¿ESTÁN DESAPARECIENDO LAS CLASES MEDIAS EN ESPAÑA? Francesc Valls Fonayet

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¿ESTÁN DESAPARECIENDO LAS CLASES MEDIAS EN ESPAÑA?
Francesc Valls Fonayet
Cátedra de Inclusión Social – Universidad Rovira i Virgili
[email protected]
Ángel Belzunegui Eraso
Cátedra de Inclusión Social – Universidad Rovira i Virgili
[email protected]
Resumen
En este trabajo analizamos, mediante la explotación de los microdatos de la Encuesta de
Condiciones de Vida del INE, el impacto diferencial de la crisis económica en los
distintos grupos de renta en la sociedad española. Rebatimos la idea de la desaparición
de las clases medias, argumentando que precisamente las clases medias con mayor
capital formativo son uno de los grupos menos afectados en términos de renta por la
crisis económica. En el esquema de la estratificación social, observamos como
determinadas clases medias han conseguido proteger su estatus y una mayor cuota de
centralidad social. Por tanto, consideramos que habría que matizar la idea generalizada
mediáticamente sobre la supuesta desaparición de las clases medias o, en todo caso,
situarla mejor empíricamente.
Palabras clave: desigualdad, estructura social, clases medias, crisis, condiciones de
vida.
1
1. Introducción
Con cierta frecuencia se pueden encontrar en medios de comunicación noticias que
hacen referencia al impacto de la crisis económica sobre la población. Estas noticias
suelen vincular la crisis económica con la caída de rentas y con una supuesta
desaparición de la clase media. Por poner solo algunos ejemplos de los muchos que se
pueden encontrar: El País titulaba en 2009, al comienzo de la crisis económica, “Adiós,
clase media, adiós. La recesión golpea con dureza al principal sustento del Estado de
bienestar”1. En 2014, eldiario.es aportaba su visión a la desaparición de la clase media
con un artículo titulado “Adiós a la clase media, bienvenidos al precariado”2. El Wall
Street International, publicaba este mismo año 2016 un artículo “La desaparición de la
clase media europea”3, donde se advertía de que son varios los países europeos que
experimentan el retroceso de la clase media y que en consecuencia corre riesgo la
estabilidad tanto política como económica. Otros ejemplos que apuntan en la misma
línea son abundantes.
Un análisis más riguroso y generalista, y previo a la crisis, es el que realiza Bologna
(2006) y en el que sostiene que los nuevos trabajos de los que se nutre la sociedad
postfordista, trabajos escasamente remunerados y para los que se requiere también
escasa formación, tienen como consecuencia la paulatina reducción de las capas sociales
que durante los treinta gloriosos se denominó como las clases medias. Pressman (2007)
también expone su teoría del declive de la clase media a través de un estudio
internacional en el que muestra la caída de rentas de los grupos sociales vinculados a lo
que tradicionalmente se habían considerado como clases medias estables.
Desde otra visión, Massimo Gaggi y Edoardo Narduzzi en su libro El fin de la clase
media y el nacimiento de la sociedad de bajo coste, aseguran que estamos asistiendo a
la desaparición de la clase media y su transformación en una potencial masa que
adquiere bienes low cost en una economía dominada por la producción industrial de
zonas emergentes del planeta. Beck (2000) alerta de la asimilación futura en los países
occidentales de una estructura de trabajo donde una parte cada vez más importante de
población ocupada lo hará de forma inestable, en ocupaciones de baja cualificación y
con unas condiciones precarias.
1
Muñoz, Ramón, en http://elpais.com/diario/2009/05/31/negocio/1243775665_850215.html
Velázquez Gaztelu, J. P. http://www.eldiario.es/alternativaseconomicas/Adios-clase-media-bienvenidosprecariado_6_336376374.html
3
Villar Velasco, A. http://wsimag.com/es/economia-y-politica/20048-la-desaparicion-de-la-clase-mediaeuropea
2
2
Sánchez y Quintana (2005) apuntan que la segmentación del mercado de trabajo está
produciendo una división entre tareas cualificadas y no cualificadas, mientras que la
tradicional frontera entre trabajo manual y no manual se diluye progresivamente. Así,
muchos trabajadores manuales de la industria forman parte de la clase media asalariada,
mientras que los trabajadores no cualificados (sean o no manuales) se incluyen en la
clase trabajadora. Garrido y González (2005) alertan que el antiguo trabajador de cuello
azul, con una posición modesta en el mercado pero con mayor estabilidad y
posibilidades de prever su futuro laboral, está siendo sustituido por un trabajador menos
cualificado y con unas peores condiciones laborales. Por su parte, Huesca (2006)
relaciona los conceptos de precariedad y explotación laboral, e incluye las siguientes
situaciones: a) inestabilidad laboral (temporalidad, rotación, facilidades de despido,
contratos a tiempo parcial no voluntario, incertidumbre sobre el futuro); b) ausencia de
derechos laborales y sociales regulados (formas de trabajo informal, economía
sumergida, baja regulación o ausencia de convenios colectivos), y c) condiciones
laborales precarias (desigualdad de salarios, malas condiciones de salubridad, higiene o
seguridad, así como acoso laboral). Como resultado de todo esto, Alonso (2007) alerta
de las consecuencias que el hundimiento de la seguridad vinculada al trabajo puede
tener en la ciudadanía social.
Pero este interés por la desaparición de la clase media no es algo reciente. Ya a
mediados de la década de los noventa del siglo pasado, Schwartz y Lapidus (1994)
aseguraban el ocaso de la clase media. Foster y Wolfson (1992) advertían de las
implicaciones del declive de las clases medias en los Estados Unidos y en Canadá, en
un estudio realizado para el Oxford Poverty & Human Development Initiative. Para
estos autores, además del potencial poder adquisitivo y de su propensión al consumo, la
clase media proporciona gran parte de la mano de obra para la economía y es un
mercado clave para el producto nacional interno, además de jugar un papel primordial
en la estabilidad política. Y Wolfson (1994) volvía a insistir que la polarización y
divergencia de rentas provocaba inexorablemente la desaparición de una clase media tal
y como se había mostrado en la segunda mitad del siglo XX.
Estos son solo algunos de los antecedentes que podemos encontrar en la literatura
acerca del tema recurrente de la desaparición de las clases medias como actor central de
la sociedad. En esta comunicación abordamos este debate para el caso de España y de
una forma empírica, a partir de la serie de datos de la ECV. En primer lugar y a
continuación de esta introducción, planteamos algunos interrogantes teóricos acerca de
3
lo que significa el concepto de clases medias. Posteriormente presentamos la
metodología seguida para el análisis empírico de la distribución de rentas en España en
los últimos años. A continuación mostramos los datos referentes a la desigualdad de
rentas en la población española y en comparación a otros países europeos.
