¿ESTÁN DESAPARECIENDO LAS CLASES MEDIAS EN ESPAÑA? Francesc Valls Fonayet Cátedra de Inclusión Social – Universidad Rovira i Virgili [email protected] Ángel Belzunegui Eraso Cátedra de Inclusión Social – Universidad Rovira i Virgili [email protected] Resumen En este trabajo analizamos, mediante la explotación de los microdatos de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, el impacto diferencial de la crisis económica en los distintos grupos de renta en la sociedad española. Rebatimos la idea de la desaparición de las clases medias, argumentando que precisamente las clases medias con mayor capital formativo son uno de los grupos menos afectados en términos de renta por la crisis económica. En el esquema de la estratificación social, observamos como determinadas clases medias han conseguido proteger su estatus y una mayor cuota de centralidad social. Por tanto, consideramos que habría que matizar la idea generalizada mediáticamente sobre la supuesta desaparición de las clases medias o, en todo caso, situarla mejor empíricamente. Palabras clave: desigualdad, estructura social, clases medias, crisis, condiciones de vida. 1 1. Introducción Con cierta frecuencia se pueden encontrar en medios de comunicación noticias que hacen referencia al impacto de la crisis económica sobre la población. Estas noticias suelen vincular la crisis económica con la caída de rentas y con una supuesta desaparición de la clase media. Por poner solo algunos ejemplos de los muchos que se pueden encontrar: El País titulaba en 2009, al comienzo de la crisis económica, “Adiós, clase media, adiós. La recesión golpea con dureza al principal sustento del Estado de bienestar”1. En 2014, eldiario.es aportaba su visión a la desaparición de la clase media con un artículo titulado “Adiós a la clase media, bienvenidos al precariado”2. El Wall Street International, publicaba este mismo año 2016 un artículo “La desaparición de la clase media europea”3, donde se advertía de que son varios los países europeos que experimentan el retroceso de la clase media y que en consecuencia corre riesgo la estabilidad tanto política como económica. Otros ejemplos que apuntan en la misma línea son abundantes. Un análisis más riguroso y generalista, y previo a la crisis, es el que realiza Bologna (2006) y en el que sostiene que los nuevos trabajos de los que se nutre la sociedad postfordista, trabajos escasamente remunerados y para los que se requiere también escasa formación, tienen como consecuencia la paulatina reducción de las capas sociales que durante los treinta gloriosos se denominó como las clases medias. Pressman (2007) también expone su teoría del declive de la clase media a través de un estudio internacional en el que muestra la caída de rentas de los grupos sociales vinculados a lo que tradicionalmente se habían considerado como clases medias estables. Desde otra visión, Massimo Gaggi y Edoardo Narduzzi en su libro El fin de la clase media y el nacimiento de la sociedad de bajo coste, aseguran que estamos asistiendo a la desaparición de la clase media y su transformación en una potencial masa que adquiere bienes low cost en una economía dominada por la producción industrial de zonas emergentes del planeta. Beck (2000) alerta de la asimilación futura en los países occidentales de una estructura de trabajo donde una parte cada vez más importante de población ocupada lo hará de forma inestable, en ocupaciones de baja cualificación y con unas condiciones precarias. 1 Muñoz, Ramón, en http://elpais.com/diario/2009/05/31/negocio/1243775665_850215.html Velázquez Gaztelu, J. P. http://www.eldiario.es/alternativaseconomicas/Adios-clase-media-bienvenidosprecariado_6_336376374.html 3 Villar Velasco, A. http://wsimag.com/es/economia-y-politica/20048-la-desaparicion-de-la-clase-mediaeuropea 2 2 Sánchez y Quintana (2005) apuntan que la segmentación del mercado de trabajo está produciendo una división entre tareas cualificadas y no cualificadas, mientras que la tradicional frontera entre trabajo manual y no manual se diluye progresivamente. Así, muchos trabajadores manuales de la industria forman parte de la clase media asalariada, mientras que los trabajadores no cualificados (sean o no manuales) se incluyen en la clase trabajadora. Garrido y González (2005) alertan que el antiguo trabajador de cuello azul, con una posición modesta en el mercado pero con mayor estabilidad y posibilidades de prever su futuro laboral, está siendo sustituido por un trabajador menos cualificado y con unas peores condiciones laborales. Por su parte, Huesca (2006) relaciona los conceptos de precariedad y explotación laboral, e incluye las siguientes situaciones: a) inestabilidad laboral (temporalidad, rotación, facilidades de despido, contratos a tiempo parcial no voluntario, incertidumbre sobre el futuro); b) ausencia de derechos laborales y sociales regulados (formas de trabajo informal, economía sumergida, baja regulación o ausencia de convenios colectivos), y c) condiciones laborales precarias (desigualdad de salarios, malas condiciones de salubridad, higiene o seguridad, así como acoso laboral). Como resultado de todo esto, Alonso (2007) alerta de las consecuencias que el hundimiento de la seguridad vinculada al trabajo puede tener en la ciudadanía social. Pero este interés por la desaparición de la clase media no es algo reciente. Ya a mediados de la década de los noventa del siglo pasado, Schwartz y Lapidus (1994) aseguraban el ocaso de la clase media. Foster y Wolfson (1992) advertían de las implicaciones del declive de las clases medias en los Estados Unidos y en Canadá, en un estudio realizado para el Oxford Poverty & Human Development Initiative. Para estos autores, además del potencial poder adquisitivo y de su propensión al consumo, la clase media proporciona gran parte de la mano de obra para la economía y es un mercado clave para el producto nacional interno, además de jugar un papel primordial en la estabilidad política. Y Wolfson (1994) volvía a insistir que la polarización y divergencia de rentas provocaba inexorablemente la desaparición de una clase media tal y como se había mostrado en la segunda mitad del siglo XX. Estos son solo algunos de los antecedentes que podemos encontrar en la literatura acerca del tema recurrente de la desaparición de las clases medias como actor central de la sociedad. En esta comunicación abordamos este debate para el caso de España y de una forma empírica, a partir de la serie de datos de la ECV. En primer lugar y a continuación de esta introducción, planteamos algunos interrogantes teóricos acerca de 3 lo que significa el concepto de clases medias. Posteriormente presentamos la metodología seguida para el análisis empírico de la distribución de rentas en España en los últimos años. A continuación mostramos los datos referentes a la desigualdad de rentas en la población española y en comparación a otros países europeos. Seguidamente, abordamos la idea central de nuestra contribución, que es la del reforzamiento de determinadas capas sociales que se han visto muy poco afectadas por la crisis y que constituirían el núcleo duro de la clase media. Finalmente, planteamos una discusión y las limitaciones del estudio. 