CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] TÍTULO: DESIGUALDADES DE GÉNERO EN EL ACCESO A PUESTOS DE LIDERAZGO EN LA I+D+i EN SALUD Autor/a: Carla Segovia Saiz (INSTITUTO DE SALUD CARLOS III) Coautor/es: Mónica Segovia (UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS) Elsa María Moreda Sánchez (INSTITUTO DE SALUD CARLOS III) CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] RESUMEN Las mujeres han aumentado su presencia en el mercado de trabajo desde un punto de vista cuantitativo y cualitativo, pero el llamado "techo de cristal" sigue limitando su acceso a puestos de liderazgo. Este es un problema social no sólo porque provoca pérdida de talento, sino también porque refleja las desigualdades de género que aún existen. Por ello, es importante aplicar una perspectiva de género en el análisis. La proporcionada por Risman (2004) permite comprender el porqué de estas desigualdades. El concepto de “techo de cristal” se utilizó por primera vez en los años ochenta, como una metáfora para describir las barreras invisibles, y artificiales, que no permiten que las mujeres accedan a puestos de liderazgo en organizaciones jerárquicas (Johns, 2013). La mayoría de los autores señalan la existencia de una serie de factores sociales y personales, que conducen a la sub-representación de las mujeres en puestos de dirección (Cohen y Huffman, 2003; Albrecht et al., 2003). Dichos factores están íntimamente relacionados con la construcción social de género. Centrándonos en el estudio sobre el "techo de cristal" en la I+D+ I en salud, encontramos que aunque se ha progresado en la igualdad de presencia de mujeres en estudios universitarios, sobre todo en ciencias médicas (Comisión Europea, 2015), estos progresos no se reflejan por igual en las posiciones de liderazgo del mercado laboral. En concreto, en el sector de la I+D+I en Salud en España, Sánchez de Madariaga (2014) ha señalado que "las mujeres están sobre-representadas en puestos de menor estabilidad, prestigio y sueldo", un hecho que contribuye a la "reducción lenta" de la brecha de género en cuanto a integración vertical, pues "a pesar de que la proporción de mujeres en puestos de mayor rango ha aumentado, el incremento es pequeño y apenas alcanza el 50%". Bajo este marco de referencia, el objetivo de este trabajo es analizar casos de éxito de mujeres que ocupan puestos de liderazgo en Organismos Públicos de Investigación en salud, siguiendo una metodología fundamentalmente cualitativa. CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] A través del análisis de las entrevistas en profundidad realizadas a mujeres que ocupan puestos de liderazgo, se constata que entre los principales factores que conducen a la sub-representación de las mujeres en puestos de dirección están aquellos relacionados con la conciliación de la vida laboral y familiar y el papel de la mujer en ambas esferas. Palabras clave: desigualdades, género, I+D+I, liderazgo, salud CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] 1.- INTRODUCCIÓN A pesar de los avances conseguidos en las últimas décadas, la división sexual de la sociedad tiene todavía un efecto negativo en las mujeres. Pese a la creciente presencia de la mujer en el mercado de trabajo existe suficiente evidencia empírica que demuestra la persistente segregación horizontal, vertical y la brecha salarial de las mujeres. Estos datos sobre segregación vertical contrastan con el creciente volumen de mujeres que accede a los estudios universitarios, cuyo porcentaje se ha ido incrementando también en las carreras técnicas y especialmente en las médicas en los últimos años. Por tanto, estamos asistiendo a una pérdida de talento de vital importancia para el avance de la ciencia y la tecnología del país. Este hecho ha motivado desde las instituciones públicas europeas y españolas el mandato de aplicar políticas de género (gender mainstreaming) con el fin de fomentar leyes de igualdad y acciones específicas que permitan la paridad real de hombres y mujeres en las carreras científicas. No obstante, para conseguir un alcance mayor de estas políticas se hace necesario saber cuáles son las causas, factores o condicionantes que están provocando esta