BENEMÉRITA UNIVERCIDAD AUTONOMA DE PUEBLA. FACULTAD DE: DERECHO. MATERIA: DERECHO CONSTITUCIONAL I.

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BENEMÉRITA UNIVERCIDAD AUTONOMA DE PUEBLA.
FACULTAD DE: DERECHO.
MATERIA: DERECHO CONSTITUCIONAL I.
TRABAJO: Resúmenes de exposiciones.
FECHA: 5 noviembre del 2007.
Temario.
• La colonia (fundación de la nueva España).
−El papel de los encomendadotes.
−El papel de los misioneros.
−Comercio.
−Vida cultura.
−Territorio.
−División eclesiástica.
• Ãndice de la constitución de Apatzingán.
−Capitulo XIII de la constitución de Apatzingán de 1814
(De las intendencias de hacienda).
• Ãndice de la constitución de 1824.
−Titulo VII de la constitución de 1824(de la observancia, interpretación
y reforma de la constitución y acta constitutiva ).
• Siete leyes.
−Segunda ley constitucional de las siete leyes.
• Constitución de 1857.
−Titulo I (de la constitución de 1857).
• El Porfiriato.
−El comercio y la industria.
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−Decadencia del porfiriato.
−Renuncia de Porfirio DÃ-az.
• Revolución mexicana.
La colonia (Fundación de Nueva España).
Los Habsburgo fueron los fundadores de la MonarquÃ-a Hispánica y lo gobernaron de 1516 a 1714. Eran
una dinastÃ-a de origen alemán, con dos grandes ramas. La rama española y la rama austriaca. Esta
dinastÃ-a tuvo una polÃ-tica donde, toda proporción guardada, las partes integrantes del Imperio (los
Virreinatos) tenÃ-an una relativa libertad y autonomÃ-a.
En el caso de la Nueva España, el genio de esta dinastÃ-a, fue que durante la fundación de la Colonia,
utilizaron y tomaron ventaja de las estructuras pre−existentes en la sociedad pre−hispánica para implantar
sobre ellas su estructura de poder. Sin embargo, esto sólo fue posible por la participación activa y
voluntaria de los señorÃ-os indÃ-genas.
Los Mexica «habÃ-an absorbido o tenÃ-an absoluto control polÃ-tico, sobre algunas decenas e imponÃ-an
tributo sobre seis o siete centenares más». A la llegada de los españoles casi la totalidad de estos
señorÃ-os «decidieron aliarse a los recién llegados»[ por motivos diversos, pero en el que el sistema
de terror religioso tuvo una importancia crucial. Al tener contacto con los señorÃ-os indÃ-genas, una de las
acciones inmediatas por parte de los conquistadores fue la prohibición de los sacrificios humanos y por otra
parte iniciar la introducción de la moral y el sistema de valores judeo−cristiano.
Una vez consumada la caÃ-da de México−Tenochtitlan, se fomentó y protegió a las «Repúblicas de
Indios». Esto es, se permitió la supervivencia de los señorÃ-os pre−hispánicos, donde los lÃ-deres
indÃ-genas conservaron su estatus, posición y privilegios. Además, los «usos y costumbres» a
excepción del sacrificio humano se mantuvieron prácticamente intactos. «Casi todos los señorÃ-os
subsistieron como cuerpos polÃ-ticos durante la época colonial y gran porcentaje de los nobles indÃ-genas
permanecieron en sus posiciones de privilegio , recibiendo gran parte de los tributos y servicios que les
correspondÃ-an durante todo el siglo de la Conquista y aún después».
Cabe recalcar que la evangelización de la población indÃ-gena no fue inmediata, sino por el contrario un
proceso lento, arduo que requirió de mucha perseverancia y creatividad por parte de los misioneros y que
tomó la mayor parte del siglo para completarse. Al contrario de lo que se cree comúnmente, la
evangelización de los indios no fue un proceso que se completó a «sangre y fuego». La consolidación
del Imperio Español en la Nueva España requerÃ-a de estabilidad polÃ-tica y social.
Los señorÃ-os y las «Repúblicas de Indios» son la base de los pueblos como Calacoaya, Tonala,
Xochimilco, Tlalpan, Chiautempan, Coyoacan que son sólo ejemplos de miles que aún el dÃ-a de hoy
existen y se pueden reconocer a través de la parte central y sur de la actual República Mexicana. Su
supervivencia es un testamento al éxito de esta estrategia de asimilación por parte del Imperio Español.
El papel de los encomenderos
Nueva España nació como una calca del imperio Mexica, aun en su estructura funcional, con una obvia y
crucial excepción. Dejaron de exigirse servicios militares y cuerpos para el sacrificio.
Al contrario de la versión oficial, la supervivencia asÃ- como la participación activa y voluntaria de los
señorÃ-os indÃ-genas era esencial para que el sistema colonial funcionara, pues era imposible, dado su
escaso número, que Cortés y sus soldados anduvieran imponiendo su voluntad la mayorÃ-a indÃ-gena.
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Se trataba de un sistema de dominio indirecto, cuyo punto crÃ-tico dependÃ-a de la efectividad de la
intermediación a cargo de nada menos y nada más que del cacique indÃ-gena.
Para controlar a los caciques indÃ-genas, los conquistadores crearon la figura del encomendero. AsÃ- una vez
lograda la pacificación, los conquistadores se transformaron en encomenderos. La función del encomendero
era mantener la funcionalidad del sistema y, a cambio, podÃ-a quedarse con el tributo. Por cada señorÃ-o
indÃ-gena existÃ-a una encomienda española. La otra obligación del encomendero era la conversión y
evangelización de los indios. Al menos idealmente, ésta era la función principal, pues al español se le
encomiendan los indios para su conversión al cristianismo.
Desde el punto de vista europeo de aquel tiempo, la legitimidad de la Conquista Española del Nuevo Mundo
venÃ-a de la obligación de la Corona Española de convertir a sus recién adquiridos súbditos paganos,
es decir, una continuación de la Reconquista de la PenÃ-nsula Ibérica, donde las Coronas de Castilla y
Aragón.
El papel de los misioneros
La justificación legal de la conquista se dio como un instrumento de la difusión de la Fe Católica. Al
menos en principio, era obligación de los conquistadores, ahora transformados en encomenderos, la
conversión de los indios. En la práctica, esta obligación, sin embargo, tuvo que esperar a la llegada de los
frailes. La evangelización, fue confiada por el Papado a los frailes. «Los primeros en establecerse fueron
los Franciscanos (1524), seguidos por Dominicos, Agustinos y Mercedarios»
AsÃ- como a los encomenderos, a los recién llegados frailes tuvieron que apoyarse en la realidad
pre−hispánica. Ajustándose a la disposición de los señorÃ-os indÃ-genas, la jurisdicción de las
«doctrinas» (parroquias predicadoras), se calcaba de las de su respectivo señorÃ-o indÃ-gena.
