Europa Pineido-PANEL FINAL

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Congreso de Pensamiento Crítico
Cartagena de Indias, Colombia
13, 14 y 15 de mayo de 2009
Panel: La educación transformadora para el siglo XXI
Por: Europa Piñero González, Ph.D., Europa Piñero González – Ex Presidenta Asociación
Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU)
(COLABORACION DE: Areliz Quiñones Berrios, Ed.D.)
Introducción:
El propósito de esta presentación es exponer por qué la andragogía, es la educación transformadora
para el siglo XXI. Incluiremos sus particularidades y por qué es la alternativa que puede enfrentar los procesos
devastadores de la globalización, en la que las desigualdades se profundizan aún más. El vínculo de la
andragogía y la pedagogía crítica hace posible atender las necesidades intelectuales, laborales y sociales de los
sectores mayoritarios de Puerto Rico, en particular y de nuestra América, en general.
La andragogía es la vertiente pedagógica que “atiende a la población que supera la edad obligatoria
escolar y que no ha accedido a la escuela o no ha finalizado sus estudios de alfabetización, educación escolar en
todos los niveles” (Brusilovsky, 2006). Es decir, es la disciplina educativa que atiende las necesidades de una
población no tradicional dentro de un sistema educativo, gubernamental o privado. Esta concepción incluye a los
jóvenes adultos, adultos y demás personas, incluyendo a los de la tercera edad. La edad para considerarse
adulto puede fluctuar ya que depende de su vínculo con los procesos laborales y las responsabilidades que se
hayan asumido.
Sin embargo, lo arriba expuesto es limitante porque sólo manifiesta dos aspecto de esta vertiente: una
definición y a quién va dirigida, desconociendo las amplias concepciones de la andragogía en distintos
escenarios.
Precursores:
La mayoría de quienes han estado vinculados a la enseñanza de adultos conocen a figuras como
Alexander Kapp, el maestro alemán que utilizó el término (andragogía) en 1833; Eugene Rosenback, quien
desarrolló un currículo y una metodología básica para la enseñanza de adultos en 1920 y a Malcolm S. Knowles,
quien publica en Norteamérica el libro La práctica moderna de la educación de adultos: andragogía versus
pedagogía,1 en 1970 y a quien se le atribuye la paternidad de la educación para adultos.
Mención aparte, por lo que nos atañe como latinoamericanos, merecen Paulo Freire y a Félix Adam.
Félix Adam fue maestro alfabetizador y pionero en nuestra América de la educación de adultos a nivel
universitario, y quien fundó y fue rector, en Venezuela, de la Universidad Interamericana de Educación a
Distancia (1986) y la Universidad de la Tercera Edad (UTE); en República Dominicana también fundó la
Universidad de la Tercera Edad. Además, publicó los siguientes libros: La educación de adultos y los planes de
desarrollo económico y social en Venezuela (1964), Los estudios universitarios supervisados: una experiencia de
educación a distancia (1981) y Andragogía y docencia universitaria (1987)2.
Adam trabajó arduamente para desarrollar programas de adultos en Colombia, Costa Rica, Panamá,
Cuba (en donde hizo sus estudios doctorales), Honduras, Perú, Bolivia, entre otros. Fue electo Secretario
General de la Confederación de Educadores Americanos en 1973. La UNESCO le otorgó el Premio Mundial de
Alfabetización en 1967. 3
Por otro lado y precedido de un reconocimiento internacional, tuvimos a Paulo Freire quien cuestionó las
mismas bases en las que se sostenían la enseñanza de alfabetización para adultos. Freire enseñó portugués en
varias de las secundarias brasileñas. Ejerció como Director del Departamento de Educación y Cultura del Servicio
Sociales en el estado de Pernambuco, en 1946. En Recife, la ciudad capital inicia su labor de alfabetización del
adulto. Más tarde, fue profesor de pedagogía en la Universidad de Recife. En 1960 cofunda el Movimiento de
Cultura Popular (MCP). Se exilia en 1964, pasando a Bolivia y Chile, país en el que residió por cuatro años y
medio. Fue conferenciante en distintas universidades norteamericanas y la Universidad de Harvard le ofreció un
puesto como profesor visitante en 1969. Luego, trabajó en la UNESCO asesorando a países africanos como
Angola y Guinea en sus programas de educación para personas adultas. Regresa a Brasil en 1980 y nueve años
después dirige la Secretaría de Educación de Sao Paulo. En los últimos años de su vida ejerció como profesor en
la Universidad de Sao Paulo. 4
1
En 1980, Knowles revisa su libro y cambia su título a La práctica moderna de la educación de adultos;
de la pedagogía a la andragogía.
