisión de luz in vivo.
Pero, aún no está aclarado (a) por qué estos organismos brillan; (b) por qué la emisión de luz
verde es preferida a la luz de los emisores primarios; y (c) por qué la mayoría de estos
animales marinos sintetizan una proteína separada en vez de mutar la proteína
quimioluminiscente cambiando la longitud de su emisión.
a
Siguiendo las convenciones de la literatura, en esta monografía las proteínas fluorescentes se denominan de la
siguiente manera: dos letras iniciales minúsculas refieren a la especie de la cual se extrajeron. Le sigue “FP” ( del inglés
Fluorescent Protein). Por último un número final que indica la longitud máxima de emisión de fluorescencia en nm. La
proteína fluorescente verde de A. victoria es conocida simplemente como avGFP.
Los emisores primarios parecen contener cofactores externos (lumazinas, flavinas,
peridinclorofila-a y otros cofactores tetrapirrólicos etc) como cromóforos, lo cual los descarta
como sondas o marcadores biotecnológicos, (a pesar de ser altamente fluorescentes y atractivos
pigmentos accesorios a larga longitud de onda). La correcta inserción de todos estos
cofactores en otros organismos no se ha logrado aún.
Estructura primaria y formación del fluoróforo
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La secuencia de 238 aminoácidos de avGFP [4] se presenta en la Figura 1. Se conocen
varias mutantes, cuyas alteraciones influencian características específicas y algunas que han
mejorado su expresión, pero no modificar el comportamiento general de la proteína.
Figura 1, secuencia de avGFP salvaje. Los aminoácidos que forman el cromóforo se encuentran
subrayados.
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Como se mencionó anteriormente el fluoróforo es
4-hidroxibencilideno-imidazolina-5-ona (ver Figura 2), formado por los residuos 65 al 67 (SerTyr-Gly en avGFP) y su síntesis ha sido aclarado. Primero, avGFP se pliega en su conformación
nativa, luego se forma la imidazolina por ataque nucleofílico de la amida de la Gly 67 sobre el
carbonilo del residuo 65 (ciclación), seguido por deshidratación. Finalmente, el oxígeno
molecular sustrae el hidrógeno del enlace C-C de la Tyr 66, conjugando el anillo fenólico
con el imidazólico. En ese momento el cromóforo adquiere absorbancia en el visible y
capacidad de fluorescer. Este mecanismo esta basado en lo siguiente [5 - 7].
a) El oxígeno atmosférico es necesario para la maduración del crómoforo, es decir, para
que éste fluoresca.
b) La fluorescencia de avGFP aparece con una cinética exponencial simple, al tomar
contacto con el aire. Dicha cinética no es afectada por la concentración de proteína o
cofactores celulares.
c) Los análogos de imidazolinas se auto-oxidan espontáneamente.
d) La ciclación propuesta se asemeja a la ciclación isoestérica observada para enlaces
Asn-Gly. Además Gly 67 es un residuo muy conservado en distintas GFP.
e) La espectroscopía de masa, indica que la GFP preformada anaeróbicamente pierde solo
2 Da por exposición al aire, lo que es consistente con la pérdida de dos hidrógenos.
Esto implica que la deshidratación (-18 Da) debe haber ocurrido anaeróbicamente,
precediendo a la oxidación.
f) La cinética de refolding proteico ha sido ampliamente caracterizada, a partir de
cuerpos de inclusión sin cromóforos, proteínas desnaturalizadas con un cromóforo
maduro y proteínas desnaturalizadas con el cromóforo reducido por ditionito. La
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renaturalización fue medida por la aparición de la fluorescencia y la resistencia a la
digestión con tripsina, proporcionando las constantes cinéticas que se ven en la Figura
2.
Figura 2. Mecanismo propuesto para la formación del
crómoforo por Cubbit en.1995, [1].
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Estudios cristalográficos: estructura secundaria y terciaria
Aunque la avGFP fue cristalizada en 1974, su patrón de difracción no se reportó hasta
1988. La estructura fue resuelta en 1996 por dos grupo de investigación independientemente:
el de Örmo (1EMA) y el de Yang (1GFL); ambas se resolvieron a 1.9 Å. Estructuras de otras
mutantes han aparecido posteriormente [8].
