1 COMPETENCIAS PEDAGÓGICAS PARA EL DESEMPEÑO AUTÓNOMO EN APRENDIZAJES ABIERTOS REYES GALINDO, Rafael. Competencias pedagógicas para el desempeño autónomo en aprendizajes abiertos. [on line] Centro Universidad Abierta, Pontificia Universidad Javeriana. [citado diciembre 09 de 2004]. Disponible en internet: http://www.javeriana.edu.co/cua/apel/competencia.html La noción de competencia es hoy lugar común donde se hace consistir una educación de calidad. "Competencia" se relaciona con habilidades, destrezas, actitudes; incluso, debido la urgencia de resultados productivos, las competencias se plantean en términos de inversión, como objetivos prioritarios para constituir perfiles que se tienen que alcanzar a corto plazo. Sin embargo, las competencias ni son ni habilidades, ni destrezas, menos objetivos. Más bien son las condiciones para que las habilidades, las destrezas, sean posibles. Tienen que ver con disposiciones que posibilitan aprender con sentido. Debido a esta dimensión los animales adquieren habilidades, destrezas, actitudes...; pero no competencias... Las competencias permiten identificar saberes en situación. Algo así como señalar: "no me preguntes que sé, mira qué hago con eso que sé". Las competencias pedagógicas tiene que ver la identificación y con el desarrollo de disposiciones estables que permiten: Articular conocimientos nuevos con conocimientos ya adquiridos previamente (constitución de aprendizaje significativos). Aplicar conocimiento adquiridos en un espacio y tiempo determinado en contextos distintos a los que lo originaron inicialmente (capacidad de transferencia de conocimiento). Explicar las propias operaciones que emergen en el ejercicio de los procesos de pensamiento (capacidad de metacognición). Diseñar explicaciones de los fenómenos producidos como resultados del aprendizaje (formalización ). Aplicación de conocimientos en forma espontánea para el desenvolvimiento de la vida cotidiana ("uso" y "actuación" del aprendizaje). El desarrollo de aprendizajes en procesos de interacción y trabajo en grupo (aprendizaje como negociación cultural). Atender la configuración de saberes a partir de de redes de comunicación y proeyctos comunes propio del mundo globalizado(inteligencias colectivas) Adaptarse y responder a los cambios producidos por la dinámicas de la vida humana y la realidad social, de modo que le permitan no sólo aprender sino también "desaprender" y volver aprender (autoreorganización). 2 Estos planteamientos valen para el desarrollo de competencias en cualquier área y para todo proyecto educativo. Sin embargo, al referirnos al desarrollo de competencias para el aprendizaje en medios virtuales y a través de las tecnologías de la comunicación, la reflexión adquiere identidad particular. No se trata de asumir el tema por la mera atracción que ejerce la novedad; se trata de atender una nueva dimensión que le ha surgido a la educación: de hecho nuestros estudiantes utilizan las tecnologías, de hecho también la subutilizan, entonces necesitamos atender específicamente los procesos de pensamiento para el aprendizajes a través de los medios. Estos medios permanecen configurando permanente el aprendizaje autónomo y la educación a distancia. LA NOCIÓN DE COMPETENCIA PROYECTADA A LOS APRENDIZAJES A LA ABIERTOS Y EDUCACIÓN A DISTANCIA Los medios de comunicación y los medios tecnológicos han hecho posible la educación a distancia; por eso hoy es necesario prestar especial atención a los medios digitales (multimedia) que han permitido nuevos desarrollos de esta modalidad y han dado origen a la educación virtual. El autoaprendizaje abierto busca ser apoyada por redes de información digitalizada para propiciar "inteligencias en conexión". Este tipo de aprendizaje no es sólo patrimonio de la educación a distancia; sin embargo, le brinda a esta modalidad de educación un apoyo para superar las limitaciones y alcanzar más fácilmente sus propósitos. No se trata simplemente de incorporar nuevas técnicas a la educación bajo un matiz