Democracia en México

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INTRODUCCIÓN
Conocer nuestra historia como sociedad es fundamental porque nos da raíces, nos enseña a identificar errores
y aciertos, para no repetir aquéllos y aumentar estos últimos.
El presente trabajo iniciara con un análisis de las diferentes formas de gobierno que se dan en el Estado. Como
primer punto tendremos una breve introducción a las formas de designación de gobernantes, para dar paso a la
estructura gubernamental en México, sin dejar desapercibido las organizaciones políticas que se han
establecido en nuestro país.
Es importante tener noción sobre la división de poderes en el Estado Mexicano, para así saber cuales son las
funciones de cada uno, pues a partir de esta división es como se ejecuta el gobierno en nuestro país donde
primitivamente tenemos un sistema Democrático.
Dentro de este trabajo se busca fincar bases para entender lo ocurrido en el periodo de transición de gobierno
en el año 2000, donde verdaderamente hubo un ejercicio democrático y aunque los resultados no sean los
verdaderamente esperados por parte del ejecutivo electo para el periodo 2000 − 2006, si se mostró a la
ciudadanía mexicana y al mundo que en un país como el nuestro, en vías de desarrollo económico, la
mentalidad popular va siendo más exigente y que requieren gobernantes que mejoren el desarrollo del país y
de todos los mexicanos.
1.− FORMAS DE DESIGNACION DE LOS GOBERNANTES.
− democráticamente . Presidencialismo
Parlamentarismo monarquía
− republica
.
Semi presidencialismo
Mixtas Semi parlamentarismo −
− autocráticamente Autoritarismos (libertad restringida)
Totalitarismos (libertad nula)
• Formas autocráticas
AUTORITARISMO
Tipo de sistema político con un pluralismo limitado (el poder se da alrededor de determinados grupos que
forman una coalición de gobierno sin dejar espacio a la competencia y la oposición), no responsable, sin una
ideología elaborada y directora (sino enunciados genéricos como orden, la patria, etc.), carente de
movilización política extensa o intensa (excepto en algunos puntos de su evolución), y en los que un líder o
grupo reducido ejerce el poder dentro de límites formalmente mal definidos, pero en realidad bastante
predecibles, en donde no hay seguridad jurídica para los habitantes, el individuo no tiene garantía contra la
acción del poder autoritario. Otorga derechos civiles pero niega todos los derechos políticos; no se vota.
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Por todo esto nos da que el autoritarismo es: un sistema político con un pluralismo limitado, no responsable,
sin una ideología elaborada y directora (pero con mentalidad peculiar), carente de movilización intensa y en
los que un líder o un grupo reducido ejerce el poder dentro de limites formalmente mal definidos, pero
bastante predecibles
TOTALITARISMO
Es un sistema caracterizado por una forma de gobierno personalizada de un líder o una elite, que trata de
dominar tanto a la sociedad como al Estado. Pretende borrar toda separación entre el estado y la sociedad,
quitándole a ésta su autonomía y poniéndola al servicio de las necesidades del Estado. (Régimen soviético
1917, fascismo, nacionalsocialismo alemán, que tienen como rasgo hacer del estado un fin y a las personas el
medio para que el estado logre sus fines). El totalitarismo puede ser de izquierda (comunismo) o de derecha
(fascismo y nacionalsocialismo).
Poseen una fuerte ideología (ejemplo. Nacional socialismo alemán− pureza de la raza aria; fascismo italiano−
grandeza de la nación) Estas ideologías producen intensas movilizaciones políticas, que buscan legitimar el
régimen. No existen libertades individuales. Es un régimen de partido único. Se puede llegar a votar pero en
todo caso siempre al mismo partido. Acá hay siempre un líder carismático ejerciendo el poder. Hay una
militarización de la sociedad. Hay centralización económica.
Características:
• No hay pluralismo, hay un partido único determinante .
• El partido único ocupa una posición central y determinante respecto a otros actores (iglesia, militares)
• Existe una ideología articulada y rígida que legitima el régimen y da contenido a las movilizaciones.
• Alta y continua movilización sostenida por la ideología, el partido único y sus organizaciones satélites
• Existe un líder carismático o un pequeño grupo en el vértice del partido único
• No hay limites previsibles al poder del líder y amenaza permanente de sanciones por no haber
libertades individuales
• Exaltación de nacionalismo
• Masificación
• No hay oposición legalizada
• No hay elecciones libres y competitivas
• Centralización económica
Los fascismos
Rasgos compartidos de naturaleza positiva o afirmativa:
• El estado se concibe como totalitario y esencial. Las autoridades públicas intervienen en todos los
órdenes sociales, por lo que no existe la libertad individual.
• El sistema político se funda en la legitimación carismática del dirigente. Esto implica la implantación
de la dictadura, y la relativización o anulación del imperio de la ley y del principio de legalidad.
• Garantiza la participación política de los partidarios a través de sistemas representativos mediatizados
por el estado
• Sostiene la necesidad de integrar el capital y el trabajo en un proyecto común, pretendiendo formular
una 3° vía entre el comunismo y el capitalismo
• El sistema político posee una clara vocación expansionista de carácter imperial. (Alemania, Japón)
Rasgos de naturaleza negativa:
• El expreso rechazo del capitalismo y al comunismo lleva al discurso anticapitalista, la prohibición de
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sindicatos y la imagen idealizada del trabajo.
• Negación expresa de la lucha de clases
• Rechazo de los sistemas electorales, los partidos políticos y la representación democrática. Las
elecciones, si se hacen, están mediatizadas.
• Rechazo de las garantías de los derechos fundamentales y de las libertades publicas
• Rechazo de los medios pacíficos para la resolución de conflictos internacionales, concepción
militarista de las relaciones exteriores.
•
Había rasgaos no comunes, así el racismo era un elemento esencial del Estado nacionalista alemán, pero no en
el italiano. Del mismo modo las relaciones con la iglesia, malas en el régimen alemán, pero no así en el
fascismo italiano que llego a acuerdos con el Vaticano en 1929.
• Formas democráticas
Pueden ser: el presidencialismo, semi−presidencialismo, parlamentarismo, la monarquía parlamentaria y la
republica parlamentaria.
DEMOCRACIA
Tiene 3 aspectos fundamentales:
• Como principio de legitimidad: no acepta auto investiduras ni poder derivado de la fuerza. El poder deriva
del pueblo y se basa en el consenso de los ciudadanos. Se legitima por elecciones recurrentes, libres y
competitivas.
• La democracia es un sistema político llamado a resolver problemas del ejercicio del poder: el pueblo no
delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes.
• La democracia como ideal: como "es" y no como debería ser.
Reglas del juego de la democracia
◊ Sufragio universal: todos los ciudadanos deben poder participar en la designación de
gobernantes
◊ Principio de la mayoría: lo acordado por la mayoría debe ser acatado por todos
◊ Igualdad político−jurídica: todos los votos tienen igual valor
◊ La mayoría no debe tomar decisiones que restrinjan los derechos de las minorías
◊ El elector podrá formar su opinión libremente
◊ El elector podrá seleccionar entre alternativas reales
Valores en que se apoya la democracia
• Libertad: participación de los ciudadanos en la definición de decisiones colectivas
• Igualdad: todos los ciudadanos tienen la misma dignidad política
• Solución pacifica de las controversias, mediante el dialogo y el entendimiento.
• Tolerancia: admitir formas de pensamiento diferentes.
• Formas Mixtas
Son aquellas formas de gobierno cuyas características son tomadas de dos sistemas distintos, teniendo rasgos
que los hacen diferentes a sus formas originales.
SEMIPRESIDENCIALISMO−SEMIPARLAMENTARISMO
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El régimen político francés desde 1958. Francia tiene con su constitución un Presidente que es elegido
directamente por el pueblo (sufragio universal directo), mediante ballotage por 7 años. (V republica Francesa)
y es el delegado personal y directo de la soberanía nacional. Pero además del Presidente existe el Primer
Ministro, a quien lo nombra el Presidente (previa consulta con el Parlamento francés, que tiene 2 cámaras, la
Asamblea Nacional y el Senado). El Primer Ministro es el Jefe de Gobierno y tiene responsabilidad política
ante el Parlamento. A éste, el Presidente puede removerlo pero también existe el voto de censura. Por todo
esto también recibe el nombre de Diarquía. Cuando al Presidente le va mal en las elecciones legislativas,
seguramente tendrá que afrontar que venga un Primer Ministro del partido que ganó. A esto se le llama
cohabitación (equilibrio entre el Ejecutivo y el Parlamento).
El presidente tiene una representación popular, ostenta la jefatura de su partido o de la coalición gobernante,
el liderazgo de la mayoría parlamentaria, y es el jefe del ejecutivo, ya que preside los consejos de ministros.
La Asamblea deberá también prestar su confianza al gobierno y en caso de que aquella se la retirara este
tendría que dimitir; pero si el presidente no esta de acuerdo con esta decisión, la solución a este
enfrentamiento vendría dada por un arbitraje popular, que implica la disolución de la Asamblea y la
convocatoria a nuevas elecciones.
La cohabitación es imposible en el Presidencialismo, en este se le da el nombre de democracia
consociativa.
• Diversas Formas Democráticas
PRESIDENCIALISMO
Es un gobierno con separación y coordinación de poderes. Un sistema político posee un régimen presidencial
solo si el Jefe de Estado (presidente, a la vez jefe de gobierno) es:
• Es electo popularmente por un tiempo determinado.
• No puede ser despedido de su cargo por votación del congreso o parlamento, durante su periodo
(excepto por juicio político)
• Encabeza o dirige, de alguna forma, el gobierno que preside.
♦ La jefatura del Estado y la jefatura del gobierno están reunidas en una misma persona: el
presidente.
♦ Éste es elegido por sufragio universal, directo o indirecto según los casos, y representa la
voluntad popular del mismo modo que el Congreso.
♦ El ejecutivo y el legislativo son dos órganos con idéntica legitimidad, no habrá supremacía de
uno sobre el otro; la íntima relación entre el ejecutivo y Parlamento no existe, se establece
aquí la separación de poderes con autonomía y monopolio de acción atribuido a cada
magistratura: el Ejecutivo al Presidente, el Legislativo al congreso y el Judicial a los
tribunales.
♦ El mecanismo funcional, es de interdependencia por coordinación; en tanto que el del
parlamentarismo es de interdependencia por integración.
♦ El presidente ejerce un autentico liderazgo, ya que acumula al mismo tiempo varias jefaturas
(la del gobierno, la de las fuerzas armadas y casi siempre la del partido a que pertenece) y esta
ligado al pueblo no sólo por el voto, sino por los mecanismos que posibilitan un contacto
directo y permanente con la opinión pública a través de los medios masivos de comunicación.
PARLAMENTARISMO
Se basa en un parlamento soberano de donde surge el equipo gobernante. El sistema funciona gracias a la
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colaboración de los tres poderes. El legislativo y el ejecutivo realizan labor más dinámica, el poder judicial
permanece ajeno al quehacer político, limita su actuación a dirimir los conflictos y aplicar e interpretar las
normas. La esencia del régimen parlamentario radicará en el modo como están establecidas las relaciones
entre esos poderes.
El Parlamento nace de la voluntad popular, encarna la soberanía y por tanto es el órgano de representación. Y
el gobierno, con su jefe de gobierno, surge de la mayoría parlamentaria.
Como sistema de gobierno se perfecciona al asumir la configuración triangular del poder:
− el electorado: en él reside el principio de legitimidad como base de la orientación política.
− el Parlamento: en donde reside la representatividad.
− el Gobierno: en donde reside de la operatividad exteriorizada en la acción de gobierno.
• Dualidad de jefaturas. Hay un jefe de estado (rey o presidente) y un jefe de gobierno (primer
ministro)
• El jefe de estado simboliza la unidad del Estado, ejerce la jefatura de las fuerzas armadas y de la
iglesia anglicana. (en el caso de Inglaterra)
• El jefe de estado nombra al primer ministro, al gobierno y aceptar su dimisión. Es un poder formal, ya
que por convención debe nombrar primer ministro al líder del partido mayoritario en la Cámara de los
comunes.