La avGFP está compuesta por once cordones  antiparelelos y una hélice . Los
cordones forman un barril  de 40 Å, atravesado por la hélice , (Figura 3) . El fluoróforo está
sujeto a la hélice y sumergido en el centro del barril. Esta estructura, ha sido llamada -can
(literalmente lata-). Un número sorprendente de grupos polares y moléculas de agua
estructurada aparecen en el core, adyacentes al cromóforo (Figura 4). Casi la mayoría de la
secuencia es utilizada en formar el barril  y la hélice axial, por ello no hay lugares obvios
donde puedan realizarse recesiones y reducir el tamaño de la proteína significativamente. Los
residuos 1 y 230-238, están desordenados y no pudieron ser resueltos por difracción. Estas
regiones corresponden a las máximas recesiones en ambos extremos que pueden hacerse
conservando la función biológica (fluorescencia).
Figura 3. Estructura de avGFP en la que se observan
los once cordones en el barril  y el cilindro hueco
central atravesado por una hélice . El cromóforo (en
gris – y en naranja en la figura inferior) se encuentra
en el centro del barril.
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Figura 4. Cadenas laterales, carbonilos y
amidas de la cadena peptídica, y moléculas
de agua presentes en el microentorno del
cromóforo. Probables puentes de hidrógenos
se indican con línea de puntos, con la
distancia marcada en Å
Estructura cuaternaria: dimerización
La forma del espectro de excitación de la avGFP
salvaje depende de la concentración de proteica, implicando
fenómenos de asociación. En 1996, Tang estableció que esta
proteína forma dímeros con KD= 1 x 10-4 M. La interfase de dimerización incluye residuos
hidrofóbicos (Leu 206, Leu 221 y Phe 223) e hidrofílicos (Tyr 39, Glu 142, Ans 144, Ser 147,
Asn 149, Tyr 151, Arg 168, Asn 170, Glu 172, Tyr 200, Ser 202, Gln 204 y Ser 208). En la
estructura determinada por difracción de Rx se observan dímeros dependientes del método de
crecimiento del cristal. En cambio la GFP de Renilla es un dímero obligado que sólo se separa
en condiciones desnaturalizantes. También se ha logrado cristalizar esta proteína monómero,
reemplazando la Ser 65 por Thr.
Clasificación de las GFPs
En base a las propiedades espectrales del cromóforo las variantes de GFP pueden ser
divididas en siete clases [1]:
CLASE I.
(Equilibrio fenol-fenolato). A este grupo pertenecen la avGFP, que
presenta el espectro más complejo de todas las GFP. Posee un máximo de
excitación a 395 nm y otro a 475 nm, siendo el primero tres veces mayor en
amplitud que el segundo. A pH 7.0, la excitación a 395 nm origina una banda
de emisión a 508 nm,
mientras que excitando a 475 nm, se obtiene emisión a 503 nm. El hecho de
que el máximo de emisión dependa de la excitación indica la existencia de dos
formas del cromóforo, que no llegan al equilibrio en el tiempo de vida del
estado excitado. A pH 10-11, cuando la proteína está cerca de desnaturalizarse,
incrementos en la [HO-] aumentan la amplitud de la absorción a 475 nm a
expensas del pico a 395 nm. La forma más simple de interpretar este fenómeno
es pensar que el pico a 475 nm de debe a la absorción del fenolato. Mientras
que el pico a 395 representa la absorción del fenol. A su vez la emisión a 503
nm podría deberse al fenol, mientras que el pico a 508 nm correspondería a la
emisión del fenolato. Este último, además podría desprotonarse en el estado
excitado, pues el pKa de los fenoles es menor en este estado.
El mecanismo más probable a través del cual ocurre la transferencia de
protones desde y hacia el fenol, es via puentes de hidrógeno entre de moléculas
de agua y la Ser 205 al Glu 222. En la estructura cristalina del monómero de
avGFP salvaje, la Thr 203 (capaz de rotar y estabilizar el oxianión) existe en dos
conformaciones: 85% con el grupo OH alejado del oxígeno fenólico y 15%
rotado hacia él. Esta proporción coincide con la estimación espectroscopica
sobre la relación fenol/fenolato en el equilibrio [8].