Seguidamente, abordamos la idea central de nuestra contribución, que es la del
reforzamiento de determinadas capas sociales que se han visto muy poco afectadas por
la crisis y que constituirían el núcleo duro de la clase media. Finalmente, planteamos
una discusión y las limitaciones del estudio.
2. ¿De qué hablamos cuando nos referimos a las clases medias?
La incorporación de las clases medias ha sido uno de los focos de atención del estudio
de la estructura social a lo largo del siglo XX. Especialmente relevantes son tres
aproximaciones:
a) La funcionalista, que centra su enfoque en el prestigio de las ocupaciones de los
individuos, remarcando la importancia que tiene para el funcionamiento de la sociedad
que todas las posiciones y tareas sociales estén ejercidas al máximo nivel de
competencia, por lo que la sociedad ha de disponer de un sistema de premios o
recompensas diferenciales para estimular que los individuos con mayor talento y
capacidad ocupen las posiciones que requieren de mayor esfuerzo, responsabilidad o
ansiedad (ver, por ejemplo, Davis i Moore, 1945).
b) La marxista, centrada en evolucionar los postulados ortodoxos de Marx para
incorporar las localizaciones contradictorias de clase, o clases medias: aquellas
posiciones que, siendo técnicamente proletarias, responden a la lógica de las clases
burguesas. Entre estas localizaciones se encuentran los directivos y supervisores
quienes, si bien no poseen legalmente la propiedad de los medios de producción, sí
ejercen en realidad un control sobre estos y sobre la fuerza de trabajo, teniendo una
autoridad completa o casi completa en su ámbito productivo, si bien no se apropian del
excedente producido. En esta línea, la obra de Wright (1994), apunta a la importancia de
dos nuevas dimensiones de explotación: los bienes organizativos (que otorgan
autoridad) y los bienes de formación (que aportan mejores condiciones de trabajo), y
que serían claves para la identificación de las clases medias.
c) La weberiana, que comparte con la perspectiva marxista la idea de desigualdad social
basada en la clase de pertenencia, pero que orienta su enfoque al impacto que la clase
social tiene en términos de oportunidades vitales y no estrictamente en la relación con el
4
sistema de producción sino incorporando otras dimensiones de índole social: prestigio,
poder, capacidad económica, posibilidades de mejora, etc. La propuesta de Goldthorpe
(1993) es una referencia dentro de esta corriente, y es ampliamente utilizado en España.
Las clases medias pueden ser definidas desde un punto de vista empírico como aquellas
capas sociales que se distribuyen alrededor de una medida de tendencia central
(mediana cuando hablamos de renta) y que mantiene algunas de las características que
le dan cierta estabilidad tanto a las rentas como a su poder de consumo. La cuestión es
dilucidar si ha cambiado sustancialmente la composición de estos deciles de renta a lo
largo del periodo considerado.
Lógicamente la composición de clase ha cambiado a lo largo de los años. Si nos
remontamos a la segunda mitad del siglo XX y para determinados países occidentales,
la clase media o las clases medias venían definidas muy mayoritariamente por las
ocupaciones denominadas de cuello blanco. Asociadas a la ocupación, estos grupos
sociales se caracterizaban también por comportamientos claramente definidos respecto
al ocio, el gusto cultural, las opciones residenciales, la educación, etc. Podríamos
afirmar la existencia de un ethos de clase que venía acompañado de otras características
contextuales como la seguridad en el trabajo, la promoción laboral y el ascenso social
intergeneracional.
En nuestra sociedad actual, las reglas de juego ya no son las mismas y lo definitorio de
los grupos sociales que podrían denominarse ahora clases medias ya no es tanto un
comportamiento homogéneo de grupo sino la disponibilidad de unos recursos
monetarios que puedan garantizar un nivel de consumo más o menos permanente y
estable. Las clases medias se han compactado interiormente como resultado de un
mayor valor de la formación en las nuevas profesiones. Lo verdaderamente definitorio
de las clases medias en la actualidad es la asociación entre formación y la renta y el
mantenimiento del nivel de la misma, aunque esta alianza sea ahora menos estable que
antes. La pérdida de renta acelera considerablemente el descenso social sobre todo en el
caso de que esta pérdida sea duradera. En el trasfondo del mantenimiento o la pérdida
de renta están los cambios producidos en la relación salarial, entendida esta como la
disposición y la capacidad negociadora entre el eje capital-trabajo. De tal manera que
entre las clases medias, aquellos grupos que han podido sustraerse a la lógica capitaltrabajo, o mantenerse al margen, han sido los menos afectados por la crisis económica.
Es el caso de los funcionarios en las diversas ramas de la administración. Aquí nos
5
encontraríamos con gran parte de las profesiones sanitarias y educativas, entre otras.
Asimismo, los directivos y cuadros intermedios con capacidad negociadora en la lógica
capital-trabajo también se han visto en menor medida afectados por la crisis económica,
formando el segundo gran grupo de efectivos de las clases medias que mejor han
sobrellevado los efectos de la crisis.
Según los datos de la Encuesta de Estructura Salarial, los trabajadores con rentas
derivadas del trabajo más elevadas son actualmente los que se dedican a sectores como
el suministro de energía (52.827,56 euros anuales), actividades financieras y de seguros
(39.607,49) e información y comunicaciones (33.137,20). En el extremo opuesto, las
menores rentas salariales se sitúan en sectores como la Hostelería (13.851,08 euros), las
actividades administrativas y los servicios auxiliares (15.809,74) y otros servicios
(16.734,95).
En cuanto a la ocupación, los directores y gerentes (51.594,26 euros), otros técnicos y
profesionales científicos e intelectuales (35.885,97) y los técnicos y profesionales
científicos e intelectuales de la salud y la enseñanza (29.807,74) constituyeron los
grupos con la ganancia media anual más elevada. Los trabajadores no cualificados en
servicios (excepto transporte) (12.601,53 euros), trabajadores de los servicios de
restauración y comercio (14.642,94) y trabajadores de los servicios de la salud y el
cuidado de las personas (15.240,88) fueron las menos remuneradas.
Tabla I. Ganancia media anual por trabajador. España, 2008-2013
Dif.
