SISTEMA DE RETRIBUCIÓN POR SERVICIOS AMBIENTALES HIDRICOS EN LA SUBCUENCA DEL RÍO GIL GONZÁLEZ, BELÉN – RIVAS CAPACITACIÓN INJERTO EN FRUTALES Injertos en frutales El árbol frutal, generalmente, consta de dos partes diferenciadas: una, la raíz, a la que se denomina PATRÓN o PORTAINJERTO y otra la VARIEDAD o YEMA que es la que proporciona la fruta. Ambas partes están unidas por el INJERTO. INJERTAR consiste, por tanto en unir o insertar una parte de una planta en otra de manera que queden soldadas y se desarrollen juntas formando una planta única. El injerto de escudete o en "T" aquí descrito, es apropiado para un variado número de especies de frutales como: cítricos, mango y especies de rosal, etc. Mediante este método de injertación es posible obtener árboles que produzcan fruta de calidad y que además puedan tolerar ciertas condiciones del suelo adversas al crecimiento. Para qué sirve el injerto La práctica del injerto se realiza desde la más remota antigüedad. De este modo se han podido transmitir de generación en generación las variedades de frutales de mayor interés. La propagación por semilla no da lugar a la variedad deseada al no producir fielmente sus características debido a la disgregación de sus caracteres genéticos. El injerto permite aprovechar las siguientes ventajas: a) Propagar una variedad o una especie que por otro método (estaquilla, acodo, etc.) resultaría bastante difícil. b) Beneficiarse de las características de ciertos patrones capaces de vegetar en determinados terrenos donde la variedad cultivada no podría subsistir con raíces propias. c) Cambiar una variedad por otra más comercial (reinjertación). d) Beneficiarse de la influencia enanizante o vigorizante de ciertos patrones. e) Cultivar variedades resistentes a enfermedades de raíz o de cuello, empleando patrones resistentes. f) Obtener producción en poco tiempo. Condiciones para el injertado Reglas importantes que deben tenerse en cuenta para el éxito del injertado: - La variedad (yema) y el patrón (portainjerto) deben ser compatibles, es decir, han de poderse unir y formar una sola planta. - La variedad y el patrón deben proceder de material vegetal sano es decir no han de presentar enfermedades y deben estar libres de virus. - El cambium o zona generatriz (parte situada debajo de la corteza) del patrón y de la variedad deben quedar en íntimo contacto. Materiales necesarios para injertar Los materiales indispensables en la labor de injertación son: una tijera para poda, una navaja para injertar y cinta para amarre de injertos. La tijera de poda se utiliza para eliminar hojas y pequeñas ramas que aparecen por debajo del sitio donde se realizará la injertación. Las mejores navajas para injertar de manera exitosa son generalmente las que tienen las hojas más delgadas y bien afiladas. Prefiera las navajas de hojas de acero de alto carbón debido a que son más fáciles de conservar afiladas. La mayoría de las cintas para amarre de injertos son de color claro y de polietileno muy delgado. Para usos caseros las tiras pueden obtenerse de bolsas de plástico cortadas 15 centímetros de largo. . Navajas con hojas gruesas y sin filo, ocasionan cortes irregulares, evitando que la yema injertada pegue con rapidez. La cinta para uso eléctrico no es recomendada. Aunque la cinta de teflón de plomero puede funcionar. El propósito de la cinta es ejercer una pequeña presión en la yema injertada para conservar fuera excesos de humedad y proteger a la yema mientras los cortes cicatrizan y empiezan a crecer juntos. Cuidados previos a la injertación El portainjerto a utilizar debe ser saludable; los estresados por agua o debilitados por enfermedades no soportarán la labor de injertación. Deben tener un grosor semejante al diámetro de un lápiz (0.6 a 1.0 cm), para que sean mas fáciles de manipular por injertadores novatos aunque portainjertos más delgados y más gruesos pueden ser injertados con éxito con un poco más de práctica. El momento para llevar a cabo la injertación es cuando la corteza pueda ser fácilmente desprendible de la madera. Antes de iniciar con la tarea de injertar es una buena idea probar el portainjerto para ver si la corteza se desprende simplemente corte la corteza con una navaja y vea si esta desprende fácilmente. Mantener un estado de humedad constante en el suelo favorece el desprendimiento de la corteza. Selección de las varetas portayemas La vareta portayemas debe de consistir de ramas de árbol de menos de un año de edad y de 0.6 centímetros de diámetro. La vareta portayemas debe tener yemas en reposo y la madera saludable, yemas que han brotado y están en crecimiento activo si provienen de árboles enfermos no son recomendables para ser utilizadas. Las varetas portayemas deben ser redondeadas