Estrategia de Vivienda Saludable.

Anuncio
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD
ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD
Mayo 2006
2
VIVIENDA COMO FINALIDAD
La vivienda es un ente facilitador del cumplimiento de un conjunto de funciones
específicas para el individuo y/o la familia: proveer abrigo ante el intemperismo,
garantizar la seguridad y protección, facilitar el descanso, permitir el empleo de los
sentidos para el ejercicio de la cultura, implementar el almacenamiento, procesamiento,
y consumo de alimentos, suministrar los recursos de la higiene personal, doméstica y el
saneamiento, favorecer la convalecencia de los enfermos, la atención de los ancianos y
minusválidos, el desenvolvimiento de la vida del niño, promover el desarrollo equilibrado
de la vida familiar. En la vivienda se reúne una agenda social dada en la familia,
económica en los medios de vida, cultural en las tradiciones y usanzas, ambiental en el
contexto físico de su desenvolvimiento. En el ambiente de la vivienda un hombre tipo se
sumerge al menos el 50% de su tiempo, cuando sólo dedica un 33% del mismo a la
función laboral o docente y un 17% a otros ámbitos.
La vivienda se centra en una casa, pero ella es más que una estructura física al
incorporar en el concepto el uso que da el residente a esa casa. Dada la multiplicidad
de funciones que la vivienda debe asumir, los espacios interiores suelen
compartimentarse al objeto de compatibilizar estructura y función. A los espacios
desagregados para el cumplimiento de actividades específicas se les denominan
espacios funcionales en la vivienda. Así se cuenta con dormitorios, cocina, baño, sala
de estar, etc. Estos espacios suelen contar con el mobiliario y equipamiento necesario
para el desarrollo de sus funciones. Los espacios funcionales constituyen pues subambientes de facilitación de funciones. Los espacios favorecen un régimen de
concentración para la función y al mismo tiempo de interconexión con otros espacios
funcionales interiores y exteriores.
Toda comunidad humana está constituida por viviendas y sus peculiares agrupaciones
en los asentamientos humanos. Estos últimos tienden a facilitar el acceso a redes
técnicas que proveen energía, comunicación, movilidad, suministro de agua de
consumo, evacuación de aguas residuales y desechos, proximidad de mercados,
centros laborales, existencia de servicios comunales, educativos, médicos y religiosos.
De manera que el área de interés no es sólo la casa o elemento físico básico, sino
también su entorno facilitador o peridomicilio.
3
El hombre en la vivienda resiste menos las presiones ambientales y llegará a
desequilibrios de diversos órdenes antes que en otros ambientes con igual presión. Su
labilidad en este medio es pues más alta. Ello hace, al residente en el ambiente de la
vivienda, una persona con mayor demanda de condiciones ambientales favorables que
las que presentaría un sujeto sano en otros ambientes. Las condiciones de la vivienda
pueden considerarse factores de riesgo o por el contrario agentes de la salud de los
residentes, según el grado de conciencia, voluntad y los recursos del hombre que la
ubica, diseña, construye y habita.
La vivienda influye favorablemente en los procesos restauradores de la salud e
incentiva la actividad creadora y el aprendizaje, cuando sus espacios funcionales
reúnen las condiciones apropiadas de facilitación para los que fueron diseñados y
cuando la conducta humana los utiliza inteligentemente. La vivienda se constituye por
tanto en objeto de interés particular en el campo de la salud ambiental y puede
entonces devenir en promotora de la salud de la población.
VIVIENDA COMO REALIDAD
La situación de la vivienda en Latinoamérica es no obstante similar a la de otros países
en desarrollo, en tanto las deficiencias en las condiciones de la vivienda y los servicios
afecta un alto porcentaje de la población. La crisis de la vivienda de los sectores de bajo
ingreso no está aislada de la crisis económica, política y social que afecta a todos los
países del continente. En el centro de la situación de deterioro habitacional se
encuentran los fenómenos de la migración campo-ciudad, el crecimiento de la
población, el incremento de la pobreza, los altos costos de la vivienda rural y urbana y la
ausencia de políticas apropiadas para paliar las necesidades de viviendas para los
pobres. La deprivación asociada a los bajos ingresos y las altas tasas de desempleo, se
traslucen también en los bajos niveles de escolaridad, la reducida expectativa de vida,
las altas tasas de mortalidad infantil.
