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Revista
Insurreción
Edición No.529
Mayo/16/2016
EDITORIAL4
Resistencia Civil o Guerra Total
CARICATURA
La Nueva Imagen de la Seguridad 8
La Demora en el Inicio de las Conversaciones
Corre por Cuenta del Gobierno
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Autor: PICAdura
Autor: Delegación de Paz / www.eln-paz.com
Emergencia Humanitaria en las Cárceles
14
Ni Tantito Así ¡Nada!
20
Autor: Martín Mosquera
Autor: Gabriel Antonio Gaitán
EDITORIAL N.528 / Comando Central - COCE
Resistencia Civil o
Guerra Total
E
4
Este desafiante anuncio del senador Uribe, es una declaración de guerra total, que la extrema derecha militarista hace contra el proceso
de paz. Sin embargo, para no aparecer tan guerrerista, utiliza la figura eufemística de “resistencia civil”, porque este concepto ha sido
utilizado para oponerse a poderes coloniales, a dictaduras fascistas,
o a la persecución política de gobiernos contra minorías étnicas y organizaciones sociales. Por eso, este término resulta contradictorio e
inapropiado, pues sería la primera vez que se utilice la resistencia civil
contra un proceso de paz.
El llamado de Uribe y los suyos, es la combinación de todas las formas de lucha, puesto que han mantenido toda la agresión paramilitar
y ahora necesitan mostrar grandes movilizaciones que respalden la continuidad de la guerra
en Colombia. Esta guerra total ya
la comenzaron este año, con el
paro armado del Clan Úsuga, del
31 de marzo al 1 de abril, para
continuar con las marchas “civiles” el 2 de abril.
Varios estudios académicos y
de organismos internacionales,
demuestran que la llamada desmovilización paramilitar de Uribe,
fue sólo una pantomima, para legalizar a los principales sicarios,
después de cometer innumerables crímenes de guerra, pero
dejando activa toda la estructura
irregular del Estado para la guerra contrainsurgente, en abierta
connivencia con las fuerzas regulares; dedicadas especialmente
a masacrar las organizaciones
sociales y políticas de oposición;
manipulando sectores políticos,
mediante una poderosa maquinaria electoral que impone una
tercera parte del parlamento;
manteniendo controles territoriales de varias regiones y captando las rentas estatales; sirviendo
a los intereses económico de las
empresas multinacionales, industriales, terratenientes, ganade-
Revista Insurrección
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n días recientes, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, llamó a
una “resistencia civil” como mecanismo contra el proceso de
negociación entre el gobierno y la insurgencia. Como siempre,
a esta declaración le siguió una bien orquestada avalancha
mediática de respaldo, del procurador Alejandro Ordóñez y
los acólitos del Centro Democrático.
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pero la oligarquía que controla
el Estado está dividida. El sector
oligárquico que se ha beneficiado y enriquecido con la guerra,
no quiere dejarla porque es un
negocio muy rentable.
Mientras que el gobierno se inventa la paja en los ojos del ELN,
con las supuestas divisiones internas que no dejan avanzar el
proceso de paz; no se quiere dar
cuenta de la viga que tiene la oligarquía en sus vistas, con la convocatoria del uribismo a la guerra
total.
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Colombia es el país donde se sigue asesinando el mayor número
de sindicalistas y defensores de
derechos humanos, se siguen
desterrando más de 300 mil personas al año. De las más de 6,5
millones de hectáreas despojadas, sólo se han devuelto el 0,2
por ciento, equivalente a 15 mil
hectáreas, eliminando y amedrentando a los reclamantes. La
criminalización y judicialización de
la protesta social cada día cobra
nuevas víctimas. Las cifras oficiales reconocen la existencia de 8
millones de víctimas, pero son
muchas las personas que temen
registrarse ante sus propios victimarios, pues ha habido retalia-
ciones. La guerra sucia continúa
en pleno apogeo y las estadísticas demuestran que el principal
responsable es el Estado, con sus
paramilitares.
Es evidente la continuidad del paramilitarismo, como herramienta
del terrorismo de Estado, así el
gobierno le haya cambiado de
nombre y asegure que son apenas bandas criminales -bacrimdedicadas sólo al narcotráfico.
El expresidente Uribe ha sido
un furibundo promotor del paramilitarismo y ahora llama a su
exacerbación con la “resistencia
civil”, esto es un serio obstáculo a
cualquier intento de solución política con la insurgencia.