2013
2008
2013-2008
A. Directores y gerentes
51.594,26
57.259,16
-5.664,90
C. Otros técnicos y profesionales científicos e intelectuales
35.885,97
34.027,21
1.858,76
29.807,74
29.319,57
488,17
D. Técnicos, profesionales de apoyo
28.501,99
27.771,52
730,47
I. Trabajadores de los servicios de protección y seguridad
25.711,40
25.881,53
-170,13
Todas las ocupaciones
22.697,86
21.883,42
814,44
22.464,69
20.768,72
1.695,97
21.789,75
21.027,99
761,76
B. Técnicos y profesionales científicos e intelectuales de la
salud y la enseñanza
M. Operadores de instalaciones y maquinaria fijas, y
montadores
L. Trabajadores cualificados de las industrias
manufactureras, excepto operadores de instalaciones y
máquinas
6
E. Empleados de oficina que no atienden al público
20.983,35
20.793,70
189,65
N. Conductores y operadores de maquinaria móvil
19.934,16
19.677,69
256,47
19.463,18
18.857,14
606,04
18.217,14
18.032,22
184,92
17.864,17
16.842,67
1.021,50
15.888,96
15.328,05
560,91
15.240,88
15.395,96
-155,08
14.642,94
14.325,12
317,82
12.601,53
13.302,41
-700,88
K. Trabajadores cualificados de la construcción, excepto
operadores de máquinas
J. Trabajadores cualificados en el sector agrícola, ganadero,
forestal y pesquero
F. Empleados de oficina que atienden al público
P. Peones de la agricultura, pesca, construcción, industrias
manufactureras y transportes
H. Trabajadores de los servicios de salud y el cuidado de
personas
G. Trabajadores de los servicios de restauración y comercio
O. Trabajadores no cualificados en servicios (excepto
transportes)
Fuente: Encuesta Anual de Estructura Salarial (INE)
Ante todo esto, Martínez (2014) ya apunta que la crisis está empeorando las condiciones
de vida en mayor medida a quienes estaban peor antes de que ésta comenzara,
posiblemente por la destrucción de ocupaciones de menor cualificación. En términos de
renta, esto supone que aumenta la distancia entre los extremos de población. En
términos de clase, indica que la clase de servicios alto (directivos y profesionales
liberales) es la que menos está notando la crisis y que la mayor pérdida de poder
adquisitivo se produce en la clase de servicio bajo, la clase obrera y las ocupaciones de
baja cualificación en el sector servicios.
3. Metodología
Los análisis que se ofrecen en este estudio provienen de los microdatos de la Encuesta
de Condiciones de Vida (ECV). La ECV es una encuesta anual de ámbito europeo
establecida con el apoyo del reglamento europeo (CE) número 1177/2003 del
Parlamento Europeo y del Consejo, y regulada posteriormente por diversos reglamentos
comunitarios bajo el marco del proyecto EU-SILC (European Union Statistics on
Income and Living Conditions), por lo que se consiguen resultados comparables entre
los países de la Unión Europea. A nivel estatal, el organismo encargado de producir
estos datos es el Instituto Nacional de Estadística (INE).
7
La ECV se incorpora al programa estadístico del INE en 2004 como sustitución del
Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE), que estuvo vigente entre 1994 y
2001 (si bien hasta el año 1999 no ofrece resultados representativos para las
Comunidades Autónomas). El cambio del PHOGUE a la ECV fue de orden cuantitativo
y cualitativo. Por un lado se aumentó la muestra para cada país y se ampliaron los países
participantes, con lo cual se redujo el error a la hora de hacer estimaciones y
generalizaciones, y por otra parte se incorporaron nuevos indicadores que permitieron
ajustar más y mejor los análisis de la vulnerabilidad social. Por lo tanto, el paso del
PHOGUE a la ECV supuso un salto importante en cuanto a la precisión de los
diagnósticos particulares de cada país y una mayor confiabilidad en la comparativa a
nivel interno de la Unión Europea.
La ECV está dirigida a los hogares privados del conjunto del Estado. Se realiza
anualmente desde el año 2004 y tiene como principal objetivo producir datos
comparativos sobre la distribución de ingresos y la exclusión social de la población.
Mediante esta herramienta, cada país de la Unión Europea calcula de manera anual los
respectivos indicadores de pobreza, así como otros tipos de información sobre las
condiciones de vida y la distribución de la renta que, al ser formulados de manera
estandarizada, permiten la comparación territorial.
Cada hogar que ha sido seleccionada para formar parte de la muestra de la ECV
cumplimenta dos cuestionarios. El primero hace referencia al conjunto del hogar e
incorpora información, entre otros ítems, sobre los ingresos del hogar, los retrasos en
los pagos, el tipo de vivienda, el equipamiento de la vivienda y varios indicadores no
monetarios de privación (por ejemplo, cómo llega el hogar a fin de mes, si se puede
permitir varios tipos de gasto o si presenta carencia de ciertas necesidades básicas). El
segundo cuestionario es de tipo individual y está dirigido a todos los miembros de 16
años y más que habitan en el hogar. Ofrece información detallada de los ingresos
(salarios, prestaciones, etc.), la situación laboral, el nivel máximo de estudios alcanzado,
el estado de salud, entre otros. Por otra parte, la ECV se organiza como un panel
rotativo y cada hogar forma parte de la muestra durante cuatro años consecutivos,
renovándose la muestra en un 25% en cada ola.
4. El enfoque de las clases medias desde una perspectiva de renta
8
4.1 España: un país con elevada desigualdad de rentas en el contexto europeo
En España, las desigualdades en la distribución de la renta han aumentado en los
últimos años. El año 2014 se registra un valor del índice de Gini de 34,7, el más alto
desde el inicio del periodo analizado (2009-2014) y el quinto mayor de la Unión
Europea (el mayor de la UE-15). El crecimiento de las desigualdades según este
indicador ha sido progresivo (a excepción del año 2013, con una ligera reducción), con
un balance final de un 5,5% en cinco años. De manera ininterrumpida España se
encuentra entre el 4º y el 7º país europeo con mayor desigualdad, y siempre entre los
tres primeros de la UE-15.
Únicamente cinco países presentan un mayor crecimiento de la desigualdad entre 2009
y 2014, de los cuales solamente Bulgaria y Chipre presentan a su vez una mayor
desigualdad interna que España. En relación a las medias comunitarias podemos
concluir que en España las desigualdades han aumentado en mayor medida: entre 2009
y 2014 la distancia respecto a la UE-15 ha pasado de ser de 2,4 puntos a 3,7, mientras
que entre 2010 y 2014 la distancia respecto a la UE-28 ha pasado de 3,1 puntos a 3,7.
Tabla II. Índice de Gini en España y comparativa europea. Evolución 2009-2014
Valor 2014
Valor 2014
(UE-
2009
2010
2011
2012
2013
2014
(2009=100)
28=100)
Noruega
24,1
23,6
22,9
22,5
22,7
23,5
97,5
75,8
Islandia
29,6
25,7
23,6
24,0
24,0
.
