Proyecto de Ley El Senado y la Cámara de Diputados de la Nación

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Proyecto de Ley
El Senado y la Cámara de Diputados de la Nación, sancionan con fuerza de ley
Ley de Protección Animal
Capítulo 1
Disposiciones Generales
ARTÍCULO 1.- Esta ley tiene por objeto la protección integral de los animales.
ARTÍCULO 2.- Serán considerados a los fines de esta ley:
Animales domésticos de compañía: Son aquellos animales que fueron domesticados por el
hombre y conviven en estrecha relación con él; pertenecientes a especies en las cuales no sea
necesaria la reproducción exacta de las condiciones de su ambiente silvestre para la
supervivencia del mismo en un ambiente hogareño. Exceptuando a los animales de granja y / o
consumo.
Animales Silvestres: los que no han sido objeto de domesticación, mejoramiento genético y/ o cría
por parte del hombre.
Animal Callejero: Es aquel can o felino, que vive en situación de calle.
Dueño Responsable: Toda persona que convive habitualmente con animales domésticos bajo
condiciones que garantizan el cuidado animal estipulado en el artículo 3 de la presente ley.
Tenedor: Toda persona que custodia uno o más animales de manera transitoria.
ARTÍCULO 3.- Condiciones básicas de protección animal. Son condiciones básicas para la
protección de los animales:
a) Satisfacción del hambre y la sed.
b) Posibilidad de desenvolverse según sus patrones normales de comportamiento.
c) Preservación de la salud y tratamiento de las enfermedades.
ARTÍCULO 4.- Trato a los animales de compañía. Los dueños responsables y / o tenedores de
animales de compañía están obligados a garantizarles las condiciones vitales básicas. Toda
animal de compañía tiene derecho a vivir conforme a su longevidad natural.
ARTÍCULO 5.- Cualquier persona y / o asociación en defensa de los derechos de los animales
ante cualquier situación sospechosa de incumplimiento de la presente ley puede exigir la
intervención de la autoridad competente para que realice las inspecciones correspondientes.
Asimismo quedarán habilitadas para interponer acción expedita de amparo en los términos del
Artículo 43 Segundo párrafo de la Constitución Nacional.
Capítulo 2
Actos de Crueldad y de maltrato animal. Penas
ARTÍCULO 6.- Modifíquese el Articulo 1 de la Ley 14346, que quedara redactado de la siguiente
forma:
“ARTICULO 1º - Será reprimido con prisión de cinco (5) a quince (15) años, el que infligiere malos
tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los animales.”
ARTICULO 7.- Incorpórese al artículo 2 de la ley 14346 los siguientes incisos.
“Inciso 7.- El adiestramiento de animales con el propósito de aumentar su peligrosidad.
Inciso 8.- Alimentar a animales con otros animales vivos excepto las especies que por sus
particularidades necesiten de ello como única forma de supervivencia
Inciso 9.- Usar animales vivos para entrenamiento o para probar o incrementar la agresividad o la
pericia de otros animales.
Inciso 10.- Utilizar animales vivos en la elaboración de escenas cinematográficas y / o
audiovisuales destinadas a la exhibición pública o privada. Salvo en el caso de que se trate de
documentales entendiendo a los mismos como aquel material audiovisual basado en la utilización
de imágenes reales, para realizar una historia o trama de carácter educativo.
Inciso 11.- La promoción, realización de peleas entre animales de cualquier especie con o sin
fines de lucro”
ARTICULO 8.- Modifíquese el Inciso 1 del artículo 3 de la ley 14346 que quedara redactado de la
siguiente forma.
“Inciso 1°.- Practicar la vivisección de animales de cualquier especie, sin importar cuál sea la
finalidad de la misma ni el lugar en donde se lleve a cabo”
ARTICULO 9.- Incorpórese al artículo 3 de la ley 14346 los siguientes incisos.
“inciso 9.- Ofrecer los animales cualquier tipo de alimento u objetos cuya ingestión pueda causar
enfermedad o muerte.
Inciso 10.- realizar la práctica de tiro sobre cualquier animal”
Capítulo 3
De la Salud animal.
ARTÍCULO 10.- Se prohíbe en todas las dependencias oficiales de la Nación, la práctica del
sacrificio de perros y gatos, como así también, todos los actos que impliquen malos tratos o
crueldad, de acuerdo con lo establecido en la Ley Nacional Nº 14346.
