Algunas reflexiones sobre la Central de los Trabajadores Argentinos “Los cambios constantes en las relaciones humanas van generando a lo largo de la historia nuevos escenarios donde se tienen que resolver las viejas contradicciones. El desafío permanente pasa por entender esas relaciones y descubrir esos escenarios”. Vittorio Paulón INTRODUCCIÓN La CTA se plantea como autónoma frente al Estado, los partidos políticos y la patronal; a la vez que establece como presupuesto la democracia sindical, en un claro corte con el gremialismo peronista tradicional, verticalista y centralizado. También contempla la apertura a otras organizaciones sociales que expresen las múltiples demandas de los sectores populares y que reflejen la problemática del desempleo. Nuestro propósito en este trabajo es explicar el surgimiento de la CTA desde tres perspectivas diferentes. El cambio en el modo de producción capitalista a nivel internacional que en nuestro país le impide al sindicalismo utilizar las vías tradicionales de resolución de problemas. En segundo lugar, la política socioeconómica adoptada durante el gobierno de Menem que busca un estado mínimo para un mercado eficiente. El período se caracterizará por el imperio de las leyes de la oferta y la demanda, es decir el imperio de la pobreza y el desempleo. Finalmente, frente a este gobierno que dice ser justicialista, surgirá la añoranza por el viejo modelo nacional y popular. Más allá de los postulados de la central –su planteo de autonomía partidaria fundamentalmente- creemos que existe una fuerte herencia peronista en la organización sindical. Esta idea es central en nuestro análisis. Haremos, en primer, lugar un breve recorrido histórico del sindicalismo “peronista”, no sólo para comprender la propuesta sindical de la CTA que se enfrenta al viejo modelo, sino también porque encontramos en las bases programáticas de la CGT de los Argentinos de 1968 –que surge también entre otras causas como alternativa al sindicalismo vandoristaimportantes coincidencias con la Central de los Trabajadores Argentinos. Luego, nos concentraremos en el nacimiento de la Central y la coyuntura histórica –nacional e 1 internacional- que aceleró su aparición. No pretendemos hacer un desarrollo histórico exhaustivo de la CTA, sino analizar la evolución de sus propuestas. Por último, confrontaremos nuestro análisis con las posturas que sostienen algunos de los integrantes de la Central. Entrevistamos a dos de sus fundadores –Claudio Lozano y Fabio Basteiro- y a un ex delegado de ATE Capital. La herencia peronista: similitudes entre la C.G.T. de los Argentinos y la C.T.A. Martuccelli y Svampa, en su libro La plaza vacía sostienen la tesis de la existencia de la herencia peronista en ATE, a pesar de sus postulados de autonomía partidaria. El libro toma a la Asociación de los Trabajadores Estatales como un nuevo modelo de sindicalismo en contraposición a la vieja fórmula de la UOM. Si bien, no se concentra en el estudio de la CTA creemos que el argumento es válido para la Central porque en ella se reflejan estos nuevos principios del gremialismo, de hecho ATE fue uno de los principales impulsores de la CTA. Esta herencia se presenta en ATE-CTA en dos instancias: El modelo nacional y popular, que sigue vigente en el imaginario colectivo de sus afiliados por un lado; y por el otro, la figura de Germán Abdala que sintetiza las ideas del “culto a la persona” y el “mito fundante”. Nos concentraremos sólo en la primera de ellas. El peronismo reanimó al movimiento obrero a través de las continuas conquistas en materia de legislación laboral. El fortalecimiento de las organizaciones obreras estuvo ligado a este proceso desde 1945. Pero dentro del proyecto peronista la autonomía sindical no estaba contemplada. El sindicalismo debía estar subordinado al Estado y por ende al Partido Justicialista. Esta era condición necesaria para el desarrollo de la “Comunidad Organizada”, concepción de Perón, que pretendía lograr la armonía de intereses entre individuo y sociedad. Para ello la idea central será la de Justicia Social, que permitiría “suprimir la lucha de clases sustituyéndola por un acuerdo entre obreros y patronos al amparo de la justicia del Estado” (Godio, 2000: 890) Durante los primeros años de exilio del caudillo, el sindicalismo utilizó como estrategia, al igual que el resto del movimiento, la resistencia. Resistencia al gobierno militar que había destronado a su líder, negarse a pactar con los usurpadores del poder. 2 La década del ’60 encontró al gremialismo como un actor dispuesto a negociar con los gobiernos de turno. Augusto Vandor fue el impulsor de un tipo de sindicalismo caracterizado fundamentalmente por la estrategia de presión-negociación, denominado comúnmente como vandorismo por encontrar en el líder sindical su máxima expresión. A nivel estructural, el poder de la CGT se expandió luego de la sanción de la Ley de Asociaciones Profesionales impulsada por Frondizi en 1958, ley que restablecía el sistema creado por Perón de “sindicato único”. Si bien la ley laboral argentina permitía tanto una estructura federativa, como la estructura más centralizada y concentrada de los sindicatos de primer grado, lo que prevalecía en los sindicatos más grandes e importantes del país era la estructura no federativa. Vandor utilizó esta legislación en su favor llevando al extremo la verticalidad y la centralización de la CGT acudiendo en algunos casos a prácticas de tipo mafiosas. Así, “llegaron a ser sinónimos de vandorismo el implacable control de todo disentimiento interno por la “burocracia sindical” y el empleo de matones para intimidar a los posibles opositores”. (James, 1990: 222) Pero la fuerza de la central obrera no radicaba solamente en la influencia que le otorgaban sus bases y en su esquema de organización, como ya hemos mencionado, sino, y aún más importante, era la legitimidad que le concedía el hecho de ser la única estructura “legal” del justicialismo –luego de la proscripción del partido- que estaba en condiciones de dialogar con los otros factores de poder. Tradicionalmente, el sindicalismo se ocupaba de responder a las demandas económicas y sociales de los trabajadores pero la distancia entre el ex presidente y sus seguidores permitieron que la representación llegara a la esfera política. Las elecciones de marzo de 1965 reflejan el poderío de Vandor, quien “supo ubicar” a 52 diputados en el Congreso. La declinación del vandorismo es bien conocida por todos, el enfrentamiento PerónVandor en las elecciones de Mendoza fue una de las causas principales de su ocaso. También lo fue la presencia de un incipiente sindicalismo alternativo, la CGT de los Argentinos. Es en este último punto que nos concentraremos, ya que nos permite rastrear en dicha organización los orígenes de la Central de los Trabajadores Argentinos por la gran presencia de similitudes entre ambas y porque las dos rescatan este imaginario nacional y popular, del que hemos hecho referencia con anterioridad por ser uno de los ejes centrales de nuestra hipótesis. 3 Durante el gobierno de Onganía, no todas las corrientes sindicales compartían la estrategia de pasividad de la CGT. Muchas de estas corrientes planteaban una oposición frontal al régimen militar y para ello necesitaban ponerle fin a la hegemonía vandorista. Estas eran el sindicalismo peronista combativo de orientación socialcristianarevolucionaria, expresado por Raimundo Ongaro, el sindicalismo clasista pluralista, compuesto por independientes, socialistas, comunistas, radicales, etc., con base en Córdoba y liderada por Agustín Tosco, sindicatos intervenidos por la dictadura militar y las 62’ de pie. La CGT de los Argentinos surge puntualmente en un Congreso Normalizador de la CGT que se llevó a cabo durante los días 28, 29 y 30 de Marzo de 1968, a partir de las represalias tomadas por el gobierno luego de la convocatoria a una huelga general del 1° de marzo. En el Congreso se enfrentarán dos posturas: reconocimiento o no de los delegados de los sindicatos intervenidos. La postura de incorporar a los delegados de los sindicatos intervenidos triunfa originando el retiro del vandorismo. Las 62’ vandoristas mantendrían el control sobre el local de Azopardo –por lo que pasarán a llamarse CGT de Azopardo- y los fondos sindicales. La CGT de los Argentinos adoptará un programa de liberación nacional y social. Como resalta Godio la central impulsará el desarrollo del peronismo combativo y corrientes clasitas en toda la República. Las similitudes entre la CGT de los Argentinos y la CTA son varias. Principalmente ambas presentan un programa que contempla no sólo los derechos socioeconómicos de los trabajadores sino que también plantean un proyecto de país, que se extiende a todos los ciudadanos. Básicamente, podrían sintetizarse como programas de principios éticos. La autonomía política y la democracia