La red de relaciones se cerraba con el tlatoani (o cacique). Su adhesión a las practicas cristianas era esencial
para asegurar la respuesta positiva de su pueblo. Un punto muy sensible, fue lograr la recomposición de las
familias conforme al modelo cristiano (monogámico), lo que hizo cambiar normas de matrimonio,
parentesco y herencia. Lo cual, simple y sencillamente no se hubiera podido sin el apoyo de las autoridades
indÃ-genas locales.
La misma red actuó para estrechar el cerco que acabó clausurando los templos pre−hispánicos y ahogando
a los sacerdotes del viejo culto por hostigamiento y falta de recursos. Encomenderos, caciques y frailes
formaban asÃ- una trilogÃ-a estrechamente ligada y efectiva.
Comercio
El puerto de Veracruz fue su principal puerto al océano Atlántico, y el de Acapulco el principal al
océano PacÃ-fico. Ambos puertos fueron fundamentales para el comercio ultramarino, especialmente con
Asia, como fue el caso del Galeón de Manila (también conocida como la Nao de China), que era un buque
que hacÃ-a dos viajes al año entre Manila y Acapulco, cuyas mercancÃ-as eran después transportadas
por tierra de Acapulco a Veracruz y posteriormente reembarcadas de Veracruz a Cádiz, España. AsÃpues, los buques que zarpaban de Veracruz iban generalmente cargados de mercancÃ-as de oriente
procedentes de los centros comerciales de las Filipinas, más los metales preciosos y recursos naturales de
México, Centroamérica y el Caribe.
Sin embargo, estos recursos no se tradujeron en desarrollo para la metrópoli debido a la frecuente
inmersión de España en guerras en Europa, asÃ- como por la constante merma al transporte ultramarino
hecho por los asaltos de las compañÃ-as de bucaneros (ingleses), corsarios (holandeses) y piratas (mixto).
Estas compañÃ-as fueron inicialmente financiadas por, primero, la bolsa de Amsterdam la primera de la
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historia y cuyo origen se debe precisamente a la necesidad de fuentes de financiación de empresas de piratas,
asÃ- como posteriormente por la bolsa de Londres. Lo anterior es lo que algunos autores llaman el «proceso
histórico de transferencia de riqueza del sur hacia el norte».
Vida cultural
Este virreinato fue la base del mosaico cultural y racial del perÃ-odo americano. En su seno se fusionaron a lo
largo de los 300 años de virreinato las culturas nahuatl, maya, tolteca, mixteca, zapoteca y española. AsÃmismo, se dio una gran cantidad de mezclas raciales: mestizos, mulatos, castizos, etc. Figuras como Sor Juana
Inés de la Cruz y Juan Ruiz de Alarcón destacan como sus más notables contribuyentes a la literatura
española, asÃ- como Manuel Tolsá en la arquitectura. Relativo a instituciones financieras destacó Pedro
Romero de Terreros, fundador del Nacional Monte de Piedad (También llamado Monte PÃ-o), génesis
del micro crédito a nivel mundial. También destacan los descubrimientos quÃ-micos de Andrés
Manuel del RÃ-o, descubridor del Eritronio, posteriormente renombrado Vanadio, en la tabla periódica de
los elementos quÃ-micos.
Dentro de la arquitectura existieron los siguientes estilos:
• monásticos
• mudéjar
• plateresco
• barroco
• churrigueresco
• neoclásico.
Territorio
En 1543, las provincias de Tabasco, Chiapas y Campeche pasan a la jurisdicción de la Real Audiencia de
Guatemala (o de los Cofines).
En 1548, Tabasco (se hizo efectiva en 1560) y Yucatán (con Campeche) vuelven a depender de la Audiencia
de México.
El 13 de febrero de 1548, por real cédula del rey Carlos I, se crea la Real Audiencia de Nueva Galicia,
establecida originalmente en Compostela, pero trasladada a Guadalajara el 10 de diciembre de 1560.
En 1675 se crea la provincia de Nueva Extremadura con la parte occidental del Nuevo Reino de León.
En 1732 se creó la gobernación de Sinaloa.
Por la Real Orden del 2 de agosto de 1776, se creó la Comandancia General de las Provincias Internas en la
zona septentrional del virreinato, con capital en Arizpe y bajo jurisdicción de la Audiencia de Guadalajara.
Estas provincias eran: Nueva Vizcaya, Nuevo México, Nuevo Reino de León, Coahuila, California,
Nayarit, Culiacán, Sonora, Texas y Nuevo Santander. Quedaron bajo el gobierno de un comandante general
que dependÃ-a directamente del rey.
En 1786 la comandancia de las Provincias Internas se divide en tres comandancias, la del Poniente, la del
Centro y la del Oriente (Nuevo Santander, Texas, Nuevo León y Coahuila).
En 1786, se crea la intendencia de Arizpe con las provincias y alcaldÃ-as de los gobiernos de Sonora y
Sinaloa.
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En 1787 Nuevo Santander pasa a depender de la intendencia de San Luis PotosÃ-.
En 1788, se crearon las comandancias de las Provincias Internas de Oriente y de Occidente, integrándose a
ésta última Nueva Vizcaya, Nuevo México, Sonora, Sinaloa y la Comandancia de las Californias,
mientras que la primera queda integrada por las provincias de: Nuevo León, Coahuila, Texas, Santander y
los distritos de Parras y de Saltillo.
En 1789 Aguascalientes y Juchipila pasan de la jurisdicción de la intendencia de Guadalajara a la de la
Intendencia de Zacatecas.
En 1790 se reunifica la comandancia general de las Provincias Internas, pero vuelve a sufrir cambios en 1791,
1792 (pasaron al control del virrey) y 1804. [6]
En 1793 las Californias, el Nuevo Reino de León y Nuevo Santander se separaron y se pusieron bajo
gobernantes militares directamente sujetos al virrey. Ese año Tlaxcala se separó de la intendencia de
Pueblo y se constituyó en gobierno militar.
El partido de Cuautla−Amilpas, pasa el 8 de septiembre de 1792 a la Intendencia de México desde la
intendencia de Puebla, que por Cédula Real del 2 de marzo de 1793 pierde también Tlaxcala y luego
recibe Tlapa e Iguala. [7]
En 1804, fueron separadas la Alta y la Baja California, cada una pasó a tener un gobierno militar.
En 1812, al emitirse la Constitución de Cádiz, el Virreinato desapareció y su territorio fue dividido en
provincias que no estaban jurÃ-dicamente subordinadas entre sÃ-. En 1814 el rey Fernando VII restableció
el Virreinato, que se extinguió definitivamente en 1820 al restaurarse el régimen constitucional.
División eclesiástica
El papa León X a petición del emperador Carlos V y por solicitud de Diego Velásquez, erigió el 24 de
enero de 1519 la Diócesis Carolense (por el nombre del emperador). No le fue asignado un territorio
definido en la Nueva España y el 13 de octubre de 1525 fue mudada hacia el centro de México.