2
Hoja informativa de la Universidad Experimental Félix Adam
3
Información biográfica en: www.venezuelatuya.com/biografias
4
Paulo Freire: aproximación a su vida y a su obra. En: www.nodo50.org/sindpitagoras/Freire.htm
2
Más recientemente, Adolfo Alcalá, venezolano también, publica La praxis andragógica en los adultos de
edad avanzada (1999) en la que vincula la andragogía, antropología y la educación permanente. Alcalá se ha
destacado como especialista en la educación a distancia.
Todos los anteriores conforman, junto a muchos más que el límite de tiempo no podemos mencionar, la
amplia producción escrita en torno a la educación de jóvenes adultos y adultos en nuestros países americanos.
La andragogía norteamericana:
La andragogía en los Estados Unidos surgió de una concepción particular del desarrollo humano, en el
que el adulto construye por sí mismo el conocimiento. Al mismo tiempo desarrolla su propio autoconcepto, su
motivación, basándose en su experiencia de vida. Bajo esta concepción el aprendizaje ocurre por su propia
inclinación, si se está listo para el mismo. Malcolm Knowles trajo al ruedo pedagógico la importancia de la
experiencia y la subjetividad, según Daniel Pratt (1993). Más aún, el aprendizaje no es lo que está afuera del
aprendiz, sino que es la construcción de unos significados que surgen de la experiencia. Le dio importancia a las
relaciones de respeto e igualdad (horizontalidad) entre el maestro como facilitador y el estudiante. Puntualizó en
el clima necesario para propiciar el aprendizaje. Sin embargo, todos estos factores están aislados del contexto
social del aprendiz. Así Knowles otorga una extraordinaria importancia a la naturaleza psicológica e
individualista del estudiante, haciéndolo responsable de su propio aprendizaje. La interacción entre individuo y la
sociedad, con sus estructuras culturales, sociales, económicas, étnicas, no constituye parte de su pensamiento.
Tampoco son parte de su teoría las construcciones históricas que son producto del quehacer de la vida humana.
Estas reformulan la experiencia individual de una persona otorgándole significado a su propia experiencia.
Conforme a lo anterior, Knowles privilegia lo individual para luego formular una tecnología de lo didáctico en la
que el individuo sigue prescriptivamente ciertos pasos para lograr el éxito. Knowles planteó su programa, en un
momento en que la educación escolar norteamericana - 1er grado de elemental a 4to año de escuela superiorya había superado su masificación. Por eso no debe extrañar que el interés de éste haya sido academizar la
enseñanza de adultos, partiendo del nivel universitario, otorgándole una prioridad a la preparación de docentes
andragógicos. Para ello, creó departamentos de educación de adultos, primero en la Universidad de Chicago y
luego en la Universidad de Boston5. Todavía, como dice Pratt queda en la agenda de la educación de adultos el
que el estudiante, tome como “foco principal de atención el análisis del significado de las construcciones sociales,
de la dominación y la moralidad de éstas, y cómo afectan el aprendizaje”.
En el presente, muchísimos de los programas de adultos forman parte de lo que se conoce en las
universidades norteamericanas como educación continua para adultos. Relacionan de esta forma, el concepto de
educación permanente con el de continua, como si fueran análogos. Además, muchas de las universidades se
han vinculado con las empresas privadas o los gobiernos para ofrecer los programas de mejoramiento
profesional dentro de cada profesión. Más aun, el concepto de educación de adultos se relaciona estrechamente
con los departamentos de Recursos Humanos de las empresas y el gobierno.
