La Genealogía del Maestro Hiram

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Capítulo I
La genealogía del Maestro Hiram
Recurrí a la Biblia para buscar a los antepasados de Hiram, pero que quede claro que el
aborde a este libro es con ojos filológicos, filosóficos, simbólicos y alegóricos. Jamás se
me ocurriría pensar que sus textos fueron inspirados y elaborados bajo el dictado de
algún dios. Ninguno de sus libros fue revelado. ¿Por quién, además? Esas páginas no
descienden del cielo, como tampoco las fábulas persas o las sagas mesopotámicas que
aparecen en él [1].
El Antiguo Testamento no es tan antiguo como lo afirma la tradición. Iahvé no dictó
nada a nadie, y menos en una escritura desconocida en esos tiempos. La Biblia, que no
es más que un conjunto de textos, según su propia etimología, fue compuesta en varios
procesos de amalgamas de fuentes originalmente separadas, o por añadidos de fuentes
originales, realizados por varias o numerosas manos, quizá durante un largo periodo,
pero no es preocupación de este autor la datación de aquella.
Hechas estas aclaraciones, vamos a las primeras páginas del libro Génesis para buscar la
tradición cainita, de la que el Maestro Hiram es descendiente.
Los descendientes de la Luz
Es poco conocida la filiación directa de los masones a su propia tradición. Algunos
conocen su origen cainita y la figura de Tubalcaín sin que, sin embargo, puedan fijar
con claridad esta genealogía espiritual supra cósmica y, por lo tanto, no humana. En
efecto, Caín no es hijo como Abel de Adán y Eva, sino del Mensajero de la Luz.
Veamos qué nos dice la Biblia: "Conoció el hombre a Eva, su mujer, la cual concibió y
dio a luz a Caín, y dijo: He adquirido un varón con el favor de Iahvé" [2].
Así Abel —hijo de la pareja humana— es fruto de la tierra, mientas que Caín es un ser
espiritual nacido de la Luz, engendrado por los efluvios celestes y sin padre terrenal
conocido. Como queda claramente demostrado, la generación de Abel, que se
corresponde por otra parte con el nomadismo, el pastoreo, es distinta a la de Caín, que
se vincula con el espacio, la agricultura, el uso del intelecto de manera práctica en el
sentido del dominio de la naturaleza, en especial en lo que toca al arte y la ciencia de la
construcción [3]. Bajo este aspecto, Caín es un hijo contranatural a la naturalidad propia
de la especie representada en Abel.
Debemos entender claramente que estamos haciendo una comparación metafórica entre
la generación de los dogmáticos y los racionalistas; la primera, representada en Abel y
sus oraciones; la segunda, en Caín y sus trabajos. Como vemos, desde el comienzo de
los tiempos, y con el nacimiento de las religiones del libro, el conocimiento era
reservado al Dios, y el hombre al usurparlo reniega de su estado de criatura y se coloca
en estado de rebelión [4].
Al monoteísmo, fuera de los usos prácticos, no le agrada mucho el trabajo racional de
los científicos y lo podemos constatar al ser sus caminos determinados por la fe,
encaminados por la no deliberación y los dogmas. En cambio, el hombre al comer del
"árbol prohibido" despierta su conciencia y facultad de pensar para distinguir el bien del
mal, transitando un camino reconocido por la razón y determinado por el pensamiento,
el diálogo y el trabajo.
Con los cainitas se asocian otras tradiciones que tienen el mismo propósito, como la de
Prometeo [5], la rebelión de los Titanes y, según conoceremos más adelante, todos ellos
enseñaron al hombre conocimientos tan diversos como nuevos, pero susceptibles de
causar su perdición.
Retomemos la genealogía siguiendo la tradición hebrea. Samael [6], el Espíritu de la
Luz, es el antecedente de una gran dinastía que, como veremos, se reproduce en paralelo
a las genealogías de los hombres comunes. Sin embargo, este Espíritu de la Luz siempre
ha sido odiado por estos últimos que sin poder comprenderlo se ha vuelto contra él de
modo radical, al punto que en el Corán se lo equipara con el mismo Satán [7].
