¿Puedo tomar alcohol si quiero perder peso? Siempre se ha asociado la ingesta de alcohol con el aumento de peso corporal, no obstante, el mecanismo por el cual las bebidas alcohólicas pueden favorecer dicho cambio ponderal depende de muchos factores que a continuación detallaremos para saber si podemos consumir alcohol si deseamos adelgazar En primer lugar, debemos saber que las bebidas alcohólicas contienen agua, etanol y cantidades variables de hidratos de carbono según la bebida, pero generalmente estos hidratos son azúcares simples derivados de frutas, azúcar de mesa u otros endulzantes que se adicionan a las bebidas. Las bebidas alcohólicas aportan cantidades insignificantes de proteínas, grasas, vitaminas y minerales, por lo tanto, se considera que el alcohol sólo es fuente de calorías vacías, ya que no contiene nutrientes esenciales para el cuerpo y su metabolización aporta 7,1 Kcal por gramo de etanol. Por otro lado, su total metabolismo da origen a una sustancia llamada acetato que puede seguir dos vías: utilizarse como energía o ingresar en el ciclo de síntesis de ácidos grasos. Cabe aclarar que el alcohol se absorbe y metaboliza rápidamente en un 90-95%, por lo que al cabo de pocos minutos podemos encontrar niveles de etanol en sangre muy similares al ingerido. En el cuerpo, el músculo no puede utilizar al acetato derivado del alcohol como fuente de energía y este sustrato energético disminuye la oxidación de la grasa corporal, por lo que puede favorecer la síntesis de triglicéridos en el hígado. Entonces, como el etanol se metaboliza a velocidad constante, en condiciones de ingesta normales, la energía liberada del alcohol es usada por los tejidos en reemplazo de los demás sustratos energéticos, como son la grasa o la glucosa. Dependiendo de la cantidad consumida y de la dieta que acompaña a la ingesta de bebidas alcohólicas, éste influye de manera distinta en el peso corporal, ya que si llevo una dieta pobre en calorías pero ingiero bebidas alcohólicas en gran cantidad, mi peso puede reducirse y generar una malnutrición a causa de los escasos nutrientes que el alcohol aporta. En cambio, si llevo una dieta normal en calorías y a ésta le adiciono un elevado consumo de alcohol, puede tener lugar un aumento de peso. Además, si junto a ésto mi dieta contiene elevada cantidad de grasas, puede favorecer la acumulación de las mismas en el cuerpo y sobre todo en el hígado, causando un hígado graso que constituye un factor de riesgo para sufrir otras enfermedades metabólicas. Concluyendo, si llevo una dieta rica en grasas y normal en calorías y mi ingesta de alcohol es elevada, puedo sufrir un aumento de peso ya que la oxidación del alcohol favorecerá los depósitos de grasas en lugar de su utilización como fuente de energía. Por eso, si mi intención es perder peso, no sólo debo moderar la ingesta de alcohol y la frecuencia de su consumo, sino también, llevar una dieta equilibrada, con cantidades suficientes de calorías y sin exceso de grasas. Lo ideal en un plan de adelgazamiento sería no consumir más de 1 vez por semana bebidas alcohólicas y cuando se ingiera, no escoger aquellas bebidas destiladas, licores u otras dulces que además del alcohol, suman calorías provenientes del azúcar. Si quieres adelgazar, recuerda: • Las bebidas alcohólicas contienen calorías y muy pocos nutrientes saludables; • No superar 1 vaso de bebida alcohólica por día en las mujeres y 2 en los hombres cuando se ingiere; • Intentar consumir alcohol sólo 1 vez por semana; • A mayor graduación alcohólica más calorías; • Escoger bebidas que contienen poco azúcar.