Hacia una epistemología de los Nuevos Objetos-Mundo Sociales (NOMS) [Borrador, no citar]

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Hacia una epistemología de los Nuevos Objetos-Mundo
Sociales (NOMS)
[Borrador, no citar]
Pablo Navarro
Universidad de Valencia, España
Resumen
Los Nuevos Objetos-Mundo Sociales (NOMS) son sistemas sociales constituidos a
escala global y definidos cada uno por una dinámica propia y unitaria que abarca todo el
planeta. Los NOMS –que van desde instrumentos especializados de interacción como
Couchsurfing a complejas estructuras como el sistema financiero global-- no son solo
sistemas unitarios desde un punto de vista ontológico; son también, desde una
perspectiva epistemológica, unidades de análisis peculiares que requieren un tratamiento
epistémico acorde con su naturaleza y características. Llamaremos a este tratamiento
“sui generis” el “enfoque epistémico NOMS”.
Cada NOMS puede concebirse de dos modos: en tanto que totalidad sistémica en sí
misma, y en su condición de componente de un ecosistema que incluiría también otros
NOMS que colaboran en el propio proceso de producción y reproducción del NOMS
inicialmente considerado. Concebido como totalidad sistémica en sí misma, un NOMS
sería la unidad de análisis básica del enfoque NOMS. Esta unidad básica de análisis se
definiría en términos de procesos más que de individuos pertenecientes a una población.
Se trataría de procesos organizacionalmente cerrados (es decir, articulados de tal manera
que son sinérgicamente productivos, autoproductivos y autorreproductivos de sí mismos
y del objeto --del NOMS-- cuya dinámica constituyen).
Mientras que en los esquemas más habituales de investigación sociológica se comienza
por la delimitación de una población objeto de estudio, en el enfoque NOMS el punto
de partida es más bien la detección de procesos articulados en el apuntado sentido
sinérgico-productivo. Esa detección tiene el carácter de un “bootstrapping” recursivo: a
partir de una relación mutuamente productiva y reproductiva, relativamente simple,
entre dos unidades procesuales (digamos, una demanda social y la correspondiente
oferta), se trataría de ir detectando y añadiendo nuevos elementos procesuales que de
algún modo colaboran con los iniciales. Esa articulación de nuevos elementos
procesuales proseguiría hasta que el conjunto de los procesos que construyen el NOMS
en cuestión está lo suficientemente saturado como para definir claramente el contorno
propio de ese objeto.
Una vez definido ese contorno, es posible y conveniente descender al análisis de los
factores de cada proceso, que podrán ser individuos, actores, grupos e instituciones
sociales, etc.
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Lo que se propone pues como “enfoque epistémico NOMS” es un planteamiento en
primera instancia “top-down”, que deberá modularse, en sucesivos ciclos recurrentes de
la investigación, con aproximaciones de profundización reconstructiva “bottom-up”.
1. Introducción: los Nuevos Objetos-Mundos Sociales (NOMS) como
elemento estructural característico de la Sociedad Global
Según se ha postulado en otros lugares (ver la Revista Española de Sociología, vol. 25,
núm. 1, Monográfico “Los Nuevos Objetos-Mundo Sociales como vectores de la
globalización”, enero 2016), los Nuevos Objetos-Mundo Sociales (NOMS) son sistemas
sociales constituidos a escala global y definidos cada uno por una dinámica propia y
unitaria que abarca todo el planeta. Los NOMS –que van desde instrumentos
especializados de interacción como Couchsurfing a complejas estructuras como el
sistema financiero global—, se configuran de forma cada vez más clara como los
elementos estructurales característicos de la naciente Sociedad Global. Unos elementos
estructurales activos, cuya dinámica está definiendo los vectores fundamentales que
impulsan y guían el proceso de globalización, a la vez modificando y transportando los
diferentes entornos de la vida social de su previo modo de existencia preglobal a su
condición actual, tendencialmente global (o, con mayor precisión, genuinamente
glocal).
Los NOMS, además, no son solo sistemas unitarios desde un punto de vista ontológico;
son también, desde una perspectiva epistemológica, unidades de análisis peculiares que
requieren un tratamiento epistémico acorde con su naturaleza y características.
Llamaremos a este tratamiento “sui generis” el “enfoque epistémico NOMS”.