didáctico, sino de plantear un nuevo modelo pedagógico. ¿Qué modelo pedagógico estamos buscando frente a la educación tradicional? § Frente a un estudiante pasivo de la educación tradicional, cultivar capacidad para reelaboración y circulación activa de informaciones. § Frente al estudiante que recibe contenido, propiciar sentido de búsqueda. § Frente a la dosificación de la información para que pueda ser comprendida desarrollar competencias para el procesamiento, sistematización y redistribución de información. De esta manera se atienden dificultades como: Las limitaciones de los recursos bibliográficos. Las dificultades para el estudiante para recibir asesorías a tiempo. Los desplazamiento y la sujeción horarios. Las limitaciones para mantener comunicación frecuente con los tutores y los compañeros. Las acciones para generar una incorporación significativa de las NTIC (nuevas tecnologías de la información y de la comunicación) en los procesos de 3 aprendizaje autónomo del estudiante a distancia se encauzarían teniendo en cuenta: La formación de un pensamiento complejo y no solamente lineal. La formación para la competencia lectora no sólo desde el texto sino también desde el hipertexto. La creación de salones virtuales para el aprendizaje en Internet. El cultivo de interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad para el aprendizaje reflexivo. El cultivo del trabajo en equipo a través de redes de información. Las competencias pedagógicas configuran una nueva comprensión en una sociedad del conocimiento que se piensa en términos de ciudadanía planetaria, y de encuentros de aldeas culturales que han entrado en redes de información y comunicación. Sesión Problemas asumidos Evaluación Aportes para el debate actual: ¿Las Primera competencias cualificación o trivialización Protocolo del acto pedagógico?. La noción de "uso" y "actuación" en la comprensión de las competencias. Control de Segunda Abordajes desde Chomsky y lectura Wittgenstein. Aprendizajes significativos y procesos de Tercera Reseña metacognición Elementos para una pedagogía de la Control de Cuarta "comprensión" lectura Quinta Evaluación Relatoría BIBLIOGRAFÍA Barrantes Raúl, Buillermo Bustamnte. Ver Revista Educación y Cultura septiembre del 2002 No. 61 Chomsky Noam. El lenguaje y el conocimiento inconsciente. FCE México 1983 Ministerio de Educación Nacional. Estandares Curriculares Lengua Castellana, Ciencias, Matemática. Bogotá 2002. Estándares Curriculares, básica y media. Ciencia sociales y Constitución Política. Bogotá 2003. Polo Figueroa, Nicolás. Lingüística Generativa USTA 1988. Torrado Pacheco María Cristina. Universidad Nacional, En competencias y proyecto pedagógico. Toro, José Bernardo. Siete aprendizajes básicos para la Educación en la Convivencia Social. Educando para hacer posibles la Vida y la Felicidad. Fundación Social. Bogotá. 1992 . 4 ENTRE EL ABURRIMIENTO Y LA CREATIVIDAD: LAS COMPETENCIAS NECESARIAS PARA EL PROCESAMIENTO DE LA INFORMACIÓN SILVIA TEXIDOR Profesora Tiular de Técnicas Documentales I y II Universidad del Museo Social Argentino Buenos Aires Argentina LAS NECESARIAS CALIFICACIONES Al inicio de la formación profesional y de la Bibliotecología como ocupación técnica, el procesamiento de la información fue el eje de los programas de estudio, teniendo un peso preponderante en los mismos traducido como importante carga horaria teórico-práctica. Para el alumnado no dejaba de tratarse de aquellas materias menos entretenidas, pero de indiscutible importancia que no podían disfrazarse con ningún otro conocimiento y necesitaban un estudio metódico secuencial y una aplicación inmediata (el saber y el saber hacer deben sucederse). El aprecio por ellas sólo estaba dado por la demanda profesional que conllevaba el buen conocimiento de las mismas. A pesar de esto, con la irrupción de la informática, los procesos técnicos cayeron en desgracia, especialmente el tratamiento material de los documentos, y los clásicos términos catalogación y clasificación fueron