La Región está enfrentando la transición demográfica, con disminución pronunciada de las
tasas totales de fecundidad, disminución de la mortalidad infantil y aumento de la
esperanza de vida al nacer. No obstante subsisten grandes diferencias en el desarrollo
socioeconómico, siendo los países en vías de desarrollo los que presentan más agudos
4
contrastes sociales y más altos indicadores de pobreza. Los países en vías de desarrollo
de la Región se concentran en América Latina y el Caribe (LAC).
En LAC el 41% de los hogares estaban en situación de pobreza en 1994 (36% del total
de hogares urbanos y 55% del total de hogares rurales); el 17% de los hogares estaban
en situación de indigencia en 1994 (12% del total de hogares urbanos y 33% del total de
hogares rurales). En 1975, la población urbana en LAC ascendía a 196 millones (61%) y
en 1995 a 358 millones de personas (74%). A nivel regional la población rural
ha
permanecido constante en unos 125 millones en los últimos años y se predice incluso que
tendrá ligeras disminuciones en el futuro. Esto indica que todo el crecimiento demográfico
en los países será absorbido por sus ciudades con sus sensibles déficits habitacionales y
de infraestructura.
Los gobiernos reconocen que la distribución del ingreso, hoy más concentrada e
inequitativa que a fines de los años setenta, constituye un grave escollo para lograr
progresos en materia de reducción de las carencias habitacionales y urbanas de la
región. La producción y distribución de la vivienda en casi toda Latinoamérica es
regulada por las leyes del mercado de oferta y demanda libres. El alto costo de las
viviendas dejan fuera del mercado habitacional a una gran proporción de los hogares. El
problema crucial es compatibilizar la recuperación del crecimiento económico de los países
con medidas y programas que puedan mejorar la situación de los estratos más pobres de
la población, es decir, lograr el desarrollo con equidad.
En muchos países de Latinoamérica el sector privado es el promotor principal y ejecutor
de las soluciones de vivienda tanto para el sector formal como informal. El empréstito a
través de bancos privados, cooperativas de viviendas, asociaciones de ahorro y
empréstitos y vivienda mutualista resultan las opciones para las familias con ingresos
altos y medio altos. Las invasiones de tierras y las cuarterías son las soluciones para los
residentes urbanos pobres. En las áreas rurales la población construye sus propias
viviendas con esquemas de auto-ayuda.
En las últimas décadas y con operaciones crediticias externas, se han ensayado
diferentes soluciones para las viviendas de los grupos de menores ingresos, las cuales
no siempre han tenido éxito para reducir los déficits. Algunas políticas, tales como
5
normas excesivamente restrictivas o poco realistas han dificultado la disponibilidad de la
vivienda; lo mismo ha ocurrido cuando se han fijado controles sobre alquileres o a los
precios de materiales de construcción. El problema de la cooperación internacional en
la vivienda es que la asistencia técnica y financiera porta un conjunto de demandas
implícitas. En Latinoamérica diversos proyectos parecen haber fallado porque las
propuestas no se ajustaron a la realidad en la cual ellos fueron implementados. Los
proyectos pilotos no fueron multiplicadores. Las soluciones no son universales. De otra
parte no se dispone de recursos financieros para sostener investigaciones sistemáticas
y estudios extendidos.
En cambio, la combinación de esfuerzos en programas públicos de gobierno con las
iniciativas individuales y comunitarias ha tenido resultados favorables. El microcrédito es
una alternativa. Pueden mencionarse los mejoramientos graduales de los barrios y los
lotes con servicios como estrategias exitosas. La clave en estas soluciones está en el
pleno empleo de las capacidades de los interesados en la organización, gestión e
inversiones.
Al comparar los censos se advierte que la formación de nuevos hogares sigue
aumentando a pesar del menor crecimiento demográfico, situándose en alrededor del 3%
anual. Tal aumento se relaciona con la reducción progresiva del tamaño medio de los
hogares que se observa en la región, a medida que avanza la transición demográfica y las
familias adoptan una forma de vida urbana en los diferentes países. En los países del
Cono Sur, el envejecimiento relativo derivado de la disminución de la fecundidad y el
aumento de la esperanza de vida eleva el número de hogares unipersonales y
bipersonales, en gran medida constituidos por personas de edad avanzada. Se percibe un
incremento de las familias encabezadas por mujeres. Se precisan soluciones para
contener el crecimiento del déficit.