2. ¿De qué hablamos cuando nos referimos a las clases medias? La incorporación de las clases medias ha sido uno de los focos de atención del estudio de la estructura social a lo largo del siglo XX. Especialmente relevantes son tres aproximaciones: a) La funcionalista, que centra su enfoque en el prestigio de las ocupaciones de los individuos, remarcando la importancia que tiene para el funcionamiento de la sociedad que todas las posiciones y tareas sociales estén ejercidas al máximo nivel de competencia, por lo que la sociedad ha de disponer de un sistema de premios o recompensas diferenciales para estimular que los individuos con mayor talento y capacidad ocupen las posiciones que requieren de mayor esfuerzo, responsabilidad o ansiedad (ver, por ejemplo, Davis i Moore, 1945). b) La marxista, centrada en evolucionar los postulados ortodoxos de Marx para incorporar las localizaciones contradictorias de clase, o clases medias: aquellas posiciones que, siendo técnicamente proletarias, responden a la lógica de las clases burguesas. Entre estas localizaciones se encuentran los directivos y supervisores quienes, si bien no poseen legalmente la propiedad de los medios de producción, sí ejercen en realidad un control sobre estos y sobre la fuerza de trabajo, teniendo una autoridad completa o casi completa en su ámbito productivo, si bien no se apropian del excedente producido. En esta línea, la obra de Wright (1994), apunta a la importancia de dos nuevas dimensiones de explotación: los bienes organizativos (que otorgan autoridad) y los bienes de formación (que aportan mejores condiciones de trabajo), y que serían claves para la identificación de las clases medias. c) La weberiana, que comparte con la perspectiva marxista la idea de desigualdad social basada en la clase de pertenencia, pero que orienta su enfoque al impacto que la clase social tiene en términos de oportunidades vitales y no estrictamente en la relación con el 4 sistema de producción sino incorporando otras dimensiones de índole social: prestigio, poder, capacidad económica, posibilidades de mejora, etc. La propuesta de Goldthorpe (1993) es una referencia dentro de esta corriente, y es ampliamente utilizado en España. Las clases medias pueden ser definidas desde un punto de vista empírico como aquellas capas sociales que se distribuyen alrededor de una medida de tendencia central (mediana cuando hablamos de renta) y que mantiene algunas de las características que le dan cierta estabilidad tanto a las rentas como a su poder de consumo. La cuestión es dilucidar si ha cambiado sustancialmente la composición de estos deciles de renta a lo largo del periodo considerado. Lógicamente la composición de clase ha cambiado a lo largo de los años. Si nos remontamos a la segunda mitad del siglo XX y para determinados países occidentales, la clase media o las clases medias venían definidas muy mayoritariamente por las ocupaciones denominadas de cuello blanco. Asociadas a la ocupación, estos grupos sociales se caracterizaban también por comportamientos claramente definidos respecto al ocio, el gusto cultural, las opciones residenciales, la educación, etc. Podríamos afirmar la existencia de un ethos de clase que venía acompañado de otras características contextuales como la seguridad en el trabajo, la promoción laboral y el ascenso social intergeneracional. En nuestra sociedad actual, las reglas de juego ya no son las mismas y lo definitorio de los grupos sociales que podrían denominarse ahora clases medias ya no es tanto un comportamiento homogéneo de grupo sino la disponibilidad de unos recursos monetarios que puedan garantizar un nivel de consumo más o menos permanente y estable. Las clases medias se han compactado interiormente como resultado de un mayor valor de la formación en las nuevas profesiones. Lo verdaderamente definitorio de las clases medias en la actualidad es la asociación entre formación y la renta y el mantenimiento del nivel de la misma, aunque esta alianza sea ahora menos estable que antes. La pérdida de renta acelera considerablemente el descenso social sobre todo en el caso de que esta pérdida sea duradera. En el trasfondo del mantenimiento o la pérdida de renta están los cambios producidos en la relación salarial, entendida esta como la disposición y la capacidad negociadora entre el eje capital-trabajo. De tal manera que entre las clases medias, aquellos grupos que han podido sustraerse a la lógica capitaltrabajo, o mantenerse al margen, han sido los menos afectados por la crisis económica. Es el caso de los funcionarios en las diversas ramas de la administración. Aquí nos 5 encontraríamos con gran parte de las profesiones sanitarias y educativas, entre otras. Asimismo, los directivos y cuadros intermedios con capacidad negociadora en la lógica capital-trabajo también se han visto en menor medida afectados por la crisis económica, formando el segundo gran grupo de efectivos de las clases medias que mejor han sobrellevado los efectos de la crisis. Según los datos de la Encuesta de Estructura Salarial, los trabajadores con rentas derivadas del trabajo más elevadas son actualmente los que se dedican a sectores como el suministro de energía (52.827,56 euros anuales), actividades financieras y de seguros (39.607,49) e información y comunicaciones (33.137,20). En el extremo opuesto, las menores rentas salariales se sitúan en sectores como la Hostelería (13.851,08 euros), las actividades administrativas y los servicios auxiliares (15.809,74) y