Los últimos cinco años han sido testigos de un aumento... Estamos a tres años de la fecha establecida como límite...

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Prefacio
Dra. Margaret Chan
Directora General
Organización Mundial de la Salud
Los últimos cinco años han sido testigos de un aumento impresionante en el financiamiento internacional para la prevención, control
y eliminación de la malaria.
Después de la convocatoria del Secretario General de las Naciones
Unidas, Ban Ki-moon en 2008 para el acceso universal a las intervenciones en malaria, vimos una rápida expansión en la distribución
de artículos para salvar vidas en la región subsahariana de África,
el continente con mayor carga de malaria. El esfuerzo conjunto de
gobiernos de países endémicos, donantes y socios mundiales en
el tema de la malaria ha llevado a fortalecer el control de la enfermedad y a resultados tangibles. Durante la década pasada se evitó
un estimado de 1.1 millones de muertes por malaria, principalmente como resultado de un aumento en las intervenciones para
esta enfermedad.
Sin embargo, el financiamiento disponible todavía se queda corto
en comparación con los recursos que se necesitan para alcanzar
los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la salud y
otras metas mundiales para malaria, acordadas internacionalmente.
Se necesita un estimado de US$ 5.100 millones por año entre 2011
y 2020 para alcanzar el acceso universal a las intervenciones en
malaria. Actualmente solo están disponibles US$ 2.300 millones,
menos de la mitad de lo que se necesitaría. Existe una necesidad
urgente de identificar nuevas fuentes de financiamiento para
incrementar y hacer sostenibles los esfuerzos para el control de la
malaria, y para proteger las inversiones que se realizaron durante la
última década. También debemos explorar nuevas formas de hacer
que los fondos existentes se extiendan aún más, aumentando la
relación calidad-precio de los productos básicos para malaria y la
eficiencia en la prestación de servicios.
El Informe Mundial sobre el Paludismo 2012 reúne los últimos datos
disponibles de los países endémicos para malaria y sus socios, y
contiene valiosos análisis de avances y tendencias. Detrás de las
estadísticas y gráficas se esconde una tragedia grande e innecesaria: la malaria, una enfermedad completamente prevenible y
tratable, todavía arrebata la vida de un niño africano cada minuto.
Las comunidades más vulnerables en el mundo siguen sin tener
un adecuado acceso a mosquiteros insecticidas de larga duración,
rociado residual intradomiciliario, pruebas para el diagnóstico, y
terapias combinadas con artemisinina. Desafortunadamente, entre
el 2010 y 2011 solo se observó un ligero aumento en el acceso a
estas intervenciones, el primer estancamiento de este tipo en los
últimos 5 años. Es imperativo que actuemos ahora para asegurar
que no disminuya el impulso actual, y sus resultados.
Además, mientras nuestras actuales herramientas se mantienen
muy efectivas en la mayoría de los entornos, se ha detectado
resistencia a artemisininas, componentes clave de las terapias
combinadas con artemisinina, en cuatro países del sudeste de
Asia, mientras que se ha encontrado resistencia de los mosquitos
a los insecticidas en 64 países alrededor del mundo. Si bien esta
resistencia no ha provocado fallas operativas en los programas de
control de la malaria, se requieren esfuerzos urgentes e intensos
para prevenir un posible desastre de salud pública en el futuro.
Estamos a tres años de la fecha establecida como límite para
alcanzar las Metas de Desarrollo del Milenio. Como lo demuestra el
informe, 50 países están en proceso de reducir las tasas de incidencia
de casos de malaria en un 75%, en concordancia con las metas de
la Asamblea Mundial de la Salud (WHA, por sus siglas en inglés) y de
la alianza para Hacer Retroceder el Paludismo (RBM, por sus siglas
en inglés) para el 2015. Sin embargo, estos 50 países aportan solo
el 3% (o 7 millones) del total de casos estimados de malaria en el
mundo. Los objetivos internacionales para el control de la malaria no
se alcanzarán a menos que se haga un avance considerable en los
14 países con mayor carga de la enfermedad, que son responsables
de aproximadamente el 80% de las muertes por malaria.
El seguimiento de los avances es un gran reto en el control de la
malaria. Los sistemas de vigilancia detectan solo un 10% del número
estimado de casos a nivel mundial. Se necesitan urgentemente
sistemas más sólidos de vigilancia para permitir una respuesta oportuna y efectiva a la malaria en las regiones endémicas, para prevenir
brotes y re-emergencias, para dar seguimiento a los avances, y
para que los gobiernos y la comunidad contra la malaria puedan
informar adecuadamente respecto a la enfermedad. Actualmente
no es posible hacer una evaluación confiable de las tendencias
de la malaria en 41 países del mundo, debido a que su sistema de
reporte de casos es incompleto o inconsistente.
En el Día Mundial del Paludismo de este año, viajé a Namibia para
lanzar la iniciativa T3: Test. Treat. Track., urgiendo a los países y a sus
socios a aumentar el diagnóstico, el tratamiento de calidad garantizada y la vigilancia de malaria. La OMS también ha puesto a disponibilidad nuevos manuales de vigilancia para el control y eliminación
de la malaria a nivel mundial y publicó el Plan Mundial para el
Manejo de la Resistencia a Insecticidas en los Vectores de Malaria. Estos
documentos prácticos ayudarán a los países a actualizar y reorientar
sus estrategias nacionales de malaria para alcanzar mejores resultados con los recursos limitados que tienen disponibles. Además,
el recién constituido Comité para el Asesoramiento de Políticas de
Malaria de la OMS recomendó la Quimioprevención de la Malaria
Estacional para el control de la malaria en el África Sub-Sahel. Esta
intervención simple y económica tiene el potencial de prevenir
más del 75% de casos de malaria no-complicada y severa en niños
menores de cinco años.
Ganarle la batalla a la malaria requerirá de un compromiso político de alto nivel, el fortalecimiento de la cooperación regional, y
el compromiso de varios sectores, además del sector salud, incluyendo el financiero, educativo, de defensa, ambiente, minería, industria y turismo. La lucha contra esta enfermedad debe integrarse a la
agenda general de desarrollo de todos los países endémicos. No
podemos seguir avanzando a menos que trabajemos incansablemente para fortalecer los sistemas de salud y asegurar que el financiamiento sostenible y previsible esté a la disposición. Este informe
muestra qué tan lejos hemos llegado en la lucha contra la malaria;
debemos actuar con urgencia y determinación para evitar que este
progreso tan grande se escape fuera de nuestro alcance.
world malaria report 2012 | xxi
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