cambiándose con la secreta esperanza que el solo hecho de nombrarlos no insinuara una aproximación a las tan desprestigiadas y aburridas reglas de catalogación, fichas y ficheros. En la década de los 80 y parte de los 90 hubo una creencia generalizada de que las nuevas tecnologías eran casi mágicas y que actuarían por sí mismas no sólo en las operaciones mecánicas sino también en las operaciones intelectuales que conforman los procesos de normalización; olvidando que la tecnología no tiene valor en sí misma, sino que es un mecanismo instrumental que facilita el almacenamiento, la manipulación, la comunicación y el suministro de datos. Se pensó erróneamente que las competencias tecnológicas que iban adquiriéndose podían reemplazar a las insustituibles calificaciones profesionales. Dice Gallart que “la desformalización a la que se ha intentado someter a la educación no parece ser remediable solamente por medios tecnológicos o por la mera reforma curricular”. El final del milenio, con la impactante producción intelectual inmanejable y con los medios de comunicación tan desarrollados que lo caracterizan, va encargándose de revertirla porque se advierte que no habrá profesionales calificados si no pueden tratar adecuadamente la rebelde avalancha en la que se ha convertido la información. Hoy las operaciones documentales, tomadas como un conjunto de operaciones razonadas y secuenciales, vuelven a convertirse en prioridad para el desarrollo profesional. 5 Las tres fases de la cadena documental “entrada > tratamiento > salida” precisamente no pueden encadenarse si falta el eslabón central. El tratamiento material e intelectual de los documentos es lo que permite la interacción de las fases “entrada” y “salida”. Para desempeñarse en un panorama laboral incierto con cambios frecuentes de lugar de trabajo es insoslayable entonces que el profesional de Bibliotecología y Documentación conozca profundamente las técnicas del tratamiento de la información incorporándolas como calificaciones mínimas. Dichas calificaciones son indispensables para poder llevar a cabo el trabajo, hacerlo o dirigirlo, y se aprenden de manera sistemática dentro de los currículos de educación formal. Pero si bien es impensable un profesional carente de estas calificaciones básicas que deben poseerse con solidez, es indiscutible que con esto sólo no alcanzaría para lograr un fluido desarrollo profesional dentro de un panorama tan cambiante como el que nos propone el fin de siglo. ¿COMPETER O COMPETIR? La interrogante estaría dada entonces en las famosas competencias, pero ¿qué son?, ¿dónde se aprenden? y ¿cuánto tiempo insume el poder dominarlas? En el diccionario de uso del español de María Moliner dice acerca de competencia “circunstancia de ser la persona o cosa competente en cierto asunto; cualidad de competente”; y en competente “conocedor de cierta ciencia o materia o experto o apto en la cosa que se expresa o a la que se refiere”. El diccionario de la RAE define a competencia, como “incumbencia, aptitud, idoneidad”. Manuel Seco en su diccionario de dudas y dificultades de la lengua española distingue “competer” de “competir”; competer es “pertenecer, tocar o incumbir” mientras que competir es “contender, rivalizar”, aunque a ambos verbos les corresponde el sustantivo competencia. No sería errado entonces afirmar que quien posee competencias está mejor dotado para competir. ¿SE APRENDEN O SE ADQUIEREN? Estas competencias, que algunos autores han llamado “conocimiento indefinible” y que también podrían llamarse “conocimiento inmensurable”, no funcionanan si no se cuenta con las calificaciones necesarias para realizar determinadas tarea. Las calificaciones son generales y las competencias son individuales el encastre de ambas formará la pieza completa. Se trata entonces de enseñar las calificaciones y fomentar el desarrollo de las competencias para formar un profesional calificado y con capacidades demostrables. Las calificaciones por sí mismas no aportan competencia y no hay competencia