otros servicios (16.734,95). En cuanto a la ocupación, los directores y gerentes (51.594,26 euros), otros técnicos y profesionales científicos e intelectuales (35.885,97) y los técnicos y profesionales científicos e intelectuales de la salud y la enseñanza (29.807,74) constituyeron los grupos con la ganancia media anual más elevada. Los trabajadores no cualificados en servicios (excepto transporte) (12.601,53 euros), trabajadores de los servicios de restauración y comercio (14.642,94) y trabajadores de los servicios de la salud y el cuidado de las personas (15.240,88) fueron las menos remuneradas. Tabla I. Ganancia media anual por trabajador. España, 2008-2013 Dif. 2013 2008 2013-2008 A. Directores y gerentes 51.594,26 57.259,16 -5.664,90 C. Otros técnicos y profesionales científicos e intelectuales 35.885,97 34.027,21 1.858,76 29.807,74 29.319,57 488,17 D. Técnicos, profesionales de apoyo 28.501,99 27.771,52 730,47 I. Trabajadores de los servicios de protección y seguridad 25.711,40 25.881,53 -170,13 Todas las ocupaciones 22.697,86 21.883,42 814,44 22.464,69 20.768,72 1.695,97 21.789,75 21.027,99 761,76 B. Técnicos y profesionales científicos e intelectuales de la salud y la enseñanza M. Operadores de instalaciones y maquinaria fijas, y montadores L. Trabajadores cualificados de las industrias manufactureras, excepto operadores de instalaciones y máquinas 6 E. Empleados de oficina que no atienden al público 20.983,35 20.793,70 189,65 N. Conductores y operadores de maquinaria móvil 19.934,16 19.677,69 256,47 19.463,18 18.857,14 606,04 18.217,14 18.032,22 184,92 17.864,17 16.842,67 1.021,50 15.888,96 15.328,05 560,91 15.240,88 15.395,96 -155,08 14.642,94 14.325,12 317,82 12.601,53 13.302,41 -700,88 K. Trabajadores cualificados de la construcción, excepto operadores de máquinas J. Trabajadores cualificados en el sector agrícola, ganadero, forestal y pesquero F. Empleados de oficina que atienden al público P. Peones de la agricultura, pesca, construcción, industrias manufactureras y transportes H. Trabajadores de los servicios de salud y el cuidado de personas G. Trabajadores de los servicios de restauración y comercio O. Trabajadores no cualificados en servicios (excepto transportes) Fuente: Encuesta Anual de Estructura Salarial (INE) Ante todo esto, Martínez (2014) ya apunta que la crisis está empeorando las condiciones de vida en mayor medida a quienes estaban peor antes de que ésta comenzara, posiblemente por la destrucción de ocupaciones de menor cualificación. En términos de renta, esto supone que aumenta la distancia entre los extremos de población. En términos de clase, indica que la clase de servicios alto (directivos y profesionales liberales) es la que menos está notando la crisis y que la mayor pérdida de poder adquisitivo se produce en la clase de servicio bajo, la clase obrera y las ocupaciones de baja cualificación en el sector servicios. 3. Metodología Los análisis que se ofrecen en este estudio provienen de los microdatos de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV). La ECV es una encuesta anual de ámbito europeo establecida con el apoyo del reglamento europeo (CE) número 1177/2003 del Parlamento Europeo y del Consejo, y regulada posteriormente por diversos reglamentos comunitarios bajo el marco del proyecto EU-SILC (European Union Statistics on Income and Living Conditions), por lo que se consiguen resultados comparables entre los países de la Unión Europea. A nivel estatal, el organismo encargado de producir estos datos es el Instituto Nacional de Estadística (INE). 7 La ECV se incorpora al programa estadístico del INE en 2004 como sustitución del Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE), que estuvo vigente entre 1994 y 2001 (si bien hasta el año 1999 no ofrece resultados representativos para las Comunidades Autónomas). El cambio del PHOGUE a la ECV fue de orden cuantitativo y cualitativo. Por un lado se aumentó la muestra para cada país y se ampliaron los países participantes, con lo cual se redujo el error a la hora de hacer estimaciones y generalizaciones, y por otra parte se incorporaron nuevos indicadores que permitieron ajustar más y mejor los análisis de la vulnerabilidad social. Por lo tanto, el paso del PHOGUE a la ECV supuso un salto importante en cuanto a la precisión de los diagnósticos particulares de cada país y una mayor confiabilidad en la comparativa a nivel interno de la Unión Europea. La ECV está dirigida a los hogares privados del conjunto del Estado. Se realiza anualmente desde el año 2004 y tiene como principal objetivo producir datos comparativos sobre la distribución de ingresos y la exclusión social de la población. Mediante esta herramienta, cada país de la Unión Europea calcula de manera anual los respectivos indicadores de pobreza, así como otros tipos de información sobre las condiciones de vida y la distribución de la renta que, al ser formulados de manera estandarizada, permiten la comparación territorial. Cada hogar que ha sido seleccionada para formar parte de la muestra de la ECV cumplimenta dos cuestionarios. El primero hace referencia al conjunto del hogar e incorpora información, entre otros ítems, sobre los ingresos del hogar, los retrasos en los pagos, el tipo de vivienda, el equipamiento de la vivienda y varios indicadores no monetarios de privación (por ejemplo, cómo llega el hogar a fin de mes, si se puede permitir varios tipos de gasto o si presenta carencia de ciertas necesidades básicas). El segundo cuestionario es de tipo individual y está dirigido a todos los miembros de 16 años y más que habitan en el hogar. Ofrece información detallada de los ingresos (salarios, prestaciones, etc.), la situación laboral, el nivel máximo de estudios alcanzado, el estado de salud, entre otros. Por otra parte, la ECV se organiza como un panel rotativo y cada hogar forma parte de la muestra durante cuatro años consecutivos, renovándose la muestra en un 25% en cada ola. 4. El enfoque de las clases medias desde una perspectiva de renta 8 4.1 España: un país con elevada desigualdad de rentas en el contexto europeo En España, las desigualdades en la distribución de la renta han aumentado en los últimos años. El año 2014 se registra un valor del índice de Gini de 34,7, el más alto desde el inicio del periodo analizado (2009-2014) y el quinto mayor de la Unión Europea (el mayor de