PARTICULARIDADES DE LA VIVIENDA PRECARIA
La vivienda constituye desde diferentes ópticas una representación de la familia como el
vestuario constituye una representación del individuo. Ellos expresan, de modo
pragmático pero aún simbólico, los sistemas de valores socialmente aceptados por la
familia y el individuo. De este modo en la vivienda se reflejan las estructuras sociales y
6
con ella las jerarquías y los sistemas de privilegio que resaltan unos individuos sobre
otros.
El proceso actual de globalización de la economía en tanto conserva centralizado el
poder económico no sólo desnacionaliza la gran producción, la que ahora se concierta
en un macropaisaje geográfico, sino que presiona la iniciativa local hacia la
informalidad, incentivando un sector productivo, de servicio y comercio de escasos
recursos que está utilizando a la vivienda como punto focal del desarrollo. De este
modo, junto a las funcionalidades clásicas de la vivienda se están insertando nuevas
funcionalidades asociadas a la iniciativa del sector informal. Así se está creando una
vivienda-taller, vivienda-almacén, vivienda-comercio que acentúa y hace más complejos
los impactos de la vivienda en la salud.
Frecuentemente el proceso de urbanización no es dictado por los principios de la
planificación física. La mayoría de los pobres se alojan, hacinados, en viviendas de baja
calidad, muchas construidas no calificadamente por ellos mismos con materiales
inapropiados, parcial o enteramente desconectados de las redes técnicas urbanas, en
terreno legal y geológicamente inseguro, lo que constituye propiamente una vivienda
marginal en asentamientos informales, que pueden alcanzar hasta la mitad del área
construida total de la ciudad. Los asentamientos informales pueden abarcar hasta un 90
% de los asentamientos de bajo ingreso.
Los asentamientos informales se constituyen frecuentemente sobre apropiaciones
ilícitas de terrenos, al margen de la ciudad, sobre los cuales se erigen viviendas de
pésima calidad y de fácil acceso a los vectores, los que se reproducen entre los
desperdicios que suelen poblar los alrededores, sin agua corriente, sin baño interior ni
implemento sanitario para los desechos humanos, en condiciones de higiene
extremadamente precarias. Estos terrenos frecuentemente no son aptos para
edificación de viviendas y mayormente no se encuentran parcelados. En ausencia de
redes técnicas no se produce evacuación sanitaria apropiada de los albañales
domésticos, ni existe drenaje para las lluvias y en cuanto al agua de consumo, debe ser
extraída de reservorios cercanos o trasladada por tanques o cisternas, con tracción
animal o motorizada, en muchas ocasiones con ausencia o severos problemas de
tratamiento de potabilización.
7
En cuanto a "las cuarterías", se puede señalar que las edificaciones, antiguas viviendas
unifamiliares compartidas hoy por múltiples familias independientes, suelen acomodar
un núcleo familiar por cubículo, que cumple las funciones de dormitorio, los que suelen
rebasar el índice de hacinamiento, resultando áreas comunes la cocina, los lavaderos y
los servicios sanitarios. Frente al limitado espacio por persona, en ocasiones se
construyen rudimentariamente entrepisos, lo que permite redistribuir precariamente el
espacio. El estado de la edificación suele ser deplorable, bien por su vejez, su deterioro
y falta de mantenimiento, como por la carga impositiva del sobreuso de sus elementos.
La vivienda rural de bajo ingreso, cuando no está inserta en asentamientos, no disfruta
de fuentes de agua seguras, y debe enfrentar por sí misma la disposición de sus
residuales. Las aguas superficiales o de pozo, dispuestas para el consumo,
frecuentemente no están sujetas a tratamiento para la remoción de la contaminación
microbiológica, menos aún la contaminación química. El entorno puede resultar
perturbado por materia en descomposición, aglomeración de residuos domésticos,
olores, proliferación de insectos y otros vectores que pueden constituirse en reservorios
y transmisores de enfermedades.
