TÍTULO: ENVEJECIMIENTO Y CUIDADOS EJERCIDOS POR PERSONAS INMIGRANTES

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TÍTULO: ENVEJECIMIENTO Y CUIDADOS EJERCIDOS POR PERSONAS
INMIGRANTES
Alicia Cosme Salvador*; Rodrigo González García**; Cristina Perdomo Delgado***;
Daniel Tirado Ramírez**** y Jesús Rivera Navarro*****.
*Facultad de Ciencias Sociales. Edificio FES. Campus Unamuno. Universidad de
Salamanca. Avenida Tomás y Valiente s/n. 37008. Salamanca. Teléfono:
E-mail: [email protected]
** E-mail: [email protected]
*** E-mail: [email protected]
**** E-mail: [email protected]
***** E-mail: [email protected]
Agradecimientos
Este trabajo se ha podido hacer gracias al proyecto de investigación “Trayectorias
laborales y reproductivas de la población inmigrante en tiempo de crisis. España y el
contexto internacional”. Referencia: CSO2013-41828-R.
Damos las gracias a todas las personas inmigrantes que han accedido a ser entrevistadas,
así como a organizaciones como Caritas, Cruz Roja y la congregación religiosa María
Inmaculada, por proporcionarnos los contactos con muchas de las personas
entrevistadas.
1
INTRODUCCIÓN
El fenómeno del cuidado ejercido por personas inmigrantes no ha sido tan abordado en
la literatura científica como los cuidados informales ejercidos por miembros de la
familia; además, es una dimensión que ha sido estudiada de manera relativamente
reciente, de esta forma, los estudios directos sobre este tema empiezan a aparecer en el
año 2004 (muy recientemente); por ejemplo, en un artículo que se publicó en el año
2009 en la revista Gaceta Sanitaria, por Rosa Casado-Mejía, Esperanza Ruíz-Arias y
Ana Solano-Parés se encontraron sólo seis trabajos que, en toda la literatura estudiada,
tenían como objeto de estudio el cuidado familiar por personas inmigrantes, aunque se
encontraron siete estudios más que de manera colateral se tocaba este tema (pero no era
el objetivo principal del estudio). Este dato es importante, porque reflejaba el poco eco
que despertaba, recientemente, este tema en la literatura nacional. Debemos destacar
también la preponderancia de artículos de origen español, aunque también hay artículos
procedentes de Italia (normalmente en cualquier otro tema relacionado con los cuidados
la mayoría de los trabajos proceden de EEUU, países nórdicos e Inglaterra) (Da Roi,
2007; Rosa, Lussignoli, Sabbatini, et al, 2008) ; este predominio se explica porque este
fenómeno de los cuidadores inmigrantes de ancianos no profesionales es propio de
países como España e Italia, por ejemplo, en los países Nórdicos todos sabemos la
consolidación del Estado del Bienestar desde hace ya muchos años, y los modelos
menos familiaristas (o familistas) que tienen estos países, incluido EEUU, que hace que
este tipo de cuidador sea mucho menos frecuente, casi inexistente. Es reseñable también
advertir que los estudios son mayoritariamente cualitativos, debido a que el objeto de
estudio es difícilmente aprehensible desde el punto de vista cuantitativo.
Además de todo lo enumerado anteriormente, debemos tener en cuenta también el
protagonismo cada vez mayor de las mujeres inmigrantes en el cuidado de las personas
mayores dependientes, ya que, muy probablemente, en un futuro no muy lejano, podría
ser la forma de cuidar mayoritaria. Por último, al tratarse de una atención que está a
caballo entre lo formal e informal, con características de ambos conceptos, nos ha
llevado a abordar este fenómeno con la pretensión de profundizar en el mismo y
completar lo que dice la literatura existente en torno al tema.
ANTECEDENTES
Situación demográfica, ancianidad, dependencia y cuidados
2
Hay un hecho concluyente del que debemos de partir y es que España tiene una
población envejecida, según datos del INE del año 2015 el 18,4% (8.573.985) de las
población española tenía 65 o más años, de los cuales aproximadamente un 30% (2
millones y medio) son mayores de 80 años. Las estimaciones demográficas todavía son
más alarmantes, se estima que para el año 2026 el 21,6% tendrá más de 65 años y que
además habrá un crecimiento exponencial de los mayores de 80 años (se habla de un
80% más de personas de esta edad). ¿Por qué hacemos hincapié en las personas
mayores de 80 años? Fundamentalmente porque es la población más dependiente, es a
partir de esa edad cuando las cifras de dependencia aumentan vertiginosamente.
Según los datos expuestos por el Libro Blanco (2007), que fundamenta la Ley de la
dependencia, entre el 32 y el 34% de las personas mayores de 65 años son dependientes
(21% con dependencia leve, 9% moderada-severa y el 4% con dependencia muy
severa).
La dependencia lleva aparejada cuidados que, en España, se han realizado
mayoritariamente a través de la estructura informal (principalmente la familia) y en
menor intensidad mediante la estructura formal (ámbito social o socio-sanitaria). La
mayor parte de las personas mayores en España viven en un domicilio (bien el suyo
propio o el de sus hijos), casi el 97%, un porcentaje que no es mayor al 3,5% viven en
residencias públicas o privadas (Envejecimiento activo, libro blanco, 2011).
El cuidado informal (familiar) en España, según los diferentes estudios, sobrepasa el
90% (estos datos hay que mirarlos con cierta distancia y hay que pensar que cambian
muy deprisa) y el resto son cuidados formales, o bien en una institución o bien en el
propio domicilio. Dentro de los cuidadores informales, el 50% son hijas y el 17%
cónyuges, habiendo también nueras, diferentes familiares y también varones (Oliva,
Vilaplana, Osuna, 2011). Según los diferentes estudios consultados (Camacho,
Rodríguez, Hernández, 2008; , incluido el libro Blanco de la ley de la dependencia,
podríamos sintetizar lo siguiente:
-
Entre el 86,5% y el 93% de los cuidados de las personas mayores dependientes
proviene de la familia. Principalmente de las mujeres, y en especial las hijas.