Hay un libro muy interesante que justamente trata la posición del Vaticano contra el
Dios mismo. Vía col vento in Vaticano [8] es un texto realizado por un grupo de
religiosos, que se decidieron a contar lo que solo se conoce de puertas adentro del
Vaticano. Denuncian la perversión del rol cristiano y la transformación de la Iglesia en
un poder.
Por lo anterior, Caín corrió con esa mala fama y sobre sus espaldas se descargó la furia
no solo de Adán, que no sentiría más que desprecio y odio hacia Caín, sino también de
su madre Eva y su hermano Abel; es decir, toda su familia humana. Y a pesar de ello,
Caín dedica su inteligencia inventiva a mejorar las condiciones de vida de su familia,
expulsada del Edén y errante por la Tierra.
Pero un día, cansado por la ingratitud y la falta de reconocimiento, matará a su hermano
Abel en defensa de su auténtico linaje, acción que simbolizará un cambio de ciclo
signado por la salida del paraíso, donde se recolectaba directamente de los árboles y
posteriormente por el abandono de la actividad pastoril, frente a la cultura del agro.
Continuando con el relato bíblico, Iahvé colocó una señal a Caín para que nadie que le
encontrase le atacara. Luego, este salió de la presencia de su familia y se estableció en la
región de Nod, al oriente del Edén [9]. Conoció allí a su mujer, quien concibió y dio a
luz a Enoc. Caín estaba construyendo una ciudad y la llamó Enoc, como el nombre de
su hijo. Transmitió a este el arte de la construcción, quien a su vez enseñó al hombre a
construir edificios, a unirse en sociedad y a tallar la piedra.
A Enoc le nació Hirad, que supo aprisionar las fuentes y conducir las aguas profundas, e
Hirad engendró a Majuyael, que enseñó el arte de trabajar el cedro y todas las maderas.
De Majuyael nació Matusael, que imaginó los caracteres de la escritura. Él engendró a
Lamek. Este tomó dos mujeres: la primera llamada Ada y la segunda Sil-lá. Ada dio a
luz a Yabal, que levantó la primera tienda y enseñó a los hombres a coser la piel de los
camellos. El nombre de su hermano era Yubal, el primero en tender las cuerdas del
cinnar y del arpa, extrayendo de ellos los sonidos armoniosos. Sil-lá, por su parte,
engendró a Tubalcaín, que enseñó a todos los hombres la ciencia de reducir los metales,
de martillar el bronce, de encender las forjas y soplar los hornillos.
Tubalcaín en la Masonería
Dentro de las leyendas masónicas, este personaje posee una gran significación, por lo
que nos detendremos a conocerlo con mayor profundidad. Por medio del Génesis, todo
lo que sabemos de él ya se comentó. Ahora entraremos a las fuentes masónicas.
En el hebreo original no se logra hallar una versión común de su nombre, pues Iothesh
no significa "instructor", sino "afilador", el que afila instrumentos. Según parece, el
rabino Raphall ha traducido el párrafo como "el que afilaba varias herramientas de
cobre y hierro" [10]. Según podemos inferir, la versión autorizada ha consignado casi
fundamentalmente la condición de Tubalcaín señalándolo como el padre de los artífices.
Y ha sido de tal manera como fue introducido en la historia legendaria de la Masonería
desde tiempos muy remotos.
La primera referencia que se hace de Tubalcaín la encontré en la Leyenda de la
Fraternidad, un fragmento del manuscrito de Dowland [11], donde se lo denomina "el
fundador del gremio de herreros". Esta referencia la tomé porque su ortografía es la más
moderna, pero podemos afirmar, de acuerdo a otros estudios, que el relato es
particularmente el mismo en todos los manuscritos antiguos que hablan sobre la
Masonería.
En el de Dowland puede leerse lo siguiente: "Antes del Diluvio existía un hombre
llamado Lamech, tal como se escribe en la Biblia en el cuarto capítulo del Génesis; y
este Lamech tenía dos esposas…" y sigue todo igual a lo que ya se presentó. Un punto
importante que agrega este manuscrito es que estos hijos, los descendientes de Lamech,
sabían que Iahvé castigaría los pecados del hombre por medio del fuego o el agua.