2. Los NOMS considerados en su dimensión epistémica: del enfoque
sociológico estándar al enfoque epistemológico NOMS
El estudio de los NOMS parece requerir una aproximación epistemológica peculiar,
bien distinta de la perspectiva que podemos considerar el punto de vista “estándar” en
sociología. Veamos de manera sucinta en qué consiste esta perspectiva que en cierto
modo constituye nuestra “concepción sociológica heredada”.
2.1 El enfoque epistemológico estándar
En ciencias sociales en general, y en sociología en particular, el enfoque epistemológico
más extendido y probado consiste en la formulación hipotética de una relación entre
fenómenos, relación que se contrasta, positiva o negativamente, a partir de cierto
conjunto de datos vinculables a esos fenómenos. La aplicación de este enfoque exige
delimitar de antemano el ámbito en el que se consideran los fenómenos en cuestión.
Como tales fenómenos se prestan a ser analizados, la mayoría de las veces, en términos
de cierto conjunto de características atribuibles a algunos individuos humanos (de ahí
que demos a este enfoque el nombre de atributivo), la determinación de la población de
tales individuos que va a constituir el universo de discurso de la investigación ha de ser
uno de los elementos básicos de esta.
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Repárese en que los fenómenos cuya relación trata de establecer el enfoque estándar
deben ser lo suficientemente concretos como para que sea posible su
operacionalización, es decir, su conexión inferencial con los datos que aparecen a ellos
vinculados, y que han de ser interpretables como indicadores de algún concepto teórico
asociado a tales fenómenos.
A continuación, y en contraste con este enfoque estándar, presentaremos de manera muy
breve algunos de los elementos epistémicos que son propios del enfoque epistemológico
NOMS, y que habrá que articular de un modo u otro (tal vez no todos ellos, pero sí
buena parte de ellos) en cualquier investigación que tenga por objeto aplicar ese
enfoque en la dilucidación de NOMS específicos.
2.2 Elementos del enfoque epistémico NOMS
Veamos cuáles son algunos de esos elementos epistémicos propios del enfoque NOMS,
de los que haremos una presentación forzosamente tentativa y sumaria.
a) La aproximación procesual propia de la epistemología NOMS
En primer lugar, es preciso observar que cuando de lo que se trata es de investigar algún
presunto NOMS la estrategia estándar de producción teórica a la que nos hemos referido
en el epígrafe anterior resulta de escasa utilidad. No quiere esto decir que tal estrategia
no pueda y deba emplearse en ciertas fases o momentos de la investigación que
emprendamos, es cierto. Pero, en general, cuando intentamos describir y entender un
NOMS el enfoque que hemos llamado estándar debe subordinarse a un planteamiento
más abarcador: este planteamiento ha de dotarse, como veremos, no de una perspectiva
atributiva, sino de un punto de vista procesual.
Si el enfoque estándar tiene solo una utilidad menor en el estudio de los NOMS es por
varios motivos. En primer lugar, porque lo más característico de un objeto-mundo no
suele ser una población que tenga tales o cuales atributos, sino determinados procesos
que definen el objeto-mundo en cuestión como sistema, y como sistema, justamente,
global. Por ejemplo, si estamos estudiando el objeto-mundo Sistema Laboral Global,
debemos centrar nuestra atención en procesos tales como la evolución a lo largo del
tiempo de los salarios en los distintos países y/o regiones del mundo, la paralela
evolución de las inversiones globales no solo en términos absolutos, sino también por lo
que respeta a su localización, la evolución igualmente paralela de la productividad en
cada área geográfica y sector productivo, etc. Son todos esos procesos, entre otros, los
que entrecruzándose y apoyándose los unos en los otros configuran el NOMS Sistema
Laboral Global en su cualidad, justamnte, de sistema que despliega una dinámica
coherente, autosostenida y peculiar a escala planetaria.
En el examen de cada NOMS, el resultado de estos análisis de procesos específicos,
considerados a una escala global, debe ser sometido a continuación y en segundo lugar,
a las técnicas estadísticas más o menos complejas que nos proporcionen evidencias
acerca de las correlaciones que tales procesos muestran. Estas correlaciones podrían
interpretarse como indicios de dependencias reales, y nos suministrarían en principio
una base más o menos firme para sostener la existencia de una red específica de
vínculos causales entre tales procesos.