Otras experiencias:
Freire
Décadas antes que Knowles, en la América Latina, el interés por la educación de adultos aumenta con el
propósito de alfabetizar a una población que, muchas veces no tenía la edad escolar – la había sobre pasado – y
estaba sumergida en el trabajo agrícola, de servicio o industrial en condiciones deplorables.
Paulo Freire, ante un país que tenía 30 millones de habitantes que no sabían leer ni escribir, aboga por
una educación popular. Postula que la educación es política porque tiene que ver con valores, actitudes, maneras
de ver o leer el mundo que a su vez copian, legitiman o transforman todo lo anterior. Por eso, la educación
nunca es ingenua, apolítica, o como diría Freire, nunca es neutral. Reproduce un esquema mental de vida para
repetirlo o continuarlo, nunca para subvertirlo. La educación también es un proceso continuo que nunca termina
porque somos seres no acabados. Por eso la educación se entiende como permanente.
La educación popular parte del fundamento que el adulto cuestiona su realidad social y que al hacerlo,
se irá concibiendo así mismo como protagonista de la transformación social. Es una pedagogía crítica y
esperanzadora porque, además, cuestiona las relaciones de poder en las que se vive, aporta la construcción de
otra realidad, de otra posibilidad, de otra esperanza. Esta aportación se da a través de la acción y de la reflexión.
Ambas son dos conceptos fundamentales para que el adulto se constituya en sujeto.
Su metodología, si pudiésemos llamarla así, porque él nunca lo hizo, puntualiza en la concepción
colectiva del conocimiento. Así, antes de iniciar la reunión de un grupo que quería alfabetizarse, investigaba
dónde vivían, cómo vivían y el lenguaje que utilizaban, el léxico, en las faenas y los trabajo con que se ganaban
la vida esas personas. De ahí es que surgen sus "palabras generadoras", con sus "contenidos existenciales" para
los participantes en los círculos de cultura. Se preparaban carteles con imágenes en escenas relacionadas a las
palabras generadoras y vinculadas a sus contextos sociales, laborales, etc. Los participantes de los "círculos de
cultura" dialogaban con el "coordinador de los debates" sobre los contenidos de los diferentes carteles. De esta
forma comenzaban no solo a leer y a escribir, si no a construir un conocimiento de sí mismos y del mundo que
5
Robert Carlson. Vital Scholasticae. “Malcolm Knowles: Apostle of Andragogy”, 8:1 (Spring, 1989).
3
les rodeaba. Al otorgarle significado a lo escrito, reflexionaban y leían al mundo. Además de este acercamiento,
el educador señala en Política y Educación que todo trabajo en pos de la educación permanente debe basarse en
la ética, el respeto y la tolerancia (Freire 1996).
Adam
Félix Adam entendió desde sus inicios, como propulsor de la educación andragógica, la importancia que
tenían las universidades en el desarrollo de los países. Venezuela era un país con un alto desarrollo económico y
en donde se contaba con un sistema educativo bastante organizado y masificado. En esta etapa es que concibe
una revisión conceptual de la educación universitaria con el propósito de articular una alternativa justa ante la
masificación de la educación y la democratización. Además esa revisión obligaba a que se adoptaran nuevas
funciones para estos educadores que harían posible el ajuste a “los cambios culturales, de la ciencia,
tecnología…que exige políticas masivas de culturización y profesionalización de la población en general y, en
particular, de los sectores marginales de ciudades y campos,” como indica Adam en la introducción del
documento de Revisión. En otro momento abundará sobre “la necesidad de eliminar la brecha acentuada entre
la humanidad que disfruta plenamente de la civilización y otra que permanece marginada y que sin ser esclava ni
sierva en el sentido estricto de la palabra, vive en condiciones infrahumanas, sin disfrutar del adelanto y
progreso que la ciencia y la técnica general cada día y que, creemos debería estar siempre al servicio de la
humanidad.” (Villarini, s.f.)