.
.
Eslovenia
22,7
23,8
23,8
23,7
24,4
25,0
110,1
80,6
República Checa
25,1
24,9
25,2
24,9
24,6
25,1
100,0
81,0
Suecia
24,8
24,1
24,4
24,8
24,9
25,4
102,4
81,9
Finlandia
25,9
25,4
25,8
25,9
25,4
25,6
98,8
82,6
Bélgica
26,4
26,6
26,3
26,5
25,9
25,9
98,1
83,5
Eslovaquia
24,8
25,9
25,7
25,3
24,2
26,1
105,2
84,2
Países Bajos
27,2
25,5
25,8
25,4
25,1
26,2
96,3
84,5
Dinamarca
26,9
26,9
27,8
28,1
27,5
27,5
102,2
88,7
Austria
27,5
28,3
27,4
27,6
27,0
27,6
100,4
89,0
Malta
27,4
28,6
27,2
27,1
27,9
27,7
101,1
89,4
Hungría
24,7
24,1
26,8
26,9
28,0
27,9
113,0
90,0
Suiza
30,7
29,6
29,7
28,8
28,5
.
.
.
Luxemburgo
29,2
27,9
27,2
28,0
30,4
28,7
98,3
92,6
Francia
29,9
29,8
30,8
30,5
30,1
29,2
97,7
94,2
Irlanda
28,8
30,7
29,8
29,9
30,0
.
.
.
9
Croacia
27
31,6
31,2
30,9
30,9
30,2
111,9
97,4
Alemania
29,1
29,3
29,0
28,3
29,7
30,7
105,5
99,0
Polonia
31,4
31,1
31,1
30,9
30,7
30,8
98,1
99,4
UE-15
30,5
30,5
30,8
30,4
30,4
31,0
101,6
100,0
UE-28
.
30,4
30,8
30,4
30,5
31,0
.
100,0
Reino Unido
32,4
32,9
33,0
31,3
30,2
31,6
97,5
101,9
Italia
31,5
31,2
31,9
31,9
32,5
32,7
103,8
105,5
Estonia
31,4
31,3
31,9
32,5
32,9
.
.
.
Portugal
35,4
33,7
34,2
34,5
34,2
34,5
97,5
111,3
Grecia
33,1
32,9
33,5
34,3
34,4
34,5
104,2
111,3
España
32,9
33,5
34,0
34,2
33,7
34,7
105,5
111,9
Rumanía
34,9
33,3
33,2
33,2
34,0
34,7
99,4
111,9
Chipre
29,5
30,1
29,2
31,0
32,4
34,8
118,0
112,3
Lituania
35,9
37,0
33,0
32,0
34,6
35,0
97,5
112,9
Bulgaria
33,4
33,2
35,0
33,6
35,4
35,4
106,0
114,2
Letonia
37,5
35,9
35,1
35,7
35,2
35,5
94,7
114,5
Fuente: elaboración propia a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida (EU-SILC)
(.) Datos no disponibles
Además del Índice de Gini, el indicador S80/S20 es otro instrumento de la medida de la
desigualdad de rentas en una sociedad. En concordancia con el análisis anterior, este
indicador vuelve a mostrar unos elevados índices de desigualdad en España. El 2014, en
España, el 20% de la población con mayor nivel económico dispone de una renta 6,8
veces superior a la disponible por el quintil inferior. Se trata del valor máximo del
periodo analizado (2009-2014), con un aumento del 15,3% en cinco años. Únicamente
Chipre, Croacia, Hungría y Eslovenia presentan un crecimiento mayor de la desigualdad
entre los dos extremos de la distribución.
En consecuencia, los niveles de desigualdad están aumentando a un mayor ritmo que la
media comunitaria.
Tabla III. Indicador S80/S20 en España y comparativa europea. Evolución 2009-2014
Valor 2014
Valor 2014. UE-
2009
2010
2011
2012
2013
2014
(2009=100)
28=100
Noruega
3,5
3,4
3,3
3,2
3,3
3,4
97,1
65,4
República Checa
3,5
3,5
3,5
3,5
3,4
3,5
100,0
67,3
Islandia
4,2
3,6
3,3
3,4
3,4
.
.
.
Finlandia
3,7
3,6
3,7
3,7
3,6
3,6
97,3
69,2
10
Eslovenia
3,2
3,4
3,5
3,4
3,6
3,7
115,6
71,2
Países Bajos
4,0
3,7
3,8
3,6
3,6
3,8
95,0
73,1
Bélgica
3,9
3,9
3,9
4,0
3,8
3,8
97,4
73,1
Eslovaquia
3,6
3,8
3,8
3,7
3,6
3,9
108,3
75,0
Suecia
3,7
3,5
3,6
3,7
3,7
3,9
105,4
75,0
Malta
4,0
4,3
4,0
3,9
4,1
4,0
100,0
76,9
Dinamarca
4,6
4,4
4,4
4,5
4,3
4,1
89,1
78,8
Austria
4,2
4,3
4,1
4,2
4,1
4,1
97,6
78,8
Hungría
3,5
3,4
3,9
4,0
4,2
4,2
120,0
80,8
Suiza
4,8
4,5
4,5
4,4
4,2
.
.
.
Francia
4,4
4,4
4,6
4,5
4,5
4,3
97,7
82,7
Irlanda
4,2
4,7
4,6
4,7
4,5
.
.
.
Luxemburgo
4,3
4,1
4,0
4,1
4,6
4,4
102,3
84,6
Alemania
4,5
4,5
4,5
4,3
4,6
5,1
113,3
98,1
Polonia
5,0
5,0
5,0
4,9
4,9
4,9
98,0
94,2
Reino Unido
5,3
5,4
5,3
5,0
4,6
5,1
96,2
98,1
Croacia
4,3
5,5
5,6
5,4
5,3
5,1
118,6
98,1
UE-15
4,9
4,9
5,0
4,9
4,9
5,2
106,1
100,0
UE-28
.
4,9
5,0
5,0
5,0
5,2
.
100,0
Chipre
4,4
4,5
4,3
4,7
4,9
5,4
122,7
103,8
Estonia
5,0
5,0
5,3
5,4
5,5
.
.
.
Italia
5,2
5,2
5,6
5,5
5,7
5,9
113,5
113,5
Lituania
6,4
7,3
5,8
5,3
6,1
6,1
95,3
117,3
Portugal
6,0
5,6
5,7
5,8
6,0
6,2
103,3
119,2
Letonia
7,4
6,8
6,5
6,5
6,3
6,5
87,8
125,0
Grecia
5,8
5,6
6,0
6,6
6,6
6,5
112,1
125,0
España
5,9
6,2
6,3
6,5
6,3
6,8
115,3
130,8
Bulgaria
5,9
5,9
6,5
6,1
6,6
6,8
115,3
130,8
Rumanía
6,7
6,0
6,2
6,3
6,6
7,2
107,5
138,5
Fuente: elaboración propia a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida (EU-SILC).