ARTÍCULO 11.- Deberá el gobierno Nacional, junto con las demás jurisdicciones alcanzar el
equilibrio de la población de perros y gatos. Estableciendo la práctica de la esterilización
quirúrgica como único método para el control del crecimiento poblacional de perros y gatos, en
todo el territorio Nacional.
ARTÍCULO 12.- Declárase obligatorio en el territorio Nacional el tratamiento antiparasitario de los
perros y gatos, así como la aplicación de todos los métodos preventivos contra las
antropozoonosis y zoonosis.
ARTÍCULO 13.- La Autoridad de Aplicación coordinará con las provincias y municipios, la
implementación y difusión masiva de las actividades a realizar para el cumplimiento de lo
normado en el presente capitulo.
Capítulo 4
De los experimentos con animales
ARTICULO 14.- No podrán utilizarse en ningún procedimiento, proyecto y/ o investigación.
a) Primates no humanos.
b) Ejemplares de especies amenazadas, según la lista que publica la Dirección Nacional de
Fauna Silvestre.
c) No se utilizaran animales capturados de la naturaleza
d) No se utilizaran animales de fauna urbana ni vagabundos.
ARTÍCULO 15.- Prohíbase:
a) La comercialización de productos cosméticos perfumería y de limpieza en cuya formulación
final haya sido objeto de ensayos con animales.
b) La comercialización de productos cosméticos que contengan ingredientes o combinaciones de
ingredientes que hayan sido objeto de experimentación con animales
c) La realización de ensayos en animales de productos cosméticos acabados.
ARTICULO 16.- Etiquetado. Los productos en que en su proceso de elaboración haya sido
utilizada la experimentación con animales deberán especificar en su etiquetado y/o embalaje en
forma indeleble, legible y visible la frase “ESTE PRODUCTO HA UTILIZADO EN SU
ELABORACION EXPERIMENTACION CON ANIMALES”
Capítulo 5
Prohibiciones
ARTICULO 17.- Se prohíbe el establecimiento, temporal o permanente de circos, parques o
cualquier otro tipo de espectáculo y / o exhibición que ofrezcan como atractivo principal o
secundario, números artísticos en los cuales participen o se exhiban animales, cualquiera sea su
especie.
ARTÍCULO 18.- Prohíbase en todo el ámbito del territorio argentino la instalación de Zoológicos.
Los zoológicos ya existentes al momento de la sanción de la presente ley deberán ser
transformados en unidades de protección de la biodiversidad, cuyos requisitos de habilitación
serán establecidos por la autoridad de aplicación. Teniendo para ello el plazo que la autoridad
competente reglamente, para la adecuación de sus instalaciones.
ARTICULO 19.- En virtud de la prohibición estipulada en el artículo 17. Los empresarios de circos,
parques o cualquier otro tipo de espectáculo y / o exhibiciones tendrán un plazo fijado por la
reglamentación correspondiente, para adecuar sus espectáculos.
Se aplicará el mismo plazo, para que los empresarios de circos, parques o cualquier otro tipo de
espectáculo y / o exhibiciones, realicen la entrega de los animales silvestres a la autoridad
competente.
Una vez cumplido el plazo establecido por la autoridad de aplicación no podrá autorizarse la
instalación y / o realización de las actividades y/o eventos enunciados en el artículo 17 y 18.
ARTÍCULO 20.- La venta de animales vivos sólo podrá efectuarse, desde la promulgación de la
presente ley, en los comercios del ramo especialmente habilitados a tales efectos, y previo
cumplimiento de las disposiciones higiénicas y sanitarias que rigen la materia en la jurisdicción
correspondiente.
En caso de incumplimiento de lo establecido en el párrafo anterior se procederá a la clausura del
establecimiento y el decomiso de los animales a fines de que los mismos reciban el tratamiento
zoo terapéutico que corresponda. Estando su reubicación sujeta a los que la reglamentación
expedida por la autoridad competente disponga. Siendo además, el responsable del
establecimiento, inhabilitado permanentemente para la apertura de otro establecimiento similar.
ARTICULO 21.- Queda prohibido a profesores y / o estudiantes, cualquiera sea el establecimiento
educativo o de enseñanza en el que se desempeñen o asistan, causar ordenar o promover daño,
lesión o muerte a un animal en ejercicio de sus actividades didácticas o de aprendizaje.
ARTICULO 22.- Queda prohibido la tracción a sangre de animales no humanos en zonas urbanas
salvo por motivos de seguridad interior o exterior.
