02.MP provinciales y relaciones

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6 octubre, 1999
20 septiembre – 17 octubre
Grottaferrata, 1.999
RELACIONES CON LAS HERMANAS
Y LAS COMUNIDADES
Con las hermanas
El capítulo 12 de las costumbres comienza recordando el artículo 95 de las primeras Constituciones: “La Madre Provincial debe tener, tanto como sea posible, las cualidades requeridas
para la Madre General...”. Para María de la Pasión, estas “cualidades requeridas” no eran un
hecho adquirido: se ejercitaba ella misma día a día. Y es por esto que podía, escribiendo a las
responsables -y en particular a las superioras mayores- decir como decía San Pablo: Haced
como yo hago.
Tenemos a esta respecto el testimonio dado por M.M. Colombe en 1919 en el Proceso Rogatorio de Roma1:
“No me mandaba nunca duramente, sino siempre con respeto y gran delicadeza; y de la manera que actuaba personalmente, quería que las otras superioras actuaran igual. Cuando me
nombró superiora, me recomendó no mandar nunca con tono autoritario. (...). ‘Actuando así,
hará la obediencia agradable, y evitará que se ofenda al Señor’.
Era justa hasta en las pequeñas cosas. Si una hermana era acusada ente ella, tenía que asegurarse primero de la exactitud de esta acusación. Si era fundada, hacía las corrección necesaria, pero tratando de no desalentarla, explicando solamente los errores que había tenido hacia el Señor. Si encontraba que la acusación no era fundada, exhortaba a aceptar este disgusto por amor de Dios. Me ocurrió a mí misma dos veces, Mére me escribió (porque no estaba
allí), para saber si lo que se me acusaba era verdadero.”2
Estas líneas resumen bastante bien las enseñanzas dadas por ella a las superioras mayores a
merced de las circunstancias, repercutiendo a su vez en la formación de las superioras locales,
teniendo como actitud de base el respeto de las personas:

Como María de la Pasión, saber a la vez reprender y animar.
 Es lo que hacía con relación a M. de Ste Cécile que actuaba con poca habilidad con
dos hermanas de su provincia: se coloca ella misma en al número de las que pueden
cometer errores. No hay que maravillarse cuando eso nos ocurre:
1
M.M. Colombe de Jésus: una de las fundadoras de la leprosería de Biwasaki (Japón). Conoció a María de la
Pasión a los 19 años, en 1890, después la volvió a ver varias veces antes de su parida para Birmania, y una última vez en la Congregación general de 1903. Hay 143 cartas de María de la Pasión a M.M. Colombe
2
Cf. Positio vol. II, pp. 1518 ss.
“Dicho esto, mi pequeña Cécile, nada está perdido, esto no destruye muchas buenas
cosas que ha podido hacer en Portugal; podemos hacer 98 cosas bien, una pasable y
una que sea un error, Dios puede permitirlo, para mostrarnos que no somos impecables y mantenernos en una santa humildad.”3
 Algunos días más tarde, tuvo la ocasión de exhortar a M. de Ste Cécile a tener la
misma actitud de misericordia hacia una superiora local un poco independiente, y que
toma mal ser descubierta:
“No espere atraerla fácilmente, no le trata mejor de lo que trata a las otras. Como no
falta absolutamente de corazón y de inteligencia, es preciso tratar de atraerla con
dulzura.”4
 Una superiora no supo relacionarse con sus hermanas y el resultado no fue brillante.
Esto no es una catástrofe. Lo importante es sacar lecciones de la experiencia para actuar otra vez con más sabiduría:
“Hija mía, humildad, obediencia, desconfianza de su precipitación, prudencia, con
todo esto, espero que, ayudada del pasado, mi querida hija se hará santa. Deje el pasado al buen Dios, pero que le quede esta lección que para conducir las almas, no
con muchas palabras se encuentra al Señor.”5

Como ella también, saber pedir perdón
 María de la Pasión debió hablar un poco firme a M. de Ste Cécile por algunos asuntos
y se da cuenta que no supo, esta vez, hacerlo con bastante dulzura:
“Le he causado pena, pobre hija mía, repitiéndole lo que me escribió. No lo quería,
¿pero como hacer, mi querida pequeña Cécile? Los asuntos son asuntos y es necesario tratar bien los asuntos. Finalmente voy a rezar y a hacer mejor otra vez.”6

Recordarse de que no todo el mundo está llamado a seguir un mismo camino
Es, en suma, una llamada a reconocer y aceptar el pluralismo en el seno de una vocación común. Actuar de otra manera llevaría a la intolerancia.
 En sus inicios, el Instituto había revestido una forma monástica con sus prácticas de
austeridad, que encontrarían un apoyo en la pobreza franciscana, reforzada todavía por
las dificultades pecuniarias. M. des Sts Apôtres, en el ardor de su juventud y de su reciente profesión perpetua, impuso a las casas de Ceilán un régimen un demasiado frugal, que las hermanas del hospital de Colombo, sometidas a un duro trabajo, debieron
soportar mal. No hay que exigir más de lo que se pueda llevar: La santidad puede encontrarse en otras formas de austeridad, en particular en la vida misionera y sus
“pruebas”:
“Recuerde que hay diferentes caminos para llegar al Cielo. Marie de St Prosper y
usted, están destinadas a (...) una observancia particular de la Regla, pero soporte
3
15 diciembre 1897
19 diciembre 1897
5
A M.M. Antoine de Padoue, que tuvo en Ceilán cargo de autoridad
6
5 abril 1896
4
2
que las demás caminen por otro camino y que, en los trabajos de las misiones, busquen algunos “endulzamientos” para su salud. Marie Emmanuel7 recibió de Dios un
corazón muy tierno y se ocupa como una abuela de las necesidades materiales de
sus pequeñas, halagando su gusto para hacerles comer. (...) Un poco de vino, un plato un poco más rebuscado, debido a los estómagos fatigados por el calor, no es un
gran crimen y es preciso que ustedes dos sean bastante amplias para que vean hacer
de distinta manera qe usted hacen, sin escandalizarse y pensar que todo está perdido.”8
 En las relaciones interpersonales con las responsables y hermanas, saber tener en
cuenta los caracteres y temperamentos diferentes
M. Amata tiene un superiora “un poco tiesa”, que la bloquea: “creo que la frialdad
es un mal medio para tratarla, es una hija que por el contrario debe tomarla, por el
corazón (...) Es necesaria la comprensión.”9
 Esto requiere al mismo tiempo, tener en cuenta su propio carácter, para armonizar la
relaciones
Marie de Ste Cécile tiene un carácter muy vivo, que le hace a veces una mala pasada. Con relación a dos hermanas que no ha comprendido y con las que ha tropezado, María de la Pasión trata de abrirle los ojos:


