Aportes del pensamiento complejo - Universidad del Bío-Bío

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(Elsa Samperio, Lic. en Sociología, Universidad Nacional de Mar del Plata, Asistente Social Magínter en Trabajo Social recibida en la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande Do Sul
- Porto Alegre. Profesora titular de tiempo completo en asignaturas: Práctica Integrada
comunitaria en Licenciatura en Servicio Social, Investigación Social. Investigadora en temas de
Inclusión, en área de discapacidad, Directora de Grupo de Investigación sobre Practica
Sociales, ciudadanía y formación profesional. Dirección de becarios de investigación. Sus
temas fundamentales: Sistematización de experiencias y cuestiones epistemológicas en las
ciencias sociales vinculados a la construcción de ciudadanía).
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Aportes del pensamiento complejo al sentido de la investigación social en el trabajo con
familias
Elsa Samperio1
Esta presentación se propone analizar aspectos del pensamiento complejo vinculados al
posicionamiento de un profesional que se desempeña en el ámbito de las ciencias sociales, en
particular desde el Trabajo Social y cuando su mirada se halla implicada en procesos tanto
institucionales como comunitarios.
En principio agradecer esta invitación a participar en este Seminario Internacional
que se organiza en el marco del Magíster en familia que desarrolla la Universidad del BioBio. En particular al Dr. Nelson Zicavo, Coordinador académico de este postgrado y del
encuentro que hoy nos reúne aquí.
Decir también
que he visitado Chile en varias
oportunidades durante sus procesos democráticos, cuando era estudiante en los tiempos de
Salvador Allende, emblema de la democracia para América Latina, y luego en los 90 he
participando de algunos encuentros profesionales y de intercambio en el marco de programas
de la Unión Europea. Como al decir de Carl Rogers el sentirse recibido es para mi una clara
vivencia cada vez que cruzo nuestra común cordillera de los Andes. Destaco la hospitalidad y
calidez y tratando de profundizar lo conocido para conocer, y ya entonces en tema, quiero
compartir una anécdota de mi viaje a esta región el año pasado por esta misma fecha y con
motivo de participar de un programa coordinado por la Profesora Berta Lopez Morales de la
Facultad de Humanidades de esta Universidad.
Mg en Servicio Social. – PUC de Porto Alegre-Brasil - Lic. en Sociología. UPMDP . Asistente Social. Profesora
titular de licenciatura en Servicio Social –Unidad de Práctica Integrada, Investigación en Servicio Social - UNMDP,
Investigadora Grupo de Investigación sobre problemática de la Discapacidad. Directora de Proyecto. UNMDP.
[email protected]
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Una tarde que tenía libre decidí conocer la localidad de Quinchamalí por su historia de la
alfarería y por esto de preguntarme por las fronteras o límites de los lugares que se expresan
en su historicidad, en su forma de vida. Caminar por esa calle que atraviesa el poblado fue
espléndido. Pensé que habría transporte de manera continua para el regreso pero no era así,
una autopista cercana, paradójicamente limitaba el tránsito por allí, por lo que debí esperar
varias horas hasta el anochecer. Hablé con distintas personas y entré a comprar cerezas en una
casa. Me recibió una señora, la dueña del lugar, una mujer grande de mi edad más o menos.
Y allí me quedé por espacio de unas tres horas, mientras ella atendía a compradores de fruta y
dulces, hablábamos. Compartimos aspectos de nuestras vidas y ella me contó temas muy
significativos de su historia familiar, de su vinculo con la región, y de la vida cotidiana de las
familias del lugar, en realidad, de vínculos entramados en una historicidad, y del trabajo
como estructurante de la vida. En mi país, en mi cátedra de Práctica comunitaria, cada
contexto en el que trabajamos: en distintos barrios, en la zona rural, la comprensión de las
dinámicas, de los procesos, de los vínculos, de las redes, de aquello más o menos instituído,
se enriquece desde esta mirada de la complejidad. Ello ha de posibilitar cuidar la tendencia a
la parcialización, a mirar lo anecdótico separado de un todo, a olvidar o no tener en la mirada
el desconocido existente.