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Por consiguiente, para estudiar objetos-mundo, lo que hay que interrelacionar (y,
probablemente, correlacionar estadísticamente) serán procesos, más que atributos de
individuos en una determinada población. Por ejemplo, si lo que se estudia es el objetomundo Educación Superior Global, algunos de los procesos (entendidos en su
dimensión planetaria) que habría que rastrear y correlacionar serían, digamos, la
evolución de la movilidad de los profesores y de los alumnos de las universidades y
otros centros de educación superior que hay en el mundo (o de una muestra
representativa de ellas), la del grado de internacionalización de los proyectos de
investigación asumidos por esos centros, la de la rapidez y dirección con que se produce
la difusión de nuevas titulaciones, metodologías docentes y procedimientos de
evaluación institucional, etc.
Obsérvese además que, a la hora de estudiar procesos como los apuntados, es preciso
establecer si los mismos actúan de manera secuencial o en paralelo. En uno y otro caso,
la relación de causalidad entre tales procesos será probablemente diferente: procesos
secuenciales pueden indicar causalidad eficiente entre los que son anteriores y los que
aparecen con posterioridad; en tanto que procesos paralelos pueden ser indicio de
causación recíproca y/o de orígenes causales comunes.
b) El análisis de recurrencias
Una vez iniciado el estudio de un NOMS (entendido primariamente, en línea con lo
dicho en el punto anterior, como una articulación peculiar de procesos), conviene pasar
al análisis de las recurrencias observadas en estos. En efecto, los NOMS suelen
constituirse como sistemas de procesos que articulan ciclos de recurrencias (de esos
procesos, o de fases en esos procesos): ciertos momentos y patrones de sus dinámicas
tienden a repetirse en formas casi siempre nuevas, pero identificables en algún aspecto
con las de los ciclos precedentes. Por ejemplo, los Juegos Olímpicos (elementos
fundamentales del objeto-mundo Sistema Global de Mega-Eventos Deportivos) se
repiten cada cuatro años; el objeto-mundo Sistema Científico-Tecnológico Global se
articula por medio de programas de investigación que se reformulan y planifican de
manera recurrente cada cierto número de años (así, los Programas Marco de la UE); el
objeto-mundo Igualdad y Empoderamiento de las Mujeres tiene como elementos
recurrentes de máxima importancia las Conferencias Mundiales sobre la Mujer, que se
han celebrado cada cinco años desde 1975 (a partir de la conferencia de Beijing en
1995, se celebran sucesivas reuniones de “seguimiento”, también cada 5 años).
El análisis de recurrencias sirve no solo para mostrar las continuidades detectables en la
dinámica de un NOMS, sino también para detectar la evolución (los eventuales avances,
innovaciones y cambios de dirección) de esa dinámica. Y esto, justamente, a través de la
comparación diferenciadora entre los sucesivos ciclos de esas recurrencias.
Incidentalmente conviene apuntar que no debe confundirse el concepto de recurrencia
con el de recursividad, más exigente. En cierto modo, todo fenómeno recursivo
instrumenta una recurrencia; pero no toda recurrencia obedece a un fenómeno recursivo
subyacente, aunque es posible, e incluso probable que así sea.
c) La determinación de ciclos de reflexión cognitiva
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Una clase de recurrencia especialmente trascendente es la que representa el fenómeno
de la reflexión cognitiva: los NOMS, en efecto, tienden a dotarse de mecanismos de
autorreflexión cognitiva. Son mecanismos que permiten que tales NOMS dirijan la
mirada a sí mismos, y generen/modifiquen sus propias auto-representaciones, y, por
ende, su propio autoconocimiento. La capacidad de un NOMS de “re-flexionarse” (de
flexionarse cognitivamente sobre sí mismo) es un indicio fiable de su grado de
consistencia como tal NOMS: cuanto más desarrolla un NOMS esa capacidad, más
cohesiva será la dinámica de sus procesos constitutivos.
Estos ciclos de reflexión cognitiva tienen una doble dimensión: teórica y pragmática.