Por Real Cédula del 19 de septiembre de 1526, Carlos V fijó los lÃ-mites de la diócesis que tomó el
nombre de Obispado de Yucatán y Santa MarÃ-a de los Remedios:
La provincia de Tlaxcalteche inclusive San Juan de Ulúa, que confina con y aguas vertientes hasta llegar a
Matlatla y la Villa Rica de la Veracruz y la Villa de MedellÃ-n, inclusive con todo lo que Tabasco y desde el
Rió Grijalva asta llegar a Chiapas
La sede estuvo en Tlaxcala hasta 1539 en que pasó a Puebla.
En 1530 se creó el Obispado de México, que pasó a arzobispado el 11 de febrero de 1546 al crearse la
provincia eclesiástica de México.
En 1535 fue erigido el Obispado de Oaxaca o Antequera, al año siguiente el de Michoacán y en 1539 el de
Chiapas.
En 1548 fue creado el Obispado de Guadalajara y en 1561 el de Yucatán.
En 1620 fue erigido el Obispado de Nueva Vizcaya en Durango.
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El 15 de diciembre de 1777 se creó el Obispado de Linares o Monterrey en Nueva León y el 7 de mayo de
1799 fue creado el de Sonora. [8]
La Provincia Eclesiástica de México quedó asÃ- constituida por el Arzobispado de México y sus
sufragáneos los obispados de Tlaxcala−Puebla, Oaxaca, Michoacán, Chiapas, Guadalajara, Yucatán,
Durango, Linares y Sonora.
Ãndice
•
Constitución de Apatzingán de 1814
(22 de octubre de 1814)
♦ I. Principios o elementos constitucionales
◊ CapÃ-tulo I. De la religión
◊ CapÃ-tulo II. De la soberanÃ-a
◊ CapÃ-tulo III. De los ciudadanos
◊ CapÃ-tulo IV. De la Ley
◊ CapÃ-tulo V. De la igualdad, seguridad, propiedad, y libertad de los ciudadanos
◊ CapÃ-tulo VI. De las obligaciones de los ciudadanos
♦ II. Forma de Gobierno
◊ CapÃ-tulo I. De las provincias que comprende la América Mexicana s
◊ CapÃ-tulo II. De las Supremas Autoridades
◊ CapÃ-tulo III. Del Supremo Congreso
◊ CapÃ-tulo IV. De la elección de diputados para el Supremo Congreso
◊ CapÃ-tulo V. De las Juntas Electorales de parroquia
◊ CapÃ-tulo VI. De las Juntas Electorales de partido
◊ CapÃ-tulo VII. De las Juntas Electorales de provincia
◊ CapÃ-tulo VIII. De las atribuciones del Supremo Congreso
◊ CapÃ-tulo IX. De la sanción y promulgación de las leyes
◊ CapÃ-tulo X. Del Supremo Gobierno
◊ CapÃ-tulo XI. De la elección de individuos para el Supremo Gobierno
◊ CapÃ-tulo XII. De la autoridad del Supremo Gobierno
◊ CapÃ-tulo XIII. De las intendencias de Hacienda
◊ CapÃ-tulo XIV. Del Supremo Tribunal de Justicia
◊ CapÃ-tulo XV. De las facultades del Supremo Tribunal de Justicia
◊ CapÃ-tulo XVI. De los juzgados inferiores
◊ CapÃ-tulo XVII. De las leyes que se han de observar en la Administración de
Justicia
◊ CapÃ-tulo XVIII. Del Tribunal de Residencia
◊ CapÃ-tulo XIX. De las funciones del Tribunal de Residencia
◊ CapÃ-tulo XX. De la representación nacional
◊ CapÃ-tulo XXI. De la observancia de este Decreto
◊ CapÃ-tulo XXII. De la sanción y promulgación de este Decreto
CAPÃTULO XIII.
(Constitución de Apatzingán de 1814).
DE LAS INTENDENCIAS DE HACIENDA.
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Estos son algunos puntos los cuales explican la integración de de las intendencias de gobierno.
• Se crea cerca del Supremo Gobierno y con sujeción inmediata a su autoridad una intendencia, que
administre todas las rentas y fondos nacionales.
• Esta intendencia se componÃ-a de un fiscal, un asesor letrado, dos ministros, y el jefe principal, que
conservaba el nombre de intendente general, y además habÃ-a un secretario.
• De las mismas plazas han de componerse las intendencias provinciales, que deberán establecerse con
subordinación a la general. Sus jefes se llamaban intendentes de provincia.
• Se crearon también tesorerÃ-as foráneas, dependientes de las provinciales, según que se juzgaren
necesarias para la mejor administración.
• El Supremo Congreso dictaba la ordenanza que fijaba las atribuciones de todos y cada uno de estos
empleados, su fuero y prerrogativas, y la jurisdicción de los intendentes.
• AsÃ- el intendente general, como los de provincia funcionarán por el tiempo de tres años.
Ãndice
• Constitución de 1824
(4 de octubre de 1824)
♦ TÃ-tulo I
◊ Sección única. De la Nación mexicana, su territorio y religión
♦ TÃ-tulo II
◊ Sección única. De la forma de Gobierno de la Nación, de sus partes integrantes y
división de su Poder Supremo
♦ TÃ-tulo III. Del Poder Legislativo
◊ Sección I. De su naturaleza y modo de ejercerlo
◊ Sección II. De la Cámara de Diputados
◊ Sección III. De la Cámara de Senadores
◊ Sección IV. De las funciones económicas de ambas Cámaras y |prerrogativas de
sus individuos
◊ Sección V. De las facultades del Congreso general
◊ Sección VI. De la formación de las Leyes
◊ Sección VII. Del tiempo, duración y lugar de las sesiones del Congreso general
♦ TÃ-tulo IV. Del Supremo Poder Ejecutivo de la Federación
◊ Sección I. De las personas en quienes se deposita y de su elección
◊ Sección II. De la duración del Presidente y Vicepresidente: Del modo de llenar las
faltas de ambos, y de su juramento
◊ Sección III. De las prerrogativas del Presidente y Vicepresidente
◊ Sección IV. De las atribuciones del Presidente y restricciones de sus facultades
◊ Sección V. Del Consejo de Gobierno
◊ Sección VI. Del Despacho de los negocios de Gobierno
♦ TÃ-tulo V. Del Poder Judicial de la Federación
◊ Sección I. De la naturaleza y distribución de este Poder
◊ Sección II. De la Corte Suprema de Justicia y de la elección, duración y
juramento de sus miembros
◊ Sección III. De las atribuciones de la Corte Suprema de Justicia
◊ Sección IV. Del modo de juzgar a los individuos de la Corte Suprema de Justicia
◊ Sección V. De los Tribunales de Circuito
◊ Sección VI. De los Juzgados de Distrito
◊ Sección VII. Reglas generales a que se sujetará en todos los Estados y territorios
de la Federación la administración de justicia
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♦ TÃ-tulo VI. De los Estados de la Federación
◊ Sección I. Del Gobierno particular de los Estados
◊ Sección II. De las obligaciones de los Estados
◊ Sección III. De las restricciones de los Poderes de los Estados
♦ TÃ-tulo VII
◊ Sección única. De la observancia, interpretación y Reforma de la Constitución y
Acta constitutiva
TÃ-tulo VII.
