funcionar a concho

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FUNCIONAR A CONCHO [Revista Nro.98]
Cada vez son más los que recurren a sustancias estimulantes para “rendir”.
Pía Orellana G.
Literalmente, muchos jóvenes se están poniendo pilas. O al menos recargándolas. Quieren obtener un
shock energético y para eso toman Battery o Dark Dog. ¿Resultado? Jóvenes eufóricos, despiertos, que
no parecen exhaustos, pero que sí lo están. Un estado artificial, que en algún minuto les pasará la
cuenta.
Droga legalizada
La irrupción de las bebidas “energizantes” en Chile partió hace dos años con la importación desde
Finlandia de Battery. Tras sortear una serie de problemas con el Servicio de Salud Metropolitano del
Ambiente, logró ser rotulada como “alimento para deportistas”, pero el grueso de los consumidores son
jóvenes de 17 a 25 años que la usan para “rendir”. En el estudio, algunos, en el carrete los más.
Y es que más que energizantes, estas bebidas son estimulantes. Contienen altas dosis de cafeína (lo
equivalente a casi tres tazas de café), sustancia capaz de activar el cerebro o, como explica el
psiquiatra Ramón Florenzano, “poner el pie en el acelerador”.
Específicamente, lo que hacen es estimular los sistemas nervioso central, respiratorio y cardíaco. Son
especialmente riesgosas para los hipertensos, pero el gran peligro radica en que su consumo sea el
punto de partida para el uso de otras sustancias. Según el Dr. Jaime García, médico experto en
nutrición, “estamos frente a una droga más que produce adicción y un gran desgaste. Tiene un período
de cuatro a seis horas en que activa, pero después viene el bajón. Tarde o temprano, el organismo pasa
la cuenta”.
El Dr. Florenzano agrega: “Algunos se transforman en expertos sobre cómo actúan estas sustancias en
su propio cuerpo. Saben cuándo viene la aceleración y cuándo el bajón. La caída propia de la droga
estimulante es desagradable. Entonces ahí ponen freno de mano para bajar y recurren al alcohol u otras
drogas. El peligro por una parte es el policonsumo y, por otra, el que sea el comienzo de una escalada
de droga”.
Estudiar acelerado
Si bien la mayoría de los consumidores la mezcla con trago durante el “carrete”, están quienes recurren
a estas bebidas para estudiar. Especialmente en períodos de estrés o fuerte carga académica.
Desconocen, sin embargo, sus efectos: “Es una pena que muchos alumnos consideren normal consumir
estimulantes para estudiar. Incluso hay quienes piensan que es un mérito, porque muestra su interés por
los estudios”, dice Joaquín García-Huidobro, filósofo y académico. “La verdad es exactamente lo
contrario: pasan los años y uno se encuentra con personas que deben invertir su tiempo y dinero en
llevar a cabo duros procesos de rehabilitación. Utilizar esos recursos es pan para hoy y hambre para
mañana”.
Pero los daños, según él, son más que físicos: “Parte de la madurez de una persona consiste en el
reconocimiento de los límites. Esos límites son elásticos y con esfuerzo podemos llegar a metas que
antes no soñábamos. Pero una cosa es el esfuerzo y otra el recurrir a medios para tratar de ser lo que no
somos. La madurez implica, entre otras cosas, saber que hay tiempos; aprender a reconocer los ritmos
de nuestra propia biología y saber aceptar la derrota; o que haya gente que llega más lejos que nosotros.
Es el viejo tema de la aceptación de sí mismo”.
Con él concuerda el Dr. Florenzano: “Lo importante es saber entretenerse de manera natural. Estas
sustancias provocan un estado artificial. Como toda droga”.
¿Energizantes?
Qué son: Bebidas no alcohólicas que contienen altas concentraciones de cafeína y son capaces de
estimular el organismo, haciendo que la gente esté “prendida”.
Qué contienen: Cafeína, taurina y guaraná (fruto con alta dosis de cafeína).
Dónde se venden: Gimnasios, farmacias, supermercados y discotecas.
Cuánto cuestan: Las nacionales, como Speed Injection, Bliss Energy y Atomic (con menor
concentración de cafeína ), valen entre $700 y $1.500. Las importadas, como Battery y XTC, entre
$1.300 y $2.000. En una discoteca pueden costar hasta $3.500.
La confusión: Los estantes de los supermercados no hacen distinción. Al lado de bebidas isotónicas
como Gatorade (que contienen vitaminas y minerales para reponer los perdidos durante el ejercicio) se
ubican estas bebidas estimulantes. El Dr. Jaime García aclara: “De deportivas no tienen nada. La
cafeína está incluida en la lista de sustancias dopantes (de doping) por lo que no puede ser usada por
deportistas competitivos”. Agrega que no hay ningún estudio científico serio que demuestre que
mejora el rendimiento deportivo de una persona.
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