segregación vertical o techo de cristal para lo que, sin duda, la perspectiva de género es fundamental. Con este marco de referencia, el objetivo de este trabajo es analizar casos de éxito de mujeres que ocupan puestos de liderazgo en Organismos Públicos de Investigación en salud, siguiendo una metodología fundamentalmente cualitativa. Con ello, se pretende conocer cuáles son los factores que más han influido positiva y negativamente en su carrera profesional. La ponencia comenzará con la conceptualización del Techo de Cristal y la importancia de la perspectiva de género para su análisis, seguido de la exposición de las políticas publicas de género y el análisis de la situación de la mujer en la ciencia con datos objetivos. Por último, se expondrán los resultados de la investigación y las conclusiones. CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] 2.- MARCO TEORICO 2.2.-Definición del Techo de Cristal A lo largo de los últimos años se ha desarrollado un cuerpo teórico y empírico que analiza la segregación vertical o el conocido “techo de cristal”. Este concepto se utilizó por primera vez en los años ochenta, como una metáfora para describir las barreras invisibles, y artificiales, que no permiten que las mujeres accedan a puestos de liderazgo en organizaciones jerárquicas (Johns, 2013). La mayoría de los autores señalan la existencia de una serie de factores sociales y personales, que conducen a la subrepresentación de las mujeres en puestos de dirección (Cohen y Huffman, 2003; Albrecht et al., 2003). Dichos factores están íntimamente relacionados con la construcción social de género. De hecho, es imposible comprender en su totalidad su impacto sin entender el género como una variable estructuradora que marca las decisiones personales y profesionales de la mujer. De esta forma, el género está profundamente arraigado como base para la estratificación, la diferenciación de las oportunidades y las limitaciones. Barbara Risman (2004:432) con su teoría Gender as a Social Structure ofrece una base teórica que permite entender el género como un constructo sociológico (Risman, B, 1998). Según Risman (1998: 296) el género en sí tiene que ser considerado como un factor estructural de la sociedad que no sólo se manifiesta en las personalidades de los individuos, sino también en las normas culturales y las instituciones. Esta estructuración tiene consecuencias en tres niveles: (1) a nivel individual, para el desarrollo de uno mismo dentro de un rol de género (socialización); (2) en el nivel de interacción, determinando las diferentes expectativas que tienen que cumplir tanto hombres como mujeres en la representación de sus roles masculinos y femeninos; y (3) a nivel institucional, que determina las posiciones de poder y las normas culturales que marcan institucionalmente a mujeres y hombres. Este modelo teórico sirve para explicar dos cuestiones importantes que dan forma a la segregación vertical en las carreras científicas. Los tres niveles de este modelo teórico en su totalidad, sirve para entender lo que determina desde la elección de determinados estudios y títulos universitarios hasta la trayectoria profesional de las mujeres. CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] Asimismo, buena parte de las investigaciones que explican la discriminación y desigualdad laboral parten de la división sexual de trabajo. No obstante, hay que tener en cuenta que en este fenómeno intervienen múltiples factores y de muy diversa naturaleza. Según Segovia y Figueroa (2014) estos factores se podrían dividir en dos grupos diferentes en función de si se trata de factores externos a la mujer (FE) y sobre los que ella no puede influir, o si por el contrario se trata de factores internos (FI) sobre los que la mujer puede ejercer algún tipo de influencia o decisión (o factores intrínsecamente unidos a la mujer como la edad) Según esta clasificación, los principales factores que determinan el conocido TC serían: Los factores internos (FI). Los factores internos son aquellos sobre los que la mujer puede decidir, como el nivel o el tipo de formación y los aspectos relacionados con la familia y el rol que desempeña la mujer en esta esfera. Además, dentro de