Por la primera dimensión, los NOMS visibilizan para sí mismos lo que son (o, al menos,
lo que entienden que son), pero en principio sin otras consecuencias. Por la segunda
dimensión, y sobre la base de la correspondiente representación autocognitiva, los
NOMS deciden e instrumentan las acciones que van a ejecutar en un futuro más o
menos inmediato; es decir, planifican y programan su dinámica futura. Desde luego, la
dimensión puramente teórica de esta reflexividad cognitiva casi siempre tiene, a corto o
medio plazo, consecuencias pragmáticas, pues motiva de manera virtualmente
inevitable usos pragmáticos a menudo insospechados.
La dimensión teórica de esta reflexión cognitiva a la que nos referimos, en efecto, puede
tener un doble carácter: puramente teórico (se trata de entender cómo funciona el
NOMS en cuestión), o bien teórico-práctico (se trataría en este caso de evaluar el
funcionamiento de un NOMS en contraste con su funcionamiento programado de
antemano, en un ciclo previo de reflexión cognitiva).
Como ya se ha apuntado, la cohesividad de un NOMS se acreciente a medida que
adquiere un grado de reflexividad cognitiva más elevado, a través de la instrumentación
de mecanismos más potentes y elaborados. Estos mecanismos son tan variados que no
cabe aquí intentar elaborar una lista de ellos. Solo se aportarán algunos ejemplos, desde
los que tienen una condición continua (así, los diversos tipos de registros, desde el
registro civil a Google) a los que abarcan grandes periodos de tiempo en el
correspondiente acto de reflexión cognitiva (es el caso, digamos, de los objetivos de
desarrollo sostenible establecidos por el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas,
que en 2015 estableció ya los objetivos globales para el año 2030).
d) La emergencia de mecanismos de sincronización
La cohesividad de un NOMS suele beneficiarse de, y a la vez engendra, mecanismos de
sincronización de muy diverso tipo, que van desde la mera transmisión de señales
relativamente simples (sería el caso, por ejemplo, de un pánico financiero) a la
formulación conceptual-lingüística de secuencias complejas de acciones (formulación
asumida además, conscientemente, por un número más o menos grande de agentes).
e) La concreción de criterios de optimización
Muchos NOMS pueden y suelen desplegar su dinámica característica según criterios de
optimización de alguna magnitud o resultado. Por ejemplo, en el universo social de los
megarricos (los miembros de ese grupo emergente a los que dentro de la investigación
NOMS se ha dado el nombre de “Plutocracia Global”) un criterio obvio de optimización
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es el incremento máximo de patrimonio (pero también hay otros criterios de ese tenor,
como la optimización de la valoración y estima social de cada rico individual).
f) La presencia de mecanismos de auto-mantenimiento
Los NOMS son sistemas relativamente perdurables en el tiempo (lo cual no quiere decir
que estos sistemas no cambien, a veces de manera profunda, a lo largo de su evolución).
Lo fundamental, a este respecto, es que tales sistemas mantienen su identidad como
(básicamente) el mismo sistema a lo largo de esa evolución.
Si los NOMS tienen esa habilidad de perdurar en el tiempo, es porque de algún modo
tienen (o alcanzan) la capacidad de auto-sostenerse o auto-mantenerse como tales
sistemas. Una de las tareas más fundamentales de un analista NOMS consiste en
detectar los elementos básicos que alimentan esa capacidad de auto-mantenimiento. Por
ejemplo, en el caso de los mega-eventos deportivos es evidente que uno de esos
elementos es el seguimiento potencial y real, a escala planetaria, de tales megaeventos
(nadie en su sano juicio pondría en riesgo sin motivo el inmenso capital comunicacional
que ese seguimiento entraña, y esta es una buena razón para que el correspondiente
objeto-mundo perdure y se desarrolle); en el caso del objeto-mundo Plutocracia Global
uno de esos elementos automantenedores sería el conjunto de mecanismos de “relativa
inmunidad fiscal” a través de los cuales los superricos preservan y acrecientan sus
fortunas, etc.
g) La emergencia de mecanismos de auto-reparación
Una de las propiedades más efectivas de los NOMS (al menos de aquellos que están
más consolidados como tales) es la capacidad que con frecuencia desarrollan para (auto)repararse cuando sufren alguna evolución o incidencia su dinámica que compromete
su propia existencia como tales NOMS. Comprobar que esa capacidad existe, y detectar
y definir los mecanismos que la instrumentan, es de gran interés con vistas a realizar un
análisis saturado de cualquier NOMS.