“Creo que la verdad sobre Benoîte, es que ustedes no se han comprendido.” Esto le impide ser ella misma. “Cuando usted haya hecho que se encuentre a gusto,
tendrá la verdadera Benoîte. Para esto, es necesario que sienta en usted una madre, una amiga. Es una naturaleza que tiene necesidad de sentirse a gusto.” Pero
un poco más tarde, es preciso recurrir a los grandes medios: “Le he dicho ya (...)
que no creía que que fuese posible que Benoîte y usted vivieran juntas. Ustedes
no se comprenden y se hacen sufrir mutuamente. (..) No busco, le aseguro, poner la culpa ni en la una ni en la otra. Benoîte se debilitará y morirá probablemente (...) usted no puede quererlo, ni yo tampoco.”10
Marianna es nombrada socius” de M. de Ste Cécile y hará el ir y venir entre la
fundación de Madera y Lisboa. En esta última casa, será mejor que no se quede
demasiado tiempo, porque “No quisiera que la desaliente. (...) Es un alma santa
que no debe casi comprender la vivacidad. Para que mi Cécile tenga esta dulzura que posee la tierra, la bendigo.”11
A pesar de que su carácter tan vivo, M. de Ste Cécile puede dejarse coger en la
trampa del sentimentalismo. Y porque Christine tiene a su vez distinto carácter que
las otras dos, con ella es preciso mostrar una cierta firmeza:
“Créame, no es necesario que caiga en la sensiblería con relación a usted, la ablandará, la alejará de sus deberes, y esto será todo.”12

Dos “manejos” a desbaratar, porque son nefastos para el conjunto: halago y chantaje (cf.
Costumbres Art. 44). Ceder es debilidad.
7
Superiora del hospital
28 julio 1894
9
A. M.M. Antonia, abril 1903
10
1897
11
Id. ?
12
15 diciembre 1897
8
3
 El halago es todavía una trampa en la cual se puede caer fácilmente y que no es un defecto
de carácter, sino una habilidad: ciega, y es un medio sofisticado para llegar a sus fines:
“No creo a Bom Jesus mala, sino ahora la creo muy pegajosa. (...) No me gusta la
frase que Bom Jesus le dice de sus ojos negros, que dice impresos en ella. Esto es
muy humano. Encuentro ridícula esta frase que Madre superiora tiene necesidad de
usted. Es un halago y le confieso, mi pequeña Cécile, que me parecería muy peligroso que ella le imponga su manera de ver. Le prometo que no tengo ganas de confiarle la casa de Madera.”13
 En cuanto a M. des Sts Apôtres, se ha dejado prender por el chantaje. María de la Pasión, le advierte firme aunque sin dureza:
“Ha sido débil, pero debe sacar una lección que le sirva para toda la vida. (...) Si era
M. Salvator14quien la arrastraba, todo le irá mal. Si le hablo tan seriamente, hija
mía, es que la amo con ternura.”15
Pero la lección no basta. M. Salvaror recibe su cambio para Coimbatur en septiembre. Se aferra a Moratuwa; y a su lugar, M. des Sts Apôtres hace un viaje imprevisto
e inútil a India, para encontrar a la provincial y conseguir que la asistente se quede
en Ceilán. De aquí viva reacción de María de la Pasión:
“Su última carta me ha apenado. Me parece que este viaje a India no era necesario.
(...) Si (M. Salvator) ya ha venido a ponerle la pistola bajo la garganta diciendo:
‘déjeme aquí, o yo dejo a Dios y traiciono mis votos’, le compadecería profundamente, pero yo no haría nada por ceder, porque estas maneras de actuar perderían al
Instituto. Rápidamente, perdería la Misión de Ceilán, sobre todo mi pobre Sts
Apôtres, sabiendo resistir tan poco. (...) Es necesario enviarla inmediatamente a la
India, si no ha partido, y si rechaza, que vuelva a Europa.”16
Durante este mes de noviembre, María de la Pasión no ahorra ningún esfuerzo para
hacer comprender sus errores a la superiora de misión. Le escribe todavía varias veces a este respecto.
“Si hubiese sido más firme, ella habría partido hace mucho tiempo de Moratuwa y
siento que mi Sts Apôtres sea débil de corazón. Entonces, hija mía, el pobre Jesús
pasará incluso en los asuntos, después de la criatura. Pídale fuerza y prudencia.”17
“Creo que después de un año, ella se ha acostumbrado a hacerle hacer sus cuatro
voluntades. Trate de aprovechar esta experiencia.”18

