Resumen negociación Derechos de autor, feb 2012.

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Estado actual de la negociación por un Tratado sobre Excepciones al
Derecho de Autor a favor de personas con discapacidad visual u otras
discapacidades para la lectura.
Febrero, 2012
Desde noviembre de 2008 se está negociando en la OMPI (Organización Mundial
de la Propiedad Intelectual) la creación de un instrumento legal internacional que
favorezca la producción y circulación de libros en formatos accesibles para
personas con discapacidad para la lectura.
La propuesta de tratado, elaborada por la Unión Mundial de Ciegos y un grupo de
expertos en propiedad intelectual, ha sido tomada oficialmente por los gobiernos
de Brasil, Ecuador y Paraguay en 2009, entrando como propuesta de estados
miembros en la agenda del Comité de Derechos de Autor y Derechos Conexos de
la OMPI, que sesiona dos veces por año en Ginebra.
Posteriormente los gobiernos de México y Argentina se han sumado como
copatrocinadores de la propuesta. ULAC y las organizaciones nacionales que la
conforman han tenido un papel protagónico en esta negociación, logrando que
toda la región latinoamericana apoye la propuesta y sea el motor que permitió
avanzar hasta el momento actual.
La propuesta de tratado busca solucionar dos problemas:
En más de dos tercios de los países del mundo no existen en sus legislaciones
nacionales excepciones al derecho de autor en favor de personas con
discapacidad para la lectura.
. Las excepciones al derecho de autor permiten que las organizaciones que
producen obras accesibles no tengan que solicitar autorización para transcribir las
obras ni pagar derechos de autor, permitiendo así dedicar los recursos con los que
se cuenta específicamente a la producción y distribución de las obras.
2. Actualmente la legislación sobre derechos de autor no permite el intercambio de
obras accesibles entre países, ni siquiera entre países que cuentan en sus leyes
nacionales con excepciones en favor de personas con discapacidad.
El objetivo es entonces generar un instrumento legal internacional que establezca
una base de excepciones compartidas por todos los países y que permita la
circulación transfronteriza de obras en soportes y formatos accesibles. De esta
manera se optimizarían los recursos al poder sumarse y coordinarse la
producción. Este instrumento tendría especial impacto en las comunidades de
países que comparten un mismo idioma, como es la región latinoamericana.
Luego de tres años de negociación, hemos logrado importantes avances:
Actualmente ya todos los países reconocen que existen los problemas planteados
por las organizaciones de ciegos en relación al derecho de autor, pero se
mantienen posiciones diferentes en cuanto a la forma de solucionarlos.
Se ha logrado que se acepte que no vasta con proyectos voluntarios como la
Plataforma de sectores Interesados impulsada por la OMPI y las Organizaciones
Internacionales de Titulares de derechos de Autor, aceptando los estados que es
necesario lograr algún tipo de instrumento legal.
Se ha logrado que los países africanos apoyen el avance de un instrumento legal
internacional en relación a personas con discapacidad para la lectura, de manera
independiente de otros instrumentos que se están impulsando en relación a
educación y a bibliotecas. Así es posible un avance más directo, pues al
pretenderse abarcar todas las temáticas de excepciones en un mismo instrumento
no se lograban acuerdos y se tenía la perspectiva de largos años de discusión.
Puntos de discusión actuales:
En las dos últimas sesiones del Comité, realizadas en junio y noviembre de 2011,
la negociación se ha centrado en la generación de un texto de instrumento
consensuado entre los diferentes grupos regionales. Durante este proceso se han
presentado algunos puntos de conflicto, que se deberán resolver en la próxima
sesión, a celebrarse en julio de 2012.
Tipo de instrumento. Si bien se avanza en la generación de un texto, aún no se ha
llegado a acuerdo sobre la forma legal de este texto.
Los estados de América Latina, África y la mayoría del grupo asiático apoyan la
creación de un tratado vinculante. Este tipo de instrumento obliga a los estados
firmantes a adecuar sus legislaciones y garantiza así la protección del derecho de
acceso a la lectura y la información de las personas con discapacidad para la
lectura.
Los países del Grupo B (Comunidad Europea, Estados Unidos, Canadá, Japón,
Australia y otros países desarrollados) impulsa la adopción de una
recomendación, argumentando que es una solución rápida y práctica.
Algunos de estos países proponen una solución en dos pasos, adoptando ahora
una recomendación, que no obligue a los estados, y evaluando luego el
cumplimiento de esta recomendación, para llegar a negociarse, en un plazo de al
menos cinco años la posibilidad de un tratado vinculante.
Las organizaciones de Ciegos, tanto de los países en desarrollo como de los
países desarrollados apoyamos la consecución de un tratado, entendiendo que es
la forma efectiva de garantizar nuestros derechos. Esto ha sido expresado
fuertemente por las diferentes organizaciones que hemos participado como
observadores de la sociedad civil en las sesiones del comité. Es de destacar que
ULAC ha estado presente como observadora en las últimas cinco sesiones,.
El concepto de intermediarios de confianza o entidad autorizada. Los países del
grupo B y las asociaciones Internacionales de titulares de derechos impulsan el
concepto de Intermediario de Confianza, que se refiere a instituciones u
organismos autorizados a producir e intercambiar obras de forma transfronteriza.
Las organizaciones de Ciegos y los países latinoamericanos y del Caribe creemos
que no se puede restringir el uso de una excepción o el intercambio internacional
de obras a un solo tipo de organizaciones y que es peligroso que titulares de
derechos tengan poder de veto sobre la producción de obras accesibles.