Cuando estudiamos la participación en un proceso, y nos
encontramos con familias, ellas se relacionan con la escuela, con el centro de salud, con
organizaciones barriales religiosas, recreativas, luego con sus redes naturales y asociativas
donde la frontera o algo así llega a otra provincia o a otro país. Con el mundo laboral, con la
política social, con los partidos políticos, con los movimientos sociales. Por ello si uno se
plantea conocer algún aspecto en particular de las familias, su existencia está en cada contexto
de esta cotidianeidad que reconoce una historicidad particular. Poder pensar en esta situación
es diferente al pensar tradicional. ¿ Lo social está constituido por individuos o por una trama
de relaciones, de vínculos? Y aquí adelantaría el concepto de holograma en el sentido de la
relación entre parte y todo. Las vivencias relatadas brevemente van señalando este horizonte
de sentido.
Entonces, la primer cuestión a dejar planteada es mi postura respecto de lo
social, proceso del cual la familia es parte. Para entender esta vivencia que he relatado debo
hacerlo necesariamente de un posicionamiento.
ejemplo,
he de considerar lo social
Pierre Bourdieu. Pues
En este sentido, y en virtud de tan claro
como proceso relacional, tomando la orientación de
siempre hablamos de las relaciones, siempre la relación está
involucrada. “Tan pronto como reconocemos la unidad subyacente en las estrategias sociales
3
y las comprendemos como una totalidad dinámica, podemos discernir”2 Es por ello que
cuando hablamos de las unidades de análisis en nuestras investigaciones es prioritaria la
reflexión.
En lo
epistemológico más específicamente, y en la misma perspectiva
de
pensamiento, entiendo la realidad como proceso de una existencia en la cual estoy implicada,
con mayor o menor cercanía respecto de cada proceso, tratando de entender esa unidad de lo
conocido y lo desconocido. Priorizo una mirada ontológica como fundamento. Nuestra
historicidad da cuenta de nuestra génesis. Así la historicidad del lugar que visité, expresa su
génesis desde una cotidianidad que aparece a “primera vista”, pero que en realidad es
posterior en su historia. Cuidando de no ser determinista, y esto ya desde una postura crítica
que desde el pensamiento complejo se plantea, diría que esta cotidianeidad es ella en su
historicidad, con aquello de la memoria disponible posible de traer a la vivencia de hoy. Pero
debo dar cuenta de mi dudas respecto del tema de la representación de la realidad que
atraviesa la constitución de la epistemología de la ciencia. El punto de análisis sería entender
una necesidad cognitiva de tipo ontológico respecto del aspecto representacional del
conocimiento, habida cuenta de una tensión implicada en este proceso, entre esta situación
cognitiva vivencial y una tendencia histórica a posicionarnos “frente a la realidad”.
La imagen especular aparece con fuerza y es necesario aceptar la idea de incertidumbre, de
duda, ante ella, antes que buscar ya la certeza de esa representación o de negarla. Y aquí
cantidad de interrogantes: ¿ cuál es la totalidad de una representación? ¿Puedo dar cuenta de
un proceso, como una fotografía? Recuerdo aquellas innumerables clasificaciones de aspectos
de la dinámica familiar que estudiábamos ya con recelo a comienzos de los 70´ con la
finalidad de “conocer la familia”. Ya por entonces el desarrollo de la segunda cibernética
comenzaba a aportar a esta concepción de los sistemas complejos, la idea de apertura. La
crítica a la supuesta neutralidad valorativa, la implicación de lo ideológico, los avances de la
investigación participativa, llamaban a la reflexión. Desde aquí y brevemente, dejaría
esbozado mi alejamiento de las posturas positivistas.
¿Cómo considerar aspectos del pensamiento complejo o de la complejidad? Sabemos que,
como, concepciones más definidas se van conformando en esta última mitad de siglo pasado
y cuyo
horizonte de sentido se halla implicado en el proceso de conformación de las
epistemologías dialéctico-genéticas.