(.) Datos no disponibles
4.2 Deciles de renta y aumento de la desigualdad
La información incorporada en la tabla IV nos ayuda a localizar dónde se encuentra la
desigualdad de rentas en la población. Concretamente, esta tabla indica la renta media,
en euros por unidad de consumo, de los diez deciles de población entre 2009 y 2014.
Cada uno de estos deciles agrupa exactamente a una décima parte de la población, de
manera ascendente según su volumen de renta: el primer decil agrupa al 10% de
11
población con menor volumen de renta, el segundo agrupa al siguiente 10%, y así
sucesivamente hasta el décimo decil, que agrupa al 10% de población con mayor renta.
De entrada, entre 2009 y 2014 todos los deciles en España han sufrido una caída de
rentas y, en consecuencia, la renta media del año 2014 es inferior a la del año 2009 en
todos ellos. No obstante, unos deciles se han visto más afectados que otros por la crisis:
quien ha perdido mayor capacidad monetaria ha sido el segmento de población que
disponía de una menor capacidad económica al inicio del período. Concretamente, la
renta media del primer decil ha caído un 26,6% en cinco años: de 3.830,3 a 2.813,3
euros por unidad de consumo. A continuación se encuentra el segundo decil, con una
caída del 17,3% (de 7.721,4 a 6.348,1 euros por unidad de consumo), y así
sucesivamente. A medida que se asciende en la escala de renta, las pérdidas han sido
cada vez inferiores. La única excepción a esta tendencia regresiva ha sido el decil
superior, con una pérdida del 8,5% de la renta media, por encima de la registrada por los
deciles 7, 8 y 9.
Tabla IV. Renta media en España, por deciles (en euros por unidad de consumo
equivalente). Evolución 2009-2014
Valor 2014
Decil
2009
2010
2011
2012
2013
2014
(2009=100)
1
3.830
3.498
3.310
3.103
3.022
2.813
73,4
2
7.721
7.518
7.225
6.996
6.945
6.384
82,7
3
9.836
9.716
9.143
9.019
8.902
8.470
86,1
4
11.864
11.729
11.021
10.919
10.632
10.290
86,7
5
13.791
13.610
12.949
12.853
12.545
12.249
88,8
6
15.845
15.706
14.987
14.887
14.636
14.342
90,5
7
18.335
18.240
17.528
17.401
16.943
16.831
91,8
8
21.487
21.372
20.641
20.750
20.004
20.057
93,3
9
26.163
26.146
25.381
25.444
24.492
24.609
94,1
10
41.557
41.692
40.618
39.817
38.222
38.007
91,5
Fuente: elaboración propia a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida (EU-SILC)
¿Por qué se está produciendo esté distanciamiento entre las rentas de la población? No
parece que sea por un aumento de la riqueza entre la población con mayor nivel
económico. En España, en 2014, el punto de corte entre los deciles 9 y 10 (es decir, el
punto por encima del cual se sitúa el 10% de población con mayor nivel de renta) se
sitúa en 27.782 euros por unidad de consumo, un 20,9% por debajo del valor registrado
12
en la UE-15 y un 6,6% inferior al de la UE-28. En ambos casos, la distancia ha
aumentado año tras año (era de un 9,7% y de un -5,6%, respectivamente, en 2009).
¿Qué sucede en la parte baja de la escala de rentas? La frontera por debajo de la cual se
sitúa el 10% de población con menores ingresos se encuentra en 5.098 euros en España
en 2014, un 34,9% por debajo del valor registrado en el conjunto de la UE-28 (7.829) y
un 45,0% por debajo de la UE-15 (9.261) (en 2009 la distancia era de un 26,5% con
respecto a la UE-15, y en 2010 era de un 16,7% respecto a la UE-28). Desde esta
perspectiva comparada, las personas con mayor capacidad económica no parecen tener
unos niveles especialmente altos de renta mientras que las personas con menor
capacidad económica sí se encuentran en unos niveles especialmente bajos de renta.
Y ante estos datos nos podemos preguntar en qué situación se encuentran las clases
medias. Para ello hemos centrado la atención sobre los deciles situados en el centro de
la distribución. Hemos focalizado el análisis en tres direcciones: a) ver si estas capas se
están desplazando en la escala de ingresos; b) ver si están ampliándose o reduciéndose
en cuanto a número de efectivos y c) ver qué distancia les separa de los grupos de
población con mayor y menor renta.
En primer lugar, como hemos dicho, la pérdida de capacidad monetaria se ha producido
en todos los grupos de renta de la sociedad española, pero especialmente en los que ya
partían de posiciones más vulnerables. El 40% de población situada en el tramo central
de renta (es decir, la que deja a un lado al 30% de población con menor capacidad
económica, y al otro lado el 30% con mayor), ha sufrido una caída media de la renta de
un 10,2% (de 14.959 euros a 13.428), superior a la registrada por el 30% superior
(7,3%) pero inferior a la caída de rentas del sector más vulnerable (17,4%). No obstante,
la capacidad económica de este grupo de población situado en el centro de la
distribución, que ingresa entre 9.346 y 18.348 euros, está por debajo de los de la UE-15
y de la UE-28.
Gráfico 1. Límite superior e inferior de la renta disponible por los deciles 4 a 7.
España y UE, 2009-2014
13
30000
25000
Límite inferior España
20000
Límite inferior UE-15
Límite inferior UE-28
15000
Límite superior España
10000
Límite superior UE-15
Límite superior UE-28
5000
0
2009
2010
2011
2012
2013
2014
Fuente: elaboración propia a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida (EU-SILC)
Otra fuente de información como la Encuesta de Estructura Salarial corrobora que entre
2009 y 2013 el salario bruto anual que percibe el individuo que se encuentra justo en
medio de la distribución (es decir, la mediana salarial) aumentó en España entre 2008 y
2013 de 18.803 a 19.030 euros anuales. También aumentaron, progresivamente cada
vez más, los salarios medios del cuartil superior (de 28.025 a 28.564) y del decil
superior (de 40.124 a 41.108), mientras que, de forma opuesta, se redujeron –también
progresivamente- los salarios medios del cuartil inferior (de 13.587 a 13.039) y del
percentil inferior (de 8.723 a 7.692).