Efectivamente, fue a través del Diluvio, por cuya razón ellos escribieron las ciencias
que habían fundado sobre unos pilares para que fueran encontrados tiempo después.
Uno era de mármol y no podía quemarse en el fuego; el otro era de latón y no podía
hundirse en las aguas.
La tradición sostiene también que Tubalcaín era célebre por sus conquistas guerreras y
excedía a todos los hombres en fuerza y poder. Cabe mencionar que también existe el
relato del protometalúrgico, que es posible hallarlo en el célebre fragmento de
Sanconiatho [12]. Este sostiene que Tubalcaín, bajo el nombre de Chrysor, que es sin
duda una corrupción de Chores Ur en hebreo, que quiere decir obrero que trabaja con
fuego, o sea, herrero. Al parecer, apenas un fragmento de su obra aún se conserva, que,
traducido al griego por Philo Byblius, lo insertó Eusebius en su Prae paratio Evangélica
[13].
Los siguientes términos mencionan esa parte de la historia escrita por Sanconiatho,
quien dice de Tubalcaín: "mucho tiempo después de la generación de Hypsoaranios
nacieron los inventores de la caza y la pesca, Agreas y Alieas, de cuyos nombres el
pueblo derivó su denominación de cazadores y pescadores y a quienes les nacieron dos
hijos que descubrieron el hierro y la manera de trabajarlo. Uno de estos dos hermanos,
Chrysor, era hábil en la elocuencia y componía versos y profecías. Era el mismo con
Hephaistos e inventó el anzuelo, el uso de la carnada para pescar, el cordel y la caña.
Fue el primer hombre que navegó sobre las aguas. Por lo tanto, fue adorado como un
dios después de su muerte y se le llamaba Diamichios. Se dice que estos hermanos
fueron los primeros que inventaron los tabiques de ladrillos" [14].
Tephaistos es la palabra griega que define al dios que los romanos daban el nombre de
Vulcano. De aquí que Sanconiatho, en la curiosa similitud de nombres y de
ocupaciones, inclinó a derivar el nombre de Vulcano del de Tubalcaín, por medios
conocidos por los etimólogos. Omitiendo en Tubalcaín la "T" inicial, que es el artículo
en la lengua fenicia, y su vocal nula, se forma la palabra balcan, que por la naturaleza
permutable de la "B" y la "V" se transforma fácilmente en Vulcano.
Voissius, en su tratado De Idolatría, deriva Vulcano de Tubalcaín. Pero Bryant, en su
Análisis de la Antigüedad [15], niega la etimología y dice que entre los egipcios y
babilónicos Vulcano correspondía a Osiris, símbolo del Sol. Encuentra el origen del
nombre en la palabra Baal Cahen o Señor Sagrado. La etimología de Bryant puede ser
adoptada, aunque sin relacionarla con la identidad de Vulcano. El que descubrió la
utilidad del fuego puede muy bien, en la corrupción de la idolatría, haber personificado
el mundo solar, la fuente de donde nace todo el calor. Podría parecer que Tubalcaín es
atributo compuesto de la partícula definida "T" y la palabra Baal, que significa "señor".
Y esta misma significación del afijo la encontramos en sus varias formas permutables
de Du, Tu y Di en muchas palabras semíticas.
Pero la cuestión del origen idéntico de Tubalcaín y Vulcano ha sido finalmente
solucionada gracias a las investigaciones de los filólogos comparativos. Tubalcaín es de
origen semítico y Vulcano de origen ario. El primero puede encontrarse en la palabra
Ulka, del sánscrito, que significa "fuego", del que también se derivan las palabras
latinas de fulgor y fulmen, nombres del rayo.
De la mención que se hace de Tubalcaín en la Leyenda de la Fraternidad, la palabra fue
aceptada como de alta significación en los grados primarios y varias veces se ha
intentado darle una interpretación.
Hutchinson en un artículo inserto en su Epíritu de la Masonería [16] dedicado a la
consideración del tercer grado, se refiere del modo siguiente: "El masón que se acerca a
este estado de la Masonería pronuncia su propia sentencia confesando la imperfección
de la segunda etapa de su profesión como probatorio del grado mayor a que aspira en el
dístico griego Tumbanchoeo. Struo Tumulum (yo preparo mi sepulcro; estoy bajo la
sombra de la muerte). Este dístico corrompió vulgarmente entre nosotros con una
expresión casi similar en sonido que es enteramente ajena a la Masonería y no tiene
significado en sí misma".