Así, orientaré esta consideración del tema sobre la complejidad, a partir de tres aspectos:
2
Pierre Bourdieu-Loïc Wacquant (2005) . Una invitación a la sociología reflexiva. Pag. 58/59. Buenos
Aires, Argentina. Siglo XIX
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1) que a la hora de generar procesos de investigación, la orientación en el sentido de la
complejidad, favorece procesos de apertura tanto en la etapa de planteamiento como
en la etapa de formulación. Aporta elementos ante el peligro de reducciones, esquemas
y criterios mecanicistas tanto en procesos de análisis- síntesis como en la construcción
y utilización de herramientas en los momentos de validación empírica y operativa de
la actividad investigatoria entendida como proceso.
2) El segundo aspecto a considerar aquí tiene que ver con enunciar aspectos centrales del
pensamiento de la complejidad.
3) La tercera cuestión será afirmar la necesidad de no tratar de entender al pensamiento
de la complejidad como un paradigma. En este sentido tomaré el planteo que sobre el
tema desarrolla Denise Najmanovich en su trabajo del año pasado y publicado en la
Revista Andamios, sobre Estética del pensamiento complejo.
1.
Es posible que, cuando pensamos en la complejidad, tememos complicar una situación,
pues a veces nuestro pensamiento nos lleva a decir “si puedo ver esto de manera simple, para
que debería pensar en la complejidad”. Y esto deviene de una suerte de paradoja que se
plantea sobre el tema: si pensamos desde la complejidad complicaremos aquello que se
muestra como simple o más a la mano, o al ojo del observador. Y en realidad esta aparente
evidencia no resulta tal, pues aquello que se muestra como más simple, por alguna razón: o
bien se nos abre a la comprensión con mayor claridad, aún sin dejar de considerar su
complejidad, o bien, ocultamos lo complejo tratando de pensar como simple, lo que no deja
de ser complejo.
Existe entonces una tensión entre un proceso de comprensión que busca respuestas y
la natural complejidad de la realidad que presenta obstáculos como expresión de su
complejidad.
Por oro lado y vinculante a esta tensión se manifiesta la realidad de lo conocido y
lo desconocido conformando un único horizonte de sentido. Es decir, aquello que existe puede
o no ser conocido, pero hay algo que no puedo dejar de hacer y es aceptar su existencia.
Pues, mi interrogación a la realidad será diferente según genere un espacio de duda, de
pregunta, hacia ese existente desconocido, por el cual no puedo preguntar con
una
orientación clara, pues no conozco. Pero ¿cuál es la frontera entre lo conocido y lo
desconocido de un contexto en el que estoy trabajando? Y esta idea de frontera, de límite, es
contemplada por el pensamiento complejo como un espacio de intercambio. En tanto el
pensamiento tradicional trataría de delimitar.
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Aquí quiero traer a la memoria y con sentido metafórico un diálogo que aparece en
distintos textos que tratan sobre esta cuestión. Cuenta que un hombre buscaba algo en una
callejuela oscura, bajo la luz de un farol. Se le acerca otra persona y le pregunta qué hace, a lo
que el hombre responde que busca sus llaves que ha extraviado. "¿Las ha perdido aquí, bajo
el farol?", pregunta el otro. "No, las perdí allá", dice, señalando la zona oscura. "¿Y por qué
las busca aquí?" inquiere, perplejo, el segundo. "¡Ah, porque aquí hay luz!", contesta el
primer hombre.
El sentido metafórico nos plantea la tensión existente entre la oscuridad
de lo
desconocido y la necesidad de la explicación, que nos lleva a la búsqueda del camino, el
cómo, es decir , lo que generalmente denominamos metodología. A veces pensamos en algo
que nos aparece como luminoso: por ejemplo utilizar una herramienta como una encuesta
que nos brinde abundante información, o entrevistar a las personas mas destacadas pensando
que allí encontraremos aquella respuesta que estamos buscando. Y por allí también alguna
hipótesis general que nos sea funcional.
“Buscar en la oscuridad implica perder las seguridades, los límites, los senderos conocidos,
dejar la zona de luz, de lo instituido, para entrar en los territorios inexplorados que, así como
producen innumerables dificultades, son también fuente de novedad, de creación, de hallazgos
de lo impensado”.3
¿ que ocurre en una situación en la cual nos proponemos conocer una determinada realidad?
