Tabasco - NICOLAS TRIANO RUEDA - Poder Judicial de Estado de

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MAGDO. NICOLÁS TRIANO RUEDA
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JUSTICIA CONSTITUCIONAL LOCAL
LA NECESIDAD DE ESTABLECER MECANISMOS Y ÓRGANOS HOMOGÉNEOS DE
CONTROL DE LA CONSTITUCIONALIDAD LOCAL.
Luego del anquilosamiento doctrinal y jurídico-positivo en que había estado
sumergido el tema del constitucionalismo mexicano y principalmente el de la “Justicia
Constitucional Local”, en los últimos años ha retomado la vigencia e importancia que se
merece, dando paso así a nuevos planteamientos que sobre este último rubro han
efectuado múltiples tratadistas, lo cual a su vez ha auspiciado que diversas entidades
federativas establezcan figuras jurídicas o mecanismos de control para salvaguardar las
garantías consagradas en sus respectivas constituciones locales y mantener así la
supremacía de la Constitución Estatal, a fin de que todos los asuntos jurisdiccionales de
los Estados se resuelvan dentro de la competencia exclusiva de dichas entidades
federativas.
La idea parte de materializar o hacer efectivo el mandamiento del artículo 40
Constitucional que establece el principio de autonomía local o estatal, en donde se señala
que la República se compone de estados libres y soberanos en todo lo que concierne a su
régimen interior, lo cual lógicamente comprende el establecimiento de una Constitución
local y los respectivos ordenamientos jurídicos que de ésta emanen, así como los medios
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de protección y defensa para los derechos establecidos tanto a nivel constitucional como
en la legislación secundaria locales.
Bajo esa premisa, tenemos que si la Constitución Federal contempla la
libertad y soberanía conferida a los Estados para construir su régimen interior, es claro
que también todas las cuestiones surgidas en relación a la aplicación de las leyes internas
y demás conflictos derivados de dicho régimen interior, deben conocerse y resolverse
dentro de la jurisdicción estatal en todas sus instancias y, desde luego, a través del
órgano supremo de justicia estatal, esto es, los respectivos Tribunales Superiores de
Justicia o Supremos Tribunales de Justicia de cada entidad federativa, mediante el órgano
constitucional que para el efecto se instituya.
Tal planteamiento se orienta a defender certeramente la autonomía y
soberanía de los estados, a fin de ejercer verdaderamente un sistema de gobierno
republicano, democrático y federal, establecido en la Máxima Norma de la Nación, pero
sobre todo para fortalecer este último aspecto, es decir, un auténtico y efectivo
federalismo constitucional y judicial.
Como es sabido, el estado de Veracruz, fue el primero en enarbolar y hacer
efectiva la defensa de dicha soberanía, y así, en julio de 2002 instauró un sistema de
medios judiciales de control de la constitucionalidad estatal, a través de la denominada
“Sala Constitucional Local”, misma que desde su creación ha resuelto diversos juicios en
materia de derechos humanos, acciones de inconstitucionalidad y controversias
constitucionales, entre otros.
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Al respecto es oportuno decir que la Suprema Corte de Justicia se ha
pronunciado en el sentido que dicho sistema de justicia constitucional veracruzano, se
encuentra apegado a los preceptos establecidos en la Carta Magna, así lo estimó en la
tesis precedente XXXIII/2002, originada con motivo de la Controversia Constitucional
16/2000, promovida por el Ayuntamiento del Municipio de Córdoba, Veracruz, en contra
del Gobernador, Secretario General de Gobierno, Congreso Local y Ayuntamientos que
votaron a favor de la reforma impugnada y de la diputación permanente de la legislatura,
señalando como acto reclamado la Ley Número 53, mediante la cual se reformó la
Constitución de ese Estado, cuyo decreto de expedición fue publicado el trece de febrero
de dos mil, destacándose entre los conceptos de invalidez el que se hizo consistir en que
el juicio de protección de derechos humanos regulado en el artículo 4o., párrafo tercero,
de la Constitución de Veracruz y la creación de una Sala Constitucional del Tribunal
Superior de Justicia, establecida en el artículo 64, fracción I, invaden la competencia
atribuida a los tribunales federales en el artículo 103 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, pues a ellos corresponde la protección de las garantías
individuales y, en general, el cumplimiento de la Constitución y de todo el orden jurídico.
La Suprema Corte de Justicia, al resolver por mayoría de votos la citada
Controversia Constitucional, consideró que la facultad otorgada a la Sala Constitucional
del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz-Llave para conocer y resolver el
juicio de protección de derechos humanos, previsto en la constitución política de esa
entidad federativa, no invade la esfera de atribuciones de los tribunales de la Federación,
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pues aquella se limita exclusivamente a proteger los derechos humanos que dicha
Constitución prevé para los gobernados de esa entidad federativa.
Basados en la exitosa reforma constitucional local veracruzana, dentro de
los cuatro años siguientes, diversas entidades federativas hicieron lo propio a efectos de
contar con idénticos medios de defensa de la constitución estatal; así le siguieron, en su
orden: Coahuila, Guanajuato, Tlaxcala, Chiapas, Quintana Roo, Nuevo León, Estado de
México y Morelos.