-
El perfil actual de las personas cuidadoras informales es el de una mujer de entre
50 y 60 años, con pocos estudios, ama de casa e hija. Sin embargo, se cree que
este perfil variará rápidamente por el acceso de las mujeres a los estudios
superiores y al mercado laboral.
3
-
El cuidado prestado puede producir efectos negativos en la salud física y mental,
y también en otras dimensiones de la vida como en la vida laboral y en las
relaciones sociales del cuidador.
-
El sentido de obligación moral del cuidado a los mayores de la cultura española
puede provocar conflictos en el cuidador y en su entorno.
-
El peso del cuidador formal profesional en la atención domiciliaria en España es
muy exigua (un 3%).
-
La colaboración entre cuidado formal e informal es muy escasa.
-
Las necesidades de atención que tienen las personas dependientes muchas veces
sobrepasa la capacidad de la familia para proveer cuidados.
Si hacemos una breve descripción de la población que es cuidada en España (también
basándonos en los estudios consultados) (Abellán, Rodríguez, 2013), tenemos lo
siguiente:
-
El perfil de la persona cuidada es el de una mujer (68,7%) con 69 años de media,
aunque el 40% de las personas que son cuidadas en España tienen más de 70
años.
-
La persona mayor en España desea ser cuidada en su casa en el 73,35% de los
casos.
-
El nivel de ingresos de las personas que son cuidados suele ser muy bajo (casi la
mitad no alcanzan los 600 euros al mes), así como su nivel académico (una
cuarta parte de las mujeres mayores de 65 años en España son analfabetas, en los
hombres un 12%).
Por otro lado, habría que añadir que la oferta de servicios públicos o semi públicos de
ayuda al cuidado es muy limitada, tanto los centros de día, como los servicios de
Atención a Domicilio, como no digamos ya la existencia de residencias. Por otra parte,
los servicios profesionalizados privados resultan carísimos para la mayoría de la gente
(Rogero-García, 2009).
Inmigración
Después de 71 años trascurridos desde la segunda guerra mundial y de la creación de la
ONU somos más pobres. El desarrollo económico desigual, con potencias cada vez más
ricos y países en los cuales existe también en su interior una gran desigualdad, junto con
una gran mejora tecnológica en los medios de transporte, provoca la explosión de un
4
fenómeno que ha marcado el final del siglo XX y el principio del siglo XXI, que son las
migraciones masivas. En 30 años, entre 1970 y el 2000, se ha duplicado el número de
personas que no residen en su país de origen (de 82 a 175 millones). Una de cada 35
personas vive lejos de donde nación. El 10% es por razones políticas pero el resto es por
razones económicas. Este fenómeno beneficia, aparentemente, tanto a los países de
origen como a los países de destino, ya que los primeros aportan mano de obra barata en
expansión y reciben las remesas de los inmigrantes y los segundos ven fortalecidos
ciertos nichos de mercado en los que la población nativa no quiere trabajar.
En España en 1996 había 600000 inmigrantes (1,5% de la población). En el 2001 en
España la población inmigrante suponía un 5% en el 2006 un 8,3% (3.700.000), y en el
2011 aproximadamente un 11,4 (4.791.232 millones), convirtiendo a España en uno de
los primeros países de Europa en receptor de inmigrantes, aunque desde la crisis
económica no ha aumentado, más bien ha disminuido, la llegada de inmigrantes
(Comet, 2012).
Por tanto, tenemos un país muy envejecido, muy dependiente, con unas pautas
culturales tradicionales a través de las cuales la mujer (hija o cónyuge) es la que
normalmente cuida, y tenemos, por otro lado, un gran número de inmigrantes, que han
aumentado de forma vertiginosa en los últimos quince años.
Ayuda a la persona mayor dependiente: formal e informal
Entendemos por ayuda informal aquella que se contrapone al prestado por los
servicios formales porque suele haber afectividad en la relación, no está burocratizada,
no hay una relación laboral y no está profesionalizada. Se puede definir también el
cuidado informal como la prestación de cuidados a personas dependientes por parte de
los familiares u otras personas que no reciben contribución explícita. Esta ayuda
representa un porcentaje muy alto en España (García-Calvente, Mateo-Rodríguez,
Eguiguren, 2004). Dentro del cuidado informal, podemos señalar al cuidador primario
o principal, que es la persona que asume la responsabilidad de la ayuda material y
emocional a la persona mayor y el secundario que son las personas que dan soporte al
cuidador principal (muchas veces de apoyo no sistemático o regular) (Ruíz-Robledillo,
Moya-Albiol, 2012).
Ayuda formal es aquella que se realiza pagando una retribución económica al
cuidador que la lleva a cabo. La pieza clave del apoyo formal en los cuidados es el
5
servicio de Atención Domiciliaria (SAD) (Morales, Bonill de las Nieves, Celdrán, et al.,
2007).
Los cuidadores formales también se pueden clasificar, atendiendo al grado de
formación, como cuidadores profesionales formales que son aquellos que disponen de
cualificación y formación académica para ejercer el trabajo del cuidado y cuidadores
no profesionales formales que son aquellos que no tienen cualificación específica para
realizar los cuidados (Casado-Mejía, Ruíz-Arias, Solano-Parés, 2012).
El cuidador inmigrante en la mayor parte de los casos sería un cuidador formal no
profesional, sin embargo hay teóricos e investigadores que tienen dudas para ubicar a
este tipo de cuidador en la categoría de formal, ¿por qué? Porque piensan que a este tipo
de cuidador (inmigrante no profesional) se le busca y se le contrata como sustituto
conceptual del cuidador informal, es decir que se pretende que haga las mismas
funciones que realizaba el familiar antes contratar a la persona, es decir, que se espera
una continuidad no sólo en las labores propias del cuidado (ayuda en la movilidad,
supervisión para la persona esté bien, ayuda en comer, vestirse, etc.) sino también apoyo
afectivo y emocional. En los discursos y sus interpretaciones veremos cómo se
desarrolla el proceso señalado.