• Otras facultades son convocar, aplazar y disolver al Parlamento, sancionar las leyes aprobadas por el
parlamento, declarar la guerra, hacer la paz y establecer tratados internacionales.
• El jefe de Estado no tiene responsabilidad política ante el Parlamento, éste no puede censurarlo y el
jefe de estado no necesita de su confianza.
El procedimiento para la formación de gobierno se inicia en las elecciones para elegir miembros a la cámara
baja del parlamento. Al líder parlamentario del partido que ha obtenido la mayoría de votos el Jefe de Estado
(Ej. Rey) le encarga formar gobierno y luego el Parlamento lo inviste como primer ministro y expone ante él
su programa de gobierno. El régimen parlamentario exige al primer ministro contar con el apoyo de la 1/2 + 1
de los parlamentarios, por eso son frecuentes los gobiernos de coalición, basados en acuerdos políticos entre
dos o más partidos del Parlamento.
Para gobernar, el ejecutivo necesita el respaldo del Parlamento con el voto de confianza; cuando este emite el
voto censura el gobierno cae o debe renunciar.
El órgano ejecutivo o gobierno es el gabinete o ministerio, presidido por el primer ministro, a quien
acompañan otros que, generalmente también son parlamentarios.
Rasgos comunes que identifican el parlamentarismo
• Los miembros del gobierno (gabinete) son también miembros del Parlamento.
• El gobierno se conforma con los jefes del partido mayoritario o de la coalición que alcanzó la mayoría
• La estructura del gobierno es de forma piramidal: el poder se concentra en el primer ministro.
• El gobierno mantiene el poder si lo apoya la mayoría del Parlamento (voto de confianza) y lo pierde
con el voto de censura, o por que no cuenta con la mayoría parlamentaria.
• Las decisiones políticas están distribuidas entre el gobierno y el parlamento.
• Control político reciproco y efectivo entre gobierno y parlamento.
• La cesación del gobierno conduce a la disolución del parlamento y a nuevas elecciones, o a un cambio
de gabinete. El medio de control que puede ejercer el gobierno consiste en poder disolver el
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Parlamento y convocar a elecciones.
• El gabinete o ministerio aprueba los actos del jefe de Estado y asume la responsabilidad política ante
el Parlamento.
• El mecanismo funcional de los poderes es de interdependencia por integración.
• Es un sistema elástico.
Diferencias entre Presidencialismo y Parlamentarismo
Presidencialismo
Parlamentarismo
• La jefatura de estado y la de gobierno están
representadas en una sola persona, el
presidente.
• Hay una persona para cada una de las
jefaturas. Jefe de Estado y Jefe de Gobierno
• el presidente ejerce su cargo con carácter no
hereditario ni vitalicio
• el jefe ejerce el cargo con carácter
hereditario y vitalicio. (monarquía
parlamentaria)
• La soberanía la tiene el presidente
• La soberanía la tiene el parlamento
• El Jefe de Estado y de Gobierno es elegido por
voto popular (directa o indirectamente) y éste
no puede disolver el parlamento.
• Al Jefe de Estado lo elige el parlamento o es
un Rey. El Jefe de Gobierno (1° ministro) se
elige llamando a sufragio para elegir
parlamentarios de la cámara baja. Al líder
parlamentario del partido que ha obtenido la
mayor cantidad de votos, el Jefe de Estado
le encarga formar gobierno y luego el
Parlamento lo inviste como Primer Ministro.
• El presidente, además de encabezar el gobierno,
por lo general es el jefe del partido gobernante
y el parlamento no puede destituir al presidente,
salvo por juicio político
• Hay una interdependencia por coordinación (
está claramente determinada la división de
poderes, cada poder tiene su función).
• Hay una coordinación por interrelación.
• Es elástico frente a una crisis política porque
ofrece la vía del voto de censura o la
disolución del parlamento.
Un Estado es una República cuando el Presidente ejerce su cargo con carácter no hereditario ni vitalicio. En
cambio un Estado es una Monarquía cuando su jefe ejerce el cargo con carácter hereditario y vitalicio.
• Es rígido ante una crisis política.
2.− LA DEMOCRACIA Y LOS PARTIDOS POLITICOS EN MEXICO.
• El caso de México
La transición mexicana a la democracia llegó a su fin. El viejo régimen, el régimen del presidencialismo sin
fronteras, el régimen del partido sin competencia y elecciones sin garantías, el régimen sin crítica y escrutinio
público, el régimen del Estado grande y la sociedad pequeña, ha quedado en el pasado.
En su lugar empieza a cobrar forma una presidencia acotada por las fronteras constitucionales, se ha levantado
un sistema de partidos competitivo, se celebran elecciones libres, se despliega la libertad de expresión y
emerge una sociedad más organizada y participativa, cuyos derechos marcan cada día más los límites del
Estado.
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El problema es que las transiciones a la democracia no entrañan necesariamente su eficacia y su
consolidación: una cosa es arribar a la democracia y otra es construir un entramado institucional sólido y
funcional que asegure la estabilidad del régimen democrático.
Que la transición concluyó es un hecho sobre el cual no se quiere polemizar con estas líneas: los partidos
políticos compiten, ganan y pierden elecciones; los ciudadanos votan y sus votos deciden; la incertidumbre
sobre el resultado de las elecciones se ha instalado y domina el ambiente preelectoral, lo mismo en los
comicios para la integración de los ayuntamientos que en las contiendas para la renovación de los poderes
locales y federales; los medios de comunicación ejercen la crítica sin restricciones y una gran diversidad de
voces se expresan con libertad; todos los cargos políticos están incluidos en el juego democrático, se disputan
en las urnas. ¿No es esto la democracia?
Si se atiende a los criterios de calificación democrática de los más destacados estudiosos de los procesos de
cambio político, México pasa la prueba. Juan Linz, por ejemplo, sintetiza su criterio al respecto en las
siguientes condiciones: libertades políticas individuales, sistema de partidos competitivo, elecciones libres,
inclusión de todos los cargos políticos efectivos en el proceso democrático y sufragio universal. Así que ahora
la cuestión es otra: después de la transición
El problema reside en que la joven democracia mexicana gira sobre el eje de un entramado institucional débil,
obsoleto y atrofiado. La herencia institucional del régimen anterior arrastra muchísimos pasivos: instituciones
resquebrajadas por el peso ilimitado del poder presidencial, procedimientos y mecanismos constitucionales
oxidados por la falta de uso, grandes espacios de discrecionalidad, ineficiencias burocráticas, corrupción e
impunidad, inercias centralizadoras, y costumbres, prácticas y arreglos al margen de la ley. No es que no haya
activos. Lo que ocurre es que el balance arroja unos saldos francamente raquíticos, desde luego insuficientes
para sostener una democracia estable. El reto hoy, en efecto, consiste en construir o fortalecer, según sea el
caso, los cimientos necesarios para asegurar la estabilidad de la construcción democrática. ¿Por dónde
empezar?
Las experiencias de este siglo muestran casos de transiciones exitosas junto con otros en los que un cambio
político democrático no condujo a la construcción de una democracia estable, sino, por el contrario, a
situaciones de aguda inestabilidad o a procesos involutivos de corte autoritario. ¿Qué factores permitieron el
éxito de las transiciones que culminaron en democracias estables o, en sentido inverso, qué factores
determinaron la inestabilidad o el derrumbe de las construcciones democráticas en los casos fallidos? Por
encima de las características de cada país, la diferencia entre los casos donde la democracia se consolidó y los
casos donde acabó por desplomarse ha residido sobre todo en la eficacia de los gobiernos democráticos.
No es casual que el caso paradigmático de las transiciones recientes, España, tenga en su haber una
experiencia democrática fallida: la República fundada en 1931 y aplastada en 1939, luego de tres años de una
cruenta guerra civil. De la experiencia se aprende, y en la España de los treinta, sin descontar otros factores, el
derrumbe de la democracia se debió en gran medida a la inestabilidad e ineficacia de los sucesivos gobiernos
democráticos. Por ello el reciente proceso español de transición y consolidación democrática puso el acento en
las exigencias de estabilidad y eficacia de la democracia, con un éxito tan rotundo como envidiable.
La clave estuvo en el diseño del régimen constitucional. Fue una obra casi perfecta. La construcción
democrática española fue posible gracias a dos actitudes que a primera vista pueden parecer contradictorias, la
imaginación y la autor restricción de las partes, pero que en la práctica arrojaron una fórmula muy afortunada.
La imaginación, porque frente a las arraigadas y singulares exigencias del regionalismo y del
multiculturalismo del Estado español, los constituyentes fueron capaces de realizar un diseño original que
asegurara un equilibrio entre la diversidad y la unidad necesarias. Y la autor restricción, porque frente a viejos
agravios y viejas posiciones, la republicana, por un lado, y la anticomunista, por el otro, los actores políticos
tuvieron la inteligencia de desechar los maximalismos y, en cambio, poner el acento en la articulación de los
consensos mínimos. Parafraseando la voz de la rebeldía universal de los sesenta, se podría decir que con su
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transición los españoles llevaron no sólo la imaginación al poder, sino también la sensatez y la
responsabilidad.
México es otro. Sin embargo, en muchos círculos políticos e intelectuales persiste la idea de que la transición
continúa, o bien porque asocian su culminación con la imagen del gran momento fundacional, ligado a su vez
con la derrota del PRI en elecciones presidenciales y, en el extremo, con su aniquilamiento, o bien porque la
duración del proceso de cambio político los ha hecho rehenes del discurso de la transición como quien se hace
rehén de sus rutinas hasta configurar con ellas un modus vivendi, mientras el país reclama el debate, los
acuerdos y las decisiones necesarios para garantizar la eficacia y la estabilidad de nuestra incipiente
democracia, así como el diseño, la elaboración y la ejecución de políticas públicas de largo aliento, montadas
y legitimadas sobre la base de consensos mínimos entre los actores políticos.
Esta persistencia del discurso de la transición genera dos efectos muy negativos. Por un lado, condiciona el
debate político e intelectual acerca de la consolidación de la democracia a la llegada del día esperado, al
despertar democrático que deje atrás la larga noche del viejo régimen, cuando, frágil y todo, la democracia
que se ha podido construir precisamente lo que requiere son el debate y los acuerdos que conduzcan a su
eficacia y estabilidad. Y, por otro lado, al aplazar la negociación y los acuerdos que permitan fijar las
condiciones para la consolidación de la vida democrática, acentúa los riesgos que entraña una democracia
frágil, amenazada lo mismo por la inseguridad y la violencia criminal que se han adueñado de las calles, que
por la incapacidad de definir y desarrollar políticas públicas que respondan a las demandas de la sociedad.
El espacio para un debate constructivo se ha reducido de tal modo y los obstáculos para la negociación y los
acuerdos políticos se han elevado tanto que, fuera de la solución de las exigencias más inmediatas, la
democracia mexicana en su breve vida no ha hecho mucho más que girar sobre el eje de los asuntos relativos a
la competencia electoral, como dando vueltas a la noria. Y lo peor es que la ruta hacia las elecciones del 2000,
lejos de prometer condiciones propicias para romper el círculo vicioso, anuncia la multiplicación de los
obstáculos para un debate serio y para la construcción de consensos mínimos en torno a la gobernabilidad en
democracia. ¿Cuáles deberían ser los ejes del debate y los consensos? Veo tres ejes fundamentales. El primero
se refiere al diseño político−institucional del régimen democrático. El segundo se refiere a la legalidad. Y el
tercero a las definiciones estratégicas sobre las políticas públicas del Estado.
