La regulación y coordinación general de los distintos órganos del... SISTEMA ENDOCRINO Introducción:

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SISTEMA ENDOCRINO
Introducción:
La regulación y coordinación general de los distintos órganos del individuo es fundamental para la buena marcha
de las funciones vitales. En Animales se realiza mediante dos sistemas interrelacionados y complementarios, que son el
Sistema Nervioso y el Sistema Hormonal o Endocrino. En Vegetales, carentes por completo de Sistema Nervioso, la
coordinación se restringe al empleo de hormonas.
La diferencia fundamental entre ambos sistemas es que el primero utiliza impulsos de tipo eléctrico para su acción,
que así resulta rápida pero efímera, mientras que el sistema hormonal utiliza mensajeros químicos llamados hormonas para
llevar las órdenes de un órgano a otro, lo que da lugar a un acción mucho más lenta, pero más duradera, imprescindible en
toda clase de procesos que comporten cambios profundos y graduales, tales como el crecimiento y la maduración sexual.
Así llegamos al concepto de hormona: Biocatalizador de acción reguladora y coordinadora, que se segrega en un
órgano especializado o glándula, para ejercer su acción en otro punto del organismo, hasta el que llega por simple difusión o
mediante transporte sanguíneo.
Las hormonas se fabrican en una serie de glándulas que, por verter su secreción al interior del organismo, reciben el
nombre de glándulas endocrinas. El conjunto de todas estas glándulas y sus interrelaciones forman el sistema hormonal o
endocrino.
Generalidades:
Las hormonas son sustancias químicas que se producen en las glándulas endocrinas y son transportadas por la
sangre para ejercer su acción coordinadora y reguladora en órganos específicos, a cierta distancia del lugar de secreción.
Embriológicamente distinguimos tres tipos de glándulas.
Proceden del ectodermo nervioso la médula de las cápsulas suprarrenales, el hipotálamo y el lóbulo posterior de la
hipófisis. Sus hormonas son oligopéptidos muy sencillos y derivados de aminoácidos simples.
Proceden del endodermo el lóbulo anterior de la hipófisis, el tiroides, las paratiroides y el páncreas. Sus hormonas
son polipéptidos y proteínas.
Proceden del mesoderno las gónadas y la corteza adrenal. Sus hormonas son de naturaleza esteroide.
Cada hormona sale a la sangre, por la que viaja hasta encontrar el órgano sobre el que ha de actuar, fijándose en las
"células diana". Se conocen tres mecanismos de acción diferentes.
Las hormonas de tipo esteroide penetran en la célula diana, ligadas a un receptor específico presente en su
membrana, y alcanzan el núcleo, donde liberan un cierto fragmento del ADN cromosómico de los factores de inhibición que
impiden su transcripción. Se activa de esta manera la fabricación de una determinada enzima, que es la responsable final de
la acción de la hormona.
La insulina se liga con receptores de la membrana celular y produce directamente la permeabilización de esa misma
membrana a la glucosa, con lo que la célula puede tomarla y utilizarla.
Las demás hormonas parece ser que actúan a través de un segundo mensajero que es el monofosfato cíclico de
adenosina o AMP cíclico o AMPc. La hormona se fija en un receptor de la membrana celular, activando la adenil-ciclasa
que transforma el ATP (trifosfato de adenosina) en AMPc liberando un grupo pirofosfato PP. El AMPc es el encargado de
activar posteriormente el proceso específico de la célula diana, que será el resultado final de la acción hormonal.
La regulación hormonal es tan necesaria para el organismo que cualquier fallo de ajuste produce trastornos. Casi
todas las hormonas causan enfermedades específicas, tanto por el exceso como por defecto de producción.
La conexión entre los sistemas nervioso y endocrino se realiza al más alto nivel, en el hipotálamo, en donde la
integración de los distintos estímulos nerviosos activa la neurosecreción en neuronas especializadas de los factores de
liberación o releasing factors RF; que a su vez estimulan en la hipófisis la secreción de las hormonas trópicas, que actuan
sobre las demás glándulas endocrinas.
