Título: “Entornos virtuales de aprendizaje: implementación de cursos de posgrado” Comisión sugerida: Área 2: Sociedad, Comisión: 23. La institución universitaria a la luz del Bicentenario Autor: Prof. Patricia A. Saporiti Unidad académica: Pontifica Universidad Católica Argentina, Facultad de Ciencias Sociales y Económicas. Resumen En esta ponencia se analiza la implementación de cursos de posgrado en un entorno de aprendizaje virtual, que permite superar las dificultades de acceso de los alumnos (por la asincronía en la disponibilidad semanal de tiempo, las dificultades y altos costos de movilidad de docentes y estudiantes, los cuellos de botella de la infraestructura edilicia), al tiempo que facilite su seguimiento personalizado. Los estudiantes interesados en nuevas formas de aprendizaje que los desafíen en su creatividad y en sus capacidades, podrán encararlas haciendo foco en la colaboración y la interacción. Las instituciones de tradición presencial adaptarán sus recursos pedagógicos, tecnológicos y administrativos para implementar estos cursos. Los docentes, más allá de sus competencias disciplinares, acompañarán el proceso de aprendizaje de los alumnos a distancia, entendido éste como un proceso activo, integrado y contextualizado, que facilite la apertura espacios de reflexión e intercambio, capacitándose como tutores para cubrir las necesidades de los cursos y encarar la elaboración de material didáctico propio, de acuerdo con las posibilidades de la web 2.0. Entornos virtuales de aprendizaje: implementación de cursos de posgrado I. Introducción Dados los recursos humanos y técnicos disponibles, y existiendo una demanda potencial de cursos de posgrado, su lanzamiento suele tropezar con algunos problemas sociales de acceso, entre los que se incluyen: 1. La asincronía en la disponibilidad semanal de tiempo de docentes y estudiantes. 2. Las dificultades y altos costos de movilidad de alumnos y docentes especializados, 3. Los cuellos de botella de la infraestructura edilicia 4. La falta de integración territorial dada la dispersión geográfica de las sedes, y el lugar de residencia de docentes y estudiantes. Estas limitaciones pueden salvarse mediante un entorno de aprendizaje virtual, de probada eficacia en la superación los mencionados problemas sociales de acceso, que facilite el seguimiento personalizado de los alumnos. En primer lugar, desde el punto de vista pedagógico, este enfoque promueve y acompaña a los estudiantes interesados en nuevas formas de aprendizaje que los desafíen en su creatividad y en sus capacidades, facilitándoles un proceso de aprendizaje centrado en la colaboración y la interacción, comprendiendo lo que significa el aprendizaje como interaprendizaje. En segundo lugar, la puesta en marcha de cursos en entornos virtuales es crecientemente factible, dada la difusión de las nuevas tecnologías, tanto de hardware como de acceso a las comunicaciones por parte de los potenciales alumnos. II. Punto de partida En términos generales, la situación actual de los cursos de posgrado en entornos virtuales se caracteriza por: 1. El aumento exponencial de matrículas para cursos en línea, ya que los estudiantes lo consideran confiable, suficientemente flexible para cubrir sus necesidades, sus estilos de aprendizaje y disponibilidad horaria. 2. Un nivel creciente de consultas de potenciales estudiantes de cursos de posgrado sobre la posibilidad de participación no presencial. 3. La disponibilidad de tecnologías que soportan la administración de hardware, software, y almacenamiento de red de manera confiable y a costos razonables, que permiten apoyar el trabajo de los estudiantes, profesores y administradores. 4. Crecientes posibilidades técnicas de acceso entre los alumnos En cuanto a los estudiantes potencialmente interesados en cursos de posgrado en entornos virtuales, provienen de diversas ramas del saber y están caracterizados 1 por la dispersión geográfica de sus localizaciones y la escasa o nula posibilidad de comprometerse a realizar cursos presenciales. Entre ellos se encuentran: 1. Alumnos próximos a graduarse. 2. Amplia base de egresados de carreras de grado 3. Profesionales y docentes que viven y desarrollan su actividad en diferentes localidades del país. 4. Alumnos de diferentes doctorados que deseen cursar alguna materia del posgrado en un entorno virtual amigable, con equivalencias a un seminario aplicable al doctorado respectivo. III. Enfoque pedagógico en entornos virtuales Mediante la aplicación de entornos virtuales del aprendizaje se pueden enriquecer algunos aspectos del modelo pedagógico tradicional. Por una parte, el uso de un campus virtual verdaderamente integrador en lo pedagógico, favorece el desarrollo de mayores vínculos entre carreras y sedes de una institución. Asimismo, estos proyectos, que permiten una mayor flexibilidad geográfica y horaria, presentan gran potencialidad para fomentar la interdisciplinariedad. Por otra parte, las propuestas