• Los partidos Políticos, el Partido Revolucionario Institucional y su relación con el Ejecutivo
Si la estabilidad y la eficacia del régimen postrevolucionario tuvieron como soportes el extraordinario poder
presidencial y la imbricada red de arreglos políticos y prácticas clientelares al margen de la ley que, en forma
arbitraria, lo mismo premiaban que castigaban, resulta evidente que en las definiciones para la sustitución de
esos dos viejos soportes reside la clave para construir la estabilidad y la eficacia democráticas. Se podrá decir,
con razón, que la competencia electoral y sus efectos en la composición de los órganos de representación
política han acotado y seguirán acotando el poder presidencial, hasta ceñirlo del todo a sus límites
constitucionales; eso está muy bien, y sin duda es un efecto virtuoso de la vida democrática, pero no resuelve
la condición de la eficacia en democracia. Se podrá decir también, con buenos argumentos, que la pluralidad y
la alternancia en el ejercicio del poder, al destruir el dominio exclusivo de un partido sobre el aparato estatal y
someter al poder político al control y escrutinio públicos, están deshilando y acabarán por deshilar
completamente la red de prebendas y complicidades que han hecho de la legalidad y la ilegalidad una cuestión
de privilegios políticos o económicos; sin duda la pluralidad y la alternancia pueden acabar por desmontar los
arreglos del viejo régimen, pero eso no resuelve la exigencia de fincar un Estado de Derecho efectivo, donde
la aplicación de las leyes y el acceso a la justicia aseguren la eficacia del ordenamiento jurídico.
• Los principales partidos de Oposición; características.
Antecedentes:
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A finales del siglo XIX y principios del siglo XX en México se había alcanzado un gran crecimiento
económico, reflejado principalmente en las clases pudientes del país.
El régimen autoritario de Porfirio Díaz (1877−1911) fue terminado por el movimiento armado de la
Revolución Mexicana. Este movimiento buscaba una mayor igualdad en la repartición de tierras y de riquezas
entre todos los segmentos de la población, incluyendo a las clases campesinas más desfavorecidas. La
Revolución Mexicana instauró un documento federal conocido como la Constitución de 1917, de las más
avanzadas en su tiempo, ya que contemplaba disposiciones de tipo social. Las contribuciones principales de
esta Carta Magna son las garantías individuales y el rechazo absoluto a la reelección presidencial.
Los años posteriores a la Revolución Mexicana fueron de gran dificultad social y económica para el país y se
presentaron varios movimientos subversivos contra el régimen político de los Estados Unidos Mexicanos. Los
principales fueron: la rebelión delahuertista (1924); la rebelión de Serrano (1927) y la Guerra Cristera (1929).
La existencia de caudillos poderos y de pobreza generalizada en el país hicieron necesaria la definición de un
frente político que evitara en lo sucesivo un nuevo levantamiento.
Fundación del PNR.
El General Plutarco Elías Calles invitó el 1ro. de Diciembre de 1928 a todos los partidos, agrupaciones y
organizaciones políticas de la República a unirse y formar un Partido Nacional Revolucionario. El 4 de Marzo
de 1929 se fundó el PNR.
Este partido terminó con la anarquía imperante en México y le dio una estabilidad política al país. En lo
sucesivo, la lucha por el poder se daría dentro del partido sin afectar al régimen político en funciones.
Creación del PRM.
El 30 de Marzo de 1938, el Presidente Lázaro Cárdenas declaró formalmente la creación de la Asamblea
Nacional Constitutiva del Partido de la Revolución Mexicana que sustituiría al PNR. El PRM inyectó una
nueva orientación ideológica y sectorizó las bases de apoyo del partido, que hicieron surgir los sectores
obrero, campesino y militar.
Nacimiento del PRI.
El 18 de Enero de 1946 se convocó a la Segunda Gran Convención del Partido de la Revolución Mexicana,
que dio lugar a la transformación al Partido Revolucionario Institucional. El nuevo partido quedó constituido
por los sectores agrario, obrero y popular y adoptó como el lema Democracia y Justicia Social
Principales Contribuciones del PRI.
De acuerdo a la información publicada por el partido, las principales contribuciones del PRI al país son: un
crecimiento sostenido del 6% después de la Segunda Guerra Mundial; el impedimento de golpes de estado y
la garantía desde 1946 de un régimen civil; la reforma agraria; la educación gratuita para todos; la protección
de los derechos de los trabajadores y la justicia social.
El PRI ha manifestado que su estancia de 70 años en el poder no ha sobrevivido por un régimen autoritario,
sino porque refleja la fuerza y la debilidad, las virtudes y los defectos de los propios mexicanos: combinan un
sentido ritualista de lo jerárquico con una enorme capacidad de negociación.
Antecedentes de la formación del PAN.
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En 1935 el país atravesaba una gran crisis económica y el PNR organizó a las clases obreras y campesinas
dentro de los sectores del partido, para mediatizar su acción.
Este movimiento hizo surgir grupos opositores al régimen político.
Manuel Gómez Morín trató de reunir a las personas con ideologías opositoras del país para formar un nuevo
partido político, bajo una sólida doctrina y un principio rector: el establecimiento en México de la democracia
como forma de gobierno y como sistema de convivencia.
Fundación del PAN.
El 16 de Septiembre de 1939, la Asamblea Constituyente del Partido Acción Nacional adoptó los Principios
de Doctrina y los Estatutos de la nueva organización.
El pensamiento del PAN ha sido denominado Humanismo Político, el cual está basado en el realismo
moderado de la filosofía aristotélico−tomista y que tiene como elementos centrales los siguientes:
Persona Humana. El ser humano es persona con cuerpo material y alma espiritual, con inteligencia y voluntad
libre, con responsabilidad sobre sus propias acciones y con derechos universales.
Bien Común. Conjunto de valores morales, culturales y materiales que serán conseguidos mediante la ayuda
recíproca de los hombres, para mejorar la convivencia y el desarrollo de la persona.
Solidaridad. Se basa en la vinculación de la persona−sociedad e implica entre éstas un respeto recíproco.
Política. Capacidad y obligación de servir al hombre y a la comunidad; y no como oportunidad de dominio
sobre los demás.
Democracia. Fundada en la igualdad esencial de todos los seres humanos.
Antecedentes del PRD.
Dentro del PRI surge un movimiento de tipo democrático que postula que para llevar realmente la democracia
al país es necesario iniciar en casa, es decir, que deben darse las condiciones necesarias para que la voluntad
de las mayorías afiliadas dentro del partido se vea justamente representada. Propone también un cambio en las
políticas económicas de México para evitar la sujeción al Fondo Monetario Internacional. Este movimiento no
es bien recibido y fuerza a sus simpatizantes a desprenderse del partido oficial.
El principal dirigente de este movimiento es el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, el cual busca apoyo en las
organizaciones de izquierda socialista del país para unir fuerzas y crear un nuevo partido político. Los grupos
que ofrecen apoyo al Ing. Cárdenas son, entre otros: El Partido Mexicano Socialista, el Partido Mexicano de
los Trabajadores, el Partido Socialista Unificado de México, la Coalición de Izquierda y el Movimiento de
Acción Popular.
Fundación del PRD.
El 5 de Mayo de 1989 tuvo lugar la Asamblea Nacional Constitutiva del Partido de la Revolución
Democrática.
El partido propone restaurar la República al fundar las instituciones en una cultura de política de libertad,
racionalidad y tolerancia; y terminar con el régimen caduco del privilegio y la injusticia, del partido del
Estado y el corporativismo, de la dependencia y la corrupción.
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A partir de entonces, se le ha ubicado en el centro izquierda, identificado con las tendencias populistas, por
sus políticas de carácter social, y su constante apoyo a los más desfavorecidos.
• La alternancia en diversos estados de la República y en el Distrito Federal.
El salto ha sido enorme. Sus efectos sobre el mapa de la distribución del poder político constatan sus alcances,
mientras en 1982, de un total de 3,479 cargos de elección popular, incluyendo la Presidencia, el Congreso, las
gubernaturas, los congresos locales y las presidencias municipales, el PRI ocupaba el 91%, para 1997 ya sólo
contaba con el 54%. Actualmente, más del 40% de los municipios son gobernados por algún partido distinto
del PRI; de las treintaidós entidades federativas, el PAN gobierna seis y el PRD cuatro, entre las cuales está la
capital de la República; y en el ámbito federal el PRI no cuenta ya con su histórica mayoría en la Cámara de
Diputados.
3.− LA DIVISION DE PODERES.
• Alcances de la división de poderes.
Teoría de la División de Poderes.
La teoría de la división de poderes fue enunciada por Montesquieu en su obra El Espíritu de Las Leyes, a
mediados del siglo XVIII.
Su teoría señala que en todo gobierno (Estado) existen tres clases de poderes: el poder legislativo, el ejecutivo
con relación a las cosas que dependen del derecho de las naciones y el ejecutivo con relación a las cuestiones
que dependan del derecho civil.
Según Montesquieu, esta división del poder del Estado en tres, es la única manera de asegurar la libertad de
los ciudadanos.
Cada uno de esos poderes es ejercido por órganos distintos e independientes entre sí, siendo esta separación
orgánica, la garantía para la esfera de libertad de los particulares, ya que los poderes rivalizan, se equilibran,
siendo cada uno celoso guardián de su respectivo ámbito de competencia, de suerte que queda entre ellos una
esfera libre para actuaciones no reguladas, en las que ninguno está autorizado para interferir, y que
precisamente constituye el ámbito de libertad garantizado a los particulares.
Cada uno de los poderes ejerce su función en forma exclusiva y excluyente, así sólo al poder legislativo
corresponde dictar la ley; al ejecutivo, la ejecución de la ley sin que pueda dictar leyes ni realizar otros actos
que los autorizados por ellas; y al jurisdiccional, corresponde la aplicación de las leyes en las relaciones entre
particulares o entre éstos y la Administración del Estado.
Esta doctrina ha sido recogida en casi todas las constituciones políticas, y su principio básico de la separación
de poderes tiene hoy plena vigencia en cuanto distingue tres funciones principales del Estado.
• Separación formal de poderes y partidos Dominantes.
LA CONSTITUCION de la República establece el régimen de división de poderes en Legislativo, Ejecutivo y
Judicial .Los dos señalados en primer término son de elección popular.
Las facultades del Poder Ejecutivo.
La propia Constitución dispone que el ejercicio del "Supremo Poder Ejecutivo de la Unión" se deposita "en un
solo individuo, que se denominará 'Presidente de los Estados Unidos Mexicanos" 3. Las facultades del Poder
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Ejecutivo Federal abarcan varios aspectos importantes:
a) Promulgar las leyes que expida el Congreso de la Unión;
b) ejecutar las leyes;
c) realizar todas las actividades que constituyen la administración pública;
d) designar y remover libremente a los secretarios del despacho;
e) nombrar, con la aprobación del Senado, a los agentes diplomáticos, ministros y cónsules generales; a los
oficiales superiores del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, a los empleados superiores de Hacienda, al
Procurador General de la República y a los Ministros de la Suprema Corte de Justicia 8 ; disponer del Ejército,
la Marina de Guerra, la Fuerza Aérea y la Guardia nacionales
f) declarar la guerra, previa decisión del Congreso de la Unión en ese sentido
g) "dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales, sometiéndolos a la aprobación del Senado"
h) convocar al Congreso a sesiones extraordinarias, si es que así lo acuerda la Comisión Permanente
Además del artículo 89, que se ocupa expresamente de las facultades y obligaciones del Presidente, hay varios
otros que añaden otras funciones y facultades.
Las facultades del Poder Legislativo
La Constitución de la República dispone asimismo que el Poder Legislativo quede depositado en un Congreso
General, y que éste se divida en dos cámaras: la de Diputados y la de Senadores. Con respecto de sus
facultades:
a) una parte de ellas las reserva en exclusiva a la Cámara de Diputados sin intervención de su contraparte, y
b) otra a la de Senadores, en condiciones semejantes;
c) otro grupo de ellas exigen de la participación de ambas cámaras, y
d) un último grupo contempla facultades que corresponden por igual a ambas cámaras, pero que son ejercidas
por separado y de manera independiente con respecto de la otra.