En las últimas dos sesiones del comité se ha reemplazado el término intermediario
de Confianza por entidades autorizadas, y el eje de la discusión es cuales son
estas organizaciones y cómo se definen.
Pretendemos que una entidad autorizada sea toda organizaciones, biblioteca,
organismo de gobierno, etc., que realice la producción y distribución de obras de
forma exclusiva para personas con discapacidad para la lectura, sea o no esta su
actividad primaria. Algunos países pretenden definir estas entidades en función de
que su actividad primaria sea atender a personas con discapacidad visual, en
función de prácticas aprobadas por los titulares de derechos y otras formas que
buscan restringir cuales serían estas entidades.
Creemos que es necesario incluir en este concepto al amplio abanico de
pequeños espacios de producción y distribución de materiales de lectura
accesibles, incluyendo tanto a organizaciones de Ciegos, organismos de gobierno,
escuelas, servicios especiales de bibliotecas comunes, servicios en universidades,
etc.
Para qué materiales corre la excepción. En la última sesión del comité, ha
aparecido, propuesta por la Asociación Internacional de Editores, la idea de
restringir las excepciones únicamente a obras que los titulares de derechos no
ponen a disposición en formatos accesibles. Si bien esta cuestión podría ser
aceptada, es necesario definir claramente una cantidad de variables: que se
encuentre disponible en soporte y formato adecuado para el uso que se hará de la
obra, que esté disponible a precio razonable, según el contexto de cada lugar, que
esté al alcance en el territorio y en la escala necesaria. Sin estas variables
claramente definidas se corre el riesgo de retroceder en relación a la situación
actual de los países que sí cuentan con excepciones nacionales.
Algunos hechos relevantes de la última sesión del Comité
En noviembre pasado se realizó la 23ª sesión del Comité de Derechos de Autor y
Derechos Conexos de la OMPI. Se llegaba a la reunión con un texto consensuado
por algunos países del Grupo Latinoamericano, Estados Unidos y la Unión
Europea. Este texto, si bien tenía aún algunos puntos que definir más claramente,
podía ser aceptado por las organziaciones de ciegos, quienes esperábamos
avanzar en la discusión sobre el tipo de instrumento.
Sin embargo durante esta sesión, el presidente del Comité, Manuel Guerra de
México, impulsó la realización de dos reuniones informales con representantes de
los grupos regionales, las organizaciones de Ciegos y las organizaciones de
Titulares. En estas reuniones se buscó primero que los estados escucharan las
diferentes posiciones de los actores interesados, para comprender acabadamente
el problema.
Asimismo la Asociación Internacional de Editores presentó una propuesta de texto,
altamente restrictiva según la visión de las organizaciones de Ciegos, declarando
que esas eran las posiciones que ellos podrían aceptar.
Luego de las dos reuniones el presidente del Comité planteó que se reúnan
representantes de las organizaciones de Ciegos y los titulares de derechos, para
buscar puntos de acuerdo y en 12 horas, presentar al comité una propuesta
consensuada.
Al ser planteado esto delante de los representantes de los estados miembros de
la OMPI, no era posible negarse a esta reunión, pues se visualizaría que las
organizaciones de ciegos éramos inflexibles y no queríamos negociar. Sin
embargo al aceptar este espacio de negociación entre actores interesados,
tampoco se quedó en una buena posición, pues mientras se realizaba la reunión
muchos estados no querían avanzar en la discusión de los diferentes temas de
conflicto y por otro lado muchos países demostraron su malestar al centrar la
negociación en una discusión entre las partes interesadas, cuando en este Comité
de la OMPI son los estados los qué, conociendo las diferentes posiciones deben
negociar y llegar a establecer las políticas necesarias.
La reunión con los titulares se centró en los diferentes puntos de conflicto del
texto, quedando claro que no era posible generar acuerdos entre ambas partes,
sin restringir las posibilidades de producción y distribución de obras y sin perder de
vista las necesidades y los contextos de los países desarrollados.
Por ello este espacio de discusión entre actores interesados no avanzó.
Sin embargo en la negociación en plenario se abrió una nueva instancia para que
los estados planteen modificaciones y aportes al texto en discusión, y algunos
países europeos plantearon varias propuestas que aparecían en el texto
elaborado por la Asociación Mundial de Editores.
Finalmente se generó un texto incluyendo las diferentes propuestas y los
comentarios de los estados, el que deberá ser la base de la negociación en la 24ª
sesión del comité en julio próximo.
Este texto es más complejo y está menos definido que el anterior, por lo que urge
durante los meses previos a la siguiente sesión del comité, propiciar la
negociación informal entre países para llegar al comité con muchos de los puntos
actuales de conflicto consensuados, pues si no no se lograrán avances en los
pocos días de trabajo oficial que se tendrán durante el Comité.
El documento en cuestión todavía no ha sido traducido al español. Se adjunta su
versión en inglés, bajo el título documento SCCR23_7.
Un avance en Europa
El pasado 15 de febrero, gracias al trabajo de la Unión Europea de Ciegos, se
logró que en el plenario del Parlamento Europeo se tratara una pregunta oral
introducida por las organizaciones europeas, acerca de la posición europea en la
negociación en la OMPI. La mayoría de los diputados apoyaron que se
recomiende a la Comisión Europea apoyar la creación de un tratado vinculante. Si
bien el parlamento europeo no puede obligar a los países a cambiar su posición,
es un importante lugar de presión para lograr que los negociadores puedan tener
posiciones más flexibles.
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