los factores internos se encuentra la edad como un factor que puede determinar el TC. La conciliación de vida familiar y vida laboral es otro de los factores más importantes en la escasa representación de mujeres en puestos directivos. Tradicionalmente, las mujeres tienden a centrarse más en el trabajo doméstico, de manera que dedican menos tiempo al mercado laboral que los hombres. Esto implica que el tiempo dedicado a formación sea menor y además, que dispongan de jornadas laborales más reducidas o flexibles que los hombres. Esta división sexual de las responsabilidades tiene todavía un efecto sobre las opciones profesionales de las mujeres, especialmente en el caso de los cargos de alta dirección, para las que el compromiso es crucial (Castaño et al. 2010) Los factores externos (FE). Los factores externos se consideran todos aquellos que tienen una influencia directa en la carrera profesional de la mujer y sobre los que la mujer tiene menor capacidad de decisión porque provienen de su entorno, como los factores socioculturales, la cultura corporativa y las políticas de empresa. Desde los años 90 ha surgido un grupo de investigaciones que relaciona las dificultades de las mujeres en el entorno laboral con la cultura organizativa. En este sentido, una de los primeras autoras que ofrece una perspectiva de género CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] en las organizaciones es Kanter (1977) que explica las diferencias de género asociadas al sistema estructural de las mismas y considera que las mujeres son menos exitosas en las organizaciones por sus menores redes sociales. Asimismo, Acker (1990, 1998) considera que las organizaciones están en sí mismas segregadas. Por tanto, los procesos que allí se dan no estan concebidos como neutrales desde el punto de vista de género, sino que éste constituye en sí mismo una parte esencial de la propia organización. Castaño, Laffarga, Iglesias, de Fuentes, Martín, Llorente, Charlo, Giner, Vázquez, Núñes y Martínez (2009) consideran también fundamentales las barreras institucionales y culturales de tipo patriarcal dominantes, tanto dentro como fuera de las empresas. Especialmente relevante para el análisis de los factores externos que influeyen en las carreras carreras científicas son, según Brumley (2011), la noción del trabajador ideal. Según esta autora la propia definición de trabajo contiene una preferencia implícita por trabajadores masculinos. En este sentido, el “trabajador ideal” se caracteriza por ser una persona cuyo trabajo es el centro de su vida para el que las responsabilidades familiares quedan en un segundo lugar (Britton y Logan 2008; Williams 2000). Por ello, los “trabajadores ideales” han sido por lo general los hombres, que son percibidos como líderes fuertes, racionales, liberados de las responsabilidades familiares. Por el contrario, las mujeres son percibidas como menos racionales, más emocionales y menos comprometido con el trabajo, sobre todo si son madres. Esta “norma” sobre el trabajador ideal fomenta el mantenimiento de puestos segregados en las organizaciones. CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] 2.2. Políticas de Igualdad en Salud I+D+i Como se ha referido en la introducción, en los últimos años se han venido desarrollando políticas públicas que fomenten la igualdad en las carreras científicas. En este sentido, según la estrategia española de ciencia y tecnología y de innovación 2013-2020, hay una serie de medidas que son compartidas por todas las administraciones comprometidas en su elaboración. Esta estrategia española, representa un esfuerzo por unir las diferentes políticas españolas con los objetivos que persigue la propia Unión Europea en materia de I+D+i, definidos en el nuevo programa marco para la financiación de las actividades de I+D+i, “Horizonte 2020”, lo que va a fomentar la participación activa de todos los agentes del sistema español de ciencia, tecnología e innovación en el desarrollo del espacio europeo de investigación. Haciendo referencia a los principios básicos de la estrategia española de ciencia y, tecnología y de innovación 2013-2020, hay que destacar la incorporación de la perspectiva de género en las políticas de