ARTÍCULO 23.- Queda prohibido la entrega de animales como premio u obsequio en cualquier
evento y / o concurso público.
ARTICULO 24.- Prohíbase la realización de carreras de perros, cualquiera sea su raza.
Serán sancionados con las penas estipuladas en la ley 14.346, las personas que intervengan en
la realización de carreras de perros, como así también los organizadores, colaboradores de los
mismos y/o propietarios de los animales.
ARTICULO 25.- La promoción de peleas entre animales de cualquier especie, con o sin fines de
lucro.
Capítulo 6
Autoridades de Aplicación
ARTICULO 26.- Será Autoridad de aplicación de la presente ley la que designe el Poder Ejecutivo
en la reglamentación.
ARTÍCULO 27.- La presente ley deberá ser reglamentada a los noventa (90) días contados a
partir de su promulgación.
ARTICULO 28.- De forma.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Si pudiésemos realmente comprender la frase de Mahatma Gandhi "Una civilización se puede
juzgar en la forma en que trata a sus animales" no haría falta fundamentar la presente ley.
Pero es evidente que no lo hemos comprendido, ya que varios son los frentes que a la estructura
jurídica argentina le falta cubrir con respecto al maltrato animal.
Debemos emprender una cruzada en contra de la crueldad ya que sólo erradicándola, podremos
aspirar a terminar con la brutalidad en el mundo.
En la década del 70 del siglo pasado, comenzó en el mundo a gestarse la concepción de un trato
más ético hacia la naturaleza; criterios que hasta entonces solo se habían reservado para los
humanos.
Hoy, la idea de causar sufrimientos a los animales está completamente consolidada y la sociedad
ya puede exigir que la legislación impida cometer actos sangrientos contra ellos. Esta
reivindicación puede ser expresada diciendo que los animales, sensibles y capaces de sufrir, no
deben ser torturados ni sometidos a actos cruentos. Por tanto, actualmente, la protección de los
animales, ha cobrado una nueva dimensión en la legislación moderna.
El lugar que deben tener los animales en el derecho es consecuencia de una evolución social.
Las leyes son la base de un estado de derecho, por lo que justificar o afirmar la no prohibición de
conductas utilizando excusas efímeras resulta una frivolidad irresponsable, ya que en todas las
leyes se prohíben algunos comportamientos para proteger otros valores. Se protege básicamente
lo que es aceptable y se prohíbe lo que ya no es aceptable, aunque lo haya sido en el pasado.
Legislar es proyectar mediante medios democráticos cual es la sociedad y el estado que
queremos para nuestro desarrollo humano y el de las futuras generaciones.
El derecho positivo está sometido a todo tipo de injerencias, y una de las más significativas es el
cambio de sensibilidad moral de la sociedad. Una vez originado el cambio en necesario la reforma
legislativa de esa sociedad.
El hecho de que una actividad sea legal no significa que no sea violenta; es decir, que esta
violencia esté legalizada o consentida por el estado a través de su legislación no es más que un
agravante.
En cuanto al componente cultural, que seguramente será estandarte de batalla de los defensores
“de las tradiciones”; debemos recordar que la cultura no es una realidad estática, sino dinámica, y
en constante cambio. Los usos y las costumbres son relativos en el tiempo y en el espacio. Lo
que en el pasado era derecho o costumbre hoy ya no lo es.
Una sociedad cegada por el concepto de la tradición tendrá condicionado sus conquistas y
avances sociales que indefectiblemente deben verse reflejados en la legislación.
Es extremadamente necesario que nuestra ley 14.346 tenga penas que impliquen el cumplimiento
efectivo y que aquellas “personas” que comentan atrocidades a seres indefensos puedan cumplir
efectivamente una condena. Es por eso que nuestro proyecto busca agravar las penas
estipuladas en el Artículo 1 de la mencionada ley.
Respecto a la salud animal, es innegable que es imprescindible la sanción de una norma que
regule el control de la población de perros y gatos, sin que dicha finalidad sea fundamento para la
matanza indiscriminada y antiética de animales. El control ético de la superpoblación de perros y
gatos debe ser una política de estado. Los mecanismos utilizados hasta ahora no son otra cosa
que eutanásicos y crueles. Todo esto queda plasmado en el decreto 1088/2011 que ha
institucionalizado la matanza de animales, por eso es necesario tener como modelo la ley 13879
de la provincia de Buenos Aires que tuvo como propulsora a la senadora Hebe Maruco.