Ejemplos de mecanismos de auto-reparación son, digamos, los propios dispositivos
reflexivo-cognitivos que ya hemos comentado anteriormente, especialmente aquellos
que tienen un carácter teórico-práctico (evaluación y/o (re-)programación de la propia
dinámica de un NOMS; esa evaluación/reprogramación suele ser instrumental en la
evitación de derivas peligrosas en la dinámica del objeto-mundo en cuestión, lo que
equivale a una reparación del mismo). Otro ejemplo lo proporcionaría el mercado y su
capacidad de restablecer el equilibrio económico a escala glocal. Un tercer ejemplo lo
proporcionarían técnicas recientes como la minería de datos, que sirven para reparar
desviaciones respecto de los objetivos establecidos para cierto objeto social, de
envergadura tanto local como global.
En general, los mecanismos de auto-reparación con los que nos vamos a encontrar a la
hora de analizar algún NOMS son de tipo informacional (en el sentido de informacional
antrópico, es decir, manejan información interpretable por humanos o por artefactos
humanos). Dentro de estos mecanismos informacionales, habría que distinguir entre los
(directamente) conscientes y los automático-computacionales.
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No sorprenderá la afirmación de que los mecanismos de auto-reparación de índole
automático-computacional están adquiriendo preeminencia de manera acelerada en la
corrección de las dinámicas propias de cada vez más NOMS.
h) La articulación de mecanismos de clausura organizacional
Los NOMS en general, y aquellos que han madurado como sistemas auto-mantenedores
en particular, disponen de mecanismos de clausura organizacional. Es decir, integran
procesos y dispositivos que hacen que su dinámica se cierre sobre sí misma, de manera
que es capaz no solo de auto-producirse, sino también de auto-re-producirse en “ciclos
creativos” (posible, y casi inevitablemente creativos). Dicho de modo más explícito, en
los sistemas de este tipo el aspecto productivo, y su consiguiente capacidad de
introducir novedades, no empece su aspecto reproductivo, es decir, su habilidad para
volver a articularse y reconstruirse a sí mismo en formas renovadas. (Incidentalmente,
conviene llamar la atención sobre el hecho de que este carácter recurrente abre el
sistema a procesos de adaptación valiosos para su propia supervivencia.)
Ejemplos de mecanismos de clausura organizacional serían aquellos que, como los
sistemas de comunicación en general, producen y reproducen conductas que (re-)
generan, de manera renovada, las condiciones de producción y reproducción de esas
conductas. Un sistema de comunicación como, digamos, una red social es uno de estos
tipos de sistemas: a partir de una “semilla” comunicativa representada por los
mecanismos formales de producción y distribución de información propios de tal
sistema, y a partir de cierto número inicial de usuarios, se expande por medio de las
propias conductas comunicativas de tales usuarios, conductas que involucran a más y
más usuarios conectados en y por esa red.
i) La constitución de mecanismos de apertura informacional
Por mecanismos de apertura se entiende “mecanismos de apertura informacional”, es
decir, dispositivos que introducen variedad en el sistema, pero una variedad asimilable
por este sin pérdida de su condición de clausura organizacional, condición que le
permite mantener su identidad como tal sistema. Para decirlo de manera más elaborada,
la apertura informacional modifica la estructura del sistema y en cierto modo lo
desestabiliza, pero al hacerlo obliga a este a reaccionar acomodando y asimilando
(Piaget) esa nueva información que ha desestabilizado su estructura. Esa reacción
implica una modificación más o menos profunda de la organización del sistema y,
probablemente, de sus propios mecanismos de clausura.
Por ejemplo, un incremento en la diversidad de cierto entorno social (que puede estar
constituido como tal por un determinado objeto-mundo, tal como Facebook) introduce
variedad estructural en el entorno interactivo de los correspondientes usuarios, lo cual
acrecienta las probabilidades de desestabilización de su “clausura organizacional
comunicativa” (la cual les permite producir y reproducir, de manera manejable y
satisfactoria, su ámbito de comunicaciones interpersonales). Esta desestabilización
estructural solo podrá contrarrestarse mediante una modificación en esa condición de
clausura organizacional comunicativa propia de cada individuo usuario de Facebook.