El hipotálamo es la parte basal del diencéfalo, es decir, el suelo del tercer ventrículo, y de él pende la hipófisis
mediante un pedúnculo por el que circulan vasos sanguíneos en su parta anterior y axones neurales en su parte posterior.
El hipotálamo segrega un RF para cada una de las hormonas del lóbulo anterior de la hipófisis, y además tres
factores de inhibición que detienen la fabricación de las hormonas somatotropa, tireotropa y melanotropa específicamente.
Las hormonas o factores hipotalámicos son segregados a la sangre del sistema portal hipotálamo-hipofisario, que
rápidamente alcanza el lóbulo anterior de la hipófisis, para que allí ejerzan su acción.
En el hipotálamo se fabrican también las dos hormonas del lóbulo posterior de la hipófisis, que viajan directamente
a lo largo de los axones de las neuronas secretoras para liberarse a la sangre en sus terminaciones, a nivel de la hipófisis.
Hipófisis:
La hipófisis está situada debajo del hipotálamo, alojada en una cavidad del hueso esfenoides llamada silla turca.
Consta de dos lóbulos claramente diferenciados y de distinto origen embriológico.
El lóbulo anterior procede del endodermo de la parte superior de la faringe, en realidad de la zona de contacto entre
endodermo y ectodermo, que emigra y se adosa al tejido nervioso del lóbulo posterior, prolongación del suelo del
hipotálamo, de origen ectodérmico neural.
Lóbulo Anterior de la Hipófisis:
El lóbulo anterior de la hipófisis o adenohipófisis establece con el hipotálamo una relación directa mediante el
sistema portal hipotálamo-hipofisiario, que trae desde el hipotálamo las factores liberadores e inhibidores específicos de la
secreción de cada una de las hormonas hipofisarias. Todas las hormonas segregadas por la adenohipófisis son de naturaleza
proteica.
La hormona somatotropa STH, también llamada hormona del crecimiento GH o HGH, se segrega en la hipófisis
bajo la influencia de sus factores de liberación y de inhibición específicos. Viaja por el torrente circulatorio y actúa sobre
todo a nivel del cartílago de crecimiento del hueso, estimulando la osteogénesis con el consiguiente alargamiento de los
huesos de todo el cuerpo. Su hipósecreción durante el desarrollo produce el enanismo proporcionado, pues las proporciones
corpóreas se mantienen. Si hipersecreción produce el gigantismo, también proporcionado si es durante el crecimiento, pero
si la hipersecreción se produce ya en el estado adulto, solamente crecen los huesos de manos, pies, mandíbula y pómulos,
dando un cuadro de acromegalia.
La Hormona tireotropa TSH responde también a estímulos e inhibiciones hipotalámicos. Al ser segregada a la
sangre, viaja específicamente al tiroides, estimulando la fabricación de la tiroglobulina y la posterior liberación de las
hormonas tiroideas a la sangre. La hipersecreción de TSH conduce al bocio, que puede ir acompañado de hipersecreción de
hormonas tiroideas o de su hiposecreción dependiendo de las disponibilidades de yodo.
La hormona folículo estimulante o foliculina FSH se encarga de activar la producción de gametos. En el hombre,
la FSH estimula la espermatogénesis, mientras que en la mujer estimula el paso de ovocitos a óvulos y la maduración de
folículo ovárico. Su secreción se regula por el RF hipotalámico correspondiente.
La hormona luteinizante o luteína LH responde también a su RF hipotalámico. Alcanza las gónadas también,
pero su acción es estimulante de la producción de hormonas sexuales, tanto en la células intersticiales de Leyding de
testículo de hombre como en el cuerpo lúteo del ovario de la mujer. Activa también la ruptura del folículo de Graaf para
liberar el óvulo maduro a las tubas uterinas.
La hormona lactotropa o prolactina PRL estimula la secreción láctea en la mama previamente preparada por la
luteína y las hormonas sexuales. Responde a su RF específico.
En los Vertebrados Inferiores se distinguen un lóbulo medio de la hipófisis que segrega la hormona melanotropa
MSH, de naturaleza proteica, que es regulada por factores de liberación e inhibición hipotalámicos. Actúa a nivel de la piel,
estimulando la fabricación de melanina y su distribución por el melanocito, para producir hiperpigmentación cutánea.
