UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ FACULTAD DE ENFERMERÍA LICENCIATURA EN ENFERMERIA METODOLOGIA PARA EL TRABAJO CIENTIFICO MONOGRAFIA (OBESIDAD INFANTIL) ELABORADO POR: ALEJANDRO RODRIGUEZ SAUCEDO TERCER SEMESTRE GRUPO “D” 25 DE NOVIEMBRE 2009 INTRODUCCION La obesidad es una entidad patológica que se caracteriza por un aumento de la masa corporal grasa y constituye un problema de salud pública de alcance mundial. En mayo de 2004, la 57.ª Asamblea Mundial de la Salud la declara epidemia del siglo xxI y aprueba la creación de una estrategia sobre nutrición, actividad física, obesidad y salud (NAOS). En España, para cumplir con esta estrategia, el Ministerio de Sanidad y Consumo (MSC) dicta las directrices para la elaboración del Plan Integral de Obesidad, Nutrición y Actividad Física en la orden SCO/66/ 2004 del 22 de enero 2004. Un año más tarde el MSC desarrolla la estrategia NAOS, en cuyo informe se definen los ámbitos en los que se va a desarrollar el trabajo. En el ámbito médico de esta estrategia, el pediatra de atención primaria tiene un papel protagonista. Para mejorar la eficacia de las medidas a adoptar, es necesaria una mayor información con respecto a su participación en la prevención, identificación de las poblaciones de riesgo, disponibilidad de materiales de divulgación entre sus pacientes y mejor entrenamiento de las unidades que se dedican al tratamiento precoz durante la infancia. En este escrito abordaremos los problemas de la obesidad infantil, sus factores de riesgo a si como sus complicaciones psicológicas y medicas en la actualidad. Este tema es de gran importancia ya que se considero como una epidemia y el futuro de nuestra sociedad se basa en los niños y adolescentes esto es sumamente alarmante ya que este tema no se esta tomando con la seriedad debida y no se debe dejar de recordar que es una epidemia tan grabe como cualquier otra. INDICE PORTADA………………………………………………………………………………..1 INTRODUCCION………………………………………………………………………...2 INDICE…………………………………………………………………………………….3 ENFERMEDADES A CAUSA DE LA OBESIDAD………………………..………....4 INTERVENCIONDES EN LA OBESIDAD……………………………………………..7 ANEXOS…………………………………………………………………………………...9 BIBLIOGRAFIA…………………………………………………………………………...11 DELIMITACIONES…………………………………………………………………….....12 Estudios recientes realizados en distintos países demuestran que el 5-10% de los niños en edad escolar son obesos, y en los adolescentes la proporción aumenta hasta situarse en cifras del 10-20%. Una incidencia similar ha sido encontrada en nuestro país. Además, la frecuencia tiende a aumentar en los países desarrollados, constituyendo la obesidad un problema sanitario de primer orden, al ser un factor común de riesgo para diversas patologías como son la diabetes, la enfermedad cardiovascular, y la hipertensión arterial. Su tratamiento es difícil pero a pesar de las dificultades en el tratamiento de la obesidad, es necesario insistir en él, debido a las consecuencias tan negativas que tiene la obesidad, tanto en la salud médica como psicológica del niño y del adolescente. Por lo tanto es necesario actuar cuanto antes y estar convencidos de que el niño obeso pierda el exceso de grasa y aprenda qué es una alimentación y estilo de vida saludables. En este sentido, es esencial trabajar en la prevención de la obesidad, concienciando a los pediatras, enfermeras, educadores y padres de la importancia de la educación nutricional de los niños desde las edades más tempranas. COMPLICACIONES DE LA OBESIDAD ENFERMEDADES A CAUSA DE LA OBESIDAD La persistencia de la obesidad infantil hasta la edad adulta aumenta significativamente el riesgo de padecer el síndrome X o metabólico-vascular55, enfermedad de la vesícula biliar y esteatosis hepática. En gran parte de los niños afectos de obesidad se pueden detectar algunos indicadores que predicen la posibilidad de padecer estas enfermedades en su forma completa de expresión, si no se trata su obesidad. El síndrome metabólico-vascular asocia obesidad, hipertensión, dislipidemia e insulinorresistencia55. La mayor incidencia de enfermedad cardiovascular en personas obesas es el resultado en su