basadas en entornos virtuales propician las condiciones para lograr un aprendizaje significativo, tanto desde el punto de vista del material, de adecuada organización interna y vocabulario y terminología adaptados al alumno, como desde la óptica del estudiante, quien contará con los necesarios conocimientos previos del tema y adoptará una predisposición favorable a la comprensión. Se pretende que el alumno rescate saberes previos, utilice estrategias para seleccionar, emplear y analizar los datos. Siguiendo a Javier Onrubia1, la misión de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) y de los recursos tecnológicos virtuales, lejos de opacar, apunta a amplificar la presencia docente, que acompaña el proceso de aprendizaje del alumno. Asimismo, como señala Marabotto2, mientras que la información en la era industrial requería de competencias tales como: la correcta expresión oral y escrita, la comprensión de mensajes habituales, la utilización crítica de la información, la actuación creativa, el razonamiento lógico, la visión integrada de la realidad, una actitud abierta y crítica, un hábito racional de trabajo, capacidad de diálogo y para el trabajo productivo en equipo, en la sociedad del conocimiento se añaden nuevas competencias. En tal sentido, la implementación de cursos de posgrado en entornos virtuales de aprendizaje intenta que los alumnos logren un aprendizaje situado, construyendo su conocimiento mediante la interacción cognitiva individual y social. De esta manera, los docentes, más allá de sus 1 Onrubia, Javier: Aprender y enseñar en entornos virtuales: actividad conjunta, ayuda pedagógica y construcción del conocimiento - http://www.um.es/ead/red/M2 2 Marabotto, María Irma y Grau, Jorge (1995) Multimedios y educación. Fundec. Buenos Aires. 2 competencias disciplinares, acompañarán el proceso de aprendizaje de los alumnos a distancia, entendido éste como un proceso activo, integrado y contextualizado, generando reflexión e intercambio. En un proyecto de entornos virtuales de aprendizaje, la comunicación es un elemento indispensable de la tarea del tutor. Las competencias comunicativas de los docentes incluirán la producción de textos, como así también la elaboración de mensajes audiovisuales y el uso de las nuevas tecnologías. Esto favorecerá una relación frecuente y enriquecedora para todos los participantes, dinamizando el trabajo grupal y la generación de redes de intercambio. Entretanto, las competencias tecnológicas comprenderán no sólo las básicas y medias, sino la edición multimedia básica y la configuración de plataformas, indispensables en los entornos virtuales de aprendizaje. Suelen enumerarse entre las estrategias de enseñanza en sentido amplio: el estilo de enseñanza, el tipo de estructura comunicativa (de participación), el modo de pensar los contenidos, la consigna, los objetivos e intencionalidad, la relación entre materiales y actividades, la relación entre la planificación, el proyecto institucional y el curriculum, la representación de la funcionalidad práctica de los aprendizajes promovidos, los criterios de evaluación (medidos en términos del proceso de aprendizaje y de sus logros) y la valoración afectiva. Ellas tiñen toda la participación del docente en el curso virtual, incluyéndose todas las estrategias didácticas mencionadas por Díaz Barriga y Hernández Rojas3, que alienten un aprendizaje significativo, tanto en el diseño de las clases virtuales, de las unidades didácticas, de las consignas de los foros, como en las diferentes actividades programadas. Además no debe olvidarse el imprescindible estímulo a la participación y al trabajo grupal. Es por ello que, en el campus virtual o plataforma, entre las estrategias para canalizar las inquietudes grupales se recurre a la comunicación sincrónica, mediante el chat y a la comunicación asincrónica a través del correo electrónico para las preguntas individuales. En la misma línea se promueve el trabajo colaborativo mediante la actividad de foros grupales de debate. Asimismo, se pretende estimular ciertas estrategias de aprendizaje en los estudiantes, mediante las estrategias didácticas y las actividades propuestas. Estas incluyen: el repaso de saberes previos, la elaboración compleja a través de la lectura de las clases y de la bibliografía, y las estrategias de organización que generen estructuras conceptuales desde las que construyan relaciones de significados. El repaso permite desarrollar estrategias centrales de adquisición de sentido, tales como explorar, acceder al conocimiento previo y comparar, favoreciendo el aprendizaje asociativo a través de las lecturas previas sugeridas. Por un lado, las estrategias de elaboración complejas mencionadas dirigidas a construir significados mediante la lectura de textos posibilitan la puesta en 3 Díaz Barriga, Frida y Gerardo Hernández Rojas (1998) Estrategias docentes para un aprendizaje significativo: una interpretación constructivista. McGraw-Hill, México. 