interna serán los pilares de la CTA. La CGT de los Argentinos se aleja del vandorismo por sus prácticas verticalistas que imposibilitaban políticas alternativas dentro de la organización, así la concepción democrática está comprendida en la Central. En cuanto a la autonomía política, es clara la tendencia peronista de la organización, pero en su programa está presente la idea de autodeterminación, de una “CGT libre e independiente de sectores extraños a los trabajadores”. (Godio, 2000: 1041) Educación, salud y previsión social son puntos, que junto con los derechos de los trabajadores, serán tratados por ambas organizaciones. La plena ocupación, la defensa de la 4 industria y comercio nacional frente al capital exterior también son contemplados. Las diferencias entre ambas organizaciones son principalmente de tipo coyunturales, la CGT de los Argentinos planteaba la reforma agraria y la existencia de la propiedad sólo en función social, transformaciones que finalizada la Guerra Fría son impensables en nuestro país. La CTA declama la necesidad de la “revalorización de la ética gremial atacando la corrupción y el pseudo pragmatismo con el que dirigencias caducas terminan legitimando el ajuste” (Del Frade, 2004: 58), la CGT de los Argentinos al finalizar su programa manifiesta: “…Tal vez se nos insulte porque preferimos honra sin sindicatos y no sindicatos sin honra” (Godio, 2000: 1042). La internacionalización de los postulados es otro punto en común; la CGT de los Argentinos proclama al finalizar su programa: “de todas estas postulaciones nos comprometemos a dar conocimiento a nuestros hermanos trabajadores, al pueblo argentino, a todas las organizaciones internacionales del trabajo, a todos los pueblos hermanos…” (Godio, 2000: 1043). Por su parte la CTA declara: “Propender a la constitución de un ámbito común que posibilite el intercambio de ideas e informaciones, la planificación y la coordinación de actividades referidas a las iniciativas regionales, continentales y otras en el plano internacional.” (Del Frade, 2004: 59). Otra cuestión interesante es la nacionalización de los sectores básicos de la economía que ambas organizaciones tienen como meta a alcanzar. La tendencia peronista dentro de la CGT de los Argentinos es clara, no sólo por sus demandas, de carácter netamente nacional y popular, sino también porque el líder máximo de la organización es Raimundo Ongaro, un sindicalista del peronismo combativo. Lo que queremos corroborar es también esta influencia peronista, a pesar de sus planteos de autonomía partidaria, en la CTA. El sindicalismo en los ’90. Creación de la C.T.A. El primer Congreso de los Trabajadores Argentinos realizado en Burzaco el 17 de diciembre de 1991 comienza de la siguiente manera: “Somos conscientes que la posibilidad de una economía al servicio del hombre fundada en niveles crecientes de autonomía y justicia social, no constituye un problema económico. Hacer viable un plan alternativo exige, antes que nada, una ideología y una política alternativas.” (Del Frade, 2004: 57). 5 “Justicia social” es el término por excelencia del bagaje peronista, no es casual que Menem durante su mandato comenzara a utilizar el concepto de equidad social para alejarse de la terminología tradicional del peronismo. Por otra parte este alejamiento de los postulados legendarios del peronismo y el acercamiento del menemismo a políticas económicas neoliberales -que producirán la división del sindicalismo entre otras cosas- llevará a la CTA a aferrarse más que nunca y en vistas a la pronta “venta del Estado” a los contenidos nacionales y populares del mítico movimiento. El peronismo se sentía traicionado por el presidente electo que había hablado del “salariazo” y la “revolución productiva” en su campaña electoral para luego hacer alianza con Bunge y Born y la Ucedé. Germán Abdala, uno de los fundadores de la Central confiesa tristemente en una entrevista haber votado a Menem en el ’89. El sindicalismo se verá sumamente afectado por el nuevo gobierno, la ruptura de la CGT en dos centrales –una oficialista y otra más opositora- marcará las disidencias internas en torno al proyecto gubernamental. El liderazgo de Ubaldini era cuestionado por Menem, tanto que la Mesa de Enlace (conformada por el sindicalismo menemista y ex renovadores) solicita a pocos meses de la asunción presidencial un Congreso Extraordinario para desplazar al líder cervecero. El 10 de octubre de 1989 se inicia en la Capital Federal el Congreso Extraordinario de la CGT en el que se enfrentarán las dos posturas mayoritarias: el sindicalismo peronista que pretende ejercer control crítico sobre el gobierno, liderado por Ubaldini y Lorenzo Miguel; y el sindicalismo peronista que prioriza el apoyo irrestricto al gobierno, compuesto por los sindicatos miembros de la Comisión de Enlace y algunos alejados del ubaldinismo. La votación conducirá a la ruptura del Congreso a partir del equilibrio entre los votos emitidos a favor de ambas posturas (644 votos a favor de la dupla Ubaldini y Miguel y 719 a favor de la Mesa de Enlace). Nacerá, así, la CGT de Azopardo, con Ubaldini como secretario general, y la CGT San Martín (por situarse en el local de la Unión Obrera Textil), con Guerino Andreoni como secretario general. Esta última conformada por los mercantiles, gastronómicos, de la carne, de la construcción, mecánicos, plásticos, telefónicos, textiles, sanidad, ferroviarios, vitivinícolas, azucareros, taxistas, del caucho, personal civil de la Nación, calzado, mineros, seguros, molineros y del vidrio. En la CGT de Azopardo se encolumnan los gremios de la alimentación, camioneros, docentes, 6 empleados estatales, metalúrgicos, telegrafistas, tranviarios, marítimos de Obras Sanitarias, de farmacias, de la universidades, químicos, periodistas, viajantes, La Fraternidad, judiciales, madereros y petroleros privados. Quedan como “independientes” los bancarios, Luz y Fuerza y de Correos. Estos dos grandes grupos no eran homogéneos, según Godio dentro de la CGT de Azopardo se conforman tres grandes grupos: los “miguelistas” (UOM, viajantes y SUPE), los “ubaldinistas” (UTA, OSN y viajantes) y una línea más opositora (ATE, CTERA y periodistas). También en la CGT San Martín pueden observarse tres líneas: los 15 (SMATA, sanidad y plásticos), los “ultramenemistas” (gastronómicos) y los “andreonistas” (UOCRA, carne y comercio). A finales de 1991, al mismo tiempo que se acelera la descomposición de la CGT de Azopardo –retirándose los sindicatos de la industria alimentaria y ferroviarios- el Ministerio de Trabajo reconoce como única central a la CGT San Martín. En diciembre del mismo año, unos días antes de que Ubaldini entregara el local de Azopardo a Raúl Amín, de SMATA, el nuevo secretario general de la CGT San Martín, se convoca al Congreso de los Trabajadores Argentinos (CTA), que a partir de 1992 pasará a ser Central de los Trabajadores Argentinos (CTA). La “izquierda” del ubaldinismo -CTERA y ATE- fundará la nueva central. Su principal referente es Víctor De Gennaro. Aquí confluyeron peronistas disidentes, social cristianos progresistas e independientes de diversas posturas de izquierda. Particularmente, la C.T.A., dada su conformación gremial, se ve obligada a confrontar con el gobierno menemista. La reforma del Estado se concentró en los primeros años en la expulsión de los trabajadores estatales. Las variables de ajuste eran la educación, la salud y la justicia. En diciembre de ese mismo año se produce otro hecho de importancia dentro del espectro sindical: el nacimiento de los “gordos”, Un importante grupo de sindicatos (UOM, SMATA, FAECyT, Luz y Fuerza, Asociación Bancaria) que no se incorpora a la CGT San Martín para no perder autonomía en las negociaciones. Este tipo de sindicalismo se destacará por su pragmatismo, una especie de “neovandorismo”, que desplazará al “ultramenemismo” en 1996. El 1° de febrero de 1994 nace el Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA), organizado alrededor de los trabajadores del transporte, ya que si bien lo integran 7 30 organizaciones nacionales, sólo dos de ellas son consideradas importantes (UTA y Camioneros). Sus líderes son Hugo Moyano (camioneros) y Juan M. Palacios (choferes). Otra de las expresiones del sindicalismo opositor, la cual cobra mayor notoriedad en 1995, la encontramos en la Corriente Clasista y Combativa (C.C.C.), liderada por el “Perro” Santillán. Su identificación ideológica es con la corriente marxista de pensamiento. Esta agrupación no tiene representatividad nacional, más bien su espectro de representación se circunscribe a la provincia de Jujuy, lugar de origen de su líder, y alguna otra región del interior del país. Dadas las características geográficas y productivas de los lugares que representa, su predicamento tiene raigambre en entidades gremiales de actividad primaria (rurales, cañoneros, cosechadores