No obstante el marcado auge que en un principio tuvo el tema de la Justicia
Constitucional Estatal, en los últimos años se ha visto frenado por diversas razones; entre
ellas, la idea generalizada de que la instauración de mecanismos y órganos de control de
la constitucionalidad local no solucionan la problemática respectiva, pues en cualquier
caso, la autoridad que conocerá en última instancia sobre conflictos de naturaleza
constitucional, será el mismo Poder Judicial de la Federación, y lo que al final de cuentas
se estaría auspiciando es el aletargamiento de la resolución del órgano de última
instancia.
Tales ideas que en buena medida han frenado el desarrollo de la justicia
constitucional estatal, se debe en parte a que no se han definido adecuadamente los
ámbitos de competencia de los órganos de control de la constitucionalidad local, a efectos
de no invadir la materia del conocimiento de los órganos de control constitucional a nivel
Federal, lo cual más que un problema de resultados, se trata de un problema en la
codificación del derecho procesal constitucional; situación que bien puede solucionarse a
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partir de la tarea que se emprenda con la finalidad de hallar los más adecuados
mecanismos para la implementación de las reformas pertinentes.
En ese sentido, es necesario que los estados que aún no han legislado
constitucionalmente al respecto, efectúen un esfuerzo conjunto encaminado a la
homogenización del derecho procesal constitucional, es decir, en lo relativo a las reglas
procesales aplicables a los medios de impugnación para hacer efectiva la defensa y
control de los derechos consagrados en las Constituciones estatales.
Para la materialización de la referida tarea, es recomendable partir de la
experiencia que se tiene en las entidades federativas que hasta el momento han
implementado mecanismos de control de la constitucionalidad local, con la finalidad de
hallar cuáles son los sistemas que mejores frutos y efectos prácticos han arrojado en la
consolidación de la justicia constitucional estatal, así como aquellas legislaciones que han
definido más adecuadamente los conceptos y directrices en lo relativo a los ámbitos de
aplicación y competencia de la constitucionalidad local.
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CONCLUSIÓN
La postura acogida por los estados de la República en materia de justicia
constitucional local, debe adoptarse y defenderse por todas aquellas entidades
federativas que aún no han reformado su Constitución local, para no continuar en el
rezago en lo que a esa materia se refiere, pero sobre todo, para lograr el fortalecimiento
de las instituciones y órganos estatales; por lo cual se deben concentrar los esfuerzos
para unificar las tareas prelegislativas correspondientes a fin de homogenizar y establecer
los mecanismos, así como los órganos jurisdiccionales que garanticen el cumplimiento de
los
derechos consagrados en
las
constituciones locales; estableciendo
reglas
suficientemente claras que permitan distinguir la materia de conocimiento y demás
atribuciones que corresponderá al Tribunal Constitucional que al efecto se instaure,
teniendo como base las experiencias que los estados precedentes pudieran aportar.
Es necesario pues, dar el impulso suficiente dentro de foros como éste, a
efecto de lograr que todas las Constituciones de los estados que conforman el Pacto
Federal cuenten con un organismo jurisdiccional protector de sus respectivas
Constituciones; acelerando el paso hacia la construcción de una nueva Justicia
Constitucional y un derecho procesal constitucional homogéneo en todas las entidades
federativas.
Correo electrónico: [email protected]
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RESUMEN EJECUTIVO
El marcado auge que en un principio tuvo el tema de la Justicia
Constitucional Estatal, en los últimos años se ha visto frenado por diversas razones; entre
ellas, la idea generalizada de que la instauración de mecanismos y órganos de control de
la constitucionalidad local no solucionan la problemática respectiva, pues en cualquier
caso, la autoridad que conocerá en última instancia sobre conflictos de naturaleza
constitucional, será el mismo Poder Judicial de la Federación, y lo que al final de cuentas
se estaría auspiciando es el aletargamiento de la resolución del órgano de última
instancia.
Tales ideas que en buena medida han frenado el desarrollo de la justicia
constitucional estatal, se debe en parte a que no se han definido adecuadamente los
ámbitos de competencia de los órganos de control de la constitucionalidad local, a efectos
de no invadir la materia del conocimiento de los órganos de control constitucional a nivel
Federal, lo cual más que un problema de resultados, se trata de un problema en la
codificación del derecho procesal constitucional; situación que bien puede solucionarse a
partir de la tarea que se emprenda con la finalidad de hallar los más adecuados
mecanismos para la implementación de las reformas pertinentes.
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En ese sentido, es necesario que los estados que aún no han legislado
constitucionalmente al respecto, efectúen un esfuerzo conjunto encaminado a la
homogenización del derecho procesal constitucional, es decir, en lo relativo a las reglas
procesales aplicables a los medios de impugnación para hacer efectiva la defensa y
control de los derechos consagrados en las Constituciones estatales.
Para la materialización de la referida tarea, es recomendable partir de la
experiencia que se tiene en las entidades federativas que hasta el momento han
implementado mecanismos de control de la constitucionalidad local, con la finalidad de
hallar cuáles son los sistemas que mejores frutos y efectos prácticos han arrojado en la
consolidación de la justicia constitucional estatal, así como aquellas legislaciones que han
definido más adecuadamente los conceptos y directrices en lo relativo a los ámbitos de
aplicación y competencia de la constitucionalidad local.
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