En segundo lugar, el volumen poblacional de este colectivo central se está reduciendo
en los últimos años, a causa del estiramiento de rentas. En 2009, un 52,7% de la
población vivía en hogares con una renta situada en el intervalo que va del 60% de la
renta mediana al 140%, mientras que en 2014 la población que pertenece a esta misma
franja se ha reducido a un 48,5%. En consecuencia, ha aumentado el volumen de
población que ha pasado a situarse por debajo de este 60% de la renta mediana (de un
20,4% a un 22,2%), pero también lo ha hecho –y en mayor medida- el de población con
renta superior al 140% (de un 27% a un 29,3%). Por lo tanto, aunque efectivamente se
está reduciendo el volumen de población que presenta unos ingresos medios (en
relación a la estructura de renta de cada año), una parte de la pérdida de efectivos se
localiza en la parte superior.
14
Gráfico 2. Porcentaje de población situada en distintos tramos de renta (por debajo del 60% de la
renta mediana, entre el 60% y el 140% de la renta mediana, y por encima del 140% de la renta
mediana). España, evolución 2009-2014
100
27,6
80
28,5
28,1
29,3
60
52,7
51,6
51,3
50,6
51,5
48,5
20,4
0
2009
20,7
20,7
20,8
20,4
22,2
2010
2011
2012
2013
2014
40
20
Por debajo del 60% de la renta mediana
Entre el 60% y el 140% de la renta mediana
Por encima del 140% de la renta mediana
Fuente: elaboración propia a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida (EU-SILC)
En tercer lugar, hemos visto que el aumento de la desigualdad se ha dado por una caída
de las rentas de la población que ya presentaba un nivel de rentas inferior al inicio del
periodo analizado y que, en consecuencia, se ha alejado del resto de población, tanto de
la que se sitúa en la parte central como en la parte superior de la distribución de renta.
En ambas comparaciones, el nivel de desigualdad ha aumentado entre 2009 y 2014. En
este periodo, la distancia entre el grupo central (40% de población situada en el centro,
por cuestión de renta) y el grupo superior ha aumentado de forma ligera (entre un 1,9%
y un 3%), mientras que la distancia en relación al grupo inferior lo ha hecho entre un
12,7% y un 22,2%.
Tabla V. Número de veces que un grupo de renta acumula mayor volumen de renta en relación a otro
grupo. España. Evolución 2009-2014
Valor 2014
2009
2010
2011
2012
2013
2014
(2009=100)
40% central sobre 10% con renta inferior
3,9
4,2
4,3
4,5
4,5
4,8
122,2
40% central sobre 20% con renta inferior
2,6
2,7
2,7
2,8
2,7
2,9
112,7
10% con renta superior sobre 40% central
2,8
2,8
2,9
2,8
2,8
2,8
101,9
20% con renta superior sobre 40% central
2,3
2,3
2,3
2,3
2,3
2,3
103,0
10,8
11,9
12,3
12,8
12,6
13,5
124,5
10% con renta superior sobre 10% con
renta inferior
15
20% con renta superior sobre 20% con
renta inferior
5,9
6,2
6,3
6,5
6,3
6,8
116,1
Fuente: elaboración propia a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida (EU-SILC)
Nota: los registros de la última columna se ha calculado con todos los datos con todos los decimales,
aunque en la tabla se haya mostrado únicamente el primer decimal
5. El enfoque de las clases medias desde una perspectiva ocupacional
Además del enfoque basado en la renta, hemos realizado otro análisis sobre la situación
de las clases medias focalizado en la posición de ocupación y el nivel de estudios. En
este sentido, la Tabla VI muestra que los principales focos de destrucción de empleo
entre 2011 y 2016 en España no han sido los vinculados a las clases medias, que han
podido mantener los niveles de ocupabilidad especialmente en las ocupaciones que
requieren de mayor cualificación (técnicos y profesionales científicos e intelectuales) y
las vinculadas a los servicios, restauración y comercios, sino entre las categorías de
clases trabajadoras (trabajadores de la construcción, operadores de maquinaria móvil,
conductores y montadores, trabajadores no cualificados). Así, un 68,4% de la
destrucción de empleo se focaliza en las ocupaciones ocupadas por la clase trabajadora,
y un 20,6% a las clases dirigentes y gerentes, por lo que en las ocupaciones vinculadas a
la clase media (técnicos y profesionales, empleados de oficina) únicamente les ha
correspondido un 8,3% (cuando representa el 39,2% de la fuerza laboral)4. En cuanto a
la clase de directores y gerentes, la pérdida de ocupación ha sido también sustancial (de
un 16,1%) si bien esto no ha tenido efectos en términos de renta, como se observará a
continuación.
Tabla VI. Personas ocupadas por tipo de ocupación. España. Primer Trimestre de 2011 y de 2016
Primer
Primer
Variación
Trimestre Trimestre
porcentual
2011
2016
A Directores y gerentes
902,6
757,0
-16,1
B Técnicos y profesionales científicos e intelectuales de la
salud y la enseñanza
3.038,3
3.252,3
7,0
C Técnicos; profesionales de apoyo
1.984,8
1.941,7
-2,2
D Empleados de oficina
1.857,8
1.842,5
-0,8
E Trabajadores de los servicios de restauración y comercio
2.392,2
2.506,5
4,8
4
Si incorporamos las categorías E, F y G, la destrucción de empleo ha sido de un 11%, cuando
representan un 61,7% de la fuerza laboral total.
16
F Trabajadores de los servicios de salud y el cuidado de
personas
1.098,8
1.101,4
0,2
G Trabajadores de los servicios de protección y seguridad
446,0
426,3
-4,4
H Trabajadores cualificados en el sector agrícola, ganadero,
forestal y pesquero
464,2
439,7
-5,3
K Trabajadores cualificados de la construcción y la industria
manufacturera
2.259,1
2.026,7
-10,3
L Operadores de instalaciones y maquinaria fijas, conductores
de maquinaria móvil y montadores
1.459,9
1.332,7
-8,7
M Trabajadores no cualificados
2.413,8
2.314,5
-4,1
Fuente: Encuesta de Población Activa (EPA)
¿Cómo se traduce esta evolución en términos de renta? Trabajando ahora con datos de
la Encuesta de Condiciones de Vida (y teniendo en cuenta únicamente a la población de
16 a 64 años que no está estudiando), llegamos a una conclusión similar: las clases
medias están aguantando la crisis con mayor fortaleza que las clases trabajadoras. Si
agrupamos los Grupos 2, 3 y 4, la pérdida en términos de renta por unidad de consumo
ha sido del 5,3% entre 2012 y 2014 mientras que entre las clases trabajadoras
cualificadas (Grupos 5, 6, 7 y 8) la pérdida ha sido del 6,4% y entre las no cualificadas
(Grupo 9) del 6,9%. Es decir, en términos de renta, la crisis no parece estar acercando la
clase media hacia la clase trabajadora sino al contrario: la distancia entre ambas está
aumentando.