de frutas de distintas regiones, etc.) Los cambios en el modo de producción y sus consecuencias en el sindicalismo Retomando nuestro eje de trabajo hemos advertido que la CTA no sólo surge en respuesta a la política socioeconómica del gobierno de Menem sino también a raíz de reformas estructurales que se estaban produciendo desde hacía años a nivel nacional e internacional. Nos referimos al cambio en la forma de producción en el capitalismo. La década del noventa está enmarcada en un contexto internacional donde el rol del Estado y de la mediación política han mutado. Los postulados del neoliberalismo promovían el abandono del Estado como regulador de la economía y la vuelta al libre mercado y la libre competencia. A su vez, la globalización económica y la volatilidad de los capitales, transformaron la lógica de acumulación capitalista existente hasta el momento. Ahora un mismo grupo económico controla diferentes ramas de producción y han transnacionalizado su funcionamiento, controlando inclusive al Estado. Los inmensos avances tecnológicos modifican las normas al interior del proceso de producción. La globalización de los mercados y la homogenización de ciertas pautas culturales influyen directamente en las medidas adoptadas a nivel nacional. Dada esta situación, las corporaciones de representación social se ven frente a una crisis de credibilidad, el escenario internacional es otro y es desde allí que hay que pensar la sociedad y sus formas. “El sindicalismo no es ajeno a este fenómeno. Es quizás por su esencia de representación social en el seno de la producción de bienes, de riquezas y de conocimiento, el fenómeno 8 más impactado por lo que estamos describiendo” (Paulón, 1998: 37). La crisis de la vieja estructura sindical se da a la par de una creciente fragmentación social, lo que aumenta más aún la tendencia a crear nuevas formas de contención, de representación social y resistencia. Las medidas tomadas por el gobierno justicialista apuntaban a la inserción del país en este nuevo sistema económico internacional. Es frente a esta nueva forma de dominación que la CTA se ve urgida en la construcción de una lucha diferente que pueda responder a la actual coyuntura. La tradicional forma verticalista del sindicalismo peronista ya no era capaz de dar respuestas a los cambios producidos. El sindicalismo ya no podía depender de un líder –y éste del Estado- ni de la estructura del Partido Justicialista. El partido no precisaba de los sindicatos porque había cambiado su base de legitimación. El Estado, en manos de este sector del PJ, trabajaba para expulsar al sindicalismo de la mesa de negociación. Pretendía quitarle el lugar que había obtenido como actor político relevante en la sociedad. Las empresas y el Estado reubicaron su rol en la sociedad por eso los sindicatos, para no seguir perdiendo espacio en las negociaciones entre el capital y el trabajo, necesitaban redefinir sus prácticas y postulados. La C.T.A., a fin de reinventar sus prácticas de lucha, hizo un gran hincapié en las cuestiones teóricas. A partir, de un pormenorizado análisis de las nuevas formas que adoptaba el modo de producción capitalista y sus transformaciones en el plano político fue construyendo sus postulados y ampliando las bases del sindicalismo. La reestructuración de la economía perjudicaba a los trabajadores en todos los aspectos fundamentales de su desarrollo y reproducción, es por esto que el sindicato no podía centrarse únicamente en el momento de la actividad laboral, cuando en realidad el trabajador estaba siendo herido en su calidad de “ser” trabajador. Los cambios en la forma de producción abarcaban a un inmenso grupo de trabajadores que, a raíz de las políticas neoliberales de reestructuración del Estado, privatizaciones de las empresas estatales y flexibilización laboral quedaban sistemáticamente desempleados. El Congreso de los Trabajadores Argentinos, la primera forma que adopta este grupo de trabajadores escindidos de la CGT, considera fundamental que la central represente a este grupo de desempleados, que a pesar de su condición, no dejan de ser 9 trabajadores, pertenecen a la clase trabajadora que ella debe representar. El sindicalismo frente a la nueva coyuntura debe redefinir al sector oprimido con el cual lucha. En palabras de De Gennaro, “desocupado, pero trabajador; precario, pero trabajador; jubilado, pero trabajador; docente, pero trabajador” (De Gennaro, 2000: 528). El nervio central de la crisis económica–social es el desempleo, cuestión que afecta no sólo a los desocupados sino también a los empleados que se transforman en rehenes de sus condiciones laborales, cualquier protesta significaría su inmediato reemplazo por alguno de los compañeros que engrosan ahora el inmenso ejército de reserva. La reestructuración del Estado implicó el abandono por parte del mismo de servicios públicos como la educación, la salud, la previsión social, etc, es por esto que el sindicalismo debía ampliar su órbita de reclamos. Estaban frente a una sociedad que presentaba numerosos vacíos que atender. La C.T.A. entiende que la privatización del sistema de previsión social afecta directamente a los jubilados pero además pone en riesgo la cobertura jubilatoria de los trabajadores en actividad. El sistema de salud abierto a la libre competencia en un momento donde el sistema de obras sociales estaba quebrado permitía a las empresas de medicina prepaga controlar el mercado de salud. Por su parte, la situación en las fábricas ya no era la misma. Las empresas para aumentar su tasa de ganancia necesitaban bajar los costos de producción. Se argumentaba que bajando los costos laborales los empresarios invertirían más, se generaría más empleo y así se reactivaría la economía, cuando en realidad, con este nuevo modelo, lo único que aumenta es la productividad por hombre ocupado. Siguiendo esta lógica, la nueva Ley de Empleo flexibiliza los contratos de trabajo, se reforma la Ley de Accidentes de Trabajo y se establece un tope a las indemnizaciones por despido. Se prohíbe la indexación salarial lo que provoca la caída de los mismos y se implanta la negociación por productividad, esta última sin tener en cuenta el incremento de los costos de vida. También se promovieron los acuerdos por empresas. Frente a esta situación, en el año 1992, la CTA asumía le necesidad de repensar las convenciones colectivas dado que la estructura y la morfología de las empresas era otra. No se podía renegociar por rama de actividad con grupos económico que reparten sus ganancias entre diferentes sectores productivos y por fuera de los mercados 10 nacionales. Sin embargo esta redefinición no debía profundizar la atomización de las negociaciones, sino que era necesario que se centralicen con un fuerte control del estado, ejerciendo su rol de regulador de la economía. Si esto no fuera así, la brutal disparidad que en materia de productividad existe entre las diferentes firmas al interior de una misma rama, aumentaría el grado de fragmentación y dispersión salarial que pretende imprimirse sobre los trabajadores. Todos estos aspectos desmoronan los pilares básicos del sindicalismo tradicional: el sistema de obras sociales, convenciones colectivas de trabajo, sindicato único por rama de actividad, etc. La cadena de montaje había desaparecido y con esto otros numerosos espacios de encuentro de los trabajadores en lo laboral. La figura del supervisor había sido eliminada y ahora el control era ejercido por uno mismo y por los propios compañeros de trabajo. Se aplican las nuevas “tecnologías de gestión”. De esta forma, se crea un grupo de trabajo que debe responder directamente a la patronal con lo cual no trabajar correctamente implica perjudicar a los propios compañeros de grupo (mecanismos de cobertura de ausencias o tardanzas hacen que el propio equipo ejerza el control sobre el individuo). Esto rompe la identidad que se generaba en otros tiempos con el compañero de trabajo que estaba en la misma situación que uno en contraposición al supervisor que representaba al patrón, “esta complicidad es la forma más espontánea de la solidaridad de clase” (Paulón, 1998: 43). Al grupo de trabajo, se le agregaba la polivalencia en la función y la flexibilidad en los puestos de trabajo, de ser mano de obra calificada pasa a estar crecientemente implicado en el proceso de producción tanto a nivel individual como de grupo. Estas nuevas formas de trabajo exigían la transformación de la representación sindical. El trabajo de concientización y de identificación como clase trabajadora debía ser concreto y cotidiano con lo que el delegado de base jugaba un rol mucho más importante que el delegado regional o el secretario general. En el 6° Congreso de la C.T.A., en el año 2002, en uno de sus documentos de debate, expresaba que dado que la empresa ya no constituye un espacio de encuentro para la organización de los trabajadores, el territorio es el nuevo espacio a ocupar para desde ahí construir la unidad política. Ésta es necesaria, incluso, para repensar las formas que adopta el trabajo al interior de las empresas. 