NUEVO RECORTE A LAS TRANSFERENCIAS

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NUEVO RECORTE A LAS TRANSFERENCIAS
Por Jaime Castro
Las transferencias o participación de las entidades territoriales en los ingresos de la Nación se
justifican por varias razones. Una de ellas, el inequitativo reparto de los ingresos tributarios
entre los diferentes niveles de gobierno. De cada cien pesos que los colombianos pagamos a
titulo de impuestos en los años 2004 y 2005, la Nación recaudó el 81.3%, los departamentos
el 6.0% y los municipios el 12.6%. Otra medición indica que los impuestos que recauda la
Nación valen el 15% del PIB, los municipales el 2% y los departamentales el 1%. Lo anterior
explica porqué las transferencias. Constituyen la principal fuente de financiación del gasto
social: educación y salud públicas y saneamiento básico (acueducto, alcantarillado, aseo).
Sostienen el 91% de los costos de la prestación de los servicios educativos estatales.
A pesar del peso y la importancia que las transferencias tienen para la vida de las entidades
territoriales y la inversión social, el Gobierno y el Congreso en el 2001 decidieron recortarlas
(“desacelerar” el crecimiento razonable que habían tenido desde 1968, año en el que por
primera vez se constitucionalizaron las de los departamentos con el nombre de situado fiscal).
El acto legislativo 01 de 2001, que promovió el entonces Ministro de Hacienda, Juan Manuel
Santos, dispuso, en efecto, que las transferencias no crecieran como venían haciéndolo (al
mismo ritmo de los ingresos corrientes de la Nación), sino que, entre los años 2002 y 2008, se
incrementaran “en un porcentaje igual al de la inflación causada” más un 2%, al comienzo, y,
luego, un 2.5%. Las congeló porque si sólo crecen tanto como la inflación, más un pequeño
porcentaje, en términos reales, su crecimiento es mínimo.
Oficialmente se dijo que con las decisiones adoptadas se taparía el hueco fiscal de la Nación y
se acabarían las politiquería y la corrupción en el manejo de las transferencias. Ninguno de
esos dos propósitos se ha logrado. Por el contrario, el déficit de la Nación y la politiquería y la
corrupción aumentaron.
Efectos del acto legislativo 01 de 2001
Los ha medido la Contraloría General de la República. Según cifras suyas:
1.
Entre los años 2002 a 2005, el Gobierno ahorró $ 11 billones, pesos de 2005, porque
eso valió el menor ingreso que durante esos años tuvieron municipios y departamentos a
titulo de transferencias.
2.
Como porcentaje del PIB las transferencias crecieron hasta el año 2001: 3.5% en
1994, 5% en 199 y 5.7% en el 2001. A partir del 2002, año en que empezó a regir el acto
legislativo 01, su comportamiento es descendente.
3.
Como porcentaje de los ingresos corrientes de la Nación ocurre el mismo fenómeno.
En el año 2.000 valieron el 41.2%. En el 2001 el 43.0%. En el 2002 el 40.5%. Y en el 2008
deben valer el 33.5%, todo gracias al varias veces citado acto legislativo.
4.
Si a los ingresos
corrientes se suman los recursos
del crédito,
el valor
de las
privatizaciones, los rendimientos de las inversiones de la Nación en el sistema financiero y las
utilidades que generan Empresas como Ecopetrol y el Banco de la República, se tienen los
ingresos ordinarios de la Nación. Frente a estos, las transferencias valen menos y su monto
también cae a partir del año 2002. Estas son las cifras.
Años
5.
2000
34.9%
2001
37.9
2002
35.6
2003
35.4
2004
33.3
2005
31.5
2006
31.0
2007
31.0
2008
30.4
Si al presupuesto de la Administración Central de la Nación se suma el valor de los
presupuestos de sus Establecimientos Públicos se tiene el presupuesto general de la Nación.
En este caso ocurre lo mismo que en el anterior: las transferencias valen aún menos y ese
valor disminuye desde el 2002.
Años
6.
2002
19.3%
2003
17.3
2004
17.6
2005
15.1
2006
14.8
2007
14.7
2008
14.4
Si al presupuesto general de la Nación se suman los presupuestos de entidades como
el Fondo de Regalías y las empresas industriales y comerciales del Estado, v.gr Ecopetrol y las
electrificadotas, se obtiene el ingreso del sector nacional consolidado que también maneja el
gobierno central. Como en los casos anteriores, el valor
de las transferencias cae hasta
representar apenas el 10% en el año 2006.
Años
2000
10.8%
2001
12.2
2002
11.3
2003
11.2
2004
10.5
2005
10.1
2006
10.0
Causas principales del déficit de la Nación
2
El Gobierno promueve un nuevo recorte de las transferencias porque considera que ese es el
rubro del gasto público que debe contribuir a la financiación del déficit fiscal de la Nación.
Olvida que hay gastos en los que los recortes que se hagan producirían mayor ahorro a las
arcas nacionales. Es el caso, por ejemplo, del servicio de la deuda que hace pocos años
valía menos que las transferencias territoriales, pero hoy representa mas del doble de lo que
éstas cuestan al fisco nacional. Las cifras adjuntas así lo demuestran.