La paz no se puede negociar sólo
con un gobierno, sino que debe
ser un compromiso de Estado,
Si se quisiera la paz, el gobierno pararía la guerra, mediante
un cese bilateral del fuego, para
que se creara un nuevo clima democrático, que permita la más
amplia participación social, para
construir las transformaciones
que necesita Colombia.
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ros, y; monopolizando las actividades de los negocios delictivos
y criminales, donde se destaca el
narcotráfico.
Si el presidente Santos verdaderamente quiere la paz y, quiere
tomar distancia de su antecesor
Uribe, debe comenzar por controlar, atacar y acabar con el
paramilitarismo, como condición
para asegurar que en Colombia
se podría hacer política sin armas
y que no se asesinará a la oposición.
Si el gobierno de Santos quisiera la paz, debiera comenzar por
respetar los acuerdos pactados
para desarrollar la agenda de
diálogo con el ELN y no estar queriendo sacar ventajas extras, con
asuntos que no ha conseguido en
la guerra ni en la mesa de negociación. Santos no puede exigirle
al ELN lo que no se ha acordado.
Es un mal augurio, desconocer los
compromisos, cuando apenas se
va a comenzar la Fase Pública.
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CARICATURA / PICAdura
La Nueva Imagen
De la Seguridad
Delegación de Paz ELN / www.eln-paz.org
La Demora en el Inicio de las
Conversaciones Corre por
Cuenta del Gobierno
Nos encontramos con el Comandante Pablo Beltrán, integrante del
Comando Central del Ejército de Liberación Nacional y de la Delegación
para los diálogos con el gobierno de Santos.
Comandante Pablo Beltrán, fuentes del gobierno dicen
que la mesa está trabada, ¿por qué?
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La voluntad que tenemos es que los temas, que ha puesto el gobierno como exigencias públicas, estamos dispuestos a considerarlos y a
tratar en la mesa sobre eso y acordar sobre eso, como todos los problemas del conflicto; pero lo que en el ELN no estamos de acuerdo,
es que una presión extra mesa como esta, se haga desconociendo
el conjunto de los acuerdos que hay y por fuera de ellos, y hasta un
punto tal que se coloca en entredicho todo lo que se ha avanzado.
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Sí está trabada y ese fue un término que ellos se buscaron, porque
el 30 de Marzo anunciamos un acuerdo de Agenda y paralelo a ese
acuerdo el gobierno ha venido insistiendo en nuevas exigencias, que
ya están contempladas en la Agenda para tratarse en su momento;
pero han colocado unas exigencias, como digo de última hora, que
colocan en crisis la mesa y ya llevamos 40 días, desde que se anunció el acuerdo, sin que podamos resolver este impase.
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El martes 10 de Mayo se
reunieron con los delegados del gobierno, ¿hubo
avances?
Pues desde que mantengamos
el análisis de los problemas,
cualquiera que sean incluido
este, es un avance, sentarse a
conversar ante las dificultades
que hay, siempre será la solución, nunca la solución serán las
imposiciones o las conminaciones o los términos perentorios,
porque esto es una negociación,
es componer acuerdos, no es
que cada parte le haga a la otra
exigencias unilaterales y lo coloque sobre la base, que si no las
cumple entonces no hay acuerdos, ese método no lo compartimos.
Afortunadamente en esta ocasión, la reunión que Usted dice
del martes 10 de mayo nos reunimos, seguimos examinando
los problemas; hay que reconocer que el gobierno hizo un cambio de método, antes venía colocando el tema de las retenciones
como una exigencia y ahora ya
lo coloca como un punto de negociación, ya eso son otras palabras, otros términos y en ese
campo, claro nosotros estamos
dispuestos a dialogar, a negociar lo que sea, porque por eso
se trata de solución política del
conflicto, o sea que quiere decir,
que no hay hechos de fuerza ni
presiones, entonces ya en estos
términos, estamos en la disposición de tratar esos temas; también tratamos otros.