Lóbulo Posterior de la Hipófisis:
En el lóbulo posterior de la hipófisis o neurohipófisis se produce el almacenamiento y liberación al torrente
circulatorio de dos hormonas que en realidad se fabrican en los somas neuronales del hipotálamo y son transportadas hasta
la hipófisis a lo largo de los axones. Por lo tanto, la neurohipófisis no es una verdadera glándula, sino solamente un lugar de
almacenaje y distribución.
La vasopresina, hormona antidiurética o adiurética ADH es un octapéptido cuya acción se realiza a nivel de la
parte distal de los túbulos renales, en los que estimula la reabsorción del agua, disminuyendo el volumen urinario.
Paralelamente se retiene más líquido en el sistema vascular, con la consiguiente subida de la tensión arterial.
La oxitocina es también un octapéptido, muy semejante al anterior en la especie humana; en algunos animales, el
lóbulo posterior solamente segrega una hormona, que realiza las funciones de las dos humanas. La oxitocina estimula
específicamente la contracción del útero, provocando el parto. También hace contraerse a las miofibrillas que rodean los
alvéolos mamarios, provocando la lactorrea o salida de la leche al exterior. La producción de oxitocina, en este caso,
responde directamente al reflejo de succión en el pezón.
Tiroides:
La glándula tiroides es de origen endodérmico, pues se forma a partir del tracto digestivo, es bilobulada, adosada
al cartílago cricoides de la laringe en su parte anterior o ventral. Al microscopio presenta una estructura en vesiculillas o
folículos rodeadas de un epitelio cúbico, que es el tejido secretor.
El interior del folículo es un coloide proteico, rico en yodo, que es el resultado de la secreción de la glándula. La
acción hormonal sin embargo, no corresponde a la tiroglobulina así formada, sino solamente a dos de sus componentes, que
se liberan por hidrólisis de la proteína para salir a la sangre a ejercer su acción.
La tiroxina T4 es la principal hormona tiroidea. Deriva de un aminoácido proteinogenético, la tirosina que se ha
combinado consigo mismo para formar la tironina, sobre la que se ligan cuatro átomos de yodo. Por eso recibe también el
nombre de tetrayodotironina.
La triyodotironina T3 es la otra hormona tiroidea. Es similar a la tiroxina, pero carece de uno de los átomos de
yodo.
Ambas hormona son segregadas por las células del epitelio cúbico que rodea los folículos del tiroides. En realidad
lo que se forma es la tiroglibulina, en cuyo seno van combinadas las dos hormonas; al hidrolizarse la tiroglibulina, salen a la
sangre T3 y T4, que se reparten por todo el organismo para ejercer su acción.
La acción de las dos hormonas es similar. Actúan sobre todas las células del cuerpo estimulando el metabolismo, es
decir, activando todas las reacciones químicas, tanto de síntesis como de degradación, con aumento de la actividad general y
del consumo de energía.
El exceso de producción de hormonas tiroideas ocasiona el hipertiroidismo, que se manifiesta en delgadez,
hiperactividad, inestabilidad emocional y gran derroche de energía en forma de calor, acompañado de intensa sudoración y
ligera hipertermia.
El hipotiroidismo de origen a dos tipos de trastornos:
Si el defecto de hormonas T3 y T4 se produce durante el desarrollo, se ocasiona un retraso general del crecimiento,
y en particular del cerebro, con fuerte retraso mental, obesidad y lentitud motora, que configuran en cuadro de cretinismo.
En el individuo adulto, la hipofunción tiroidea conduce a un estado de cansancio permanente, obesidad, escaso gasto
energético y enlentecimiento de la actividad general. Se suele acompañar también de calvicie e hipotermia, y el cuadro
recibe el nombre de mixedema.
Dado que las hormonas T3 y T4 son idénticas en todos los Vertebrados superiores, el hipotiroidismo se corrige
tradicionalmente con extractos de tiroides de animales de matadero, típicamente de ternera.