En definitiva, el uso de la palabra Tubalcaín como significativos del ritual masónico se
deriva de la Leyenda del Gremio, por medio de la cual el nombre se hizo común entre
los masones activos y especulativos; y se refiere simbólicamente y no históricamente a
la reputación bíblica.
Balkis en Jerusalén
Para encuadrar esta genealogía es necesario volver a los tiempos de Hiram durante la
construcción del Templo y antes de su asesinato. La Biblia nos cuenta también que la
Reina de Saba, Balkis [17], quiso conocer Jerusalén. Hiram, arquitecto de reyes, es una
excelente obra que describe la curiosidad de la reina de Arabia ante la construcción del
Templo [18].
Ya hacía tiempo que las caravanas de sabeos llevaban perfumes del sur de Arabia o las
riquezas extraídas en Ofir y Etiopía, por Aksum [19] y Adulis, hacia Bagdad, Petra y
Jerusalén. En tiempos de la terminación del Templo, llegó un mercader judío trayendo a
la corte de la reina maravillosas telas bordadas con oro, plata y guarnecidas de piedras
preciosas. Las palabras del mercader, que le describió no solamente la riqueza y el
esplendor, sino aún más la sabiduría y la distinción de su amo, sedujeron a Balkis.
Desde luego que la reputación de Salomón hacía ya tiempo que había llegado a la corte
de la soberana. Pero con la persuasión de este mercader, emisario del rey, terminó de
despertar la curiosidad de la reina sobre aquella ciudad. Se intercambiaron mensajes,
regalos, y Balkis aceptó la invitación del rey Salomón para que fuera a visitarlo.
La tradición etiope considera que la reina de Saba, para ir a Jerusalén, emprendió el
viaje desde Aksum. El viaje hasta Jerusalén era en aquel tiempo una aventura erizada de
dificultades y de peligros. Cuando la comitiva llegó cerca del destino, se acercaron unos
caballeros para anunciar la llegada de la reina al palacio del rey.
La reina de Saba debía conocer la hábil política comercial y también la debilidad que
Salomón sentía por las mujeres. "Salomón tuvo setecientas mujeres de sangre real y
trescientas concubinas, y las mujeres torcieron su corazón hacia los dioses ajenos; y no
era su corazón enteramente de Iahvé." (1 Reyes 11.)Balkis debió emplear a fondo con el
rey sus dotes de diplomacia y de seducción y, como queda patente, le ganó en buena
parte reconociendo su sabiduría y halagándole hasta el extremo.
Llegó a Jerusalén con un numeroso séquito y con camellos cargados de aromas, oro y
piedras preciosas. Cuando estuvo frente a él le preguntó cuanto le vino en gana para
probar su sabiduría con enigmas y él respondió: "sin que hubiera nada que el rey no
pudiera explicarle". Luego, Balkis conoció sus espléndidas riquezas y "fuera de sí" le
habló de esta manera: "Verdad es cuanto en mi tierra me dijeron de tus cosas y de tu
sabiduría. No lo creía antes de venir y haberlo visto con mis propios ojos. Pero cuanto
me dijeron no es ni la mitad. Tienes más sabiduría y prosperidad que la fama que a mí
me había llegado. Dichosas tus gentes, dichosos tus servidores que están siempre ante ti
y oyen tu sabiduría..." (1 Reyes 10).
Los ojos de la reina sureña inflaman el corazón de Salomón. Él trata de seducirla,
cuentan antiguos escritos judíos y un papiro egipcio. Y la Biblia sigue de esta manera:
"El rey Salomón dio a la reina de Saba todo cuanto ella deseó y le pidió, haciéndole,
además, presentes dignos de un rey como Salomón".
