LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE DEL PENSAMIENTO BOLIVARIANO Al exponer nuestras ideas sobre este tema tenemos que plantear que lo poco o mucho que pudiéramos decir proviene primordialmente de nuestra experiencia docente. Esto, aunque pareciera obvio decirlo, es importante destacarlo, pues no podemos ofrecer mucha argumentación teórica al respecto. Consideramos que en estos tiempos de bolivarianismo exacerbado – paradójicamente - se conoce muy poco y se hace muy poco por conocer el Pensamiento de Simón Bolívar. Por ello, cuando uno es testigo de tantas acciones realizadas en nombre de Bolívar, que son la negación más completa de sus ideas, nos tenemos que animar para continuar con la prédica en las aulas y en los libros. En este sentido, y perdonen la “auto cita”, tenemos dos publicaciones propias: la obra titulada EL CULTO A LOS HÉROES Y LA FORMACIÓN DE LA NACIÓN VENEZOLANA (Una visión del problema a partir del estudio del discurso historiográfico venezolano del período 1830-1883) Caracas, Litho-tip C.A, 1999; así como otra, ya también publicada, bajo la denominación EL PENSAMIENTO POLÍTICO DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR (Formación Intelectual e Ideológica de Simón Bolívar en el Tiempo de la Ilustración, su Relación con el Carácter Hispánico) Caracas, Vadell-Hermanos Editores, 2001 Introducido ya el tema, entremos de una vez por todas en el meollo del problema que nos preocupa. Enseñar <<Pensamiento Bolivariano>> - y esperar que nuestros discípulos aprendan algo de él - no nos debe llevar a convertir el legado intelectual de Bolívar en algo similar a la <<Palabra de Dios>>, esa que conocemos como los santos evangelios. Tampoco merece El Libertador que convirtamos su legado en una nueva versión de aquel fenómeno desarrollado en la nación China de hace ya más de cuatro décadas, cuando incesantemente se repetían, como letanías del santo rosario, los pensamientos del camarada Mao (resumido en el respectivo librito rojo) o como “correctamente” se decía entonces: Los aportes del “Marxismo-Leninismo-Pensamiento de Mao Tse Tung.” Aunque no nos consideramos verdaderos - y sobre todo “autorizados” - apologistas de Simón Bolívar, ni tampoco exegetas de su obra, nos parece que buena parte de los que se acercan al Pensamiento Bolivariano, bien de manera obligada y sentados en pupitres, o aquellos que lo hacen libremente por propia voluntad, se les lleva por el camino equivocado cuando se les hace creer que Bolívar fue algo así como un gran teórico sistemático, un “profesional del pensamiento” y no más bien (como correctamente se ha planteado) un gran estadista y guerrero que se vio obligado por sus circunstancias a escribir innumerables y valiosas piezas en forma de discursos, proclamas, cartas, proyectos constitucionales, artículos de prensa, etc. ; para así interpretar y defender o justificar la causa a la que entregó su vida toda. En resumidas cuentas, no debe estudiarse el Pensamiento Bolivariano separándolo de lo que lo puede explicar mejor, esto es, la propia vida y las luchas del pensador, tal como lo planteó Miguel Acosta Saignes en su obra <<Acción y Utopía del Hombre de las Dificultades>>. Es por ello que si se debe enseñar y estudiar <<Pensamiento Bolivariano>> debemos hacerlo a partir de ese duro combatir de Bolívar con su espada en los campos de batalla y también con su pluma para ganar la opinión de las élites políticas e intelectuales en Venezuela, en el resto de Hispanoamérica, en los Estados Unidos de América y en Europa. Asimismo, debe tenerse en cuenta que esas miles de páginas que salieron del intelecto de Bolívar tenían un doble ascendiente: las ideas de la Ilustración y el ancestral trasfondo cultural hispánico. Partiendo de esta base: Bolívar digno y típico hijo del mundo hispánico y del entorno intelectual ilustrado y revolucionario de su época - asumimos entonces – el reto de enseñar sus ideas, cuya vigencia se reconoce todavía. ¿Enseñar a quién? Todo lo dicho hasta ahora ha abordado el problema en términos muy generales. Sin embargo, cuando nos preguntamos lo siguiente: ¿Enseñar Pensamiento Bolivariano a quién? Tenemos que decir que se abre otro gran abanico de posibles respuestas. Primeramente, si sólo se tratara del problema de la enseñanza del Pensamiento Bolivariano en el ámbito de las universidades y otras instituciones de educación superior sería sencillo ofrecer un consejo: Se debe abordar el estudio sistemático del Pensamiento Bolivariano a partir de sus documentos fundamentales, y hacerlo, en dinámicos seminarios de investigación. No obstante, si se trata más bien de