(Constitución de 1824).
Sección única. De la observancia, interpretación y Reforma de la Constitución y Acta constitutiva
Este titulo habla de cómo se podÃ-an hacer reformas a esta constitución y al acta constitutiva asÃ- como
cuales no se podÃ-an cambiar.
Estos son los puntos más sobresalientes.
• Todo funcionario público, antes de tomar posesión de su puesto debe prestar juramento de guardar
a esta constitución y el acta constitutiva.
• El congreso dicta todas las leyes y decretos que se crean a fin de que se haga efectiva la
responsabilidad de los que quebranten esta constitución o el acta constitutiva.
• Sólo el congreso general podÃ-a resolver las dudas que ocurrÃ-an sobre lo que significan los
ArtÃ-culos de esta constitución y del acta constitutiva.
• Las legislaturas de los estados pueden hacer observaciones, según les parezca, sobre los ArtÃ-culos
de esta constitución y del acta constitutiva.
• DecÃ-a que el congreso en este año (1836) se limitarÃ-a a calificar las observaciones que
merecÃ-an sujetarse a la deliberación del congreso, y esta declaración se comunicarÃ-a al
presidente, quien la publicarÃ-a sin hacer observaciones.
• El congreso siguiente en el primer año de sus sesiones ordinarias se ocupaba de las observaciones a
las reformas que crea convenientes
• Para reformar o adicionar esta constitución en el acta constitutiva, se observarÃ-an las reglas
prescritas en los ArtÃ-culos, todos los requisitos prevenidos para la formación de las leyes, a
excepción del derecho de hacer observaciones concedido al presidente en el ArtÃ-culo 106.
• EstablecÃ-a que Jamás se podrÃ-an reformar los ArtÃ-culos de esta constitución y de la acta
constitutiva que establecen la libertad e independencia de la nación mexicana, su religión, forma de
gobierno, libertad de imprenta, y división de los poderes supremos de la federación y de los
estados.
Dada en México a cuatro del mes de octubre del año del señor de mil ochocientos veinticuatro: cuarto
de la independencia; tercero de la libertad, y segundo de la federación.
Siete Leyes
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Las Siete Leyes fueron una serie de instrumentos constitucionales que alteraron la estructura de la naciente
República Mexicana, a principios del siglo XIX. Si bien fueron promovidas por Santa Anna que con licencia
en el cargo de Presidente de México intrigaba desde su hacienda Manga de Clavo en Veracruz, las leyes
fueron promulgadas por el Presidente interino José Justo Corro el 15 de diciembre de 1836. Estas medidas
de corte centralista ocasionaron la declaración de independencia de Zacatecas y Texas.
• Los quince artÃ-culos de la primera Ley, otorgaban la ciudadanÃ-a a aquellos que supieran leer y tuvieran
un ingreso anual mÃ-nimo de 100 pesos, excepto para los trabajadores domésticos, quienes no tenÃ-an
derecho a voto.
• La segunda Ley permitÃ-a al Presidente el cierre del congreso y la supresión de la Suprema Corte,
prohibiendo a los militares tomar este último cargo.
• Los 58 artÃ-culos de la tercera Ley establecÃ-an un Congreso bicameral (Senadores y Diputados), electos
por órganos gubernamentales. Los Diputados ocupaban el cargo por cuatro años, y los Senadores por
seis.
• Los 34 artÃ-culos de la cuarta Ley especificaban el mecanismo de elección presidencial, donde la
Suprema Corte, el Senado y la junta de Ministros nominarÃ-an a tres candidatos cada uno, y la cámara
baja (Diputados) elegirÃ-a de entre los nueve candidatos, al Presidente y al Vicepresidente.
• La quinta Ley especificaba el mecanismo de elección de los once miembros de la Suprema Corte de
Justicia, de la misma forma que el mecanismo de elección presidencial.
• Los 31 artÃ-culos de la sexta Ley sustituÃ-an a los Estados federados, por Departamentos cuyos
Gobernadores y legisladores eran seleccionados por el Presidente.
• La séptima Ley prohibÃ-a volver al sistema legal anterior por seis años
Segunda Ley Constitucional de las siete leyes.
Compuesta de 23 artÃ-culos, fue toda una innovación, pues contempló la creación de un exótico
``Supremo Poder Conservador'', compuesto por cinco miembros que podÃ-an ser reelectos. Para ser miembro
era necesario, entre otros requisitos, tener una renta anual de tres mil pesos y haber desempeñado algún
cargo como presidente de la República, vicepresidente, senador, diputado, secretario de despacho o
magistrado de la Suprema
Corte de Justicia. Las atribuciones del Supremo Poder Conservador eran (¡nada menos!): declarar la nulidad
de una ley o decreto, la de los actos del Poder Ejecutivo y los de la Suprema Corte de Justicia. Asimismo,
declarar la incapacidad fÃ-sica o moral del presidente de la República, suspender a la Suprema Corte de
Justicia, y hasta por dos meses las sesiones del Congreso general, restablecer constitucionalmente a cualquiera
de los tres poderes, en el caso de que hubieran sido disueltos por una revolución, declarar la voluntad de la
nación cuando fuera conveniente, negar u
otorgar la sanción a las reformas constitucionales y calificar las elecciones de los senadores. Para rematar el
absurdo, se decretó que el Supremo Poder sólo era responsable ante Dios y la opinión pública (artÃ-culo
17) y sus individuos en ningún caso podrÃ-an ser juzgados ni reconvenidos por sus opiniones.
• Constitución de 1857
(5 de febrero de 1857)
♦ TÃ-tulo I
◊ Sección I. De los derechos del hombre
◊ Sección II. De los mexicanos
◊ Sección III. De los extranjeros
◊ Sección IV. De los ciudadanos mexicanos
♦ TÃ-tulo II
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◊ Sección I. De la soberanÃ-a nacional y de la forma de Gobierno
◊ Sección II. De las partes integrantes de la Federación y del territorio nacional
♦ TÃ-tulo III. De la división de Poderes
◊ Sección I. Del Poder Legislativo
⋅ Párrafo I. De la elección e instalación del Congreso
⋅ Párrafo II. De la iniciativa y formación de las Leyes
⋅ Párrafo III. De las facultades del Congreso
⋅ Párrafo IV. De la Diputación Permanente
◊ Sección II. Del Poder Ejecutivo
◊ Sección III. Del Poder Judicial
♦ TÃ-tulo IV. De la responsabilidad de los funcionarios públicos
♦ TÃ-tulo V. De los Estados de la Federación
♦ TÃ-tulo VI. Prevenciones generales
♦ TÃ-tulo VII. De la reforma de la Constitución
♦ TÃ-tulo VIII. De la inviolabilidad de la Constitución
♦ ArtÃ-culo transitorio
Titulo I.