I+D+i para corregir la perdida de capital humano, asociada a la desigual incorporación de las mujeres y su desarrollo profesional en el ámbito de la investigación científica y técnica, tanto en el ámbito privado como público. Este principio conlleva la incorporación de la perspectiva de género en los contenidos de la investigación científica, técnica y de la innovación para que enriquezca el proceso creativo y la obtención de resultados. Por lo que se refiere a España, en la propia Constitución Española de 1978, se proclama la igualdad y la no discriminación por razón de sexo (art.14) y se establece la obligación de los poderes públicos de promover las condiciones para que la igualdad de las personas sea real y efectiva (art.9.2). En el año 2007 en España entró en vigor la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de Marzo, de igualdad efectiva entre hombres y mujeres, que implanta políticas activas sobre el principio de igualdad y se establece por vez primera un instrumento para lograr este objetivo de igualdad: Los Planes de Igualdad. En relación al ámbito especifico de la Ciencia y la investigación hay que recordar que la Comisión Europea formalizo el compromiso de avanzar en la igualdad de género en la CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] investigación en su comunicación de 17 de febrero de 1999. “Mujeres y Ciencia: movilizar a las mujeres en beneficio, de la investigación europea”. En este sentido, en el nuevo programa europeo para el fomento de la investigación e innovación científica y tecnológica, “Horizonte 2020”, considera la igualdad de género como un factor clave para de la I+D+i y se incorporan, tres objetivos estratégicos: 1) Equilibrio de género en los equipos de investigación, 2) el equilibrio de género en la toma de decisiones y 3) la incorporación de la dimensión de género en todos los contenidos de I+D+i. También considera esencial que se mantenga una definición amplia de estos retos, que permita iniciativas de abajo hacia arriba (bottom-up) y proporcione cabida para abordarlos desde el punto de vista de las ciencias sociales y las humanidades, llamadas sin duda, a hacer una contribución esencial al respecto. Es también importante que se establezcan medidas concretas para asegurar una promoción eficaz de la dimensión de género en la I+D+i. En relación al ámbito de la investigación, hay que mencionar la Ley 14/2011, de 1 de Junio, de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, que establece que se promoverá la incorporación de la perspectiva de género como una categoría transversal de la investigación científica y tecnológica; en su Disposición Adicional Decimotercera, dirigida a los organismos públicos de investigación (OPI), incorpora los Planes de igualdad que deberán ser objeto de seguimiento anual. Así mismo se creó en el Ministerio de Economía y Competitividad la Unidad de Mujeres y Ciencia, y en la publicación del Libro Blanco sobre la situación de las mujeres en la Cencía explican que: “La relación de las mujeres con el mundo de la Cencía y la innovación no ha sido fácil, y aunque muchos de los obstáculos con los que se encontraron las pioneras de la Cencía y la tecnología estén ya muy superados, queda todavía un largo camino por recorrer”. En la Visión Estratégica del Espacio Europeo de Investigación adaptada en 2010, se marcó como objetivo para 2030, que la mitad de todo el personal científico , en todas las disciplinas y en todos los niveles del sistema científico, deben de ser mujeres, con el CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] fin de romper tanto la segregación horizontal como vertical, que existe en los diferentes ámbitos profesionales. La Igualdad entre hombres y mujeres es un derecho, y así es reconocido por la Declaración Universal de Derechos Humanos; en la Asamblea General de las Naciones Unidas, (Diciembre de 1979), de la Convención sobre todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), la cual fue ratificada por España en el año 1983. Es cierto que muchos han sido los avances en relación a la igualdad de género. Desde mediados del Siglo XX y principios de los años 70, Naciones Unidas empezó a impulsar Conferencias Mundiales sobre la