OBJETIVOS
Objetivo principal
Describir y analizar los cuidados de mujeres inmigrantes a ancianos/as con algún tipo de
dependencia.
Objetivos específicos
-
Analizar los problemas concretos que tienen las mujeres inmigrantes en su labor
como cuidadoras de ancianos
-
Abordar las motivaciones y razones de las mujeres inmigrantes cuidadoras para
la realización de su trabajo
-
Estudiar el impacto que tiene la labor de cuidado en la mujer inmigrante en todas
las dimensiones de su vida: salud, familia, red social, etc.
METODOLOGÍA
La investigación ha consistido en la realización de 26 entrevistas semi-estructuradas
(aún faltan 9 entrevistas por transcribir) aplicadas a mujeres inmigrantes que trabajan
6
como cuidadoras de ancianos dependientes y en la implementación de un pequeño
cuestionario dónde se recogían datos socio-demográficos, sobre la mujer inmigrante,
como el sexo, la edad, el país de nacimiento, el nivel educativo, el estado civil, el lugar
de residencia, la ocupación, el año de llegada a España o el número de hijos y dónde
viven; además, en dicho cuestionario, se recogían también datos sobre la persona
cuidada (sexo, edad y estado civil) y se contempló la aplicación de escalas
estandarizadas sobre las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria de la
persona cuidada, preguntas sobre las enfermedades padecidas por el anciano
dependiente así como sobre la estructura familiar de dicha persona.
Para la entrevista semi-estructurada, se utilizó un guion en el cual se contemplaban
preguntas sobre la migración (situación laboral anterior, motivos de emigración,
condiciones de llegada, etc.) y sobre el trabajo específico de cuidar (descripción del
trabajo de cuidar, problemas y conflictos con la persona que se cuida, carencias para
llevar a cabo el trabajo, etc.).
El estudio se ha realizado en la ciudad de Salamanca. Las personas han sido localizadas
a través de los servicios de empleo de Caritas y Cruz Roja, asociaciones asistencialistas
que ayudan a las personas inmigrantes en situaciones de necesidad y, también, a buscar
empleo; otras fuentes de reclutamiento han sido las redes informales, las iglesias
evangélicas y las parroquias.
Se solicitó -por escrito y de manera verbal- a Caritas y a Cruz Roja el perfil de las
personas que se necesitaban para realizar las entrevistas, explicándoles la finalidad,
objetivos y contenidos del estudio así como garantizándoles su confidencialidad. Antes
de la realización de la entrevista se les proporcionó al entrevistado una carta en la cual
se les explicaba también los objetivos del estudio y se les facilitaba una dirección para
ponerse en contacto con los investigadores del estudio en el caso de que hubiera dudas o
preguntas en torno al mismo.
Criterios de selección
Las mujeres inmigrantes fueron seleccionadas a partir de los siguientes criterios de
inclusión, según los diferentes perfiles de mujeres en el servicio doméstico o de cuidado
a las personas mayores:
Según actividad:
 Cuidadoras de mayores o dependientes
7
 Servicio doméstico general
Según origen:
 Latinoamericanas
 Europa del Este
 Africanas-marroquíes
Según nivel de estudios:
 Estudios básicos
 Estudios superiores
Según situación familiar:
 Solteras
 Casadas con hijos pequeños
 Casadas con hijos mayores
 Casadas sin hijos
Tiempo de estancia en España:
 Llegadas recientemente
 Llegadas durante la crisis
 Llegadas con anterioridad a la crisis
Con edad igual o superior a 18 años
Los criterios de exclusión fueron: a) personas que no residieran de forma regular (desde
el punto de vista temporal, no desde el punto de vista legal) en el país.
Diseño del estudio
El estudio tiene un diseño de carácter transversal, y se realizó en nueve meses, a través
de la técnica, de metodología cualitativa, de la entrevista semi-estructurada, que se
justifica por el nivel de profundidad que podemos alcanzar a través de las reflexiones y
argumentos de las opiniones de las personas participantes (Canales, Peinado, 1994).
Las entrevistas tienen como objetivo aprehender las dinámicas de cuidar de las mujeres
inmigrantes y su influencia e impacto en su vida cotidiana y en su relación con la
receptora de cuidados. Las entrevistas se estructuran en 5 grandes puntos:
8
-
Cotidianidad en la actividad de cuidar. Dificultades en el día a día.
Motivaciones del cuidado. Aprendizaje para cuidar. Carencias para realizar
el trabajo de cuidadora. Estrategias para mejorar el cuidado.
-
Problemas y conflictos con la persona que se cuida. Influencia de valores, de
situación legal en el país y de la crisis económica.
-
Problemas y conflictos con la familia de la persona receptora de cuidados.
-
Impacto del cuidado en el tiempo libre de la mujer inmigrante, en sus
relaciones, en su salud.
-
Apoyo social a través de redes informales y a través de otras organizaciones
o asociaciones e influencia de este apoyo en su calidad de vida y en la
calidad del cuidado.
Se han realizado, hasta el momento, 26 entrevistas semi-estructuradas, que tienen las
siguientes características, como se puede ver en la tabla 1.