Otra actitud que no es siempre fácil evitar: dejarse dominar por sus simpatías
 Una simpatía no se impone. Es algo natural y buena en sí. Si la simpatía no existe, no
habrá amistad. Pero, sobre todo en una superiora no debe arrastrar a tener preferencias, que a su vez, engendran marginaciones
Una hermana, en Ceilán, se encuentra en dificultad. M. des Sts Apôtres no la abruma, sino que la invita a profundizar su intimidad con el Señor: “Dirija usted su piedad, su conciencia, su amor de Dios. Para ella y para las demás no sea pequeña, con
13
16 abril 1900
Asistente en Moratuwa
15
14 julio 1892
16
3 noviembre 1892
17
9 noviembre 1892
18
19 noviembre 1892
14
4
un poco más de amplitud, conseguirá más para devolver la paz y la caridad a Ceilán. Su gran falta, esté segura, es haber demostrado demasiada preferencia por Salvator y Wulston, de haberles dejado apartar a las demás. (...) Las que ama menos no
deben sufrir por ello. Esto no impide que usted pueda decir la intimidad sólo a quien
usted tiene confianza. Pero María de la Pasión sabe cuantas veces una superiora
mayor puede sentirse aislada, con problemas delicados que le exigen una entera discreción y añade: “No podría encontrar un padre con el cual pudiera hablar en confesión, para recurrir a él en ciertos casos.”19

Cultivar la confianza recíproca y una cierta intimidad será el mejor remedio al sentimiento de aislamiento que se puede experimentar en misión:
 María de la Pasión lo recomienda con frecuencia: que la provincial suscite y mantenga, cuanto sea posible, esta confianza e intimidad con las superioras locales. Las Costumbre insisten en ello:
Que la provincial “se ocupe de las superioras locales con una atención muy particular y las considere como la parte más preciosa de su rebaño. Que trate de inspirarles
una confianza y un afecto sinceros, para que su influencia sobre ellas sea la de una
madre que consuela y sostiene, antes que la de una autoridad encargada de controlar
a sus subordinadas:” Así es como, podrá ayudarles a formarse, ellas que deben ser
“el alma de (su) pequeña familia y la vida de las obras en las cuales trabajan las
nuestras.”20
 Tendrá la misma actitud hacia las hermanas de su provincia, eclipsándose ante las superioras locales en lo que concierne a la animación y acompañamiento espiritual. Pero deberá
velar discretamente sobre la manera como ellas la aseguran, guiarlas cuando haya necesidad, o suplirlas momentáneamente.21
- Y buscará, en particular, establecer vínculos de conocimiento mutuo y de confianza con
las jóvenes:
A M.M. Antonia, Madre Fundadora escribe: “Dejaría las tres estudiantes en Meliapur, porque Celeste será vuestro brazo derecho y les enseñará a amarle. Mientras
que en Ooty y Coimbatur, no darían bastante su corazón y es necesario que poco a
poco usted tenga el corazón de toda esta juventud.”22
 En las provincias grandes, donde la distancia o la multiplicidad de países no permiten
los encuentros frecuentes, las que cooperan con la provincial deben suplir su ausencia
y tener, en unión con ella, la misma preocupación de acercamiento de superioras y
hermanas.
A su llegada a India, a M.M. Antonia, entonces superiora en Ooty, le cuesta trabajo
adaptarse a su nueva misión donde encuentra muchas dificultades, pero también en
entenderse con su provincial, en lo que concierne a las realidades locales.

Cae enferma. María de la Pasión le asegura que no es nada grave, como le dice
también el doctor, pero que tantas dificultades a la vez la tienen “hundida”. Le-
19
2 junio 1894
Cf. CS. 47-50
21
Cf. CS Art. 45
22
19 julio 1899
20
5




vántese, hija mía, se lo suplico. Abra su corazón a M. Britto.23 La nombro su
mamá en India. (...) Le prohibo absolutamente trasnochar, debe comer bien y
distraerse.”24
Un poco más tarde, las noticias son mejores: “Estoy contenta (...) y espero que
irá de mejor en mejor. Será lo mismo si (...) se abre bien a Madre de Britto, como a una Madre amiga.”25
Las dificultades provienen también de que el alejamiento no permite a la provincial seguir la evolución de los acontecimiento y comprenderlos objetivamente, y además le dieron falsos informes: “Estoy muy contenta de que haya conocido a M. de Britto. Es necesario que le escriba todas sus penas y sus obstáculos,
sobre todo si Madre provincial está en causa. Le dará un buen consejo de mamá.”26
Pero la muerte de M. de Britto vuelve a cuestionar todo. Además de la pena que
siente, María de la Pasión se preocupa de M. Antonia: “Qué viniera a acabar de
asustarse. Le había conocido y comprendido, querida M. de Britto, y esperaba
que le ayudaría a vencer la melancolía que le es un poco natural, había hecho
todo por unirlas a las dos y sobre su unión, había construido en espíritu la prosperidad de la Misión. (...) ¡Cómo me hace sufrir esta muerte! Rece mucho por
mí que yo rezo por usted, porque adivino la pena que siente.” Y le pide decirle
con toda sinceridad, si piensa que un cambio de casa le haría bien.27
“Más vale prevenir que curar”. El cargo de la provincial es también una cargo de vigilancia.
 A M. Antonia, la fundadora le pide que haga cambios:
Un doctor en el hospital, está mal dispuesto hacia las nuestras, porque una hermana
“ha debido hacer algo contrario a la estima que tenía a las religiosas.”
Para otra, se trata de vigilar que no esté nunca sola con un padre que tiene demasiadas atenciones para ella. Sería necesario hablarle discretamente al obispo.
Una tercer en otra casa, tiene el mismo problema; es la superiora. Es necesario advertir, prevenir también al obispo en confidencia. Y si no retira al padre, es la responsable quien debe salir. “Es cierto que si ha dejado a su corazón enredarse, está
acabado. Regla general, no se llega sino por la separación a encontrar la libertad del
corazón.”28