Normalmente, esto significa que el uso de esta red social exigirá recomponer nuestros
“compromisos de interacción comunicativa” (mediante procesos de asimilación y
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acomodación, como ya señalamos) para mantener la viabilidad productiva y
reproductiva del correspondiente sistema (el sistema de interacciones comunicativas de
cada individuo). Esa recomposición equivale a una redefinición de la clausura
organizacional en cuestión, que significará, digamos, una relativa desatención a ciertos
entornos de interacción comunicacional (de tipo comunitario e instrumentados mediante
la interacción cara a cara) y la potenciación de otros como las redes sociales mediadas
socio-digitalmente.
j) Análisis ecológico de los NOMS
Los NOMS no deben solo ser analizados por sus rasgos internos, sino también por las
relaciones que mantienen con lo que podemos considerar su entorno. El entorno de un
NOMS suele ser muy complejo (está compuesto por las constricciones físicas,
económicas, culturales, psicológicas, etc., que contribuyen y posibilitan su
funcionamiento como tal NOMS. El análisis de esas abigarradas conexiones que
cualquier NOMS mantiene con su complejo entorno (o con la colección de entornos
interactuantes con él) es un elemento epistémico fundamental del enfoque NOMS.
k) Análisis ecosistémico de los NOMS
Un aspecto importantísimo de ese análisis ecológico de cada NOMS es el que atañe a la
posibilidad de que en el entorno del NOMS de que se trate figuren otros NOMS
involucrados en relaciones, probablemente recíprocas, con el NOMS en cuestión.
Cuando se considera ese aspecto del entorno de un NOMS, el análisis ecológico se
transforma en análisis ecosistémico, pues ahora tiene como objeto la determinación de
las relaciones entre “especies” particulares (cada NOMS específico presente) de un
entero ecosistema de NOMS. Estos, en efecto, tienden a articularse como ecosistemas
más o menos articulados, pero que en general van ganando en grado de elaboración y de
complejidad. En el límite, pareciera que la moderna sociedad global se dirige hacia una
articulación unitaria de todos los NOMS que alberga y que constituyen su peculiar
arquitectura socioestructural.
3. Problemas de demarcación de los NOMS
La aplicación del enfoque NOMS a la investigación sociológica de vocación y base más
empírica exigirá sin duda abordar un buen número de cuestiones teóricas,
epistemológicas y metodológicas que aquí solo podremos esbozar. En primer lugar, el
investigador interesado en concretar este enfoque habrá de hacer frente a un problema
de demarcación: ¿qué clase de fenómenos deben ser considerados como
manifestaciones de un único NOMS, y cómo diferenciarlos de otros fenómenos que,
aunque contiguos en algún sentido a aquellos, deberían ser más bien adscritos a otro u
otros NOMS distintos del primero? Por ejemplo: ¿debemos considerar al conjunto de la
economía global como un único NOMS, o bien sería mejor concebirlo como un
trenzado de NOMS diferentes, entre los cuales estarían, digamos, el sistema financiero
global, el sistema de desarrollo y difusión de la tecnología planetarizada actual, o el
sistema de selección y circulación de las elites profesionales globalizadas?
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4. La textura autoincrustada de los NOMS
La respuesta a este interrogante deberá basarse en una teoría específica sobre las
relaciones entre los NOMS, teoría que aquí se podrá mínimamente plantear, pero no
desarrollar. A este respecto, y como principio general, es aconsejable adoptar lo que
denominaré “el enfoque bio-ecológico”. Este consiste en asumir que un sistema capaz
de estabilizarse como objeto por estar dotado de cierta coherencia autorreproductiva
(una característica fundamental, como vimos, de los NOMS), puede ser un elemento
constitutivo de otro objeto social dotado, asimismo, de capacidad autorreproductiva.
Esto es lo que ocurre muy a menudo en los sistemas biológicos: en ellos, cada
organismo --desde las bacterias a los humanos-- suele incluir en su seno otros sistemas
autorreproductivos –que van de virus a parásitos intestinales--. Y también ocurre con
frecuencia que una entidad biológica autorreproductiva forme parte de algún otro
sistema autorreproductivo –esto último es lo que le ocurre a cada célula de un
organismo pluricelular, nosotros mismos sin ir más lejos.