la UE-15). El crecimiento de las desigualdades según este indicador ha sido progresivo (a excepción del año 2013, con una ligera reducción), con un balance final de un 5,5% en cinco años. De manera ininterrumpida España se encuentra entre el 4º y el 7º país europeo con mayor desigualdad, y siempre entre los tres primeros de la UE-15. Únicamente cinco países presentan un mayor crecimiento de la desigualdad entre 2009 y 2014, de los cuales solamente Bulgaria y Chipre presentan a su vez una mayor desigualdad interna que España. En relación a las medias comunitarias podemos concluir que en España las desigualdades han aumentado en mayor medida: entre 2009 y 2014 la distancia respecto a la UE-15 ha pasado de ser de 2,4 puntos a 3,7, mientras que entre 2010 y 2014 la distancia respecto a la UE-28 ha pasado de 3,1 puntos a 3,7. Tabla II. Índice de Gini en España y comparativa europea. Evolución 2009-2014 Valor 2014 Valor 2014 (UE- 2009 2010 2011 2012 2013 2014 (2009=100) 28=100) Noruega 24,1 23,6 22,9 22,5 22,7 23,5 97,5 75,8 Islandia 29,6 25,7 23,6 24,0 24,0 . . . Eslovenia 22,7 23,8 23,8 23,7 24,4 25,0 110,1 80,6 República Checa 25,1 24,9 25,2 24,9 24,6 25,1 100,0 81,0 Suecia 24,8 24,1 24,4 24,8 24,9 25,4 102,4 81,9 Finlandia 25,9 25,4 25,8 25,9 25,4 25,6 98,8 82,6 Bélgica 26,4 26,6 26,3 26,5 25,9 25,9 98,1 83,5 Eslovaquia 24,8 25,9 25,7 25,3 24,2 26,1 105,2 84,2 Países Bajos 27,2 25,5 25,8 25,4 25,1 26,2 96,3 84,5 Dinamarca 26,9 26,9 27,8 28,1 27,5 27,5 102,2 88,7 Austria 27,5 28,3 27,4 27,6 27,0 27,6 100,4 89,0 Malta 27,4 28,6 27,2 27,1 27,9 27,7 101,1 89,4 Hungría 24,7 24,1 26,8 26,9 28,0 27,9 113,0 90,0 Suiza 30,7 29,6 29,7 28,8 28,5 . . . Luxemburgo 29,2 27,9 27,2 28,0 30,4 28,7 98,3 92,6 Francia 29,9 29,8 30,8 30,5 30,1 29,2 97,7 94,2 Irlanda 28,8 30,7 29,8 29,9 30,0 . . . 9 Croacia 27 31,6 31,2 30,9 30,9 30,2 111,9 97,4 Alemania 29,1 29,3 29,0 28,3 29,7 30,7 105,5 99,0 Polonia 31,4 31,1 31,1 30,9 30,7 30,8 98,1 99,4 UE-15 30,5 30,5 30,8 30,4 30,4 31,0 101,6 100,0 UE-28 . 30,4 30,8 30,4 30,5 31,0 . 100,0 Reino Unido 32,4 32,9 33,0 31,3 30,2 31,6 97,5 101,9 Italia 31,5 31,2 31,9 31,9 32,5 32,7 103,8 105,5 Estonia 31,4 31,3 31,9 32,5 32,9 . . . Portugal 35,4 33,7 34,2 34,5 34,2 34,5 97,5 111,3 Grecia 33,1 32,9 33,5 34,3 34,4 34,5 104,2 111,3 España 32,9 33,5 34,0 34,2 33,7 34,7 105,5 111,9 Rumanía 34,9 33,3 33,2 33,2 34,0 34,7 99,4 111,9 Chipre 29,5 30,1 29,2 31,0 32,4 34,8 118,0 112,3 Lituania 35,9 37,0 33,0 32,0 34,6 35,0 97,5 112,9 Bulgaria 33,4 33,2 35,0 33,6 35,4 35,4 106,0 114,2 Letonia 37,5 35,9 35,1 35,7 35,2 35,5 94,7 114,5 Fuente: elaboración propia a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida (EU-SILC) (.) Datos no disponibles Además del Índice de Gini, el indicador S80/S20 es otro instrumento de la medida de la desigualdad de rentas en una sociedad. En concordancia con el análisis anterior, este indicador vuelve a mostrar unos elevados índices de desigualdad en España. El 2014, en España, el 20% de la población con mayor nivel económico dispone de una renta 6,8 veces superior a la disponible por el quintil inferior. Se trata del valor máximo del periodo analizado (2009-2014), con un aumento del 15,3% en cinco años. Únicamente Chipre, Croacia, Hungría y Eslovenia presentan un crecimiento mayor de la desigualdad entre los dos extremos de la distribución. En consecuencia, los niveles de desigualdad están aumentando a un mayor ritmo que la media comunitaria. Tabla III. Indicador S80/S20 en España y comparativa europea. Evolución 2009-2014 Valor 2014 Valor 2014. UE- 2009 2010 2011 2012 2013 2014 (2009=100) 28=100 Noruega 3,5 3,4 3,3 3,2 3,3 3,4 97,1 65,4 República Checa 3,5 3,5 3,5 3,5 3,4 3,5 100,0 67,3 Islandia 4,2 3,6 3,3 3,4 3,4 . . . Finlandia 3,7 3,6 3,7 3,7 3,6 3,6 97,3 69,2 10 Eslovenia 3,2 3,4 3,5 3,4 3,6 3,7 115,6 71,2 Países Bajos 4,0 3,7 3,8 3,6 3,6 3,8 95,0 73,1 Bélgica 3,9 3,9 3,9 4,0 3,8 3,8 97,4 73,1 Eslovaquia 3,6 3,8 3,8 3,7 3,6 3,9 108,3 75,0 Suecia 3,7 3,5 3,6 3,7 3,7 3,9 105,4 75,0 Malta 4,0 4,3 4,0 3,9 4,1 4,0 100,0 76,9 Dinamarca 4,6 4,4 4,4 4,5 4,3 4,1 89,1 78,8 Austria 4,2 4,3 4,1 4,2 4,1 4,1 97,6 78,8 Hungría 3,5 3,4 3,9 4,0 4,2 4,2 120,0 80,8 Suiza 4,8 4,5 4,5 4,4 4,2 . . . Francia 4,4 4,4 4,6 4,5 4,5 4,3 97,7 82,7 Irlanda 4,2 4,7 4,6 4,7 4,5 . . . Luxemburgo 4,3 4,1 4,0 4,1 4,6 4,4 102,3 84,6 Alemania 4,5 4,5 4,5 4,3 4,6 5,1 113,3 98,1 Polonia 5,0 5,0 5,0 4,9 4,9 4,9 98,0 94,2 Reino Unido 5,3 5,4 5,3 5,0 4,6 5,1 96,2 98,1 Croacia 4,3 5,5 5,6 5,4 5,3 5,1 118,6 98,1 UE-15 4,9 4,9 5,0 4,9 4,9 5,2 106,1 100,0 UE-28 . 4,9 5,0 5,0 5,0 5,2 . 100,0 Chipre 4,4 4,5 4,3 4,7 4,9 5,4 122,7 103,8 Estonia 5,0 5,0 5,3 5,4 5,5 . . . Italia 5,2 5,2 5,6 5,5 5,7 5,9 113,5 113,5 Lituania 6,4 7,3 5,8 5,3 6,1 6,1 95,3 117,3 Portugal 6,0 5,6 5,7 5,8 6,0 6,2 103,3 119,2 Letonia 7,4 6,8 6,5 6,5 6,3 6,5 87,8 125,0 Grecia 5,8 5,6 6,0 6,6 6,6 6,5 112,1 125,0 España 5,9 6,2 6,3 6,5 6,3 6,8 115,3 130,8 Bulgaria 5,9 5,9 6,5 6,1 6,6 6,8 115,3 130,8 Rumanía 6,7 6,0 6,2 6,3 6,6 7,2 107,5 138,5 Fuente: elaboración propia a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida (EU-SILC). (.) Datos no disponibles 4.2 Deciles de renta y aumento de la desigualdad La información incorporada en la tabla IV nos ayuda a localizar dónde se encuentra la desigualdad de rentas en la población. Concretamente, esta tabla indica la renta media, en euros por unidad de consumo, de los diez deciles de población entre 2009 y 2014. Cada uno de estos deciles agrupa exactamente a una décima parte de la población, de manera ascendente según su volumen de renta: el primer decil agrupa al 10% de 11 población con menor volumen de renta, el segundo agrupa al siguiente 10%, y así sucesivamente hasta el décimo decil, que agrupa al 10% de población con mayor renta. De entrada, entre 2009 y 2014 todos los deciles en España han sufrido una caída de rentas y, en consecuencia, la renta media del año 2014 es inferior a la del año 2009 en todos ellos. No obstante, unos deciles se han visto más afectados que otros por la crisis: quien ha perdido mayor capacidad monetaria ha sido el segmento de población que disponía de una menor capacidad económica al inicio del período. Concretamente, la renta media del primer decil ha caído un 26,6% en cinco años: de 3.830,3 a 2.813,3 euros por unidad de consumo. A continuación se encuentra el segundo decil, con una caída del 17,3% (de 