La regulación de la producción de hormonas tiroideas viene determinada por la TSH de la hipófisis, la cual a su vez
es regulada por el factor hipotalámico TSH-RF. Al mismo tiempo existe un mecanismo de feed-back o retroalimentación
por el cual un exceso de T3 o T4 en la sangra inhibe la producción de TSH y de TSH-RF, hasta que se alcanza el equilibrio.
Cuando se desequilibra esta sistema y existe u exceso de TSH, la glándula tiroides se hipertrofia, haciéndose
patente en la garganta, y puede llegar a adquirir gran tamaño. Esta hipertrofia se conoce con el nombre de bocio.
Si se dispone de yodo en cantidad suficiente, el bocio se acompaña de exceso de producción de hormonas,
originando el bocio exoftálmico o enfermedad de Graves Basedow, con los síntomas típicos del hipertiroidosmo y además
exoftalmos y bocio.
En zonas de alta montaña, el aporte de yodo en la diete es tan escaso, que aunque la glándula se hipertrofie no hay
exceso de T3 y T4 producidas, sino que aún puede haber hipotiroidismo con mixedema, a pesar del bocio.
En el tiroides se produce también una tercera hormona en pequeñas cantidades. Se trata de la calcitonina, de
naturaleza proteica, que se segrega en células específicas situadas entre los folículos. Su misión es parcialmente contraria a
la de la paratohormona, y tiende a rebajar el nivel de calcio en la sangre, estimulando su depósito en el hueso.
Paratiroides.
Embebidas dentro del tiroides se hallan las cuatro glándulas paratiroides que segregan la paratohormona,
encargada de elevar el nivel de calcio en la sangre. Su acción es triple. A nivel del intestino facilita la absorción del calcio.
En el hueso, estimula el recambio mineral. En el riñón, facilita la eliminación de fósforo. En conjunto, la paratohormona
eleva el nivel de calcio sanguíneo y rebaja el de fósforo.
Un exceso en la producción de paratohormona conduce a la desmineralización del hueso, con osteítis fibrosoquística, hipercalcemia e hipofosfatemia. Un defecto de paratohormona produce una hipocalcemia que puede desembocar
en un estado de tétanos o tetania, con contracción convulsiva de los músculos, ya que el calcio es necesario en el
funcionamiento muscular.
Glándulas Suprarrenales:
Las glándulas o cápsulas suprarrenales o adrenales se hallan adosadas al riñón, por su parte superior, y tienen
doble origen embrionario y doble función.
La médula de las cápsulas suprarrenales es de origen ectodérmico nervioso; se origina a partir del cordón neural
primitivo, del cual un grupo de células emigra hasta su localización final.
La corteza, por el contrario es de origen mesodérmico.
Médula Suprarrenal:
La estructura de la médula suprarrenal es la de un ganglio nervioso simpático. Recibe inervación directa del
simpático, y las células segregan precisamente los neurotransmisores típicos de ese sistema: Adrenalina y noradrenalina.
La diferencia es que en vez de dirigirse a un solo órgano diana, se difunden por todo el cuerpo con la sangre, actuando en
conjunto exactamente igual que el sistema simpático, pero con mayor duración en su acción. Preparan el organismo para las
situaciones de alarma en las que se necesita un esfuerzo suplementario y mayor atención.
Estimulan el metabolismo en general, facilitando la utilización de la glucosa y su formación a partir del glucógeno,
con lo que se eleva su nivel sanguíneo; estimulan el corazón y los pulmones, erizan el vello, dilatan los capilares de los
músculos y contraen los superficiales y viscerales, con palidez y subida de la tensión arterial; producen midriasis o
dilatación de la pupila, frenan la actividad visceral.
Corteza Suprarrenal:
La corteza suprarrenal es de origen mesodérmico y las hormonas que segrega son todas de naturaleza esteroide.
Responde directamente al estímulo de la ACTH hipofisiaria, la cual a su vez se segrega bajo las órdenes del ACTH-RF
hipotalámico.
La corteza suprarrenal segrega los corticoides de varios tipos.
