El picudo rojo probablemente haya llegado a Peñíscola Juan Bautista Peña Forner Desde hace unos meses en la prensa escrita y, algo menos, en las diferentes cadenas televisivas, se hacen eco de la presencia del escarabajo parásito de las palmeras, el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) por toda España, especialmente en Andalucía y la Comunidad Valenciana. ciudadanos que tengan palmeras en su jardín particular y las corporaciones municipales tomen las medidas pertinentes para erradicar la plaga que está causando la muerte de muchas de las palmeras de los paseos de nuestras ciudades. Figura 2: Ejemplares de palmera con picudo rojo. Este insecto tiene predilección por algunas especies de palmeras como el cocotero (Cocos nucifera), la palmera de Guinea (Elaeis guineensis) y las palmeras introducidas en España, la palmera datilera (Phoenix dactylifera) y la palmera canaria (Phoenix canariensis). Figura 1: Grupo de palmeras datileras en la playa. Se observa una que probablemente esté parasitada. Se trata de un coleóptero originario de Asia, Egipto y de la cuenca norte de África que pasó a Andalucía en 1995, mediante la importación de palmeras africanas sin control sanitario, desde donde se ha propagado a las comunidades vecinas, afectando al famoso palmeral de Elche (Alicante). Desde enero de 2004 se encuentra en la Comunidad Valenciana y la Consellería d’Agricultura, Pesca i Alimentació ha elaborado un folleto explicativo sobre el ciclo de vida de este insecto para que los Figura 3: Palmeras canarias sanas en un jardín de Castellón. El picudo rojo es un coleóptero de la familia de los curculiónidos, caracterizados por poseer una prolongación de la cabeza en forma de pico, que en realidad es el rostro, donde tienen las antenas en forma de maza y por tener un color rojizo (ferruginoso) típico. De estas características se dedujeron sus otros nombres vulgares: “picudo ferruginoso” y “curculiónido ferruginoso”. salen larvas ápodas de unos 2 mm de color amarillento con la cabeza rojiza dotada de una boca masticadora potente con la que practica galerías de más de un metro de longitud. Una larva puede llegar a medir unos 5 cm en los 2 a 4 meses que tarda en hacer un capullo con fibras de la propia palmera, casi siempre en la base de la palmera. La pupa, de color rojo o marrón, se forma dentro del capullo y termina su metamorfosis en una o varias semanas, dependiendo de la temperatura, alcanzando el estado adulto. La vida media de un picudo rojo es de 130 a 200 días y en un año pueden completar 3 ciclos biológicos. En una palmera pueden permanecer varias generaciones de escarabajos y los adultos sólo abandonan la palmera cuando se ha terminado la comida. El escarabajo adulto puede volar y desplazarse a grandes distancias. Las palmeras con heridas o recién podadas desprenden cairomonas que estos insectos detectan a varios kilómetros y se sienten atraídos por ellas, por lo que iniciarán la colonización de otras palmeras sanas. Figura 4: Una hembra adulta de picudo rojo depositando huevos en una palmera talada. El escarabajo adulto tiene una talla de 2 a 5 cm de longitud y 1,2 cm de anchura. El color es marrón rojizo con varias manchas negras en el dorso del tórax. Los élitros (alas superiores) tienen unas líneas estriadas negras longitudinales. El picudo rojo presenta sexos separados, los machos se pueden distinguir de las hembras porque tienen en el extremo del pico un “bigote” o “peine” denso y corto. Figura 6: Palmera con los primeros síntomas. Figura 5: Larva de picudo rojo. Las hembras desovan de 300 a 400 ovalados, de color blanco, en la corona palmeras y en la base de las hojas. Los miden de 1 a 2,5 mm de longitud. De los huevos de las huevos huevos Los síntomas que se aprecian en las palmeras infectadas por este parásito son el amarilleo de las hojas centrales y la posterior marchitez. En pocas semanas toda la corona se seca y la palmera muere. Cuando las galerías de las larvas llegan a la yema apical, que genera nuevas hojas, deja de crecer y muere. En ese caso, las hojas externas se retuercen sobre el nervio central y caen, adquiriendo un color pajizo. La infestación por el picudo rojo resulta muy difícil de detectar porque no queda rastro de la entrada de los huevos depositados por las hembras. Cuando aparecen los primeros síntomas, es muy tarde porque la palmera ya no se recupera y muere, por lo que es aconsejable cortarla y quemarla, evitando que los adultos de su interior puedan salir volando y colonizar nuevas palmeras. Figura 7: Palmera seca y muerta por el picudo rojo. Cuando una palmera está fuertemente atacada por el picudo rojo toda la copa de hojas se vuelve amarillenta y muere. Si tiramos de una rama se arranca con cierta facilidad y en la base se podrán observar las galerías que han hecho las larvas, así como capullos con las ninfas y, probablemente, algunos adultos. Si se observa con detenimiento la corona aplomada de una palmera se verán larvas de varios tamaños en un tejido en fermentación que desprende un olor característico ácido y que resulta desagradable. A la larga el tronco entra en putrefacción. Figura 8: Huerto de naranjos en Benicassim con tres palmeras afectadas con la corona aplomada. Una palmera puede estar infestada por el picudo rojo durante varios meses, pero no muestra ningún síntoma externo, por lo que se deberían tratar todos los ejemplares para evitar la