De entre las facultades exclusivas de la Cámara de Diputados, las principales son:
a) "Examinar, discutir y aprobar anualmente el Presupuesto de Egresos de la Federación" y
b) "revisar la Cuenta Pública del año anterior", lo que tendrá por objeto "conocer los resultados de la gestión
financiera, (y) comprobar si se ha ajustado a los criterios señalados por el presupuesto"
Otra de las facultades exclusivas de la Cámara de Diputados consiste en erigirse en órgano acusador en el caso
de los juicios políticos a funcionarios que gocen de fuero constitucional.
De entre las facultades exclusivas de la Cámara de Senadores sobresalen por su importancia las de orden
político internacional y, dentro de ellas, "aprobar los tratados internacionales que celebre el Ejecutivo de la
Unión". Está entre sus facultades exclusivas asimismo la de "erigirse en Jurado de sentencia para conocer en
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juicio político de las faltas u omisiones que cometan os servidores públicos y que redunden en perjuicio de los
intereses públicos fundamentales".
De entre las facultades del Congreso de la Unión, que requieren de la participación separada y sucesiva de
ambas cámaras, para efectos de este estudio sobresalen, en primer término, las de orden propiamente
legislativo y exclusivas del ámbito federal. Por lo que se refiere a la materia hacendaria, compete a las dos
cámaras la aprobación de la Ley de Ingresos; "dar las bases sobre las cuales el Ejecutivo pueda celebrar
empréstitos sobre el crédito de la Nación, aprobar esos mismos empréstitos y reconocer y mandar pagar la
Deuda Nacional". Importantes son también, sin duda alguna, las facultades que se relacionan con la posible
vacante del Ejecutivo, temporal o definitiva:
a) Corresponde al Congreso de la Unión conceder licencia al Presidente de la República para ausentarse de su
cargo;
b) aceptar su renuncia,
c) "constituirse en Colegio Electoral y designar al ciudadano que deba sustituir al Presidente de la República,
ya sea con carácter de sustituto, interino o provisional.
Es facultad del Congreso declarar la guerra. Por último, en materia de facultades, hay que señalar que "cada
una de las cámaras puede, sin intervención de la otra:
• Dictar resoluciones económicas relativas a su régimen interior;
• Comunicarse con la cámara colegisladora y con el Ejecutivo de la Unión, por medio de comisiones de su
seno;
• Nombrar los empleados de su secretaría y hacer el reglamento interior de la misma;
IV. Expedir convocatoria para elecciones extraordinarias con el fin de cubrir las vacantes de sus respectivos
miembros.
• Colaboración de Poderes
Las relaciones entre las cámaras del Congreso de la Unión
Hay que señalar, por otra parte, que la Constitución no hace referencia alguna a diferencias de rango entre
ambas cámaras del Congreso, por lo que se les infiere de igual jerarquía. En seguida, resulta pertinente
expresar que son varios los artículos constitucionales que hablan de las relaciones entre ellas:
a) El artículo 66, por ejemplo, responsabiliza a las dos cámaras de acordar entre ellas las fechas de conclusión
de los períodos ordinarios de sesiones y, en caso de que no llegaren a un acuerdo, faculta al Presidente de la
República para que resuelva.
b) El artículo 68 establece que ambas cámaras residirán en un mismo lugar "y no podrán trasladarse a otro sin
que antes convengan en la traslación y el tiempo y modo de verificarla, designando un mismo punto para la
reunión de ambas". Y en caso de que no pudieren llegar a un acuerdo, faculta al Ejecutivo para que resuelva.
c) El mismo artículo establece que ninguna cámara podrá suspender sus sesiones por más de tres días, sin
consentimiento de la otra.
d) El artículo 72 señala que "todo proyecto de ley o decreto, cuya resolución no sea exclusiva de alguna de las
cámaras, se discutirá sucesivamente en ambas, observándose el Reglamento de Debates sobre la forma,
intervalos y modo de proceder en las discusiones y votaciones".
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Y añade que una vez que en la cámara de origen se haya aprobado un proyecto, pasará para su discusión a la
otra
e) En el caso de que la cámara revisora deseche en su totalidad un proyecto de ley o decreto, sigue planteando
el mismo artículo constitucional, "volverá a la de su origen con las observaciones que aquélla le hubiese
hecho." La cámara de origen presumiblemente ratificará la aprobación del proyecto que ya antes había
aprobado, quizá atendiendo las sugerencias de la revisora o no. Si de cualquier forma lo aprueba, "volverá a la
cámara que lo desechó, la cual lo tomará otra vez en consideración". Si esta segunda vez la cámara revisora lo
aprueba, pasará al Ejecutivo para su promulgación. En caso contrario, "no podrá volver a presentarse en el
mismo período de sesiones".
f) Podría suceder que la cámara revisora sólo rechazara en parte un proyecto, lo modificara o adicionara. Si
eso ocurre, "la nueva discusión de la cámara de su origen versará únicamente sobre lo desechado o sobre las
reformas o adiciones aprobados". En el supuesto de que la cámara de origen apruebe por mayoría absoluta las
reformas sugeridas por la colegisladora, pasará al Ejecutivo para su promulgación. Empero, también puede
ocurrir que la cámara de origen rechace las reformas; en tal caso, volverá el proyecto por segunda vez a la
revisora. Y ésta podría declinar en cuanto a los cambios sugeridos, con lo que estaría resuelto el conflicto y el
proyecto pasaría al Ejecutivo. Pero podría insistir en ellos "por mayoría absoluta de los votos presentes". En
tal caso, todo el proyecto quedaría "congelado" y no podría volver a presentarse para su discusión sino hasta
el siguiente período de sesiones, "a no ser que ambas cámaras acuerden, por la mayoría absoluta de sus
miembros presentes, que se expida la ley o decreto sólo con los artículos aprobados, y que se reserven los
adicionados o reformados para su examen y votación en las sesiones siguientes".
g) La formación de las leyes o decretos puede comenzar indistintamente en cualquiera de las dos cámaras,
"con excepción de los proyectos que versaren sobre empréstitos, contribuciones o impuestos, o sobre
reclutamiento de tropas, todos los cuales deberán discutirse primero en la Cámara de Diputados." En la
cámara donde fue presentado el proyecto será dónde se discuta, "a menos que transcurra un mes desde que se
pase a la comisión dictaminadora sin que ésta rinda dictamen, pues en tal caso el mismo proyecto de ley o
decreto puede presentarse y discutirse en la otra cámara
En síntesis, como puede verse, ambas cámaras del Congreso de la Unión son esencialmente interdependientes.
• Entendimiento diverso de la división de poderes.
La doctrina que postula la división del poder del Estado en tres, hoy ha sido dejada de lado, siendo
reemplazada por la de preponderancia de funciones.
Las principales objeciones a la teoría de división de poderes son:
• Tal teoría postula que es el poder del Estado el que se divide en tres. Situación que no es correcta, ya que en
un Estado existe un solo poder supremo como consecuencia de que el Estado es una unidad. Lo que sí se
ajusta a la realidad es que existen en él una serie de funciones que se ejercen por ciertos órganos
independientes (legislativo, ejecutivo, jurisdiccional), y es por eso que cada órgano estatal representa,
dentro de sus límites, el poder del Estado.
• La división de poderes postula que cada órgano del Estado (ejecutivo, legislativo y jurisdiccional) ejerce en
forma exclusiva y excluyente sus funciones. Ello no corresponde a lo que ocurre en la práctica, por cuanto
en el Estado moderno cada órgano desarrolla una función en forma principal pero no excluyente, sino que
algunas se realizan por dos órganos estatales. Así por ejemplo, la actividad legislativa corresponde,
principalmente al Congreso o Parlamento (órgano legislativo); pero en ella también puede intervenir el
Presidente de la República (órgano ejecutivo).
Esta teoría ha sido ampliamente superada, conservándose, eso sí, su principio básico de la división de las
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funciones del Estado en tres (ejecutivo, legislativo y judicial), y la separación de lo órganos que las realizan.
Principio que se basa en una distribución racional del trabajo y que permite alejar el peligro del abuso del
poder.
Teoría de la Preponderancia de Funciones.
Sobre la base del principio de la división de las funciones del Estado en tres se ha formulado esta teoría. Las
funciones del Estado están en directa relación con sus fines, de suerte que en principio ellas son innumerables.
Sin embargo, por razones prácticas, se las agrupa en tres: ejecutiva, legislativa y judicial.
Según este planteamiento, esas tres principales funciones, se ejercen cada una en forma preponderante o
preeminente y no excluyente por órganos distintos.
Lo anterior significa que la función ejecutiva es ejercida principalmente por el órgano ejecutivo (Presidente de
la República); la función legislativa se realiza esencialmente por el órgano legislativo (Congreso Nacional o
Parlamento) y la función jurisdiccional, se desarrolla en forma preponderante por el órgano jurisdiccional
(Tribunales de Justicia).
Se señala que cada órgano ejerce su función en forma principal, pero no excluyente, de suerte que una misma
función puede corresponder a dos órganos. Así por ejemplo, el Presidente de la República (órgano ejecutivo)
no sólo ejecuta la ley sino también participa en el proceso de su formación; el Congreso Nacional además de
legislar puede ejercer funciones jurisdiccionales a través del juicio político.
• El caso de Conseil d'Etat francés
Este es el caso francés, que ha inspirado e influido determinantemente la mayoría de los sistemas de derecho
administrativo y constitucional, y, entre ellos, el nuestro. Ciertamente, el establecimiento del sistema general
de responsabilidad del Estado en Francia fue fruto de la labor jurisprudencial del Consejo de Estado y del
Tribunal de Conflictos; en Italia ha sido a partir de la aplicación de las normas de derecho común que regulan
la responsabilidad extracontractual; en Inglaterra y España su configuración se ha determinado por vía
legislativa a través de la aplicación de normas especiales en la materia; en Colombia el sistema de
responsabilidad del Estado ha sido producto de la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia y el Consejo
de Estado con fundamento en las normas generales consagradas en la Constitución Política y los principios
elaborados por esta evolución jurisprudencial fueron finalmente plasmados a nivel constitucional en el
artículo 90 de la Constitución de 1991.
En efecto, en el Derecho Francés de principios del siglo XIX se consagraron diversos supuestos especiales de
responsabilidad del Estado en materia de daños causados por obras públicas (Ley de 28 Pluvioso año VIII) y
por disturbios (Decreto de 10 vendimiario año IV). Fuera de estos casos expresamente establecidos en la ley,
predominaba el principio de irresponsabilidad del Estado, por lo que al afectado sólo le quedaba la posibilidad
de exigir ante los tribunales ordinarios, en los términos del derecho civil, la responsabilidad del funcionario
autor del daño.
No es sino hasta el 8 de febrero de 1873, que por vía jurisprudencial el Tribunal de Conflictos en el famoso
Arret Blanco establece y reconoce en Francia la existencia de un Estado responsable. Esta decisión, dictada
con ocasión del conflicto de competencias planteado sobre una demanda de daños y perjuicios ejercida contra
el Estado por el padre de una niña arrollada por un vehículo de una empresa Manufacturera de Tabacos
propiedad de la Administración, estableció que la responsabilidad del Estado no podía ser regida por los
principios establecidos en el Código Civil para las relaciones particular a particular, pues esta responsabilidad
tiene reglas especiales que varían según las peculiaridades del servicio y la necesidad de conciliar los
derechos del Estado con los intereses privados.
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4.− REALIZACION DE LA DEMOCRACIA EN LA ACTUALIDAD
• La situación en México antes y después del 6 de julio de 1997
El 6 de julio de 1997 pasará a la historia como un día importante. No hace mucho, en 1985, el país tenía un
sistema de partido prácticamente único, en el que el PRI ganaba más de 70 por ciento de los votos en la mayor
parte del país. El pluralismo y la competencia llegaron a México, a sus ciudadanos, antes de que hubiera un
sistema de reglas democráticas y una voluntad política de apertura y de reforma; así fue 1988, elección que
pasó a la historia como fraudulenta y se le recuerda por haberse caído el sistema de cómputo. En 1991 el PRI,
y sobre todo la Presidencia, lograron una restauración: no regresamos a 1985, pero sí hubo un
desmoronamiento del cardenismo. En 1994 se hizo famoso el voto del miedo; el país salió a votar de forma
masiva (78 por ciento); ya no hubo un fraude burdo, pero sí una grave inequidad y una amplia desconfianza.