7.721,4 a 6.348,1 euros por unidad de consumo), y así sucesivamente. A medida que se asciende en la escala de renta, las pérdidas han sido cada vez inferiores. La única excepción a esta tendencia regresiva ha sido el decil superior, con una pérdida del 8,5% de la renta media, por encima de la registrada por los deciles 7, 8 y 9. Tabla IV. Renta media en España, por deciles (en euros por unidad de consumo equivalente). Evolución 2009-2014 Valor 2014 Decil 2009 2010 2011 2012 2013 2014 (2009=100) 1 3.830 3.498 3.310 3.103 3.022 2.813 73,4 2 7.721 7.518 7.225 6.996 6.945 6.384 82,7 3 9.836 9.716 9.143 9.019 8.902 8.470 86,1 4 11.864 11.729 11.021 10.919 10.632 10.290 86,7 5 13.791 13.610 12.949 12.853 12.545 12.249 88,8 6 15.845 15.706 14.987 14.887 14.636 14.342 90,5 7 18.335 18.240 17.528 17.401 16.943 16.831 91,8 8 21.487 21.372 20.641 20.750 20.004 20.057 93,3 9 26.163 26.146 25.381 25.444 24.492 24.609 94,1 10 41.557 41.692 40.618 39.817 38.222 38.007 91,5 Fuente: elaboración propia a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida (EU-SILC) ¿Por qué se está produciendo esté distanciamiento entre las rentas de la población? No parece que sea por un aumento de la riqueza entre la población con mayor nivel económico. En España, en 2014, el punto de corte entre los deciles 9 y 10 (es decir, el punto por encima del cual se sitúa el 10% de población con mayor nivel de renta) se sitúa en 27.782 euros por unidad de consumo, un 20,9% por debajo del valor registrado 12 en la UE-15 y un 6,6% inferior al de la UE-28. En ambos casos, la distancia ha aumentado año tras año (era de un 9,7% y de un -5,6%, respectivamente, en 2009). ¿Qué sucede en la parte baja de la escala de rentas? La frontera por debajo de la cual se sitúa el 10% de población con menores ingresos se encuentra en 5.098 euros en España en 2014, un 34,9% por debajo del valor registrado en el conjunto de la UE-28 (7.829) y un 45,0% por debajo de la UE-15 (9.261) (en 2009 la distancia era de un 26,5% con respecto a la UE-15, y en 2010 era de un 16,7% respecto a la UE-28). Desde esta perspectiva comparada, las personas con mayor capacidad económica no parecen tener unos niveles especialmente altos de renta mientras que las personas con menor capacidad económica sí se encuentran en unos niveles especialmente bajos de renta. Y ante estos datos nos podemos preguntar en qué situación se encuentran las clases medias. Para ello hemos centrado la atención sobre los deciles situados en el centro de la distribución. Hemos focalizado el análisis en tres direcciones: a) ver si estas capas se están desplazando en la escala de ingresos; b) ver si están ampliándose o reduciéndose en cuanto a número de efectivos y c) ver qué distancia les separa de los grupos de población con mayor y menor renta. En primer lugar, como hemos dicho, la pérdida de capacidad monetaria se ha producido en todos los grupos de renta de la sociedad española, pero especialmente en los que ya partían de posiciones más vulnerables. El 40% de población situada en el tramo central de renta (es decir, la que deja a un lado al 30% de población con menor capacidad económica, y al otro lado el 30% con mayor), ha sufrido una caída media de la renta de un 10,2% (de 14.959 euros a 13.428), superior a la registrada por el 30% superior (7,3%) pero inferior a la caída de rentas del sector más vulnerable (17,4%). No obstante, la capacidad económica de este grupo de población situado en el centro de la distribución, que ingresa entre 9.346 y 18.348 euros, está por debajo de los de la UE-15 y de la UE-28. Gráfico 1. Límite superior e inferior de la renta disponible por los deciles 4 a 7. España y UE, 2009-2014 13 30000 25000 Límite inferior España 20000 Límite inferior UE-15 Límite inferior UE-28 15000 Límite superior España 10000 Límite superior UE-15 Límite superior UE-28 5000 0 2009 2010 2011 2012 2013 2014 Fuente: elaboración propia a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida (EU-SILC) Otra fuente de información como la Encuesta de Estructura Salarial corrobora que entre 2009 y 2013 el salario bruto anual que percibe el individuo que se encuentra justo en medio de la distribución (es decir, la mediana salarial) aumentó en España entre 2008 y 2013 de 18.803 a 19.030 euros anuales. También aumentaron, progresivamente cada vez más, los salarios medios del cuartil superior (de 28.025 a 28.564) y del decil superior (de 40.124 a 41.108), mientras que, de forma opuesta, se redujeron –también progresivamente- los salarios medios del cuartil inferior (de 13.587 a 13.039) y del percentil inferior (de 8.723 a 7.692). En segundo lugar, el volumen poblacional de este colectivo central se está reduciendo en los últimos años, a causa del estiramiento de rentas. En 2009, un 52,7% de la población vivía en hogares con una renta situada en el intervalo que va del 60% de la renta mediana al 140%, mientras que en 2014 la población que pertenece a esta misma franja se ha reducido a un 48,5%. En consecuencia, ha aumentado el volumen de población que ha pasado a situarse por debajo de este 60% de la renta mediana (de un 20,4% a un 22,2%), pero también lo ha hecho –y en mayor medida- el de población con renta superior al 140% (de un 27% a un 29,3%). Por lo tanto, aunque efectivamente se está reduciendo el volumen de población que presenta unos ingresos medios (en relación a la estructura de renta de cada año), una parte de la pérdida de efectivos se localiza en la parte superior. 