IMPACTOS EN SALUD Y ESTRESORES DE LA VIVIENDA
Los impactos en salud de las condiciones de la vivienda pueden ser descritos en
términos de las afecciones relacionadas al saneamiento básico, en primer lugar las
enfermedades de origen hídrico como diarreas, vómitos, gastroenteritis, cólera, tifus,
también afecciones de la piel y oculares, lo que resulta consecuencia de bacterias
patógenas, virus entéricos, protozoarios y helmintos parásitos en las aguas de
consumo. Los alimentos no adecuadamente manipulados pueden transmitir bacterias.
La contaminación del aire interior, particularmente humo de cocinas mal ventiladas y
cigarros, contribuye a la severidad de las infecciones respiratorias como bronquitis y
neumonía, particularmente en población infantil, incrementando el riesgo de cáncer. Las
zoonosis de los animales domésticos y enfermedades transmitidas por vectores,
insectos y roedores, causan el paludismo, el dengue, la filariasis, el Mal de Chagas. La
dispersión aérea de enfermedades virales se facilita por el hacinamiento o por la acción
deficiente de la ventilación. También se cuentan las enfermedades ligadas a los
bioaerosoles, como incentivación de las crisis asmáticas y la dermatitis causada por
8
efectos alergénicos, tóxicos o irritantes. La humedad es el principal factor que
promociona o limita el crecimiento microbiano de la vivienda en sistemas o superficies.
En la vivienda rural puede favorecerse el contacto con agroquímicos y plaguicidas de
efectos tóxicos enzimáticos.
Las enfermedades no transmisibles constituyen otra área de influencia de la vivienda.
Entre ellas se cuentan los accidentes domésticos que afectan primariamente a los niños
y a los ancianos en una amplia gama de situaciones: contusiones, cortadas, quemadas,
envenenamientos, caídas, obstrucción respiratoria, sofocación y estrangulamiento que
pueden resultar letales. Uno de cada tres accidentes mortales ocurre en el hogar y el
predominio corresponde a los niños menores de 5 años, debido a su mayor
permanencia en la vivienda y su vulnerabilidad. A ello se añade la violencia familiar con
su impacto psicosomático traumático. La violencia se manifiesta de múltiples formas: los
ademanes, el trato, la expresión oral, la indisposición a la comunicación y a la
identificación, la negación del apoyo y la ayuda hasta la acción lesiva a la moral, a las
costumbres, a los estilos de vida aceptados, a los valores operados por el orden
vigente, a la propiedad y a la integridad física.
Entre las afecciones relacionadas a la calidad de la vivienda se menciona el bajo peso
al nacer. En muchos casos las dolencias son consecuencia de estrés, se vinculan a
sobrecarga neurosensorial, descompensación en la economía del organismo y se
manifiestan como efectos psicosomáticos inespecíficos, cuyas manifestaciones
preclínicas son reacciones fisiológicas del tipo compensativo - adaptativas. Los factores
principales de estrés en la vivienda son la tenencia, el estado de la vivienda y del
entorno, las relaciones sociales, el ingreso económico. Los estresores están presentes
en distinto grado en todos los ambientes que el hombre enfrenta, pero su impacto
resulta más connotado allí donde la susceptibilidad de este hombre es más acusada,
particularmente en la vivienda. A ello hay que añadir la inequidad de la exposición, pues
el amplio espectro de las condiciones de vida en las distintas capas sociales presupone
un gradiente de tensiones ambientales.
Entre los factores de riesgo de las condiciones de la vivienda se puede citar el ruido,
productor de molestia, afectaciones del psiquismo y de la esfera somática. También las
vibraciones con efectos vestibulares, nerviosismo, lumbalgia y fallos en la irrigación
9
sanguínea. Sobrecarga o déficit calórico por el microclima y la ventilación de la vivienda
induciendo afectaciones neuropsíquicas y metabólicas con compromiso cardiovascular.