Hoy, en 1997, la votación fue copiosa y los ciudadanos fueron a votar con una idea muy clara: propiciar un
cambio y hacerlo a través de las urnas.
Por primera vez en la historia vimos actitudes, modos, prácticas y resultados nuevos en este país. Fueron
muchas las imágenes que de alguna forma sorprendieron. Los primeros resultados fueron la confirmación de
las encuestas. Para nadie era un misterio que Cárdenas estaba en la ruta del triunfo en el Distrito Federal, pero
verlo ya como una confirmación de las primeras encuestas de salida fue como la llegada de una certidumbre.
Ver al candidato del PRI, unos minutos después, reconocer las tendencias favorables para el PRD es un dato
significativo. En 1989, la primera vez que un partido de oposición ganó o se le reconoció el triunfo de una
gubernatura (Baja California) hubo casi una guerra interna para que se aceptara.
Uno de los cambios más radicales, sin duda, fue la dinámica de la información electoral. A partir de las ocho
de la noche, momento en que se empezaron a producir resultados, la preocupación era por los números, por
los datos. Atrás quedaron las maniobras, las complicadas operaciones de fraude que todavía en el sexenio
anterior eran una práctica normal. En 1994 las encuestas de salida coincidieron en los números, pero la
elección fue tan desequilibrada y el país estaba tan atribulado que los comicios no despertaron grandes
emociones. La noche del 6 de julio el punto de atención eran los resultados preliminares, las encuestas de
salida y las primeras declaraciones. La información electoral no sólo son los datos, sino también las actitudes.
Durante las primeras horas de llegada de los resultados se expresaron actitudes republicanas como no se
habían visto en México en toda su época moderna.
El presidente Zedillo, después de las 11 de la noche, emitió un discurso novedoso, que marca un punto y
aparte, un buen inicio para empezar un cambio político de fondo en México. Durante años hemos sido críticos
del poder y de las actitudes autoritarias del presidencialismo; por eso ahora no tenemos problemas en asumir
un reconocimiento a los cambios que emblemáticamente confirmó el Presidente. Perdió su partido muchos
puestos claves de elección, pero la Presidencia se fortaleció de la única forma en la que puede hacerlo de
ahora en adelante: con actitudes democráticas.
La novedad más importante de la jornada de este 6 de julio fue sin duda la instalación de un sistema de
multipartidismo moderado, de tres grandes fuerzas, que llegó para quedarse. El momento más emotivo de la
noche electoral fue el triunfo de Cárdenas como el primer gobernador democrático del Distrito Federal, pero
el equilibrio de fuerzas que llegó al Congreso y de forma más específica a la Cámara de Diputados, es un dato
fundamental. El Programa de Resultados Preliminares (Prep) empezó a generar datos que mantuvieron
proporciones similares desde que se tuvo seis por ciento de las casillas hasta que llegó a 36.3 por ciento, es
decir, el PRI, con 36.4 por ciento; el PAN, con 28.2 por ciento, y el PRD con 26.2 de los votos para diputados
a nivel nacional. Los seis estados en los que había una gubernatura en disputa también confirmaron las
tendencias que mostraban las encuestas previas; con datos muy preliminares, el PAN estaba adelante en
Nuevo León y Querétaro y el PRI en el resto (Colima, San Luis Potosí, Campeche y Sonora).
• La alternancia y la división de Poderes
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LOS RESULTADOS ELECTORALES FEDERALES
Fueron 37 millones 603 mil 855 los ciudadanos que votaron en las pasadas elecciones federales. Estos
representan el 63.97% de una lista nominal de 58 millones 782 mil 737 mexicanos. Hubo 32 mil 455 personas
que pusieron el nombre de un candidato no registrado; otros 789 mil 828 personas optaron por anular su voto
o marcaron de manera incorrecta. Los votos validos de la elección fueron 36 millones 814 mil 27.
Entre 1994 y el 2000, el padrón electoral creció en un 25%, o sea, 12 millones mas de votantes en todo el país.
Los votos del PRI en el campo disminuyeron del 51% en 1997 al 42.2% en estas elecciones. El PAN subió del
16% al 35.5% y el PRD del 13.15% al 22%.
LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA
Vicente Fox, de la Alianza para el Cambio que contó con la alianza del PAN y del PVEM, obtuvo 15 millones
988 mil 725 votos (43.43%); seguido de Francisco Labastida Ochoa del PRI con 13 millones 544 mil 368
votos (36.88%); y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano de la Alianza por México con 6 millones 259 mil 12
votos (16.44%).
Por su lado, Gilberto Rincón Gallardo del PDS obtuvo 592 mil 72 votos (1.61%); Manuel Camacho Solís del
PCD 208 mil 258 votos (0.57%); y en ultimo lugar el PARM con 157 mil 119 votos (0.43%) para un
candidato inexistente ya que el ex priísta, ex perredista y ahora ex parmista, Porfirio Muñoz Ledo, renuncio a
la candidatura días antes de la contienda electoral para unirse a la campana de Vicente Fox.
Vicente Fox gano la mayoría de los votos presidenciales en 20 estados del país de un total de 32 incluyendo el
Distrito Federal, y que representan el 62.5%: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Coahuila,
Colima, Chihuahua, Distrito Federal, Guanajuato, Jalisco, estado de México, Morelos, Nuevo León, Puebla,
Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán. Además, gano en los
cinco estados con mayor padrón en el país: estado de México, Distrito Federal, Jalisco, Guanajuato y
Veracruz, que le reportaron un total de 6 millones 675 mil 881 votos.
Francisco Labastida obtuvo la mayoría en 11 estados que representan el 34.3% de las entidades en el país:
Campeche, Chiapas, Durango, Guerrero, Hidalgo, Nayarit, Oaxaca, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala y Zacatecas.
Por su lado, Cuauhtémoc Cárdenas obtuvo la mayoría de los votos en su natal estado de Michoacán y se ubico
en segundo lugar en los estados de Guerrero, Tabasco y el Distrito Federal.
Ahora analicemos los resultados desde otro punto de vista. Según el resultado de las elecciones presidenciales,
el estado mas priísta es Sinaloa (63.87%) y el menos panista después de Guerrero, y es el primer estado en
donde Fox visita a su gobernado. El estado mas panista es Guanajuato (60.75%); y el mas perredista
Michoacán (37.14%). El estado menos priísta es el Distrito Federal (24.01%), el menos panista es Guerrero
(18.56%), el menos perredista es Yucatán (3.90%). El estado del Sur y Sur−Sureste mas perredista es
Guerrero (35.21%) y los menos perredistas fueron Yucatán y Puebla (3.90% y 12.11%, respectivamente).
El estado con mas abstencionismo fue Chiapas con un 52.19%; y el de mayor participación Yucatán con el
71.95% donde el PRI y el PAN se disputaron los votos con un punto porcentual de diferencia a favor del PAN
(46.08% y 47.09%, respectivamente).
De los resultados presidenciales el PAN tuvo un porcentaje en los estados que oscilo entre el 60.75% de la
preferencia electoral en Guanajuato y el otro extremo con 18.56% en Guerrero, estado donde obtuvo menos
votos.
Fueron cuatro estados donde obtuvo más del 50% de los votos, por orden de importancia: Guanajuato,
Aguascalientes, Jalisco, Querétaro y Sonora. Los estados donde tuvo entre el 40 y 50% de los votos fueron los
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estados de, por orden de importancia: Baja California, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Colima, San Luis
Potosí, Tamaulipas, Yucatán, Quintana Roo, Morelos, México, Distrito Federal, Puebla, Durango y
Campeche. Los votos donde obtuvo entre el 30 y el 40% están: Veracruz, Baja California Sur, Tlaxcala,
Hidalgo, Zacatecas y Nayarit. Entre el 18.56% y el 30% están: Michoacán, Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Sinaloa
y Guerrero. Así, los tres estados mas pobres del país, Chiapas, Guerrero y Oaxaca, son los estados con menor
arraigo del PAN.
En el caso del PRI, la oscilación de sus votos estuvo entre los rangos del 63.87% de los votos en Sinaloa y el
24.01% en el Distrito Federal. Sinaloa es el único estado donde el PRI obtuvo más del 50% de las preferencias
electorales. En el rango entre el 40% y 50% de los votos a favor del PRI están los estados de, por orden de
importancia: Nayarit, Yucatan, Durango, Hidalgo, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Chihuahua, Campeche, Puebla,
Tamaulipas y Nuevo León. Es el rango del 30% y 40% de los votos a favor del PRI están se ubican la mayoría
de los estados: Tabasco, San Luis Potosí, Zacatecas, Coahuila, Coahuila, Veracruz, Baja California, Colima,
Tlaxcala, Jalisco, Querétaro, Aguascalientes, Sonora, Baja California Sur, Quintana Roo, México, Morelos y
Michoacán. Solo en los estados de Guanajuato y Distrito Federal, el PRI obtuvo menos del 30% de los votos.
En el caso del PRD, la oscilación de sus votos presidenciales estuvo entre el 37% en Michoacán y el 3.90% en
Yucatan. Entre los estados donde gano entre el 30% y el 40% de los votos solo encontramos a los estados de
Michoacán, Guerrero y Tabasco. En el rango del 20% al 30% se ubican en orden descendente: Baja California
Sur, Distrito Federal, Chiapas, Oaxaca, Tlaxcala y Zacatecas. Entre el 10% y el 20% están: Morelos, México,
Veracruz, Nayarit, Quintana Roo, Hidalgo, Campeche, Sonora, Puebla, Colima y Durango. Y menos del 10%
de los votos: Coahuila, Sinaloa, Baja California, San Luis Potosí, Tamaulipas, Querétaro, Aguascalientes,
Chihuahua, Guanajuato, Nuevo León, Jalisco y Yucatan. El PRD obtuvo mayor porcentaje de los votos de
Baja California Sur que en el Distrito Federal, donde actualmente gobierna y donde nuevamente gano la
jefatura del gobierno con Manuel López Obrador.
EL CONGRESO DE LA UNION
Para la Cámara de Senadores (con 28 senadores en total), el PRI obtuvo 60 curúles (tenia 77 senadores antes
del 2 de julio), 46 el PAN (tenia 40), 15 el PRD (tenia 22), 5 el PVEM, uno el PT y uno Convergencia
Democrática.
Para la Cámara de Diputados (compuesta por 500 diputados), el PRI obtuvo 209 diputaciones (tenia 239
diputados), 208 el PAN (tenia 117), 52 el PRD (tenia 126), 15 el PVEM, 8 el PT, 3 Convergencia
Democrática, 3 el PSN y 2 el PAS.
En cuanto a la elección para diputados federales, la Alianza por el Cambio obtuvo todos los distritos en dos
entidades: Aguascalientes y Baja California. El PRI gano todos los distritos en 4 estados: Tlaxcala, Nayarit,
Campeche e Hidalgo. La Alianza por México gano solo en mayor número de distritos en 12 entidades.
El PRI gano más distritos en los estados de Veracruz, seguidos de Chiapas, Estado de México, Oaxaca y
Guerrero. En el Distrito Federal no gano un solo distrito, pero hasta el momento mantiene la mayoría en 21
congresos locales y cuenta con 21 gobernadores.
Tradicionalmente, la válvula de seguridad del sistema encontró su garantía en la alianza del PRI y del PAN en
el Congreso de la Unión. Esto se refuerza con la disminución drástica de la izquierda ya que una alianza del
PRI y el PAN en la Cámara de Senadores sumarian 106 votos contra 22 de los demás partidos. En la Cámara
de Diputados sumarian 417 votos contra 83 de los otros partidos políticos. Sin embargo, la derrota del PRI, la
nueva alternancia en el poder presidencial y la nueva posición de todos los partidos en el escenario del
Congreso, podría alterar esta correlación.