Toda una leyenda de amor y seducción se deriva de estos y otros textos, hasta el punto
de que el Libro Sagrado Abisinio atribuye la paternidad de Menelik I, el fundador de su
dinastía imperial etiope, a los amores de la reina de Saba con Salomón. Pero, según la
tradición masónica, la reina negra rechazó al sabio rey y se enamoró del luminoso
Hiram, del que ni siquiera conocía su ascendencia más allá de su padre. En este mismo
sentido, debemos señalar que en el libro que se atribuye a Salomón, El cantar de los
cantares, se menciona directamente a una amada negra, que se supone con toda razón la
relación con el color de la piel de Balkis.
Los escritos mencionan que ella quedó impresionada por la ciudad en la que el flamante
Templo era una sorprendente maravilla, y preguntó a Salomón quién lo había construido
y añadió que quería conocer al artífice del trabajo. Tras conocerlo, argumentó al rey que
deseaba además conocer a los masones, a lo que Salomón se negó ante la tarea de
juntarlos. Pero Hiram, que tenía un signo para convocar a todos, subió a un bloque de
granito y con la mano derecha realizó un signo parecido a una escuadra y los masones
se reunieron guardando un silencio y una quietud asombrosos.
La transmisión del legado
Cuenta la leyenda que, algunos días después de los hechos narrados, Benoni, ayudante y
fiel discípulo de Hiram, sorprendió a tres obreros saboteando el molde del futuro mar de
bronce. Benoni advierte a Salomón de la traición de los tres cómplices, pero el rey,
celoso de la admiración que Balkis despertó por Hiram y considerando lo difícil que ya
le resultaba persuadir a la reina para que abandone sus votos de castidad, dejó que
prosigan el sabotaje.
Un día, el rey la invita a presenciar el vaciado del mar de fundición de bronce para el
Templo, en presencia de todo el pueblo de Israel. Al ponerse el sol, Hiram da la orden
de proceder al vaciado, y el gigantesco molde en que debía fundirse el mar de bronce se
agrieta. El metal en fusión surge bruscamente y salpica a la horrorizada multitud.
Benoni, desesperado por no haber advertido personalmente a Hiram, se arroja entre la
lava ardiente.
Hiram, desolado por el fracaso, se retiró llorando, abandonado de todos, soñó el sueño
más importante de su vida, que le transmitió la tradición luciferina más pura y excelsa
del que provocativamente da cuenta Robert Ambelain en El secreto de los masones:
"De la fundición que brilla enrojecida en las tinieblas de la noche se alza una sombra
luminosa. El fantasma avanza hacia Hiram, que lo contempla con estupor. Su busto
gigantesco está presidido por una dalmática sin mangas; aros de hierro adornan sus
brazos desnudos; su cabeza bronceada encarnada por una barba cuadrada, trenzada y
rizada en varias filas, va cubierta por una mitra de plata dorada; sostiene en la mano un
martillo de herrero. Sus ojos, grandes y brillantes, se posan con dulzura en Hiram y, con
una voz que parece arrancada de las entrañas del bronce, le dice:
 Reanima tu alma, levántate hijo mío. Ven, sígueme. He visto los males que
abrumana mi raza y me he compadecido de ella.
 Espíritu, ¿quién eres? pregunta Hiram.
 La sombra de todos tus padres, el antepasado de aquellos que trabajan y que
sufren, ¡ven! Cuando mi mano se deslice sobre tu frente, respirarás en la llama.
No temas nada. Nunca te has mostrado débil…
 ¿Dónde estoy? ¿Cuál es tu nombre? ¿Adónde me llevas?
 Al centro de la Tierra, al alma del mundo habitado. Allí se alza el palacio
subterráneo de Enoc, nuestro padre, al que Egipto llama Thot y que Arabia
honra con el nombre de Edris…
 ¡Potencias inmortales! Entonces, es verdad… ¿Tú eres…?
 Tu antepasado, hombre, artista…, tu amo y tu patrono. Yo fui Tubalcaín.
