Consideramos como Edad Media el periodo comprendido desde la caida del Imperio Romano de Occidente (476d. C.), hasta la conquista de Constantinopla por los turcos (1452 d. C.) Derecho bárbaro: La caída del imperio Romano Occidental implico que los bárbaros impusieran su cultura y costumbres (y con ellas sus ideas del Derecho); sin embargo, los bárbaros permitieron a los conquistadores conservar su propio derecho, mientras que ellos seguían aplicándose el derecho bárbaro. A pesar de esta circunstancia, no todo el Derecho Romano se perdió. Los bárbaros utilizaron los jurisconsultos romanos para formular nuevas leyes. A esto se llama Derecho Romano Bárbaro o Vulgarizado. El primer ejemplo de estas leyes lo encontramos en el Código Eurico, llamado así por quien encargo tal obra (467−485). Entre este tipo de obras romanizadas también se encuentra el Alarico o Brevairio de Aniano (506) y el Leovigildo (568−586) así como el importantísimo Fuero Juzgo (554). Este ultimo se distingue de los otros ordenamientos citados por ser ya una regulación aplicable tanto a dominadores como a dominados, mas romanizada y suavizada por el Derecho Canónico. Glosadores y posglosadores Los Glosadores: el nombre de Glosadores proviene del método empleado por sus representantes, en explicar mediante glosas o anotaciones marginales o interlineales, el sentido de los principales textos de la legislación Justiniano. La escuela de los Glosadores fue fundada en Bolonia, a partir del siglo XII, el fundador de esta escuela fue Irnerio ( 1085 − 1125 ). Los Postglosadores: se les identifica también con la llamada escuela de Bolonia, la escuela de los Postglosadores se la ubica desde el siglo XIV al XVII, sus más destacados representantes fueron Bartola Sassoferrato y Balbo de Ubaldis. Al intentar establecer una diferencia entre glosadores y postglosadores se piensa en el método empleado por los representantes de esas dos escuelas, los primeros basaron sus puntos de vistas en la ley Romana recapitulada y los segundos partieron de la propia glosa. Derecho canónico es una ciencia jurídica que conforma una rama dentro del Derecho cuya finalidad es estudiar y desarrollar la regulación jurídica de la Iglesia. Bajo esta definición se engloban tres conceptos que han conformado controversia acerca de su consideración a lo largo de la Historia hasta nuestros días: su finalidad, su carácter jurídico y su autonomía científica. (del griego kanon/, para regla, norma o medida).[1] Pablo de Tarso Pablo de Tarso, originalmente Saulo, también llamado San Pablo Apóstol, el Apóstol de los Gentiles y San Pablo de Tarso (muere en el año 67 en Roma, mártir de la fe). Según Reinaldo Fabris, autor del Libro "Pablo, el apóstol de las Gentes", este personaje no cambió su nombre al convertirse al cristianismo, ya que como ciudadano romano y nacido en Tarso, además de ser judío tenía gran influencia de la cultura helenística y romana, por lo que como todo romano de la época tenía un prognomen relacionado con una característica familiar (el cual es SAULO, su nombre judío), y un congnomen que se asocia a una característica física (que en este caso es PABLO, que es su nombre romano). El conocimiento de la cultura helénica le permite a este Apóstol predicar el Evangelio con ejemplos y comparaciones comunes de esta cultura por lo que el mensaje 1 fue recibido claramente y esta característica marca el éxito de sus viajes fundado comunidades cristianas. Pablo es considerado por muchos cristianos como el discípulo más importante de Jesús, a pesar de que nunca llegó a conocerlo, y, después de Jesús, la persona más importante para el cristianismo. Pablo es reconocido por muchos cristianos como un santo. Hizo mucho para introducir el cristianismo entre los gentiles y es considerado como uno de las fuentes significativas de la doctrina de la iglesia primitiva. Nació entre el año 5 y el año 10 en Tarso, en la región de Cilicia, en la costa sur del Asia Menor (la actual Turquía). La ciudad de Tarso tenía concedida la ciudadanía romana. Por lo que Pablo era ciudadano romano pese a ser hijo de judíos. Hijo de hebreos y descendiente de la tribu de Benjamín, en su adolescencia es enviado a Jerusalén, donde estudia con el famoso rabino Gamaliel. Aquí se une al grupo de los fariseos. Tras la muerte de