Me llamo Taniperla Un mes después, vuelvo a recordar aquella tarde de abril. Ella jugaba con otros tres niños en el parque de El Retiro en la ciudad de Madrid. Parecía una pequeña actriz sobre un teatro de títeres o guiñoles. Su edad, la misma que la de los otros niños que la acompañaban, alrededor de los diez o los doce años. Sus rasgos de indígena tzeltal florecían en medio de la tarde, añadiendo un color más en el arco iris de la primavera. La recuerdo sujetando un palo corto de bambú con las dos manos, como si fuera una joven profesora ante el encerado. Iba trazando sobre el escenario hecho con el suelo de arena, todas las explicaciones necesarias acerca de su nombre, el porqué se llamaba Taniperla… — ¿A ti te gustaría ser invisible? — Mi papá que también es poeta, dice que tengo que hacerme invisible en un espejo que no tenga fronteras. trozo del espejo roto y me reflejo en él, le oigo pronunciar mi nombre. — ¿Y que te dice? — ¡Taniperla! No tengas miedo a que las palabras se caigan al mar, los hombres las utilizarán como velas de un barco para atravesar el océano o como faros esparcidos en la cintura femenina de la tierra. — Bueno, ¿y que quiere decir eso? — Seguro que son metáforas de las que sabe su padre. — Pues, que sabe muchas metáforas. Dice que si alguien nos rompe el espejo en que nos reflejamos los invisibles, no importa. En cada trozo esparcido por el suelo podemos seguir reflejándonos nosotros y nuestra lucha diaria. — ¿Y no se te han olvidado? — Me he divertido mucho... — ¡Probad vosotros con este trozo de espejo! No se pueden beber los mares, ni amarrar los vientos, tampoco se puede hacer desaparecer el sueño que refleja cada trozo del espejo roto. — Me acordaré de ti y de tu espejo, si es que sueño esta noche. — Yo no entiendo nada ¿Y vosotros? — Yo cuando en mi casa me miro al espejo, no veo esas cosas tan raras que dice Taniperla. — Mi papá es escritor. Sembró letras en el vientre de mi mamá y nacieron la T, la a, la n, la i, la p, la e, la r, la l, la a. Todas las letras necesarias para ser yo, Taniperla. — ¡Qué raro, no! — Pero, ¿tu papá está aquí? — Yo no me veo. — Y además un nombre tan largo... — Si y no. Lo mataron en la Selva Lacandona, el mismo día que nací yo. — Yo me veo más gordo. — Entonces, ¿porqué dices que te habla? — ¡No, no, no! Se trata de verse en él como una forma de caminar por la vida, con respeto e igualdad, compartiendo sentipensamientos. — ¡Claro! Mi papá dice que es como el río, en el que nos podemos bañar los invisibles de este mundo. — ¡Hasta mañana, Taniperla! — ¿Y qué que sea poeta? — ¿A quién de los tres le gusta escribir cartas? Porque, a mi papá le gusta recibirlas. Pero las tarda en abrir. Dice que de esta forma aprendemos a amar el misterio que guardan las estrellas, esas que siempre andamos buscando en la noche, hasta poder alcanzarlas para seguir caminando libres. — Pues a mi si me gusta, me suena a río. Aquella tarde del mes de abril en el parque de El Retiro madrileño, yo también me fui alejando por un sendero encendido, el de los invisibles, como ese sol del poniente que baja despacio las escalinatas blancas del estanque y se hunde como una barca de fuego dentro del agua. Los niños continuaron riéndose frente al trozo del espejo roto, mientras seguían con las caras pegadas a la de Taniperla. Después, se despidieron hasta el día siguiente en que volverían a encontrarse en el colegio. — ¿No os creéis lo que os cuento?... Si yo cojo un — ¡Os lo dejo si queréis! Este trozo de espejo roto, es como un mundo en el que caben otros mundos. ¡Hasta siempre! Mi papá vuelve a llamarme... Jesús Díez Fernández. (Madrid) — Bueno, este espejo es diferente, ¿aún no os habéis dado cuenta? Vamos a juntar las caras, a ver si en este trozo que guardo podemos