(Constitución de 1857).
Esta fue promulgada el 5 de febrero de 1857 (en México). También la constitución de 1917 fue
promulgada un 5 de febrero (en Querétaro). entre los diputados notables del congreso constituyente de 1856
se encontraban Ignacio RamÃ-rez, polÃ-tico y poeta conocido como "el nigromante", José marÃ-a mata,
Ponciano Arriaga, santos degollado, Melchor Ocampo, miguel y Sebastián lerdo de tejada, benito Juárez, y
otros más.
La mayorÃ-a de ellos de ellos eran masones. Como no habÃ-a conservadores entre ellos, esta constitución
salió puramente liberal, lo que provocó en los conservadores un descontento y rechazó absoluto,
declarándose enemigos de ella y repudiándola.
Algunos de sus puntos eran:
1. no se reconoció la libertad de cultos, únicamente la religión cristiano−católica. Esto era un ardid
polÃ-tico para que la juraran todos.
2. decretaba ya, parcialmente, la diferencia o separación entre la iglesia y el estado.
3. establecÃ-a un registro civil. Con esto, el registro parroquial dejaba de ser el oficial.
4. no se nacionalizaban los bienes del clero; pero la iglesia no podÃ-a administrar o poseer bienes raÃ-ces.
5. el respeto a las garantÃ-as individuales, llamados derechos humanos, declarados por primera vez durante la
revolución francesa.
6. establecÃ-a un sistema unicameral en el poder legislativo; con ello desaparecÃ-a la cámara de senadores
y quedaba solo la de diputados. Esto no fue del agrado de comonfort porque se dotaba de gran fuerza al poder
legislativo y con ello el ejecutivo perdÃ-a ventaja en el dominio del paÃ-s.
7. se ratificaba la ley Juárez, es decir se prohibÃ-a a los tribunales eclesiásticos y militares conocer en
materia que no fuera de su absoluta competencia.
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8. proclamaba la libertad de pensamiento y expresión del hombre.
9. proclamaba la libertad de enseñanza y de prensa. Esa libertad de prensa atacaba a la iglesia; pero
también era un arma de doble filo, porque se podÃ-a revertir contra el gobierno mismo y presentarlo o
exponerlo públicamente.
10. sé reimponÃ-a la exclaustración.
Los derechos del hombre fueron escritos en veintinueve artÃ-culos, en ellos se destaco que eran la base de las
instituciones y que el ser humano era libre e igual ante la ley, por lo que se excluÃ-an los tribunales
especiales, los tÃ-tulos de nobleza y los honores hereditarios.
Finalmente el Congreso promulgó la nueva Constitución el 5 de febrero de 1857.
Esta declaraba la libertad de enseñanza, de imprenta, de industria, de comercio, de trabajo y de asociación.
VolvÃ-a a organizar al paÃ-s como una república federal. Entre otras cosas, incluÃ-a un capÃ-tulo dedicado
a las garantÃ-as individuales, y un procedimiento judicial para proteger esos derechos conocidos como
amparo.
El Porfiriato.
Luego que Laredo abandonó la presidencia, Porfirio DÃ-az se hizo del poder y, para darle legalidad a su
Gobierno, dejó el mando a Juan N. Méndez que convoco a Elecciones. Porfirio DÃ-az resulto triunfante a
en los comicios y, a partir del 5 de Mayo de 1877, empezó a dominar paulatinamente el escenario polÃ-tico
mexicano. Para tal efecto:
• Reformó la Constitución para prohibir la reelección inmediata.
• Utilizo contra gavilleros y ladrones la ya famosa "ley fuga" y a sus enemigos polÃ-ticos les aplicó el
sistema de "mátalos en caliente".
• Logró el reconocimiento de su gobierno por parte de los Estados Unidos y reanudo relaciones oficiales
con Belga, Alemania, Italia, Francia, España e Inglaterra.
• Estableció un sistema centralista con apariencia de Federal.
Para el gobierno el periodo 1880−84, Porfirio DÃ-az apoyó la candidatura a la presidencia de su compadre
Manuel González. Éste, que resultó triunfador en las elecciones, continuo la obra iniciada por aquel,
consolidando su polÃ-tica ferroviaria hasta comunicar la cuidad de México con los Estados Unidos y
establecer la primera institución de crédito oficial: El Banco Nacional Mexicano.
No obstante los logros alcanzados en su administración, a González se le acuso de corrupción de haber
puesto en circulación las monedas de nÃ-quel y de reconocer la deuda Inglesa tan desventajosa para
México. Esto acarreo un enorme desprestigio al final de su mandato, en que también se promulgo la Ley
de Deslinde y Colonización de terrenos BaldÃ-os.
La segunda administración de Porfirio DÃ-az (1884−88) se inicio en momentos difÃ-ciles, no solo desde el
punto de vista económico, sino que también en el aspecto polÃ-tico. Para afrontar lo anterior, se
suspendió el pago de la deuda interna y se reconoció la duda inglesa, al mismo tiempo que se establecÃ-a
una polÃ-tica de conciliación con destacados miembros de diferentes grupos sociales, al igual que con los
altos jerarcas eclesiásticos.
También en este periodo se origino la Guerra de Yaqui (1885−1909) en la que los habitantes de la región
lucharon por mantenerse independientes de gobierno de centro; murió en prisión el ladrón generoso
Chucho El Roto (1885); el general Trinidad GarcÃ-a de la Cadena, opositor polÃ-tico de Porfirio DÃ-az, fue
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asesinado (1886); se reformo la constitución para permitir la reelección inmediata (1887);se empezó a
celebrando el año nuevo (1887−88) y perdió la vida el Celebre bandolero Heraclito Bernal (1888).
En el tercer periodo presidencial (1888−92), DÃ-az consolido su poder con base a los éxitos alcanzados en
el segundo: la conservación de la paz (paz del sepulcro, decÃ-an sus opositores) y la conquista de
prosperidad, sin embargo, el los últimos años de este cuatrienio la popularidad del presiente se vio
amenazada por una crisis financiera que puso en peligro la tan ponderada prosperidad: la pérdida general de
las cosechas ocasionadas por las terribles sequÃ-as y la depreciación de la plata en los mercados mundiales,
factores que a su vez generaron la devaluación del peso mexicano (En 1870 el peso y el dólar se
intercambiaba a la par, el 1890 un peso por .87 dólar y el 1894 un peso por.51 dólar).