Así bien, la revisión conllevaba incorporar los principios teóricos andragógicos a las concepciones –
visión y misión- universitarias. Se plantea la creación de un currículo para la preparación de docentes de adultos
en los niveles universitarios ante el desconocimiento que tienen de cómo enseñar. Estos “docentes universitarios
carecen de los fundamentos de la tecnología educativa que determina el proceso de aprendizaje de un adulto.”
(Adam,s.f) El desconocimiento que tienen hace imposible que enseñen adecuadamente porque tienen una
concepción del “conocimiento… que se transmite intuitivamente sin una metodología de trabajo.”
Lo anterior es la base para una “enseñanza autoritaria y paternalista”, en la que el alumno es un ente
pasivo que no es considerado para nada; carece de conocimiento y como no tiene nada que aportar, se
promueve su dependencia. No se le considera un adulto. Además, anula cualquier posibilidad de autoformación
y autonomía del estudiante, su papel como constructor de un conocimiento y no le otorga importancia a su
realidad ni a sus intereses.
Ante ese cuadro, Adam plantea una de sus preocupaciones. Sostiene que si no se incorpora la
andragogía a la enseñanza universitaria surgirá la protesta estudiantil. La misma será la respuesta a los reclamos
de participación en el desarrollo del currículo, la falta de flexibilidad curricular, de renovación universitaria, pero
“teñida de la acción política partidista”. De acuerdo a lo anterior, el efecto será negativo porque habrá de
confundir a los estudiantes ya que creerán que las demandas de renovación académica son los mismos que las
consignas políticas.
Su otra preocupación es entorno al docente, ubicado en su posición desde arriba y que asume que está
cumpliendo con sus funciones con los estudiantes y creando a la vez actitudes de resistencia al cambio.
La alternativa administrativa sería – como política universitaria- incorporar la andragogía como requisito
obligatorio mediante una maestría en esa disciplina para los profesionales universitarios, además de la
preparación académica que ostenta en su disciplina. Al mismo tiempo propone cursos, tanto para maestrías
como para doctorado, que profundicen en la investigación andragógica, entre otros señalamientos.
Expone la metodología andragógica, centrada en el estudiante que se responsabiliza por su aprendizaje
y que ha desarrollado en la Universidad Experimental Simón Rodríguez (1975-1882). Este estudiante toma
conciencia de que sólo él es capaz de construir su vida para lograr sus objetivos.
La andragogía hoy junto a la pedagogía crítica
Definimos la andragogía como la rama de la pedagogía que atiende la educación de jóvenes adultos y
otros adultos, como proceso continuo del desarrollo humano y dentro de la teoría de la educación permanente.
Esta disciplina educativa está enfocada en atender el aprendizaje en esas etapas de desarrollo, atendiendo sus
particularidades y necesidades, pero “sin permitir que el conocimiento individual sea en la estrechez de la
singularidad, que es apenas uno de los ángulos” que nos explican como humanos”. (Pratt, 1993) Se inserta en el
proceso educativo, tanto institucionalmente (sistema educativo formal) , como en proyectos comunitarios.
Esta población, en la mayoría de los casos, está vinculada al mundo del trabajo en el que presenta
diversas situaciones del mundo ocupacional; desvinculada de procesos formales de educación desde hace
muchos años o nunca se vinculó a los mismos. Además tiene muchísimas responsabilidades económicas y
culturales en su hogar. Precisamente, por estas condiciones, es que sus metas educativas están bastante
definidas. Cuán presto está el adulto para aprender, en estas condiciones, depende de la necesidad que tiene de
mayor conocimiento y de que la nueva información se presente en contextos reales, vinculados a sus
experiencias” (Pratt, 1993).
De la misma forma, su visión de mundo está bastante enraízada por lo cual tiene que descubrir, por sí
mismo, si esa visión debe ser modificada o cambiada. “Hay una tendencia natural a resistir los cambios que
retan los esquemas mentales que tienen los adultos y que se han formado al calor de las experiencias, en el
4
transcurso de los años.” (Knowles, 2005). Esta renuencia al cambio la explica Freire, como la ideología de
resistencia ante la cultura hegemónica, la cual resulta amenazante.