mayor parte de la asociación de estos tres factores de riesgo, dislipidemia, insulino-resistencia, e hipertensión, probablemente en un individuo también con una predisposición genética a padecer enfermedad cardiovascular. Dicha incidencia puede aumentar, si se asocian otros factores de riesgo cardiovascular, muchas veces presentes en los adolescentes obesos, como son el sedentarismo o falta de actividad física y tabaquismo. Las personas afectas de obesidad tienen más tendencia a padecer hipertensión que los no obesos. Los niños afectos de obesidad tienen niveles séricos más elevados de apoproteínas (APO-A1, APO-B), colesterol total y LDL-colesterol y, sin embargo, los niveles séricos de HDL-colesterol son más bajos en los obesos, hecho que constituye un riesgo de enfermedad cardiovascular independientemente de las concentraciones de LDL-colesterol. El riesgo relativo de hipercolesterolemia es de 1,5 veces mayor en los obesos que en las personas delgadas. Todos estos parámetros se normalizan tras la pérdida de peso, de ahí la importancia de tratar de forma precoz la obesidad. La detección precoz de insulino-resistencia y diabetes mellitus tipo 2 en niños y adolescentes obesos es uno de los objetivos más importantes en la prevención de las complicaciones de la obesidad. La asociación entre obesidad y diabetes mellitus tipo 2 se conoce desde hace muchos años. Los datos del National Health Nutrition Examination Survey III indican que el riesgo relativo de desarrollar diabetes es 2,9 veces mayor en personas obesas de 20 a 75 años. El riesgo relativo de los de 2 a 45 años es 3,8 veces mayor y de 45 a 75 años es de 2,156. Todavía no disponemos de cifras de incidencia y prevalencia de esta patología en los niños de nuestro país. La diabetes mellitus tipo 2 aparece cuando la demanda de insulina de ciertos individuos predispuestos supera la capacidad secretora de insulina de su páncreas. La obesidad a largo plazo puede conducir a trastornos del aparato digestivo y del hígado como son la colelitiasis y la esteatosis hepática. En niños se puede observar cuando la obesidad es muy severa. Muchos niños afectos de obesidad presentan estreñimiento, que probablemente está en relación con la falta de ejercicio físico o con una alimentación inadecuada con escaso aporte de fibra. Los niños y adolescentes afectos de obesidad pueden presentar alteraciones del desarrollo puberal como las que se mencionan a continuación: – Pubertad adelantada: la mayoría de los niños obesos se sitúan por encima del percentil 50 de la talla para la edad. Un gran porcentaje de estos niños tienen crecimiento lineal avanzado, edad ósea también adelantada y en ellos son precoces la maduración sexual y el estirón puberal. Algunos de ellos alcanzan una talla media o relativamente baja al llegar a la vida adulta. – Pseudohipogenitalismo: en los varones prepúberes es un problema muy frecuente ya que la grasa suprapúbica oculta la base del pene disminuyendo su tamaño real. – Ginecomastia: es también un problema frecuente en los varones, debido al acúmulo de grasa en la región mamaria, sin existir generalmente aumento real del tejido glandular mamario. Algunos niños afectos de obesidad severa pueden presentar problemas dermatológicos: estrías, infecciones por hongos en las zonas de pliegues y acantosis nigricans (esta última aparece en relación a la alteración en la sensibilidad a la insulina). Son también importantes las repercusiones que la obesidad tiene sobre la función pulmonar. Estos niños pueden presentar disnea de esfuerzo ante el ejercicio físico moderado e incluso insuficiencia respiratoria con intoxicación por dióxido de carbono, característica propia del síndrome de Pickwick, que se observa en los casos extremos de obesidad. En casos de obesidad severamoderada los índices espirométricos están alterados y existe un aumento en las infecciones respiratorias. Además la obesidad favorece el broncoespasmo y empeora las crisis de asma. Muchas veces presentan también, apnea durante el sueño. Los niños obesos tienen un nivel de actividad física disminuido. Se cansan antes que sus compañeros y no pueden competir