Como consecuencia de los anteriores, el cuarto periodo de Porfirio DÃ-az (1892−96) se inicio en condiciones
de aguda crisis económica que afectaba directamente a lo social y repercutÃ-a en el ámbito polÃ-tico. Por
fortuna, en 1893 José Ives Limantour se hizo cargo de la SecretarÃ-a de Hacienda y logro superar la crisis,
circunstancias que favoreció la reelección de Porfirio DÃ-az para su quinto periodo presidencial
(1896−1900). Limantour organizarÃ-a también el sistema bancario mediante la Ley General de
Instituciones de Crédito 1897.
A partir de 1896, la reelección de DÃ-az fue indefinida; cada cuatro años hubo elecciones y en cada una de
ellas resulto electo "El Caudillo Necesario".
Con el porfirismo, la economÃ-a mexicana entro en la fase capitalista y sus diferentes áreas de producción
fueron incorporadas, en mayor o menor medida, al sistema económico de los paÃ-ses industrializados.
El comercio y la industria
Comercio las potencias mundiales de la etapa del porfiriato habÃ-an llegado a una nueva etapa del
capitalismo: el imperialismo. La llamada segunda revolución industrial generó un aumento importante en la
siderurgia, los transportes y la electrificación, haciendo más agudas las necesidades de materias primas
industriales, alimentos, carbón y petróleo, mercados para los nuevos y numerosos productos, asÃ- como la
salida para los fuertes capitales. Eso condujo a una nueva división internacional del trabajo. El desarrollo de
las exportaciones mexicanas y el de un mercado interno mexicano estuvieron ligados estrechamente.
Conforme crecÃ-an las exportaciones, aumentaba la demanda de los productos.
Con el progreso del sistema ferroviario se abarataban los costos del transporte, y esto fue positivo para el
crecimiento de las transacciones interiores. Industria el desarrollo industrial durante el porfiriato se vio
favorecido por varios factores: la construcción de las vÃ-as de ferrocarril, la creación de un mercado
interno más amplio e integrado, el aumento de la población y la inversión extranjera. Hasta 1890 la
presencia de grandes compañÃ-as extranjeras dotadas de maquinaria y técnicas de producción y
administración modernas le dieron un vigoroso impulso a la industria. Crecieron en forma importante las
industrias textiles, de calzado, peletera, bebidas, papel, vitivinÃ-cola, productora de azúcar y alimenticia.
Experimentaron también un avance importante las industrias fabricantes de cemento, siderurgia, y
quÃ-mica. Debido al crecimiento industrial en ciudades como México, puebla, Orizaba, monterrey,
Guadalajara, se inició consecuentemente la aparición del proletariado industrial; se integraba por peones
cuya situación era mala: castigos, descuentos, largas jornadas, no tenÃ-an sindicatos, prestaciones ni
derechos laborales; al igual que en las haciendas, existÃ-an tiendas de raya en las fábricas. La mayor parte
del capital extranjero invertido en la industria era francés: 53.2% colocado sobre todo en textiles; le
seguÃ-an Alemania, los estados unidos e Inglaterra; sin embargo 0no puede hacerse a un lado la importancia
del capital nacional en la industria.
DECADENCIA DEL PORFIRIATO
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En su sexto periodo de gobierno (1900−04), Porfirio DÃ-az manifestó su apoyo al Secretario de Hacienda
José Ives Limantour para sucederlo en la presidencia, al mismo tiempo que alentaba las aspiraciones de
Secretario de Guerra Bernardo Reyes con la misma finalidad. Sin embargo, la rivalidad que se genero entre
ambos candidatos fue tan escandalosa y el desprestigio que se causaron tan grave, que sus ambiciones
polÃ-ticas cayeron por su propio peso.
Ante la falta de un digno sucesor del dictador, los diferentes grupos polÃ-ticos se conciliaron con el fin de
preparar una nueva reelección y propusieron la creación de la Vice−Presidencia y la ampliación del
periodo de gobierno a seis años, de tal suerte que, en las elecciones de 1904 triunfo la formula Porfirio
DÃ-az, Ramón Corral para dirigir al paÃ-s en el sexenio 1904−10.
En este periodo se intensificaron los conflictos polÃ-ticos a causa de la obstinada permanecÃ-a de DÃ-az en
el poder personalista de su gobierno. También ocurrieron lo más graves conflictos sociales debido al alto
costo que el régimen tenÃ-a que pagar el haber sacrificado al alto costo que el régimen tenia que pagar al
haber sacrificado la justicia social en aras del progreso material.
Tras varios años de persecuciones, encarcelamientos y clausuras, los colaboradores del diario
Regeneración constituyeron en 1905 el partido Liberal Mexicano presidido por Ricardo Flores Magon, cuyo
objetivo central era combatir la dictadura de DÃ-as luego de la huelga de Cananea, son. En junio de 1906, al
mes siguiente el partido, dio a conocer su programa en el cual, entre otras cosas, demandaba para los
trabajadores:
Jornada laboral de 8 horas, salario mÃ-nimo de un peso pagado en moneda de curso legal, higiene en fabricas
y talleres, descanso dominical indemnización por accidentes y pensión por retiro, prohibición del trabajo
infantil, etc.
También en 1906, grupos floresmagonistas se levantaron en armas en Coahuila, Veracruz y Chihuahua,
pero fueron reprimidos con crueldad por el ejercito porfirista, al igual que quienes participaron el la huelga de
rÃ-o blanco. A principios de 1907. Lo mismo ocurrió con las incontables rebeliones de campesinos
mexicanos que siempre protestaron por el despojo de sus tierras.
El hecho de que en febrero de 1908 DÃ-az haya declarado a un periodista estadounidense que ya no deseaba
continuar en el poder y que verÃ-a con gusto la formación de partidos polÃ-ticos de oposición, motivó a
Francisco I. Madero a publicar su libro "La sucesión presidencial de 1910" en el que invitaba al pueblo a
formar partidos independientes.
Surgieron asÃ- varios partidos polÃ-ticos de efÃ-mera duración, y el 1909 se formo el antirreleccionista que
contaba entre sus miembros a Francisco I. Madero, Emilio Vázquez Gómez, Toribio Esquibel Obregón,
José Vasconselos, Roque Estrada, Luis Cabrera, Félix Palavicini y otros.
En 1910 en el antirreleccionista, aleado del nacional democrático, lanzo como candidatos a la presidencia y
Vicepresidencia respectivamente, a Madero y Francisco Vásquez Gómez. En plena campaña electoral,
Madero fue detenido en Monterrey el 7 de junio y trasladado a San Luis PotosÃ- donde permaneció en
prisión mientras se celebraban las elecciones en las que la formula DÃ-az−Corral Triunfo de Nuevo, ahora
para el periodo 1910−16.