14 Gráfico 2. Porcentaje de población situada en distintos tramos de renta (por debajo del 60% de la renta mediana, entre el 60% y el 140% de la renta mediana, y por encima del 140% de la renta mediana). España, evolución 2009-2014 100 27,6 80 28,5 28,1 29,3 60 52,7 51,6 51,3 50,6 51,5 48,5 20,4 0 2009 20,7 20,7 20,8 20,4 22,2 2010 2011 2012 2013 2014 40 20 Por debajo del 60% de la renta mediana Entre el 60% y el 140% de la renta mediana Por encima del 140% de la renta mediana Fuente: elaboración propia a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida (EU-SILC) En tercer lugar, hemos visto que el aumento de la desigualdad se ha dado por una caída de las rentas de la población que ya presentaba un nivel de rentas inferior al inicio del periodo analizado y que, en consecuencia, se ha alejado del resto de población, tanto de la que se sitúa en la parte central como en la parte superior de la distribución de renta. En ambas comparaciones, el nivel de desigualdad ha aumentado entre 2009 y 2014. En este periodo, la distancia entre el grupo central (40% de población situada en el centro, por cuestión de renta) y el grupo superior ha aumentado de forma ligera (entre un 1,9% y un 3%), mientras que la distancia en relación al grupo inferior lo ha hecho entre un 12,7% y un 22,2%. Tabla V. Número de veces que un grupo de renta acumula mayor volumen de renta en relación a otro grupo. España. Evolución 2009-2014 Valor 2014 2009 2010 2011 2012 2013 2014 (2009=100) 40% central sobre 10% con renta inferior 3,9 4,2 4,3 4,5 4,5 4,8 122,2 40% central sobre 20% con renta inferior 2,6 2,7 2,7 2,8 2,7 2,9 112,7 10% con renta superior sobre 40% central 2,8 2,8 2,9 2,8 2,8 2,8 101,9 20% con renta superior sobre 40% central 2,3 2,3 2,3 2,3 2,3 2,3 103,0 10,8 11,9 12,3 12,8 12,6 13,5 124,5 10% con renta superior sobre 10% con renta inferior 15 20% con renta superior sobre 20% con renta inferior 5,9 6,2 6,3 6,5 6,3 6,8 116,1 Fuente: elaboración propia a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida (EU-SILC) Nota: los registros de la última columna se ha calculado con todos los datos con todos los decimales, aunque en la tabla se haya mostrado únicamente el primer decimal 5. El enfoque de las clases medias desde una perspectiva ocupacional Además del enfoque basado en la renta, hemos realizado otro análisis sobre la situación de las clases medias focalizado en la posición de ocupación y el nivel de estudios. En este sentido, la Tabla VI muestra que los principales focos de destrucción de empleo entre 2011 y 2016 en España no han sido los vinculados a las clases medias, que han podido mantener los niveles de ocupabilidad especialmente en las ocupaciones que requieren de mayor cualificación (técnicos y profesionales científicos e intelectuales) y las vinculadas a los servicios, restauración y comercios, sino entre las categorías de clases trabajadoras (trabajadores de la construcción, operadores de maquinaria móvil, conductores y montadores, trabajadores no cualificados). Así, un 68,4% de la destrucción de empleo se focaliza en las ocupaciones ocupadas por la clase trabajadora, y un 20,6% a las clases dirigentes y gerentes, por lo que en las ocupaciones vinculadas a la clase media (técnicos y profesionales, empleados de oficina) únicamente les ha correspondido un 8,3% (cuando representa el 39,2% de la fuerza laboral)4. En cuanto a la clase de directores y gerentes, la pérdida de ocupación ha sido también sustancial (de un 16,1%) si bien esto no ha tenido efectos en términos de renta, como se observará a continuación. Tabla VI. Personas ocupadas por tipo de ocupación. España. Primer Trimestre de 2011 y de 2016 Primer Primer Variación Trimestre Trimestre porcentual 2011 2016 A Directores y gerentes 902,6 757,0 -16,1 B Técnicos y profesionales científicos e intelectuales de la salud y la enseñanza 3.038,3 3.252,3 7,0 C Técnicos; profesionales de apoyo 1.984,8 1.941,7 -2,2 D Empleados de oficina 1.857,8 1.842,5 -0,8 E Trabajadores de los servicios de restauración y comercio 2.392,2 2.506,5 4,8 4 Si incorporamos las categorías E, F y G, la destrucción de empleo ha sido de un 11%, cuando representan un 61,7% de la fuerza laboral total. 16 F Trabajadores de los servicios de salud y el cuidado de personas 1.098,8 1.101,4 0,2 G Trabajadores de los servicios de protección y seguridad 446,0 426,3 -4,4 H Trabajadores cualificados en el sector agrícola, ganadero, forestal y pesquero 464,2 439,7 -5,3 K Trabajadores cualificados de la construcción y la industria manufacturera 2.259,1 2.026,7 -10,3 L Operadores de instalaciones y maquinaria fijas, conductores de maquinaria móvil y montadores 1.459,9 1.332,7 -8,7 M Trabajadores no cualificados 2.413,8 2.314,5 -4,1 Fuente: Encuesta de Población Activa (EPA) ¿Cómo se traduce esta evolución en términos de renta? Trabajando ahora con datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (y teniendo en cuenta únicamente a la población de 16 a 64 años que no está estudiando), llegamos a una conclusión similar: las clases medias están aguantando la crisis con mayor fortaleza que las clases trabajadoras. Si agrupamos los Grupos 2, 3 y 4, la pérdida en términos de renta por unidad de consumo ha sido del 5,3% entre 2012 y 2014 mientras que entre las clases trabajadoras cualificadas (Grupos 5, 6, 7 y 8) la pérdida ha sido del 6,4% y entre las no cualificadas (Grupo 9) del 6,9%. Es decir, en términos de renta, la crisis no parece estar acercando la clase media hacia la clase trabajadora sino al contrario: la distancia entre ambas está aumentando. Gráfico 3. Evolución de la renta mediana por unidad de consumo según ocupación 2012-2014 20 15 10 5 0 Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 -5 -10 17 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9 Grupo 1: Directores y gerentes; Grupo 2: Profesionales científicos e intelectuales; Grupo 3: Técnicos y profesionales de nivel medio; Grupo 4: Personal de apoyo administrativo; Grupo 5: Trabajadores de los servicios, comercio y mercados; Grupo 6: Agricultores, forestales y pesqueros; Grupo 7: Oficiales, operarios, artesanos; Grupo 8: Operadores de instalaciones y máquinas; Grupo 9: Ocupaciones elementales. Fuente: elaboración propia a partir de los microdatos de la ECV. Hemos llevado a cabo un segundo análisis para observar las diferencias de composición de los diferentes deciles de renta en España según el grupo de ocupación. Los resultados detallados por cada decil se ubican en el Anexo en forma de gráficos. Aquí sintetizamos las características internas de cada decil incorporando las ocupaciones mayoritarias y su nivel de estudios: Tabla VII. Composición de los deciles de renta según perfil ocupacional, formativo y evolución de la renta mediana por unidad de consumo. España Decil de renta Perfiles ocupacionales Perfiles formativos Evolución de la renta mayoritarios mayoritarios mediana por unidad de consumo 2009-2014 Grupo 9 (30,3%) Primarios (39,3%) Grupo 5 (25,2%) 1 Secundarios -27% Grupo 7 (22,3%) obligatorios (29,9%) 2 3 4 Primer cambio ocupacional. Primer cambio formativo 5 Segundo cambio formativo 6 7 Segundo cambio ocupacional 8 Tercer cambio Grupo 9 (32,9%) Grupo 5 (22,3%) Grupo 7 (19,8%) Grupo 9 (23,3%) Grupo 5 (20,4%) Grupo 7 (14,7%) Grupo 5 (22,6%) Grupo 9 (22,3%) Grupo 7 (16,5%) Primarios (35%) Secundarios obligatorios (32,5%) -18% Primarios (34%) Secundarios obligatorios (29,7%) -14% Secundarios obligatorios (32%) Primarios (26,5%) -14% Grupo 5 (22,5%) Grupo 9 (15,4%) Grupo 7 (14,5%) Secundarios postobligatorios (28,8%) Secundarios obligatorios (26,7%) Grupo 5 (20,3%) Grupo 9 (16,4%) Grupo 7 (15,8%) Secundarios postobligatorios (29,2%) Secundarios obligatorios (25,4%) Grupo 5 (20%) Grupo 4 (14,1%) Grupo 7 (11,6%) Secundarios postobligatorios (29,6%) Universitarios (28,5%) Grupo 5 (19,8%) Grupo 4 (18,4%) Universitarios (33%) Secundarios 18 -12% -10% -9% -7% formativo 9 Tercer cambio ocupacional Grupo 2 (14,8%) postobligatorios (27,3%) Universitarios (45,4%) Secundarios postobligatorios (26,1%) Grupo 2 (25,2%) Grupo 4 (19,1%) Grupo 5 (15,3%) Universitarios (62,7%) Secundarios 10 postobligatorios (21,5%) Fuente: elaboración propia a partir de los microdatos de la ECV. Grupo 2 (39,6%) Grupo 4 (17,6%) Grupo 3 (17,5%) -6% -9% De la lectura de la Tabla VII hemos identificado cuatro perfiles ocupacionales y formativos que se corresponden con los distintos deciles de renta: - Clase trabajadora inestable. Deciles 1, 2 y 3. - Clase trabajadora. Deciles 4, 5 y 6. - Clase media. Decil 7 y 8. - Clase media-alta. Deciles 9 y 10. El primer perfil, la clase trabajadora inestable (que se agrupa en los deciles 1, 2 y 3) es homogéneo en cuanto al tipo de ocupaciones: predominan en los tres deciles las ocupaciones elementales (27,7% de media), las ocupaciones en los servicios, el comercio y los mercados (22% de media) y los oficiales, operarios y artesanos (19% de media). Estas tres categorías ocupacionales suman el 77%, el 72% y el 57% de las ocupaciones en los deciles 1, 2 y 3 respectivamente. Asimismo, se trata de un grupo social con estudios primarios mayoritariamente. Los tres deciles acumulan las mayores pérdidas de renta: 27%, 18% y 14% consecutivamente. El segundo perfil, la clase trabajadora, comprende los deciles 4, 5 y 6, comienza a presentar una cierta heterogeneidad interna. En el decil 4 se produce el primer cambio notable de composición ocupacional, pasando a partir de este decil a ser mayoritarios los trabajadores de los servicios, comercio y mercados. Para los tres deciles, los grupos ocupacionales mayoritarios y que presentan el mismo orden de efectivos son: trabajadores de los servicios, comercio y mercados, las ocupaciones elementales y los oficiales, operarios y artesanos. Estas tres ocupaciones representan el 62% del total de ocupaciones del decil 4, el 54% del decil 5 y el 53% del decil 6. También se produce un cambio de tendencia en el nivel de estudios mayoritario en este perfil. El decil 4 acaba con la tendencia de estudios primarios del primer perfil, siendo en este decil mayoritarios lo que tienen estudios obligatorios y para los siguientes deciles 5 y 6, el 19 nivel de estudios mayoritario es el de estudios postobligatorios. Este perfil también acumula importantes pérdidas de renta, caídas del 14%, 12% y 10% respectivamente para los deciles 4, 5 y 6. Esta pérdida de renta muestra que este perfil no es ajeno a la precariedad ni a la estabilidad en el trabajo. El tercer perfil corresponde a lo que hemos denominado clase media desde una perspectiva ocupacional y comprende los deciles 7 y 8, menos homogéneos en cuanto al perfil ocupacional y al nivel de estudios que los anteriores perfiles. Las ocupaciones predominantes, por orden de importancia, son los trabajadores de servicios, comercio y mercados y el personal de apoyo administrativo. Precisamente el decil 7 presenta el segundo cambio ocupacional importante, haciendo que el personal de apoyo administrativo tenga un peso destacable en los dos deciles. Además, el decil 7 sigue manteniendo la inercia del perfil anterior, con una presencia de 12% de los oficiales, operarios y artesanos. Y el decil 8 da entrada (12%) a otro grupo que definirá claramente los deciles superiores: los profesionales científicos e intelectuales. Este perfil se reparte entre los estudios posobligatorios (mayoritarios en el decil 7) y los universitarios (mayoritarios en el decil 8). Es en este decil donde se produce el tercer cambio formativo, estando mayoritariamente dominados por población que ya ha alcanzado estudios postobligatorios. A nivel de rentas, el perfil de la clase media reduce mucho menos su renta que en los anteriores perfiles, un 7% y un 6% respectivamente para los deciles 7 y 8. El cuarto perfil agrupa los deciles 9 y 10 y corresponde a la clase media-alta. En los dos deciles predominan las ocupaciones de profesionales científicos e intelectuales y el personal de apoyo administrativo. Estos dos grupos ocupacionales representan el 41% en el decil 9 y el 59% en el decil 10. Es en el decil 9 donde se produce el tercer cambio ocupacional, dando entrada al predominio de los profesionales científicos e intelectuales. Además en este decil se mantiene el grupo ocupacional de trabajadores de los servicios, comercios y mercados con una presencia del 15%. Por último, en el decil 10 hay una importante presencia (18%) de los técnicos y profesionales de nivel medio. El nivel formativo de este perfil es claramente de estudios universitarios. Respecto a la pérdida de renta, el decil 9 es el decil con menor pérdida de renta de toda la población (caída del 6%) y el decil 10 acumula una pérdida del 9%. 20 Conclusiones Los datos aquí mostrados apuntan a que los elevados índices de desigualdad que presenta España en el contexto europeo se deben a la caída de la capacidad económica de la población que ya se situaba, en el inicio de la crisis, en los niveles económicos inferiores. Los deciles de población con menos renta en el origen de la serie son los que acumulan las mayores pérdidas porcentuales de renta de todos los grupos de renta al final del periodo considerado. En lo que refiere a la población situada en los deciles centrales: a) Si consideramos a los deciles centrales de renta, esta ha sufrido una caída media de renta de un 10,2% (de 14.959 euros a 13.428), superior a la registrada por el 30% superior (7,3%) pero inferior a la caída de rentas del sector más vulnerable (17,4%). b) Si observamos el volumen de población situada en la parte central de la distribución de ingresos, vemos que aunque efectivamente se está reduciendo el volumen