La coexistencia de ambas especies de cromóforos que dan dos picos en
el espectro de la proteína salvaje, tiene pocas ventajas y varias desventajas para
su uso como herramienta molecular. Si la avGFP será detectada por el ojo
desnudo, la excitación con UV es conveniente, pues el UV es invisible. Sin
embargo, debido a que la iluminación intensa con UV puede dañar al ojo, un
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filtro externo debe ser empleado. También el scatering, autofluorescencia y la
posibilidad de fotodegradaciónde los tejidos son más severos con excitación por
UV. Por ello, la excitación a 470 nm reduciría estos problemas, pero ésta es
ineficiente dado que sólo el 15% del cromóforo se presenta como anión. La
fotoisomerización, el desplazamiento del equilibrio fenol/fenolato posterior a la
excitación lumínica, es el mayor impedimento para la cuantificación de la
fluorescencia en imágenes, aunque permite el monitoreo del tráfico y difusión
de proteínas marcadas con avGFP, por irradiación local de una célula con un
punto o franja de UV intensa y siguiendo luego por análisis de imágenes, la
tasa de fotoisomerización.
Este fenómeno de fotoisomerización es el responsable a su vez de la
intermitencia de la fluorescencia en esta clase de proteínas, que puede llevar a
importantes errores experimentales cuando la desaparición o la intensidad de la
fluorescencia sea la señal esperada, (un profundo análisis del tema considerando
aspectos estructurales, cinéticos, energéticos y termodinámicos puede hallarse
en las referencias [9] a [13]).
La avGFP se ha pliega correctamente a temperatura ambiente o debajo
de ella (consideremos que los organismos en los cuales se encontró esta
proteína, hasta ahora, ninguno es de aguas cálidas) es estable y fluoresce hasta
los 65 ºC. Utilizando DNA shuffling se han obtenido mutantes que mejoran el
plegado a 37ºC, temperatura de trabajo en la mayoría de los cultivos celulares,
reduciendo la formación de agregados a altas concentraciones e incrementando
la difusibilidad de la proteína.
CLASE II
(Cromóforo fenolato). Esta clase de avGFP es la más ampliamente utilizada;
combina una alta fluorescencia con espectros de excitación y emisión simples.
La mutación S65T, es la más común para causar la ionización del cromóforo,
aunque también otros residuos alifáticos como Gly, Ala, Cys y Leu, tienen
efectos similares. La triple mutante F64M, S65G, Q69L obtenida por
mutagénesis al azar, es muy popular. En S65T avGFP el pico de excitación a
395 nm se suprime, dado que no existe el fenol, y el máximo 470-475 nm del
anión se intensifica de cinco o seis veces en amplitud y se corre a 489-490 nm.
La oxidación del fluoróforo maduro es cerca de cuatro veces más rápida que en
la proteína salvaje. Es estable cuando se expresa temperatura ambiente, pero
tiende a plegarse mal y producir agregados no fluorescentes a temperaturas
mayores.
La Ser 65 promueve la ionización del cromóforo porque en la
estructura nativa sólo esta serina puede formar un puente de hidrógeno con la
cadena de Glu 222 para permitir la ionización de ese carboxilato, el cual está
3.7 Å de distancia del cromóforo. Gly, Ala y Lys no pueden formar estos
puentes, y Thr o Cys son demasiado grandes para adoptar la conformación
correcta en el “super poblado” interior proteico. Los otros grupos polares que
solvatan al fluoróforo son entonces suficientes para promover su ionización,
mientras que si el Glu 222 es un anión, las repulsiones electrostáticas prohiben
al fluoróforo convertirse en un anión también. Esta hipótesis explicaría por qué
la mutación del Glu 222 a Gly da el mismo espectro que las mutantes en la Ser
65. A pesar de los beneficios de esta mutante, no se han detectado, en la
bibliografía consultada, ejemplos de la aplicación de E222G.