Para el PRI, la derrota ha significado muchos cambios. Dividido el partido entre varias facciones internas,
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unos exigen la renuncia de su dirigencia nacional y hasta del propio Presidente Ernesto Zedillo; otros grupos
luchan por la dirección de su partido. El títere sin cabeza busca un liderazgo que desean ahora ocupar los
gobernadores priístas o quienes fueran los dirigentes nacionales. Las discusiones al interior han incluso
planteado la necesidad de cambiar nuevamente el nombre al PRI. Ya ha tenido tres nombres: Partido Nacional
Revolucionario en 1929, Partido de la Revolución Mexicana en 1938 y Partido Revolucionario Institucional
en 1946. Sin embargo, los llamados "dinosaurios" del PRI, los viejos priístas del llamado "Nuevo PRI",
siguen vivos. Ahora ellos encabezan, sin trabajar en campañas y pese a la derrota presidencial, los puestos
para diputados y senadores.
El PAN también vive dificultades internas para definir su posición ante su candidato que gano la presidencia.
Vicente Fox ha declarado que no gobernara el PAN y este ha rechazado la posibilidad de recibir la línea
presidencial para votar en el Congreso. El PRD también enfrenta fuertes divisiones de grupos de poder al
interior, y algunos acusan a la dirigencia nacional por la derrota al grado de exigirle su renuncia.
• La transición a la normalidad democrática
Los términos de transición democrática y transición a la democracia tienen diferente significado en el entorno
del sistema político mexicano. La transición a la democracia es un fenómeno y un proceso que se manifiesta
en el sistema político como un cambio de un tipo de gobierno autoritario y nacionalista a otro que está basado
en mecanismos que son democráticos. La transición democrática no significa la transferencia de poder de
decisión al pueblo, sino la eliminación de las funciones del modelo de Estado que emergió de la Revolución
Mexicana.
La tendencia presente en esta transición es "la consolidación de las condiciones que definen la contienda por
el poder." La transición a la democracia corresponde a lo que Bartra denomina ciclo largo o profundo y
Castañeda llama cambio de sistema, mientras que la transición democrática corresponde al ciclo corto y a
cambios en el sistema.
Bartra explica el término transición como el paso de un sistema con una estructura más o menos establecida a
otro sistema con una estructura también más o menos definida. Distingue dos ciclos de transición, corto y
largo. En el ciclo corto que comprende el período que va de 1988 al 2000, se da la transición política al
sistema democrático. El ciclo largo se inicia en 1968, implica una crisis de cultura política y de identidad
política nacionalista. Bartra afirma en Fractal que las reglas formales del sistema democrático ya están en
operación, aunque desde la perspectiva del ciclo largo todavía no se pueda hablar de que se haya creado una
alternativa cultural y civilizadora de fondo que estabilice efectivamente la vida democrática.
No obstante, a un año de haberse dado la transición política en México, los resultados dejan mucho que desear
y parece ser más un ardid propagandístico. Debido a la incapacidad de la nueva clase gobernante, a los
problemas internos de los partidos políticos, y a una sociedad civil débil, el avance de la transición
democrática es incierto. La carencia de acuerdos hacia el interior de los partidos políticos dificulta la
recomposición de la transición e incrementa la incertidumbre política y económica.
La transición democrática en México corresponde al tipo de transición que contiene propuestas de cambio
social, pero que no han logrado concretarse en la realidad. En realidad es cuestionable cualquier cambio que
se esté dando en la relación entre gobierno y la sociedad, como se esperaba. De hecho, la transición
democrática mexicana no se ha acompañado por un nuevo pacto social. Michelangelo Bovero sostiene que no
se puede hablar de transición en México.
Este cambio social puede estar orientado por reclamos que se hacen al Estado mexicano más que por cambios
de orden cultural que correspondan a una sociedad posdemocrática y postnacionalista, como algunos analistas
han sugerido. En todo caso, la transición democrática apuntaría hacia "un espacio regido por formas políticas
que no están condicionadas por identidades nacionales" y por tanto a "la emergencia de formas socializadas e
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identidad que no están fincadas en la lógica del Estado−nación"
El proyecto de transición democrática en México es frágil porque ha sido resultado del impulso modernizador
de la economía bajo el influjo de una política económica neoliberal que propone la integración económica de
México a la economía global bajo los principios del libre mercado. Así, el proyecto de transición está
profundizando la política económica neoliberal, en vez de que se modifique. El motor de cambio de esta
transición a la democracia ha sido la derecha representada por el Partido Acción Nacional (PAN) y por los
tecnócratas que impulsaron la política económica neoliberal. Democracia y libre mercado son dos premisas de
este nuevo orden.
El proyecto de Estado neoliberal, como forma de gobierno se ha fortalecido con la introducción del TLC, pero
no es un factor de cohesión social como lo era el modelo anterior. En contraste con las formas de control
autoritario de la movilización ciudadana que ejerció el PRI, los otros partidos como el Partido Acción
Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se comprometieron con una participación
voluntaria de la ciudadanía por una democracia política. El gran impulso democratizador en México lo da en
1988 el partido político que postula a Cárdenas, quien como disidente del PRI le disputa el triunfo, aunque al
final "el sistema" no lo reconoce.
Lamentablemente, el PRD no es un actor eficaz en la transición política por su debilitamiento interno
producto de un sentimiento de considerarse las víctimas del sistema y por las divisiones entre los negociadores
que detentan la dirección pero que carecen del poder real y una corriente de izquierda radical obstinada en
vetar iniciativas de políticas públicas con orientación neoliberal, incapaz de enfrentar los retos que representa
la ola democrática y la tendencia globalizadora de los mercados. En términos generales, el PRD queda
inhabilitado para convertirse en el promotor de la transición mexicana.
La transición del sistema político mexicano es producto de factores políticos, económicos, sociales y
culturales múltiples dados durante un proceso de modernización desde el 68. Para otros, la transición se inició
en 1988 con procesos de creciente violencia y desinstitucionalización De acuerdo a Acosta Silva), "la
transición es un tipo de cambio político gradual, negociado y centrado esencialmente en las reglas del juego
político, las que regulan la acción colectiva de los actores políticos. Pero además en el caso mexicano, la
transición siempre se centró explícitamente en un esfuerzo intencionado por evitar la violencia, un acto
deliberado asumido por los principales actores políticos del proceso."
Así, la transición a la democracia fue rezagada intencionalmente por una reforma que centraba todo en torno a
la política económica. Más que un avance democrático, se puede hablar de una poliarquía expansiva. Por lo
tanto, la democracia alcanzada tiene sus propios límites al no poder distribuir en forma más equitativa los
ingresos y al disminuir la gobernabilidad de la sociedad. La competencia política entre partidos políticos es el
punto en que más avances se han dado en la democracia mexicana. Sin embargo, para que un Estado funcione
en la democracia requiere de poner en práctica y diseminar en toda la estructura los principios basados en el
Estado de derecho, respeto a las garantías individuales, laicidad abierta, división de poderes, etc., capaces de
generar una cultura política que permita la convergencia ideológica y de intereses de las diversos agentes y
actores políticos.
No obstante, el multiculturalismo de los pueblos mexicanos lo que reclaman es transitar del modelo de Estado
homogéneo a un modelo de Estado plural que reconozca sus derechos para determinar su desarrollo. La
unidad del Estado plural es "el resultado del acuerdo entre los pueblos que componen el Estado y que deciden
libremente aceptar una Constitución y colaborar en objetivos comunes" de acuerdo a Villoro, La situación
actual planteó un proceso de desarrollo contrario, en el cual la heterogeneidad de los actores políticos que
diluyen su identidad y evitan compromisos y definiciones específicas con la reforma política e institucional, se
traduce en una fragmentación de la estructura del Estado y retrasa la transición democrática.
Esta crisis de identidad política dispersa hacia la izquierda política a quienes mantienen firmeza en la
20
aplicación de los principios del nacionalismo revolucionario que llegó a su máxima expresión en el proyecto
de nación marcado por un populismo en la década de los setenta, incapaces de enfrentar los retos de las
tendencias de la democracia política y de la globalización económica, mientras que el sector modernizante del
PRI se orientó hacia la apertura de espacios a la clase tecnocrática poseedores de una nueva cultura basada en
la eficiencia gerencial.
Después de la crisis, Zedillo tuvo la posibilidad de establecer un pacto de transición de régimen, pero la
postergó hasta ser rebasado por los acontecimientos. La transición democrática ha tenido altos costos debido a
ciertos factores como la desconfianza e incredulidad política. El PRI ya no pudo mantener la unidad
revolucionaria y se vuelve vulnerable frente a las presiones internas y a los desafíos internacionales. Como lo
señala Rubio, las dos lógicas del proceso de cambio, una de la sociedad y otra del gobierno, entraron en
conflicto.
Finiquitar el presidencialismo trajo consigo un incremento de actividades de violencia que ha dificultado
mantener la gobernabilidad de la sociedad mexicana. El presidencialismo autoritario del antiguo régimen
tiende a ser sustituido por un presidente hiperactivo pero ineficaz que apoyado en un populismo mediático
trata de recomponer la gobernabilidad del sistema político, económico y social en lo que Semo ha
denominado el reemplazo de un régimen corporativo por una democracia dirigente.
Con la pérdida del PRI de la Presidencia de la República en las elecciones del 2000, se inicia la hegemonía de
la gestión gerencial empresarial en el gobierno, destreza que intentan trasladarla a la administración pública.
La tendencia es a la reproducción del modelo político burocrático empresarial en el que las grandes
corporaciones transnacionales participan intensamente para influenciar en aquellas decisiones del gobierno
que reportan beneficios directos a sus negocios, en detrimento del Estado mexicano. De hecho, Fox maneja al
gobierno nacional como si fuera un gran corporativo y no está consciente que gobernar una república es
diferente que manejar una gran empresa. Fox confunde gobernar con vender
Es decir, ahora son los hombres de negocios los que realizan las funciones públicas del Estado. Así lo
reconoció cuando sostuvo ante corporaciones japonesas que "nosotros somos empresarios, somos gentes de
negocios los que estamos actualmente en el gobierno". Posteriormente, en una entrevista a un diario
panameño, dejó en claro que su gobierno "es de empresarios, por los empresarios y para los empresarios me
considero un promotor nato, y salgo para eso, para atraer inversiones" . En otra reunión agregó que el
gobierno mexicano es "un hombre de negocios, que entiende de los negocios y que no solamente los alienta,
sino los apoya y se compromete con ellos, ¡este es el gobierno que somos! La nueva clase política emergente
confunde la economía con la política.
La nueva clase política, que da forma a la oligarquía en el poder, está integrada por empresarios y por
representantes del gran capital. Esta oligarquía está respaldada por un sector privado activo e
institucionalizado que controla la economía mexicana y que provoca una restricción política al gobierno. Los
empresarios son los nuevos actores−agentes del desarrollo económico que han tomado cautivo al Estado
mexicano mediante el débil y fracturado gobierno de Fox, quien como empresario es un gobernante que sigue
pensando y actuando como empresario, vendiendo a México como si fuera una empresa y no una nación. Esta
mentalidad empresarial se reflejó en su campaña política y se sigue expresando en sus actividades
presidenciales, en donde el presidente se presenta como un producto fabricado conforme a los requerimientos
de sus clientes y no de los ciudadanos mexicanos. Fox necesita más de un equipo de especialistas en
mercadotecnia que de un proyecto de nación y de un programa nacional de desarrollo.
El gobierno mexicano se configura así con hombres de negocios. La visión empresarial si bien es más
completa con respecto al funcionamiento de la producción económica, se encuentra totalmente orientada a la
gran concentración de capitales en las grandes corporaciones, limitando el desarrollo del sector formado por
las micros, pequeñas y medianas empresas mexicanas. Lo que es bueno para la macroeconomía en los
procesos de globalización, genera resultados negativos en las estructuras de la microsociedad.