Radiaciones ionizantes relacionadas a las concentraciones de radón en el aire interior
del domicilio, gas relacionado al substrato geológico, que incrementan las tasas de
cáncer pulmonar en los residentes. Falta de protección al ultravioleta con riesgo de
lesiones cancerígenas, fotoqueratitis y cataratas. Deficitario clima luminoso que puede
devenir en fatiga, nistagmos, vértigos. Radiación infraroja no controlada con riesgo de
quemaduras y cataratas. Campos electromagnéticos no ionizantes provenientes de las
líneas de transmisión eléctrica o de enseres domésticos productores de radiofrecuencia
y microondas, inductores de corrientes eléctricas de lazo en el interior del cuerpo
humano o productores de calentamiento en los tejidos, en dependencia de la
frecuencia, dando lugar a reportes controversiales de leucemia y tumores malignos del
sistema nervioso. Déficit o exceso de concentraciones de aeroiones ligeros en el aire
interior con afectación del tono del sistema inmunológico.
La infiltración del aire exterior en la vivienda importa diversos contaminantes químicos
como el monóxido de carbono productor de hipoxia, el dióxido de azufre, ozono, óxidos
de nitrógeno, polvo, provenientes de fuentes urbanas fijas y del tránsito automotor,
afectando la función respiratoria, los que se añaden a los contaminantes originados por
las fuentes domésticas como el formaldehido, que resulta un cancerígeno proveniente
de los muebles de madera prensada, las fibras vítreas y el asbesto de los materiales de
construcción asociados a inflamación pulmonar y fibrosis, el benceno, consecuencia
posible del hábito de fumar, señalado como hepatotóxico, el plomo de cañerías, pinturas
y objetos suntuarios, cancerígeno que afecta preminentemente el sistema nervioso, los
compuestos orgánicos volátiles relacionados al llamado síndrome del edificio enfermo
con lagrimeo, irritación de la piel y las mucosas, síntomas neurológicos, afectación del
gusto y el olfato. En la vivienda pueden encontrarse contaminantes químicos también en
los productos ingeribles, cosméticos y de la higiene según su composición,
almacenamiento, distribución y uso.
La sobrecarga de las percepciones y la continua revalorización de las realidades
inherentes al contexto de la vida social, traducidos en estresores psicosociales,
introduce un componente de inestabilidad en la vida del hombre moderno que a veces
impacta en el ámbito familiar. En la vivienda los tenores de ansiedad e incertidumbre en
10
los sujetos más lábiles de la población, favorecen la intolerancia, el voluntarismo, el
carácter errático e impensado de las reacciones, el deterioro de las relaciones
familiares, la pérdida de valores morales, el deterioro del área sentimental y de otra
parte fortalecen el pragmatismo de las conductas en detrimento de las trayectorias de
vida guiadas por los ideales.
Los desastres naturales y antrópicos encuentran en la vivienda un blanco por
excelencia, dado que resulta el tipo de edificación que por su abrumadora mayoría y
más baja inversión soporta menos elementos de seguridad. El tipo de construcciones y
la densidad de la población en áreas amenazadas constituyen elementos de la
vulnerabilidad.
En las viviendas deficientes se localiza la población de mayor riesgo de afectación por
enfermedades relacionadas con la vivienda y el entorno. Por ello podría adjudicarse a la
vivienda el papel de determinante de salud. El género de las personas, la niñez, la
ancianidad y la discapacidad constituyen condiciones de los individuos que denotan
marcada vulnerabilidad de los mismos a las condiciones de la vivienda y del
peridomicilio. Las amas de casa, por la división social del trabajo hoy aceptada, se
encuentran más expuestas a los factores de riesgo de la vivienda que los otros
miembros de la familia. Los impedidos físicos y discapacitados, los enfermos, los niños,
los ancianos, las mujeres pueden considerarse grupos de riesgo,
por cuanto ellos
resultan los primeros afectados por las condiciones inapropiadas de la vivienda. La falta
de recursos económicos es un fuerte moderador psicosocial de la deprivación y un
determinante de la calidad de vida precaria en la vivienda. Por ello los pobres deben ser
también considerados grupo de riesgo. . Los impactos más connotados se asocian a las
dificultades de acceso a la vivienda, ya que existe un déficit en su provisión, seguido de
la precariedad de las condiciones habitacionales.
Entre los aspectos de la fisiografía a considerar en la microlocalización de la vivienda
aparece la seguridad del terreno para sostener la edificación y sus conexiones y el
riesgo geográfico reducido de desastres, así como la influencia benéfica del entorno. La
vulnerabilidad se agudiza en las zonas endémicas de enfermedades transmitidas por
insectos vectores, tales como la enfermedad de Chagas, la malaria, el dengue y la
fiebre amarilla; y donde operan los agentes etiológicos de las afecciones
11
gastrointestinales y respiratorias.