CLASE III
(Fenol en el cromóforo). La ionización del cromóforo puede ser reprimida a
través del cambio de la Thr 203 a Ile, suprimiéndose el pico de excitación a
475 nm, dejando solamente el de menor longitud de onda (399 nm). El
cromóforo, presumiblemente, no puede solvatarse una vez que el OH de la Thr
no está presente, por lo tanto queda neutro en la mayoría de las moléculas en
estado basal. Sin embargo, la emisión se da a 511 nm porque ocurre
desprotonación en este estado.
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En lo que respecta a la optimización en el proceso de plegamiento,
estas mutantes poseen la ventaja de ser fotoquímicamente más simples. Al
carecer del pico de excitación a 479-490 nm, pueden emplearse junto con las
avGFP clase II para una doble marcación. Las longitudes de onda para su
excitación, se ajustan a la mayoría de los equipos de microscopía de
fluorescencia diseñados para indicadores racionales de excitación, pudiéndose
eliminar cualquier problema en el registro de las imágenes causado por la
alternancia de los filtros de emisión.
Esta clase de avGFP posee además la mayor diferencia entre los 
máximos de excitación y emisión, este gran corrimiento de Stokes puede ser
una ventaja para la utilización de láseres.
CLASE IV
(Fenolato en sistema electrónico  apilado). Las mayores longitudes de onda
de emisión son alcanzadas a través de mutaciones que apilen anillos
aromáticos, que generalmente son de la cadena lateral del residuo 203, cerca
del anión fenolato del cromóforo y del residuo 65. Todos los aminoácidos
aromáticos –His, Trp, Phe y Tyr- en posición 203, incrementan la  de
excitación y emisión hasta 20 nm, en el orden mencionado. Estas mutantes,
fueron diseñadas a partir de la estructura cristalina de S65T, con la expectativa
de que una polarizabilidad adicional en la zona del cromóforo e interacciones
-, redujeran la energía del estado excitado, y con ello, incrementaran tanto
la  de excitación, como la de emisión. El reemplazo de la Gln 69 por Lys,
produjo un corrimiento extra de 1-2 nm, llevando la emisión a 529 nm, y
donde a pesar de que esta longitud es de luz verdoso, la cola a mayor longitud
de onda del espectro es suficiente para que la fluorescencia observada sea
amarilla. Por ello las avGFPs clase IV se han llamado YFP ( Yellowish
Fluorescent Protein- Proteínas Fluorescentes Amarillentas), nombre que
también a sido aplicado a la proteína fluorescente de Vibrio fischeri, conocida
en el mercado como Bio Yellow (Pharmeningen).
Algunas de estas mutantes exhiben un decaimiento en el rendimiento
cuántico
con perdidas en la fluorescencia superiores al 90% y
extraordinariamente cortos períodos de vida interpretados en términos de
conversiones internas, producidos por movimientos de torsión en el cromóforo
inducidos por la luz con que se los excita [14]. Para mas datos sobre la
dinámica intramolecular de estas proteínas y la influencia de la misma en los
ensayos experimentales, ver la referencia original [15].
CLASE V
(Indol en el cromóforo). La sustitución Y66W, da lugar a un nuevo cromóforo
con un anillo indólico es vez de uno fenólico. Las longitudes de emisión y
excitación se corren a 436 y 476 nm respectivamente, intermedias entre las
que hallamos cuando están presentes en el cromóforo un fenol neutro o un
fenolato aniónico. Esta mutante requiere otros cambios para alcanzar un brillo
adecuado. Las proteínas de esta clase se denominan Cyan Fluorescent Proteins,
CFP, (Proteínas Fluorescentes color Cyan), dado el color azul-verdoso o cyan de
su emisión. Una curiosidad de este grupo, es que los espectros de absorción y
emisión presentan una curva con dos hombros, en vez de un pico definido, esto
puede deberse a distintos estados vibracionales u otros estados cuánticos que se
equilibran dentro del tiempo de vida del estado excitado.
CLASE VI
(Imidazol en el cromóforo). La mutación Y66H ubica un grupo imidazólico en
el cromóforo, y corre la longitud de onda de excitación más aún que en los
ejemplos de la Clase V. Los picos de excitación y emisión están respectivamente
en 383 y 447 nm, por lo tanto la fluorescencia emitida es azul, (ver Figura 11).
