DIAGNOSTICO DE LAS CONDICIONES DE SALUD Y TRABAJO DE LAS MUJERES QUE LABORAN EN EL SECTOR INFORMAL DE BOGOTA. 2007 AUTORES: Diana Patricia Aponte Ortiz, Jenny Johanna Arias Hernández, Jaime Eduardo Chavarro Guayacán, Jorge Leonardo Quiroz Arcentales, Nidia Rocío Sotelo Suárez. PALABRAS CLAVE: Informalidad, Género, Enfermedades y accidentes relacionados con el trabajo. OBJETIVO GENERAL Determinar las Condiciones de trabajo y salud de las mujeres que laboran en la informalidad en Bogotá, con el fin de recomendar líneas de acción prioritarias para prevenir las enfermedades y accidentes relacionados con el trabajo y sus secuelas individuales, familiares y sociales. OBJETIVOS ESPECIFICOS Estimar la prevalencia de factores de riesgo en las actividades económicas informales en las que laboran las mujeres. Estimar la prevalencia de enfermedad relacionada con el trabajo en las mujeres que laboran en la informalidad. Estimar la prevalencia de accidentes relacionados con el trabajo en las mujeres que laboran en la informalidad. Determinar la asociación entre los factores de riesgo prevalentes y la frecuencia de enfermedades relacionadas con el trabajo en las mujeres que laboran en la informalidad. Determinar la asociación entre los factores de riesgo prevalentes y la frecuencia accidentes relacionados con el trabajo en las mujeres que laboran en la informalidad. Determinar la asociación entre las exposiciones ocupacionales y la condición socioeconómica de las mujeres que laboran en la informalidad. Determinar la asociación entre la frecuencia de presentación de la enfermedad y el accidente relacionado con el trabajo y la condición socioeconómica de las mujeres que laboran en la informalidad. Identificar los grupos ocupacionales con mayor grado de vulnerabilidad asociada al Accidente y Enfermedad relacionados con el trabajo entre las mujeres que laboran en la informalidad. Construir una narrativa comprensiva de los procesos sociales y económicos paralelamente a la construcción de los indicadores epidemiológicos con la participación de las mujeres que laboran en la informalidad y están organizadas. CONTENIDO. Marco Situacional. En América Latina el porcentaje de trabajadores informales pasó del 50.1 % en 1995 al 48.5 % en el 2005, las mujeres son las mas afectadas por el fenómeno con una proporción de informalidad del 51.4%. En Colombia la proporción de subempleo por insuficiencia de horas y bajos salarios pasó del 34 para el 2006 al 33.1 % en el 2008 y para Bogotá del 33,8 en el 2005 al 30.7 en el 20081. La tasa de desempleo en Colombia pasó entre el 2004 y el 2008 de 12,5% a 11% lo que representa un descenso de un 1.5 %. Bogotá en el 2005 presentaba una tasa de desempleo del 12,8 %, que pasó a una tasa de 10.1 % en el 2008. Las mujeres son las más afectadas por el desempleo con una tasa 1.5 veces más alta que la de los hombres. El incremento en el porcentaje de trabajadores informales en el país se presenta en ambos sexos, siendo mayor en las mujeres. Esta diferencia podría explicarse por la mayor tasa de desempleo en las mujeres y por la desigual capacidad de absorción de la mano de obra femenina en nuestra economía, además de considerarse que este sector permite a las mujeres desempeñar de manera paralela sus actividades domésticas, reproductivas y de servicio. Las ramas de la actividad económica informal en que se insertan las mujeres en mayor proporción que los hombres son el comercio y los servicios comunales sociales y personales, las ramas en las cuales la proporción es similar son los servicios financieros y la industria manufacturera, en las demás, la proporción de hombres es mayor que la de las mujeres. En Colombia la tasa global de ocupación en el 2005 era de de 51,6% siendo para los hombres de 65.5 % mientras que para las mujeres era del 39.1 % en ese mismo año. En Bogotá la tasa de ocupación para el 2005 era del 55.1 %, (63.5 % en los hombres y 48.1 % en las mujeres).2 Situación que puede explicarse por la