completa si los saberes no son acompañados por las cualidades y la capacidad que permiten ejecutar las decisiones que dichas competencias sugieren. Las competencias se ponen de manifiesto cuando con los suficientes conocimientos técnicos un profesional está sometido a la prueba de la resolución de problemas reales en su ámbito de trabajo. Es la prueba de encarar la complejidad técnica y el manejo de niveles de incertidumbre. Cuanto mayor sea el ejercicio de las competencias mejor será la 6 aplicación de los saberes en circunstancias críticas. Si bien éstas son propiedades que se modifican en forma permanente, tienen que ver con el individuo y no con su formación, no sería aventurado decir que alcanzan un punto más desarrollado a medida que se ponen en práctica. Las competencias no provienen de la aprobación de un currículum escolar formal sino de un ejercicio de aplicación de conocimientos en circunstancias críticas. ADQUISICIÓN DE COMPETENCIAS: SE HACE CAMINO AL ANDAR Las competencias ponen de manifiesto potencialidades existentes en los individuos y alientan su evolución. Se desarrollan en el mundo del trabajo, pero aplicando lo aprendido en el mundo de la educación y si bien no pueden enseñarse de manera formal, es posible ir adquiriéndolas en la universidad impulsadas por la inserción laboral. En este sentido, Bibliotecología y Documentación es más afortunada que otras carreras pues desde los primeros años los alumnos acceden a pasantías rentadas. Desde la cátedra se fomentará al alumno para que detecte problemas relacionados con el procesamiento de la información en su ámbito laboral: fomentar las competencias en el uso de los recursos (tiempo, materiales, equipos); las competencias interpersonales (trabajo y discusión en grupo, aporte y recepción de ideas, negociación); las competencias comunicacionales (presentar un problema y saber sintetizarlo en un contexto oral o escrito) y las competencias sistémicas (no aislar el problema sino situarlo en el contexto organizacional, cultural). Es evidente que en la adquisición de competencias tienen un poderoso peso las experiencias sociales, familiares, escolares y laborales. Las competencias son atributos de la persona que incorpora a su trayectoria personal elementos individuales y sociales de valores, conocimientos informales y aptitudes. La variedad etaria del alumnado de la carrera permite detectar e interrelacionar diferentes habilidades y trayectorias y la matrícula predominantemente femenina ayuda a comprender fortalezas y debilidades. Por otra parte, el grado de conocimientos básicos de los alumnos es desigual y las carencias de formación en la escolaridad media traducidas como incompetencias en lecto-escritura es uno de los problemas más frecuentes con los que chocan las cátedras. APLICANDO COMPETENCIAS ADQUIRIDAS Ya se ha dicho que “la competencia es inseparable de la acción, pero exige a la vez conocimiento” por lo tanto el procesamiento de la información requiere de profesionales que dominen las técnicas de tratamiento material e intelectual de los documentos (soporte físico y contenido) que deben ser aprendidos en contextos sistemáticos. 7 Todos estos conocimientos o saberes específicos no deben convertirse en una acumulación de aprendizajes sacados de contexto y acumulados como hechos aislados, sino que deben ir aplicándose en la resolución de situaciones de mayor o menor complejidad dentro del ámbito laboral. Por otra parte, este encuentro con situaciones concretas surgidas de una reflexión sobre la propia realidad laboral, y su posterior “socialización” al compartirlo en la cátedra con los compañeros y docentes también se enriquece con los aportes críticos personales. TEORÍA, TRABAJOS PRÁCTICOS, EXÁMENES Y COMPETENCIAS La sustentación teórica del tratamiento de la información no puede obviarse en ningún currículum, pero las prácticas constituyen un elemento fundamental en la docencia de las materias técnicas. Esto hace necesario complementar los trabajos prácticos alusivos a procesos