Tabla N° 1: Características socio-demográficas de las personas entrevistadas
N°
ID
País
Edad
Nivel de
estudios
1
H_12.11.2015
Colombia
31
Bachillerato
2
E_07.11.2015
Rusia
NR
3
S_13.11.2015
Perú
35
4
5
M_13.11.2015
L_16.11.2015
NR
Honduras
47
38
6
D_24.11.2015
Cuba
50
7
A_25.11.2015
35
8
C_25.11.2015
34
Universitario
9
M_02.12.2015
Bolivia
República
Dominicana
Ucrania
NR
Formación
Profesional
NR
Bachillerato
Formación
Profesional
Universitario
48
Universitario
10
F_08.12.2015
Ecuador
59
11
A_09.12.2015
Bolivia
12
N_13.12.2015
Ecuador
Ocupación
Trabajadora doméstica
por horas
NR
Trabajadora doméstica
NR
Desempleada
Trabajadora Doméstica
por horas
Cuidadora
Estado civil
Soltera, con
pareja(a)
NR
Soltera, con
pareja(b)
NR
Separada
Llegada
España
N°
hijos
2006
1(a)
NR
NR
2015
2 (b)
NR
2014
NR
1 (b)
Sin
hijos
2 (a)
Sin
hijos
2 (a)
Sin
hijos
Sin
hijos
Sin
hijos
Casada (a)
2011
Casada (a)
2007
Cuidadora
Soltera
2008
Trabajadora doméstica
Casada (a)
2000
Universitario
Trabajadora doméstica
Viuda
2003
38
Universitario
Trabajadora doméstica
Casada (a)
2004
42
Bachillerato
Trabajadora doméstica
Soltera
2007
2001
13
J_21.12.2015
Bolivia
35
Formación
Profesional
Trabajadora doméstica
y cuidadora
Separada,
convive con
pareja(a)
14
S_22.12.2015
Portugal
30
Bachillerato
Trabajadora doméstica
Soltera
1998
15
K_22.12.2015
Nigeria
37
Primaria
Casada (a)
2001
16
C_28.12.2015
Bolivia
45
Primaria
Casada (a)
2005
3 (a)
17
H_29.12.2015
Marruecos
39
Primaria
Trabajadora doméstica
Trabajadora doméstica
y cuidadora
Trabajadora doméstica
y cuidadora
Sin
hijos
2 (a)
Separada
2000
3 (a)
18
A_30.12.2015
31
Bachillerato
Cuidadora
Casada (a)
2008
1 (a)
19
M_11.01.2016
32
Primaria
Cuidadora
Soltera
2007
1 (a)
República
Dominicana
Honduras
9
2 (a)
20
H_12.01.2016
44
E_31.12.2015
Bolivia
República
Dominicana
República
Dominicana
Rumania
21
A_13.01.2016
22
S_14.01.2016
23
Primaria
Formación
Profesional
Trabajadora doméstica
Trabajadora doméstica
y cuidadora
Casada (a)
2007
4 (a)
Casada (a)
2008
4 (a)
45
Universitario
Trabajadora doméstica
Divorciada
2004
3 (a)
51
Primaria
Formación
profesional
Estudios
primarios
Cuidadora
Separada
2009
4 (a)
24
M_15.02.2016
México
43
Cuidadora
Casada (a)
2011
1 (b)
25
H_16:02.2016
Marruecos
37
Cuidadora
Casada (a)
2005
3 (a)
48
Trabajadora doméstica
Casada (a)
2006
7 (a, b)
y cuidadora
Notas: NR: No responde (o problemas de comunicación idiomática); (a) Pareja o hijo(s) con residencia en España; (b) Pareja o
hijo(s) no reside(n) en España
26
X_17.02.2016
Bolivia
53
Secundaria
Fuente: Elaborado a partir de la base de datos de la investigación: Trayectorias laborales y reproductivas de la
población inmigrante en tiempo de crisis. España y el contexto internacional (Referencia: CSO2013-41828-R)
Según muestra la tabla 1, las mujeres entrevistadas provenían de zonas geográficas muy
variadas, que pueden sintetizarse en: Europa del Este, América del Sur, América Central
y África. El único caso que no se encontraba entre ninguna de las anteriores categorías
es una entrevistada con nacionalidad portuguesa. La mayor parte de los perfiles
provenían de América del Sur y América Central, en especial destaca la nacionalidad
boliviana y dominicana. Tenemos que tener en cuenta que hay una predilección en las
familias por contratar a personas que procedan de Latinoamérica, por la percepción en
la existencia de una similitud cultural y por el manejo de la misma lengua (Vega Solis,
2009)
La edad fue bastante diversa, pero correspondía a una edad productiva en todos los
casos; la media es 42,88+5.
Los perfiles educativos eran también muy variados y se veían representados de forma
equitativa todos los niveles educativos: educación primaria, educación secundaria o
bachillerato, formación profesional y educación universitaria. La selección efectuada de
entrevistas ofrecía una representación equilibrada y diversa tanto de nacionalidades
como de perfiles educativos. El equilibrio en el nivel educativo no era acorde al nivel
académico que tenían las trabajadoras nativas, ya que, como dicen diferentes autores, el
nivel académico suele ser más alto en las personas inmigrantes que en las nativas
(Rodríguez, 2012; Vega Solís, 2009).
En relación a los datos sobre ocupación, vemos como el trabajo doméstico estaba
enormemente mezclado con el trabajo de cuidadora, la mayoría de las personas
inmigrantes que trabajaban en esta área pasaban de unas labores a otras casi sin
continuidad (Berjano, Luján, 2004).
10
En cuanto al estado civil, nos encontramos con más de la mitad de nuestras
entrevistadas casadas o viviendo en pareja, 4 separadas o divorciadas, 4 solteras, 2
viudas y 1 sobre la que no se pudo obtener este dato. En este ámbito, no había
diferencias sustanciales entre la población nativa que trabajans en el sector doméstico y
la población extranjera (Vega Solis, 2009).
Análisis del discurso
En el análisis de los datos cualitativos se aplicó como marco de dicho análisis la teoría
hermeneútica-interpretativa. Este paradigma tiene como elementos principales la
consideración del contexto en el que se ubica el objeto del estudio y la particularidad del
caso analizado (González Monteagudo, 2000; Green, 2009); se enfatiza tanto el papel de
los factores sociales como la capacidad de los actores (las personas inmigrantes
entrevistadas) en dar significado a su realidad. En el ámbito de la salud, este marco
teórico ha sido utilizado en diferentes investigaciones (Amezcua, 2002; Mercado,
2000).