propagación. Como muchos ciudadanos tienen la costumbre de plantar palmeras en los jardines e incluso en los huertos, se favorece la propagación. Prevención: cuando se introducen palmeras de importación se debe exigir el pasaporte fitosanitario de cada ejemplar, así como mantenerlas en cuarentena antes de llevarlas a su destino. Tratamiento biológico: se ha encontrado que el nematodo Steinernema carpocapsae es muy eficaz en el control del picudo rojo, ya que este parásito ataca a estos escarabajos y los mata sin tener que utilizar insecticidas químicos. Estos nematodos se comercializan en forma de polvos con el nombre genérico de CAPSANEM de la empresa Koppert Biological Systems y con el nombre de BIOREND de la empresa Llopis y Llopis. Esta última es la que recomienda la Generalitat Valenciana. Los nematodos se utilizan para el control de las larvas de polillas y otros insectos, de forma que éstos no pueden desarrollar resistencias contra el nematodo. Éste se introduce en el interior del insecto por alguno de sus orificios (boca, ano) se propaga con mucha rapidez y el insecto muere a los pocos días. El producto se vende en sobres con 50 millones o con 500 millones de nematodos, que se disuelven en agua con la que se pulverizan las hojas. Los tratamientos se deben realizar desde marzo a octubre, cuando las larvas son más activas, con periodicidades de unos dos meses. Otro método para combatir al picudo rojo se basa en colocar trampas con feromonas atrayentes, de forma que una vez entran en el artefacto no pueden salir y mueren en su interior. Uno de los pocos depredadores que se conocen del picudo rojo es el lagarto o fardacho común (Lacerta lapida). Figura 9: Fardacho común (L. lapida). Control fitosanitario: el mejor método para tratar a las palmeras es la combinación de la inyección en el tronco con la pulverización de la corona de hojas con insecticidas foliares. Las inyecciones en el tronco consisten en realizar un agujero con un taladro de 6 mm de diámetro y de 3550 cm de longitud, se coloca una cánula de plástico que llega al centro del tronco y en el extremo exterior se acopla una cápsula de látex que contiene el insecticida Fertinyect. La incorporación de la solución química se realiza poco a poco y la savia la distribuye hasta las hojas, eliminando las larvas y pupas que puedan estar en su interior. Dependiendo del diámetro del tronco, se deben realizar inyecciones cada 25-30 cm del tronco, empezando a los 2-2,5 metros de la corona de hojas. Estas inyecciones en el tronco se realizarán cada 45 a 55 días desde marzo a noviembre. Las aplicaciones foliares eliminan los insectos situados en el exterior y evitan la colonización. Los tratamientos foliares se deben realizar con una periodicidad de 45 a 55 días (unos 6 tratamientos al año). Es aconsejable alternar de insecticida en las aplicaciones. Es más efectiva la ducha sobre el cogollo y base de las hojas con unos 30-40 litros de preparado en cada palmera. En invierno los escarabajos son menos activos por el frio. Por consiguiente, si se tienen que podar las palmeras es aconsejable hacerlo en los meses más fríos porque los adultos tienen menor movilidad. Una recomendación tras la poda consiste en cubrir las heridas o aplicar un insecticida sobre el corte para evitar que los escarabajos adultos desoven en estas heridas. Se aconseja no realizar podas en las zonas donde se han detectado palmeras afectadas, pero si hay que podarlas, sólo se deberán cortar las ramas secas, evitando herir a las palmas verdes. Figura 10: Base de una palmera talada. La Consellería de Agricultura, Pesca y Alimentación de la Generalitat Valenciana se encarga del control de las plantaciones y ha puesto en marcha un plan para arrancar las palmeras afectadas en los jardines y en viveros. Con una motosierra se trocea la palmera en varios cilindros manejables que serán triturados o quemados antes de que los adultos escapen y colonicen otras palmeras. La Consellería de Agricultura, Pesca y Alimentación de la Generalitat Valenciana recomienda realizar tratamientos con insecticidas en las palmeras ornamentales de nuestros jardines y paseos, tanto particulares como públicos. En este caso se podría colocar un cartel como el que observé en el paseo de la Alameda de Málaga, avisando al público que alrededor del tronco de las palmeras se había fumigado con insecticidas. Figura 11: Cartel indicativo para que la gente no entre en el jardín alrededor de las palmeras de un paseo de Málaga por estar tratadas con insecticidas. En nuestra Comunidad Autónoma se autoriza y recomienda pulverizar con IMIDACLOPRID al 20% o al 24% y con FOSMET al 45% en las palmeras de cultivo, sin embargo, en las palmeras de los parques, paseos y de los jardines particulares, sólo se autoriza el IMIDACLOPRID al 20%. Estos productos se pueden usar para prevenir el ataque del picudo rojo sobre las palmeras sanas. El IMIDACLOPRID es un producto de aplicación foliar por pulverización, recomendándose realizar dos aplicaciones al año, espaciadas en unos 30-45 días. Del frasco del insecticida al 20% se disuelven 15 centímetros cúbicos en una mochila de 15 litros (0,1%). También se recomienda añadir el insecticida en el agua del riego y verter 50 litros de agua con 50 centímetros cúbicos de insecticida alrededor de cada palmera con una frecuencia semanal durante la época de mayor incidencia de las poblaciones de picudos rojos.