Gráfico 3. Evolución de la renta mediana por unidad de consumo según ocupación 2012-2014
20
15
10
5
0
Grupo 1
Grupo 2
Grupo 3
Grupo 4
Grupo 5
-5
-10
17
Grupo 6
Grupo 7
Grupo 8
Grupo 9
Grupo 1: Directores y gerentes; Grupo 2: Profesionales científicos e intelectuales; Grupo 3: Técnicos y
profesionales de nivel medio; Grupo 4: Personal de apoyo administrativo; Grupo 5: Trabajadores de los
servicios, comercio y mercados; Grupo 6: Agricultores, forestales y pesqueros; Grupo 7: Oficiales,
operarios, artesanos; Grupo 8: Operadores de instalaciones y máquinas; Grupo 9: Ocupaciones
elementales.
Fuente: elaboración propia a partir de los microdatos de la ECV.
Hemos llevado a cabo un segundo análisis para observar las diferencias de composición
de los diferentes deciles de renta en España según el grupo de ocupación. Los resultados
detallados por cada decil se ubican en el Anexo en forma de gráficos. Aquí sintetizamos
las características internas de cada decil incorporando las ocupaciones mayoritarias y su
nivel de estudios:
Tabla VII. Composición de los deciles de renta según perfil ocupacional, formativo y evolución de
la renta mediana por unidad de consumo. España
Decil de renta
Perfiles ocupacionales
Perfiles formativos
Evolución de la renta
mayoritarios
mayoritarios
mediana por unidad de
consumo 2009-2014
Grupo 9 (30,3%)
Primarios (39,3%)
Grupo 5 (25,2%)
1
Secundarios
-27%
Grupo 7 (22,3%)
obligatorios (29,9%)
2
3
4
Primer cambio
ocupacional. Primer
cambio formativo
5
Segundo cambio
formativo
6
7
Segundo cambio
ocupacional
8
Tercer cambio
Grupo 9 (32,9%)
Grupo 5 (22,3%)
Grupo 7 (19,8%)
Grupo 9 (23,3%)
Grupo 5 (20,4%)
Grupo 7 (14,7%)
Grupo 5 (22,6%)
Grupo 9 (22,3%)
Grupo 7 (16,5%)
Primarios (35%)
Secundarios
obligatorios (32,5%)
-18%
Primarios (34%)
Secundarios
obligatorios (29,7%)
-14%
Secundarios
obligatorios (32%)
Primarios (26,5%)
-14%
Grupo 5 (22,5%)
Grupo 9 (15,4%)
Grupo 7 (14,5%)
Secundarios
postobligatorios
(28,8%)
Secundarios
obligatorios (26,7%)
Grupo 5 (20,3%)
Grupo 9 (16,4%)
Grupo 7 (15,8%)
Secundarios
postobligatorios
(29,2%)
Secundarios
obligatorios (25,4%)
Grupo 5 (20%)
Grupo 4 (14,1%)
Grupo 7 (11,6%)
Secundarios
postobligatorios
(29,6%)
Universitarios (28,5%)
Grupo 5 (19,8%)
Grupo 4 (18,4%)
Universitarios (33%)
Secundarios
18
-12%
-10%
-9%
-7%
formativo
9
Tercer cambio
ocupacional
Grupo 2 (14,8%)
postobligatorios
(27,3%)
Universitarios (45,4%)
Secundarios
postobligatorios
(26,1%)
Grupo 2 (25,2%)
Grupo 4 (19,1%)
Grupo 5 (15,3%)
Universitarios (62,7%)
Secundarios
10
postobligatorios
(21,5%)
Fuente: elaboración propia a partir de los microdatos de la ECV.
Grupo 2 (39,6%)
Grupo 4 (17,6%)
Grupo 3 (17,5%)
-6%
-9%
De la lectura de la Tabla VII hemos identificado cuatro perfiles ocupacionales y
formativos que se corresponden con los distintos deciles de renta:
- Clase trabajadora inestable. Deciles 1, 2 y 3.
- Clase trabajadora. Deciles 4, 5 y 6.
- Clase media. Decil 7 y 8.
- Clase media-alta. Deciles 9 y 10.
El primer perfil, la clase trabajadora inestable (que se agrupa en los deciles 1, 2 y 3) es
homogéneo en cuanto al tipo de ocupaciones: predominan en los tres deciles las
ocupaciones elementales (27,7% de media), las ocupaciones en los servicios, el
comercio y los mercados (22% de media) y los oficiales, operarios y artesanos (19% de
media). Estas tres categorías ocupacionales suman el 77%, el 72% y el 57% de las
ocupaciones en los deciles 1, 2 y 3 respectivamente. Asimismo, se trata de un grupo
social con estudios primarios mayoritariamente. Los tres deciles acumulan las mayores
pérdidas de renta: 27%, 18% y 14% consecutivamente.
El segundo perfil, la clase trabajadora, comprende los deciles 4, 5 y 6, comienza a
presentar una cierta heterogeneidad interna. En el decil 4 se produce el primer cambio
notable de composición ocupacional, pasando a partir de este decil a ser mayoritarios
los trabajadores de los servicios, comercio y mercados. Para los tres deciles, los grupos
ocupacionales mayoritarios y que presentan el mismo orden de efectivos son:
trabajadores de los servicios, comercio y mercados, las ocupaciones elementales y los
oficiales, operarios y artesanos. Estas tres ocupaciones representan el 62% del total de
ocupaciones del decil 4, el 54% del decil 5 y el 53% del decil 6. También se produce un
cambio de tendencia en el nivel de estudios mayoritario en este perfil. El decil 4 acaba
con la tendencia de estudios primarios del primer perfil, siendo en este decil
mayoritarios lo que tienen estudios obligatorios y para los siguientes deciles 5 y 6, el
19
nivel de estudios mayoritario es el de estudios postobligatorios. Este perfil también
acumula importantes pérdidas de renta, caídas del 14%, 12% y 10% respectivamente
para los deciles 4, 5 y 6. Esta pérdida de renta muestra que este perfil no es ajeno a la
precariedad ni a la estabilidad en el trabajo.