Un caso espinoso, una crisis a orientar: ¿cómo comportarse cuando se es superiora mayor
joven, y una superiora local mayor es causa de perturbación en su comunidad?
 M.M. Emmanuel, superiora de St Pierre en Colombo, actúa con independencia y sin
gran unión con sus superioras (incluida la general); por el contrario habla mucho con
Monseñor y los padres, se queja de falta de personal religioso, de alimentos, de material; de aquí situación confusa en la casa, y recurso de algunas hermanas a la vicaria.
María de la Pasión va a seguir de cerca, con su correspondencia, la evolución de la situación, aclarando y alentando a M. des Sts Apôtres.
23
Una de las primeras compañeras de María de la Pasión, y en este época vicaria provincial en India
26 diciembre 1895
25
21 febrero 1896
26
28 marzo 1896
27
18 abril 1896
28
4 abril 1903
24
6
Un primer principio: “Todas deben entregar a M. Emmanuel lo que le es debido
como superiora, en tanto que ella lo sea.”. Nada de habladurías entre sí, lo que no
haría sino envenenar las cosas. Sin embargo, dada la situación, pueden pedir consejo, si están apuro, a una de las hermanas, con experiencia y buen juicio. Sin embargo “a usted, nuestras hermanas deben decir todo y hablar, con una gran libertad, de
lo que ellas sufren y de lo que ven mal en el hospital, incluso de Emmanuel. Usted
es una superiora mayor, y es con usted con quien estas pobres hijas pueden desahogar su corazón y encontrar la fuerza de observar sus votos. Usted debe impulsarlas
al respeto y a la obediencia a M. Emmanuel, impidiéndoles hablar entre ellas de esta
Madre y de las que la siguen en su ceguera, pero preservándoles de esta ceguera. Es
claro que no pueden hacerse dirigir por una superiora que no se da la pena de corresponder con su Instituto y conmigo. Ser demasiado íntimas con ella sería evidentemente alejarlas de su Instituto.”29
No es necesario por tanto dejar caer a M.M. Emmanuel: “No la huya, sea muy buena pero muy religiosa. Es a fuerza de dulzura y perseverancia, siendo firme sobre la
unión con el Instituto, que se podrá atraer a esta pobre alma que, floja siempre, sin
embargo no era mala.”30 La caridad sencilla no es suficiente. “Haga lo posible por
meter un poco de “elástico” ¡qué feliz sería si pudiésemos convertirla! Seguramente
que ella sufre y no ve que hace sufrir.”31
Al mismo tiempo, lo que se pide hacer a las demás, hacerlo ella misma: respetar su
autoridad de superiora local. M. des Sts Apôtres debió hacer un cambio de capilla
sin, puede ser, referirlo a ella: es falta de prudencia. “No debe hacer actos de autoridad para las cosas de la casa, sin contar con ella y, si esto la aflige y no es necesario,
es mejor renunciar a ello, si no le agrada. Conserve su autoridad para las ocasiones
en que no se pueda, sin faltar al deber, evitar actuar.”32
En febrero de 1894, se estaba a punto de hacer un cambio de superiora, “cuando
llega una carta de M. Emmanuel, verdaderamente buena y sumisa.” Se va pues a diferir el cambio previsto: “N.S. dijo ‘no se puede apagar la mecha que todavía
humea, no quebrar la caña medio rota’, nuestro deber es pues tratar de convertir a
la pobre querida Madre, que es una de mis primeras hijas y por consiguiente, de
gran precio para el Instituto. Temo que algunos padres busquen alejarla de nosotras,
tratemos de hacerla volver a fuerza de afecto.”
Las hermanas no busquen ciertamente dirección en ella, mientras no se convierta
del todo. Pero que todas tengan hacia ella “afecto y deferencias”.
La joven vicaria esta invitada a pedirle eventualmente consejo, a pasar por ella para
comunicar algunas cosas al obispo y a los padres “Demuéstrele que, si usted es su
superiora, tiene sin embargo para ella los sentimientos de una hija (...) Qué gracia le
concederá Dios si puede devolver al Instituto el corazón de una de sus fundadoras, y
que gozo dará a su pobre Madre.”33
En junio del mismo año, M. des Sts Apôtres está invitada a dejar mayor amplitud a
una y otra hermana para hablar íntimamente con M. Emmanuel. M. de l’Incanation
está bastante cercana a ella: es una hermanas que “ama su Instituto, (...) déjela libre
en sus relaciones con Marie Emmanuel, con tal que sea usted lo que debe ser. Cuanto más amplia sea usted, mayor bien se hará. Es pena que la vicaria no haya entablado una cierta intimidad con M. de l’Incarnation cuando estaba en su casa. “Es
29
22 diciembre 1892
Id.
31
2 enero 1894
32
22 diciembre 1892
33
9 febrero 1894
30
7
necesario hacerlo ahora, (...) no tanto para orientar las relaciones con M. Emmanuel,
sino para inspirar el amor a Dios y el respeto a la autoridad en la orden.”34
Al mismo tiempo, hay que reconocer que algunas quejas de M. Emmanuel, orquestadas por el Obispo, no son sin fundamento, aunque se hubiera debido hacer de otra
manera: “Monseñor y Madre Emmanuel tienen razón al decir que el cargo hospitalario es fatigoso y que no tienen todo el personal que sería necesario, poco a poco
esto llegará. (...) Usted no se preocupe tanto de sus faltas a la pobreza para la alimentación. (...) es necesario ser un poco amplia, sin dejar de ser religiosa.”35
Al finalizar este mismo mes de junio, María de la Pasión hace el resumen en tres
puntos, de la situación en St Pierre: a M. des Sts Apôtres, meditar al pie del Tabernáculo:
1. M. Emmanuel ama su Instituto, aunque es un poco independiente ante sus superioras y tiene demasiada intimidad con el Obispo y con los padres. Pero estos son
buenos religiosos. No hay peligro, solamente pequeñas miserias humanas. “Lo mejor (...) es poner fin a todas estas desconfianzas, estas inquietudes de lo que se dice,
de los informes. Esto agita y aumenta la falta de unión.”
2. Para M. de l’Incarnation, dejarla muy libre de ir a M. Emmanuel; pero al mismo
tiempo, “impulsarla a trabajar la caridad, a acercar a Madre Emmanuel a usted al
Instituto, a estar ella misma muy unida a su Instituto, a sus superioras”; pero no
asustarla al mostrarle las cosas negras: tomarla por el corazón.
3. Una hermana de St Pierre, en particular, bosqueja un cuadro demasiado sombrío
de la situación: es buena, pero su carácter la lleva a ver en todo la “pequeña bestia”:
“Hija mía, no dejemos hacer. Madre Emmanuel, volviendo a mí, ha estado lejos de
mostrarse una santa. Usted y las vuestras, no lo han sido tampoco, pero lo sean en
adelante, (por) su obediencia, su humildad, su condescendencia hacia la pobre M.
Emmanuel, más desgraciada que ustedes”.
Se presenta un caso concreto: van a llegar hermanas de refuerzo para el hospital:
que M. des Sts Apôtres no lo anuncie directamente a Monseñor y a los doctores,
“pero prevéngalos por M. Emmanuel, esto la agradará”36
En el mes de julio, finalmente, la situación comienza a ceder. María de la Pasión
asegura a M. des Sts Apôtres que M. Emmanuel y M. de l’Incarnation le han escrito
cada una carta “muy gentil hacia usted” Le invita todavía a la amplitud de espíritu:
hacer observar la Regla, y no desear saber todo en detalle. “Nos mostremos amplias.
Ya ha mejorado, es necesario llegar a mucho mejor, para esto, muéstrese muy alta
sobre la miserias ordinarias. Jesús la quiere santa, grande.”37 Llegará, “a fuerza de
humildad y valor.”38
Finalmente, “quiando a las nuestras, deje a Madre Emmanuel la gloria de los asuntos y los informes al exterior. ¿Qué nos hace esto?”...39
Esta cita es un poco larga. Pero me parece interesante, para mostrar a que discernimiento y a que estrategia María de la Pasión invitaba con gran paciencia, en un caso
particularmente difícil y delicado.
34
9 junio 1894
Id.
36
24 junio 1894
37
8 julio 1894
38
20 julio 1894
39
28 julio 1894
35
8