Jesús, hacia el año 33, comienzan a formarse grupos de seguidores de Jesús. Pablo de Tarso fue un activo perseguidor de estas comunidades. En el año 36 se convirtió al cristianismo, que basados en el libro de Hechos de los Apóstoles, fue gracias a una aparición de Cristo, camino de la ciudad de Damasco. Luego de lo cual pide ser bautizado. De hecho el fue de los que paricipo en la ejecución de San Esteban, el primer martir (denominado protomártir) de la iglesia cristiana de aquel entonces, quien cayera víctima de lapidación no como consecuencia de la barbarie de la multitud, si no como cumplimiento de una ejecución judicial, pues Saulo contaba con la venia de Roma. Comenzó su actividad de evangelización cristiana en Damasco y Arabia. Es perseguido por los judíos y huye a Jerusalén, donde es visto por Bernabé quien lo lleva con Pedro y con Santiago el Hermano del Señor en el año 36. Huye de Jerusalén, escapando de los judíos de habla Griega. Se lo llevan a Cesarea y es enviado a refugiarse en Tarso. Bernabé acude a Tarso y se va con Pablo a Antioquía, donde pasaron un año evangelizando. Antioquía se convierte en el centro de los cristianos convertidos desde el paganismo. Aquí surge por primera vez la denominación de cristianos para los discípulos de Jesús. San Agustín, arzobispo de Hipona San Agustín Obispo de Hipona y doctor de la iglesia (354−430) Uno de los cuatro doctores originales de la Iglesia Latina.. Llamado "Doctor de la Gracia". Patrón de los que buscan a Dios, teólogos, imprenta. Aparece frecuentemente en la iconografía con el corazón ardiendo de amor por Dios. San Agustín era bereber de Argelia[1] . Nació el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, pequeña ciudad de Numidia en el África romana. Su padre, llamado Patricio, era aún pagano cuando nació su hijo. Su madre, Santa Mónica es puesta por la Iglesia como ejemplo de mujer cristiana, de piedad y bondad probadas, madre abnegada y preocupada siempre por el bienestar de su familia, aún bajo las circunstancias más adversas. Mónica le enseñó a su hijo los principios básicos de la religión cristiana y al ver cómo el joven Agustín se separaba del camino del cristianismo se entregó a la oración constante en medio de un gran sufrimiento. Años más tarde Agustín se llamará a sí mismo el "hijo de las lágrimas de su madre". San Agustín estaba dotado de una gran imaginación y de una extraordinaria inteligencia. Se destacó en el estudio de las letras. Mostró un gran interés hacia la literatura, especialmente la griega clásica y a la 2 elocuencia. Sus primeros triunfos tuvieron como escenario Madaura y Cartago. Durante sus años de estudiante en Cartago desarrolló una irresistible atracción hacia el teatro. Al mismo tiempo, gustaba en gran medida de recibir halagos y la fama, que encontró fácilmente en aquellos primeros años de su juventud. Allí mismo en Cartago se destacó por su genio retórico y sobresalió en concursos poéticos y certámenes públicos. Aunque se dejaba llevar ciegamente por las pasiones humanas y mundanas, y seguía abiertamente los impulsos de su espíritu sensual y mujeriego, no abandonó sus estudios, especialmente los de filosofía. El propio Agustín hace una crítica muy dura y amarga de esta etapa de su juventud en sus Confesiones. A los diecinueve años, la lectura de Hortensius de Cicerón despertó en la mente de Agustín el espíritu de especulación y así se dedica de lleno al estudio de la filosofía. Además, será en esta época cuando el joven Agustín conocerá a una mujer con la que mantendrá una relación estable de catorce años y con la cual tendrá un hijo: Adeodato. En su búsqueda incansable de respuesta al problema de la verdad, Agustín pasa de una escuela filosófica a otra sin que encuentre en ninguna una verdadera respuesta a sus inquietudes. Finalmente abraza el maniqueísmo creyendo que en este sistema encontraría un modelo según el cual podría orientar su vida. Varios años siguió esta doctrina y solamente la abandonó después de hablar con el obispo Fausto. Ante tal decepción, se convenció de la imposibilidad de llegar a alcanzar la plena verdad, y por ello se hizo escéptico. TEORIA DEL DERECHO CIVIL, J Alfredo Medina−Riestra, Enrique Romero Gonzáles, Editorial Porrua, Universidad de Guadalajara, 2006, Guadalajara, Jalisco Mexico. 3