reflejarnos los cuatro. Confederación General del Trabajo Comisión Confederal de Solidaridad con Chiapas de CGT www.cgtchiapas.org Sácale los colores... A tu Rebeldía Querida y querido chaval (tengas la edad que tengas), en el interior de este desplegado que tienes en la mano encontrarás un dibujo en línea para que puedas colorearlo, pasar un buen rato y seguir multiplicando su magia... Corresponde al dibujo que a continuación te enseñamos, por si quisieras pintarlo igual aunque también puedes hacerlo como a ti te venga en gana, es decir, bajo el único condicionante de tu propia LIBERTAD y REBELDÍA. Además, en la página web www.cgtchiapas.org podrás saber más de qué trata el dibujo, y si no tienes internet, pues buscas a un amigo o una amiga que sí lo tenga, que este dibujo es para compartirlo… y ahora te invitamos a que colabores también tú en su particular magia.... ¡que lo disfrutes ¡ Érase un vez... Un mural de vivos y alegres colores que apenas recién acabado fue destruido por los militares, pero que poco después reaparece, como proyectado en espejos, en diferentes partes del mundo: San Francisco, Toronto, Munich, Venecia, Madrid, Barcelona, México-DF, Bahía, Bariloche, Sáo Paulo... Un mural en el que la vida y los sueños bailan una danza contra la cual no hay ejército que pueda combatir... Un mural pintado por los indios Tzeltales del municipio autónomo y rebelde Ricardo Flores Magón, en Taniperla, Chiapas, México, el mundo. El Mural Mágico En un lugar del sureste mexicano, de cuyo nombre no podemos olvidarnos, Taniperla, no hace mucho tiempo que hubo un bonito mural pintado por quienes de allí son y están, resistiendo con valentía y dignidad a la guerra de exterminio que sufren desde hace siglos. El mural lo hicieron para decorar su casa municipal y en él quisieron representar tanto lo cotidiano de sus comunidades indígenas como también las esperanzas e ilusiones de sus habitantes en un futuro mejor, por lo que decidieron llamarlo “Vida y Sueños de la Cañada Perla”. Representa, por tanto e idealizada, la vida de los pueblos de la cañada... Casas, comunidades de familias distribuidas entre un ecosistema de frutales, prados, sembrados, flores, jaguares, caballos... Ríos que corren bajo un cielo luminoso adornado con brillantes estrellas, mariposas y un sol y una luna que sonríen... Podríamos decir que se inicia con el amanecer, mirando el mural desde la derecha o con la Madre Tierra, simbolizada en la figura de una mujer indígena, si se mira desde la izquierda. En ella se representan tanto el paraíso celestial como el terrenal; la frontera es su cintura; arriba el firmamento, abajo el mundo... Al lado se elevan dos grandes peñascos: son senos nutricios... Bajo uno de ellos un hombre cultiva la planta sagrada: el maíz... Como símbolo de la unidad religiosa hay una casa modesta con techo de lámina: es un templo con un pebetero. No es de religión alguna y es de todos... …/ Esta es pues, la historia de muchas historias; la historia de un mural que es al tiempo un espejo, muchos espejos, con la facultad prodigiosa de reflejar en diferentes puntos del planeta a unos hombres y mujeres invisibles, los indígenas mexicanos, su vida y sueños; un mural, un espejo, que también reproduce la vida y los sueños de quien le da color en algún rincón del planeta y en el que todo aquel que se mira ve reflejada una persona mejor, capaz de creer todavía que es posible un mundo también mejor; un mundo en el que quepan todos los mundos, conviviendo como iguales desde la diferencia, con justicia, dignidad, tolerancia y en paz. (Continúa en www.cgtchiapas.org) Dibujo en línea realizado por Mónica y Rose Edita: Comisión Confederal de Solidaridad con Chiapas de la CGT. Autorizamos y animamos su reproducción por cualquier medio.