El operador falo y sus consecuencias en la Neurosis

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FACULTAD DE PSICOLOGIA.
El operador falo y sus
consecuencias en la
Neurosis.
Escuela de Ayudantes.
Fiorela Soto.
30/08/2011
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EL OPERADOR FALO Y SUS CONSECUENCIAS EN LA NEUROSIS.
El objetivo de dicho escrito es postular, en base a la obra de Freud, lo que implica tanto
en niños como en niñas, pasar por la Fase Fálica (en donde se juega la trama EdipoCastración) y las consecuencias que tiene el operador falo en la neurosis.
La neurosis implica un pasaje por el Complejo de Edipo, el mismo es un fenómeno
central del período sexual de la primera infancia. Está articulado al Complejo de
Castración por un elemento llamado Falo (no se puede hablar de uno, sin hablar del
otro). Freud dirá que luego cae sepultado, se reprime y es seguido por un periodo de
latencia.
El Falo, además de ser el cuarto termino que hace posible el trío edípico: padre-madreniño, introduce la diferencia de los sexos, como encuentro con lo que no hay (no hay
inscripción del genital femenino).
Falo no es sinónimo de pene. Sino que sobre él se apoya una dimensión simbólica, que
marca presencia y ausencia de ese órgano. Osvaldo Delgado, en el teórico 19 del
2007, explica que en términos orgánicos los varones tienen pene y las mujeres tienen
vagina, no les falta nada. En términos del falo la referencia es: “los que tienen falo” y
“los que no tienen falo”.
En el texto “La organización genital infantil” de 1923, Freud introduce la Fase Fálica y
postula que el carácter principal de toda organización genital infantil consiste en que,
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para ambos sexos, no hay un primado genital, sino un primado del falo. Esto es, la
significación que adquiere un genital para ambos sexos y ese genital es el masculino.
Lo dicho anteriormente se entiende, si se explica que para los niños en la Fase Fálica
hay una premisa universal del pene, para ellos todos y todo tiene pene; otros humanos,
animales y hasta cosas inanimadas tienen forma análoga a su miembro. Solo más
tarde, guiados por una pulsión de saber, sospechan que en la niña hay algo distinto e
intentan repetir observaciones de manera esclarecedora.
Frente a las primeras impresiones de la falta de pene, los niños toman diferentes
reacciones:
-Desconocen esa falta, creen ver un miembro a pesar de todo.
-Dicen que es pequeño y ya les va a crecer (desmentida).
-Poco a poco llegan a la conclusión de que estuvo en algún momento y se lo cortaron.
La falta de pene es entendida como resultado de una castración. Si ellos sostienen la
premisa universal del pene, es desde ahí que interpretan neuróticamente que a la niña
le falta. En este momento se le junta lo visto (la falta de pene) con lo oído (la amenaza)
y entonces cobra fuerza la castración. Según Freud: “Solo puede apreciarse la
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significatividad del complejo de castración, si a la vez se toma en cuenta su génesis en
la fase del primado del falo.”1
El Complejo de Castración implica una disimetría, que se da de diferente manera, tanto
en el niño como en la niña. El niño que anhela a su madre y quiere eliminar a su padre
en tanto rival, sale del Complejo de Edipo bajo la amenaza de castración. El interés
narcisista hacia sus genitales, hace que el varón reprima sus deseos incestuosos,
abandonando, reprimiendo el objeto amoroso materno y se identifica con la posición
viril paterna, dando como resultado un Edipo positivo. Entonces, es por temor a perder
el pene (por la amenaza de castración), que el Complejo de Edipo se abandona y cae
sepultado como final. Freud dirá, en el texto El Sepultamiento del Complejo de Edipo
de 1924, que se va a pique (al fundamento) a raíz de las dolorosas desilusiones
acontecidas. La niña que quiere ser la amada del padre, tendrá que vivenciar alguna
reprimenda y el varoncito hace la experiencia de que la madre le quita amor y cuidados
para entregárselo a un recién nacido. Así, el Complejo de Edipo se irá al fundamento,
como resultado de su imposibilidad interna.
La niña, a diferencia del varón, por el Complejo de Castración entra al Edipo. Ella
reconoce el hecho de su castración y así la superioridad del varón; y por la envidia del
pene es expulsada de la ligazón-madre (objeto pre-edípico) y desemboca en la
situación edípica volcándose hacia el padre (objeto edípico) y buscando el pene que la
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Freud, S., “La organización genital infantil. (Una interpolación en la teoría de la sexualidad)” (1923), en: Obras
Completas, Buenos Aires: Amorrortu, tomo XIX.