Como es una negociación, les expresamos la preocupación porque en Colombia, día a día están matando dirigentes sociales,
líderes de luchas de derechos
humanos y de izquierda y ese
número de graves violaciones de
los derechos humanos, son mucho más altas que las que le preocupan al gobierno; entonces lo
llamamos a que equilibremos
estos análisis y a que tengamos
en cuenta todos los dolores y sobre esa base tomemos acciones,
que de común acuerdo llamamos para aclimatar la paz, para
crear un clima de paz, que ambas partes tomemos acciones,
que lleven por ejemplo, a que el
personal no combatiente, la población no combatiente no sea
involucrada en el conflicto; en
ese sentido hicimos un amplio intercambio sobre cómo darle una
salida negociada a este impase
y quedamos con la expectativa,
de que en un próximo encuentro
podamos llegar a una solución
que satisfaga a ambas partes.
Comandante escuchando los
medios de comunicación,
queda la impresión que
quienes están incumpliendo
los acuerdos son Ustedes,
¿qué opina de esto?
Pues, hay que colocar las cosas
al derecho. Firmamos un acuerdo, este asunto que le preocupa
al gobierno de las retenciones
está incorporado en el acuerdo
para tratarlo y pactarlo, y por
aparte el gobierno sacó a última hora una exigencia, que la
ha enfatizado después de que
hicimos el anuncio del acuerdo y
nosotros lo que decimos es, que
hay que actuar de acuerdo a lo
que pactamos, tenemos unas
reglas del juego, trabajemos con
eso, y todos esos asuntos que le
preocupan más a una u otra parte, pues llevémoslos a la mesa,
pero no tranquemos la mesa haciendo una exigencia previa.
En ese sentido pues hay que entender que la Agenda trata de
recoger la más grande diversidad de problemas que hay en
Colombia. Por ahí leía que una
señora escribía, que vea que
en el acuerdo en ninguna parte
aparece la palabra secuestro,
yo me alegro que lo haya leído,
pero por qué no se preocupa
que ahí hable de nacionalización del petróleo, que hable de
reforma agraria, pues hay muchas cosas que ahí no se tocan,
porque están implícitas para hablarlas ahí, porque si cada uno
va a querer que le coloquen su
palabra ahí, eso no hubiera sido
un acuerdo de tres páginas sino
de trescientas.
El ELN está cumpliendo los acuerdos y está siendo considerado
de que si hay alguna urgencia o
una mayor solicitud de atención
por parte del gobierno, la incorporamos al acuerdo y a la mesa.
Entonces quiero decirles, que
la delegación del ELN está lista
para acudir a Ecuador y el tiempo que se demore en hacer ese
inicio de las discusiones, corre es
por cuenta del gobierno y no por
cuenta del ELN; nuestra disposición está clara, nunca nos vamos
a retirar de la mesa, vamos a
persistir en que se haga la negociación y el diálogo según lo
acordado y esperamos que el
gobierno, más pronto que tarde
se disponga a que vamos a la
cita pactada para Ecuador.
Martín Mosquera
Crisis humanitaria
Emergencia Humanitaria
En las Cárceles
I
nmediatamente después de su nombramiento, el ministro de
justicia Jorge Londoño decretó la emergencia carcelaria en el
país, debido a que en 74 de las 137 cárceles, no se está prestando la atención de salud.
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Mientras la administración del ministerio de justicia, del Inpec y la
Uspec (Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios), discuten
como se reparten la contratación de los $86 mil millones destinado
a la salud carcelaria, el personal detenido se muere por falta de
atención médica.
La emergencia decretada hasta diciembre, es una burla, pues las
brigadas sanitarias que realizarán las fuerzas armadas, son sólo un
pañito de agua tibia para un enfermo terminal.
La alimentación es otra situación catastrófica, pues mientras las clientelas politiqueras
se enriquecen con los 340 mil
millones destinados para la alimentación carcelaria, al personal detenido le dan desechos
alimenticios que no brindan los
mínimos valores nutricionales
y en ocasiones dan alimentos
descompuestos, no apto para
consumo humano.
La universidad del crimen
Las 123 mil personas privadas
de la libertad padecen una grave crisis humanitaria, que comienza porque las cárceles sólo
tienen capacidad para alojar a
78 mil personas, arrojando un
índice nacional de hacinamiento del 64 por ciento, pero hay
cárceles como la de Barranquilla
donde el hacinamiento llega al
400 por ciento.
El sistema carcelario y penitenciario en Colombia, está diseñado para degradar la condición humana, para destruir los
valores éticos, para acabar la
esperanza por una mejor forma
de vida. Por eso, las personas
que por cualquier motivo tienen
la desgracia de caer a esos antros de descomposición, tienen
que aprender a delinquir para
lograr sobrevivir.