La pedagogía crítica
La pedagogía crítica se fundamenta en la sociología para puntualizar en su propósito: el desarrollo de la
actitud crítica del educando, mientras otras teorías pedagógicas se sustentan epistemológicamente en la
psicología. Esta teoría reconoce el conocimiento que tiene el estudiante, un conocimiento cultural, histórico y
lingüístico, valioso que debe ser incorporado a la experiencia de aprendizaje. Es contraria a que el educando
aprenda para adecuarse a su entorno, asuma pasivamente los acontecimientos de su vida y de su realidad. La
pedagogía crítica acrecenta el pensamiento, la creatividad y la acción transformadora de ésta en una praxis
(Freire, 1996).
En tiempos de la posmodernidad, esta pedagogía se enriquece con una praxis socio crítica que plantea
el “posmodernismo de oposición” de Peter McLaren. Aunque McLaren no se refirió a la educación de adultos, su
aporte a la pedagogía crítica ha sido significativa. La acción educadora es crítica intervensionista y
transformadora situándose en los conflictos sociales para también analizar críticamente sus diversos significados.
(McLaren, 1995) Por consiguiente, la escuela es terreno de conflictos y lucha, tanto en el salón de clases como
en el aparato burocrático que la sustenta ideológicamente.
El facilitador y las estrategias de resistencia en la enseñanza: Uso de nuevas tecnologías
Es significativo que los grandes innovadores de la educación andragógica hayan desarrollado sus
proyectos paralelos a los sistemas escolares o en el nivel universitario. Para los que estamos inmersos en las
estructuras educativas tradicionales, es imperativo el desarrollo de un currículo de resistencia. He aquí algunas
de las posibilidades.
El maestro facilitador (andragogo) reconoce el interés que tiene el adulto en su progreso laboral.
Partiendo de ese interés inmediato, propone posibles contenidos, basado en las necesidades y experiencia del
adulto, dentro de su disciplina. En este hacer sienta las bases para un currículo de resistencia, mencionado
anteriormente.
Articula el desarrollo de las competencias6 de los estudiantes en la disciplina que enseñanza. Este
docente-facilitador sugiere un plan de estudio inacabado pues es solo una propuesta inconclusa de su disciplina
para que los estudiantes la cuestionen y la estructuren entre ambos.
El facilitador presenta los temas o conceptos a tratarse y los contextualiza. Facilita el cuestionamiento
de los mismos y el por qué son parte de una disciplina en particular, desde el punto de vista histórico, social,
económico, étnico. Al mismo tiempo, hace posible que sus estudiantes participen en esa búsqueda de los
porqués. Contextualiza la temática a las experiencias de vida, en sus entornos culturales, políticos, étnicas y
raciales. Es decir, miradas desde distintas perspectivas dialógicas para problematizar el conocimiento de la
disciplina. El facilitador puede utilizar desde debates, mapas conceptuales, trabajo cooperativo, reflexiones
grupales e individuales y portafolios hasta exámenes y proyectos de investigación, ente otros.
No obstante, Pavón y Castellanos (2000)7 indican que a pesar de que todos y todas estamos obligados
a enseñar en la Sociedad de la Información, muchas universidades aún no han incorporado las nuevas
tecnologías en la enseñanza. “Aunque las nuevas tecnologías ya tienen un papel preponderante, no sólo como
contenido de la misma, sino como medio para hacer llegar dicha instrucción a sus destinatarios”.
Pero, ¿qué son nuevas tecnologías? Para estos autores “cualquier tecnología que tengamos a nuestro
alcance, presenta un discurso técnico que hace referencia a sus características materiales y a la lógica física,
eléctrica o electrónica que rige su funcionamiento…(también presenta) el discurso didáctico; es decir aquel que
hace referencia a las posibilidades de incorporación de cada tecnología a la estructura sistémica del proceso de
enseñanza-aprendizaje: lo que aporta a la consecución de los objetivos pretendidos, la forma en que recoge y
transmite la información, el tipo de tareas que se pueden realizar con él…(y) el discurso educativo que se refiere
a los efectos (no necesariamente instructivos) que el uso del medio (tecnología) tiene para los sujetos que lo
utilizan, es decir, el tipo de valores que desarrolla en ellos como posibilidades de comunicación, (y) mejor acceso
a las fuentes de información…” (Pavón y Castellanos, 2000).