Continúa la transmisión, llevándole al abatido Maestro, como en un sueño, a las
profundidades de la Tierra. Tubalcaín instruye a Hiram en lo esencial de la tradición de
los cainitas, los herreros, dueños del fuego. En el seno de la Tierra, Tubalcaín muestra a
Hiram la larga serie de sus padres: Iblis, Caín, Enoc, Irad, Majuyael, Matusael, Lamec,
Tubalcaín… Y entonces le transmite a Hiram la tradición luciferina: Al comienzo de los
tiempos, hubo dos dioses que se repartieron el Universo, Adonay, el amo de la materia y
el elemento Tierra, e Iblis (Samael, Lucifer, Prometeo, Baphomet), el amo del espíritu y
del Fuego. El primero creó al hombre del barro y lo animó. Iblis y los Elohim (dioses
secundarios), que no quieren que este sea esclavo de Adonay, despiertan su espíritu, le
dan inteligencia y capacidad de comprensión. Mientras Lilita (hermana de Iblis) se
convertía en la amante de Adán (el primer hombre) enseñándole el arte del pensamiento,
Iblis seducía a Eva y la fecundaba y, junto con el germen de Caín, deslizaba en su seno
una chispa divina. Caín aparece también ante Hiram y le explica su injusta situación,
añadiendo que, en el curso de los siglos y los milenios, sus hijos trabajarán sin cesar
para mejorar la suerte de los hombres, y que Adonay, celoso tras intentar aniquilar a la
raza humana tras el Diluvio, verá fracasar su plan gracias a Noé, que será avisado por
los hijos de fuego.
Al devolver a Hiram a los límites del mundo tangible, Tubalcaín le revela que es el
último descendiente de Caín, último príncipe de la sangre del Ángel de la Luz, y que
Balkis pertenece también al linaje de Caín, y es la esposa que le está destinada para la
eternidad."
Tras regresar al Templo conducido por Tubalcaín, Hiram queda aturdido por el sueño y
las visiones, acaba la obra y se une a Balkis. Del encuentro de sus amores furtivos con
el Maestro nacerá el niño que será más adelante un Hijo de la Luz.
Notas
[1] La parte de la Biblia que hoy conocemos como Antiguo Testamento es un conjunto
de una cuarentena de libros que pretende recoger la historia y las creencias religiosas
del pueblo hebreo que, aglutinado bajo la nación de Israel, apareció en la región de
Palestina durante el siglo XIII a.C. Los análisis científicos han demostrado que buena
parte de los libros legislativos, históricos, proféticos o poéticos de la Biblia son
producto de un largo proceso de elaboración durante el cual se fueron actualizando
documentos antiguos, añadiéndoseles datos nuevos e interpretaciones diversas en
función del talante e intereses de los nuevos autores/recopiladores.
De este proceso provienen anacronismos tan sonados como el del libro de Isaías,
profeta del siglo VIII a.C., donde aparece una serie de oráculos fechables sin duda en
el siglo VI a.C. (dado que se menciona al rey persa Ciro); la imposible relación de
Abraham con los filisteos (descrita en Gen 21,32), cuando ambos están separados aún
por muchos siglos de historia.
La Iglesia católica oficial, así como sus traductores de la Biblia, sostienen que todos
los textos incluidos en el canon de las "Sagradas Escrituras" han sido escritos bajo la
inspiración del Espíritu Santo, y son, por tanto, obra divina. Tienen a Dios por autor
principal, aunque sean al mismo tiempo obra humana, cada uno del autor que,
inspirado, lo escribió. Más información al respecto lo encontrará en Mentiras
fundamentales de la Iglesia católica. Ediciones B. Barcelona, 1997, o en el iracundo
ensayo de Fernando
Vallejo, La puta de Babilonia. Planeta, Buenos Aires, 2007.
[2] Ver libro del Génesis 4,1.
[3] "Fue Abel pastor de ovejas y Caín labrador", Gen 4, 2.
[4] "Replicó la serpiente a la mujer: de ninguna manera moriréis. Es que Dios sabe
muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses,
conocedores del bien y del mal. Y como viese la mujer que el árbol era bueno para
comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió,
y dio también a su marido, que igualmente comió." Gen 3, 4-6.
[5] En la mitología griega es Prometeo, el Titán amigo de los mortales, quien roba el
fuego a los dioses para llevarlo a la humanidad y por ello es castigado por los dioses.