Luego de la gran celebración del centenario del inicio de la Independencia Mexicana en al que, entre otras
cosas, se inauguró la Capital Mexicana la Columna de las Independencia, Madero se fugo hasta San Antonio
Texas, donde redacto el plan de San Luis (5−oct.1910) en el que, esencialmente: declaraba nula la reelección
de DÃ-az, asumÃ-a provisionalmente la presidencia, llamaba al pueblo a levantarse en armas a partir del 20
de noviembre de 1910, prometÃ-a a los campesinos la restitución de sus tierras o la indemnización
correspondientes y proclamaba los principios de sufragio efectivo y no reelección.
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El plan de San Luis se difundió rápidamente y por todo el amito nacional, aparecieron grupos armados que
apoyaron el movimiento de Madero. Caudillos como Adrián González, Pascual Orozco, entre otros.
Iniciándose asÃ- la primera etapa de la Revolución Mexicana y, tan solo 6 meses de lucha, lograron que se
firmaran los convenios de Cuidad Juárez (21 de mayo 1911) en los que se estipulaba:
• La renuncia de Porfirio DÃ-az a la presidencia.
• La renuncia de Madero al poder que le conferÃ-an el plan de San Luis.
• El gobierno Interno de Francisco León de la Barra.
• La convocatoria a nuevas elecciones.
• El licenciamiento de las fuerzas revolucionarias de Madero.
Luego de la renuncia de DÃ-az (25 de mayo de 1911), de la Barra inicio su interinato en el Cual surgieron
conflictos polÃ-ticos que obedecÃ-an a dos factores:
Por un lado la imposibilidad de conciliación entre revolucionario y porfiristas en un mismo Gobierno, y por
el otro, la profunda división que la actitud inconsistente de Madero causara en el grupo revolucionario al no
cumplir promesas agrarias. En medio de estos conflictos se celebraron elecciones en alas que la formula
Francisco I. Madero y José Ma. Pino Suárez como candidatos a la presidencia de la republica, y el partido
constitucional progresista, resulto triunfadora por una inmensa mayorÃ-a.
Renuncia de Porfirio DÃ-az
A los C.C. secretarios de la H. Cámara de Diputados
Presente.
El pueblo mexicano, ese pueblo que tan generosa, mente me ha colmado de honores, que me proclama su
Caudillo de intervención, que me secundo patrióticamente todas las obras emprendidas para impulsar la
industria de la republica, ese pueblo, señores diputados, se ha insurreccionado en bandas milenarias
armadas, manifestando que mi presencia en el ejercito del suprema poder ejecutivo, es causa de su
insurrección.
No conozco hecho alguno imputable a mi que me motivara ese fenómeno social; pero permitiendo, sin
conceder, que pueda ser culpable inconsciente, esa posibilidad hace de mi persona la menos apropósito para
raciocinar y decir sobre mi propia culpabilidad.
En tal concepto, respetando, como siempre he respetado la voluntad del pueblo, y de conformidad con el Art.
82 de la Constitución Federal vengo ante la suprema representación de la nación a dimitir sin reserva el
encargo de presidente constitucional de la Republica, con que me honró el pueblo nacional; y lo hago con
tanta mas razón cuando que para retenerlo seria necesario seguir derramando sangre mexicana, abatiendo el
crédito de la nación, derrochando sus riquezas, segando sus fuentes y exponiendo su polÃ-tica a conflictos
internacionales.
Espero, señores diputado, que calmadas las pasiones que acompañaban a toda revolución, un estudio mas
concienzudo y comprobado haga surgir en la conciencia nacional un juicio correcto que me permita morir,
llevando en el fondo de mi alma una justa correspondencia de la estimulación que en toda mi vida he
consagrado y consagrare a mis patriotas. Con todo respeto.
REVOLUCIÓN MEXICANA
Entre 1910 y 1920 México fue sacudido por una serie de luchas y revueltas conocidas como revolución
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mexicana, que intentaron transformar el sistema polÃ-tico y social creado por Porfirio DÃ-az. La revolución
mexicana, que contribuyó a formar el México contemporáneo, no tuvo un carácter homogéneo, sino
que consistió en una serie de revoluciones y conflictos internos, protagonizados por distintos jefes polÃ-ticos
y militares que se fueron sucediendo en el gobierno de la nación. En sus orÃ-genes, las primeras tentativas
revolucionarias, inspiradas por Francisco I. Madero, pretendÃ-an el derrocamiento de Porfirio DÃ-az, que se
habÃ-a mantenido en el poder durante más de treinta años. Tras el triunfo de los maderistas, la necesaria
reconstrucción del paÃ-s se vio dificultada por las disputas entre las propias facciones revolucionarias.
Después del asesinato de Madero, hubo nuevas luchas en las que triunfó Venustiano Carranza, quien
promulgó la constitución de 1917, paso decisivo para la organización del estado posrevolucionario. No
obstante, los sectores más radicales de la revolución mantuvieron la lucha hasta 1920.
La revolución maderista La revolución mexicana nació en un panorama de insatisfacción contra la
polÃ-tica elitista y oligárquica de Porfirio DÃ-az, que habÃ-a favorecido a los estamentos más
privilegiados, sobre todo a los terratenientes y a los grandes capitalistas industriales. Si bien el paÃ-s gozaba
de prosperidad económica, las continuas reelecciones de DÃ-az causaban insatisfacción polÃ-tica entre las
nacientes clases medias, en tanto que los beneficios de la prosperidad no habÃ-an alcanzado a los grupos
más pobres de la sociedad.
Madero, un rico terrateniente del norte del paÃ-s, propuso una fórmula de compromiso polÃ-tico según la
cual DÃ-az mantendrÃ-a la presidencia y aquél, desde la vicepresidencia, iniciarÃ-a un proceso de
reforma. Tras el rechazo de DÃ-az a la propuesta, Madero fue postulado candidato a la presidencia para las
elecciones de 1910 por el Partido Antirreeleccionista, que incluÃ-a a intelectuales como Filomeno Mata y
José Vasconcelos.
DÃ-az hizo detener a su oponente y se declaró vencedor en las fraudulentas elecciones de junio, pero
Madero logró escapar de la prisión y publicó en la localidad texana de San Antonio su célebre plan de
San Luis PotosÃ-, en el que denunciaba el fraude electoral e incitaba a la población a que se uniera a una
sublevación el 20 de noviembre. Escasos fueron los levantamientos en la fecha señalada, pero el
llamamiento contribuyó a alentar la sublevación posterior en diversos puntos de México. En el norte, en
Chihuahua, Pascual Orozco y Francisco (Pancho) Villa, con unas tropas improvisadas, empezaron a asaltar las
guarniciones gubernamentales; y en el sur, en Morelos, Emiliano Zapata llevó a cabo una sangrienta
campaña contra los caciques locales.
Otros focos revolucionarios destacados fueron Sonora, con José MarÃ-a Maytorena, y Zacatecas.