El tercer perfil corresponde a lo que hemos denominado clase media desde una
perspectiva ocupacional y comprende los deciles 7 y 8, menos homogéneos en cuanto al
perfil ocupacional y al nivel de estudios que los anteriores perfiles. Las ocupaciones
predominantes, por orden de importancia, son los trabajadores de servicios, comercio y
mercados y el personal de apoyo administrativo. Precisamente el decil 7 presenta el
segundo cambio ocupacional importante, haciendo que el personal de apoyo
administrativo tenga un peso destacable en los dos deciles. Además, el decil 7 sigue
manteniendo la inercia del perfil anterior, con una presencia de 12% de los oficiales,
operarios y artesanos. Y el decil 8 da entrada (12%) a otro grupo que definirá
claramente los deciles superiores: los profesionales científicos e intelectuales. Este
perfil se reparte entre los estudios posobligatorios (mayoritarios en el decil 7) y los
universitarios (mayoritarios en el decil 8). Es en este decil donde se produce el tercer
cambio formativo, estando mayoritariamente dominados por población que ya ha
alcanzado estudios postobligatorios. A nivel de rentas, el perfil de la clase media reduce
mucho menos su renta que en los anteriores perfiles, un 7% y un 6% respectivamente
para los deciles 7 y 8.
El cuarto perfil agrupa los deciles 9 y 10 y corresponde a la clase media-alta. En los dos
deciles predominan las ocupaciones de profesionales científicos e intelectuales y el
personal de apoyo administrativo. Estos dos grupos ocupacionales representan el 41%
en el decil 9 y el 59% en el decil 10. Es en el decil 9 donde se produce el tercer cambio
ocupacional, dando entrada al predominio de los profesionales científicos e
intelectuales. Además en este decil se mantiene el grupo ocupacional de trabajadores de
los servicios, comercios y mercados con una presencia del 15%. Por último, en el decil
10 hay una importante presencia (18%) de los técnicos y profesionales de nivel medio.
El nivel formativo de este perfil es claramente de estudios universitarios. Respecto a la
pérdida de renta, el decil 9 es el decil con menor pérdida de renta de toda la población
(caída del 6%) y el decil 10 acumula una pérdida del 9%.
20
Conclusiones
Los datos aquí mostrados apuntan a que los elevados índices de desigualdad que
presenta España en el contexto europeo se deben a la caída de la capacidad económica
de la población que ya se situaba, en el inicio de la crisis, en los niveles económicos
inferiores. Los deciles de población con menos renta en el origen de la serie son los que
acumulan las mayores pérdidas porcentuales de renta de todos los grupos de renta al
final del periodo considerado.
En lo que refiere a la población situada en los deciles centrales:
a) Si consideramos a los deciles centrales de renta, esta ha sufrido una caída media
de renta de un 10,2% (de 14.959 euros a 13.428), superior a la registrada por el
30% superior (7,3%) pero inferior a la caída de rentas del sector más vulnerable
(17,4%).
b) Si observamos el volumen de población situada en la parte central de la
distribución de ingresos, vemos que aunque efectivamente se está reduciendo el
volumen de población que presenta unos ingresos medios (en relación a la
estructura de renta de cada año), una parte de la pérdida de efectivos se localiza
en la parte superior.
c) Por último, la distancia de la población que pertenece a los deciles centrales ha
aumentado tanto en relación al grupo superior (entre un 1,9% y un 3%) como
sobretodo con el grupo inferior (entre un 12,7% y un 22,2%).
El análisis referido a los grupos ocupacionales indica que la mayor pérdida de capacidad
económica se ha focalizado entre las clases trabajadoras, tanto las cualificadas como,
sobre todo, las no cualificadas. Los grupos ocupacionales que caracterizan la clase
media consiguen mantenerse en los deciles superiores de renta, especialmente en los
casos de mayor nivel formativo, por lo que parecen haber sufrido en menor medida las
consecuencias de la crisis. Además, factores contextuales como la baja o prácticamente
inexistente inflación o la devaluación del precio de la vivienda han contribuido a que
estos grupos poblacionales hayan mantenido un elevado poder adquisitivo durante el
periodo de la crisis. La conjunción de estos factores ha hecho que estos grupos de renta
superiores, que se nutren fundamentalmente de trabajadores cualificados o muy
cualificados, no solo no se hayan visto prácticamente afectados por la crisis, sino que en
un contexto de tendencia a la precariedad, hayan podido constituir lo que nosotros
21
denominamos un núcleo duro de las clases medias profesionales y cualificadas. Lejos de
desaparecer, las clases medias han persistido e incluso han mejorado su situación
comparativamente a otras clases definidas por la renta. Asimismo, lejos de presentar una
decadencia o estar en declive, las clases medias estables han protagonizado el consumo
en los años de crisis económica.
Reflexionando acerca de esto, entendemos que si las clases medias han adquirido hoy
una cierta centralidad es por múltiples razones: no solo porque en sí mismas forman un
bloque situado más o menos en el “medio” de la jerarquía de rentas sino porque
presentan ciertos patrones de comportamientos en materia de consumo y de gustos
culturales y porque presentan una posición de frontera entre el desclasamiento o, por el
contrario, la promoción social.
En este sentido, las conclusiones se acercan a las de Goux y Maurin (2012), según los
cuales es necesario comprender que, a pesar de su gran diversidad, las clases medias
representan un grupo bien definido que, lejos de desaparecer, nunca han tenido una
posición tan de centralidad como hasta ahora. De aquí que las clases medias puedan ser
concebidas como las representantes de un núcleo duro de categorías sociales claramente
identificables: además del bienestar material, los niveles de formación, la capacidad de
ahorro y el volumen de capital relacional. Esto les permite hacer frente a gastos más allá
de los ligados a la supervivencia y, a diferencia de lo que relata el discurso mediático,
les está garantizando afrontar la crisis con mayor robustez que las clases trabajadoras.
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Anexo. Composición de los distintos deciles de renta en España según grupo
ocupacional. Años 2012 a 2014 (únicamente población de 16 a 64 años que no está
estudiando)
23
Decil 1
60,0
50,0
40,0
2012
30,0
2013
2014
20,0
10,0
0,0
Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9
Decil 2
60
50
40
2012
30
2013
2014
20
10
0
Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9
Decil 3
60
50
40
2012
30
2013
2014
20
10
0
Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9
24
Decil 4
60
50
40
2012
30
2013
2014
20
10
0
Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9
Decil 5
60
50
40
2012
30
2013
2014
20
10
0
Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9
Decil 6
60
50
40
2012
30
2013
2014
20
10
0
Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9
25
Decil 7
60
50
40
2012
30
2013
2014
20
10
0
Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9
Decil 8
60
50
40
2012
30
2013
2014
20
10
0
Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9
26
Decil 9
60
50
40
2012
30
2013
2014
20
10
0
Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9
Decil 10
60
50
40
2012
30
2013
2014
20
10
0
Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9
Fuente: elaboración propia a partir de los microdatos de la ECV
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