11 En síntesis para la CTA es fundamental la construcción de una central sindical con estructura federativa, afiliación directa, voto directo y con diferentes frentes de trabajo. La estructura federativa y el voto directo permiten una real participación de las bases en las decisiones; la afiliación directa y los diferentes frentes de trabajo hacen hincapié en la ampliación del sector que pretende representar la C.T.A., es decir que toda la clase trabajadora recupere la conciencia de su real condición de clase. A modo de conclusión: la CTA según algunos de sus protagonistas La década del noventa presenta cambios en la forma de hacer política, la nueva generación de militantes es portadora de una nueva cultura política. La nueva generación conforma grupos integrados mayoritariamente por jóvenes. Se caracterizan por ser pequeños, lo cual les permite entablar relaciones directas respetando el “principio de la horizontalidad” al interior de las mismas y la democracia como principio de acción. Otra particularidad es el alto porcentaje de mujeres que los constituyen. Una parte sustancial de estos son de base territorial, lo que muestra un cambio notable respecto de la década pasada. Otra característica de la época, a diferencia de los ochenta que concentraba sus luchas en los episodios de la dictadura y el reclamo por los derechos humanos, es la diversidad de las temáticas y campos de intervención (género, homosexualidad, salud, etc.). Germán Abdala define esta nueva situación de la siguiente manera: “La militancia tradicional no convoca, no encuentra lenguajes, mensajes, encontramos pasividad y no podemos nosotros echarle la culpa a los que nos escuchan, tenemos que tratar nosotros de rever nuestras prácticas, nuestras teorías para tratar de encontrar nuevas prácticas. Estamos ante nuevas formas de construcción popular que van a retomar lo mejor y en esto el desafío más grande es para nosotros los peronistas porque somos dueños de un pasado muy importante” (Abdala, 1998: 16). El dirigente, en esta cita deja en claro que, si bien la CTA pretende reformular las viejas prácticas prebendistas y autoritarias de la política tradicional, igualmente éstas, aprendiendo de las acciones positivas de la historia, deben continuar la línea combativa y más comprometida del peronismo (o lo “mejor” del peronismo como él lo expresa). 12 Los nuevos postulados de la CTA no eran menores, no sólo por la histórica tradición sindical, sino por la herencia peronista que existía en los trabajadores que conformaban la flamante central. Esta era una tensión que había que resolver, ciertos principios peronistas no se condecían con estos nuevos postulados. Claudio Lozano y Artemio López, intelectuales de la CTA, intentan superar esta tensión definiendo la herencia peronista de la siguiente manera: “Es hora de plantearlo claramente: toda agrupación peronista debe definir su práctica política no para incorporar algún referente al estado. Por el contrario, se trata de desvincularse del aparato estatal para vincularse con las demandas sociales e intentar una vez más, desde cero, la construcción de otro poder. Por incipientes y débiles que parezcan estas nuevas formas organizativas, su producción, reproducción y ampliación es quizá la única y última chance que se tenga desde el peronismo, para resistir esta colosal ofensiva de entrega económica y fundamentalmente despojo político ideológico que llevan adelante las facciones dominantes y el Estado.” (Del Frade, 2004: 75) La tensión, en este sentido, se produce entre el tradicional sindicalismo peronista dependiente del Estado y la nueva coyuntura, pero como dejan entrever Lozano y López la identidad peronista, más combativa si se quiere, permanece y guía la lucha contra las políticas socioeconómicas del gobierno. Los principios de soberanía nacional y proyecto popular son los que más representan la herencia peronista en la CTA. Si bien la central pretende reformular los medios, los fines propuestos son similares a los planteados por el peronismo de Ongaro. En palabras de Germán Abdala: “necesitamos un Estado que resuelva estos problemas, ellos lo llamarán benéfico, nosotros lo llamaremos un Estado con rol social un Estado popular, un Estado que está al servicio de las mayorías” (Abdala, 1998: 12). Fabio Basteiro expresa que los antecedentes históricos de la CTA son anteriores al sindicalismo del ‘45. El secretario general de la CTA Capital rescata la concepción de un gremialismo democrático y combativo en la Argentina de fines de 1800 y principios de 1900. En ese sentido, reivindica a la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) que data de 1901, siendo la primera organización sindical argentina. Por esa razón, al hablar de del 17 de octubre, entiende que “había compañeros y compañeras que se organizaron durante décadas y décadas y eran todos militantes del partido socialista, comunista, anarcosindicalistas, de las corrientes sindicalistas revolucionarias todos los que produjeron 13 el 17 de octubre. O sea, digo esto para que se tenga en cuenta que la CTA no es que ve la visión de que la clase trabajadora se organiza a partir del año 45…” (Basteiro, 2005). Juan Warhen, ex delegado de ATE Capital, no niega la herencia peronista en la CTA ya que muchos de sus fundadores provienen del movimiento. Sin embargo plantea que la herencia tiene más que ver con la historia de los gremios argentinos, por ejemplo los bustos de Perón y Evita los encontramos en todos los locales de ATE, pero argumenta que están desde antes que ello sean conducción, “viene más de los propios sindicatos que de una cosa de ‘bueno somos peronistas’.” (Warhen, 2005). Claudio Lozano, por su parte, no encuentra en los orígenes de la Central antecedentes históricos. Si bien acepta que ciertos principios son similares a los de la CGTA -como la democracia interna y la ética gremial-, considera que debido a los cambios estructurales del capitalismo, el sindicalismo tradicional, ya sea combativo o dialoguistas, no puede dar respuestas a esta nueva coyuntura. Para él la Central constituye un nuevo modelo sindical. Lozano plantea que “En el caso de la CTA en realidad lo que hay es una estrategia que busca restituir condiciones para construir la unidad política organizativa de los trabajadores en el marco de un contexto estructural distinto, por lo que requiere, ya no alcanza con la forma sindical tradicional para resolver ese problema, en este sentido la CTA no es ni una estrategia alternativa frente a los deshonestos y corruptos sindicalistas, porque si eso fuese no estaríamos modificando el esquema sindical, simplemente estaríamos mostrando o tratando de garantizar la gestión honesta del mismo tipo de estructura sindical…” (Lozano, 2005). Con este argumento, el diputado nacional refuta la hipótesis de Fernández de la importancia de la unidad del movimiento obrero para hacerle frente al menemismo. El actual proceso histórico exige una transformación del sindicalismo, no sólo la modificación de algunos de sus postulados sino que es necesaria la construcción de un modelo sindical capaz de contener a la nueva configuración de la clase trabajadora. Lozano afirmó que “esa no fue una ruptura que planteamos nosotros, en realidad lo que nosotros hicimos fue un recorrido histórico en donde en el momento en donde se produce el agotamiento, o construíamos otra experiencia o nos agotábamos con eso.” (Lozano, 2005). Fabio Basteiro coincide con Lozano en este punto. Pero Basteiro hace más hincapié en la falta de unidad del movimiento obrero en la Argentina, sería erróneo afirmar 14 que la CTA divide a la clase trabajadora, “en mas de 150 años de la historia del movimiento obrero solamente en 17 años hubo unidad sindical, algo pasa. Esto no es un problema del menemismo, o sea, la historia de la propia clase trabajadora argentina esta cruzada por las diferentes visiones, abordajes, metodologías que están abordadas por circunstancias coyunturales y estrategias diferentes, entonces depositar y poner la lupa en el gobierno de Menem y que hay una CGT buena y una CGT mala porque se podía conformar es reduccionismo.” (Basteiro, 2005). Creemos que a pesar de que la CTA, a diferencia de la CGTA, construye un nuevo esquema sindical a los fines de responder a la nueva situación del movimiento obrero, consideramos que los postulados programáticos son muy similares. Nuestra postura se acercaría más al análisis que realiza Basteiro porque articula la experiencia sindical pasada con la realidad actual de los trabajadores. Finalizada nuestra investigación, pensamos que esos principios que toma la central de la historia gremial, indefectiblemente, son más cercanos al peronismo que a cualquiera de las otras expresiones gremiales. El imaginario nacional y popular resulta una representación histórica difícil de abandonar. 