Años
Transferencias
Servicio de la deuda
1995
2.7
2.4
1996
4.3
4.9
1997
5.0
6.9
1998
5.9
9.9
1999
7.2
13.4
2000
8.6
15.6
2001
10.9
21.0
2002
11.1
22.9
2003
12.5
27.3
2004
13.5
28.8
2005
14.6
31.5
2006
15.6
38.9
A pesar de que las cifras anteriores son bien reveladoras, para los diferentes Gobiernos
cualquier rubro del gasto público se puede y debe recortar, menos el relacionado con el
servicio de la deuda. El acto legislativo 01 de 2001 se aprobó para dar cumplimiento a un
acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en el que se ofreció frenar el gasto público
“diferente al pago de intereses”. Expresamente se comprometió el Gobierno a una “fuerte
reducción del gasto del Gobierno Central excluyendo el pago de intereses” y a un “estricto
control sobre sus gastos diferentes al pago de intereses”.
A lo anterior agréguese que el gasto ordinario del Gobierno crece todos los años a pesar de
que el Banco de la República y entidades como Fedesarrollo repetidamente le recomiendan,
que se “apriete el cinturón”. Para el presupuesto del año entrante -2007- se apropió partida
de $ 1.2 billones para devolución de un IVA que ya el Gobierno decidió que no hará parte de
la reforma tributaria. Esa partida de $ 1.2 billones servirá para atender los gastos que se
ordenen en los consejos “descomunales” de Gobierno
y para
financiar
los auxilios
parlamentarios encubiertos que se decreten.
Propuesta más política que fiscal
3
El Gobierno seguramente considera que la inversión social del Estado en salud y educación
públicas y en saneamiento básico –acueductos y alcantarillados- no puede ni debe seguir
creciendo porque lo hecho en los últimos 20 años ha sido suficiente para alcanzar niveles
“satisfactorios” de cubrimiento y para crear las condiciones que aseguren la presencia del
sector privado como inversionista, dados los altos niveles de rentabilidad que se ofrecen.
Por eso la inversión social del Estado en las áreas citadas, sigue pensando el Gobierno, se
puede “congelar” decidiendo que no crezca mas en términos reales o que crezca menos de lo
que será el crecimiento de las necesidades y la demanda. Y lo que se gane o “ahorre” con el
recorte a las transferencias puede destinarse a otros gastos. El Ministro Santos,
primer “raponazo” a las transferencias, debe estar
esperando que
autor del
la nueva propuesta le
asegure más recursos para la guerra y la fumigación de los parques naturales.
El Gobierno, que conoce bien las cifras, sabe que del monto total de las transferencias, el 53%
se destina a educación, el 23.5% a salud y cerca del 10% a saneamiento básico. Por ello
también sabe que recortarlas castiga inversión que beneficia principalmente a los sectores
menos favorecidos de la sociedad. Sabe también que ese recorte no le permitirá enjugar el
déficit fiscal de la Nación, que no lo causan las transferencias territoriales sino otros gastos. En
el 2001 se recortaron alegando que era el aporte que municipios y departamentos debían
hacer para la solución de un grave problema nacional: el déficit del gobierno central. Ese
aporte ha valido hasta ahora
$ 11 billones. Para poderlo hacer, las entidades territoriales
fueron sometidas al exigente plan de ajuste fiscal que ordenó la ley 617: despido de miles
de empleados y trabajadores, incremento de las tarifas de sus propios tributos y cancelación
de proyectos y programas sociales.
A pesar de lo anotado, y de las varias reformas tributarias de los últimos años que han
mejorado sustancialmente las arcas nacionales, no se ha logrado tapar el hueco fiscal del
Gobierno. Según la Contraloría General, “la disminución de las transferencias” no se tradujo
en un mejoramiento de las finanzas públicas( de la Nación), pues aunque ello implicó una
reducción de la presión sobre el gasto (del Gobierno), el servicio de la deuda y el déficit fiscal
se profundizaron”. (Subrayas fuera de texto). Lo mismo se podrá decir, dentro de unos años,
cuando se haga el balance del segundo recorte a las transferencias que seguramente
decretarán las mayorías gobiernistas en el Congreso
Que se cumpla la Constitución
Se equivocan las Federaciones de Municipios y Departamentos y quienes tienen reservas
frente a la propuesta oficial cuando creen que se puede “negociar” con el Gobierno y el
Congreso el monto o valor del recorte. Lo que alcaldes y gobernadores deben pedir es que se
cumpla
la Constitución vigente con los incrementos que ordena para las transferencias a
partir del año 2009. Lo deben hacer sin oír los cantos de sirena del proyecto que autorizaría
su reelección inmediata y que sospechosamente se promueve ahora por el Gobierno, tal vez
con el propósito de “endulzarle el oído” a mandatarios seccionales y locales. Si este proyecto
de verdad interesaba y era conveniente para el país, ¿por qué no se tramitó conjuntamente
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con la reelección presidencial? La misma actitud debemos asumir quienes tenemos serios
reparos al recorte propuesto. Todos debemos preguntarle al Gobierno y al Congreso: si el
sacrificio realizado en materia social por municipios y departamentos, durante 7 años, no
sirvió como fórmula para tapar el hueco fiscal de la Nación, ¿por qué, en vez de exigirle un
nuevo sacrificio a las entidades territoriales , no se busca solución distinta a ese déficit?
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