Mujer y el desarrollo de los estudios de género. Lo cual ha favorecido la creación de políticas que promueven esta igualdad entre los hombres y las mujeres. Tal y como destaca el Informe de los Objetivos de Desarrollo del Milenio del año 2014, en su Objetivo 3, (Promover la Igualdad de género y el Empoderamiento de la Mujer), es necesario concienciar a la población mundial de que un mayor nivel educativo de las mujeres, es esencial para el crecimiento económico de un país, así lo demuestran las mejoras que se han venido haciendo en educación en los últimos 50 años en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), del cual la mitad es debido a los logros en educación femenina. CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] 2.3. La situación de la mujer en la ciencia A pesar de las políticas públicas puestas en marcha, en Europa, la desigualdad de género en ciencia, sigue siendo un problema, que a día de hoy se manifiesta en los países miembros. Tal y como muestra el último informe elaborado por la Comisión Europea “She Figures” (2012), las mujeres representan el 59% de las personas licenciadas en Europa y aunque, el número de doctorandas sigue aumentando, las mujeres están infrarrepresentadas en el personal científico e investigador; sólo el 33% en la UE y el 38% en España, según los datos de la Comisión (2012). Tal y como se afirma en el documento “Las Mujeres en los Premios Científicos en España 2009-2014” debido a esta infrautilización de las mujeres con cualificación científica en Europa, se explica que la Estrategia Europea 2020 se proponga “reducir las desigualdades de género” en el mercado de trabajo como uno de los factores del crecimiento inteligente, sostenible e integrador. En la actualidad contamos con el nuevo Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades 2014-2016, este pretende ser un Plan que responda a las necesidades actuales que tiene la mujer en España. La realidad actual es que la actividad de las mujeres está 13 puntos por debajo que la de los hombres y estás sufren en mayor medida, el desempleo. Los salarios de las mujeres son un 22.9% inferiores a los de los hombres por el miso trabajo. La conciliación entre el trabajo y la familia sigue siendo una asignatura pendiente, especialmente para las mujeres. En el año 2012, casi el 95% de las personas con excedencia por cuidado de hijos o hijas y más del 85% con excedencia por cuidados familiares fueron mujeres. Además según los datos aportados por la Comisión Europea en Febrero de 2014, se afirma que la brecha salarial, entre hombres y mujeres apenas ha variado en los últimos años manteniéndose cercana al 16%. No obstante, es esencial mencionar que gracias a la Ley Orgánica 3/2007 de 22 de Marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, ha supuesto un antes y un después en relación a la elaboración de todas las políticas activas sobre el principio de igualdad. Con ello, la administración general del estado pretende disponer de una herramienta que permita la representación equilibrada de mujeres y garantizar esta igualdad tanto en el empleo público, como en las condiciones de trabajo. CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] 3.- METODOLOGIA La metodología empleada para la realización de la investigación ha sido cualitativa con la realización de entrevistas en profundidad a mujeres que ocupen posiciones líderes dentro de la I+D+i en salud en España. Para ello se ha realizado un guion que ha sido validado siguiendo el siguiente criterio, “analizar casos de éxito de mujeres en la I+D+i en España, para conocer su discurso y percepción sobre el Techo de Cristal en la I+D+i”. Dicha información ha sido obtenida por parte de mujeres que ocupan posiciones de liderazgo en los diferentes Organismos Públicos de Investigación en España, Universidades y Hospitales. En concreto se han realizado 22 entrevistas en profundidad. (2 Senior de laboratorio, 3 Jefas de Grupo de Hospitales , 2 Jefas de Grupo de Centros de Investigación en Salud en España, 2 Nivel 28 de la Administración Pública en Organismos Públicos de Investigación, 2 Nivel 29 de la Administración Pública en Organismos Públicos de Investigación, 3 Catedrática de Universidad, 2 