15 APÉNDICE Entrevista a Juan Warhen. Ex delegado de base de ATE Capital. Trabajador del teatro Cervantes. 11/04/05 P: La idea es charlar diferentes puntos, un poco lo que me interesa es saber en tu práctica como observaste los postulados de la CTA y que pasaba en la práctica. JW: te cuento como empiezo yo en CTA. Yo me afilio a ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) que está adentro de la CTA en el 2001, mediados de mayo del 2001, cuando hay una lista que viene a cambiar a los delegados históricos de la secretaría de cultura que ganan la elección. Esta lista gano en mayo del 2001, le gana a estos delegados burócratas. Yo no entro ahí como delegado porque no estaba ni afiliado entonces no podía meterme como delegado P: Ah, en mayo gana esta lista ¿y vos en octubre? JW: En octubre me eligen delegado en asamblea, a mí y a cuatro personas más, pero digamos que yo era como el cabeza de ese grupo, el referente. Es un momento de mucha efervescencia en el estado y previo al quilombo del 2001, o sea que Lopez Murphy lo sacan, viene Cavallo y toda la historieta aquella. P: Claro te eligieron en octubre en pleno quilombo… JW: Claro en pleno quilombo, tres meses después estalla todo. Eh, empiezo a participar del plenario y en ese momento empieza el plenario semanalmente, algo que fue atípico.. También había muchas discusiones y también te dabas cuenta que la conducción de ATE y CTA, manejaba cierta línea y había acciones que se hacían y acciones que no. Y a veces alentaban un montón de acciones, y a veces coartaban ciertas propuestas. Siempre había disputas con sectores digamos de la oposición, que formaban una lista granate que es la lista de partidos de izquierda P: La línea de De Gennaro, se diría que es la línea peronista. 16 JW: No, ellos no son peronistas. De Genero sí, el viene del peronismo y que se yo, pero ellos no revindican mucho a Perón y eso. No todo el tiempo, muy pocas veces hablan de Perón. P: Entras ahí a ATE Capital y en un salón enorme están Perón y Evita. JW: Es que en todos los gremios están Perón y Evita y esos bustos están desde antes que ellos hagan conducción digamos, es parte de la historia de los gremios argentinos. P: Ah, el salón de Evita está de antes. JW: Claro, ese bustos de Evita y de Perón están, o sea igual digo, hay toda una cultura peronista en la CTA pero creo que viene mas de los propios sindicatos, que de una cosa de bueno somos Peronistas, que se yo. Digo Víctor sí es peronista, Germán Abdala también era peronista o sea, Micheli si bien a veces habla de Evita y la revindicó en un par de plenarios, el secretario general de ATE nacional actual que era secretario de ATE Capital cuando yo era delegado viene el PC, tiene otra trayectoria política y muchos dirigentes de ATE Capital en particular vienen del PC que después en la CTA digamos se transforman o se hacen un poco más Nacional y Popular. P: Y en el PC no hacen más ruido aun estos postulados de horizontalidad… JW: Bueno ellos rompen con el PC P: Incluso hacen más ruido que en el Peronismo. JW: Sí, Sí, digamos que la CTA fue algo particular porque fue un sindicato donde muy politizado en algún punto digamos, mucho más politizado que cualquier sindicato de la CGT. Como que la política para la CGT pasa por el PJ, en cambio la CTA se planteó como movimiento social, como movimiento sindical pero también como movimiento social y ampliaron la concepción de trabajadores, esto de trabajar en los barrios, esto de sindicalizar a las compañeras prostitutas, esto de salir a sindicalizar directamente a gente que trabaja en negro o sea como que tuvieron una visión de apertura bastante interesante a parte planteándolo en el año ´94, ´95, ´96, ´97 era novedoso. Ellos plantean también todo un discurso de clase muy fuerte, acá somos la clase trabajadora y los delegados somos los representantes. Me lo acuerdo en un plenario a Micheli diciendo: “Acá compañeros tienen que saber que los delegados son los representantes de su clase (le hablaba a los partidos de izquierda) ustedes son los representantes de la clase dentro del seno de los partidos de ustedes y tenemos que confraternizar, y que se yo”. Yo creo que ahí en la CTA hay una 17 confluencia de marxistas, de gente independiente y de peronistas obviamente, pero dentro del gremio digamos sí hay gente que se considera mucho mas peronista y no son necesariamente la conducción. P: ¿Cómo ves la autonomía de la CTA? JW: Claro, la CTA plantea la autonomía de todos los partidos políticos, de la iglesia, del Estado, pero es relativo digamos eso, no? Con el Estado con Menen si fue muy conflictivo ahora con Kichner gran parte de la CTA esta cooptada por el movimiento transversal P: En el libro de Zibecchi, “Genealogía de la Revuelta”, tiene un capítulo sobre la CTA y dice que el problema de la CTA es que si o si tiene que superarse y dejar de ser sindicato para poder seguir la línea de los postulados más autonomistas porque la razón de ser de un sindicato siempre es reformista y con una lógica acumulativa para responder a los afiliados… JW: Sí, y hay una cuestión corporativa que digo… y ahí es donde yo, la CTA creo que puede ser otra cosa pero también tiene que ser sindicato, ahí yo no estaría de acuerdo con Zibechi. P: Lo que dice Zibechi es que como sindicato se da sí o sí la contradicción. Que algunos principios son contradictorios con la lógica de un sindicato. JW: Sí, no sé. Yo creo que un sindicato puede funcionar de una forma muy eficaz para sus afiliados, ser muy corporativo en conseguir buenos, sueldos, buenas condiciones de trabajo, un servicios social adecuado, una cosa totalmente reformista y sin embargo ser totalmente radicalizado en su forma de organizarse, ser asambleario, organizar luchas más allá de los corporativo. Yo le critico a ATE y a CTA que muchas veces no son eficaces en la lucha por el salario o por tener una obra social de verdad, terminas en la Obra Social de UPCN que es el sindicato ultramenemista. De hecho Tosco lo hacía, Tosco era un sindicalista que generaba luchas frontales al sistema, un discurso muy clasista, pero generaba aumentos salariales, obras sociales que funcionaban, era otra época, no? Pero la democracia al interior del sindicato era impresionante, era asambleas en las fábricas, etc. P: ¿Qué pensas de las críticas que se le hacían a la CTA que en vez de romper con la CTA podría haber dado la lucha por adentro? 18 JW: Yo creo que fue válido. Está la experiencia de Italia por ejemplo que la Central actualmente más poderosa es la que sería lo más parecido a la CTA, es la que rompe con la central del PC y rompe con la central de la democracia cristiana y arma una Central más independiente, más participativa, no digo que sean todos horizontales, pero es la más interesante con gran base en los trabajadores metalúrgicos, hay una diferencia con lo estatal era la Central más chiquita, en Italia si les reconocen a todos la personería, y hoy es la hegemónica, digamos, no? Y es la que empezó a trabajar con excluidos, con desocupados, es la que empezó a articular, esa central al cabo de 10 años fue la que creció en afiliados porque fue la que defendió a los trabajadores con más consecuencia, por eso yo creo la apuesta de la CTA es esa, para mí está bien, es válida. P: ¿hay mucho personalismo en la CTA? JW: Comparado con la CGT no. Hay una figura como Víctor, aunque en los dos últimos años quedó como desdibujado, como que la segunda línea armó su partido, entonces Víctor quedó medio relegado pero todos lo que de una forma u otra se reverenciaban en él armaron su propia cosa, su propia tropa se desbandó porque no lograron armar este movimiento político – social, D’ Elia armó su propio frente, sin embargo Víctor es un referente claro, es indiscutido que él es el secretario General, él iba a ser el líder del movimiento. P: Y la figura de Germán Abdala ¿cómo se ve, sobretodo entre los militantes más de las bases? JW: Mirá, en la base que no son delegados hay tipos que lo conocen y otros que no, dentro de Ate, que era el gremio de Germán, es bastante fuerte, hay varias frases de él en todos lados, la juventud de ATE se llama Germán Abadal, digamos el tipo está presente. P: Pero ¿funciona un poco como mito movilizador? JW: Sí, en mucha gente sí, está presente, tampoco es Perón, ni Evita pero está presente, en la bandera de ATE está la cara, es decir todos le conocemos la cara, pero sobretodo en ATE. P: Bueno, y el tema de los postulados de la CTA y la materialización en la práctica. JW: Yo soy bastante crítico con algunas cosas. Siempre según con que lo compares, si lo comparas con la CGT, la CTA es horizontal, participativa, democrática, ahora de lo que uno quiere que sea una organización sindical le falta mucho todavía, pero me parece positivo