responsabilidad que históricamente se le ha dado a las mujeres sobre el cuidado de la casa, de los hijos, de los enfermos y de las actividades voluntarias sociales. Los empleados formales ganan en promedio 469.447 pesos más que los empleados informales (Los hombres formales ganan en promedio 478.172 pesos más que los hombres informales y las mujeres formales ganan 572.056 pesos más que las mujeres informales). Evidenciándose una importante brecha entre los sexos no solo entre sector formal e informal y al interior del mismo sector económico. Resultados: En la muestra evaluada se encontró que las mujeres que trabajan en el sector informal de Bogotá, participan en un gran número de procesos productivos. En total se identificaron 33 actividades económicas de las cuales la mayor participación se encontró en peluquería y otros tratamientos de belleza, comercio al por menor de frutas y verduras y fabricación de muebles para el hogar y oficina. Esta información responde a criterios de inclusión definidos por la Dirección de Salud Pública de Bogotá para las intervenciones y aunque son actividades económicas en las cuales participan 1 DANEhttp://www.dane.gov.co/files/investigaciones/empleo/ech_informalidad/IItrimestre 2008. 2 Opus cit. Dane encuesta continua de hogares. de manera histórica las mujeres no reflejan de manera certera la realidad de la participación de las mujeres en el sector informal de la economía. Mujeres trabajadoras por ciclo vital: Se intervinieron trabajadoras distribuidas en un rango de edad entre 15 y 90 años, el promedio de edad fue de 38 años con una desviación estándar de 12 años, la mayor proporción de trabajadoras pertenecía a la etapa adulta del ciclo vital. Sin embargo, el 5.8% de las mujeres caracterizadas pertenecía al ciclo persona mayor, situación que pone en evidencia la falta de protección social de este grupo poblacional. Estado civil y personas a cargo: El estado civil de la mayoría de las trabajadoras es unión libre, le siguen en frecuencia el grupo de trabajadoras casadas, y solteras, sin embargo lo que caracteriza a todas las trabajadoras incluidas en el análisis es que tienen personas a cargo. El 90 por ciento de las mujeres que participan en las actividades económicas informales intervenidas tienen hijos, el promedio de hijos por mujer fue dos encontrándose casos de mujeres hasta con 13 hijos. Esto pone en evidencia la triple carga de las mujeres que además de trabajar deben atender las necesidades de su familia y las propias de la reproducción. Esto finalmente se reflejara en patrones de desgaste característicos de los esfuerzos que deben realizar para cumplir con su función social. El 5 % de las mujeres incluidas en la muestra tiene personas a cargo en condición de discapacidad lo que indica un patrón de carga adicional más alta que las demás mujeres. Condición socioeconómica: La mayor proporción de mujeres viven en casa o apartamento, sin embargo un 11.3% vive en habitación o inquilinato y algunas reportan que viven en cambuches; esto pone de manifiesto las precarias condiciones de vida de este grupo poblacional. El 55% pagan arrendamiento, solo el 27 % tiene vivienda propia, no se especifica si ya la acabaron de pagar o tiene deudas hipotecarias y el resto comparte una vivienda familiar. La mayor proporción de trabajadoras tiene ingresos entre uno a dos salarios mínimos y un 19% gana menos de un salario mínimo. El 59 % de las trabajadoras viven en estratos uno y dos, lo que ratifica las condiciones de vulnerabilidad económica de las trabajadoras informales Nivel educativo: El 25.9% de las mujeres trabajadoras tienen bachillerato incompleto, le sigue en frecuencia el grupo de trabajadoras con bachillerato completo 24,6%. Llama la atención la población de trabajadoras que no tienen instrucción o solo educación primaria completa o incompleta que suman 28.3%. Condiciones de empleo: El 75% de las mujeres refiere que no tiene ningún tipo de contrato de trabajo, el 12% trabaja por obra o