Los glucocorticoides regulan el metabolismo de los hidratos de carbono. Son varios diferentes, destacando tres:
Cortisol, cortisona y corticosterona. Su acción se realiza fundamentalmente a nivel de la glucosa. Activan la
gluconeogénesis o fabricación de glucosa a partir de sustancias no hidrocarbonadas; activan el mismo tiempo el catabolismo
de las proteínas, con desaminación de los aminoácidos para poder ser utilizados para fabricar glucosa. Activan también la
beta-oxidación de los ácidos grasos, con aumento de los niveles de cuerpos cetónicos en sangre. En conjunto, los
glucocorticoides son hiperglucemiantes, es decir, elevan el nivel de glucosa en sangre,
Los mineralocorticoides regulan la excreción de cationes por el riñón. La aldosterona es la hormona más
importante de este grupo. Retiene sodio y elimina potasio en la orina, lo que conlleva retención secundaria de líquidos por la
presión osmótica del sodio retenido, y acarrea hipertensión arterial.
La corteza suprarrenal segrega también una pequeña cantidad de hormonas sexuales, estrógenos y andrógenos.
La hiperfunción de la corteza suprarrenal ocasiona el síndrome de Cushing: Obesidad por gran retención hídrica,
hipertensión y osteoporosis por desmineralización ósea.
La hipofunción de la corteza suprarrenal ocasiona el síndrome de Addison, con debilidad, hipotensión y
melanización o hiperpigmentación cutánea. Existe un mecanismo de retrorregulación por el cual un exceso de corticoides
inhibe la producción de ACTH y ACTH-RF, mientras que un defecto de corticoides estimula la secreción de ambas
hormonas, que a su vez estimulan la corteza suprarrenal.
Páncreas:
El páncreas es una glándula situada en el asa del duodeno y con doble misión, exócrina y endocrina. La masa
fundamental está formada por los acini que segregan el jugo pancreático, de función digestiva, que se vierte al duodeno por
el conducto de Wirsun. Entre los acino se encuentran grupos de células que no participan en la exosecreción, llamados
islotes de Langerhans, de misión endocrina. En ellos se distinguen al microscopio dos tipos de células.
Las células alfa de los islotes de Langerhans del páncreas segregan una hormona llamada glucagón que activa la
glucogenolisis o degradación por hidrólisis del glucógeno hepático, liberando glucosa que sale a la sangre produciendo
hiperglucemia. Es un polípéptido.
Las células beta producen la insulina, formada por 51 aminoácidos en dos cadenas unidas mediante dos puentes
disulfuro. Es la única hormona humana con acción hipoglucemiante directa. Activa la glucogénesis o formación de
glucógeno a partir de la glucosa y sobre todo facilita el paso de la glucosa a través de la membrana celular, para se quemada
en las cadenas respiratorias y producir energía.
El defecto de insulina provoca la fuente subida de la glucosa en sangre, pues no se forma glucógeno no se puede
utilizar por las células para desprender energía. El organismo reacciona movilizando las reservas de grasa, activándose la
beta-oxidación de los ácidos grasos, con aumento de los cuerpos cetónicos en sangre. La subida de glucosa en sangre hace
que se traspase el umbral de eliminación renal, y en la orina se empieza a encontrar la glucosa en grandes cantidades,
arrastrando consigo mayor volumen de agua; el resultado es una gran poliuria acompañada de intensa polidipsia o ingesta de
líquidos, para compensar la pérdida urinaria. El volumen urinario aumenta espectacularmente y además la orina es dulce,
por lo que este trastorno se conoce con el nombre de diabetes mellitus.
La diabetes se combate con una dieta alimenticia adecuada, con medicación hipoglucemiante y con la
administración de insulina subcutánea, en los casos más avanzados.
La secreción de insulina y glucagón se regula directamente por los receptores que detectan los cambios de la
glucemia o nivel sanguíneo de la glucosa. Una subida del nivel conduce a una mayor secreción de insulina; una bajada de la
glucemia, además de inhibir la secreción d insulina, estimula la secreción de glucagón.
Glándulas Sexuales:
Las gónadas y órganos sexuales, tanto en el hombre como en la mujer, tienen una doble misión. La función
principal es la de producir gametos o células reproductoras. Paralelamente tienen función endocrina. Segregan una serie de
hormonas sexuales cuya misión es facilitar la acción de los gametos.