Profesora Titular de la Universidad Politécnica de Madrid, 1 Profesora Titular de la Universidad Autónoma de Madrid, 2 Directoras de una Empresa de Biomedicina, Directora Científica de un Organismo Público de Investigación, etc.) Todas las mujeres entrevistadas han presentado Proyectos de Investigación en diferentes convocatorias nacionales, e europeas y las entrevistas se han realizado de acuerdo a La Ley Orgánica 15/1999 de 13 de diciembre de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD). Para la organización y seguimiento de las entrevistas, se realizó un guion inicial que previamente fue validado. Aquí pretendemos mostrar una primera aproximación a los resultados cualitativos de la investigación. La estrategia que se está siguiendo para analizar es combinar un análisis temático y un análisis cruzado de contextos, (“Cross-site analysis”) (Vallés, M: 1997; Miles y Huberman: 1984). Se está siguiendo un análisis de contenido a través de la agrupación. CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] 4.- PRINCIPALES RESULTADOS A continuación se presentan los resultados de la investigación. En primer lugar, se va a analizar el número de mujeres que ocupan puestos directivos en la I+d+i en salud en España. En un segundo apartado, se exponen un avance de resultados sobre la percepción de las mujeres científicas acerca de los factores que han influido positiva o negativamente en su carrera profesional 4.1. Instituto de Salud Carlos III Tal y como se menciona en Científicas en Cifras, (2011), Estadísticas e Indicadores de la (des) igualdad de género en la formación y profesión científica realizado por la Unidad de Mujeres y Ciencia, hoy en día hay más mujeres que hombres matriculadas y con mejores resultados en la universidad, y sin embargo, todavía son una minoría en algunos programas de doctorado y en los inicios de la carrera investigadora. La proporción más reducida de mujeres se encuentra en los niveles más altos de la carrera investigadora, alcanzando un 15,36% en las cátedras de España. Como ejemplo de lo anterior, a continuación nos centraremos en el análisis del Plan de Igualdad del Instituto de Salud Carlos III, (2014-2018), tal y como se ha mencionado en la introducción, donde se podrá ver la repercusión de los planes de igualdad de los diferentes ministerios. En el Instituto de Salud Carlos III, es el principal organismo de financiación e investigación biomédica que existe en España, en el mismo existen en la actualidad 1.113 personas trabajando, de los cuales 807 son mujeres y 307 hombres. Con esto podríamos afirmar lo que ya hemos venido desarrollando a lo largo de este artículo, que es que hay mayoría de mujeres en el campo de la salud, pero parece ser que estas no ocupan las posiciones de mayor liderazgo. CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] Distribución de hombres y mujeres en puestos directivos del ISCIII. MUJERES HOMBRES TOTAL Director/a General 0 1 1 Subdirectores/as 2 4 6 de 1 7 8 de 1 0 1 12 (75%) 16 PUESTO DIRECTIVO Generales Directores/as Centros (N29) Directores/as Centros (N28) Total 4 (25%) Distribución de hombres y mujeres en posiciones intermedias del ISCIII. POSICIONES MUJERES HOMBRES TOTAL 73 63 136 en 76 47 123 en 57 89 146 199 405 INTERMEDIAS Investigadores/as Principales Primer autor/a publicaciones científicas Ultimo autor/a publicaciones científicas TOTAL 206 CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] 4.2- Factores determinantes del techo de cristal: la opinión de las científicas FACTORES DETERMINANTES DEL TECHO DE CRISTAL FACTORES INTERNOS CAPITAL HUMANO LA FAMILIA FACTORES EXTERNOS SOCIO-CULTURALES LA INDUSTRIA LA ORGANIZACIÓN Un primer análisis de las entrevistas en profundidad realizadas ha puesto de manifiesto la importancia de los Factores Internos y Externos en el análisis de las posiciones ocupadas por la mujer en la investigación en Salud. 