3 práctica de estrategias centrales de adquisición de sentidos, entre ellas: comparar, crear imágenes mentales, inferir, generar preguntas, seleccionar y evaluar ideas, resumir, monitorear el logro de objetivos, clasificar información sobre la base de atributos e identificar relaciones y modelos. Por otra parte, las estrategias de organización mencionadas dirigidas a construir significados mediante foros de debate y la elaboración de trabajos para portafolios, que también permiten desarrollar ciertas estrategias de adquisición de sentido. Entre ellas mencionamos: la clasificación de la información sobre la base de atributos, la identificación relaciones y modelos, la organización de ideas clave, la comparación, la inferencia, y la evaluación de las ideas de un texto. Estas actividades deberían propiciar el desarrollo de competencias, tales como la capacidad de síntesis, la de captar y desentrañar estructuras conceptuales, la de lidiar con la complejidad, la de exploración, la toma de decisiones a partir de información incompleta, el movimiento intuitivo, la adopción de lógicas diferentes al sí-no, la percepción de nexos y relaciones, la capacidad de transferencia, el almacenamiento de significado. Con respecto al trabajo de los estudiantes y los docentes, siguiendo a Celman4, se intenta que las actividades propuestas en cada una de las materias o seminarios de los posgrados planteen problemas desafiantes que requieran el desarrollo de conocimientos y habilidades; sean susceptibles de tratamientos diversos y distintos niveles de resolución; permitan su expresión a través de formas alternativas; exijan el manejo de información precisa y rigurosa, pero a la vez, faciliten la apertura interpretativa; soliciten la consulta a distintas fuentes de información y requieran el ordenamiento y sistematización de los datos; permitan la elaboración de redes conceptuales; promuevan la autoevaluación y la coevaluación grupal y de la tarea. En cuanto a las estrategias de evaluación en cada materia del posgrado se considera a la evaluación como un ejercicio contínuo para la mejora de los aprendizajes, y como parte de una planificación efectiva. Sujeta a las particularidades de cada materia, y mediante del empleo de rúbricas, se postula una evaluación que contemple, entre otros: el desarrollo de conocimientos y habilidades; los distintos niveles de resolución alcanzados; su expresión a través de formas alternativas; el manejo de información precisa y rigurosa; la consulta a distintas fuentes de información y el ordenamiento y sistematización de los datos, y la elaboración de redes conceptuales. Sumado a la autoevaluación y la coevaluación grupal y de las tareas esperadas, no debería dejarse de lado la cuestión de la evaluación del docente. Siguiendo a Padilla Partida y López de la Madrid, en particular en los entornos virtuales de 4 Celman, Susana (1998) ¿Es posible mejorar la evaluación y transformarla en herramienta de conocimiento? En: Camilloni, Alicia y otros. La evaluación de aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo. Paidós, Buenos Aires. 4 aprendizaje especialmente se hará foco en cuestiones tales como la inmediatez de las respuestas, la retroalimentación, la interacción grupal (o grado de participación del docente en los foros y debates donde la comunicación es de naturaleza colectiva y participativa) y los medios alternos de comunicación. IV. Aspectos operativos Entre las reservas que habitualmente enfrenta el lanzamiento de cursos de posgrado en entornos virtuales de aprendizaje se cita el desconocimiento de las potencialidades del aprendizaje mediado, por parte de las autoridades y potenciales docentes, en aquellas instituciones de fuerte impronta en la educación presencial, incluso el temor al cambio y los cuestionamientos acerca de la calidad de la enseñanza. Para superar tales reservas es que puede recurrirse al tanto al asesoramiento de especialistas en EVA y el análisis comparativo de experiencias exitosas en Argentina y el mundo, como la puesta en marcha de pruebas piloto (cursos cortos, cursos para docentes de la propia institución, etc.) Entrando de lleno a los aspectos operativos de la implementación de los cursos, desde el punto de vista tecnológico, siendo las plataformas o campus virtuales programas especializados, que cuentan con herramientas de comunicación y participación para la gestión de la enseñanza y el aprendizaje, la elección entre las diversas tecnologías disponibles admite diferentes análisis: tecnológico, administrativo, académico y de gestión. Desde el punto de vista pedagógico, cabe señalar que las tecnologías no incluyen per se prácticas educativas superadoras, es decir, la calidad educativa no necesariamente está atada a determinadas tecnologías. Los tutores serán docentes que además de demostrar sus competencias disciplinares, hayan sido capacitados en tutoría en entornos virtuales de aprendizaje. En la educación a distancia on line, el alumno se