que este enunciado, no es menor, y en muchos aspectos se cumple pero 19 en otros no. En los plenarios se puede participar, vos vas como delegado, traes tu mandato, planteas lo que se te ocurra, nadie te va a pegar, en otros gremios te cagan a trompadas, nadie te calla, a lo sumo te van a discutir y seguramente si tu planteo está por fuera de la línea del gremio seguramente pierdas pero no hay corrupción es afinidad política. Pasa que a veces llega un punto que decís: “bárbaro te dejan hablar pero después no pasa nada”. P: Bueno, muchas gracias. Entrevista a Fabio Basteiro Secretario General de CTA Capital 26-5-05 P: Estamos haciendo un trabajo sobre los orígenes de la CTA, nos interesaría que pudieras aportarnos datos a partir de tu experiencia. FB: La CTA no surge a partir de una coyuntura solamente, viene pariéndose a partir de una concepción, de una visión de la clase trabajadora en Argentina y hablar de la unidad del movimiento sindical es una cosa y hablar de la unidad orgánica de la clase es otra, entonces es un concepto y un modelo. El concepto también produjo al interior de la CTA muchas discusiones con respecto a esto, que si era divisionismo, si el planteo era la disputa al interior de la propia CGT, pero hay un tema que es un dato insoslayable y que a parte hay que tenerlo siempre arriba de la mesa, en más de 150 años de la historia del movimiento obrero solamente en 17 años hubo unidad sindical, algo pasa. Esto no es un problema del menemismo, o sea la historia de la propia clase trabajadora argentina está cruzada por las diferentes visiones, abordajes, metodologías que están abordadas por circunstancias coyunturales y estrategias diferentes, entonces depositar y poner la lupa en el gobierno de Menem y que hay una CGT buena y una CGT mala porque se podía conformar es reduccionismo. Es un congreso donde los trabajadores vamos a discutir las formas organizativas para conformar un nuevo modelo sindical. Hasta el día de hoy lo que se pone en discusión es el tema de la autonomía de los partidos políticos, el estado y los patrones. Y esto no es algo nuevo, la historia del movimiento obrero argentino está cruzada siempre por el debate de lo partidario sobre los trabajadores. 20 Después está la afiliación directa. La afiliación directa es uno de los elementos centrales de la discusión que tenemos nosotros con el modelo sindical de la CGT y no solamente… para nosotros era una disputa a los nuevos actores sociales que la clase trabajadora producía y las nuevas formas organizativas que la clase iba tomando. Reivindicamos lo que fue la primera organización sindical en Argentina como Federación Obrera Regional Argentina (FORA) en 1901 con los antecedentes que tuvo. Es la primera vez que se pone en discusión una central de trabajadores en Argentina. Pero hubo antecedentes de 1857 en adelante, tomamos en cuenta todas las reivindicaciones de lo que fue la patagonia rebelde, lo que fue la semana trágica. Hoy nosotros decimos semana de rebelión popular en la ciudad de Buenos Aires, porque la semana trágica es para el poder. Porque realmente fue una primera experiencia de poder por parte de los trabajadores, revindicamos la lucha contra la dictadura de Uriburu. Se reivindica fundamentalmente lo que es el 17 de octubre y no tomando el 17 de octubre como ese elemento que muchas veces hasta el propio peronismo y a veces de los partidos de izquierda, como que fue que se abrió la jaula y salieron todos a pedir por el coronel, acá todos los que organizaron el 17 de octubre de 1945 eran compañeros que venían de organizaciones sindicales trabajando, que venían de corrientes ideológicas puestas en discusión en ese momento Además, todo lo que fue la lucha por la distribución del ingreso que se da en Argentina durante el gobierno de Perón, la primera presidencia es impresionante el mayor nivel de conflictividad sindical, paros, movilizaciones que se dan en Argentina, se dan durante el gobierno de Perón en la primera etapa y durante el gobierno de Irigoyen en la etapa de mayor legalización, se da también entre el ‘72 y el ‘75 y se da también con Alfonsín . O sea, cuando los que gobiernan legalizan a la clase trabajadora, la gente sale a pedir, entonces esto también es criterio de autonomía, no es el tema de que la polea de transmisión es automática y ordena para abajo. A lo que quería apuntar era al sostenimiento de la visión de la CTA para hacer el Congreso para expresar lo que fue la reivindicación también de la juventud del ‘70 con todas sus expresiones organizadas, pero todo eso para nosotros es legalizar la historia de la clase trabajadora por eso la ruptura con la CGT no es sólo un problema al interior de las organizaciones sindicales como una interna sindical, es una concepción, una cultura, un abordaje diferente por eso hicimos un Congreso. Hicimos un Congreso, no hicimos una central. 21 R: ¿Cuál es la concepción de la clase trabajadora que manejan? FB: Para unificarlo con el tema de la identidad y el tema de la afiliación directa, digo esto porque nosotros veníamos de diferentes expresiones. Son diferentes corrientes y vos fíjate que dentro de la CTA hay compañeros de tradición comunista, otros socialistas, peronismo combativo, democracia cristiana, compañeros que vienen de la experiencia guerrillera muchos compañeros que estuvieron presos desaparecidos que están dentro de la mesa nacional de la CTA. O sea, Piccinini no viene justamente del peronismo y era el secretario general de la UOM de Villa Constitución en el año ‘75 como Vittorio Paulón, que está en la mesa también. Digo esto porque la primera expresión es: aglutinar, resistir, organizarnos y no poner primero el sello para después darle el contenido. No podemos hablar del modelo sindical basándonos en pleno empleo, en convenios colectivos que no se discutían, el nivel de pobreza, de exclusión, de indigencia, de desocupación, de precarización laboral. Hoy el 70% de lo trabajadores no tiene la posibilidad de discutir el sindicato porque son desocupados, subocupados, cuentapropistas, trabajadores clandestinos, ilegales, (a mí no me gusta decir en negro porque parece que en negro es malo y en blanco es legal). Para nosotros el concepto de trabajador es todo aquel que no explote y que tenga su fuerza de trabajo a disposición para que en el sistema capitalista se lo explote. Te digo más, es tan importante que tanto el gobierno de Menem, De la Rua, Duhalde y Kirchner, lo que piden es que si nosotros sacamos el tema de la afiliación directa y la afiliación al desempleado, inmediatamente nos dan la personería gremial, ahí es donde surge el concepto de que la nueva fábrica era el barrio, ese fue el eslogan que tomamos en base a entender la fragmentación al interior de la clase trabajadora, las nuevas realidades, las nuevas expresiones económicas que surgían. El sindicato de trabajadoras sexuales, cartoneros o de la vía publica hace 30 años era imposible de discutirlos como forma de organización de los propios trabajadores P: Zibechi plantea una cierta contradicción entre la CTA que es un sindicato y con la pretensión de superarse de alguna manera en un movimiento político social porque la CTA como sindicato mantendría una lógica acumulativa que no sería la misma lógica que podría ser mas cualitativa. Sería formar un contrapoder de la clase trabajadora. ¿Se podría correlacionar un sindicato dentro de un movimiento político-social? 22 FB: para mí es imprescindible, nosotros somos sindicalismo político. Disputamos que el sindicalismo tiene que ser la lucha por las reivindicaciones de los trabajadores. Creemos que tenemos el derecho y la obligación de discutir política y política no es el tema de las elecciones, es discutir quién hace la política educativa en nuestro país, algunos genios que se juntan y determinan, no los trabajadores de la educación. ¿Quién hace la política de salud en Argentina? porque es imprescindible para llegar a una transformación real de las fuerzas de poder en Argentina los trabajadores tienen que protagonizar el cambio. La central independientemente del movimiento que se construya y de la posibilidad o no de participar en el proceso electoral, el criterio de autonomía tiene que ser el elemento central porque en la CTA independientemente que gane un compañero nuestro va a tener que seguir siendo autónoma. La autonomía es la capacidad soberana de los trabajadores a decidir de qué manera protagonizan las transformaciones. El movimiento político- social es una etapa de acumulación de los trabajadores con el resto de la sociedad para transformar la realidad. La central no puede desarrollar la expresión de ser el elemento de transformación revolucionaria en nuestro país. Pero no va a haber movimiento político sindical de liberación nacional en nuestro país si no hay una central conscientemente organizada de los trabajadores. Tampoco va a ver una central de trabajadores si