Para terminar este tema de relaciones con las hermanas, dos consideraciones más prácticas concernientes a su misión:
 Esto no es contrario a su compromiso a la misión en disponibilidad total, teniendo en
cuenta sus fuerzas y posibilidades:
M Agnès fue enviada a la provincia de Gran Bretaña. No puede hacerse al clima, y
escribe a María de la Pasión, que explique a M.M. Eugène su decisión de sacarla:
“Le envío unas palabras de Agnès. Me da miedo. Creo que es totalmente necesario
devolverla al sol. (...) Diga al obispo que Agnès ha escupido sangre, y ha querido
absolutamente volver a un clima más cálido, que, como es nacida en India, no hemos podido rehusarle.”40
 En un tiempo en que la mujer no tenía diplomas, María de la Pasión alienta a hacerles
pasar los exámenes que las cualifica para su misión:
En India, “Martine y Monina son inglesas, Amata es anglo-canadienses y sabe inglés. Sería necesario al menos que puedan pasar un examen que les dé el derecho a
enseñar, aunque sea lo más elemental y que una pueda ir a Conoo, si se pide escuela.”41
En Inglaterra, se piensa abrir una pequeña escuela: “Me parecería muy bien que las
nuestras pasen el examen necesario para esta pequeña clase.”42
Relaciones con las comunidades
Aquí, la cosecha será menos abundante, pero no menos importante. Se referirá de una parte a
las visitas a las comunidades y de otra al deber de “velar” por la relaciones en ellas.