4.2.1.Factores Internos En el caso de la I+D+i, los factores que más están influyendo son los factores internos, ya que, aunque hay un mayor número de mujeres en la investigación, son ellas las que menos acceden a los puestos de liderazgo. Es precisamente la conciliación de la vida familiar y profesional una de las claves en el análisis de la segregación vertical. Para Baum (2013) la elección de la familia por encima de la carrera, al menos a medio plazo, es una limitación que segrega a la mujer. Este autor argumenta que los hombres que trabajan media jornada generalmente lo hacen porque no han encontrado un trabajo a jornada completa o porque lo combinan con estudios, mientras que las mujeres buscan conciliación familiar con esta decisión. En general, son muchas las mujeres entrevistadas que consideran que la situación familiar de las mujeres es un aspecto que influye muy negativamente en su promoción: “Yo siempre he hecho todo en relación a mi familia, siempre he priorizado a mi familia, aunque sí que es verdad, que ahora, en este momento, mi marido, tiene un horario mucho mejor y esta muchísimo con nuestras hijas, y yo trabajo muchísimo más de lo que trabajaba antes, o sea dedico más horas hoy en día, pero si el no estuviese, yo dedicaría menos horas“ CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] Además, la necesidad de conciliar de la mujer está determinando, no sólo que no accedan a puestos directivos, si no que se alejen de los sectores donde realmente está el poder: “Porque yo no me creo que mujeres investigadoras no haya muy buenas, en España, las hay muy buenas, ¿se les está teniendo en cuenta a la hora de darles responsabilidad o un puesto de liderazgo?, ahí está el tema….” En muchos casos estas directivas consideran que es la propia mujer la que en un momento de su carrera profesional, opta por relegar ésta en beneficio de lo personalfamiliar, al preferir dedicarse a su familia y no tener aspiraciones profesionales. Y sin ningún lugar a dudas, los roles sociales y culturales son importantes a la hora de marcar cuál es el camino a seguir. “[…]o sea tú lees informes internacionales o informes de la UE, o el último que publico el ministerio y lo ves, o sea el gap salarial está ahí, las mujeres son las más afectadas , porque el tener los niños, llevarlos a guarderías, tener que dejarles con alguien que les recoja, porque la mayoría de las guarderías no son compatibles, con el horario laboral de los padres, y por muy majo, que sea tu jefe, que a veces no lo es tanto, pues una tiene que cumplir sus horas, y cuando empiezas a hacer números resulta que te sale más caro, trabajar que quedarte en casa” 4.2.2.Factores Externos Desde el punto de vista institucional la I+D+i es un ámbito segregado en el que priman los valores masculinos. Esto tiene una implicación directa en el tipo de puestos de trabajo que ocupan las mujeres, de nivel inferior. Esto dificulta el ascenso de la mujer en la escala jerárquica. Al mismo tiempo, cualquier conducta o comportamiento que se aleje de este rol tradicional de la mujer no está bien visto. Por ejemplo, la ambición no es un valor femenino en este contexto, es un valor asociado a lo masculino. De ahí que perviva la segregación vertical. “porque quien ostenta el poder y toma las decisiones, al final son hombres y toman las decisiones siguiendo criterios masculinos, como puede ser este del tiempo que le dedico al trabajo y no la calidad del tiempo que le dedico al trabajo, por tanto, es muy complicado, porque tienen que ser hombres muy CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] inteligentes, y hay muchísimos hombres muy inteligentes, pero que decidan tomar ese tipo de decisiones y favorecer a mujeres donde a lo mejor hay un hombre que trabaja ahí hasta las 22.00 de la noche todos los días es complicado…Creo que es más sencillo si decides no tener hijos” En este sentido, se comprueba que en este entorno de investigación la “norma del trabajador ideal” está influyendo negativamente en las mujeres. Ser un buen investigador significa considerar el trabajo como el centro de tu vida, lo que se traduce en una implicación plena con largas jornadas de trabajo, viajes y trabajo en fines de semana. En este entorno este rol ha sido tradicionalmente asumido por el hombre, que hasta el momento, no ha tenido que compatibilizar con sus responsabilidades familiares. La mujer por tanto, se ha considerado menos implicada en el trabajo. En las entrevistas llegaron a identificar el impacto de estos estereotipos de género