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La "changarrización" como propuesta de Fox no logrará eliminar estas fallas estructurales. De hecho, Fox
nunca prometió el cambio de estrategia económica distinta de la neoliberal. A pesar de las promesas de
cambio de política económica, Fox se ha limitado a dar continuidad y a profundizar las políticas
macroeconómicas heredadas del régimen anterior.
La transición se realiza bajo un régimen autoritario, concentrador de las decisiones de gobierno, a un régimen
que marca la alternancia del poder ejecutivo en forma ordenada, sin violencia, acotando así al
presidencialismo con instituciones normalizadas y bajo una nueva realidad. El Estado mexicano se pluraliza
con la participación de todas las fuerzas políticas que confluyeron en la transición Para algunos analistas sólo
hubo alternancia porque las instituciones continúan siendo las mismas. Sin embargo, esta transición será
incompleta sino incluye cambios relativos a política económica, gobernabilidad social, sistemas de seguridad
pública y una política social que estimule la cobertura de educación, salud, generación de empleo,
alimentación y vivienda.
De un régimen que mezclaba el autoritarismo en contradicción con algunas libertades democráticas, a la
liberalización y democratización del régimen político. Esta forma de alternancia del poder es deseable porque
permite la participación de grupos y personas a quienes se les limitaba su participación. Sin embargo, la
realidad muestra que el proceso de reconstrucción está fundamentado en una continuidad de la dinámica de la
política económica neoliberal hegemónica en donde el presidencialismo sigue siendo el paradigma del control,
ahora bajo formas sutiles de consenso que abre cauces de participación pero que no está exenta, sino que
además facilitan la tentación del control autoritario para centralizar todo el poder.
• Democracia y autoritarismo
Según es fama, a lo largo de los últimos años nos hemos acostumbrado a pensar el cambio político en México
sobre el eje privilegiado que distingue "autoritarismo" y "democracia". Con ser una parte de la verdad, creo
que esta manera de ver las cosas deja en la penumbra un asunto de creciente importancia: la solución a los
problemas de la construcción democrática no necesariamente implica establecer un orden político eficazmente
gobernable. De este modo, buena parte del debate entre los analistas ha ido por el lado de establecer si México
es "más o menos" democrático, o si se ha liberalizado "más o menos", pero se le ha prestado menos atención
al hecho de que el México de hoy es bastante menos gobernable que el de ayer. Y en este asunto en nada nos
ayudará esgrimir una imagen ingenua de las bondades, de las incuestionables bondades, de la democracia.
A mi manera de ver, la transición política que México está viviendo tiene dos caras: por un lado, un cambio al
nivel de lo que habitualmente se llama la forma de gobierno, pero por otra parte, este complejo proceso de
cambio involucra también el tránsito hacia un nuevo paradigma de gobernabilidad de perfiles todavía inciertos
y en gestación. Se trata de una transición con dos frentes, porque mientras una cara mira el conjunto de reglas
que determinan quien y bajo qué condiciones ejerce el poder, la otra cara mira el problema de su ejercicio
eficaz. En este último caso, nos referimos a ese oscuro pero institucionalizado entramado de reglas, escritas y
no escritas, entre factores reales de poder, que garantizó estabilidad a lo largo de décadas.
Naturalmente, remarcar el hecho de que la gobernabilidad se finca primordialmente en el ejercicio efectivo del
poder, no significa menoscabar los componentes consensuales y legitimadores del ejercicio del gobierno; de
hecho, sin un grado importante de consenso es difícil pensar que las medidas de un gobierno se vuelvan
eficaces. Pero aun así es necesario contrapesar una imagen demasiado difundida de la transición (un cambio
en el patrón legitimatorio plasmado al nivel de las reglas de juego del régimen político), con la consideración
del cambio en el patrón de reglas capaces de mantener un orden político estable en el cual sea posible ejercer,
de manera previsible, un control efectivo sobre variables y actores sociopolíticos claves.
Después de lo sucedido en los últimos meses, a nadie escapa que ese antiguo paradigma de gobernabilidad se
ha venido debilitando de manera paulatina, y en los últimos tiempos, de modo espectacular. Pero aquí surge
una paradoja digna de la mayor atención: si bien la declinación del paradigma de gobernabilidad autoritario
22
coadyuva al proceso de transición a la democracia, habida cuenta que esa declinación configura una mayor
"dispersión" fáctica de las fuentes de poder (del centro político hacia la periferia, de la Presidencia hacia el
mayor control parlamentario y ciudadano, del partido de gobierno a un incipiente sistema de partido
competitivo, etc.), el proceso de transición democrática no recrea, per se, un nuevo paradigma de
gobernabilidad. En ese nuevo paradigma dice la doctrina democrática se deberían eliminar (¿se deberían
eliminar?) los viejos mecanismos que hacían gobernable el antiguo sistema (léase, por caso, redes clientelares
y dispositivos corporativos), reemplazándolos por la lógica competitiva de los partidos políticos. Más allá del
hecho de que el Congreso es un mal sucedáneo para los acuerdos entre el capital y el trabajo cosa que dejo
para discutir en otro momento quisiera ilustrar mi argumento con un mecanismo específicamente político, si
es que vale la expresión.
En efecto, el revés de la trama argumental que presento se aclara mejor cuando intentamos iluminar la "caja
negra" del sistema político mexicano desde una perspectiva comparativa. Así, una nota distintiva del sistema
ha sido que las condiciones de ejercicio del poder forman (o más bien, formaban) parte del mismo dispositivo
de selección para el acceso al poder. Lo que en un sistema político democrático está usualmente escindido en
dos momentos, en México está (o estaba) contenido en el mismo, complejo, y a ratos insondable paquete de
reglas. De este modo, mientras en países plenamente democráticos las reglas para decidir quién gobierna
permanecen en un aislamiento relativo respecto de los anclajes y acuerdos efectivos con los factores reales de
poder (empresarios, trabajadores organizados, actores externos, etc.), en México todo ello es, o era, procesado
mediante acuerdos cupulares al interior de las dos piezas centrales del sistema, la Presidencia y el partido de
gobierno.
En la misma línea de esta distinción, Samuel P. Huntington señalaba hace mucho tiempo que en los países
democráticos las elecciones se ganan con un tipo de personas (la "coalición electoral") pero que se gobierna
de manera efectiva con otro tipo de gente (la "coalición gobernante"). Con el agregado de que la constitución
de la primera coalición era obviamente previa a la segunda. Hasta donde puedo ver, México ha sido un raro
caso donde el sistema político procesaba de antemano entre la Presidencia y el partido las condiciones para
ejercer un grado de gobierno decorosamente eficaz, para después construir por cualquier medio una coalición
electoral legitimadora.
En tal sentido, buena parte del desafío actual proviene no tanto de jugar en el escenario electoral las
condiciones de acceso al poder, sino de haber escindido el momento de la construcción de la coalición
gobernante. Si Salinas de Gortari fue el último presidente que pudo usufructuar el viejo dispositivo de
gobernabilidad, no deja de ser una cruel ironía de esta transición "bifronte" que el presidente más legítimo
desde el punto de vista electoral que ha tenido México en muchos años, sea hoy uno de los presidentes más
débiles; un presidente que debe salir, un poco a tientas, a construir una nueva coalición que haga gobernable el
país.
La cercanas experiencias de países como Argentina o Brasil bien podrían servir de ejemplo a quienes sólo ven
el actual cambio político mexicano en términos de autoritarismo versus democracia. En esos casos, la
dispersión del poder político desde un "centro" autoritario constituyó, de hecho, una precondición para la
transición democrática, pero esa misma dispersión fue, a la postre, uno de los principales obstáculos en el
camino de construir un orden político gobernable. Por lo demás, no se necesita viajar por el mundo para darse
cuenta que, en el mejor de los casos, la legitimación electoral−democrática puede ser una condición necesaria,
más no suficiente, para ejercer una gobernabilidad eficaz.
Es una lástima que muchas veces se pierda de vista que gobernar democráticamente es una cosa bastante
distinta a tener una democracia.
• Democracia y madurez social.
Una sociedad cada vez más diversificada y fuerte, mejor organizada y autónoma del Estado, con partidos
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también autónomos y en un sistema electoral en el que el poder se encuentra en juego en elecciones más
libres, equitativas y transparentes, con un sector privado desarrollado y una prensa independiente, han venido
a erosionar las bases del sistema presidencialista.
Si a ello se agregan la fortaleza actual de los contrapoderes el narcotráfico y la delincuencia, el rezago
electoral y político del PRI así como el anticipado y espectacular desarrollo de la carrera por la presidencia de
la República, se comprende por qué el presidencialismo ha visto diluidos sus fundamentos: la eficacia en su
gestión y la legitimidad de su función.
• La democracia electoral
La democracia supone la utilización de procesos electorales para decidir qué ciudadanos van a encargarse de
las tareas de gobierno fundamentales. El carácter representativo supone:
• En su aspecto positivo, la exigencia de que todo ciudadano debe haber podido intervenir en las
decisiones políticas por medio de representantes elegidos por sufragio universal, libre, igual, directo y
secreto. En definitiva, la consagración del principio "una persona, un voto".
• En su aspecto negativo, el predominio de las decisiones tomadas de esta manera frente a otras formas
de gobierno directo o parlamentario, que resultan inviables en sociedades de dimensiones y
complejidad extraordinarias, ver.
Con independencia de que cada sistema político se configure como presidencialista o parlamentario,
corresponde a los representantes elegidos el desempeño de los poderes legislativo y ejecutivo, sujetos a los
controles establecidos por la Constitución, respetando los derechos fundamentales y las libertades públicas y
con los límites que determinan la separación entre los poderes y la configuración constitucional de cada uno
de ellos.
• Reformas electorales constitucionales y legales
Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en 79 anos, desde el 8 de julio de 1921 hasta el
7 de abril de 2000, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 ha sufrido 406
modificaciones, derogaciones, reformas y adiciones.
Venustiano Carranza, primer presidente posrevolucionario, no realizo ninguna modificación a la Constitución
Política. Pero los siguientes 16 presidentes de la Republica comenzaron a modificarla a partir de 1921 con
Álvaro Obregón. De todos ellos, son los últimos tres sexenios de políticas neoliberales, tan solo 18 de los 79
anos, o sea el 22.78% de este periodo, quienes han realizado el 43.53% de los cambios a las leyes
constitucionales (193 modificaciones en total).
De estos tres periodos presidenciales, tan solo el del Presidente Ernesto Zedillo (1994−2000) ha realizado 74
cambios (el 18.22% del total de ellos en el 7.59% del tiempo transcurrido desde 1921). Es en este periodo
donde se llevaron a cabo negociaciones de libre comercio con alrededor de 40 países del mundo (ver Boletín
Chiapas al DIA No. 198). De ahi le siguen las 65 modificaciones de Miguel de La Madrid, 54 de Carlos
Salinas de Gortari, 40 de Luis Echeverría Álvarez, 34 de José López Portillo, 22 de Abelardo L. Rodríguez,
20 de Miguel Alemán Valdés, 19 de Gustavo Díaz Ordaz, 18 de Plutarco Elías Calles, 18 de Manuel Ávila
Camacho, 15 de Lázaro Cárdenas, 11 de Adolfo López Mateos, 8 de Álvaro Obregón, 4 de Pascual Ortiz
Rubio, 2 de Emilio Portes Gil y 2 de Adolfo Ruiz Cortines.
La Constitución Política, las leyes básicas del país y de todo mexicano, se compone de 136 artículos (más 19
transitorios). Las dos terceras partes de ella (el 69.11%) se ha modificado por medio de reformas, adiciones o
derogaciones. Esto es equivalente a 94 artículos modificados que son los siguientes: 3, 4, 5, 6, 10, 16, 17, 18,
19, 20, 21, 22, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 34, 35, 36, 37, 41, 42, 43, 44, 45, 46, 48, 49, 51, 52, 53, 54,
24
55, 56, 58, 59, 60, 61, 63, 65, 66, 67, 69, 70, 72, 73, 74, 76, 77, 78, 79, 82, 83, 84, 85, 88, 89, 90, 92, 93, 94,
95, 96, 97, 98, 99, 100, 101, 102, 103, 104, 105, 106, 107, 108, 109, 110, 111, 112, 113, 114, 115, 116, 117,
119, 122, 123, 127, 130, 131, 134, 135.