Prometeo fue un gran benefactor de la humanidad. Urdió un primer engaño contra
Zeus al realizar el sacrificio de un gran buey que dividió a continuación en dos partes:
en una de ellas puso la piel, la carne y las vísceras, que ocultó en el vientre del buey, y
en la otra puso los huesos, pero los cubrió de apetitosa grasa. Dejó entonces elegir a
Zeus la parte que comerían los dioses. Zeus eligió la capa de grasa y se llenó de cólera
cuando vio que en realidad había escogido los huesos. Desde entonces, los hombres
queman en los sacrificios los huesos para ofrecerlos a los dioses, pero la carne se la
comen.
Indignado por este engaño, Zeus privó a los hombres del fuego, pero Prometeo decidió
robarlo. Así que trepó el monte Olimpo y lo cogió del carro de Helios (en la mitología
posterior, Apolo) o de la forja de Hefesto y lo consiguió devolver a los hombres en el
tallo de una cañaheja, que arde lentamente y resulta muy apropiado para este fin. De
esta forma la humanidad pudo calentarse. Más información en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Prometeo
[6] En la tradición hebrea, Samael es el Dios de Luz que, junto a Eva, engendra el
linaje de Caín, del cual desciende el héroe masónico Hiram. Leer el libro de Gabriel
López de Rojas El Sendero de Lucifer. Martínez Roca, Barcelona, 2004. También se
encuentra el mismo tema en la obra El secreto masónico, de Robert Ambelain. En
Internet sobre el personaje existe información en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Samael_%28mitolog%C3%ADa%29
[7] En el libro de los Números se llama shatán (en el sentido de "adversario",
"oponente") al mensajero-ángel que el Dios Iahveh envía para impedir que el vidente
Balaam maldiga al pueblo de Israel (Núm
22, 22. 32).
El término shatán entra después en la vida jurídica israelita, y alcanza el sentido de
"acusador delante del tribunal" (Sal 109, 6; Zac 3, 1) y el término shitna, derivado de
la
misma
raíz,
es
la
"acusación".
Su equivalente en griego es diábolos, procedente del verbo dia-ballö, y posee un
significado semejante de "oposición" o "enfrentamiento".
En 1Mac 1, 36 (texto griego) encontramos la palabra diábolos con el significado de
"adversario", como "el enemigo". También en algunas ocasiones incluye el sentido de
"acusador"
o
el
de
"calumniador".
En principio, conviene aclarar que el judaísmo no identificaba a Satanás con el
demonio Lucifer, sino con el demonio Azazel. En los documentos no canónicos del
Antiguo Testamento, Satán es llamado
frecuentemente Belial.
Un Satán incitando al pecado y buscando el mal del hombre aparece en todo el Antiguo
Testamento solamente dos veces: en el Primer Libro de Crónicas 21, 1 y en Sapiencia
2, 24, en el segundo caso de manera más clara. Ya en los Evangelios se le otorga al
término un carácter personal como enemigo de Cristo, especialmente en los relatos de
las tentaciones (Mc 1, 12-13; Mt 4, 1-11; Lc 4, 1-13) y los exorcismos llevados a cabo
por Jesús (Mc 3, 22-27; Mt 12, 22-30; Lc 11, 14-23). Queda así fijada la figura del
Maligno para la doctrina cristiana. También se menciona en Job 1:6-9, 1:12 y varios
otros versículos. En árabe se le llama shaytán.
En el Nuevo Testamento, en cambio, Satanás y Lucifer aparecen amalgamados en la
figura del Diablo. No puede deducirse claramente la relación entre el Maligno y la
famosa Bestia del Apocalipsis de San Juan. Más información en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Satan%C3%A1s
[8] Edición traducida al castellano: El Vaticano contra Dios. Los Milenarios.
Ediciones B. Barcelona, 1999. Se trata de un libro escrito por un grupo de religiosos,
no todos ellos italianos, que se decidieron a contar lo que solo se conoce de puertas
adentro del Vaticano.
[9] Vagabundo y errante serás en la tierra, entonces dijo Caín a Iahvé: "Mi culpa es
demasiado grande para soportarla, es decir hoy me echas de este suelo y he de
esconderme de tu presencia, convertido en vagabundo errante por la tierra, y
cualquiera que me encuentre me matará". Respondiéndole Iahvé: "Al contrario,
quienquiera que matare a Caín, lo pagará siete veces". Y Iahvé puso una señal a Caín
para que nadie que le encontrase le atacara. Caín salió de la presencia de Iahvé, y se
estableció en el país de Nod. Ver libro del Génesis 4, 13-16.