Especial atención merece el
caso del Establecimiento Penitenciario de Alta y Mediana
Seguridad de Valledupar “La
Tramacúa”, en donde la temperatura supera los 40° centígrados y fue construido sin acueducto. A pesar de varias tutelas
Al interior de las cárceles funciona la ley del más fuerte, controladas por mafias criminales que
estratifican diferentes formas
de vida, de acuerdo a sus niveles de ingreso. Dotados de un
poderoso arsenal bélico, conforman tenebrosas organizaciones
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Pero la crisis sanitaria es generalizada, pues en los otros centros
carcelarios se tiene un médico y dos baños por cada 400 o 500
detenidos, se carece de medicinas y del instrumental para ofrecer
la atención básica, ni siquiera de los primeros auxilios. Además, el
alto hacinamiento es el caldo de cultivo para proliferar todo tipo de
epidemias y la pésima alimentación dispara todos los índices de
morbilidad y mortalidad.
El nuevo ministro, no podrá
seguir haciéndose el sordo a
las huelgas de hambre que se
adelantan en 18 centros penitenciarios, desde mediados de
febrero. Los reclamos son de
todo tipo, porque tenemos un
Estado policiaco, dedicado a incrementar las penas judiciales,
especialmente contra las organizaciones sociales que reclaman sus derechos, pero que no
brinda las condiciones mínimas
de sobrevivencia al interior de
las cárceles y mucho menos se
preocupa por la rehabilitación
de los personas a quienes le
quitan su libertad.
que han fallado a favor del cierre, se mantiene esta pocilga
como emblema de las cárceles
en Colombia.
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Las mafias intra carcelarias,
necesariamente cuentan con
la complicidad delictiva de los
guardianes y personal directivo,
quienes tienen el privilegio de
sobornar al personal detenido y
sus parientes, para comunicarlos con el mundo exterior e ingresar cualquier tipo de recurso.
Toda actividad legal que pretenda realizar una persona privada de la libertad, debe tener
el visto bueno y pagarse a los
caciques de los patios y a los
guardianes. Y estos ofrecen
todo tipo de vicios, según la
capacidad adquisitiva del de-
tenido. Ante la falta de planes
de formación y rehabilitación, el
encierro deprime a muchos y los
arroja al abismo de los vicios, la
delincuencia y el crimen.
Las cárceles también fueron
entregadas al control del paramilitarismo, quienes a sangre y
fuego asaltaron los cacicazgos
y montaron en estos establecimientos los cuarteles centrales
de sus operaciones criminales.
Baste recordar las investigaciones que estaba realizando la
periodista Yinet Bedoya, sobre
las torturas y el descuartizamiento realizados en la cárcel
Modelo de Bogotá, a más de
100 personas, de 1998 al 2003
y, por estas actividades periodísticas, fue víctima de secues-
tro y violación por los paramilitares, que aún permanecen en
la impunidad.
Muchos llegan a las cárceles por
delitos menores o siendo inocentes y salen graduados como
expertos criminales.
Los presos políticos
El nefasto presidente Julio César Turbay -1978-1982-, quien
se hizo famoso por la represión
militar, las torturas y por cometer permanentes torpezas, dijo
que: “aquí el único preso político soy yo”, después, todo el
resto de mandatarios se han
empeñado en desconocer la
existencia del delito político, sin
embargo, en Colombia hay más
de 9.500 personas privadas de
la libertad por ser disidentes
políticos o presos de conciencia
o prisioneros y prisioneras de
guerra.
Los últimos gobiernos se han
empeñado en aprobar leyes
antisociales, como la reciente
Ley de Seguridad ciudadana,
que penaliza cualquier manifestación de protesta social, tipificándolas como “actos terroristas”, por eso las cárceles se
han ido llenando de dirigentes
y activistas sociales o de la oposición política.
El sistema penitenciario se ensaña contra los prisioneros políticos, tratando de doblegar su
capacidad de resistencia al régimen, para hacer que renieguen
de sus convicciones, para lace-
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criminales, que expanden sus
tentáculos por todas las rendijas de las cárceles y más allá de
sus muros.
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rar sus afectos, para humillar
su dignidad. Hay una política
de desarraigo, que los pone a
rotar por todas las cárceles del
país, para evitar que la familia
les brinde el acompañamiento
adecuado.