enseñar el Pensamiento Bolivariano en nuestra Educación Básica (por ejemplo) los métodos, estrategias y recursos para la enseñanza y el aprendizaje necesariamente serán los pertinentes para ese nivel. Y ellos no serían muy diferentes a los que se utilizan en la enseñanza de la Historia y las otras Ciencias Sociales. Aunque no es el momento de resumir acá todo lo que se plantea en el curso “Teoría y Práctica de la Enseñanza de la Historia” que se ha ofrecido en la <<Maestría en Educación Mención Enseñanza de la Historia>> es conveniente que lo recuerden especialmente aquellos que deban hacerlo, esto es, enseñar lo que el currículo oficial de noveno grado denomina <<Cátedra Bolivariana>>. Para enseñar en el nivel de Educación Básica a niños que se acercan a Bolívar, o un poco más tarde, cuando ya adolescentes se topan una vez más con él, al ser obligados a tomar el curso de Cátedra Bolivariana, debe el docente tener presente que, en general, abordar las ideas de El Libertador, de manera aislada, en frío y encerradas en una campana de cristal, es muy poco recomendable, pero mucho más, cuando de enseñar niños y adolescentes se trata. Si se quiere que nuestros niños y adolescentes aprendan algo sobre el ideario bolivariano, primero debemos acercarlos al propio Bolívar de “carne y hueso”, tal como lo definió Francisco Herrera Luque. Logrado ese primer acercamiento, podemos intentar el examen de ese otro aspecto, un tanto más abstracto y de difícil comprensión para todos aquellos que apenas se abren camino en las operaciones intelectuales formales. Además, para estudiar el Pensamiento Bolivariano en cualquier nivel de la enseñanza, y especialmente cuando se hace con niños y adolescentes, no debe caerse en eso que Medina Rubio planteó en su ensayo “Del Uso y Abuso de los Documentos Históricos en la Enseñanza Media”. El <<documentalismo>> o el uso desmesurado o inadecuado de documentos es tan preocupante como otros vicios presentes en las aulas: “apuntismo”, manualismo, caletre, verbalismo, dogmatismo, etc. OTRO ASPECTO QUE VALE LA PENA DESTACAR ES EL SIGUIENTE: No compartimos la pretensión que tienen algunos especialistas, y sobre todo esos que han diseñado programas educativos como el de Cátedra Bolivariana para Noveno Grado, de atribuirle a Bolívar un carácter omnisciente e igualmente tratar al <<corpus>> ideológico bolivariano como una especie de vasta enciclopedia contentiva de todas las respuestas, no sólo en campos como la política, la guerra, la formación ciudadana o los principios éticos. También insisten, en buscar en él para ofrecer respuestas para problemas ecológicos, económicos, del derecho agrario y muchos otros campos. En este sentido, bueno es recordar algunas observaciones, cargadas de ironía y fino humor, hechas por ese gran estudioso de la vida y la obra de Bolívar que fue el escritor Rufino Blanco Fombona. En resumen, tenemos que estudiar el Pensamiento Bolivariano respetando su contexto y sentido histórico. Él nos ofrece – por ejemplo - excelentes reflexiones sobre temas políticos como estos: Estructura del Estado posible o deseable en Hispanoamérica, relación entre nuestras características como pueblo (lleno de carencias cívicas y de virtudes) y la organización de un estado republicano que garantizara la libertad y la igualdad. Pero por la otra parte no podemos pedirle las respuestas que ese <<corpus>> ideológico no nos puede dar. Pedirle a Bolívar que nos ilumine sobre asuntos que no fueron de su interés o de la preocupación de pensadores de ese tiempo, e incluso, que no tenían porqué ser dominados por él, considerando su formación intelectual y actividad cumplida como jefe político-militar. El hecho de haber firmado decretos prohibiendo la anti conservacionista práctica de la matanza de vicuñas y otros ordenando la reforestación de las cabeceras de los ríos no lo convierte automáticamente en expresión de un ecologismo “avant la lettre”, o el hecho de decretar algunas medidas relacionadas con la minería, los cultivos o el comercio tampoco lo convirtió en “pensador económico”. Aunque Bolívar debió firmar y contribuir también con la redacción de innumerables textos que abarcaban asuntos económicos, sociales, judiciales, educativos, diplomáticos, etc.; ello no lo convierte en teórico o experto. Creo que se ha abusado al tomar esos textos como muestras fehacientes de sus notables aportes. Más que pedirle lo que no nos puede ofrecer, debemos acercarnos al Pensamiento Bolivariano para aprender de sus brillantes análisis políticos, de sus agudas observaciones sobre nuestras posibilidades como pueblo, de sus proféticos juicios, y