[10] Ver Genesis, with Translation and Notes, Rev. Morris J. Raphall. El Dr. Morris J.
Raphall (1798-1868), uno de clérigos más prominentes de Nueva York, había ganado
renombre como un orador, una distinción como siendo el primer rabino para abrir la
sesión de la Cámara de Representantes. Más información (en inglés) en:
http://www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/loc/abe1.html
[11] Manuscrito Dowland, principios del siglo XVI. Este documento, en su inglés
medieval
original
traducido
al
español,
puede
leerse
en:
http://www.geocities.com/tallermasonico/dowland.htm#2
[12]Theology of Ophion, Sanconiatho. Antiguo escritor fenicio. Toda la información
referente a su obra se deriva de los trabajos de Herennius Philo de Byblos (circa 100).
Sanconiatho en su obra hace mención de la presencia y valor de la serpiente en los
cultos míticos egipcios. Hacia 1929, en Siria, se realizaron hallazgos de documentos
fenicios revelando información sobre Sanconiatho acerca de mitología y religión.
Charles Anthon, en su Classical Dictionary, New York, 1888, afirma que Sanconiatho
fue contemporáneo de Salomón y que sus trabajos fueron preservados por Eusebius.
[13]El Praeparatio trata de demostrar la excelencia del cristianismo sobre todas las
religiones y filosofías paganas. Consistía originalmente de veinte libros, de los cuales
han sido preservados diez completamente, además de un fragmento del decimoquinto
libro. Eusebio consideraba su obra como una introducción a la cristiandad para los
paganos. El trabajo fue completado probablemente antes del 311. Más información en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Eusebio_de_Cesarea
[14] Sanconiatho. Theology of Ophion.
[15] Jacob Bryant. A New System, or an Analysis of Ancient Mythology. Kessinger
Publishing, 2003. En este trabajo se relata la historia de los babilonios, caldeos,
egipcios, cainitas, fenicios y sociedades igual de importantes.
[16] William Hutchinson. The Spirit of Masonry in Moral and Elucidatory Lectures.
London, Tegg, 1815.
[17] Bajo la actual ciudad de Ma'rib (Yemen), al suroeste de la península arábiga, yace
lo que fue el corazón del estado preislámico de Saba, donde vivió y reinó la legendaria
Balkis. La tradición, la Biblia, el Corán y numerosos escritos y leyendas nos han dejado
un retrato multiforme y a veces contradictorio de esta mujer que consiguió de Salomón
hasta sus más mínimos deseos.
Durante muchos años se consideró a la reina de Saba poco más que un ser de fábula,
pero los últimos descubrimientos arqueológicos han sacado a la luz el palacio de
Balkis, utensilios y muros cuajados de oro y piedras preciosas; una parte de lo que el
arqueólogo norteamericano Wendell Philips considera "el mayor tesoro arqueológico
que existe hoy en el mundo". Balkis, hija única del rey sabeo Hadhád ben Sarh, era
también la primera consejera del monarca.
Más información en: http://www.artrev.8k.com/0000000513.htm
[18] Bernard Lenteric. Hiram, arquitecto de reyes. Grijalbo. Buenos Aires, 2007. Entre
el brillo del trono y los sótanos del poder, la vida aventurera de un hombre que fue
arquitecto de reyes y faraones. Una historia apasionante de secretos e intrigas.
[19] Fue fundado probablemente por colonos procedentes del sudoeste de Arabia
(actual Yemen), que llegarían a la zona hacia el año 400 a.C., pero no puede
determinarse con exactitud en qué momento se organizó como reino. El periplo del mar
Eritreo (circa 110 a.C.), escrito por un griego de Alejandría, es una especie de guía
para navegantes en la que se menciona el puerto de Adulis. Se dice también que la
capital, Aksum, se encuentra a ocho días de marcha del puerto, y se menciona al rey
Zoscales, que habla griego. Se discute si Zoscales es en realidad el Za Haqle
mencionado en las listas de los reyes etiopes, o si era solo un reyezuelo local.
Otras referencias, muy posteriores, pueden hallarse en la obra de Cosmas
Indicopleustes.
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