Se denomina a es este grupo es BFPs, Blue Fluorescent Proteíns (Proteínas
Fluorescentes Azules). Varias estructuras de este grupo ya han sido resueltas.
Son útiles para marcaciones dobles.
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A pesar de que mediante mutaciones se ha mejorado su velocidad de
plegamiento, las BFP tienen bajo rendimiento cuántico y son muy fáciles de
decolorar (fotobleaching).
CLASE VII
(Fenilo en el cromóforo). Las menores longitudes de onda de excitación de
obtienen con una Phe en la posición 66. Esta mutante ha sido muy poco
estudiada ya que por ahora no se ha propuesto un uso práctico para ensayos
que requieran una proteína con longitud de excitación tan corta (360 nm). Sin
embargo demuestran que cambios en el residuo 66 puede crean un
cromóforo con una gran variedad propiedades.
Relación entre la estructura y las propiedades ópticas
La avGFP desnaturalizada tiene sus máximos de absorción a 384 nm, a pH ácido o
neutro; y a 448 nm a pH alcalino, con un pKa de 8.1. Estos máximos de absorbancia y
excitación, bastante similares a los de la proteína intacta, sirvieron como una de las primeras
pruebas para postular la presencia de un cromóforo neutro y uno aniónico. La proteína
fluorescente desnaturalizada o pequeños fragmentos de proteólisis conteniendo el cromóforo
son no fluorescentes, presumiblemente porque el cromóforo está expuesto al quenching por
choque con moléculas de agua, de oxígeno paramagnético o isomerización cis-trans [2]. La
pequeña diferencia entre los máximos de absorbancia entre la proteína nativa y desnaturalizada
obviamente se debe al ambiente estructurado de ésta última. En particular, a la Arg 96 que
ubica una carga positiva muy cerca del grupo carbonilo de la imidazolina. Este catión
estabilizaría electrostáticamente la intensa densidad electrónica del cromóforo en el estado
excitado. Esta atracción electrostática explica el corrimiento hacia el rojo de la proteína intacta
respecto a la desnaturalizada. Es más, se ha demostrado que cambiando la Arg 96 por Cys, en
S65T, se produce un corrimiento hacia el azul en el máximo de excitación, 489 a 472 nm, y en
el de emisión: de 511 a 503 nm.
Efectos del ambiente sobre las propiedades de las GFPs
Efecto del pH
La proteína avGFP salvaje absorbe menos a altos pH (11-12), mientras que la
fluorescencia se debilita a 395 nm y se intensifica a los 470 nm [11]. Tales valores de pH,
nunca se hallan en sistemas vivos. La fluorescencia de la avGFP es también atenuada a pH
ácido, con un pKa aparente de 4.5. Varias mutantes con propiedades espectrales mejoradas a
pH 7, son más sensibles al pH que la proteína original siendo atenuadas en un 50% a pH 5.5.
Han sido hallados en algunas especies de la Clase IV (donde la Thr 203 es reemplazada por un
aminoácido arómatico) pKas tan altos como 6.8. Sería de esperar que al no estar presente el
OH de la treonina el fenolato del cromóforo se destabilice. Sin embargo el efecto del ácido
atenúa la fluorescencia totalmente, en vez de correrla hacia  menores que corresponderían al
cromóforo protonado. La sensibilidad de esta proteína a pH intermedios tienen ventajas y
desventajas; ya que la fluorescencia no se desarrolla en organelas ácidas como lisosomas,
endosomas o el aparato de Golgi. Esta sensibilidad puede ser utilizada como un indicador de
pH intracelular, dirigiendo la proteína a los distintos compartimentos celulares. No obstante
hay que introducir controles de calibración para descartar efectos inespecíficos.
Efectos de la temperatura y la concentración proteica
A altas concentraciones de proteína se amplifica el pico máximo de excitación a
expensas del de 470 nm, porque la agregación impide la ionización. El aumento de la
temperatura de 15 a 65 ºC decrece modestamente la excitación a 395 nm y la incrementa a
470 nm; mayores temperaturas causan desnaturalización, con pérdida del 50% de la
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fluorescencia a 78ºC. Como se mencionó anteriormente, incrementar la temperatura de 20 a
37 ºC afecta profundamente la maduración de avGFP salvaje.