sobre todo, de sus enunciados éticos. El Pensamiento Bolivariano es, sin duda, una rica cantera de valores que son valiosas enseñanzas para nuestros niños y adolescentes, para todos los estudiantes de cualquier nivel; y por supuesto, para todo nuestro pueblo venezolano. Para nosotros, en la Universidad Pedagógica que tiene como epónimo precisamente a El Libertador, es más que un deber u obligación, es un orgullo ofrecer en nuestras aulas un curso específico sobre el Pensamiento de Simón Bolívar, ojalá que ello se extienda a todas las restantes instituciones de educación superior. ************************************** No quisiera dejar pasar esta oportunidad para ofrecerles nuestra visión sobre los aspectos fundamentales que deberían abordarse en un curso de Pensamiento Bolivariano y que aparecen en nuestro librito sobre este tema. LAS CONCLUSIONES GENERALES QUE QUISIÉRAMOS DESTACAR SON LAS SIGUIENTES: Después de revisar el conjunto de problemas relacionados con las características político-intelectuales de Simón Bolívar y también la discusión sobre el denominado <<carácter hispánico>> podemos ofrecer las siguientes conclusiones: 1. Bolívar fue un genuino criollo ilustrado que tuvo todas las posibilidades de acceder a los más altos peldaños de la cultura intelectual de la época. Con sus viajes, lecturas, conversaciones y sobre todo por su dinámica vida de jefe político-militar, tuvo la oportunidad de madurar ideas propias donde se combinaron magistralmente la herencia intelectual de la Ilustración y las experiencias concretas de casi dos décadas de duro batallar en el escenario continental. 2. Las nociones “carácter nacional” y “carácter hispánico”, categorías cargadas de polémica y hasta negadas como expresiones válidas para el análisis; resultan pertinentes para nuestro propósito si las usamos con verdadero sentido histórico; es decir, para la comprensión de las profundas relaciones entre el individuo y su contexto. En nuestro caso, nos permiten entender esa alma atormentada, escondida entre unas profundas raíces españolas tradicionales y una formación intelectual hija del Siglo de las Luces. 3. Algunas notas del Carácter Hispánico presentes en Bolívar, esto es, la impulsividad, la energía y la tenacidad; el heroísmo, el quijotismo, la supuesta crueldad, la lucha por <<todo o nada>>, etc. nos dejan ver que éste fue mucho más español de lo que, por razones obvias, podía admitir. El estudio de sus campañas militares, de su vida privada, de sus escritos fundamentales nos lleva al convencimiento de lo enunciado antes. 4. A pesar de la actitud abiertamente prejuiciada presente en la biografía escrita por Madariaga, que pareciera regodearse negando que Bolívar hubiese hecho profundas lecturas y a pesar de que para probarlo apelase a la <<españolidad>> del Libertador, creemos que éste si fue un serio estudioso de buena parte de los autores que citaba; no obstante, consideramos --parafraseando a Encina --- que la grandeza histórica de Bolívar no puede medirse por el número de volúmenes leídos (y que por supuesto leyó), más bien ésta tiene la dimensión de lo que hizo como jefe revolucionario y de las máximas que escribió a partir de su rica experiencia político-militar. 5. Simón Bolívar fue, claro está, profundamente español. Lo fue de la misma estirpe de Fray Bartolomé de las Casas y el Padre Vitoria; en cierta manera, también lo fue de la estirpe de los jefes de las huestes que conquistaron para España un vasto imperio donde jamás se ponía el Sol, de los que gobernaron nuestras ciudades durante trescientos años antes de dar el grito emancipador en 1810 y 1811, así como también de los que pelearon contra la invasión de las tropas bonapartistas y salvaron el honor nacional que una monarquía decrépita había pisoteado. En fin, tuvo lo grande, noble y altivo de un pueblo que condenó en medio del fragor de la lucha, pero que era el suyo y el de sus antepasados. ****************************** ****************************** n.a. En la versión original de la exposición oral, el autor agradece a todos por oír sus reflexiones de maestro que le ha dedicado buena parte de su existencia profesional a estudiar la vida y obra intelectual de Bolívar, y fundamentalmente a enseñarla de la mejor manera que ha podido. Estas notas las utilizó el autor ante un auditorio estudiantil de un colegio universitario. Cagua, Estado Aragua: 11-07-2001. Anteriormente en el III Congreso de Pensamiento Bolivariano (15 al 17 de noviembre de 2000) auspiciado por la Universidad Pedagógica Experimental Libertador habíamos presentado parte de estas reflexiones. Caracas, abril de 2010