Las visitas
 El empleo del tiempo de la superiora mayor debe permitirle cumplir su deber de visitar las comunidades
Las casas de Inglaterra aumentan. La vicaria, M.M. Eugène, es responsable de la
casa de Londres, María de la Pasión le envía refuerzo y le escribe: “No es una asistente la que usted recibe, sino una superiora de Londres, es mucho mejor. He aquí
Newcastle que se va a fundar, es preciso que tenga entera libertar para circular.”43
 Por ella misma o por otras, la provincial asegurará la visita frecuente de las comunidades, sobre todo cuando están en dificultad:
“No será necesario quedarse mucho tiempo sin ir a a Birmania. Augusta y Celeste
son jóvenes, el hospital destruye, y Norbert no está allí... Pero usted no tiene necesidad de estar mucho tiempo y podría arreglarse así: Damien y usted ir cada una,
una vez por año. De esta manera, quedándose allí 15 días o tres semanas, no estarían sino cinco meses y medio o cuarto sin tener Visitadora. Podría también enviar a
Nobert en su lugar esto sería igual porque es muy seria.”44
40
17 enero 1904
A M.M. Antonia, 19 julio 1899
42
A M.M. Eugène, 8 octubre 1901
43
Id, 12 febrero 1904
44
A M.M. Antonia, 24 noviembre 1900
41
9
M. de Ste Cécile está retenida en Europa y no puede ir a Mozambique. La Fundadora envía hermanas, que serán acompañantes de M. de Jésus como visitadoras. “Me
gustaría que M. de Jésus condujese todo su mundo, para colocarlo. Ella también ha
tenido un momento de miedo a este cargo de Visitadora, pero ahora está bien y esto
será un gran bien para Beira, que una antigua misionera vaya a verla.”45
 Cuando se trata de fundación, es necesario ir a ver una misma y darle todo el tiempo
necesario
¿Se propone una fundación? “Para esta fundación en Irlanda, puede ver. Vaya usted
misma.”46
“Me parece que este año es preciso quedarse en Birmania lo más posible, para dar
un poco de impulso a estas misiones importantes.”47