Una pequeña comunidad, barrio, sus instituciones, sus dinámicas, sus espacios de
participación. Existe el gran peligro de buscar caracterizar el barrio, la vida de la familia,
según el contexto, el nivel socio económico, la participación, etc.......Pero ¿qué conocemos?
¿qué significa hablar con un joven que vive allí? Con hombres y mujeres que trabajan en
algún lugar, que migraron de otro territorio..... ¿cómo es posible conocer el plexo de la vida
que allí es vivida? El tiempo que transcurre. el tiempo vivido....los deseos.....las dificultades.
Y en la medida que aumento mi preguntar parece complicarse el camino de esta posibilidad
de conocer. Entonces pienso que es mejor no complicar la cuestión y caracterizar
simplemente. En realidad no soy yo quien complejiza la realidad sino que al preguntar, al
interrogar a la realidad, ella va haciendo evidente el horizonte de complejidad que le es
propio. No mirar esta realidad no significa que ella deje de existir. No existe para mí, quizá
por alguna razón decidí focalizar en un aspecto. Pero esto significa en sí para el investigador,
3
Francisco Ferrara, Crisis del sujeto contemporáneo, editado por la Universidad Nacional de
Lomas de Zamora en septiembre de 2000. Buenos Aires, Argentina
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decidir, o bien desde una postura reduccionista de la realidad o bien desde una postura de
totalidad
desde la cual selecciono concientemente un aspecto. En realidad, la
problematización, el preguntar a la realidad ayuda a dimensionar este horizonte de sentido de
la totalidad, a vislumbrar, entender ese carácter complejo. El tener conciencia del existente
allí, de la dinámica continua, de ese proceso independiente de mi, pero que seguramente
modifico al intentar conocer. Ya Illia Prigogini al desarrollar principios de la mecánica
cuántica, al considerar las estructuras disipativas señaló que el investigador modifica el
contexto de estudio cuando participa en un experimento. Cuanto más al tratar de los asuntos
humanos, lo social, lo relacional que lo constituye.
Dice Edgar Morin : “nunca pude, a lo largo de toda mi vida, resignarme al saber parcializado,
nunca pude aislar un objeto de estudio de su contexto, de sus antecedentes, de su devenir. He
aspirado siempre a un pensamiento multidimensional.........Nunca he querido reducir a la
fuerza la incertidumbre y la ambigüedad”4.
2.
Si de hablar de elementos más significativos del pensamiento complejo, aquí se trata,
digamos que tendría que empezar por el término complejidad. Y aquí aparece la referencia a
su ser, que desde una postura no dualista , diremos su existencia. Esto conlleva una primer
mirada de aquello que a simple vista se muestra, pero que tiene un devenir, una historicidad.
Complejidad como término viene de complexus y significa lo que está tejido en conjunto.
Alude a elementos heterogéneos inseparablemente asociados. Es decir, presenta lo uno y lo
múltiple. Es el tejido de acciones, interacciones, determinaciones, azares de nuestro mundo
fenoménico, de la existencia. Por tanto aparece lo enredado, el desorden, la ambigüedad, la
incertidumbre.
Frente a esto, la necesidad para el conocimiento de poner orden en los fenómenos, de quitar
ambigüedad, de clarificar, de distinguir, de jerarquizar, operaciones necesarias para hacer que
algo sea inteligible. En épocas de constitución de nuestra modernidad, fue la Razón suprema,
sustitutiva de la divinidad, el principio que daba fe de lo claro y lo distinto.
Como decíamos antes, es diferente intentar simplificar, reducir la realidad para entenderla
que comprender su complejidad y tratar de encontrar caminos para empezar a entender. La
lógica del conocimiento distingue, asocia, identifica, jerarquiza, pero estas operaciones se
realizan desde una visión de las cosas, del mundo, lo que llamamos paradigmas. Y aquí
4
Edgar Morin. Introducción al pensamiento complejo.pag. 23. Edit. Gedisa, 1ª edic. 1994.
Barcelona, España.
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necesariamente vamos viendo la historicidad de este horizonte de sentido que vamos
construyendo como visión del mundo, de nuestra realidad más cercana.
Realidad que
entonces podemos comprender como compleja o bien construir una imagen simplificada de
ella.
