Conversación inteligente: 6 formas de hablar (“¿Cómo decirlo? a los niños” Dr. Paul Coleman) 1. Lo tres resultados de toda comunicación Hablar con los hijos es fácil, pero hablar con inteligencia con ellos requiere pensar y reflexionar antes de hablar. Toda comunicación con sus hijos puede tener 3 consecuencias: Acercamiento Discusión Evitación/aislamiento Nuestro objetivo es aprender a hablar de manera que mejore la comunicación y el diálogo con ellos, que la disciplina sea más efectiva y que sus hijos se dispongan a platicar con usted (en lugar de evitarlo) cuando tengan un problema. 2. Una estrategia de comunicación con ternura Las formas tiernas de hablar son: Enseñar (la crítica es una forma negativa de enseñar), Establecer Empatía, Negociar, Lo que se debe hacer y lo que se debe evitar (instrucciones, reglas familiares), Motivar (incluso con recompensas), y Comunicar (comentarios neutrales, afirmación de hechos, información sobre pensamientos y sentimientos). Los padres que están estresados para hablar con los hijos usan sobre todo la crítica y las instrucciones y dejan de usar otros estilos como la empatía; o bien, son más complacientes y no tienden a reforzar las reglas. Por otra parte, a mayor agresividad y dureza de nuestro habla más nos enojaremos y viceversa. Hablarles con tranquilidad y de forma agradable disminuirá nuestro enfado. 3. Cómo incrementar su repertorio de ternura a). Enseñar Es raro el día en que los padres no enseñen algo a sus hijos. La enseñanza puede ser una experiencia agradable y entrañable para las dos partes o bien puede caer en cátedras o regaños que hacen probable que el mensaje se pierda. Cómo decirlo: Déjame explicarte Observa cómo lo hago y luego trata de hacerlo tú 1 Veamos si podemos resolverlo juntos La respuesta es... No estoy segura de la respuesta. Vamos a buscarla.. Hazlo así ¿Qué sentirías si alguien te hiciera eso? Quiero que hagas esto porque... Cuando le dijiste a tu hermana que no podía jugar con tu balón, ¿cómo crees que hiciste que se sintiera? El tono de voz es la clave. Si es exagerado aumenta el estrés y disminuye la probabilidad de que su hijo le vuelva a pedir ayuda ante un problema (aunque a veces, si se usa de forma adecuada puede ser útil para llamar su atención). Cómo no decirlo: ¡No puedo creer que hayas hecho eso¡ ¡Olvídalo yo lo haré¡ Si es así como lo vas a hacer, entonces hazlo tú solo¡ ¿Por qué no eres como tu hermana? Te portas como un bebé¡ Atención: las frases poco motivadoras, los sobrenombres y las comparaciones son las peores afirmaciones que se pueden hacer. Si usas la enseñanza crítica no usas la empatía. El mejor momento para aplicar una enseñanza a sus hijos es cuando: o La ansiedad o la frustración son bajas (en padres e hijos) o Su hijo le hace preguntas o Los niños están preocupados por otras cosas b). Empatía La empatía (ponerse en el lugar del otro) es importante cuando su hijo experimenta emociones fuertes. Un niño que pregunta con tranquilidad: ¿Cuál es la capital de Francia?, se conformará con una respuesta directa. Pero si el niño arruga la hoja de la tarea y grita: “Nunca me acuerdo de esto¡ A quién le importa cuál es la capital de Francia¡”, le vendrá bien un poco de empatía: “No te culpo por sentirte mal, es muy difícil cuando estudias tus apuntes y aun así no lo recuerdas todo”. Es difícil mostrar empatía cuando uno está enojado, molesto o resentido por algo que dijera su hijo. Algunas veces los padres confunden la empatía con la motivación y dicen algo como esto: ”No te preocupes sé que lo harás bien”. Esta frase es motivadora pero no muestra empatía. La empatía no trata de solucionar los problemas ni de curar heridas, sino de entender el 2 dolor del niño y hablar de él de manera que le ayude a darse cuenta de que en realidad lo comprende. Los sentimientos si son escuchados se