Sin dudas, no importa el discurso (técnico, didáctico o educativo); las nuevas tecnologías han sido, son
y serán parte del proceso educativo del adulto del Siglo XXI. Esto se ve reflejado, en parte, por datos obtenidos
en el 2008 del Educational Testing Services (ETS)8; donde indica que más del 40 % de los programas de
educación para adultos incorporaban el uso de diversas tecnologías en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
6
El estudiante es competente en el manejo de información, conceptos, destrezas y actitudes. Conferencia ¨La
evaluación del desarrollo de competencias en la educación general” por Ángel Villarini Jusino, Sala del
Decanato de la Facultad de Estudios Generales, Universidad de Puerto Rico, 11 de marzo de 2009.
7
Pavón, F. y Castellanos, A. (2000): "El Aprendizaje de los Mayores y las Nuevas Tecnologías".
8
Datos obtenidos de la página oficial del ETS en: www.ets.org
5
Algunos ejemplos son el uso de programas computarizados para la enseñanza del inglés y las matemáticas; la
herramientas en línea (o Web-Based) para hacer los trabajos académicos (como la plataforma llamada
Blackboard); y el uso del Internet o satélite para ofrecer sus cursos a distancia. Los adultos que comienzan la
experiencia educativa (no importa su edad) interesan que el aprendizaje sea práctico y debe enfatizarse en la
vida real. Por tanto, como indican Pavón y Castellanos, 2000): “la informática es una herramientas que les
puede servir para resolver problemas y mejorar su forma de leer, entretenerse, comunicarse, informarse y ver la
vida”.
Conclusión: Propuesta para una andragogía - crítica
La andragogía muchas veces se entiende como sinónimos de la educación de adultos. La educación de
adultos se ha entendido en muchas universidades como las ofertas académicas que se ofrecen para los adultos
en un horario – generalmente nocturno, viernes y sábado o de fin de semana - que hace posible la incorporación
al mundo académico con miras a lograr unas metas profesionales. El contenido curricular es el mismo que se
ofrece a la población estudiantil que ha estado recibiendo continuamente educación formal. Sin embargo, y
contrario a la educación escolar, se han incorporado modalidades de enseñanza que propician el facilitar el
acceso a la vida académica o profesional. En esos casos se presentan propuestas como programas a distancia 9 y
programas híbridos que combinan la asistencia y la enseñanza virtual.
Además, coexisten proyectos y campañas más allá del currículo académico universitario, promovidos o
no por las mismas instituciones. También han proliferado las iniciativas comunales que impulsan los programas
de alfabetización para la población adulta, como programas de intervención, fuera de las estructuras educativas
formales.
En cierta forma los programas institucionales comparten ciertas características de la andragogía, pero
carecen de otras que la articulan epistemológicamente. Un programa andragógico-crítico hace posible que el
estudiante cuestione lo histórico, lo cultural porque desde estos ámbitos “se piensa el mundo, se asumen
valores, se recrean normas… desde los cuales se lee la realidad y a la cual llamamos en términos genéricos,
cultura” (Cetrulo, 2001) Incorpora las experiencias y necesidades a las disciplinas que se enseñan en el
programa. Incorpora, a las actividades en clase, la reflexión crítica sobre la realidad individual (psicosocial), su
vínculo con la experiencia comunitaria, social. Es decir, de lo micro se pasa a lo macro, siempre contextualizando
la experiencia individual para superar la visión de lo particular desvinculado de procesos sociales.