Lo que es importante vigilar
 En una misma provincia, vigilar con delicadeza el equilibrio en personal religioso entre las comunidades y los países:
Por supuesto, va a haber que hacer cambios en las casas de la provincia; pero “no
habría que agotar demasiado a Birmania, han pagado los viajes de sus hermanas, y
empobrecerles por la India no sería delicado. Cuando se toma es necesario tratar de
dar. Por lo demás, voy a tratar de enviarles gente.”48
 Vigilar porque la comunidades tengan bastante espacio para vivir. Es necesario para la
armonía y la salud:
En Moratuwa: “Me parece (...) que no puede quedar tan numerosa. Haga una sala de
tierra para el verano, si es necesario, y que no tenga la casa (que se desea adquirir)
pero no haga imprudencias de quedarse amontonadas.”49 Un poco más tarde: “Tengo mucho miedo del calor por la salud, y, en su lugar, haría construir un edificio
cualquiera en tierra y palmera, un poco lejos para las huérfanas.”50
 Vigilar la salud y la alimentación:
Su juventud, su ascetismo, su falta de experiencia y también de dinero han llevado a
M. des Sts Apôtres a medir demasiado lo que daba para vivir, sobre todo a la comunidad de Colombo. “No turbe su alma. (...) Solamente, muy querida hija, aproveche
de la experiencia y cada día hagan mejor cada una Su divina voluntad. Vigile la
alimentación y la salud.”51
M. Ste Cécile, por su lado, aprieta también los cordones de la bolsa: “¿Es verdad
que usted ha sumido a las pobres postulantes en la prueba de no comer sino la sopa
de repollos picados? ¿Cómo quiere, por ejemplo, que Assumpçaô soporte una vida
semejante? Para usted misma, una de las causas de su gran desfallecimiento debe
ser la debilidad resultante de una tal alimentación, a la cual no están acostumbrada”.
45
17 febrero 1902
A M.M. Eugène, 8 octubre 1901
47
A M.M. Antonia, 15 febrero 1899
48
A M.M. Antonia
49
A M.M. des Sts Apôtres, 1º marzo 1895
50
29 marzo 1895
51
2 junio 1894
46
10
Y la invita a mejorar lo ordinario con los recursos que ya tiene, buscando un trabajo
remunerado.52
 Razón de más para vigilar que cada casa encuentre recursos y llegue a ganar su vida.
María de la Pasión exhorta varias veces a las superioras mayores, ella que ha hecho
tanto para encontrar recursos para el Instituto naciente. Aquí, constata con satisfacción que Moratuwa va a poder sin duda, no solamente vivir, sino estar “incluso a
gusto, si el pensionado funciona y pudiésemos instalar escuelas secundarias, un taller de bordado y uno de pintura”. Al mismo tiempo, es realista: “Esto vendrá poco
a poco, pero todos los recursos del Instituto no pueden presentar en un día , es necesario tiempo.”53 Todo está en trabajar.
 Pero hay una cosa muy fundamental todavía y sin duda muy difícil, a la cual se trata
de vigilar: las relaciones interpersonales en el seno de las comunidades.
Se necesita a la vez bondad y firmeza; decir la verdad sin herir, y dar confianza, para
conseguir un clima de amor y apoyo fraterno, alegre y franco, que no verse en el sentimentalismo y la afectación.
El ejemplo que proporciona aquí la correspondencia es especialmente delicado,
porque concierne a la responsable local de Moratuwa y enfermera. María de la Pasión trata de desenredar el asunto con la provincial, en un intercambio continuado:
 “Recibo una carta de Rédempteur (la enfermera) diciéndome que Prosper tiene
una enfermedad en el tejido del cerebro.” Evidentemente, no es cualquier cosa.
Pero María de la Pasión no se alarma demasiado pronto: “Es posible, pero es
también de temer a que sea un estado histérico causado por su afecto por Rédempteur”.
 Dos días más tarde, llega una nueva carta, más urgente: “Recibo un nuevo correo de Ceilán (...). Temo que toda la enfermedad de St Prosper sea un amor por
Rédempteur, que encuentra un goce en no vivir sino para ella y se anula ante
ella. Me parece urgente separarlas. (...) Que Dios nos inspire.”
 Después de tres semanas, no habiendo tenido lugar la separación, se está siempre en la misma situación y María de la Pasión vuelve a la carga. Sin duda, no
está en el lugar para ser categórica; pero su “convicción, (...) es que St Prosper
no tiene sino la flojera causada por el excesivo dominio ejercido sobre ella por
Rédempteur.” Es necesario poner los medios: “Si la salud de Prosper le obliga a
quedarse en Moratuwa, es preciso alejar a Rédempteur por un tiempo, diciéndole la verdad, que estamos convencidas de que Prosper curará mejor no estando
junto a ella, que esto la debilita. Bien entendido que, en tanto que esté enferma,
Proper no debe tener ninguna autoridad, y Mansuy toda la autoridad de superiora.”
 El diagnóstico del médico se une al de María de la Pasión: la enfermedad de St
Prosper es de origen nervioso. Y he aquí la pequeña lección para la provincial:
“Sí desde el inicio, hubiera sido separada de los cuidados excesivos de Rédempteur, esta enfermedad no hubiera venido, No hay sino un medio para curarla, es
separarla de Rédempteur”, que es preciso tener el valor de afrontar como superiora, a pesar de las reacciones previsibles: “Tendrá ciertamente un mal momento cuando se la sacará, y Rédempteur también, pero no se llegará a nada bueno
en tanto que Prosper la tenga a su lado”, conviene igualmente poner dulzura ante la verdad: “Puede decirle de todas las maneras a Prosper que no estoy enfada52
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24 noviembre 1895
A M.M. des Sts Apôtres, 25 abril 1895
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da, sino que, seguramente, es necesario para su bien que sea tratada por otra en
lugar de Rédempteur...Ellas han debido hablar en la tarde, la noche y todo esto
es muy desquiciador para los nervios.”
Esta solución no llega a realizarse. Será pues la responsable la que hará un viaje
a India esto le cambiará las ideas; y será la fundadora quien se va a colocar ante
la realidad: “Lo mejor es que Prosper haga un viaje a Meliapur, allí le escribiré
la verdad, en Ceilán es ahora imposible.”
Así fue sin duda. Mes y medio más tarde, la cosas se han calmado. La confianza
no se le ha retirado a St Prosper; es cuestión de ponerla de vicaria provincial en
Ooty, lo que la llevaría a ir de tiempo en tiempo a Ceilán. Esto a condición de
que se le diga bien la verdad, que la liberará: Pero para esto se necesita que se
gane completamente a Prosper. Es excelente, pero débil. Es preciso comunicarle
todo lo que se (dice) de ella y de Rédempteur, diciéndole que no tiene ningúa
reproche a hacerse, sino que su carácter no muy enérgico ha sido debilitado por
la enfermedad, que era una enfermedad de nervios que no se curaría junto a Rédempteur que la dominaba completamente. (...) Es imposible que Rédempteur y
Prosper se encuentren habitualmente juntas. (hay que decirle esto a St Prosper).”Sin embargo, para llegar ahí, falta todavía una condición: un tiempo de intimidad con la provincial, para que ninguna nube subsista: “Es muy necesario
que Prosper esté un tiempo junto a usted. Si esto pudiera ser en Mont St Thomas, muy bien. Cuando su alma esté serena, su cuerpo lo estará también.”54
Finalmente, a fuerza de paciencia, de firmeza en la claridad y de confiada dulzura todo va a terminar bien: M. St Prosper será delegada de la provincia en la
Congregación general de 1903. En cuanto a Rédempteur, María de la Pasión escribe el mismo año a M.M. Antonia: “Estoy muy contenta. Que (ella) vaya mejor. En este viaje en común, ustedes se han conocido y creo que es un bien para
ella. Pienso que, si poco a poco pudiera hacer de ella una especie de secretaria,
esto estará bien. (...) Pero no es una orden, es una idea solamente.”55
Anteriormente, habíamos tenido ocasión de ver el caso de la comunidad de Colombo, diferente de éste, en que la comunidad estaba dividida en dos campos, y todo iba
torcido; y cómo, larga y pacientemente, María de la Pasión ayudó a M. des Sts
Apôtres a desenredar la crisis. Volveremos a ello.
Tenemos aquí dos casos extremos, en que la superiora está directamente implicada.
Entre los dos se dan todos los matices. La solución está siempre por inventar... pero
las orientaciones de base son las mismas. Una de las más fundamentadas es la de
cultivar en las comunidades el espíritu de familia, tan necesario para vivir el voto de
castidad, y para mantenerse en el aislamiento, a veces muy grande, de la misión.
Ahora bien, el espíritu de familia, en la concordancia fraterna no es nunca un don
hecho: es una conquista, a no dejarla perder por falta de vigilancia.
Relaciones consigo misma
Varias veces, María de la Pasión presenta su misión a las interesadas, como un camino de
santidad. Sin necesidad de buscar austeridades o renuncias: son inherentes a su cargo, si éste
es bien comprendido. No podrán cumplirlo sin tener hacia ellas mismas ciertas exigencias de
las cuales algunas resultan con evidencia de nuestros textos.
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A M.M. Antonia, 7, 9 y 30 de marzo, 4 y 11 de abril, 25 de mayo, 1901
Id. 14 febrero 1903
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Y en principio, justamente, no exagerar las austeridades...
A M. de Ste Cécile: “No admito en absoluto que usted no tome más ron, cuando
tenga necesidad. Encuentro todavía que exageración...”56
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Poner en peligro su propia salud
A M. des Sts Apôtres (que era muy austera para ella misma y para las otras, y que
murió al año siguiente): “Empiezo por ordenarle cuidarse. Es absolutamente necesario que ponga atención en comer cosas que le fortalezcan. Usted es ya muy grande,
joven, cargada con una pesada cruz, obligada a aclimatarse. Es necesario absolutamente que la alimentación le dé fuerzas para soportar todo esto. Le prohibo también
expresamente trasnochar. Irá a hacer sus votos a India. Si está demasiado cansada,
vaya a descansar un poco a la montaña, su salud ante todo. Deje a cualquiera al
frente de Moratuwa.”57
Las energías adquiridas permitirán llevar la lucha con una misma, en las relaciones interpersonales