Se realizaron varias lecturas sistemáticas de las transcripciones obteniendo una primera
lista de categorías y subcategorías. Este método de análisis seguía los siguientes pasos
(Hsieh, Shannon, 2005): 1) categorización –las categorías tienen un alto nivel de
abstracción y cada categoría puede incluir varias dimensiones; 2) subcategorización –las
subcategorías tienen un menor nivel de abstracción y sirven para explicar, de forma más
profusa las categorías. Las categorías resultantes no necesariamente tienen que coincidir
ni con los temas y/o preguntas planteadas en el guion.
Las entrevistas semi-estructuradas fueron grabadas y analizadas de forma sistemática.
Las citas que se reproducen son literales, haciendo referencia a la entrevista realizada.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Acceso de las personas inmigrantes al trabajo de cuidadora
En su gran mayoría, las mujeres entrevistadas iniciaron la emigración a través de
familiares o conocidos que residen ya en el país de destino, a modo “bola de nieve”.
Estas redes de contacto informales fueron su principal sustento económico y social en el
momento de llegada, y en numerosas ocasiones les proporcionaron o facilitaron su
primera experiencia laboral en España, algo habitual en muchos estudios realizados
sobre inmigración (Anguiano Téllez, 2002). Sin embargo, en el caso concreto de las
11
cuidadoras, organizaciones como Cáritas y Cruz Roja facilitaron mucho el acceso al
trabajo a este colectivo, además dichos organismos realizaban cursos de formación que
les proporcionaban a las inmigrantes seguir en el mismo ámbito y/o mejorar sus
condiciones de trabajo.
“Caritas me ha ayudado mucho a afrontar el cuidado de las personas con las que he
trabajado” (Entrevista nº16. Bolivia).
Debemos tener en cuenta que el trabajo de cuidados era una ocupación extendida entre
los familiares y conocidos de la mujer inmigrante, por lo tanto, era habitual que
también fuera el primer contacto laboral que se les proporcionaba a su llegada a España,
coincidiendo con lo que dicen diversos autores que han analizado este fenómeno en
España (Ayuso, Pinyol, 2010). Por otra parte, las mujeres que carecían de dichas redes
de contacto informales, o a las que no se les facilitaba una oportunidad laboral, recurrían
en su gran mayoría a organizaciones y entidades sociales como Cruz Roja o Cáritas, las
cuales conformaban su red de contactos formales. Las ofertas de empleo que les
facilitaban estas instituciones solían estar muy relacionadas con el trabajo en cuidados.
Estas dinámicas descritas son constatadas, de igual forma, por la literatura científica
existente respecto al tema (Lyon, 2006; Rodríguez, 2012).
Por consiguiente, tanto a partir de redes formales, como de redes informales, era
habitual que los contactos laborales que se les proporcionaban a las mujeres inmigrantes
en el momento de su llegada estuviesen relacionados con el trabajo en cuidados. Esta
estrecha unión entre los cuidados remunerados y las mujeres inmigrantes encuentra su
explicación en varios factores. Para empezar, el trabajo en cuidados no exige una
preparación, ni un nivel de estudios concreto, por lo que frente a la falta de experiencia
laboral en España, y a los diversos perfiles socioeducativos de las mujeres inmigrantes,
este tipo de ocupación se convierte en una de sus principales oportunidades laborales.
Asimismo, este trabajo, que en numerosas ocasiones exige un régimen interno y que no
cuenta con remuneraciones especialmente elevadas, no solía ser demandado por la
población española hasta la llegada de la crisis económica, por lo que se producía
tradicionalmente un nicho de trabajo para las mujeres inmigrantes; esta situación ha
cambiado ligeramente en los últimos años, y existe una paulatina incorporación de las
féminas nativas en este nicho de mercado (Comet, 2012). Por último, su condición de
mujer, usualmente asociada a los cuidados familiares, y la cultura de sus países de
origen, más vinculada a la tradicional dedicación y cuidado de mayores y niños, hacen
12
que sean percibidas como trabajadoras adecuadas para el cuidado, tal y como se
corrobora en diferentes estudios (Vega Solís, 2009).
Análisis de trayectorias laborales de las cuidadoras inmigrantes
Entre las trayectorias laborales predominaba la existencia de numerosos trabajos, con
duraciones variantes, aunque era usual el cambio continuo de puesto y la corta duración.
Existen diferentes motivos que explican el intenso cambio de trabajo. En primer lugar,
unas duras condiciones laborales y conflictos con la persona cuidada, y sus familiares,
provocaban situaciones de estrés y angustia emocional, que podían desembocar en la
renuncia al puesto por parte de la cuidadora. En segundo lugar, las condiciones y
obligaciones familiares de la mujer inmigrante delimitaban, en gran parte, su trayectoria
laboral. Si existen cargas elevadas, el régimen de interna, o largas jornadas laborales,
dificultaban en gran medida la conciliación familiar. En este sentido, se observan cómo
las mujeres que llegaban a España con hijos, así como las que los tenían aquí, se veían
obligadas a variar de un puesto a otro, en busca de condiciones que les permitieran
sobrellevar el cuidado familiar. Esta situación se veía agravada por la usual falta de
vínculos familiares y sociales en España que pudieran hacerse cargo de los hijos, y la
ausencia de la figura paterna, o su menor contribución al cuidado familiar.
Se ha de señalar que, aunque fuera común el continuo cambio de puesto, también se
daban situaciones de larga duración en el puesto, permaneciendo años junto a la
persona cuidada. Este tipo de trayectoria respondía a un trabajo relativamente bien
pagado, si lo comparamos con otros ámbitos como la hostelería, cierta estabilidad y la
posibilidad de regularizar la situación de residencia para la que lo necesitara (Bernardi,
Garrido, Miyar, 2011). Por lo tanto, a pesar de la variabilidad en la duración temporal
del trabajo en un mismo hogar, destacamos una mayor estabilidad que en otros ámbitos
laborales dónde solían recalar las personas inmigrantes.
Motivaciones del cuidado
La principal motivación para cuidar era económica, coincidiendo con la principal razón
por la que se emigraba, exceptuando a los/as exiliados/as políticos/as. Es el caso de la
relación que mantenían las personas inmigrantes con las familias que dejaban en su país,
a las que, en la mayoría de los casos, les enviaban dinero; en otras ocasiones, se buscaba
una reagrupación familiar.