apaciguan y se puede hablar más sobre ellos. Cómo decirlo: Estás triste (enojada, nerviosa, contenta..) porque... Te molesta que tu hermano tenga que salir de viaje con su grupo y tú no Sé que tienes miedo por... Fallaste la anotación y te preocupó que tu equipo perdiera. ¿Estoy en lo cierto? Te sientes bien cuando por fin tienes amigos en la nueva escuela La forma en que colgaste el teléfono me hace pensar que estás enojado por algo Una respuesta de empatía es como sostener un espejo frente a la persona; lo que escucha refleja lo que siente. No se crea empatía cuando nos apresuramos a dar respuestas o soluciones, cuando discute con su hijo acerca de sus sentimientos, asegura cosas antes de expresar con claridad que entiende las preocupaciones de su hijo. Cómo no decirlo: Sé cómo te sientes (sin describir el sentimiento) Entiendo (¿qué entiende?) Te sigo amando (pero, ¿eso es lo que le preocupa a su hijo en ese momento?) Estarás bien (tranquilizar no es mostrar empatía) El problema no es tan grande como lo haces (dirá a su hijo que está equivocado al sentirse así) La vida te hace eso algunas veces. Lo importante es pensar en algo positivo (su intención es hacerlo sentir mejor, pero eso no es empatía) El mejor momento para aplicar la empatía es: -cuando su hijo es emotivo y no es probable que escuche y razone (éste es también el momento más difícil); -cuando no está seguro de cuál es el verdadero problema (la empatía hará que su hijo lo explique); -si su hijo es sensible por naturaleza -si quiere que su hijo entienda sus emociones. c). Negociar 3 La negociación se inicia cuando su hijo comienza a exigir más libertades (elegir la ropa que va a comprar, quedarse despierto hasta tarde...). Entonces, puede analizar con él las responsabilidades que acompañan a estas libertades. Negociar es diferente a sobornar. Cuidado con el soborno que es un mal hábito. Se tiende a él cuando los padres están desesperados. Cómo decirlo: Sé que se han esforzado mucho, pero todavía tenemos cosas que hacer. En verdad aprecio su esfuerzo. ¿Hay algo en especial que quieran hacer más tarde? Sé que quieren ir al lago hoy con sus amigos. Creo que sería agradable, pero me preocupa esto...¿tienen alguna sugerencia? Antes de considerar lo que quieren, necesito que suceda lo siguiente... Antes de irnos a jugar a la pelota, quiero que recojan un poco la casa. ¿con qué habitación quieren empezar? No estoy de acuerdo con eso. ¿hay alguna otra cosa que prefieran? El padre que negocia de la mejor manera es un dictador benévolo. Está dispuesto a llegar a algunos arreglos de acuerdo con los deseos de su hijo porque cree que los merece o que es por su bien. Un dictador benévolo nunca pierde de vista quién tiene el control. Cómo no decirlo: Muy bien, puedes dormir en casa de tu amigo esta noche, pero recuerda que tienes que hacer un trabajo para la escuela. (Está bien si su hijo es muy responsable, pero es mejor llegar a un acuerdo sobre sus expectativas. Los niños son expertos en anticipar la diversión a las responsabilidades) ¿Prometes llegar a casa temprano si te dejo jugar en casa del vecino? (Desde luego que su hijo lo prometerá. Si es importante que no llegue tarde, analice las consecuencias que tendría) Muy bien, muy bien. Si guardas silencio durante la próxima media hora, iremos a cenar a... (Utilizar el soborno es un mal hábito) El mejor momento para negociar es cuando usted: -no está desesperado -quiere que su hijo asuma más responsabilidades -quiere enseñar a su hijo el arte de la negociación y el compromiso, así como las consecuencias de cumplir o violar los acuerdos 4 d). Lo que se debe hacer y lo que se debe evitar Escuchemos a Carlos y su mamá: -Carlos, ponte el abrigo si vas a salir. Te puedes resfriar -No, no me voy a resfriar, mamá -Sí, te vas a resfriar. Te congelarás. Ponte el abrigo -Pero, mamá... -No me gusta que no uses abrigo -¡Pero a mí sí¡ La mamá de Carlos comete dos errores. Primero confunde Lo que se debe hacer y lo que se debe evitar con Enseñar. Si lo que quiere es que Carlos use abrigo, deberá decirlo sin dar explicaciones. Las reglas y las órdenes no son peticiones. Cuando un padre explica las razones de su orden, la consecuencia es que si el hijo lo vence con su lógica, es probable que la regla quede sin efecto. Si cree que explicar la regla es importante (Enseñar), siéntase en libertad de hacerlo. Pero si se inicia un debate, deberá estar preparado para reforzar la regla o iniciar las negociaciones. No tiene caso dar más explicaciones. El segundo error fue decir que no le gustaba que Carlos saliera sin abrigo. Una vez más, ésa no sólo no es una orden (está Comunicando su opinión), sino que le da a Carlos la oportunidad de contradecir la afirmación de su mamá (-Pero a mí sí me gusta¡). Cuando los hijos son pequeños y desde esa edad se les inculcan las reglas, los padres pueden utilizar un estilo de enseñanza para explicarlas (-no debes comer en el sillón porque...), pero conforme los niños crecen, la explicación de las reglas invita a la discusión cuando ésta no es necesaria (-pero papá, te prometo que tendré cuidado de no tirar chocolate en los muebles nuevos...). Las reglas que no se pueden negociar comprenden valores morales y de seguridad. Cuando su hijo de 8 años se niegue a utilizar el cinturón de seguridad, no negocie. Es mejor decir:”Si no te pones el cinturón, no iremos al parque”. En ocasiones, el reforzamiento de las reglas es mejor si está acompañado de una afirmación de empatía. Decir a su hijo con sinceridad que sabe que él está desilusionado o enojado puede suavizar un poco las cosas. Para el niño, ya es suficientemente malo saber que no conseguirá lo que quiere, pero es peor si además siente que su padre no lo entiende (o que no le interesa entenderlo). Cómo decirlo: Dejen de empujarse ahora¡ 5 Deja de jugar con la pelota en la sala. No está permitido Sé que no estás de acuerdo, pero la regla es... Golpear a tu hermana es algo muy malo Llegamos a un acuerdo, y tienes que respetarlo. Gracias La hora de dormir es dentro de cinco minutos. Lávate los dientes ahora Apaga la televisión ahora, es hora de cenar Las mejores reglas son claras y concisas. Al establecer una regla, pregúntese si en verdad se trata de un momento de enseñanza (explicando las razones) o si simplemente es necesario imponer la regla. Asimismo, pregúntese si está dispuesto a negociar. De lo contrario, plántese en su posición. Cómo no decirlo: ¿Qué acabamos de decir? ¿Cuántas veces te he dicho...? ¿Qué crees que estás haciendo? ¿Qué pasa aquí? ¿Cuánto más tengo que esperar para que limpies tu habitación? No hagas eso. Deja de hacer eso (¿Hacer qué? Sea específico) Ninguno de estos comentarios es claro e invitan a la discusión irrelevante. Sólo agravarán el problema entre usted y sus hijos. Sea directo y claro al establecer Lo que se debe hacer y lo que se debe evitar. Si se enoja o alza la voz al establecer una regla, es probable que se sienta frustrado o enojado por otras cosas, además de las que hace su hijo. Cuanto más confíe en su forma de ser padre, menos gritará. El mejor momento de establecer Lo que se debe hacer y lo que se debe evitar es cuando: -tiene toda la atención de su hijo -su hijo causa o se arriesga a un daño -usted es muy claro en cuanto a lo que quiere que suceda -es capaz de establecer reglas. e). Motivar Un error común que los padres cometen es que pocas veces felicitan a sus hijos por su buen comportamiento pero son rápidos en criticar el mal comportamiento. Criticar el mal comportamiento no ayuda a los padres si no presentan a sus hijos una alternativa deseable (no pintes en las paredes, puedes coger un cuaderno de dibujo). Asimismo