labor contratada y solo el 12 % restante tiene algún tipo de contrato. La forma de pago más frecuente es el destajo con un 70% y le sigue remunerado 28%, con un porcentaje en especie del 0.6 %. El trabajo al destajo se ha asociado con la omisión de las normas de prevención con el fin de obtener mayores ingresos lo que incluye jornadas más largas y más días de trabajo a la semana. Afiliación al régimen de seguridad social: El 81% de las mujeres refiere estar afiliada a alguno de los regímenes de seguridad social en salud, lo cual corresponde a la evolución de la cobertura de la atención en salud, sin embargo solo el 48% pertenece al régimen contributivo (11% como beneficiarias). Del total de las mujeres encuestadas solo el 6.4% (253) se encuentran afiliadas al régimen de pensiones y a riesgos profesionales. Condiciones de trabajo: El tipo de jornada predominante es la diurna con un 79.9 % y mixta 19.5%, la jornada nocturna representa un porcentaje muy bajo solo el 0.6%. El promedio de horas trabajadas al día es de 10, con una desviación estándar de 2 horas, con un rango mínimo de una hora y máximo de 20 horas, de seis días a la semana con un mínimo de uno y máximo de 7. El 41% de las mujeres trabajadoras no tiene pausa semanal de descanso, lo que puede asociarse con la necesidad constante de obtener los medios de supervivencia, esto aumenta la probabilidad de enfermedad asociada con el trabajo. La forma de pago más frecuente es al destajo casi un 70% de las mujeres. Condiciones de Salud: La mayor proporción de mujeres califico como bueno o excelente su estado de salud con un 66%, seguido de un 30% que lo calificó como regular mientras que un 3% califica como malo su estado de salud. El 42% de las trabajadoras, considera que el trabajo puede afectar su salud. Prevalencia de enfermedad relacionada con el trabajo: Este indicador se calculo con base en el autoreporte de las trabajadoras. La mayor prevalencia de enfermedad relacionada con el trabajo corresponde a la actividad económica de peluquería y otros tratamientos de belleza, le siguen en frecuencia: Comercio al por menor de frutas y verduras, Expendio a la mesa de comidas preparadas en restaurantes, Fabricación de muebles para el hogar y/o oficina y/o empresas. El sistema más frecuentemente afectado fue el osteomuscular con una prevalencia de 7,6 % seguido del sistema respiratorio y el visual. En cuanto al nivel de ingresos de las mujeres que reportaron una posible enfermedad relacionada con el trabajo, el 69% de las mujeres recibe mensualmente entre uno y dos salarios mínimos. En cuanto al nivel educativo de las mujeres que refirieron presentar alguna enfermedad relacionada con el trabajo el grupo más significativo con 128 casos cada uno, se encuentra en el nivel bachiller incompleto o completo. La proporción más alta de mujeres que relacionaron alguna enfermedad relacionada con el trabajo laboraba en promedio diez horas diarias (164, 4.2%), seguido del grupo de mujeres que trabajaban doce horas diarias (110, 2.8%). Accidentes relacionados con el trabajo: De las 3936 mujeres encuestadas 442 (11.2%) refirieron haber sufrido un accidente relacionado con su trabajo en el último año. La actividad económica con mayor frecuencia de presentación de accidentes de trabajo fue la fabricación de productos metálicos de uso estructural con una proporción del 63%, seguida de la fabricación de calzado de cuero, piel, materiales textiles, caucho y plástico con una proporción del 48.3%, luego del expendio a la mesa de comidas preparadas en restaurantes con una prevalencia del 31.3% y del comercio al por menor de frutas y verduras con una prevalencia del 10%. La mayor proporción se encuentra en el grupo de mujeres que trabajan entre 7 y 12 horas diarias con un 10.5% del total de los casos reportados. En cuanto al tipo de lesión, 313 mujeres (8%) reportaron como tipo de lesión las cortaduras, seguido de los golpes con 105 de casos (2.7%). Las partes del cuerpo más afectadas con los