Poco a poco se fue hundiendo el régimen de DÃ-az, cuyo ejército, dirigido por envejecidos militares, no
supo hacer frente a las guerrillas revolucionarias. En la primavera de 1911, tras la caÃ-da de Ciudad Juárez,
DÃ-az se vio obligado a renunciar y entregar el poder a Madero.
Presidencia de Madero Después de un breve gobierno provisional, Madero fue electo presidente en octubre
de 1911. Inicialmente su régimen fue acogido con entusiasmo por el pueblo, pero pronto se vio enfrentado
al descontento de los campesinos, que reclamaban una reforma agraria, y al de los hacendados, que deseaban
sofocar el radicalismo de los seguidores de Zapata. En noviembre de 1911, éste se rebeló contra Madero
en Morelos a causa del retraso en la restitución de las tierras a las comunidades indÃ-genas, punto que se
habÃ-a acordado en el plan de San Luis. Asimismo, Orozco optó en Chihuahua por la lucha armada ante la
resistencia a poner en marcha la reforma agraria y nacionalizar el ferrocarril.
Por otro lado, los sectores fieles al derrocado sistema porfirista, y los Estados Unidos, que veÃ-an peligrar sus
intereses comerciales y petrolÃ-feros, también contribuyeron a desestabilizar el gobierno maderista.
Las tensiones llegaron al lÃ-mite cuando estalló la revuelta de Félix DÃ-az, sobrino de Porfirio DÃ-az,
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que se enfrentó con las tropas federales del general Victoriano Huerta en la misma ciudad de México. El
18 de febrero de 1913, después de nueve dÃ-as de bombardeos, conocidos como "la decena trágica",
Huerta y DÃ-az se entrevistaron con el embajador estadounidense Henry Lane Wilson, y los tres concretaron
un pacto contra Madero. Huerta asumió la presidencia de México y detuvo a Madero, que fue asesinado a
los pocos dÃ-as.
El gobierno de Victoriano Huerta Las primeras medidas del nuevo presidente, tales como la prohibición de la
libertad de prensa, la eliminación de destacados revolucionarios y la persecución de los movimientos
obreros, contaron con el apoyo de los sectores más conservadores. Sin embargo, la oposición se organizó
y pronto estalló una nueva insurrección en diferentes puntos.
En el norte, en los estados de Chihuahua, Sonora, Sinaloa y Tamaulipas, se sublevaron Venustiano Carranza y
Pancho Villa; y en el sur, en Morelos, Zapata volvÃ-a a erigirse en lÃ-der de la revuelta. La alianza entre
ambas facciones, tras el acuerdo de Guadalupe, y el apoyo del presidente de los Estados Unidos Woodrow
Wilson a la causa revolucionaria, con el envÃ-o de tropas a Veracruz, llevaron a Huerta a exiliarse en julio de
1914.
Luchas revolucionarias La designación de Carranza como nuevo presidente el 20 de agosto de 1914, en
contra de las ideas de Villa, desató una nueva época de anarquÃ-a y luchas entre los distintos bandos
revolucionarios. En el sur operaba el movimiento insurreccionista de Zapata, de carácter campesino y
centrado en Morelos, que pedÃ-a la restitución de las tierras y la expropiación de los latifundios. Se trataba
de una facción unida y coherente, pero con pocas posibilidades de triunfar debido a la limitación de sus
planteamientos sociales, centrados en el problema agrario, y a la incapacidad de su ejército para extender la
revolución por todo el paÃ-s. Por su parte, Villa, en Chihuahua, defendÃ-a también las reivindicaciones
campesinas y contaba con el apoyo de un amplio sector popular.
El denominado "ejército constitucionalista" de Carranza era mucho más profesional y contaba con el
respaldo, no de los campesinos, sino de los obreros, los mineros y los intelectuales.
En la convención de Aguascalientes intervinieron representantes carrancistas, zapatistas y villistas y
comparecieron Ãlvaro Obregón, aliado de Carranza, y Villa. En ella se intentó conciliar las facciones en
lucha, pero resultó un rotundo fracaso. Se puso de manifiesto la rivalidad existente entre Villa y Carranza, y
tan solo se pudo llegar a la designación de Eulalio Gutiérrez como presidente interino de la nación.
Villa solicitó la ayuda de Zapata y ambos se enfrentaron a las tropas de Obregón y Carranza, que tenÃ-an el
apoyo de los Estados Unidos. Los primeros fueron derrotados en 1915 en la batalla de Celaya y decidieron
retirarse a sus respectivos estados. Zapata regresó a Morelos y allÃ- fue asesinado en 1919 en una
emboscada. Por su parte, Villa reorganizó su ejército en Chihuahua y, aunque fue vencido en Agua Prieta,
aún pudo mantener una guerrilla, con la que realizó varias incursiones contra los Estados Unidos (a los que
acusaba de apoyar a Carranza). La actitud belicosa de Villa obligó a los estadounidenses a enviar al general
John J. Pershing en su persecución.
El gobierno de Venustiano Carranza Al acceder de nuevo a la presidencia, en 1915, Carranza se dedicó a
reorganizar el paÃ-s, mientras las tropas de Obregón batÃ-an los focos de rebelión. Una de sus más
importantes labores fue promover la elaboración de la llamada constitución de Querétaro, promulgada en
1917, que conferÃ-a amplios poderes al presidente, daba al gobierno derechos para confiscar las tierras de los
latifundistas, introducÃ-a medidas laborales referidas a salarios y duración de jornadas, y se mostraba
decididamente anticlerical.
Además, Carranza fue eliminando paulatinamente a sus anteriores enemigos. No obstante, en 1920, su
decisión de dispersar una huelga del sector ferroviario en el estado de Sonora significó el hundimiento de
su prestigio personal. Abandonado por sus seguidores, incluido Obregón, quedó solo en el poder;
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después de que Obregón lo hizo escapar de la ciudad de México, fue asesinado en su huida el 21 de
mayo de 1920.
Tras la muerte de Carranza, Adolfo de la Huerta asumió la presidencia interina hasta que Obregón fue
elegido en las elecciones de noviembre de ese mismo año.
Para muchos historiadores, la fecha de 1920 marcó la finalización de la revolución mexicana. Sin
embargo, las revueltas militares y las situaciones de violencia esporádica prosiguieron hasta 1934, cuando
llegó a la presidencia Lázaro Cárdenas, quien institucionalizó las reformas que se habÃ-an iniciado en el
proceso revolucionario y que se legitimizaron con la constitución de 1917.
BibliografÃ-a:
• & Enciclopedia Metódica Larousse en color.
Ramón GarcÃ-a−Pelayo y Gross.
& Nueva Enciclopedia Temática (el mundo del estudiante).
• Leyes fundamentales de México.
Tena RamÃ-rez
Editorial Porrua.
• www.enciclopediajuridica.com.mx
• www.constitucionesmexicanas.com.mx
• www.wikipediaenciclopedialibre.com
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