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“Sonia vino siguiendo a su entonces marido, es decir el motivo de su emigración fue la
reagrupación familiar. De hecho en República Dominica ella contaba con un negocio
propio de productos cosméticos y medicina natural” (Entrevista nº22. República
Dominicana).
Una de las motivaciones que tenían estas personas para estar en este ámbito laboral es
que consideraban que la educación que podían aportar a sus hijos era mucho mejor aquí
que en sus países de origen. Estas razones mencionadas se convertían en el móvil por el
que las personas inmigrantes soportaban peores salarios que en la época de bonanza,
peores condiciones de trabajo en general e, incluso, abusos, muy presentes en este nicho
de mercado.
“Sí no es por mi hija yo no acepto este tipo de trabajos” (Entrevista nº 1. Colombia).
Otra motivación para estar en este nicho laboral era su deseo de conseguir una situación
de residencia regular o legal. En la entrevistas, se explicitaba que si obtenían el permiso
de residencia, el cambio de status legal les permitía unas condiciones de vida más
dignas. Es por ello, por lo que en ocasiones aguantaban unas condiciones de trabajo
pésimas con el fin de obtener su situación regular.
“Te permite vivir mejor, gracias a los papeles tengo más ayuda en todos los lados”
(Entrevista nº 15. Nigeria).
Una razón poderosa para mantener el trabajo de cuidadora, aun en situaciones adversas
era la construcción cultural que hacían de las relaciones personales en general y de la
relación con las personas mayores en particular. Para las mujeres inmigrantes, el afecto
y las relaciones con la persona mayor suponían un vínculo muy fuerte, ya que en su país
las personas mayores tenían una concepción social muy positiva.
“No quiero trabajar con niños porque tratan mal a los padres y a sus abuelos”
(Entrevista nº 16. Bolivia).
“No dejé el trabajo porque el señor que cuidaba era muy buena persona y nunca se
quejaba” (Entrevista nº 22. República Dominicana).
De hecho, en muchas ocasiones, se realizaba a la atención a las personas mayores como
si fuese alguien de su propia familia. Estos elementos culturales que determinaban el
cuidado de las mujeres inmigrantes ha sido reflejado en diferentes estudios sobre este
tema realizados en España (Berjano, Luján, 2004; Casado-Mejía, Ruíz-Arias, SolanoParés, 2012; Rodríguez, 2012; Vegas Solís, 2009).
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Otras motivaciones, que entendemos son factores generales que servían para aguantar
las situaciones complicadas como mujeres inmigrantes en el país, fueron la percepción
de seguridad que encuentran en las calles de las ciudades españolas, que era mucho
mayor que en las de sus países de procedencia, y la práctica de la religión. Respecto a
esta este último elemento, destacamos que, en algunas entrevistas, se decía que la iglesia
les permitía desconectar de la realidad, es decir, ejercía una función de protección, ya
que muchas se encontraban solas en nuestro país.
“Yo asisto a la Iglesia todos los sábados… en la Iglesia somos un grupo de cuidadoras
que nos ayudamos…” (Entrevista nº 7. Bolivia).
Relación con la persona cuidada
1. Conflictos
La relación con la persona cuidada podía ser positiva y negativa, de hecho, en las
entrevistas se daban, con frecuencia, ambos casos. El sentimiento de afecto y de
responsabilidad, debido al constructo cultural de las mujeres inmigrantes, hacía posible
que el trato con la persona mayor fuera muy bueno, y ambas partes se tuvieran cariño y
afecto. Sin embargo, centrándonos en la visión negativa y conflictiva del asunto,
observamos como en muchas entrevistas aparecían los abusos, como por ejemplo
limpiar de rodillas, insultos del tipo muerta de hambre, amenazas continuas con
despedirla, el incumplimiento de la normativa que amparaba a las personas
embarazadas…Incluso, algunas entrevistadas explicitaron que, en ocasiones, se les
ofreció dinero a cambio de mantener sexo. En cualquier caso, en todos los casos de
abuso comentados se pone de relieve la existencia de racismo como uno de los
argumentos principales de dicho maltrato. Esto provocaba en la cuidadora un estado de
ánimo depresivo. Algunas de estas cuidadoras no podían más y decidían abandonar el
trabajo, sin embargo, otras no tenían alternativa y decidían continuar
“Yo con esta situación ya no podía más” (Entrevista nº1. Colombia).
“Ahora mismo es lo que hay, no sé cuánto podré aguantar” (Entrevista nº1.
Colombia).
“Yo era su esclava, ella se creía mi ama, incluso puso un candado al frigorífico”
(Entrevista nº 15. Nigeria).
“Hay personas que te contratan y te maltratan física o psicológicamente”. “Te pagan
lo que quieren, si tienes papeles la cosa cambia” (Entrevista nº19. Honduras).
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Otro problema, que se manifestó en las entrevistas, fue la dificultad para compatibilizar
el horario de trabajo con el cuidado de sus propios hijos.
2. Afectos
Debido al contexto cultural dónde han crecido las mujeres inmigrantes, el afecto que
tenían hacia las personas mayores que cuidaban era mucho mayor que el que podían
tener profesionales de la salud. Como se ha mencionado anteriormente, la familia
pretendía que la cuidadora realizara las funciones afectivas que nietos, hijos y hermanos
de la persona mayor no realizaban, de esta manera se creó un vínculo afectivo entre la
cuidadora y la persona cuidada. Esta vinculación afectiva ya ha sido comentada en
diferentes publicaciones (Rodríguez, 2012;Vega Solís, 2009).
“Yo prefiero ser empleada de hogar porque haces tus cosas y te vas. Sin embargo
cuando estas mano a mano con la persona, la coges cariño” (Entrevista nº19.
Honduras).