accidentes relacionados con el trabajo fueron las manos y dedos con un total de 356 reportes (9%), seguido de los brazos con 82 reportes (2.1%). METODOLOGIA. Se desarrolló un estudio observacional descriptivo para determinar las condiciones de vida, salud y trabajo de las mujeres que laboraban en el sector informal Bogotá en el año 2007. El estudio se realizo con base en los registros obtenidos por los referentes locales del ámbito laboral de 14 Empresas Sociales del Estado en las veinte localidades del Distrito durante la operación del Plan de Atención Básica del 2007. La población de estudio la constituyeron las mujeres que laboran como asalariados en las unidades de trabajo informal incluidas en la intervención y las mujeres que trabajan por cuenta propia en las actividades económicas prioritarias de cada localidad. Para el cálculo del tamaño muestral se uso una formula para el cálculo de basada en la estimación de proporciones, el tamaño de muestra final calculado fue de 4.361 mujeres trabajadoras, al final se obtuvieron 3936 registros, los cuales fueron incluidos en el análisis dado que la información se capturó de manera homogénea. Las fuentes primarias fueron las Unidades de Trabajo informal y las mujeres que laboraban en estos establecimientos. Los datos de las trabajadoras se tomaran de su documento de identificación, su carné de afiliación a un sistema de salud y de lo que él informó al llenar el formulario para toma de datos. En el diseño se identificaron como posibles fuentes de sesgo la inadecuada captura de la información, bien sea por una forma heterogénea de formulación de las preguntas o por una respuesta no veraz. El control en este caso se realizó mediante la construcción de las guías para la toma de datos, la cual se elaboró con la participación de todos los referentes, también se realizó una estandarización del proceso de captura de datos. Los profesionales especializados de la SDS, fueron los responsables de estandarizar el proceso con la participación de todos los referentes del nivel local y de los referentes de etnias, desplazados, discapacidad y género del nivel central. Para controlar errores en la digitación, la base en FOX-PRO contenía elementos de control en los campos en que se podían implementar. Se realizó un análisis de la frecuencia de enfermedad relacionada con el trabajo alrededor de las variables que se postulan como determinantes de la inserción en la informalidad; etapa del ciclo vital, género, nivel socio económico, y nivel educativo. También se analizó la frecuencia de la enfermedad relacionada con el trabajo en función de las condiciones de trabajo definidas por el tipo de labores asociadas al cargo, los factores de riesgo a los que estaba expuesto el trabajador, el tipo de jornada y la duración de la exposición por semana. Se incorporó un análisis de vulnerabilidad en función de las condiciones de aseguramiento, el estrato socio económico de la vivienda y el nivel de ingresos mensuales. Adicionalmente se decidió elaborar una matriz de riesgos por actividad económica que permita elaborar fichas técnicas de control de factores de riesgo. Como unidad de territorio para el análisis se definió la localidad. El estudio realizado se clasifica como investigación sin riesgo teniendo en cuenta el artículo 11 de la resolución 8430 de 1993. Se basó en una entrevista en la cual no se incluyeron preguntas sobre aspectos sensitivos de la conducta de las trabajadoras. Se dio especial atención al cumplimiento de la resolución mencionada, especialmente al artículo 5, referente al respeto a la dignidad y derechos de los trabajadores, al artículo 8 respecto a la protección de su privacidad. Para la realización del proyecto se solicitó acceso a la información del ámbito laboral a la responsable del área de Acciones en Salud de la Dirección de Salud Pública de la SDS de Bogotá. Los empleadores y los trabajadores fueron informados sobre los objetivos de la intervención y aceptaron participar