Diferencias entre las Actas de 1978 y 1998 de la UPOV. Relación con el Acuerdo ADPIC El acuerdo ADPIC o TRIPS (Tratado sobre Aspectos de la Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio) establece la obligación de dar protección a las nuevas variedades vegetales ya sea a través de patentes o de un sistema sui generis, dentro de los cuales puede adoptarse el sistema UPOV. El ADPIC relaciona la propiedad intelectual con el comercio y establece la posibilidad por primera de vez de acudir al Sistema de Solución de Diferencias (DSU) de la OMC si los países no cumplen los estándares o normas del ADPIC sobre propiedad intelectual, pudiendo la OMC establecer sanciones a los países infractores. De esta manera, si antes los estándares sobre propiedad intelectual luego de suscribirse un tratado eran materia de discusión y debate en tribunales internos de cada país, hoy en día podrían ser conocidos por internacionalmente a través del mecanismo indicado de la OMC. Tema 1978 1991 La obligación básica de los Estados miembros es “adoptar todas las medidas necesarias para aplicar progresivamente las disposiciones del presente Convenio al mayor número posible de géneros y especies botánicos”. La protección a las variedades vegetales por los Estados miembros sería introducida progresivamente por especie. Sólo se debía otorgar inicialmente protección a 5 especies hasta llegar, en un mínimo de ocho años, a 24 especies protegidas. El artículo 3º del Acta requiere que las partes contratantes proporcionen protección para todos los géneros y especies botánicos, pero no inmediatamente. Los plazos para otorgar esta protección difieren según si el Estado ya era miembro o se trata de un nuevo Estado. Tratándose de los primeros, se otorga un plazo de 5 años contados desde el momento de su adhesión, tratándose de los segundos, se otorga un plazo de 10 años. Se requiere la autorización previa del obtentor para la producción con fines comerciales del material de reproducción o de multiplicación vegetativa en su calidad de tal de la variedad, es decir, si la producción no se realiza con fines comerciales, ésta queda fuera del alcance del derecho del obtentor. Esto es, la protección obligatoria que se debe dar al obtentor según el Acta de 1978 es mínima y si un Estado quiere darle una mayor protección al obtentor y de esta manera restringir el derecho del agricultor, puede hacerlo. Se crea implícitamente el privilegio del agricultor. El Acta en su artículo 15.2 permite a los Estados miembros restringir el derecho del obtentor dentro de límites razonables con el fin de permitir a los agricultores guardar y replantar semilla en sus propias explotaciones, debiendo asimismo salvaguardar los intereses legítimos de los obtentores. El derecho mínimo que según el artículo 5.1 del Acta debe garantizarse al obtentor se refiere a la explotación del material de propagación de la variedad, sin perjuicio que para ciertos géneros o especies botánicos, los Estados miembros puedan ampliar este derecho. Se extendió el derecho mínimo del obtentor al producto de la cosecha, siempre y cuando haya sido obtenido a través de uso no autorizado de material de reproducción o de multiplicación de la variedad protegida y el obtentor no haya podido ejercer razonablemente su derecho en relación con dicho material de reproducción o multiplicación. 4) Variedades esencialmente derivadas: Una variedad puede ser objeto de protección si es claramente distinguible por una o más características importantes. Asimismo y según el artículo 5.1, la variedad protegida puede ser libremente utilizada como fuente de variación para el desarrollo de otra variedad. De esta manera, al obtentor de la variedad inicial no se le reconoce ninguna contribución en el desarrollo de la nueva variedad, aún cuando la variación con la variedad inicial fuera mínima o producida por mutaciones propias de las especies, lo que permitía al nuevo obtentor obtener protección para la variedad así producida. Una variedad que sea esencialmente derivada de una variedad ya protegida puede protegerse si es distinta, homogénea y estable, pero no puede ser explotada comercialmente sin la autorización del titular de la variedad inicial. De esta manera el concepto de “derivación esencial” pasó a estar establecido en el convenio y cumple con la función de regular las relaciones entre los obtentores vegetales que compiten entre si. 5) Duración de la protección: Los períodos mínimos de protección son de 18 años para los árboles o las viñas y de 15 años para otras plantas. Los períodos mínimos de protección se aumentan a 25 años para los árboles y viñas y a 20 años para otras plantas. 1) Géneros y especies vegetales que deben ser objeto de protección: 2) El derecho mínimo del obtentor en relación a la producción del material de reproducción o multiplicación. El privilegio del agricultor: 3) El derecho del obtentor en relación al producto de la cosecha: Detalle y explicación de las modificaciones: 1) Géneros y especies vegetales que deben ser objeto de protección: - Acta de 1978: según su artículo 4.2, la obligación básica de los Estados miembros es “adoptar todas las medidas necesarias para aplicar progresivamente las disposiciones del presente Convenio al mayor número posible de géneros y especies botánicos”. De esta manera, se previó que la protección a las variedades vegetales por los Estados miembros sería introducida progresivamente por especie. Sólo se debía otorgar inicialmente protección a 5 especies hasta llegar, en un mínimo de ocho años, a 24 especies protegidas. - Acta de 1991: con la aplicación práctica del Acta de 1978, al no considerarse particularmente difícil otorgar protección a las variedades de todos los géneros y especies vegetales y en virtud de la incertidumbre que significaba para un obtentor no tener la certeza que dispondría