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madre le ha denegado. Por lo tanto la niña experimenta un cambio de objeto (de madre
al padre) y un cambio de zona (de clítoris a vagina).
Freud ubica tres salidas de la feminidad, que marcan una relación de lo femenino con
el falo:
-La primer fórmula es pene= falo, como no tiene pene se siente carente en relación al
falo, se siente un ser inferior.
-La segunda fórmula, la que en su extremo llega a la homosexualidad femenina es que,
como está en relación al falo, está provista de pene en su fantasía, en sus sueños.
-La tercera es que al no tener pene, pero a partir de su relación con el falo, puede tener
un sustituto (el falo en tanto operador estructural, permite esa sustitución). El encuentro
con la castración en la mujer, va a ser que una de las respuestas sea la maternidad,
como no tengo el falo, deseo tener un equivalente, por ejemplo un hijo.
Volviendo a la premisa universal, el niño no generaliza tan rápido la falta de pene ya
que esto le implica un obstáculo, pensarlo como castración a modo de castigo. Ellos
creen que solo las personas despreciables del sexo femenino, culpables de mociones
prohibidas como las que él mismo sintió, perdieron el genital. En cambio, las personas
respetables como su madre, siguen conservando el pene. Para el niño ser mujer, no
coincide con la falta de pene. Solo más tarde, cuando aborda el problema de la génesis
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y el nacimiento de los niños, percibe que solo las mujeres pueden parir a los hijos y se
crean complejas teorías infantiles, para explicar este cambio de pene a hijo.
La pulsión de saber de los niños recae sobre problemas sexuales (la diferencia de los
sexos). Lo que dispara la investigación es la pregunta por el origen, por la escena
primaria, por el encuentro entre los padres, por el nacimiento. Hay teorías del
nacimiento, de la implantación oral de la semilla (fase oral) y la de que los hijos se
tienen por el ano (fase anal). De acuerdo a la prevalencia de la zona, una teoría.
La investigación sexual infantil, es un encuentro traumático frente al que no todos
tienen pene. Entonces, la pulsión de saber fracasa, en vez de poder aceptar lo que ese
encuentro produjo, lo
rechaza creando teorías sexuales infantiles. Las mismas
responden a la ausencia del representante psíquico para el genital femenino e implican
dos cosas: por un lado un rechazo a la castración, un “no quiero saber nada de eso”,
pero además implican un modo de satisfacción porque están vinculadas a una zona
erógena.
A modo de cierre, es interesante destacar y en base a lo expuesto hasta aquí, el hecho
de que Freud ubica un horror hacia lo femenino, un menosprecio hacia la mujer a partir
de la falta de pene. La cuestión de la feminidad es un problema para el psicoanálisis y
Freud deja la pregunta abierta, hasta el final de su obra. Tanto hombres y mujeres
desestiman la feminidad, puesto que no hay un representante psíquico del órgano
genital femenino, no hay representante psíquico que diga qué es ser una mujer. Es el
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falo el que pasa a ser el representante del genital masculino, el representante de lo que
hay, introduciendo la diferencia de los sexos y permitiendo leer la falta. Entonces las
posiciones sexuadas se arman en relación al tener y no tener falo, quedando inscripto
el genital femenino bajo una lógica fálica, siendo su oposición Falo-Castración.
Bibliografía:
-Freud, S., “La organización genital infantil. (Una interpolación en la teoría de la sexualidad)”
(1923), en: Obras Completas, Buenos Aires: Amorrortu, en: Obras Completas, XIX.
-Freud, S., “El sepultamiento del Complejo de Edipo”(1924), en: Obras Completas, Buenos
Aires: Amorrortu, en: Obras Completas, XIX.
-Freud, S., “Conferencia 33. La Feminidad”, en: Obras Completas, Buenos Aires: Amorrortu,
en: Obras Completas, XXII.
-Delgado, O., El Edipo como operador estructural. Ficha de Cátedra.
-Delgado, O., “Consideraciones críticas de la concepción freudiana de los complejos de Edipo
y de castración.” en La Subversión Freudiana y sus consecuencias. Buenos Aires: JVE
Ediciones, 2005.
-Delgado, O., Teórico 22 de 2006.
-Delgado, O., Teórico 17, 18, 19 de 2007.
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