Dominar su propia sensibilidad
La misma M. des Sts Apôtres reconoce ahí, sin duda, una riqueza, pero también una
debilidad de su carácter, que la lleva probablemente a la susceptibilidad: “Pienso
que Dios le hace una gracia grande al mostrarle que usted es sensible en lo que a usted se refiere. (...) Ha sido Superiora tan joven y Dios, que la quiere perfecta, le
muestra poco a poco todo lo que Su amor desea de usted. Déselo.”
- Y siempre en el campo del sentimiento: “Una cosa que veo muy necesaria para usted, es que se dé más a las personas que no le van según la naturaleza y menos a las
que ame.”58
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En las relaciones con las colaboradoras directas, tratar de superar las dificultades debidas
a temperamentos diferentes
María de la Pasión compromete a M. de Ste Cécile (que decididamente, no tiene un
carácter muy flexible), frente a M. Monica, superiora de Madere a la que querría
hacer su vicaria. Desgraciadamente, los esfuerzos realizados se saldaron con un fracaso, a la manera de Pablo y Bernabé:
 “Comprendo mejor que no pueda decirle, que Monica y usted estén bajo el golpe de una terrible prueba en la cual no puedo nada. Dios lo permite para su santificación, pienso. (...) En fin, ¿cómo salir? ¿quiere obedecerme sin comprender?
(...) Póngase en correspondencia frecuente y confiada con Monica. Dígale todo
lo que se dice de ella. Impulse a sus sujetos a la sumisión hacia ella e incluso a
la confianza y al afecto. Sepa que Rédempteur y yo, creemos que tiene justamente el carácter necesario, para ser su vicaria. Por la correspondencia llegarán
primero a conocerse las dos, si se hace bien para ayudarse y complementarse.”
 Al final del mes de diciembre de 1902, las cosas no están todavía maduras; es
preciso contarlo sencillamente: “En cuanto a prepararse a vivir con Monica, con
toda seguridad, no es la hora de Dios. Inútil que mi Cécile se prepare en la an-
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9 febrero 1894
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7 y 20 julio 1894
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gustia, porque no las reuniré antes de que N.S se lo haga desear. Hay un permiso
de Dios en esta historia. Le hace sufrir y también hace sufrir a Monica. Yo, rezo
y pido a Dios que la noche haga sitio al día.”59
En septiembre de 1903, las relaciones han mejorado: “Lo que me da (...) gozo es
ver que usted y Monica, se han comprendido al fin. Veo el futuro de Portugal y
el de España”. La cuestión es que M. Ste Cécile es nombrada consejera general
a finales de año: “Aunque usted se quedará en Roma, podrá pasar 5 o 6 meses
como Visitadora, en estos dos queridos países.”60
Desgraciadamente, la calma es de corta duración. M. de Ste Cécile es siempre
provincial de España y Portugal; y María de la Pasión recuerda a M. Monica:
“Para Monica, es usted misma y el juicio que me da sobre ella lo que me ha decidido a llamarla. No era posible que ella no sienta su aprecio e imposible también que usted no sirviese de ello, teniéndolo. Cuando no hay confianza, se acabó. No he leído nada de Monica, (...). Le digo la verdad exacta.”61
Ser bastante “grande” para permanecer en la sombra, y alegrarse de los éxitos conseguidos por las superioras locales:
“Nunca podría decir lo contenta que estoy de ver lograda la paz en Ceilán, esto me
supone un gozo siempre nuevo”, escribe a M. des Sts Apôtres. “Contribuya a ella
cada vez más por su humildad, olvido de sí misma, deje todos los honores, todos los
afectos a M. Emmanuel. ¿Que le hace esto, con tal que Jesús la ame y que su Instituto esté contento de usted?”62
Relaciones con la Superiora general
No diría sino una palabra de paso: esto no entra, hablando con propiedad, en el tema
que se me pidió tratar. Por otra parte, en los textos estudiados casi no se ha cuestionado expresamente, si no es la invitación urgente de escribir “todo”, -por supuesto sin minucias- y el
pesar que tenga una superiora, durante un tiempo, relaja estas ligaduras. Pero me parece que
estos textos hablan por ellos mismos de la intimidad y la proximidad recíproca de estas superioras mayores y con su superiora general, más allá de lo requerido oficialmente por la Regla
y aún cuando la moral no está delimitada. Podemos leer entre líneas toda la confianza con la
cual las primeras se dirigen a la que, de lejos, las sigue atentamente, las apoya, las reprende y
las acompaña amorosamente en el camino de la santidad que es el suyo. Alentándolas a seguirlo, como aquí a M.M. Eugéne: “Y usted, hija mía, ¿es en verdad santa? ¡Lo deseo tanto!
Que Jesús le dé gran parte en la Luz de su verdad, es ya una parte de la santidad.” “Sea una
santa, hija mía, y tengo esperanza de que se harán hermosas cosas en Londres”.
(6 noviembre 1900 y 6 septiembre 1901)
Anne de la Bouillerie, f.m.m.
Studio de Grotaferrata
(traducción)
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1 y 26 diciembre 1902
8 septiembre 1903
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16 marzo 1904
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3septiem re 1894
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