con ellos. Por último, pero no menos importante es la patología osteoarticular secundaria al excesivo peso que tienen que soportar las articulaciones. Ya durante la infancia, el exceso de peso que acompaña a ésta constituye una sobrecarga para el aparato locomotor, siendo frecuente encontrar en los niños obesos algunos trastornos ortopédicos, como el Genu valgum y la epifisiolisis de la cabeza femoral, pie plano, escoliosis, coxa vara y enfermedad de Perthes. INTERVENCIONES EN LA OBESIDAD La prevención primaria o universal de la obesidad no se debe centrar en la obesidad misma, sino que debe ser parte de una política nacional global de salud pública, con el objetivo de mejorar la alimentación de la comunidad, reducir el riesgo de las enfermedades crónicas y mejorar el estado de salud y la calidad de la vida de la población en general. La prevención secundaria o selectiva se debe centrar particularmente en niños con un riesgo elevado de obesidad por factores de riesgo asociados. La implicación médica es de una importancia particular en esta prevención secundaria para identificar y manejar a estos niños. A pesar de que las estrategias de intervención son diferentes para cada uno de los elementos mencionados en la etiología, todos están relacionados. Para obtener éxito en un caso de “epidemia” como en el que nos encontramos actualmente, estos tres elementos deben intervenirse conjuntamente: – Las intervenciones basadas en los niños y sus familias son fundamentalmente educativas y centradas en estilos de vida respecto a la alimentación y la actividad física. Los lugares de intervención son escuelas, hogares, vecindarios, centros de Atención Primaria de salud y comunidades. – Muchas de las estrategias basadas en el vector se relacionan con soluciones técnicas o de ingeniería, como reducir la densidad energética de los productos de alimentación manufacturados. – Las intervenciones ambientales necesitan apoyarse en cambios políticos y sociales, y son fundamentales para hacer que las elecciones saludables (especialmente las relacionadas con la alimentación saludable y la actividad física) sean las elecciones fáciles. Los microambientes clave para estas intervenciones son el sector de infraestructuras y transporte, los medios de comunicación y el sector de alimentación. – Intervenciones en el medio escolar: este medio juega un papel clave en la prevención primaria. Los programas escolares multifacéticos que promocionan tanto la actividad física como la modificación de la dieta y que se centran en los comportamientos sedentarios pueden contribuir a la reducción de la prevalencia de la obesidad en escolares y especialmente en las chicas. – Intervenciones sobre la actividad física: existen resultados prometedores que apuntan hacia la efectividad de concentrar las intervenciones en un único objetivo: el control del comportamiento sedentario. – Intervenciones basadas en la familia: la implicación de la familia y especialmente los programas de modificación de conducta en los que los padres y madres actúan como agentes de cambio, modificando sus propios estilos de vida, son más efectivos que los dirigidos únicamente a los cambios de comportamiento en los niños. – Intervenciones en el medio sanitario: son escasos los estudios de calidad que evalúan intervenciones para la prevención de la obesidad infantil desde la atención pediátrica ya que las investigaciones desde este ámbito se han dirigido fundamentalmente hacia el tratamiento. ANEXOS Cambios en la prevalencia de la obesidad a nivel mundial * Se debe calcular el porcentaje de la mediana del peso para la talla en todo niño menor de 6 años. Se considera con sobrepeso entre el 110 y el 120%, obeso mayor de 120%, leve hasta 130, entre 130 y150% moderado, grave entre 150 y 170% y mórbido mayor de 170%.Se debe calcular el IMC corporal en todo niño mayor de 6 años en el control pediátrico. BIBLIOGRAFIA Rosales UV. a. principios de obesidad infantil. Revista pediátrica de atención primaria.2005 abril-junio;(7):55-70 Fuentes A.R. Gracia M.R. Morbilidad médica. Revista de atención primaria a la obesidad. 2007 enero-marzo 17;(5):5-9