Las gónadas son de origen mesodérmico y se relacionan embriológicamente con el riñón. Las hormonas que
segregan son de naturaleza esteroide, derivadas del anillo del perhifrofenantreno-ciclopentano. Responden a la estimulación
hipofisaria, por medio de dos hormonas: la FSH activa la producción de gametos, es decir, la espermatogénesis en el hombre
y la maduración del óvulo en la mujer, mientras que la LH activa sobre todo la secreción de las hormonas sexuales en las
células intersticiales del testículo y en el cuerpo lúteo del ovario. Hay también un mecanismo de retroalimentación, por el
cual un exceso de hormonas sexuales inhibe la secreción de FSH, LH y sus correspondientes factores hipotalámicos FSH-RF
y LH-RF.
Testículo:
El órgano sexual masculino es el testículo. Embriológicamente, los dos testículos se forman en el interior de la
cavidad abdominal, pegados a la pared dorsal, cerca de los riñones y en posición ligeramente asimétrica. En Reptiles y Aves
se mantienen en esa posición, pero en Mamíferos se produce una migración de los testículos, que descienden hacia la pared
ventral del abdomen, atravesando el agujero inguinal para alojarse en el escroto, arrastrando en su avance las fascias de las
cuatro capas musculares de la pared abdominal y la cubierta peritoneal, que mantiene su relación lejana con el riñón del
mismo lado.
El tejido productor de gametos se concentra en los túbulos seminíferos, donde se produce la espermatogénesis o
formación de los espermatozoides, que son los gametos masculinos.
Las hormonas sexuales masculinas o andrógenos se forman en las células intersticiales que se hallan entre los
túbulos seminíferos.
Los andrógenos son dos, fundamentalmente: Testosterona y androsterona. Comienzan a producirse ya en la vida
fetal, originando la diferenciación sexual y la migración del testículo hasta el escroto. Al llegar la pubertad se produce un
aumento en la secreción de andrógenos, que ocasionan la madurez sexual y la aparición de los caracteres sexuales
secundarios: Cambio de voz, crecimiento de vello de rostro y pubis, desarrollo esquelético y muscular.
Tanto el exceso de andrógenos como su defecto causan trastornos en la sexualidad. En los casos de hipofunción se
alcanza la esterilidad, con regresión de los caracteres sexuales masculinos y la consiguiente feminización.
Ovarios:
El ovario es la gónada femenina. Tiene también una doble misión: Madurar los ovocitos para su paso a óvulos o
gametos femeninos y segregar hormonas sexuales.
Los ovarios son dos, y están situados dentro de la cavidad abdominal, en relación con las tubas uterinas, encargadas
de recoger el óvulo maduro y conducirlo al útero para su anidación en caso de ser fecundado.
Al nacer mujer, en cada ovario lleva unos 400,000 ovocitos, encerrados cada uno dentro de un folículo. A partir de
la pubertad, los folículos van madurando a razón de algunos por mes, pasado a llamarse folículos de graaf, en cuyo seno se
produce la ovogénesis o producción del óvulo maduro, al mismo tiempo que se segregan las hormonas sexuales. Hacia la
mitad del ciclo sexual femenino, que dura más o menos un mes, la maduración del óvulo de cada folículo coincide con la
ruptura del folículo de Graaf de uno de ellos; el óvulo y sus células acompañantes salen a la cavidad abdominal, siendo
recogidos por la tuba uterina, por la que descienden hacia el útero al encuentro de los espermatozoides. Si el óvulo es
fecundado se convierte en zigoto y anida en las paredes del útero para originar la gestación del nuevo ser. En caso de no ser
fecundado, el óvulo es expulsado al exterior junto con los restos del endometrio o pared interna del útero, que se había
engrosado y preparado para la gestación, y al no haberla, regresa y se desprende.
El ciclo está regulado por las hormonas hipofisarias FSH y LH. La FSH estimula la maduración del folículo, que
además por influencia de la LH empieza a segregar estrógenos ya en la primera mitad del ciclo.