específicas con desafíos creativos que puedan implementarse en el mundo real del trabajo. La aislada enseñanza de las reglas, los códigos, los formatos, etcétera, no tienen tampoco, como las nuevas tecnologías, un valor en sí mismos, el desarrollo paulatino de las competencias exige que el alumno asimile, observe, detecte, cuestione y aplique una solución; y aún más, si todo esto puede desarrollarlo en su realidad laboral será más beneficioso para el uso de su tiempo, porque tan importante como el conocimiento técnico teórico será la aplicación de ese conocimiento en contextos problemáticos del mundo del trabajo. Asimismo, los clásicos métodos de evaluación que suelen consistir en contestar por escrito a preguntas de teoría, orientadas a medir la asimilación de los conceptos teóricos fundamentales y en catalogar cuatro o cinco documentos que recojan distintos supuestos prácticos de la materia, no representan una solución útil para evaluar los conocimientos en materias relacionadas con el tratamiento de la información. La participación en clase, el grado de interés por los temas tratados, las simulaciones prácticas, las preguntas tendientes al razonamiento y a la no memoria, los proyectos, son herramientas mucho más idóneas para el docente y menos conflictivas para el alumno. Las pasantías monitoreadas, la mayor cantidad de horas de práctica, los laboratorios exclusivos con el equipamiento informático adecuado y la consiguiente incorporación real de computadoras personales, el acceso a softwares especializados en las áreas tratadas y con los suficientes puestos de trabajo son absolutamente necesarios para que los alumnos puedan aplicar la teoría aprendida. Una sólida formación básica de los procesos técnicos, recordando el carácter de estas asignaturas dentro del primer ciclo de estudios, es lo que permitirá posteriormente al alumno abordar -en los años siguientes hasta la obtención de la licenciatura, maestría o doctorado- la gestión y evaluación de la normalización de la información: OPAC; bases de datos; comportamiento de usuarios; principales problemas de acceso y recuperación; estructura bibliográfica de las bases de datos; tamaño y calidad de los registros; indicadores de costos del procesamiento. Por último, es importante señalar que es esencial la actitud tanto del alumno como del docente pues se sabe que sólo existe real aprendizaje cada 8 vez que el comportamiento o el conocimiento de una persona sufre modificaciones. BIBLIOGRAFÍA Credé, Andreas; Mansell, Robin (1998). Las sociedades de conocimiento... en síntesis: tecnología de la información para un desarrollo sustentable. Ottawa, CIID. Gallart, María Antonia (1997). La integración entre la sociología de la educación y la sociología del trabajo. En: Revista latino-americana de estudos do trabalho, Año 3, Nº 2 (1997) p. 94-115. Gallart, María Antonia; Jacinto, Claudia (1997). Competencias laborales: tema clave en la articulación educación-trabajo. En: Cuestiones actuales de la formación. Montevideo, CINTERFOR, p. 83-92. Garrido Arilla, María Rosa (1996). Teoría e historia de la catalogación de documentos. Madrid, Síntesis. Guinchat, Claire; Menou, Michel (1992). Introducción general a las ciencias y técnicas de la información y documentación. 2a de. corregida y aumentada. Madrid, CINDOC. Howkins, John; Valantin, Robert (1997). El desarrollo en la era de la información. Ottawa, CIID. Moliner, María (1992). Diccionario de uso del español. Madrid, Gredos. Mosqueira, Jorge (1997). Rápido es mejor. La Nación, 3 de agosto de 1997. Pinto Molina (1993). Análisis documental: fundamentos y procedimientos. 2a de. rev. y aumentada Madrid: Eudema. Real Academia Española (1992). Diccionario de la lengua española. 21ª ed. Madrid, Espasa Calpe. Seco, Manuel (1986). Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española. 9ª ed. Madrid, Espasa Calpe. Stueart, Robert D. (1997). Preparing information professionals for the next century. Astinfo Newsletter, vol. 12, Nº 1 (julio-sept.1997) p. 11-14.