Efectos Post-Excitación
Las GFPs tienen una admirable capacidad para sufrir transformaciones fotoquímicas,
las cuales posibilitan la visualización o el transporte de proteínas fusionadas o marcadas con
ellas. Una zona definida de una célula o tejido puede momentáneamente exponerse a una
iluminación muy intensa y analizarse las reacciones fotoquímicas y las fotoconversiones
posteriores a la iluminación, que sufren las proteínas mediante la toma de imágenes en el
transcurso del tiempo.
Como mínimo cuatro conversiones fotoquímicas fueron descriptas para una o más
GFPs [1]:
1. Fotoblanqueamiento simple e irreversible.
2. Conversión del máximo de excitación de 395 a 475 nm.
3. Pérdida de la excitación a 488 nm, reversible por iluminación a 406 nm
(ocurre en las BFP: el crómoforo es llevado a un estado excitado
protonado (no fluorescente), con un máximo de excitación a 406 nm;
posteriormente la excitación a ésta  restablece la fluorescencia).
4. Generación de fluorescencia roja luego de iluminar a 488 nm en
condiciones anaeróbicas. Resta mucha investigación para dilucidar este
mecanismo, pero ha sido de gran utilidad para medir in vivo la capacidad
de difundir de las avGFP en bacterias.
Demanda de O2
La demanda de O2 para deshidrogenar el enlace - del residuo 66, implica que la
proteína no puede volverse fluorescente en anaerobios obligados. Esto limita el rango de
sistema en los que se puede expresar esta proteína. Una vez que se ha completado la
maduración el O2 ya no se necesita. Por otro lado la oxidación es un paso lento, lo que no
permitiría monitorear cambios rápidos en la expresión de genes. La dependencia con la pO 2 no
ha sido caracterizada por ello, no se sabe si la pO2 atmosférica aceleraría la oxidación. La
mutante S65T ha mostrado tener una constante de oxidación exponencial de 0.5 h, cuatro
veces mayor que la de la proteína salvaje.
Ensayos histológicos
Los solventes ácidos así como el glutaraldehído y formaldehído utilizados para fijar
cortes histológicos, causan la desnaturalización y pérdida de la fluorescencia de estas
proteínas.
Detección de las proteínas fluorescentes: factores a considerar
En la presente sección del trabajo cabe mencionar algunos otros aspectos, en este caso no
del ambiente, que pueden afectar a la proteína, no como tal, sino como reactivo en un
experimento de biología molecular o celular.
El nivel de expresión y de detección de las proteínas fluorescentes depende de muchos
factores, los mas importantes son:
 La cantidad total de proteína
1. Numero de copias del gen y duración de la expresión
2. Fuerza transcripcional de los promotores y enhancers
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3. Eficiencia de la traducción, incluyendo la secuencia de Kozak y el uso de
codones
4. Ausencia de splicing en el mRNA, degradación de proteínas y exportación
 Eficiencia de la formación postraduccional del Fluoróforo
1. Solubilidad versus formación de cuerpos de inclusión
2. Disponibilidad de chaperonas
3. Mal plegamiento por fusión a proteínas del hospedador
4. Tiempo, temperatura, disponibilidad de O2 , velocidad intrínseca de
ciclación/oxidación
 Propiedades moleculares de la proteína madura
1. Longitudes de onda de excitación y emisión
2. Coeficiente de extinción y rendimiento cuántico de la fluorescencia
3. Suceptibilidad a la fotoisomerisasión y fotobleaching
4. Dimerización
 Relación señal/ruido
1. Autofluorescencia de las células y medios de cultivo
2. Localización de la proteínas, difusión versus confinamiento a pequeñas
regiones subcelulares o tisulares
3. Calidad de la excitación, filtros de emisión y espejos dicroicos
4. Sensibilidad, ruido y corriente oscura del fotodetector
En vegetales ha sido imprescindible la modificación de codones para eliminar un sitio
críptico de splicing, así mismo como para mejorar la expresión en mamíferos. También, para
mamíferos, se agregó la secuencia de Kozac para iniciar la traducción. Se realizaron muchas
mutaciones con el objetivo de mejorar y acelerar el plegado, la mayoría de ellas consisten en el
reemplazo de residuos voluminosos por otros más pequeños (ver Figura 5). Para mejorar el
proceso de plegamiento se pueden emplear chaperonas. Esto último llevó a la utilización de las
proteínas fluorescentes a ser sustratos útiles para seguir el funcionamientos de las chaperonas
mismas, proveyendo un sistema continuo y no destructivo para observar el plegamiento, pues
sólo cuando sea exitoso, se verá fluorescencia.