muchos padres echan a perder su felicitación 6 cuando va seguida de una crítica (Sí, dejaste de pelear, pero sólo después de que te regañé). Premiar el esfuerzo, el control de sí mismo y la conducta bien pensada, representará grandes beneficios para usted y para su hijo. Cómo decirlo: ¿Recuerdas que practicaste mucho para el concierto y tuviste una gran actuación? Apuesto que este año practicarás igual. (Recordando esfuerzos y éxitos pasados) Estoy feliz y orgullosos por la forma en que te comportaste hoy. Sé que no era fácil. (Felicitaciones seguidas de un comentario de empatía) Magnífico trabajo¡ lo que más me gustó fue cuando...(Sea específico) Pudiste haberte enojado con tu hermana y empujarla, sin embargo, no lo hiciste. Eso demuestra que tienes control de ti mismo, lo que me da mucho gusto. (Premiar el comportamiento deseable) Me di cuenta que compartiste las galletas con tus amigos. Eso estuvo muy bien. Algunos niños no hacen eso. (Premiar el comportamiento deseable) Cómo no decirlo: Estoy seguro de que lo harás bien. (¿Se ha dado tiempo para entender realmente las preocupaciones de su hijo? De lo contrario, sus afirmaciones no serán útiles) Buen trabajo. (Esta frase es adecuada, pero ¿qué le gustó de manera específica? Explique. No pierda la oportunidad de felicitar a su hijo por su esfuerzo o control de sí mismo) Todos perdemos de vez en cuando. (Su hijo lo sabe. Es mejor hacer comentarios de empatía antes de dar una plática) Lo hiciste bien, pero podrías haberlo hecho mejor. (Tenga cuidado. ¿No cree que un comentario así podría desalentar a su hijo?) Estuviste increíble, asombroso, sorprendente¡ (A veces, las exageraciones son buenas. A los niños les gusta saber que está impresionado. Pero un comentario tan exagerado tendrá más impacto cuando se dice en pocas ocasiones. Además, ¿qué va a decir cuando logre algo realmente asombroso?) Sí, lo hiciste bien, pero así esperaba que lo hicieras. (Una felicitación débil es peor que nada. ¿Por qué perder la oportunidad de hacer que su hijo se sienta mejor con sus logros?) 7 Los niños que están en pleno crecimiento anhelan el reconocimiento y la motivación de sus padres. Si los brinda en forma inteligente, ayudará a fomentar las conductas deseables y mejorar la autoestima. El mejor momento para motivar, felicitar y reconocer es: -lo más pronto posible a la ocurrencia del buen comportamiento -con la mayor frecuencia posible -cuando ve esfuerzo, control de sí mismo y un comportamiento serio. f). Comunicar Se refiere a: -Afirmaciones de hechos (hoy vamos a visitar a la abuela) -preguntas comunes (¿cómo te fue en la escuela?) -opinión personal (me gusta ir al lago) -expresión de sentimientos (me molesta que...) -hacer peticiones (por favor, vacía la lavadora) En general, los padre utilizan la Comunicación como un mal sustituto de algunas otras estrategias. Decir: “No me gusta que peleen en el auto”, es comunicar un sentimiento. Pero si quiere decir: “Dejen de pelear”, debe expresarlo así. Cuantas más palabras utilice para llegar al punto central, es más probable que sea vago, que confunda a su hijo y que socave su autoridad. Cómo decirlo: Cuéntame qué aprendiste en la clase de natación. (Haga una afirmación en vez de hacer preguntas abiertas como :¿cómo te fue en tu clase de natación?. Es más probable que obtenga una respuesta informativa, más extensa, en lugar de un simple “bien”) Llegamos tarde al partido y no viste la anotación. Eso fue frustrante. Lo siento. (Hace una afirmación antes de decir un comentario de empatía) Quítate los auriculares, por favor. Me gusta más cuando participas con la familia durante la cena. (Comunica sus preferencias antes de decir a su hijo lo que debe hacer) Te amo Lo siento Cómo no decirlo: Comunica que le gusta o desagrada algo cuando en realidad lo que quiere decir es: Deja de hacer eso¡ 8