3. Tipo de cuidados
Dependiendo de la persona entrevistada eran diferentes los cuidados que suministraba a
la persona mayor. Las enfermedades más frecuentes de las personas que cuidaban las
personas inmigrantes eran: problemas de circulación, artrosis, cataratas, enfermedades
respiratorias, sordera, problemas visuales. Si la mujer inmigrante cuidaba a una persona
con enfermedad de alzhéimer, los cuidados se complicaban. A continuación exponemos
los que se dan en la mayoría de ellas:
-
Cuidados diarios
o Baño
o Cepillarse los diente
o Uso del retrete
o Vestir
o Paseo y acompañamiento diario
o Levantarle y acostarle
o Uso de pañal
o Comida y cena
o Racionalización de los cigarros
o Administración de la medicación
o Untar crema para los problemas circulatorios
-
Cuidados a persona con alzhéimer
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o Baño y aseo
o Vestirse
o Uso del retrete
o Manejar su propio dinero
o Hacer la compra
o Prepararse el café, el té o la comida
o No está al corriente de lo que pasa a su alrededor, noticias, barrio, fiestas
familiares…
o Manejar su medicación
o Acompañarle a la calle
o Problemas de salud: Alzheimer, problema depresivo.
Relaciones de la cuidadora inmigrante con la familia de la persona cuidada
No suelen aparecer conflictos con los familiares de las personas mayores, sino todo lo
contrario, las relaciones solían ser bastante buenas. Una entrevistada destacaba que a
pesar de que la persona que cuidaba falleció, la relación con la familia se seguía
manteniendo. Sin embargo, en la mayoría de las personas entrevistadas, las relaciones
con las/os hijas/os de las personas cuidadas eran inexistentes. Los domingos, que era
cuando sobre todo los/as hijos/as iban a visitar a la persona mayor, las cuidadoras no se
encontraban trabajando, por lo que existía poca relación.
“Conflictos con los familiares no tengo, la mayoría de las veces nunca están, me pagan
en una nómina y nunca los veo” (Entrevista nº19. Honduras).
A pesar de esta falta de relación y de comunicación entre la familia de la persona
receptora de cuidados y la cuidadora inmigrante, algunas entrevistadas afirmaban que
los familiares se desentendían del enfermo, pero sin embargo criticaban y juzgaban en
exceso la actividad de la cuidadora.
“Le gusta mucho hablar conmigo, necesita conservación” (Entrevista nº19. Honduras).
Por lo tanto, como decíamos anteriormente, los familiares esperaban que las cuidadoras
inmigrantes ocuparan el vacío que dejaban sus hijos, nietos, familiares en general, que
se implicaran emocionalmente en la misma medida que su propia familia, o que paliaran
las carencias afectivas como si se tratase de su propio hogar pero el contacto con ellas,
contrariamente a cómo indica la literatura, era escaso (Vega Solís, 2009).
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Impacto del cuidado en la persona inmigrante
La responsabilidad de cuidar suponía una alta dedicación en tiempo para las cuidadoras,
viéndose sus vidas condicionadas por su trabajo diario. Si analizamos el impacto que
tiene el cuidado en las cuidadoras inmigrantes, podemos determinar diferentes
repercusiones que tenía su labor de cuidado, según las entrevistas realizadas.
En el ámbito del cuidado, el tiempo de dedicación, la carga física, las actividades que
desempeña la cuidadora, la exposición a situaciones estresantes en los cuidados y la
forma en la que se percibía la respuesta emocional de la cuidadora ante la experiencia
de cuidar eran claros ejemplos de indicadores de estrés, que se generaban en gran parte
de las cuidadoras inmigrantes, tal y como indica Albert Gallart en su tesis doctoral
(2007).
1. Estrés
El estrés, que presentaban la mayoría de las cuidadoras inmigrantes, estaba relacionado
con el tipo de tareas que la cuidadora tenía que realizar y con las horas que dedicaban al
cuidado. Las tareas que suponían un mayor nivel de estrés eran aquellas que exigían una
respuesta inmediata y que requerían una disponibilidad permanente para el cuidado,
como la supervisión constante o la ayuda en actividades básicas de la vida diaria. Este
tipo de cuidado era, además, las que se realizaban con mayor frecuencia. También cabe
destacar que la mayoría de las cuidadoras inmigrantes entrevistadas consideraban que,
en muchos casos, el estrés aumentaba debido a que la persona cuidada presentaba
trastornos del sueño o trastornos conductuales, afectando al estado emocional de la
cuidadora.
“Tuve muchos problemas con un señor mayor que no dormía por las noches… y yo no
podía descansar” (Entrevista nª12. Ecuador).
Destacamos como el estrés podía acentuarse debido que algunas de nuestras
entrevistadas mencionaba que, cuando tenían su día libre, preferían quedarse con la
persona que cuidaba, ya que, por sentimientos de pena y compasión, optaban por
permanecer en casa, acompañando a la persona cuidada; por tanto, estas cuidadores
perdían el día libre que tenían a la semana.
El estrés era afrontado de diferentes maneras, pero destacaríamos la fe y el seguimiento
de una religión, de esta forma muchas de las personas entrevistadas asistían
semanalmente a la iglesia y era de una de sus actividades de ocio principales, como
hemos comentado anteriormente.
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2. Consecuencias del cuidado en la salud
El impacto de cuidado generaba consecuencias en la salud de las cuidadoras
inmigrantes, siendo este aspecto frecuentemente abordado por diferentes estudios sobre
el cuidado informal (Casado, Mejías, Ruíz Arias, 2012; Rogero-García, Martín
Coppola, 2010;). En nuestro estudio, más de la mitad de las cuidadoras entrevistadas
consideraban que cuidar tenía repercusiones negativas sobre su salud, viéndose
incrementado los problemas físicos de salud y un mayor riesgo a padecer dolores
musculares, problemas articulares y circulatorios.
Muchas de ellas también
mencionaban repercusiones psicológicas a causa del cuidado, destacando problemas
depresivos y emocionales, siendo este tipo de problemas los más preocupantes para
ellas. Cabe destacar que el deterioro de la salud de las cuidadoras inmigrantes tenía
consecuencias negativas para el resto de sus vidas y en el que su estado de bienestar se
veía totalmente afectado.