De modo análogo, y ya en el plano ecológico más que en el estrictamente biológico, un
ecosistema puede asimismo concebirse como un sistema autorreproductivo. Pero uno
compuesto por la interacción de otros sistemas --también autorreproductivos-- y que son
los organismos de las diversas especies constitutivas de ese ecosistema.
En general, el universo de los sistemas autorreproductivos tiende a configurarse como
una compleja colección de muñecas rusas, cada una de las cuales puede incluir no solo
una, sino tal vez varias matrioskas en cada uno de sus niveles inferiores.
También los objetos sociales en general, y los NOMS en particular, pueden concebirse
desde esta perspectiva. Siempre que creamos haber detectado un NOMS, lo más
probable es que ese NOMS forme parte de una colección de NOMS más amplios. Y, al
mismo tiempo, es también probable que tal NOMS integre una colección de NOMS
subordinados –aunque no meramente locales: estos NOMS de nivel inferior tendrían
que ser subsistemas diferenciados, pero en todo caso planetarios, del NOMS de
referencia.
El problema metodológico que plantea esta constitución ontológica compleja del
universo de los NOMS estriba sobre todo en dos cosas: de un lado, en tener que
distinguir el campo de fenómenos que se va a postular, de entrada, como manifestación
empíricamente abordable de un NOMS. Y, de otro, en tener que establecer las
concomitancias relevantes entre ese dominio fenoménico y el correspondiente a otros
NOMS –subordinados, supraordinados o “trans-ordinados” (a la vez subordinados y
supraordinados, lo cual es asimismo posible) respecto del primero--, otros NOMS que
también parezca razonable postular.
En todo caso, conviene subrayar que la existencia y características de un NOMS
particular se manifiestan, en buena medida, a través de un “principio sinergético” o de
operación conjunta: cuanto más abundantes y elaboradas son las concomitancias entre
un NOMS postulado y otros NOMS hipotéticos, más queda corroborado el carácter de
NOMS de todos ellos, y en especial del inicialmente considerado tal.
A la hora de elegir un hipotético NOMS como objeto de estudio, habrá que balancear el
“trade off” que se produzca entre “evidencias iniciales sobre el carácter
autorreproductivo del objeto”, “campo de fenómenos empíricamente manejables que
más se ajustan a esas evidencias” --este campo delimitaría, al menos de entrada, el
hipotético NOMS-- y “conectividad entre ese dominio de fenómenos y aquellos otros
correspondientes a posibles NOMS conexos con el primero”. Podrá darse el caso, por
ejemplo, de que intuitivamente pensemos que una determinada realidad compleja –así,
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lo que podemos denominar “la economía global”-- funciona efectivamente como un
NOMS. Pero bien podría ser que nos encontráramos con que la base fenoménica de ese
supuesto NOMS es tan compleja que resulta difícilmente abordable en conjunto y de
manera directa. Por lo que quizá fuera aconsejable descender uno o varios peldaños en
nuestra muñeca rusa, y centrar nuestra atención, digamos, en “el sistema financiero
global” (como ha hecho García Blanco, 2015), que a todas luces podría considerarse
como un (sub-) objeto-mundo contenido en (y entrelazado con) el NOMS “economía
global” inicialmente considerado. Este descenso de nivel permitiría no solo iluminar un
campo de fenómenos más manejable desde un punto de vista epistémico y empírico,
sino también descubrir conexiones insospechadas entre ese campo y otros asimismo
constitutivos, con toda probabilidad, del macro-NOMS “economía global”.
En términos generales, el método de acceso a los NOMS que se propone se encuadraría
en el aparentemente inverosímil principio epistemológico del “bootstrapping” (elevarse
en el aire tirando de las correas de las propias botas). Este método producirá a buen
seguro incomodidad en muchos investigadores, que preferirán partir de un suelo de
evidencias predeterminado, sólido, circunscrito e inamovible. Tales estudiosos
probablemente se sentirán confusos y casi mareados ante la perspectiva de tener que
habérselas con toda una caterva de imprevisibles matrioskas epistémicas. Pero, si bien
se mira, el del “bootstrapping” es el método “natural” por excelencia. Al menos, es el
que ha empleado la naturaleza para poner en movimiento ese monumental proceso de
“elevarse progresivamente en el aire tirando de la propia coleta” que es la evolución
biológica. No parece insensato intentar convertir tal método, asimismo, en guía
epistemológica para las ciencias sociales.
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