encuentra solo, frente a contenidos del curso mediatizados a través de Internet, y debe decidir la estrategia para abordarlos, la organización de su tiempo y la resolución de dudas, apoyado en los recursos puestos a su disposición. El tutor puede definirse como una persona-recurso5, que apoyará el trabajo del estudiante. De tal forma, los docentes deberán promover y orientar el aprendizaje, para lo cual incorporarán competencias pedagógicas, comunicativas y tecnológicas, particulares a esta modalidad de enseñanza. Las competencias pedagógicas que incluyen, entre otras, el conocimiento básico de las principales teorías del aprendizaje aplicadas a la Enseñanza a Distancia y técnicas de dinámica de grupos. Las competencias comunicativas incluirán competencias en producción de textos, alentada por la capacidad de expresión escrita del discurso educativo, competencias en comunicación con recursos no verbales ni textuales (capacidades implícitas de decodificar imágenes, interpretar mensajes sonoros, comprender la comunicación de sentidos mediante imágenes 5 Centro Zonal Sur: Manual del tutor virtual, Red Enlaces, 2001. 5 en movimiento, integrar mensajes de diversos sistemas de código multimedia, adecuar los mensajes audiovisuales a las características de los soportes, etc.), competencias en comunicación utilizando las nuevas tecnologías de comunicación basadas en redes y computadoras. Las competencias tecnológicas son las necesarias para emplear la tecnología educativa actual. Más allá de las competencias tecnológicas básicas (operación de computadoras, manejo de editores de texto, programas de comunicación, editores de gráficos y navegadores y buscadores de Internet), se requieren otras más complejas. Entre las competencias medias se incluyen: operación de programas de presentaciones, planillas de cálculo y/o bases de datos, programas editores de simulaciones, conocimiento acerca de plataformas. Sin embargo, para el correcto desempeño de los tutores, se requerirá de competencias tecnológicas avanzadas, entre las cuales se cuentan: operación de programas especializados de su disciplina curricular, manejo avanzado de planillas de cálculo y/o bases de datos, como así también de programas editores antes mencionados. Además es imprescindible la capacitación en la edición multimedia básica, que incluya manejo de programas editores de contenidos y la configuración de plataformas. En tal sentido, los docentes se capacitarán para organizar un entorno virtual, que involucrará a los participantes en un proceso de educación universitaria basada en la reflexión sobre la práctica, y para producir de materiales propios. Desde una perspectiva administrativa, todos los aspectos del diseño de un curso en EVA se elaboran a partir del trabajo coordinado de los tutores y la administración. El plan estratégico requiere del control a implementarse mediante la organización, e incluye diferentes subsistemas de control. Asimismo, gracias a las plataformas sobre las que se construye este proceso de aprendizaje en entornos virtuales, es deseable que desde el inicio del trabajo se lleve un registro de los procesos para apoyar la evaluación del proceso. La eficiencia del proyecto implica coherencia entre procesos, medios y resultados educativos. En un plano de análisis, la eficiencia pedagógica se refiere a la validez de las estrategias (de tiempos, de recursos instructivos y curriculares) y su adecuación a las metas previstas. En el plano de la eficiencia económica, uno de los indicadores posibles es el costo por alumno. En este sentido, cabe destacar que los cursos a distancia presentan una estructura de costos totalmente distinta a los convencionales, ya que requieren de un mayor nivel de inversión inicial y logran economías de escala. Dado que el presupuesto es uno de los puentes que une a la planificación con el control, debe proyectase el lanzamiento de los cursos puntualizando su duración, la cantidad estimada de alumnos y docentes, sus ingresos y costos estimados. Especialmente cabe detallar entre los costos fijos aquellos correspondientes al personal directivo asociado y a la infraestructura edilicia, mobiliario y equipamiento informático. Entre los costos variables se considerarán las retribuciones para la producción del material didáctico, para la impresión y/o reproducción de material didáctico, como también la retribución a tutores y los costos administrativos para control y seguimiento de alumnos. Finalmente, todo debe plasmarse en un cronograma, que será realista y consensuado. 