de población que presenta unos ingresos medios (en relación a la estructura de renta de cada año), una parte de la pérdida de efectivos se localiza en la parte superior. c) Por último, la distancia de la población que pertenece a los deciles centrales ha aumentado tanto en relación al grupo superior (entre un 1,9% y un 3%) como sobretodo con el grupo inferior (entre un 12,7% y un 22,2%). El análisis referido a los grupos ocupacionales indica que la mayor pérdida de capacidad económica se ha focalizado entre las clases trabajadoras, tanto las cualificadas como, sobre todo, las no cualificadas. Los grupos ocupacionales que caracterizan la clase media consiguen mantenerse en los deciles superiores de renta, especialmente en los casos de mayor nivel formativo, por lo que parecen haber sufrido en menor medida las consecuencias de la crisis. Además, factores contextuales como la baja o prácticamente inexistente inflación o la devaluación del precio de la vivienda han contribuido a que estos grupos poblacionales hayan mantenido un elevado poder adquisitivo durante el periodo de la crisis. La conjunción de estos factores ha hecho que estos grupos de renta superiores, que se nutren fundamentalmente de trabajadores cualificados o muy cualificados, no solo no se hayan visto prácticamente afectados por la crisis, sino que en un contexto de tendencia a la precariedad, hayan podido constituir lo que nosotros 21 denominamos un núcleo duro de las clases medias profesionales y cualificadas. Lejos de desaparecer, las clases medias han persistido e incluso han mejorado su situación comparativamente a otras clases definidas por la renta. Asimismo, lejos de presentar una decadencia o estar en declive, las clases medias estables han protagonizado el consumo en los años de crisis económica. Reflexionando acerca de esto, entendemos que si las clases medias han adquirido hoy una cierta centralidad es por múltiples razones: no solo porque en sí mismas forman un bloque situado más o menos en el “medio” de la jerarquía de rentas sino porque presentan ciertos patrones de comportamientos en materia de consumo y de gustos culturales y porque presentan una posición de frontera entre el desclasamiento o, por el contrario, la promoción social. En este sentido, las conclusiones se acercan a las de Goux y Maurin (2012), según los cuales es necesario comprender que, a pesar de su gran diversidad, las clases medias representan un grupo bien definido que, lejos de desaparecer, nunca han tenido una posición tan de centralidad como hasta ahora. De aquí que las clases medias puedan ser concebidas como las representantes de un núcleo duro de categorías sociales claramente identificables: además del bienestar material, los niveles de formación, la capacidad de ahorro y el volumen de capital relacional. Esto les permite hacer frente a gastos más allá de los ligados a la supervivencia y, a diferencia de lo que relata el discurso mediático, les está garantizando afrontar la crisis con mayor robustez que las clases trabajadoras. Bibliografía Alonso, L. E. (2007). La crisis de la ciudadanía laboral. Barcelona: Anthropos. Beck, U. (2000). Un nuevo mundo feliz. La precariedad del trabajo en la era de la globalización. Barcelona: Paidós. Bologna, S. (2006). Crisis de la clase media y posfordismo. Madrid: Ediciones AKAL. Davis, K., Moore, W. (1945). “Some Principles of Stratification”. American Sociological Review, 10(2), 242-249. Foster, J. E. y Wolfson, M. C. (1992). Polarization and the Decline of the Middle Class: Canada and the US. Oxford: University of Oxford Gaggi, M. y Narduzzi, E. (2006). El fin de la clase media y el nacimiento de la sociedad de bajo coste. Madrid: Lengua de Trapo. 22 Garrido, L., González, J. J. (2005). “Mercado de trabajo, ocupación y clases sociales”. En González, J. J., Requena, M. (eds.), Tres décadas de cambio social en España. Madrid: Alianza Editorial. Goldthorpe, J. (1993). “Sobre la clase de servicio: su formación y su futuro”. En Carabaña, J., De Francisco, A. (ed.), Teorías contemporáneas de clases sociales. Madrid: Fundación Pablo Iglesias. Goux, D. y Maurin, É. (2012). Les nouvelles classes moyennes. París : Seuil. Huesca, A. (2006). “La explotación laboral. Un acercamiento de la situación en España”. En Vidal, F. (dir.), Exclusión social y estado de bienestar en España. Madrid: Fuhem. Martínez, J. S. (2014). ¿Cómo afecta la crisis a las clases sociales? Madrid: Laboratorio de la Fundación Alternativas. Pressman, S. (2007). “The Decline of the Middle Class: An International Perspective”. Journal of Economic Issues, 41(1), 181-200. Sánchez, C., Quintana, N. (2005). “Les classes socials a Catalunya. Desigualtats en les condicions de vida dels grups socials”. En VV.AA., Estructura social i desigualtats a Catalunya. Volum I. Classes socials, educació, treball i usos del temps. Barcelona: Editorial Mediterrània / Fundació Jaume Bofill. Schwartz, R. y Lapidus, S. B. (1994). El ocaso de la clase media. Barcelona: Grupo Editorial Planeta. Wolfson, M. C. (1994). “When inequalities diverge”. The American Economic Review 84(2), 353-358. Anexo. Composición de los distintos deciles de renta en España según grupo ocupacional. Años 2012 a 2014 (únicamente población de 16 a 64 años que no está estudiando) 23 Decil 1 60,0 50,0 40,0 2012 30,0 2013 2014 20,0 10,0 0,0 Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9 Decil 2 60 50 40 2012 30 2013 2014 20 10 0 Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9 Decil 3 60 50 40 2012 30 2013 2014 20 10 0 Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9 24 Decil 4 60 50 40 2012 30 2013 2014 20 10 0 Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9 Decil 5 60 50 40 2012 30 2013 2014 20 10 0 Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9 Decil 6 60 50 40 2012 30 2013 2014 20 10 0 Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9 25 Decil 7 60 50 40 2012 30 2013 2014 20 10 0 Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9 Decil 8 60 50 40 2012 30 2013 2014 20 10 0 Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9 26 Decil 9 60 50 40 2012 30 2013 2014 20 10 0 Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9 Decil 10 60 50 40 2012 30 2013 2014 20 10 0 Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7 Grupo 8 Grupo 9 Fuente: elaboración propia a partir de los microdatos de la ECV 27