A los detenidos políticos, se
les impide o dificulta realizar
actividades productivas, se les
imposibilita estudiar, a muchos
se les declara el confinamiento
para mantenerlos aislados del
resto de población detenida,
y, deliberadamente se evita la
atención a sus quebrantos de
salud y muchos han muerto por
inasistencia médica. Son permanentes los hostigamientos,
las requisas y las torturas. Hay
guardianes, fiscales y jueces
que se han especializado en la
persecución contra los disidentes políticos.
Las alternativas
Se ha puesto en evidencia también, la crisis del sistema penal,
carcelario y penitenciario que
rige en Colombia. De la actual
población carcelaria, una tercera parte son sindicados, contra quienes no se ha proferido
ninguna condena, muchos de
ellos inocentes a quien el Estado debe indemnizar; otra tercera parte son personas que han
cometido delitos menores, que
podrían tener otra forma de penalización y rehabilitación y la
otra tercera parte de condenados, no tienen formas de redención ni de seguir siendo útiles a
la sociedad.
La gran mayoría de los delitos
por los que están atestadas las
cárceles colombianas, se evitarían, con un nuevo sistema económico, político, judicial y social,
más justo y equitativo. Esos
cambios son los que posibilitan
la paz.
los derechos humanos a los prisioneros de
guerra o presos sociales. Pero esto no sucede en Colombia, razón por la cual no debe
considerarse una democracia y se justifica el
derecho a la rebelión.
Cualquier Estado, que no se
considere una tiranía o una
dictadura, no debería privar de
la libertad a los disidentes políticos o a los objetores de conciencia, no debería criminalizar
ni judicializar a la protesta social
y debería garantizarle todos
El movimiento nacional carcelario, así como
las diferentes organizaciones de familiares
de presos y de solidaridad con los presos
políticos, deben sumarse a las movilizaciones que están en curso y al gran Diálogo
Nacional, que busca discutir los principales
problemas y sus transformaciones, para
que en Colombia pueda construirse la paz.
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La crisis humanitaria que se vive
en las cárceles colombianas,
obedecen a la violación de todos los derechos humanos por
parte del Estado y se caracteriza por el alto índice de hacinamiento, las infrahumanas condiciones que padece la población
privada de la libertad y la potenciación de todas las formas
criminales; eso, no se soluciona
creando nuevas cárceles como
plantea el gobierno, así como
no se soluciona los problemas
de salud, con brigadas de los
militares en las cárceles.
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Gabriel Antonio Gaitán
Ni Tantito Así
¡NADA!
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Luego de los anuncios hechos en la segunda cumbre de la CELAC,
realiza en Cuba en enero de 2014, declarando a la región como
“zona de paz”, los ataques del imperialismo se han intensificado
con el fin de retomar el control de lo que considera su patio trasero.
La incomodidad norteamericana por el crecimiento del proyecto humanista y democrático en América Latina y el Caribe es evidente, al
punto de calificar a los gobiernos progresistas como una amenaza
para su seguridad nacional.
Los tentáculos del Monstruo
El surgimiento del mundo multipolar, sumado a la tradicional paranoia del Pentágono, han alimentado la ya de por si retorcida
vocación guerrerista del gobierno de los EEUU, que busca enemi-
Históricamente la acumulación
capitalista de los Estados Unidos, se ha caracterizado por
hacer de la guerra el negocio
más rentable, no es un secreto que desde 1961 el complejo militar-industrial-financiero
es quien controla el gobierno
y el de sus aliados europeos,
al igual que Japón y Corea del
Sur o que el gasto militar de los
EEUU: un billón de dolares equivale a la mitad del gasto militar
mundial, haciendo de la guerra
su principal producto de exportación.
El acelerado derroche de los recursos naturales por el modelo
de vida de consumo capitalista,
han llevado a una crisis mundial ambiental, la escasez de
agua, petróleo, biodiversidad,
minerales y alimentos en las grandes
potencias, han desencadenado
una cacería por estos recursos
a cualquier costo, el agua y el
petróleo son los más codiciados
por el imperialismo casos como
Libia y Siria son muestra de ello.
Sin duda Latino América y el Caribe es blanco de esta cacería.