en sus carreras profesionales y cómo estas barreras culturales impuestas desde fuera pueden influir en lo que se considera apropiado para una mujer o para un hombre. “[…] bien ¿tú que quieres?, ¿estar más tiempo con tu hijo o estar más tiempo en el laboratorio?, entonces yo tomo esa decisión de continuar o no continuar, porque el sistema no ofrece posibilidades a la mujer para poder hacer las dos cosas, por sistema no me refiero al sistema de I+D+i, si no que me refiero a la administración, al entorno, al ambiente familiar, a la casa”, De hecho, las directivas entrevistadas señalan que para las mujeres es más difícil encajar en este papel exigido como “trabajador ideal” ya que es más difícil seguir una norma que impide la conciliación de la vida familiar- laboral “no me puedo meter en la cabeza de los demás, pero es verdad que las mujeres, siempre suelen priorizar hacerse cargo de los niños, más el tema de los niños y eso es verdad, tú te haces cargo de los niños fundamentalmente y eso es verdad, es la madre, no el padre, pues eso conlleva una serie de problemas porque no puedes estar dirigiendo un súper grupo y a la vez ir a buscar a los niños al colegio, llevar al otro a la guardería, ir a clases de no sé qué…” “Eso es muy difícil y luego a lo mejor en cuanto a ser menos ambiciosas o más ambiciosas, pues no lo sé quizás seamos menos ambiciosas, pues, no se tampoco si ponerlo en plural, pero quizás seamos o hay determinados perfiles de mujer que quizás seamos menos ambiciosas, se conforman con lo que tienen, se resignan ¿no? Y puede ser o quizás los hombres sean más agresivos en sus ambiciones, puede ser…” CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] CONCLUSIONES Tal y como se expresa en la guía práctica para la inclusión de la perspectiva de género en los contenidos de la investigación (Fundación Cirem, 2012), desde finales de los años 90, el tema de la igualdad de género en la ciencia está ganando visibilidad en la agenda política de la Unión Europea. Esta visibilidad se potenció con la comunicación en 1999 llamada “Mujeres y Ciencia: Movilizando a las mujeres en beneficio de la investigación europea”. A pesar de estos esfuerzos las estadísticas siguen señalando la existencia de la segregación vertical en las carreras científicas. Los resultados de la investigación cualitativa señalan que la imposibilidad de conciliación de vida familiar y personal es una de las causas de este fenómeno, junto con una cultura masculinizada en el entorno científico. Schiebinger (2008), afirma que las políticas de igualdad de género en ciencia y tecnología no pueden limitarse a promover directamente la presencia de mujeres, sino que es preciso ir más allá, ya que las instituciones y la investigación científica no son neutrales desde la perspectiva de género. Por tanto, la infrarrepresentación de las mujeres en puestos de liderazgo es una situación que no deberíamos permitir ya que significa la falta de aprovechamiento en puestos de mayor responsabilidad. Además una mayor representación femenina en los niveles superiores de las instituciones produce una mayor visibilidad de la igualdad de género en las instituciones. CARLA SEGOVIA SAIZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS III [email protected] MÓNICA SEGOVIA PEREZ. UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS [email protected] ELSA MARÍA MOREDA SÁNCHEZ. INSTITUTO DE SALUD CARLOS IIII [email protected] BIBLIOGRAFIA Acker, Joan (1998) Hierararchies, Jobs, Bodies: A Theoru of Gendered Organizations in Feminist foundations: Toward transforming society. Thousand Oaks, CA: Sage. Albrecht, J., Björklund, A. y Vroman, S. (2003): “Is there a glass ceiling in Sweden?”, Journal of Labor Economics, vol. 21, nº 1, pp. 145-177. Barbara J. Risman, Gender As a Social Structure: Theory Wrestling with Activism Gender & Society 2004 18: 429 Barbara J. Risman, 1998. Gender vertigo: American families in transition. New Haven, CT: Yale University Press. Brumley, Krista M. 2014. “The gendered ideal worker narrative: Professional women’s and men’s work experiences in the new economy at a Mexican company.” Gender & Society 28(6):799-823. 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