De esta forma el adulto cuestiona su realidad, desarrolla su capacidad analítica, crítica. Identifica y
vincula las relaciones de poder, como de dominación psicológica, social, económica y étnica. Propone
alternativas a las situaciones de desigualdad, discrimen y opresión que luego se traducen en acciones, la praxis.
Así el adulto se convence de su capacidad para desarrollarse y para transformar también su entorno. Se
convierte en agente de cambio. Logra tanto sus metas individuales de crecimiento como las profesionales y
continua trabajando en sus metas de índole social ahora y a largo plazo.
Es ya un individuo comprometido.
Si analizamos lo anterior, se estimula y puntualiza en la autonomía y solidaridad como categorías
epistemológica formativas del adulto, utilizando la reflexión. Sin embargo, uno de los procesos más intensos
será la desprogramación del docente de su bagaje bancario y autoritario de enseñanza y de controlar
arbitrariamente el contenido de los cursos o talleres, máxime cuando muchas veces vienen determinados por las
instituciones. Además, de la misma forma que el educando se activa en este proceso de cuestionar todo su
mundo inmediato, así también lo hace el docente-facilitador, ante su disciplina. De igual forma, el docente debe
cuidarse de distorsionar el currículo al desarrollar “formas de educación pragmáticas que se centran sobre
cuestiones cotidianas, sin vincular lo particular con condiciones históricas y estructurales, construyendo un
currículo de “guetto” (Brusilovsky, 2006).
Esta educación pragmática se puede lograr, en parte, mediante la incorporación de las tecnologías en el
proceso de enseñanza-aprendizaje del adulto.
Mientras tanto, las universidades, por razones de la oferta del mercado, están abriendo su acceso – la
admisión - a un número mayor de estudiantes desaventajados económicamente. Se da a entender que se
cumple con un principio democrático de la universidad para el pueblo o para todos. No obstante, si no se ofrece
de forma planificada y sistemática experiencias que “contribuyan a controlar los efectos de la diferenciación
social” (Brusilovsky, 2006) se estaría invitándolos para luego separarlos de la universidad por no cumplir con las
expectativas académicas.
La realidad es que la mayoría de los ofrecimientos para los adultos a nivel universitario sólo plantean el
crecimiento individual profesional desvinculándolo de una propuesta articulada que vincule tanto lo particular con
lo social. Desde este punto de vista siguen la visión psicologista e individualista de Malcolm Knowles. Por el
contrario, entendemos que la andragogía sin la pedagogía crítica solo es una propuesta concreta para realizarse
individualmente y muy prescriptivamente. Ante los estragos de la globalización con sus políticas neoliberales que
han profundizado los desajustes económicos, la desigualdad y la desesperanza, la educación vuelve a ocupar un
9
Adolfo Alcalá enseña en un programa de Maestría en Educación Abierta y a Distancia. Este programa tiene
una unidad curricular sobre Andragogía.
6
sitial no desde la perspectiva idealista, si no desde la realidad y para cambiarla desde el ahora. La educación
para todos adquiere un porqué que haga más justa y transforme las relaciones de poder existente. Se pretende
alfabetizar o darle acceso a la universidad al “pueblo” - si sobrevive - para que encuentre la misma réplica de
dominación dentro de la academia y para que luego encuentre empleo en la misma configuración de mundo, que
lo mantiene atado al conformismo, al consumismo y la enajenación. Es decir, se completa el ciclo de
domesticación necesaria para funcionar dentro del mundo del mercado. Por eso, la andragogía crítica, replica lo
horizontal del proceso enseñanza-aprendizaje en
la relación social, que elimina la verticalidad del poder y
reinstala la esperanza, más allá del ámbito religioso. Los mundos posibles no han desaparecido en el horizonte
de la educación. Los mismos vuelven a reinstalarse en la construcción de un mundo más justo para de todos.
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). Revisión conceptual de la educación universitaria- La formación universitaria del
educador de adultos o
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(
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Brusilovsky, Silvia.(2006). Educación escolar de adultos. Buenos Aires: Noveduc.
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Gurdián, Nydia V. (2007). “Alfabetización, educación permanente y atención a la diversidad”, II
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