6 V. Evaluación y seguimiento El seguimiento suele definirse como una función permanente que apunta primordialmente a proveer información periódica y señales oportunas acerca del logro de los resultados planeados. En esta dirección se recolectan y analizan datos sobre los procesos de implementación, estrategias y resultados, para elaborar recomendaciones. Es deseable que el seguimiento sea permanente Sin embargo, no debe asociarse al seguimiento con control, sino entendérselo como camino para el aprendizaje y la gestión del conocimiento. Un proyecto educativo de estas características es un compromiso con los alumnos, la institución y la sociedad, y su principal objetivo es la promoción y el acompañamiento del aprendizaje. Es en tal sentido que se deben anticipar las formas de seguimiento del proyecto, la generación de espacios de interaprendizaje, de recuperación y generación de información y de creación y gestión de conocimientos, de cuidadosa elaboración de la memoria de todo el proceso. Esta memoria construída por todos los intervinientes en el proceso (alumnos, tutores, diseñadores, administradores, etc.) quienes aprenden juntos en una empresa educativa común, podrá enriquecerse mediante talleres de reflexión pedagógica, seminarios permanentes, entrevistas y a través de otros medios virtuales disponibles. Se evaluarán diferentes aspectos del avance del proyecto: modelo pedagógico general, aprendizaje y tecnologías, material didáctico, tutorías y administración. Entre los indicadores para evaluar el modelo pedagógico general se incluyen criterios de evaluación de los contextos social e institucional. Para analizar la evolución del aprendizaje se recurrirá, entre otros, a criterios de evaluación del rendimiento académico global (tasas de éxito, retraso y abandono, duración media de los estudios), y del rendimiento diferido (empleo y demanda de los graduados, opiniones de los titulados, opiniones de los demandantes de egresados). También se elaborarán criterios para la evaluación de los medios y tecnologías y de la infraestructura de la institución aplicables al posgrado. En particular deben considerarse entre los indicadores para la evaluación de los materiales didácticos la coherencia con el marco pedagógico, su diseño conforme a las características de los destinatarios, las asignaturas y su articulación con la bibliografía obligatoria. Será particularmente relevante el uso de un discurso pedagógico interactivo, con actividades que incentiven la reflexión y la autonomía. También ha de considerarse la provisión de ayuda y la actualización frecuente. Entre los criterios de evaluación del proceso de aprendizaje se suele incorporar la utilización de los diferentes medios didácticos, el cumplimiento del programa de cada asignatura y del número de horas de tutoría (y su eficacia) 7 VI. Conclusiones La implementación de cursos de posgrado en un entorno de aprendizaje virtual permite superar las dificultades de sociales acceso de los estudiantes y facilita su aprendizaje centrado en la colaboración y la interacción, como también su seguimiento personalizado. La propuesta tomará como punto de partida el diagnóstico de la demanda potencial de la sociedad y la situación de la institución educativa. Las instituciones de tradición presencial adaptarán sus recursos pedagógicos, tecnológicos y administrativos para implementar estos cursos. En particular, los docentes, más allá de sus competencias disciplinares, lograrán competencias pedagógicas, comunicativas y tecnológicas que les permitan acompañar como tutores el proceso de aprendizaje de los alumnos a distancia, e incluso elaborar material didáctico propio. Todo el proyecto debe plasmarse en un cronograma, que será realista y consensuado. Un seguimiento contínuo permitirá disponer de información periódica y señales sobre el logro de los resultados planeados. Para ello, se evaluarán diferentes aspectos del avance del proyecto: modelo pedagógico general, aprendizaje y tecnologías, material didáctico, tutorías y administración. Bibliografía Asinsten, Juan Carlos Los cambios en la tecnología educativa. Nuevas competencias docentes, EducaVirtual, 2010. Celman, Susana ¿Es posible mejorar la evaluación y transformarla en herramienta de conocimiento? en: Camilloni, Alicia y otros. La evaluación de aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo. Paidós, Buenos Aires, 1998. Centro Zonal Sur: Manual del tutor virtual, Red Enlaces, 2001. Díaz Barriga, Frida y Gerardo Hernández Rojas Estrategias docentes para un aprendizaje significativo: una interpretación constructivista. McGraw-Hill, México, 1998. Espiro, Susana (2009) Unidad 4: Evaluación de los aprendizajes, V 2-1, Especialización en entornos virtuales de aprendizaje, Virtual Educa. Gros, B. y Silva, J. Barberà, E. (2006, Julio). Metodologías para el análisis de espacios virtuales colaborativos. RED. Revista de Educación a Distancia, número 16. http://www.um.es/ead/red/16 Juarez de Perona, Ada G.; Asaad, Claudio. Gestión y evaluación de un sistema a distancia. Córdoba, Argentina, Red de Educación a Distancia de las Universidades Nacionales Región Centro-Oeste, 2001. pp. 14 a 18. Marabotto, María Irma y Grau, Jorge Multimedios y educación. Fundec. Buenos Aires, 1995. Onrubia, Javier, “Aprender y enseñar en entornos virtuales: actividad conjunta, ayuda pedagógica y construcción del conocimiento” - http://www.um.es/ead/red/M2 8