no hay una etapa superior de acumulación con el conjunto del pueblo argentino para transformar la realidad. Es un proceso dialéctico, complementario, y la contradicción para mí es innata al ser humano y es innata a cualquier organización. Y en las formas organizativas, incluso, en sus concepciones estratégicas y en su posicionamiento táctico. Fijate vos, volviendo a lo que decíamos, ¿Vos podés creer que para presentarte para Presidente de la Nación tenés que tener menos requisitos, que para presentarte para secretario general de UTA o de la UOM? ¿Cómo este modelo sindical me vas a decir que tiene alguna atracción para los trabajadores, para organizarse y hacer una transformación del poder? Es conservador y es funcional a los intereses del poder, este es el problema central, este modelo sindical tradicional y estructurado en base al negocio y a la obturación de la participación vaya a ser el factor de transformación. ¿De qué unidad me estás hablando? Es una coordinadora de organizaciones sindicales vacía en relación al poder que se necesita para transformar la realidad. Disputar al interior del aparato es una locura, 23 pérdida de tiempo, un desgaste y es funcional a los intereses del poder. Por eso planteamos que no es solamente cuestión que nosotros creemos que el otro es un burócrata, traidor y botón o empresario. “Nosotros somos buenos ellos son malos”. No es esto. Son modelos sindicales que hay que poner en discusión. Si no te gusta decime otro, pero no digas que esto es la forma de organizar unitariamente el movimiento obrero. P: Queríamos saber tu opinión acerca de la herencia del peronismo en la central, la importancia del culto a la persona, etc. FB: Yo no creo que sea sólo del peronismo, todos tienen sus personajes…porque hoy la contradicción en el concepto de patria la representa Fidel. Yo muchas veces anduve ahí y los opositores al partido tienen más bronca a los yanquis que a los propios burócratas del partido comunista, porque hay un concepto de nación, de patria que representa Fidel. No voy a analizar el concepto de imagen del líder peronismo. Al interior de la CTA en la construcción de la democracia no es un mito fundacional. La democracia interna de la CTA tratamos de sostenerla, pero para mí el concepto de democracia es la defensa de los medios en función de los fines. No puedo crear una organización democrática con concepciones capitalistas y autoritarias. El hombre nuevo que hablaba el Che en parte es la defensa de medios en función de un objetivo. No es que el fin justifica los medios. Nosotros no decimos que existe la horizontalidad plural, lo que sí ponemos en discusión que la mejor forma de darle cabida a lo orgánico y al organizativo, es con los niveles de democracia interna, muchas veces nos falta, nos falta y hasta el propio gremio que está en la CTA, no tienen, no cumplen todas las normas. Hay un capítulo del libro de Carlos Sánchez Viamonte, que es el tema de la mística y el mito. O sea quizás el enemigo más grande de un proceso de transformación es el mito, porque te hace confundir al mito con la mística, y la mística es el nervio motor en los procesos de transformación. Yo creo que el culto al personalismo es malo, en cualquier organización. Sea la mejor y la más honesta, más revolucionaria, es malo y pueden dar de esto, experiencias de procesos revolucionarios interesantes…y con la democracia se la ha gastado y se le ha pegado tanto a la gente, donde ser honesto es una virtud. Cuando es lo más elemental el tema de no meter la mano en la lata. 24 P: Muchas gracias, fue más que suficiente. Entrevista a Claudio Lozano. Vocal de CTA Nacional. Diputado Nacional por Emancipación y Justicia 28/04/05 P: Tenemos una pregunta especifica que surgió en una entrevista que le hicimos el otro día a Fabio (Basteiro), él hablaba del surgimiento de la CTA... CL: Yo no me voy a hacer cargo de lo que haya dicho Fabio. P: No... por eso...él decía que la CTA surge no como respuesta a la coyuntura, más que nada es una alternativa al modelo sindical, peronista, tradicional, tendría que ver más con lo que sería nuestra comparación entre la CGT de los Argentinos y la CTA. CL: Lo que pasa es que yo creo que hay una diferencia, que efectivamente hay una diferencia importante entre lo que uno puede ver de la CTA hoy como planteo y como realidad, respecto a lo que era la CGT de los Argentinos. Y es que la CGT de los Argentinos era una opción dentro de un mismo tipo de modelo sindical, no estaba en discusión la estructura ni la organización del modelo sindical argentino, era una opción dentro del modelo sindical. P: Ellos planteaban la autonomía partidaria, planteaban la democracia interna pero dentro de lo que era la CGT. CL: No sólo de la CGT, sino dentro de la estructura bajo la cual el sindicato organizaba los trabajadores en aquella época. En el caso de la CTA en realidad lo que hay es una estrategia que busca restituir condiciones para construir la unidad política organizativa de los trabajadores en el marco de un contexto estructural distinto, y por lo que requiere, ya no alcanza con la forma sindical tradicional para resolver ese problema. En este sentido la CTA no es una estrategia alternativa frente a los deshonestos y corruptos sindicalistas, porque si eso fuese no estaríamos modificando el esquema sindical, simplemente estaríamos mostrando o tratando de garantizar la gestión honesta del mismo tipo de estructura sindical, lo nuestro, no. Y en eso engancha con el tema que sí tiene que ver con los cambios estructurales de la etapa por el hecho de que la fuerza de trabajo o los trabajadores de la Argentina actual no tienen nada que ver con los trabajadores de hace 40 años. Entonces uno tenía un proceso de pleno 25 empleo con extensión de la asalarización formal y consecuentemente la lógica de un sindicato que organiza los trabajadores registrados era una lógica razonable. En el contexto actual seguir pensando la organización de los trabajadores en términos de los asalariados registrados implica asumir que vos vas a organizar una parte minoritaria de la fuerza del trabajo de la Argentina, en ese marco lo nuestro es un modo de hacernos cargo de los cambios estructurales que suponen un cambio en las condiciones de reproducción de la fuerza de trabajo en la Argentina, implica la necesidad de replantear la propia estructura sindical. Nosotros decimos: la estructura sindical tal cual la conocemos no puede organizar esto, aunque quisiera, no es un problema de maldad congénita. P: Fernández plantea la hipótesis de que la C.G.T. tendría haberse mantenido unido ante el gobierno menemista. CL: ¿Quién es Fernández? P: Arturo Fernández. Él plantea que el movimiento obrero, dado que en ese momento coyuntural del país la C.G.T. estaba tan debilitada por la política llevada a cabo por el menemismo, debería haber permanecido unido. Era un momento crucial para dar la lucha por dentro. CL: Eso dice alguien que no sabe que paso ahí adentro. Porque nosotros no es que llegamos a la fractura porque dijimos “bueno, haber fracturamos”, sino que nosotros hicimos todo un recorrido interno dentro de la C.G.T. Esa no fue una ruptura que planteamos nosotros, en realidad lo que nosotros hicimos fue un recorrido histórico en donde en el momento en donde se produce el agotamiento, o construíamos otra experiencia o nos agotábamos con eso. Porque es realidad, ¿cuál fue el proceso que se vivió en el momento que se produce el cambio donde asume Menem? En realidad lo que hay es una puesta en crisis de todo lo que había sido la experiencia sindical tradicional que de alguna manera se había revitalizado en el marco de la conflictividad por Alfonsín. Conflictividad que tenia posibilidad de materializarse, obviamente con problemas, porque ya la estructura sindical presentaba inconvenientes, pero en donde el hecho de que el Partido Justicialista actuaba como oposición a Alfonsín, le otorgaba una base de unidad política que de alguna manera le permitía niveles de acción más razonables. En el momento que asume Menem, comienza a jugar el tema de la falta de autonomía respecto al Estado, y respecto a los partidos y cuando se produce el primer conflicto por el tema de la cuestión de las privatizaciones y 26 concretamente se produce el conflicto de los telefónicos, la primera huelga fuerte, que dura prácticamente treinta días resistiendo la privatización de ENTEL y, en donde la conducción era una conducción mezclada, en donde había compañeros vinculados a nosotros, otros compañeros vinculados a la experiencia ligadas a lo que seria el MTA, etc. Ese conflicto le planteó una discusión a la CGT en donde el planteo nuestro es que hay que resolver ese conflicto, ir a paro nacional del conjunto de los trabajadores, para frenar la ofensiva privatista, en el mismo momento donde nosotros planteamos esto, la Unión Obrera Metalúrgica con Lorenzo Miguel a la cabeza plantea que el