Todas estas enfermedades están ligadas con
deficiencias de la vivienda que incluyen el tipo de materiales usados en los pisos,
paredes y techos, y la falta de ventilación, de servicios de saneamiento y de barreras
protectoras contra insectos y roedores.
En el marco de la Salud Ambiental se prescriben medidas que favorecen condiciones
saludables de la vivienda. El diseño se dirige a procurar las mejores soluciones de
acomodo de espacio, implementación y ambiente para el cumplimiento eficaz y eficiente
de las funciones que deben ser facilitadas en un lugar y ámbito concretos. Los
materiales elegidos deben satisfacer de una parte criterios de disponibilidad,
accesibilidad, adecuación, conformación y economía. De otra deben ajustar la finalidad
de facilitar la sujeción, sostenimiento, estructuración, aislamiento o comunicabilidad de
las estructuras arquitectónicas de acuerdo a las cargas a soportar y las condiciones del
intemperismo, así como proveer recubrimientos y terminaciones aceptables a los
residentes.
Las propiedades esenciales de la obra constructiva consisten en la solidez y resistencia
a los embates naturales y las incidencias sociales -tales como la delincuencia- así como
la perdurabilidad, la permisividad de una acomodación y facilitación de las actividades
domésticas –incluida la cocción y conservación de alimentos-, la modulación
microclimática de los fenómenos del intemperismo, el aislamiento de los eventos
indeseados y la transmisión de los eventos placenteros relacionados al ambiente
exterior, interconexión de los espacios funcionales con facilitación de la movilidad aún
para los limitados motores, flexibilidad para acoger funciones laborales o de servicio en
el marco de la vivienda, garantía de seguridad a la vida y protección de los bienes,
adecuación a la satisfacción de las necesidades particulares de la vida familiar y
personal. El tratamiento del mobiliario,
del equipamiento y de los acabados debe
regirse por los criterios de la higiene de la vivienda. El peridomicilio contiene factores y
fuerzas ejemplarizantes para la vida en cuanto a terreno de la cooperación social de la
comunidad, pero también contiene factores y fuerzas contrarias a la integridad y al
bienestar social cuando delincuentes y gamberros amenazan la seguridad moral y física
de los vecinos y de sus propiedades. El peridomicilio contiene los medios de interfase
de la vivienda con su paisaje, tales como las redes técnicas y los viales.
12
POLÍTICA DE VIVIENDA SALUDABLE
“Espacios saludables” alude a la sucesión de los ambientes habituales o escenarios
que el hombre enfrenta o con los cuales convive en el curso cíclico de su vida: la
vivienda, la escuela, el trabajo, la ciudad, el municipio. Si estos ambientes carecen o
presentan factores de riesgo controlados y prevenibles de una parte y de otra incluyen
agentes promotores de la salud y el bienestar, entonces las interacciones
medioambientales del hombre resultarán favorables al desarrollo de su salud y
bienestar, concebidas como entes dinámicos, facilitando de otra parte el despliegue de
las capacidades y potencialidades creativas de la especie. De este modo se
operacionaliza el concepto de promoción de salud y en este sentido vivienda saludable
es una expresión y una contextualización del término de espacio saludable.
Sin haber alcanzado los objetivos de salud en la vivienda no es posible alcanzar los
objetivos de salud en la ciudad y el municipio. Al mismo tiempo alcanzar los objetivos de
municipio y ciudad saludable implica haber alcanzado los objetivos de vivienda
saludable. Se trata de diferentes escalas de un mismo fenómeno, escalas superpuestas
y no compartimentadas, interactuantes y potenciadas, sin fronteras precisas pero
complementadas. Actuar sobre una escala de cierta forma entonces es actuar sobre las
restantes. Esta realidad objetiva demanda una concertación de procedimientos de las
acciones de ambiente y salud porque la salud del hombre es una sola, se halle en una
vivienda, de una ciudad, de un municipio; en tanto todas las escalas influyen al unísono
sobre el sujeto, el sujeto debe concertar sus acciones hacia todas las escalas.