Figura 5. Mutaciones más importantes en la estructura de GFP que mejoran el plegamiento a 37ºC Örmo M, et al. Science 273: 1392-95.
(1996)
Aplicaciones de las Proteínas Fluorescentes
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Castroagudín, V.L.
Proteínas Fluorescentes Verdes
Aplicaciones pasivas
Las aplicaciones pasivas en investigaciones, especialmente en biología celular de las
proteínas fluorescentes (PF), pueden dividirse entre los usos como marcador ( tag) o indicador
(Reporter Gene, Cell Marker o Fusión Tag). El uso como marcador, el mayoritario a la fecha
—sólo basta con colocar proteínas fluorescentes en un buscador en la WEB y observar los
miles de publicaciones que las emplean en las más dispares disciplinas—, reflejan los niveles de
expresión o la ubicación subcelular causada por los dominios marcados o por proteínas del
hospedador que han sido fusionadas a una proteína fluorescente. Como indicador, la
fluorescencia es también alterada postraduccionalmente por el ambiente químico o intreracción
proteína-proteína.
Al no ser esta proteína una enzima, su utilización es prometedora en embriones
intactos y animales trangénicos, y el control de la transferencia de genes. Pero a causa de que
la marcación carece de amplificación, la sensibilidad del método se limita no por el
instrumento sino por la autofluorescencia de los tejidos. Para duplicar la fluorescencia del
entorno y lograr un ensayo detectable Se necesita una cantidad de proteína fluorescente de
1M (105 copias en un volumen celular típico de 1-2 pL) de avGFP correctamente plegada de
proteínas [1]. Por ello es tan intensa la búsqueda de mutantes altamente fluorescentes. Cuando
se observan proteínas fluorescentes en un compartimento dado de la célula, se requiere menos
concentración, ya que es muy grande el contraste con el resto de la célula no marcado.
El uso más extendido de las PF es como proteínas marcadoras fusionadas a otra. En
estos casos, se debe verificar que la fusión no afecte el plegamiento. Además, como ambos
extremos terminales están muy próximos, se han hecho estudios para fusionar la proteína que
se quiere estudiar en loops o dominios externos, no críticos para la fluorescencia.
Proteínas fluorescentes como indicadores activos
La coraza rígida con que protege la estructura terciaria al cromóforo, le permite
fluorescer y lo protege del fotoblanquemiento, pero dificulta ser sensible al ambiente. Sin
embargo Haups ha demostrado que un grupo hidroxilo de la Tyr 66 apunta hacia la superficie
del barril  y forma un puente de hidrógeno con una molécula de agua del solvente, una
segunda molécula de agua en la superficie de la proteína ubicada a 4.16 Å de la anterior,
podría comunicar por rearreglos dinámicos de alrededor de 1 Å al OH de la Tyr 66 el pH del
seno del solvente [10]. Más ejemplos como este quedan por descifran para comprender como a
pesar de su rígida estructura estas proteínas son tan buenos biosensores. Muchas mutantes
que pueden ser indicadores de los cambios ambientales, se han logrado en los últimos años, no
sólo alteradas para “medir” el pH, sino también con sitios de fosforilación, donde se
incorporan fosfatos sólo en condiciones definidas. Otro ejemplo es una avGFP fusionada a la
proteína Shaker del canal de potasio, que constituye el primer sensor óptico del potencial de
membrana genéticamente codificado. Pero la manera más general de hacer un sensor
bioquímico con una proteína fluorescente es explotar la capacidad de transferir la energía de
resonancia de la fluorescencia (en inglés FRET Fluorescence Resonance Energy Transfer), entre
dos proteínas de diferente color. FRET es un fenómeno mecánico cuántico que ocurre cuando
dos fluoróforos estas próximos (<100 Å de distancia) y el espectro de emisión de uno, el dador,
se superpone con el de excitación del segundo, el aceptor. Bajo estas condiciones, la excitación
del dador produce la emisión del receptor a expensas del pasaje de energía. Cualquier señal
bioquímica que cambie la distancia entre los fluoróforos o su orientación de sus dipolos en el
espacio, modulará la eficiencia de FRET.