Los estrógenos producen la aparición de los caracteres sexuales femeninos: Vello en pubis, crecimiento de las
mamas, acúmulo de grasa pélvica. Internamente producen también la preparación del útero para la gestación, con el
engrosamiento del endometrio, capa interna fuertemente vascularizada, para recibir el óvulo fecundado. El estrógeno más
importante es el estradiol o 17-b-estradiol.
A la mitad del ciclo menstrual, el folículo de Graaf se rompe, liberando el óvulo maduro, y se convierte en cuerpo
lúteo, que continúa la secreción de estrógenos y empieza a fabricar progesterona, que facilita la anidación del óvulo en el
útero.
Los altos niveles sanguíneos de hormonas sexuales de la segunda mitad del ciclo sexual inhiben la secreción de
FSH y LH en la hipófisis, lo que acarrea la posterior degeneración del cuerpo lúteo, que deja de producir hormonas. El
endometrio, a falta de estrógenos, sufre regresión y sus restos son expulsados con la menstruación al mes de iniciado el
ciclo.
En caso de producirse el embarazo, el embrión comienza enseguida a producir la gonadotropina coriónica
humana HCG que activa la secreción del cuerpo lúteo en ausencia de LH, por lo que se mantienen los niveles adecuados de
estrógenos y progesterona. Posteriormente es el mismo embrión el que segrega la progesterona necesaria, decayendo la
actividad del cuerpo lúteo.
Al termino del embarazo cae abruptamente la producción de progesterona. El endometrio comienza a degenerar y
el cuerpo lúteo segrega otra hormona, la relaxina, que relaja las uniones de los huesos de la pelvis para agrandar el canal
por el que ha de salir el feto. El lóbulo posterior de la hipófisis segrega oxitocina y comienza el parto al contraerse el útero,
expulsando al feto al exterior.
Hormonas de Invertebrados:
Se conocen una serie de hormonas que regulan los procesos más importantes del ciclo vital de muchos
Invertebrados. En general se trata de neurosecreciones, es decir, son la propias neuronas las encargadas de segregar las
sustancias hormonales y liberarlas al líquido circundante, que en los Invertebrados Superiores recibe el nombre de
hemolinfa.
En Artrópodos se conocen varias hormonas que regulan el metabolismo de la muda y la reproducción. Se segregan
en los cuerpos alados y en los cuerpos cardíacos del sistema nervioso, así como en una glándula especializada que recibe el
nombre de glándula portotorácica.
Tienen especial interés las feromonas, que son sustancias químicas que el animal libera el medio ambiente,
difundiéndose en el agua o en el aire, con misión de atracción sexual o social. Desempeñan un destacado papel en la
comunicación entre animales de la misma especie, sobre todo en animales gregarios, por lo que se les ha llamado hormonas
sociales.
Hormonas Vegetales:
Los Vegetales carecen de sistema nervioso y por eso todas las funciones de coordinación corren a cargo del sistema
endocrino. Se conocen varios tipos de hormonas vegetales.
Las auxinas se segregan en las células de los meristemos terminales de los tallos, y se difunden hacia abajo,
estimulando el crecimiento en longitud por reblandecimiento de las paredes celulares, lo que permite su estiramiento y el
crecimiento de las células. Las auxinas de la yema terminal superior del tallo también inhiben el desarrollo de las demás
yemas. Si se suprime la yema terminal, inmediatamente comienzan a desarrollarse las yemas laterales, hasta que una de ellas
toma el mando y se erige en nueva yema terminal, comenzando a segregar sus propias auxinas para inhibir a las demás.
Las auxinas se segregan sobre todo en ausencia de luz, con lo que la planta tiende a torcerse, creciendo más por el
lado oscuro y doblándose hacia el lado más iluminado, dando origen al fototropismo. Las auxinas son moléculas sencillas,
derivadas del núcleo del indol.
Las giberelinas estimulan también el crecimiento longitudinal de los vegetales, así como la floración o maduración
sexual. Derivan del ácido giberélico.
Las citoquininas estimulan la división celular, contribuyendo así al crecimiento proporcionado y al
rejuvenecimiento de las estructuras vegetales. Son moléculas sencillas, derivadas del anillo purínico.
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