El decreto 1088/2011 ha fracasado, ya que no solo no disminuyó la cantidad de animales sin
dueño, tampoco atacó las causas de la sobrepoblación. La muerte de los animales actúa sobre
las consecuencias de la problemática pero no sobre la causa
Dar la espalda a esta situación tiene como consecuencia desatender la salud pública, si tenemos
en cuenta las patologías zoonóticas (enfermedades que los animales pueden transmitir al ser
humano).
La mejor herramienta para el control de la población de perros y gatos es la práctica de la
esterilización quirúrgica, que necesariamente debemos implementar como política de estado en
vez de un nefasto sistema de sacrificio. La esterilización quirúrgica es un método recomendado
por las conclusiones del año 1992 del Comité de Expertos sobre rabia de la OMS, reunidos en
Ginebra, quienes elaboraron el octavo informe, en el que se destaca: “… no existe prueba alguna
de que la eliminación de perros haya tenido un impacto significativo en la densidad de las
poblaciones caninas…”1.
El capítulo 4 plantea la regulación acerca de la experimentación con animales. La utilización de
primates debe ser erradicada teniendo en cuenta un nuevo concepto en el derecho de entender a
los primates como i“sujetos no humanos” tal como lo dice el fallo de la Cámara de Casación Penal
“ORANGUTANA SANDRA S/ HABEAS CORPUS” del 18 de diciembre de 2014 que sostiene, a
partir de una interpretación jurídica dinámica y no estática, que cabe reconocerle al animal el
carácter de sujeto de derecho, pues los sujetos no humanos (animales) son titulares de derechos,
por lo que se impone su protección en el ámbito competencia correspondiente.
Esta ley, prohíbe la utilización de experimentación de animales para la elaboración de productos
de cosmética y artículos de limpieza. Una medida que ya es utilizada por la Unión Europea, como
consta en el reglamento 1223/2009.
En cuanto a los zoológicos debemos entender que debemos reinventar el concepto. Los primeros
zoológicos modernos surgieron en Europa a lo largo del siglo XIX y en Estados Unidos durante la
segunda mitad de esa centuria, tiempo en que la predominante visión del mundo en los más
poderosos países europeos se relacionaba con un fuerte colonialismo, ejercido principalmente en
África y algunas regiones asiáticas.
En tales países, las "rarezas" culturales y naturales procedentes de las colonias suscitaban un
gran interés científico y social, y no pocas veces servían de muestra del poder de la potencia
colonizadora. Los animales de procedencia exótica constituyeron, entonces, un importante
atractivo en esas sociedades y el propósito primordial de los zoológicos era su exhibición para
satisfacer la curiosidad de la gente. Mientras, queriéndose o no, se consolidaba la explotación de
la naturaleza y, a la vez, el dominio económico y cultural de las metrópolis.
Comité́ de Expertos de la OMS sobre Rabia [se reunió́ en Ginebra del 24 al 30 de septiembre 1991] : octavo informe; pagina 33
Año 1992; Editorial de la Organización Mundial de la Salud; http://www.who.int/iris/handle/10665/40151.
1
Los motivos que justificaban la existencia de los zoológicos y otros mecanismos de exhibición de
los animales, concebidos como los del modelo europeo del siglo antepasado, han ido
despareciendo, de la misma manera en que las colonias y los colonizadores dejaron de ser
éticamente sostenibles en el tiempo. El respeto a la autodeterminación, la tolerancia a la
diferencia y el reconocimiento del valor de lo diferente (culturas, personas, sociedades y
animales) son nociones que se han consolidado, principalmente en Occidente, sobre todo a partir
de la segunda mitad del siglo XX. Esos conceptos se han manifestado como la reivindicación de
los derechos de la mujer, el reconocimiento de estatus a minorías étnicas, religiosas y otras, la
promulgación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la mayor sensibilidad y
preocupación por la naturaleza y la sostenibilidad ambiental y el desarrollo de los movimientos
animalistas.
Por todo lo anterior, hoy día la tenencia de animales en cautiverio es objeto de cuestionamiento
ético, sobre todo si las motivaciones para ello y las condiciones en que viven y se desarrollan
esos animales siguen pareciéndose a las del siglo XIX.
En nuestra América, millones de ejemplares de fauna silvestre son parte de un activo tráfico.
Muchos pasan a ser parte de colecciones de personas o instituciones y otros serán tratados como
"mascotas" exóticas, siendo el principal mercado Norteamérica y Europa. Los zoológicos, por
ejemplo, manifiestan que la investigación científica, el entretenimiento del ser humano y la
educación ambiental son objetivos que justifican el cautiverio, ocultando que es el afán de lucro lo
que verdaderamente lleva a promover esas actividades.