Los cambios en la emisión de la relación aceptor/dador, son ideales para obtener
imágenes celulares y utilizar citometría de flujo, porque las dos emisiones pueden obtenerse
simultáneamente y sus razones cancelan las variaciones dadas por la concentración de
proteínas, grosor de la célula, fluorescencia de medio, haciendo absoluta la eficiencia de
detección. Este mismo método ha sido empleado en el estudio de la dimerización de los
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factores de transcripción, fusionando BFP y GFP a cada uno de los factores, las proteínas
fluorescentes serán capaces de dar FRET cuando las proteínas que las acompañen interactúen.
Si unimos proteínas fluorescentes por un corto péptido que contenga la secuencia de
restricción de una proteasa, los cambios en FRET pueden utilizarse para seguir el
funcionamiento de esta enzima; pues FRET se interrumpirá cuando ambas proteínas sean
separadas por proteólisis.
Con avGFP se han fabricado los primeros indicadores dinámicamente sensibles; en
1997 dos grupos por separado, han unido dos proteínas fluorescentes, por un péptido de 26
aminoácidos conteniendo un dominio de unión a Ca++ de la calmodulina. Este espaciador daba
lugar al desarrollo de FRET de BFP a GFP, porque es lo suficientemente largo y flexible para
permitir que las proteínas se dimerizaran. Pero cuando unía Ca++, o sea cuando este estaba
presente en el medio, cambiaba su conformación e interrumpía la FRET. Este sensor tiene
innumerables aplicaciones en el estudio del tejido muscular y en neurobiología. Para ahondar
en el tema consultar la referencia [16].
La técnica de FRET, en resumen, presenta las siguientes ventajas:
Trabajar in vitro y con células vivas de mamíferos, no sólo levaduras.
Responder dinámicamente a las modificaciones postraduccionales.
Alta resolución temporal (milisegundos) y espacial (submicrones).
La interacción con otras proteínas puede darse en cualquier lugar de la célula, no necesitan
ser enviadas al núcleo.
5. El grado de disociación puede ser cuantificada, si el 0% y el 100% de unión pueden ser
determinados in situ.
6. La eficiencia de FRET al 100% de complejación aporta información estructural.
1.
2.
3.
4.
Y ciertas desventajas:
1. Deben expresarse proteínas de fusión, donde ambas partes deben permanecer funcionales.
2. Si las PFs están muy distantes unas de otras (a > 80 Aº) o mal orientadas, FRET fallará.
3. Incluso sin asociaciones, la superposición de espectros contribuye aporta algo de señal en
los  de FRET.
4. Se necesitan controles positivos y negativos.
5. La homodimerización es más difícil de monitorear que la heterodimerización.
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Una Nueva técnica: Sistema de Excitación por Dos Fotones
Una de las técnicas nuevas más promisorias en microscopía de fluorescencia de alta
resolución es la excitación por dos fotones. En esta técnica dos fotones infrarrojos golpean un
fluoróforo con una diferencia de fentosegundos, y la suma de sus energías simula un solo fotón
de longitudes de onda medio, o sea del UV al azul. Esta coincidencia requiere flujos
extremadamente grandes y por ello ocurre solamente en un grado significativo en el foco de un
microscopio de gran apertura numérica iluminado por un pulso de láser. Dado que otras
regiones de la muestra, las que no están en los planos del foco, no son eficientemente
excitadas, no emiten fluorescencia y no están sometidas a fotobleching o daños por la luz. Las
avGFP salvaje, Clase V y Clase VI son buenos fluoróforos para esta técnica. La proteína salvaje
presenta condiciones óptimas al ser vivamente excitadas con pulsos de 700 – 800 nm, los
cuales son los rangos óptimos de funcionamiento de los láseres comerciales de titanio-zafiro.
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