problema de los estatales es de los estatales y el de los privados de los privados, demostrando que en realidad la fractura, lo que le preocupaba a Arturo Fernández ya existía, no es que uno viene y la hace, estaba producida por el proceso de fragmentación que en todo caso había producido el replanteo más estructural que tenía la economía argentina y se materializa en un conjunto de mecanismos que permitían chupar dirigentes y estructuras, y permitían producir fracturas de esta Naturaleza. ¿Y en realidad... qué termina pasando? En lugar que se vaya al paro, en ese momento estaba Ubaldini al frente de la CGT, en lugar de que Ubaldini consiga el respaldo para ir al paro, termina transformando todo en la última movilización en la que Ubaldini anuncia un plan de lucha, que jamás realizará en la plaza de los dos Congresos, en una movilización convocada por el frente de gremios estatales, es decir, no se pudo garantizar por parte de CGT la unidad del movimiento obrero para frenar el proceso de privatización. Pero no es que no se pudo porque nosotros fracturamos, no se pudo desde la CGT. Comienzan las condiciones para la creación de una experiencia nueva, esto que termina pasando con Ubaldini que no puede condicionar, él era la referencia más alta que había construido el movimiento obrero en la etapa posdictadura, tiene como resultado concreto o se materializa en lo que es la ofensiva que termina en el teatro San Martín, en donde cuando uno lee el discurso de la C.G.T. San Martín, en ese momento percibe la importancia de los principios estos de los que hablamos, porque el discurso “en tanto el Estado es peronista los trabajadores deben adecuarse a …”, la identidad política dejó de estar en los trabajadores y pasó a estar y a residir en el aparato estatal. La lógica hubiera sido al revés, cuando los trabajadores son peronistas, el Estado debe tal cosa. La identidad política reside en la expresión de determinados actores sociales y no en el aparato del Estado. 27 P: ¿Cuál es la concepción que tienen de clase trabajadora? C.L.: La verdad que la idea del concepto de clase y... ¿Qué te diré? Si vos en realidad lees a Marx, no termina de definir el concepto de clase y Marx dice que no alcanza la cuestión económica para vivir, por lo tanto lo que sí está claro es el funcionamiento de un régimen capitalista. Define condiciones bajo las cuales las fuerzas de trabajo se reproducen, y consecuentemente eso es un punto de partida para la organización de trabajadores en esa sociedad, en ese sentido si vos tenés una etapa donde las condiciones bajo las cuales se reproduce las fuerzas de trabajo en este país, hacen que su nivel de vida esté determinado por niveles de desempleo o por el grado de informalidad laboral y demás. Vos deberías tender a tratar de estructurar eso en una organización conjunta, eso es lo que está en la base. Ahora, qué esa es la clase, esa es otra cuestión, porque se supone que también en la conformación de tu clase, tiene que ver también con tu perspectiva de futuro, que supone que en realidad los trabajadores no son sólo aquellos que están determinados por el modo que lo organiza el régimen, existente. Por eso que para nosotros el tema de la definición de nuestra identidad como trabajadores se da en el marco de la construcción de una experiencia política mayor, por eso es que dijimos con todo claridad en el congreso del 2002 que era necesaria la construcción de un nuevo movimiento político en la Argentina, porque del mismo modo que sostuvimos al comienzo de los 90 que era necesario una nueva central de trabajadores, porque no iba más la experiencia sindical tradicional, lo que dijimos al comienzo del 2000, es que no va más la idea de recuperar las experiencias tradicionales como modo de pensar una experiencia política que transforme la situación de la sociedad argentina. Entonces, yo supongo que en realidad nosotros estamos a mitad de camino. Hasta el momento estamos o hemos sido capaces de gestar trenzas de organización que se hacen cargo de las condiciones de reproducción que tiene hoy la clase trabajadora en esta Argentina capitalista con estas condiciones. Lo que nosotros estamos convencidos es que no hay posibilidad de planear formas de regulación de una sociedad distinta si no hay instituciones que las garanticen, entonces una central de trabajadores para nosotros no sólo es un instrumento reivindicativo, sino que es un instrumento que permite reinventar la sociedad. Si yo tengo trabajadores en las empresas más importantes o no las tengo, me permite discutir, sus precios y sus ganancias o no... por lo tanto una regulación social de otro tipo requiere de instituciones… materializarse y en ese sentido creemos que 28 la construcción de una experiencia... distinta sirve a los efectos de garantizar otro tipo de regulación social en condiciones de mayor justicia, en las relaciones que se establece... P: Por eso la personería gremial... CL: No peleamos por la personería, es una propuesta del gobierno... P: ¿A ustedes no solicitaron la personería? ¿No les sirve? CL: En términos simbólicos sí, en términos reales no. Ahora, ahí nosotros necesitamos que lo trabajadores puedan organizarse sin tener que pagar con el despido, esto tiene dos componentes. Uno el componente mayoritario que es que muy útil en los establecimientos más importantes, las empresas tratan de que no haya ninguna organización sindical, no sólo de la CTA, tampoco de la CGT. Por lo cual especulan con las distintas prácticas contractuales que hay para romper todo tipo de agremiación y además no tienen inconveniente en despedir a cualquiera que intente hacerlo. Ahí hay un problema de legalidad y la personería sirve para evitar eso. Ahí nace la propuesta nuestra de hacer otro sindicato, y ahora si a nosotros nos dan la personería legal, sólo tiene efectos para que los trabajadores que estén elegidos en las listas de la central tengan inmunidad, se entiende? Entonces el compañero del gremio gastronómico que es miembro de la mesa nacional puede trabajar en la empresa gastronomita sin que lo rajen, porque es miembro de CTA pero los laburantes que se organizan en el gremio gastronómico no. Entonces, la personería gremial legaliza a la CTA, pero no legaliza los trabajadores, ¿se entiende lo que digo? Nos da un respaldo simbólico. P: ¿Si no tienen la personería, el gobierno no tiene la obligación de llamarlos a la mesa...? ¿Con personería gremial tienen obligación de llamarlos, o no? CL: Pero nos llamó P: Pero podría no haberlos llamado. CL: La fuerza es otra cosa. Nos reconocen, por lo tanto somos legales. Es un reconocimiento a nosotros como organización. No le otorga legalidad a los trabajadores. Una cosa es que se reconozca a la CTA que de hecho en la práctica es tan obvio que no pueden dejar de hacerlo, por eso nos terminan llevando al consejo, aunque no tengamos personería, por eso nos piden a nosotros que mandemos gente a todas las instancias institucionales. Ahora, lo que no legalizan es que los trabajadores se puedan organizar. P: ¿Qué autocrítica le harías a la CTA? 29 CL: ¿Qué autocrítica?, ¿qué se yo?, tantas podría tener...nosotros hicimos muchas macanas, en una perspectiva vista desde hoy son macanas, nosotros nos equivocamos, desde mi punto de vista, en el momento en donde al producirse la creación del Plan Jefes pusimos en el consejo como representación de esto a Luis D´Elia , un error , pero un error que era incoherente con nosotros mismo, porque en realidad nosotros nunca construimos la federación de tierra y vivienda en función de representar a los desocupados, eso se transformó en una organización de desocupados, pero no porque eso fuera nuestro criterio y en realidad nosotros desde la perspectiva de que los trabajadores desocupados son trabajadores, tendríamos que haber puesto en el consejo a un representante del conjunto de los trabajadores y no a un desocupado. Nosotros le respondimos en la misma lógica al sistema por decirlo de alguna forma, eso es un error nuestro, del mismo modo que fue un error haber aceptado la propuesta esta de la personería gremial, yo creo que fue un error nuestro. P: Muchas gracias. 30 BIBLIOGRAFÍA Abdala, Germán (1998): Un proyecto por el cual vivir, Buenos Aires, ATE. Del Frade, Carlos (2004): Nosotros los trabajadores, Buenos Aires, Cooperativa El Farol. Fernández, Arturo y Bissio Raúl (1999): Política y relaciones laborales en la transición democrática Argentina, Buenos Aires, Lumen Humanitas. Godio, Julio (2000): Historia del movimiento obrero argentino, Tomo II, Buenos Aires, Corregidor. Grupo Coordinador del Encuentro de Dirigentes Sindicales reunidos en Burzaco: “Reconversión salvaje y ajuste sobre los trabajadores”, Buenos Aires, 30 de enero de 1992. James, Daniel (1990): Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina 1946-1976, Buenos Aires, Sudamericana. 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