La atención primaria ambiental (APA) se desarrolla en un marco paralelo a la atención
primaria en salud compartiendo su marco conceptual de intersectorialidad, recursos,
descentralización,
coordinación,
involucración,
educación,
prevención,
enfoque
sistémico e integrador para la identificación de los factores de riesgo mediante
evaluaciones epidemiológicas y la realización de estudios y diagnósticos participativos
del entorno físico, psicosocial y ambiental. Vivienda saludable, como estrategia, debe
asistirse de los recursos y compartir objetivos con las APA. El énfasis se hace sobre la
necesidad de coordinación de actores entre el poder político, las instancias técnicas de
las instituciones, la provisión de recursos y la participación comunitaria.
13
Crear y alcanzar una vivienda saludable es materializar una vivienda adecuada que
brinde
protección
contra
enfermedades
transmisibles,
lesiones
evitables,
envenenamientos y exposiciones térmicas y de otro tipo que puedan contribuir a
generar enfermedades o padecimientos crónicos. Una vivienda adecuada ayuda al
desarrollo social y psicológico de las personas y minimiza las tensiones psicológicas y
sociales relacionadas con el ambiente de la vivienda. Además provee acceso a los
centros de trabajo, de educación, a los servicios necesarios y a los lugares de diversión
que fomentan un buen estado de salud. Por el uso que dan los moradores a su vivienda
se maximiza su impacto positivo sobre la salud, promoviendo las medidas de higiene
familiar y doméstica, eludiendo conductas de riesgo y previniendo hábitos tóxicos.
Entre los impactos positivos de la vivienda se destacan el despliegue de satisfacciones
biológicas, estéticas, de la información y la comunicación, así como la facilitación de la
educación, las labores domésticas y el desarrollo de la familia, finalidades accesorias
del modo de vida, el bienestar personal y la promoción de la salud. El propósito de
proveer viviendas saludables constituye un esfuerzo intersectorial y multidisciplinario
con participación comunitaria, donde cuenta el papel de las instituciones y los líderes,
las fuentes de financiamiento y el concurso de las instituciones técnicas.
14
ESTRATEGIA DE LA VIVIENDA SALUDABLE
En la estructuración de la Estrategia se concibe la vivienda como un agente de la salud
de sus moradores. En consonancia con el aforismo de que todo comienza por el hogar,
es la vivienda en su concepto integral esa herramienta que no debe ser el generador de
muchos de los problemas sociales, sino que por el contrario, facilita los procesos de
formación – aprendizaje – formación, en especial en el campo de la salud, pero no
exclusivamente es este aspecto. Implica un enfoque sociológico y técnico de
enfrentamiento a los factores de riesgo y promueve una orientación para la ubicación,
edificación, habilitación, adaptación, manejo, uso y mantenimiento de la vivienda y de su
entorno.
El concepto de la vivienda saludable se introduce desde el acto de su diseño, micro
localización y construcción, y se extiende luego a su uso y mantenimiento. Este
concepto está relacionado con el territorio geográfico y social donde la vivienda se
asienta, los materiales usados para su edificación, la seguridad y calidad de los
elementos conformados, el proceso constructivo, la composición de su espacio. La
calidad de sus acabados, el contexto periférico global (comunicaciones, energía,
vecindario) y la educación sanitaria de sus moradores sobre estilos y condiciones de
vida saludables
La importancia de este concepto de ambientes y entornos saludables radica en que
incorpora saneamiento básico, espacios físicos limpios y estructuralmente adecuados, y
redes de apoyo para lograr ámbitos psicosociales sanos y seguros, exentos de violencia
(abuso físico, verbal y emocional).
La carencia y las deficiencias en la vivienda, y la falta de saneamiento constituyen un
determinante reiterado del exceso de morbi-mortalidad por enfermedades transmisibles
y de violencia intrafamiliar, y una característica sistemáticamente vinculada a los niveles
de pobreza, el rezago socioeconómico y la inequidad.
Para la incorporación de la estrategia será necesario la conservación de unas
condiciones fundamentales y mínimas, como son:






la tenencia segura de su lote, pues no se va a invertir sobre una invasión que en
pleito que posteriormente vaya a ser desalojada.