o anguladas y estar lo suficiente endurecidas para que cuando las yemas sean cortadas el tejido no se rompa. Las yemas deben ser bien abultadas y sanas y con separación entre ellas no muy próximas. No escoja madera de brotes muy vigorosos o extremadamente espinosos o de "chupones" que se originan del tronco o de las ramas. Elimine las hojas de la madera portayema dejando el pecíolo (tallo de la hoja) intacto. Los pecíolos proveen de un sitio para tomar la yema cuando esta es cortada de la vareta portayema. Almacenamiento de las varetas portayemas Debido a que las varetas portayemas deben tener yemas en reposo estas deben ser colectadas antes de sacar las yemas y guardarse. Las varetas portayemas pueden ser almacenadas por 3 a 4 semanas. Para conservarlas simplemente guarde las varetas portayemas en rollos de papel humedecido e inserte los bultos en bolsas de plástico, cierre la bolsa y almacene en el refrigerador con una temperatura de 2 a 7 grados C. Asegurándose que las varetas portayemas no se congelen. Cortando las yemas El aspecto mas critico de la injertación es el corte de la yema, la cual consiste de una muy delgada tira de corteza y una astilla de madera bajo la yema que debe ser cortada de una forma lisa y suave. Seleccione una yema vigorosa de la vareta portayema y haga un corte perpendicular a lo largo de la vareta portayemas de uno a dos centímetros por encima de la yema. Corte la yema y un pequeño trozo de madera penetrando la vareta usando un movimiento continuo de empuje. El corte debe empezar un centímetro por debajo de la yema y profundizar lo suficiente en la madera debido a que cuando el corte es finalizado en el corte perpendicular la corteza y el pequeño trozo de madera se separarán de la vareta portayema, haga un corte adicional para separar la yema de la vareta. Use el pecíolo de la hoja para manipular la yema evitando tocar la parte lisa de la yema con los dedos, el aceite de las manos puede impedir la adecuada conexión de la yema al portainjerto. Preparando el portainjerto o patrón. La altura para injertar la yema en el portainjerto o patrón se sitúa a 20 centímetros sobre el suelo. En el área que será injertada elimine todas las hojas, espinas o pequeños brotes. Para óptimos resultados el área donde la yema será injertada debe ser preferentemente plana con cerca de 2 centímetros de distancia entre dos pecíolos de hojas. Con la navaja se hace primero un corte transversal de 1 centímetro con giro de la navaja, luego se hace un corte longitudinal, de 2 a 3 centímetros en la corteza, formándose la “T”. Injertando la yema en el corte de ´T´ De forma cuidadosa deslice la yema entre las tiras de corteza levantadas y empuje la yema hacia abajo del hueco hasta que las tiras cubran totalmente la yema y esta quede bien acomodada en el hueco. Oriente la yema en la misma dirección que tenía en la vareta portayema. Envuelva el área completa con la cinta teniendo cuidado de no dejar ninguna área de la yema expuesta. Las tiras de corteza se apretaran firmemente contra la yema con la cinta. Esto conducirá a la yema a permanecer húmeda y facilitará el contacto entre las células de la yema y el portainjerto para que la yema sobreviva. La tira de cinta es pasada por debajo de la última vuelta y estirada para asegurar que quede bien apretada. La yema pegará en un período de 12 a 14 días notándose esta de color verde. Cuando la yema se observa de color negro o café es indicio de que no prendió por lo que será necesario reinjertar. Con una buena técnica de injertación este método llega a reportar hasta 98 % de prendimiento. Forzado de la yema Después de los 12 a 14 días, el encallado y la unión de la yema debe de ocurrir por lo cual se puede ya retirar la cinta. La forma más fácil es hacer un corte vertical a partir de la parte baja del patrón y hacia arriba de la yema y entonces quitarla. También puede cortarse en el nudo y desenrollarse. Todos los brotes que emergen dentro de 3 centímetros por encima y por debajo de la nueva yema deben ser removidos a mano tan pronto como aparezcan. Despunte del brote y terminado de la planta Una vez que la yema injertada ha empezado ya a crecer debe de ser atada a un tutor de madera de 60 centímetros colocada próximo a la planta. Los amarres deben ser flojos para no estrangular el brote. Luego que el brote proveniente del crecimiento de la yema injertada ha sobrepasado la altura del tutor se despunta con la intención de promover el desarrollo de brotes laterales que posteriormente se convertirán en las ramas principales del árbol. El proceso entero desde la injertación hasta la terminación del árbol requiere de cerca de nueve a once meses dependiendo de la estación del año, del clima prevalente y los cuidados de la planta injertada.