El pensamiento complejo deviene entonces en la historia de la ciencia y en particular se va
constituyendo como necesidad de respuesta cuando la ciencia moderna, una vez que hubo
devenido en ciencia positiva, no puede sostener los principios de su propia racionalidad: el
equilibrio, el orden, la estabilidad, la objetividad como principio neutro. Consecuente con este
sentido simplificador se hace evidente el dualismo en distintas expresiones. La separación de
lo biológico y lo psíquico, lo cultural, lo social, como distintas parcelas que conviven en una
unidad que es la persona.
Pero, para no internarnos en la historia de la ciencia, que es muy interesante, atrapante, pero
difícil de sintetizar para este trabajo, y a riesgo de simplificar lo que es complejo, me parece
que tomar un ejemplo de la Física nos puede hacer evidente desde un lugar del conocimiento,
la crisis de la idea de ciencia que la modernidad va generando.
Todos compartimos que las ciencias sociales se conforman siguiendo los principios de la
ciencia natural a partir de los avances de la física. Es la física que posibilitó pasar de la
concepción Ptolomeica con una tierra inmóvil y los planetas girando a su alrededor a una
concepción
copernicada. Nada menos que estos cambios y rumbos de la ciencia ha
posibilitado la física. Ella se ocupaba de mostrar del Orden del mundo, su determinismo
absoluto y perfecto, su obediencia a una ley única, la constitución de lo más simple de la
materia, el átomo. Pero luego se descubre y ya en el siglo pasado el principio de degradación
y desorden, que se llamará el segundo principio de la Termodinámica. Fue Clausius, un físico
alemán, quien en 1850
va a desarrollar este principio a partir del estudio del gasto y
transformación de la energía. En 1865 formula el concepto de entropía. En griego significa
evolución, transformación y será definido como la medida del desorden de un sistema. Luego
con el devenir de la cibernética el concepto de sistema y de entropía han de desarrollarse y
como muchos conceptos de la física ingresan al discurso de las ciencias sociales, y se van
resignificando. El mismo concepto de sistema ha de ampliar el criterio de retroalimentación
incorporando lo multidimensional en térmicos de causalidad, la implicación del orden y el
desorden. Es decir, los sistemas auto observadores complejos.
Se hace evidente que la vida no es una sustancia, sino un fenómeno de auto-ecoorganización que produce autonomía.
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Mi vivencia personal en el estudio de la epistemología dialéctico- genética, me llevó a
estudiar el concepto de sistema y el estudio del concepto de entropía. Este término es central,
ya que permite desarrollar la idea de una tendencia al desorden, que el sistema puede llegar a
mantener, sin desintegrarse. Esto fue un camino que me posibilitó comprender la relevancia
de la idea de complejidad
brindando
claridad a la crítica del concepto tradicional de
equilibrio.
Y creo que este concepto de equilibrio es relevante en nuestros estudios. Pues, si bien no
tenemos conceptos aislados, hablamos de redes conceptuales, de conceptos asociados, el
concepto de equilibrio se vincula al de orden, sistema,
organización, autonomía,
participación, por citar algunos. Entonces cuando tratamos de conocer a nuestra comunidad,
a sus familias, ¿ cómo la comprendemos? Cómo hablamos de la organización familiar, del
equilibrio? Desde una manera tradicional de pensar el equilibrio, diríamos que las crisis que
la familia
atraviesa, alteran sus formas de equilibrio, y esto explicaría sus situaciones
problemáticas. Pero si yo asumo este principio de entropía que descubre la física y que las
ciencias van atribuyendo a todos los sistemas, comienzo a mirar diferente: Debería pensar en
como hace la familia para mantener e integrar a su vida, esa tendencia al desequilibrio, con
incidencia de distintos elementos, y entonces la mirada estaría puesta en la búsqueda de
indicadores que generen autonomía, fortalezas para la organización. En cambio si pienso
desde situaciones ideales de equilibrio mi percepción sería otra. Tendería a elaborar formas
típicas, alejadas de toda posibilidad de creación y cambio. Cuando se piensa en una suerte de
conformidad que toda familia que recibe un plan social debiera tener, se está anteponiendo
este criterio de equilibrio y una disconformidad se entendería como ciertamente disfuncional a
la conducta esperada. Y digo esto pensando la familia como un sistema abierto, desde una
perspectiva sociológica muy amplia Por ejemplo podría preguntarme qué lugar ocupa en esta
familia la construcción del objeto transicional, concepto de vertiente psicoanalítica que
elabora Donald Winnicot en Realidad y Juego. Es decir, que pensar la familia, la comunidad
desde elementos de la complejidad, solo es contradictorio con un pensar mecanicista en su
perspectiva general. Y aludiendo al concepto de totalidad y en una perspectiva ontológica
digo que nuestro pensar pertenece a esta realidad donde coexisten elementos del pensar
tradicional de la modernidad y los nuevos paradigmas. Nuestro pensamiento esta constituido
por ellos, entonces podemos experimentar esta posibilidad de apertura, de duda.