en el Proceso de Promoción de Entornos de Trabajo Saludables que sirvió de marco para el estudio. Dado que las acciones de salud pública que dieron viabilidad al estudio, se fundamentan en la perspectiva de derechos con criterio de universalidad y equidad, la intervención del ámbito laboral en la que se enmarca el proyecto, llamada Promoción de Entornos de Trabajo Saludables, se dirige a dar una respuesta a las necesidades sociales de los y las trabajadoras informales, identificadas en la investigación. RECOMENDACIÓN FINAL. Es importante que la situación de las mujeres trabajadoras en la informalidad sea tenida en cuenta como una prioridad para el diseño e implementación de políticas públicas. Su no acceso al Sistema General de Seguridad Social, pone en evidencia una alta vulnerabilidad de ellas y sus familias a condiciones precarias e inequitativas en su futuro tanto inmediato como mediato. Las intervenciones que desde los diferentes actores del Sistema General de Seguridad Social se direccionen al sector informal de la economía debe tener en cuenta la perspectiva de género como una directriz fundamental. FUENTES. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. OIT. CAPACITACION LABORAL PARA EL SECTOR INFORMAL EN COLOMBIA. Ramírez Guerrero Jaime.2002 OIT. “CAPACITACION LABORAL PARA EL SECTOR INFORMAL EN COLOMBIA”. 1.2 – Tamaño y Evolución del Empleo Informal. Ramírez Guerrero Jaime. Pág. 3. 2002 OIT. “CAPACITACION LABORAL PARA EL SECTOR INFORMAL EN COLOMBIA”. 1.3 – Caracterización Sociodemográfica de la población ocupada en el sector informal urbano. Ramírez Guerrero Jaime. Pág. 4. 2002 Colombia, Departamento Nacional de Planeación: Documento CONPES Más y Mejores Empleos. Bogotá, 1995. Presidencia de la Republica. Retén Social. MUJERES CABEZA DE FAMILIA NO ESTAN SOLAS. Claudia Rodríguez de Castellanos, autora de la Ley 82 de 1993. Pág. 14 A Acevedo D. 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Ley 789 de 2002. Capitulo IV. Régimen especial de aportes para la Promoción del Empleo. Art. 13. Parágrafo 5º. V INFORME DE LA REPUBLICA DE COLOMBIA AL COMITÉ PARA LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER. Pág. 3. 2003 ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO. Conferencia Internacional del Trabajo. Informe VI. Seguridad Social: temas, retos y perspectivas. Capitulo IV – Igualdad de género. 2001 Informe anual de la comisión interamericana de derechos humanos. 2000. Fondo de ayuda para la infancia UNICEF Consejería Presidencial para la Juventud, la Mujer y la Familia. Organización Internacional del Trabajo. OIT Consejería Regional para Mujeres Trabajadoras Políticas y Programas 1992-1993. Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Informe Anual. 2002. Guía para la mejora de las condiciones de salud y trabajo de las mujeres OPS, Las condiciones de salud en las Américas, Edición 1990, Publicación Científica Nº 524, OPS, Washington, 1990. Ley 82 de 1993. Articulo 1. Ley 82 de 1993. Articulo 2. MUJERES CABEZA DE FAMILIA NO ESTAN SOLAS. Claudia Rodríguez de Castellanos, autora de la Ley 82 de 1993. Pág. 14 A. Guía para la mejora de las condiciones de salud y trabajo de las mujeres. OIT. La prevención una estrategia global. Ginebra 2005. Fondo de Riesgos Profesionales. Estadística Sistema General de Riesgos Profesionales 2007. http://www.fondoriesgosprofesionales.gov.co/Estadisticas/ESTADISTICAS_ SGRP_OCTUBRE_2007.pdf Consultada el 29 - 01- 2008. Ministerio de la Protección Social. Informe de enfermedad profesional en Colombia 2003-2005. Bogotá, 2007. Pág. 25. Opus cit. SIG 2005 MUJERES CABEZA DE FAMILIA NO ESTAN SOLAS. Claudia Rodríguez de Castellanos, autora de la Ley 82 de 1993. Pág. 14 A. Guía para la mejora de las condiciones de salud y trabajo de las mujeres. Carlos Aníbal Rodríguez. Seguridad y salud de la mujer trabajadora frente a la reconversión industrial y el cambio tecnológico. Barañano, M. “Mujer, Trabajo, Salud. 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