“Tuve dolores de espalda, porque la cama de la abuela era muy baja y no sabía
levantarla” (Entrevista nª7. Bolivia).
3. Impacto del cuidado en el ocio
Hacerse cargo de una persona mayor, y desempeñar una labor de cuidado las 24 horas
del día, resultaba una situación muy difícil que afecta al ocio y al tiempo libre de las
cuidadoras inmigrantes. La alta dedicación al cuidado conllevaba en la mayoría de los
casos a una restricción para el desarrollo de las actividades de ocio. La mayoría de las
cuidadoras inmigrantes entrevistadas coincidían en que solo tienen un día libre en la
semana.
“Apenas disfruto de mi tiempo libre, a veces ni siquiera disfruto del tiempo libre por no
dejar sola a la señora” (Entrevista nº 8. República Dominicana).
4. Impacto del cuidado en las relaciones sociales y/o familiares
El tiempo de cuidado era la variable fundamental que explicaba el impacto del cuidado
en las relaciones sociales y familiares de una cuidadora inmigrante, siendo un hecho
claramente constatado por la mayoría de las cuidadoras entrevistadas que, debido a las
horas de dedicación de cuidado, y la implicación en dicha labor, disminuían sus
posibilidades para salir con amigos y relacionarse con los miembros de sus familias.
Esta era una de las consecuencias negativas del cuidado que las cuidadoras inmigrantes
experimentaban con mayor frecuencia.
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“Las horas libres que tienes, no las disfrutas… porque estas pendiente a la abuela que
la has dejado sola y piensas que estará haciendo….” (Entrevista nº 10. Ecuador).
CONCLUSIONES
Las mujeres inmigrantes que se dedican al nicho laboral del cuidado acceden a él a
través de mecanismos comunes para el resto de nichos de mercado, como las redes
informales, pero también existen organizaciones formales religiosas, como Caritas o
Cruz Roja, que ayudan a conseguir ese tipo de empleo.
La falta de preparación específica para este tipo de trabajo, y la demanda de las familias
españolas de mujeres inmigrantes, especialmente las latinoamericanas, por la afinidad
idiomática y la percepción de una cualidad natural para el cuidado y una amabilidad en
el trato, hacen que sea un ámbito muy propicio para las féminas inmigrantes. Habría que
añadir la falta de interés por incorporarse en esta área de trabajo de las mujeres nativas,
interés que parece aumentar a partir de la crisis económica y que pudiera ser una causa
del empeoramiento de las condiciones de trabaja de las cuidadoras inmigrantes.
En el ámbito del cuidado de las personas inmigrantes existen, en nuestro estudio, dos
tendencias que conviven, por un lado, el cambio frecuente del lugar de trabajo y, por
otro, una permanencia en el hogar donde se trabaja, mucho mayor que en otros nichos
de mercado que suelen ocupar los inmigrantes. Según nos indica lo literatura, parece
que lo segundo es lo más congruente, por los salarios relativamente altos (aunque en
esto también hay mucha variabilidad, sobre todo a partir de la crisis) y una “facilidad”
para conseguir la regularidad en la residencia.
El hecho de que las trabajadoras inmigrantes se impliquen afectivamente en el cuidado
hace que se cuestione su ubicación en los esquemas clásicos conceptuales de cuidado
formal e informal.
Las principales motivaciones para permanecer trabajando en el ámbito del cuidado son
de índole económico, coincidiendo con los argumentos de casi todos los inmigrantes,
sin embargo los constructos culturales y la forma de concebir a las personas mayores y
la atención a la salud hacen que las cuidadoras inmigrantes se conviertan en una figura
muy demandada en este ámbito; se busca por parte de las familias contratantes una
continuidad en los cuidados ejercidos por ellas, no solo en lo funcional sino también en
lo emocional. Desde el punto de vista de la percepción de las personas inmigrantes, se
encontraría una sustitución del soporte que han suministrado a sus parientes en sus
20
países de origen con el cuidado actual a la persona mayor, lo que algunas autoras han
llamado “cadena de cuidados” (Hoschschild, 2001). Otras motivaciones que no han sido
exploradas por la literatura, y que han sido detectadas en nuestro estudio, han sido la
búsqueda de una mayor seguridad en la cotidianidad en nuestro país y la práctica
religiosa como factor de protección de la posible carga que genera el cuidado.
El trabajo de cuidado ejercido por las personas inmigrantes conlleva una serie de
conflictos, el más llamativo, y el menos explorado en la literatura, es el maltrato que
sufren dichas personas por los receptores de cuidado, abuso que tiene su base en una
relación económica de explotación y en la existencia de racismo. Las relaciones con los
familiares que contratan, contrariamente a lo que dice la literatura, son inexistentes,
aunque sí existe una presión para que el soporte no sea solo físico sino también
emocional.
Este tipo de situaciones, descritas anteriormente, junto con las dificultades inherentes a
este tipo de labor, especialmente cuando se atiende a una persona con demencia, da
lugar a una sobrecarga en la cuidadora, a una merma en su salud, a una limitación en su
tiempo libre y actividades de ocio y a un decremento de sus relaciones sociales y
familiares.
El análisis de este nicho del mercado laboral nos permite aventurar que el cuidado de las
personas mayores dependientes en España se sostendrá, en un futuro inmediato, en gran
medida, en la contratación de personas inmigrantes, en detrimento de los cuidados
informales, normalmente, ejercidos por las hijas. Sería labor de la administración
pública pergeñar políticas que reconozcan esta realidad y que faciliten tanto la
formación adecuada de estas trabajadores como cuidadoras, como una necesaria
regulación y normativización del sector para evitar abusos y malos tratos; hoy en día,
esta función se encuentra diluida en el gran “cajón de sastre” del trabajo doméstico y
consideraríamos adecuado separar ambas actividades, aunque en muchas ocasiones
aparezcan entremezcladas, para poder visibilizar y establecer pautas que regulen los
cuidados ejercidos por las mujeres inmigrantes.
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