Algunas de las actividades de uso de fauna silvestre legalizadas son la exposición de anfibios,
serpientes y mariposas y, también, ciertos mal llamados centros de rescate, que terminan siendo
una exposición de animales silvestres cautivos de los que se saca beneficio económico mediante
su exhibición.
La tenencia de mamíferos grandes, como mapaches o primates, se ve estimulada porque estos
animales tienen "comportamientos humanos", principalmente cuando son crías; la belleza en el
canto o el plumaje son las razones principales para tener un ave; la tenencia de reptiles o anfibios
se da porque "son interesantes". Algunas personas manifiestan que la tenencia favorece en los
niños "el amor y el respeto a la naturaleza"; otras los tienen porque "dan prestigio social".
Sacar a un animal silvestre de su ambiente, encerrarlo, alimentarlo con sustitutos de su comida
natural y mantenerlo en condiciones de estrés le acarrean problemas físicos: lesiones,
infecciones,
trastornos
metabólicos,
deshidratación,
anemia
y
sobrepeso,
parasitosis,
deformaciones óseas por falta de ejercicio. Al respecto, el médico veterinario Mauricio Jiménez
confirma que: "... la separación del animal de su entorno natural y de su grupo familiar origina
individuos estresados y con problemas de inmunosupresión, y, a menudo, una parasitosis normal
en la vida libre les causa la muerte en cautividad..."2 (1). Además de estas consecuencias
fisiológicas y anatómicas importantes, están los daños psicológicos, mostrando comportamientos
anormales como, por ejemplo, la automutilación frecuente al verse hacinados sin posibilidades de
realizar migraciones instintivas y ante la imposibilidad de manifestar comportamiento de
territorialidad, lo que sería normal en su estructura social.
Al privar a estos animales de la posibilidad de vivir en su medio natural, relacionándose con su
ambiente biológico, evitamos su función en el ecosistema.
Como sociedad entonces debemos preguntarnos si en los zoológicos se tiene como objetivos el
educar sobre aspectos positivos de los animales. ¿Se logra educar sobre su fisiología y
comportamiento, sobre conservación de especies en extinción y sobre clemencia ante ellos? ¿O
sobre temas como biodiversidad, historia natural o ecología? Definitivamente, no. La visita a un
zoológico está demasiado lejos de la experiencia vivencial de contacto con el ambiente natural.
Los concurrentes a los zoológicos conocen menos de animales que los cazadores, pescadores o
simples aficionados. El público que visita los zoológicos no pierde ciertos prejuicios generalizados
acerca de determinados animales, por ejemplo, las serpientes.
El hecho que los Zoológicos se promuevan como centros de educación e investigación, lo que
refleja es el clarísimo fracaso de la sociedad en respetar a la naturaleza. Nos muestra como una
especie cegada por el constante afán de controlarlo todo, de mostrarse superior ante seres
considerados inferiores, con autonomía restringida y, para consuelo de muchos, víctimas de las
circunstancias, pareciera ser la excusa perfecta para enjaular animales que tenían su vida muy
bien definida antes de que entráramos nosotros en el cuadro.
2
Jiménez, M. (2004). "La mascotización de especies silvestres." Ambientico 127: 7-8.
Los defensores de los zoológicos ven con buenos ojos darles una "segunda oportunidad" a esos
animales que, como afirman muchos, no tenían otra opción: o se los recibían o morían; ¿Es
posible entonces educar manteniendo una colección de animales silvestres para diversión de sus
visitantes? ¿Es eso conservar?
La creciente necesidad del animal humano de vivir sobre asfalto, y entre cemento y rejas, no
justifica traer a los animales silvestres al mundo del cemento, para que todos tengamos la dicha
de conocerlos.
Educar se hace con la verdad y no dando un mal ejemplo. ¿Qué puede enseñar un zoológico
sobre monos, cuando lo que muestra es cómo viven encerrados, con limitaciones, condenados a
cadena perpetua?
Mantener animales no humanos en condiciones tan deplorables, sacrificando sus futuros para
ofrecerle al público una muestra representativa de la vida silvestre nacional, debiera ser prohibido
en un país que aspire ser humanamente habitable y digno.
Por los fundamentos antes expuestos, solicito a mis pares el acompañamiento en la aprobación
de este proyecto de ley.
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