El patio trasero
En medio de la crisis planetaria,
América Latina cuenta con el 45
Revista Insurrección
Revista Insurrección
“...es la naturaleza del imperialismo la que
bestializa a los hombres, la que los convierte
en fieras sedientas de sangre que están
dispuestas a degollar, a asesinar, a destruir
hasta la ultima imagen de un revolucionario,
de un partidario de un régimen que haya caído
sobre su bota o que luche por su libertad (…)
no se puede confiar en el imperialismo ni tantito así
¡nada!”
Ernesto Che Geuevara
gos por todo el mundo
con su pretexto de guerra “preventiva”. La posibilidad de que países
extra-Europa sean determinantes en las decisiones internacionales, han puesto en
riesgo los consensos
del pasado, desplazando los intereses de
la gran potencia, por ello
es abierta la injerencia de
Washington en Brasil, buscando desestabilizar los BRICS y la
Patria Grande.
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por ciento de agua dulce en la
tierra, en nuestro territorio se
encuentra el pulmón del mundo,
poseemos la mitad de la biodiversidad mundial, los depósitos
de petróleo, gas y minerales.
Solamente las reservas petrolíferas de Venezuela son las más
grandes del mundo, además
la fertilidad de nuestras tierras
permiten la producción de alimentos vegetales o animales y
un sin número de factores más
han incrementado los apetitos
del imperio norteamericano por
subordinar el continente a sus
intereses.
De ahí la oposición y los ataques
de Washington ante cualquier
intento de democratización o
gobierno soberano en América Latina, el imperio no dudará
en combatir ferozmente a los
pueblos que enarbolan las banderas de la independencia y la
autodeterminación, es así como
mientras habla de normalizar
relaciones con Cuba (entiéndase por normalizar, proponerse
volver a someter) intensifica
una arremetida en contra de
todo el continente.
Desde el surgimiento de la revolución Bolivariana en 1998, que
desencadena las ansias emancipadoras en todo el continente,
el imperio no se hizo esperar y
comenzó con un golpe de Estado contra Chávez en Abril del
2002, tentativa de golpe y secesión de Bolivia en 2008; golpe
“jurídico-parlamentario” contra
Zelaya en 2009; golpe frustrado contra Correa en 2010;
golpe exitoso, también “jurídico- parlamentario” contra Lugo
en 2012 y las Guarimbas para
Febrero de 2014 en Venezuela.
La nueva arremetida está marcada por la “guerra económica”
y el “terrorismo mediático” persistente contra Cuba y Venezuela, campañas sucias y referendo
en Bolivia; agresión financiera y
mediática en Ecuador; acusación judicial contra Cristina Fernández en la Argentina y en los
últimos días la destitución de Dilma Rousseff, mediante un “golpe parlamentario” y los acosos
a Lula con el fin de impedir su
posible candidatura en el 2018;
son las perlas imperialistas de
la normalización de relaciones o
mejor dicho la recolonización del
patio trasero.
Con gobiernos sumisos a los intereses imperialistas, como los
de la Alianza Pacífico y ahora
con Argentina y Brasil, es lógico que se viene una arremetida
contra los espacios alternativos
que se crearon en el continente,
como Unasur, Celac y Alba.
Ante este panorama, son de
altísima preocupación las posiciones del gobierno Santos, claramente serviles al imperio, el
funcionamiento de bases gringas en nuestro territorio y el ser
aliados extra-OTAN, hacen de
Colombia un impedimento para
la consolidación de la región
como zona de paz. Sin duda alguna, los procesos de solución
política al conflicto, deben permitir el inicio de la democratización en nuestro país y la superación de dichos errores, pero
la pregunta es ¿hasta dónde el
imperio respetará la voluntad
popular de un gobierno democrático, independiente y soberano en Colombia?
Revista Insurrección
Con la tesis de la “gran isla
americana”, la inteligencia militar sostiene que su seguridad
nacional depende de evitar que
fuerzas extra-continentales se
posicionen en el vecindario, al
mismo tiempo que deben neutralizar los gobiernos que se
nieguen a ser serviles a sus intereses. De ahí la serie de invasiones desarrolladas a lo largo
de la historia. Junto a la “doctrina Monroe” que manifiesta
abiertamente las intenciones
imperialistas de los Estados
Unidos sobre los países del sur
del continente, caso reciente es
el decreto de “emergencia nacional” por la amenaza “inusual
y extraordinaria” a la seguridad
nacional y la política exterior
que representa Venezuela.
“Normalización” o arremetida imperial
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