Actualmente, existen 20 millones de celulares en uso en el Perú. Solo el cadmio de la batería de un celular es capaz de contaminar 600.000 litros de agua. Actualmente hay 3.000 millones de usuarios de celulares en el planeta. Si todos ellos reciclaran un solo aparato, se ahorrarían 240.000 toneladas de materias primas ¿Dónde mueren los celulares? Por: Fabiola Torres López Enviada especial CHICAGO. Los llaman mineros urbanos porque no trabajan en canteras ni en socavones, sino en plantas instaladas a solo 15 minutos en auto del centro de Chicago, a donde llegan toneladas de celulares, computadoras y equipos de telecomunicaciones en desuso provenientes de diferentes partes del mundo. Allí, decenas de operarios desarman cuidadosamente estos aparatos para extraer pequeñas cantidades de oro, plata, cobre y otros componentes que esconden en su interior. Los hallazgos son sorprendentes: de una tonelada de tierra extraída de una mina de oro se obtienen en promedio unos cinco gramos de este metal; mientras que de una tonelada de teléfonos celulares, o cerca de seis mil aparatos, se pueden extraer 150 gramos. El mismo volumen de teléfonos móviles contiene, además, 100 kg. de cobre y tres de plata. Lo mejor es que estos peculiares mineros no generan daños ambientales. Por el contrario, los minimizan porque trabajan en el reciclaje formal de basura electrónica, una actividad que por su necesidad y futuro lucrativo está convirtiéndose en una floreciente industria de estos tiempos. Llegamos a las instalaciones de Belmont Trading Company, una de las empresas de reciclaje más grandes de los Estados Unidos que, asociada con la fundición Sipi Metals, procesa noventa toneladas de chatarra electrónica. Una pequeña porción de esta montaña de aparatos proviene del Perú, desde que Movistar empezó en mayo pasado la exportación de los primeros contenedores de celulares desechados por los usuarios que atendieron el llamado de su programa de reciclaje. CONSUMO Y BASURA Si bien los rápidos cambios tecnológicos y los precios más asequibles han permitido la expansión de celulares y computadoras en el planeta, el lado sucio de este fenómeno es la creciente acumulación de aparatos obsoletos o en desuso aun cuando todavía funcionan. Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), cada año se producirían entre 20 y 50 millones de toneladas de basura electrónica en el mundo, suficiente para llenar una fila de camiones que cubriría la mitad de la circunferencia de la Tierra. Sin embargo, apenas el 5% de “tecnobasura” es reciclada en condiciones adecuadas para separar sus componentes y devolverlos al ciclo productivo como materias primas. La mayoría de personas opta por almacenar sus teléfonos y computadoras viejas en casa. Algunas los lanzan al tacho de basura común sin imaginar que los convierten en focos de contaminación. Para tener una idea del peligro: solo el cadmio de la batería de un celular es capaz de contaminar 600.000 litros de agua. Una de las más importantes soluciones que el PNUMA y organizaciones ambientales internacionales como Greenpeace han reclamado a los gigantes de la tecnología es que estos asuman la responsabilidad del destino final de los aparatos que fabrican con planes de acopio y reciclaje en condiciones seguras. Ello significa que garanticen que no irán a parar a los vertederos ilegales de China, India o África, donde el reciclaje informal ha contaminado ciudades enteras. LA VIDA DE UN CELULAR Actualmente, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU, por sus siglas en inglés), hay 3.000 millones de usuarios de celulares en el planeta. Si todos ellos reciclaran un solo aparato, se ahorrarían 240.000 toneladas de materias primas. De esta manera se reduciría la emisión de gases de efecto invernadero en la misma medida que si cuatro millones de autos dejaran de circular por nuestras calles. Solo en América Latina se desechan más de 50 millones de celulares cada año, lo que ha motivado que Nokia y Movistar desarrollen un programa integral de acopio de teléfonos y equipos que sus clientes dejan de usar para trasladarlos a las plantas de reciclaje de Belmont Trading Company, en Chicago, donde se reciclan medio millón de celulares por año. “El tiempo promedio en el cual un usuario renueva su equipo celular es de aproximadamente dos años. Sin embargo, cada vez son más las personas que cambian sus celulares antes de que concluya su vida útil. Por ello, su reciclaje es una necesidad”, dice Elizabeth Galdo Marín, directora de Asuntos Regulatorios y Responsabilidad Social de Movistar Perú. COMPONENTES REUSABLES El 90% de los componentes de un celular es reutilizable y puede volverse a transformar en materia prima para fabricar nuevos productos como suelas de zapatos, recipientes de plástico o parachoques de automóviles. “Con los metales preciosos se hacen lingotes de oro y cobre para producir piezas de joyería y tubos para conductores de electricidad”, explica Consuelo Velarde, directora para América Latina de Belmont Trading Company. El reciclaje de aparatos electrónicos ahorra recursos naturales y minimiza los impactos al ambiente cuando se realiza con procesos seguros. Pero otra de las exigencias de los organismos ambientales a las empresas de tecnología es la reducción de materiales nocivos en la producción de sus aparatos para facilitar su reciclaje. De hecho, este año salió al mercado un modelo de celular elaborado con botellas de agua recicladas. Si usted ya pensó en cambiar su equipo por un modelo más avanzado que lo ayude en sus tareas y satisfaga sus necesidades, comuníquese primero con su proveedor y lleve su celular a un centro de acopio para su reciclaje. Un convenio poco respetado Veinte años después de adoptado el Convenio de Basilea, que describe la basura electrónica como un desecho peligroso y prohíbe a los países firmantes deshacerse de sus residuos mediante su movimiento transfronterizo, poco se ha hecho para detener las exportaciones ilegales de estos residuos hacia países en desarrollo, donde las leyes de protección al trabajador y al ambiente son inadecuadas, insuficientes o no se aplican. China, India, Ghana y Nigeria son los destinos principales de la basura electrónica del mundo. Los contenedores llegan camuflados bajo la etiqueta de bienes de segunda mano. Estos residuos acaban en plantas de reciclaje informal donde el material se quema a cielo abierto. El Perú se encuentra entre los países latinoamericanos firmantes del Convenio de Basilea. EN PUNTOS Hay 5 millones por reciclar Movistar Perú tiene urnas de recojo de celulares en desuso y accesorios (no importa la marca ni el operador) en todos los centros de atención al cliente del país. Actualmente, existen 20 millones de celulares en uso en el Perú. Pero cada año, cinco millones de estos aparatos son descartados. Las nuevas leyes en Europa y Japón prohíben el uso de ciertas sustancias tóxicas en la producción de celulares y computadoras a fin de que su reciclaje sea más fácil y seguro cuando hayan sido desechados. En Australia, Bélgica, Japón, Los Países Bajos, Noruega y Suecia funcionan sistemas de devolución mediante los cuales cuando se compra un equipo electrónico nuevo, el distribuidor recoge el viejo equipo para reciclarlo.