La ubicación segura, diseño y estructura adecuada y espacios suficientes para
una convivencia sana, pues no vamos a invertir en una zona de alto riesgo.
Los servicios básicos de buena calidad, o al menos la garantía de su fácil
consecución y transformación mediante tecnologías apropiadas.
Los muebles, utensilios domésticos y bienes de consumo deberán ser seguros y
eficientes
El entorno debe ser adecuado y promotor de la comunicación y la colaboración.
Y los hábitos de comportamiento deberán, en todo momento, promover estilos
de vida saludables.
La implementación de la Estrategia Vivienda Saludable constituye un polo de desarrollo
social en la medida en que promueve la colaboración entre los sectores nacionales y
locales, públicos y privados involucrados con el mejoramiento de las condiciones de la
vivienda.
15
Contribuye a crear espacios de discusión, análisis, e investigación que promuevan una
visión integradora de la vivienda y su impacto en la salud.
Permite implementar políticas, planes, programas y proyectos públicos de vivienda de
interés social y desarrollo urbano que promuevan la salud.
Conlleva a promover y proteger la salud de las poblaciones más vulnerables a través de
acciones para el mejoramiento de las condiciones de la vivienda que sean sostenibles.
Fortalece las capacidades humanas, con énfasis en la capacidad de la ciudadanía para
transformar su realidad y tomar sus propias decisiones.
En la conceptualización y diseño de la Estrategia se han tenido en cuenta los aspectos
institucionales, pues para la OPS/OMS necesariamente se debe contar con el aval y
garantía de sostenibilidad de las autoridades competentes; los aspectos tecnológicos,
por el uso de las tecnologías más apropiadas para la región en la cual se ha de
implementar la estrategia; los aspecto metodológicos, pues la estrategia se puede
implementar por fases o etapas, dando oportunidad a la apropiación de recursos físico,
humanos, técnicos y económicos en la medida en que la situación lo permita; y por
último, los aspectos educativos, pues es una de las principales bases orientadoras del
sostenimiento de la estrategia y, como tal, debe estar acompañada de un proceso
académico y pedagógico adecuado, capaz de formar en su pedagogía a los
multiplicadores comunitarios de la estrategia, en el concepto de la vivienda como un
agente de la salud (ver figura).
conceptualIZACION
Y DISEÑO
APLICACIÓN
DE LA
ESTRATEGIA
DE VIVIENDA
SALUDABLE
EN
POBLACION
MAS
VULNERABLE
Aspectos de la Vivienda
• Construcción progresiva
• Disponibilidad de materiales localmente
• Clima
• Topografía ambiental
• Protección del entorno de la vivienda
• Cultura
• Prácticas y habilidades constructivas
• Uso de herramientas simples
• Procesos de autoconstrucción
• Enfoque social
• Uso de tecnologías alternativas
• Infraestructura social
• Integración a Proyectos de desarrollo
• Transporte y vías
• Riesgos naturales, tecnológicos y
sociales
• Perfil Epidemiológico
Aspectos de la Salud
SOPORTE
INSTITUCIONAL
Y LEGAL
• Política tarifaria de
servicios públicos
• Normas
• Políticas de crédito y
subsidio de vivienda
• Reglamentos
• Política de
ordenamiento
territorial y desarrollo
urbano
• Enfoque integral de
proyectos de
desarrollo
económico,
infraestructura
social, salud y
vivienda
APLICACIÓN
OPERATIVA
• Uso de tecnologías
alternativas
• Metodología social
de ejecución
• Educación,
organización y
capacitación
comunitaria
• Conformación de
microempresas de
servicios
• Fases de desarrollo
progresivo
16
Cada uno de estos aspectos: institucionales, tecnológicos, metodológicos y educativos,
son acompañados en la presentación con imágenes y ejemplos que son producto del
conocimiento práctico durante los procesos de implementación en diferentes localidades
de la región.
Como conclusión, en las adversidades es donde muchas veces se encuentra la
oportunidad del desarrollo; sin embargo, no es necesario esperar a que la adversidad
nos toque para iniciar los procesos de desarrollo y de inversión social que son urgentes
aplicar, máxime cuando en las adversidades ocasionadas por la fuerza de la naturaleza
está en juego la vida…
Descargar