protección para la especie nueva en la que se encontraba trabajando, el artículo 3º del Acta requiere que las partes contratantes proporcionen protección para todos los géneros y especies botánicos, pero no inmediatamente. Los plazos para otorgar esta protección difieren según si el Estado ya era miembro o se trata de un nuevo Estado. Tratándose de los primeros, se otorga un plazo de 5 años contados desde el momento de su adhesión, tratándose de los segundos, se otorga un plazo de 10 años. 2) El derecho mínimo del obtentor en relación a la producción del material de reproducción o multiplicación. El privilegio del agricultor: - Acta de 1978: según el artículo 5.1, se requiere la autorización previa del obtentor para la producción con fines comerciales del material de reproducción o de multiplicación vegetativa en su calidad de tal de la variedad, es decir, si la producción no se realiza con fines comerciales, ésta queda fuera del alcance del derecho del obtentor. Esto es, la protección obligatoria que se debe dar al obtentor según el Acta de 1978 es mínima y si un Estado quiere darle una mayor protección al obtentor y de esta manera restringir el derecho del agricultor, puede hacerlo. Se crea implícitamente el privilegio del agricultor. - Acta de 1991: en la práctica se empezaron a producir problemas en relación a la producción, puesto que de la manera como estaba planteado el privilegio del agricultor, éste no se aplicaba únicamente a los tipos de semillas que éstos solían guardar, si no que se aplicaba también a los árboles frutales y de plantación y a las flores cortadas, por lo que se prestaba a abusos de parte de ellos. De esta manera, el Acta en su artículo 15.2 permite a los Estados miembros restringir el derecho del obtentor dentro de límites razonables con el fin de permitir a los agricultores guardar y replantar semilla en sus propias explotaciones, debiendo asimismo salvaguardar los intereses legítimos de los obtentores. 3) El derecho del obtentor en relación al producto de la cosecha: - Acta de 1978: el derecho mínimo que según el artículo 5.1 del Acta debe garantizarse al obtentor se refiere a la explotación del material de propagación de la variedad, sin perjuicio que para ciertos géneros o especies botánicos, los Estados miembros puedan ampliar este derecho. - Acta de 1991: el derecho del obtentor tal y cual estaba establecido, propició la competencia desleal entre ciertos obtentores que empezaron a utilizar la práctica de, respecto del material de propagación que estaba protegido sólo en ciertos estados, llevarlos a un Estado no protegido donde podían obtener el producto final de la variedad sin mayores problemas para luego volver al Estado donde se encontraba protegido el material de propagación, pero no el producto final para así comercializarlo. De esta manera, el Acta de 1991 extendió el derecho mínimo del obtentor al producto de la cosecha, siempre y cuando haya sido obtenido a través de uso no autorizado de material de reproducción o de multiplicación de la variedad protegida y el obtentor no haya podido ejercer razonablemente su derecho en relación con dicho material de reproducción o multiplicación. 4) Variedades esencialmente derivadas: - Acta de 1978: para el Acta y según su artículo 6.1, una variedad puede ser objeto de protección si es claramente distinguible por una o más características importantes. Asimismo y según el artículo 5.1, la variedad protegida puede ser libremente utilizada como fuente de variación para el desarrollo de otra variedad. De esta manera, al obtentor de la variedad inicial no se le reconoce ninguna contribución en el desarrollo de la nueva variedad, aún cuando la variación con la variedad inicial fuera mínima o producida por mutaciones propias de las especies, lo que permitía al nuevo obtentor obtener protección para la variedad así producida. - Acta de 1991: bajo las condiciones existentes, cabía la posibilidad de producir nuevas variedades introduciendo pocos si es que no tan sólo un gen a una variedad ya protegida o podía suceder que un gen patentado quedaba libre para ser insertado en cualquier variedad vegetal protegida, pero el obtentor de una variedad protegida no podía insertar en su variedad un gen patentado, por lo que se produjo un grave e injusto desequilibrio. De esta manera, según el Acta de 1991 una variedad que sea esencialmente derivada de una variedad ya protegida puede protegerse si es distinta, homogénea y estable, pero no puede ser explotada comercialmente sin la autorización del titular de la variedad inicial. De esta manera el concepto de “derivación esencial” pasó a estar establecido en el convenio y cumple con la función de regular las relaciones entre los obtentores vegetales que compiten entre si. Por las razones anteriormente expuestas, la introducción del concepto de variedad esencialmente derivada es la innovación más importante del Acta de 1991. Si las leyes nacionales incorporan el concepto de variedad esencial, las variedades modificadas no pueden ser explotadas sin la autorización del titular de la variedad de la cual derivan, el que podría denegar o dar dicho consentimiento sujeto a condiciones que pueden ser de naturaleza económica o podrían también, en un caso apropiado, requerir una transferencia de tecnología. 5) Duración de la protección: - Acta de 1978: los períodos mínimos de protección son de 18 años para los árboles o las viñas y de 15 años para otras plantas. - Acta de 1991: con el objeto de reflejar la práctica de muchos Estados miembros y reflejar también sus puntos de vista concernientes a los períodos mínimos de protección, los cuales eran necesarios para proporcionar un incentivo efectivo a la inversión en la mejora vegetal en todas las especies, estos períodos mínimos se aumentan a 25 años para los árboles y viñas y a 20 años para otras plantas.