Llegado aquí, he citado
conceptos fundamentales vinculados al pensamiento de la
complejidad: el concepto de sistema, totalidad, equilibrio, entropía, génesis, organización,
9
autoorganización, autonomía. Luego la idea de límite, de frontera, de inacabamiento, son
conceptos implicados. Cuando Gregory Bateson en Metálogos pregunta a su hija ¿cuál es el
contorno de esta conversación?, aparece este sentido metafórico de la totalidad inacabada.
Pero por sobre todo una concepción de sujeto histórico, un pensar ético que señala el peligro
de la cosificación, del daño a la identidad. Esa idea de conocer la unidad familiar para otorgar
un recurso. ¿conocer qué? Y aparecen largas encuestas que tratan de conocer hasta lo más
íntimo de la vida familiar, siendo que esta intimidad, mirando nuestros indicadores de
pobreza,
constituye muchas veces lo único propio. Apenas tiene para alimentarse, una
vivienda precaria en la mayoría de los casos no propia, y en honor al “conocer” se le
expropia su intimidad. Pasa a ser pública incluida en un informe social o de investigación.
Yo creo que el pensamiento complejo contiene una fuerte dimensión ética en ese sentido,
capaz de problematizar estas situaciones.
Entonces me gustaría compartir tres principios que Edgar Morín entiende que posibilitan el
camino de pensar la complejidad.
El primero es el principio dialógico, en un sentido muy amplio y también específico pues
permite mantener la dualidad en la unidad. Por ejemplo el diálogo entre orden y desorden.
El segundo principio es el
de recursividad organizacional. Somos los productos de un
proceso de reproducción que es anterior a nosotros y nos volvemos productores del proceso
que va a continuar. Esta idea recursiva rompe con la idea lineal de causa-efecto. En el criterio
observacional no tradicional está presente en la idea de auto-observación. En un proceso de
entrevista la observación está presente en los implicados recíprocamente. Y aún en una
persona no vidente que participa en el mismo contexto de entrevista, existe una reciprocidad
en la percepción auditiva y en la construcción dialógica.
El tercer principio alude al principio hologramático. No solamente la parte está en el todo,
sino que el todo está en la parte.
3.
La complejidad no es una meta a la que arribar sino una forma de cuestionamiento e
interacción con el mundo. Constituye un estilo de indagación y una práctica rigurosa que no
se sujeta a estándares ni a modelos a priori. No se trata de un nuevo sistema totalizante, ni
10
siquiera de una teoría, sino de un proyecto siempre vigente y siempre en evolución.5 Es por
ello que no se piensa como un paradigma, constituye más una forma de entender la realidad.
Es por ello que no es posible pensar en una metodología capaz de prever cómo conocer y
cómo intervenir en una determinada situación. Es posible pensar en comprender esa
procesualidad
de vínculos, redes, procesos con una dinámica instituido-instituyente,
configurando un horizonte de sentido que se extienda desde lo conocido.
A manera de conclusión.........
Pienso que en el despliegue de este pensar, podemos recrear herramientas metodológicas,
resignificar procedimientos y generar nuevos. Y en realidad no se trata de una abstracción
más sino de hacer evidente lo que ocurre en terreno, cuando nos ponemos a resguardo de
modelos que aprisionan
hechos, redes, vínculos.... una complejidad que no puede
congelarse.
Bibliografía
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Mar del Plata, Argentina, octubre 2006
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