Estos artículos se refieren a los siguientes aspectos y temas: sobre el derecho a la educación; la composición
pluricultural de la Nación Mexicana, la igualdad ante la ley y los derechos a la salud, vivienda y trabajo; el
derecho a la manifestación de la ideas, la portacion de armas; sobre la integridad personal, familiar y del
domicilio; sobre la administración de la justicia, prisión y detención; prohibición de la tortura y otras
violaciones a los derechos humanos; libertad religiosa, desarrollo y plantación nacional; propiedad de la tierra,
recursos naturales y limites de la Nación; sobre las áreas estratégicas, empresas y concepción del monopolio
del estado. Otros artículos sobre la nacionalidad mexicana, las obligaciones y derechos de los mexicanos y del
ciudadano mexicano; sobre la Soberanía Nacional y de la Forma de Gobierno; sobre las Partes Integrantes de
la Federación y del Territorio Nacional y la división de Poderes.
También se han modificado artículos referentes al papel, funcionamiento, instalación, elección, composición y
facultades del Congreso de la Unión (diputados y senadores) así como los mecanismos para poder modificar
las leyes constitucionales. De todos, el que más modificaciones ha sufrido es el artículo 77 constitucional con
44 cambios y que se refiere a las facultades del Congreso.
Otros artículos modificados se refieren a las facultades y obligaciones del Poder Ejecutivo y requerimientos
para ser Presidente; así como los referentes al Municipio Libre, el poder publico de los estados y del Distrito
Federal; sobre el trabajo y la previsión social, las relaciones Estado − Iglesia así como lo referente a las
importaciones y exportaciones. Es importante hacer mención que han sufrido modificaciones la totalidad de
los artículos referentes al Poder Judicial de la Nación y a las Responsabilidades de los Servidores Públicos.
El articulo 135 constitucional reza así: "La presente Constitución puede ser adicionada o reformada. Para que
las adiciones o reformas lleguen a ser parte de la misma, se requiere que el Congreso de la Unión, por voto de
las dos terceras partes de los individuos presentes, acuerde las reformas o adiciones, y que estas sean
aprobadas pro la mayoría de las legislaturas de los Estados. El Congreso de la Unión o la Comisión
Permanente en su caso, harán el cómputo de los votos de las Legislaturas y la declaración de haber sido
aprobadas las adiciones o reformas.
• Perspectivas del sistema político mexicano
Con el ascenso de Fox al poder político en México, emerge un nuevo nacionalismo mexicano que
emblematiza el ascenso de la derecha doctrinaria y el poder empresarial con todo el soporte macroeconómico,
con una orientación pragmática y dirigida por los procesos de globalización. Petras considera que el gobierno
de Fox es un régimen cliente de la administración Bush, que pretende extender la influencia de Estados
Unidos mediante el sistema de maquiladoras propuesto en el Plan Puebla− Panamá. De acuerdo al analista, el
proyecto de Fox es "convertir México en el estado 51 de EE.UU., una anexión de facto por invitación. El
papel de México es exportar mano de obra barata para que sea explotada en EE.UU., e importar capital
estadounidense para explotar los ahorros, los recursos, y las empresas públicas en México involucra la
suspensión de todas las regulaciones laborales y de los beneficios sociales (al estilo de las maquiladoras) y el
financiamiento del gobierno mexicano de una masiva infraestructura (carreteras, puertos, etc.)"
El estilo personal de Fox se ajusta a los intereses hegemónicos, a los cuales hace avanzar mientras que se
debilita al Estado mexicano. En repetidas ocasiones, la nueva clase política gobernante ha demostrado que
anteponen sus intereses personales y de grupo a los intereses nacionales, sin tomar en cuenta que sus derechos
políticos son por ser ciudadanos mexicanos y no por ser empresarios. Hasta ahora, las instituciones han sido
capaces de detener los abusos del poder ejecutivo. No obstante, los empresarios se reconocen ya como la
única fuerza productiva.
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La doctrina neoliberal entra en alianza con el conservadurismo para mantener en el poder a un gabinete con
antecedentes empresariales y a los tecnócratas, los mismos que en el pasado han sido cómplices de mantener
una política económica. Este gabinete trata de resolver los problemas económicos, políticos y sociales con las
mismas soluciones que han demostrado ser ineficientes y que solo agravan la perpetuación de la crisis. Así, la
estructura gubernamental se ha vuelto más compleja e integrada por empresarios y tecnócratas que dan
continuidad a una política económica que ha demostrado ser injusta al profundizar las diferencias económicas
de los mexicanos.
El sistema político mexicano ya no requiere de fuentes externas de legitimidad, ya que la misma eficiencia
garantiza la continuidad de los aparatos de gobierno. El foxismo está advertido de que sus habilidades
gerenciales no son la garantía de la nueva legitimidad que necesita el sistema político mexicano. La
Presidencia de la República mexicana no es una empresa. No obstante que la membresía de Fox al Partido
Acción Nacional (PAN) data de 1988, su filosofía política es diferente que la de dicho partido político. El más
grande enemigo político de Fox parece ser el propio PAN.
El PAN es tradicionalmente respaldado por la clase media y los negocios pequeños y ahora se preocupa de
que el discurso de Fox enajene a los pobres y la clase trabajadora, quienes votaron con la esperanza de que
mejorarían sus expectativas de vida. Quienes ejercieron el voto útil o condicionado por Fox lo hicieron
esperando el ansiado cambio de partido en el poder y por una recomposición de las políticas públicas bajo una
orientación socialdemócrata que el foxismo predicaba. Las expectativas de logros económicos se le cayeron a
Fox en este primer año de gobierno del nuevo régimen, ya caracterizado por una incapacidad para gobernar,
una confusión política y falta de maniobra política para conciliar los intereses entre la nueva clase gobernante
y la vieja clase reacia a perder el poder. En el gobierno de Fox falta la coherencia entre lo que dice y lo que
hace.
Las expectativas de cambio que ofreció Fox fueron esperanzas que ahora se expresan con exigencias y que se
manifiesta en una ingobernabilidad por sobrecarga de las demandas.. El dilema estriba en que se usen
instrumentos que amalgamen "el apoyo popular y los procesos de gestación de una nueva cultura civil y
democrática" o que se eviten contraposiciones entre el gobierno y esta nueva cultura cívica. Ambas
alternativas tienen serias consecuencias. Según Labra, lo que se percibe "es un gobierno desligado
esencialmente de su partido, carente de propuestas de cambio real y cómo realizarlo, pero así mismo
secuestrado por la inmediatez de las inercias y los intereses tradicionales, no sólo los más pedestres, sino
llevados al extremo como consecuencia de la falta de oficio político.
5.− CONSECUENCIAS Y SUS EFECTOS POLITICOS A LA FECHA
• México después de la alternancia
EL 2 de Julio del año 2000, sucedió algo en México que dejaría marcada la historia para siempre...
Las elecciones por un nuevo presidente, dieron como resultado un cambio esperado por todos. El PAN
(Partido de Acción Nacional) venció a los partidos de oposición , logrando así que el PRI (Partido
Revolucionario Institucional) saliera por fin del poder, tras una larga cadena de un poco más de 70 años. Esta
fecha esperada por todos, se convirtió en una gran lucha de ideas para unos y la esperanza para otros. En
muchos casos, lo único que esto originó, fue la división entre varios sectores de índole social.
Actualmente, en México estamos viviendo en medio de una guerra, pero no hablo de una guerra armada
donde uno se tiene que quedar en casa, esperando a que caiga o se escuche el estruendo de una bomba, sino
hablo de una guerra ideológica, donde el que gana, es aquél que le dice más al otro y se lega hasta el enemigo
contradiciendo cada cosa que provenga de él.
Todo esto no es más que un juego, en que los políticos tienen el mejor papel; las situaciones que acontecen y
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se saben día a día, no son mas que simples politiquerías. De hecho, lo que ahora a los jóvenes nos está
tocando vivir, es el reflejo de una sociedad que no ha sabido evadir la manipulación política. Es por eso que
durante tanto tiempo se temió elegir al candidato de otro partido para ejercer el poder ejecutivo. En la gente
había desconfianza, incertidumbre, en ciertas formas hasta temor, porque el hecho de votar por un cambio, era
sinónimo de muerte, de inseguridad. Por eso yo creo que es muy importante que la juventud actual, que
somos nosotros, tomemos cartas en el asunto, es necesario que nos informemos de lo que está pasando en
nuestro país; si hacemos eso, el cambio como el que se vivió el pasado 2 de julio, se verá reflejado
instantáneamente. En realidad, el resultado que ahora estamos viendo, es la forma en como las nuevas
generaciones manifiestan su descontento ante la sociedad. Si nuevos electores no hubieran hecho uso de su
razón conjunta con su derecho al voto, éste presente no hubiera sido una realidad; únicamente se hubiera
quedado en un sueño sin su despertar.
La vida sigue su curso, pero de nosotros depende que lo que ocurra sea benéfico o no.
A partir de que existe la democracia en México, muchas cosas han tornado su curso, otras han florecido y
otras han revivido En la República Mexicana, hacía mucho tiempo ya, que el pueblo no experimentaba una
alternancia política, se había vivido siempre bajo el poder de una sola familia, en donde el que gobernaba no
era el padre, sino los abuelos. A partir de que México experimentó el cambio de poder, hemos vivido con los
ojos abiertos, ya no es tan fácil que nos engañen ni que nos burlen; hace unos años que los mexicanos
vivíamos con un vendaje en los ojos, ahora el vendaje se nos ha caído de un ojo y resta por destapar el otro.
En la historia de nuestro país, siempre se ha dicho que nos regimos por un gobierno en donde la reina es, la
democracia. Pero, ¿qué pasa? ¿en realidad se ejerce aquí en México la democracia? . Lo que está pasando, es
que muchos países en éste momento nos está tomando como modelo y nosotros ni cuenta nos estamos dando,
pero... ¿por qué?, pues porque estamos distraídos de lo que en realidad está pasando; nos estamos fijando
únicamente en lo que nos conviene y/o afecta sólo a nosotros, pero no nos fijamos si lo que estamos haciendo
o diciendo nos afecta, no sólo a nosotros y a nuestro entorno, sino a nuestro país también. A ojos de los
extranjeros, México, ahora más que nunca, está a prueba, donde lo que está por definirse, es constatar si en
realidad existe aquí lo que tanto se predica: la democracia.
Si logramos pasar la prueba a la que ciegamente nos encontramos sometidos, las puertas del mundo se nos
abrirán, pero francamente, a como se ven en éste momento las cosas, dudo que la apertura por parte del
exterior sea fácil.
Hemos logrado ya, algo que todas las generaciones próximas conocerán a través de la historia. El cambio de
gobierno.
En éste caso, podemos hablar de que el hombre que ahora ocupa el puesto de Presidente de la República,
Vicente Fox Quesada, ha tenido la apertura que nuestro país necesitaba. Esto obviamente no ha sido fácil,
pero los cambios y las transformaciones, no se dan de
la noche a la mañana; debe existir un tiempo determinado, para que la planta que se siembra dé frutos y
sumada a eso, se tiene que esperar la temporada correcta y propicia para que la planta que ya está lista, luzca
los frutos que tanto ha madurado bajo su protección. En éste caso, las circunstancias son las mismas, no
podemos esperar lo imposible, en tan pocos días. Tenemos que dejar un espacio para que lo que esperamos,
sea tangible y pueda ser visto por todos y para todos. Para que, llegado el momento, podamos todos disfrutar
de lo que una vez pensamos que daría frutos.
En el mundo moderno, las guerrillas no son cosas que sólo suceden en las historietas o en las películas. Las
guerrillas son tan reales como que lo estamos viviendo ahora, en nuestro territorio, en Chiapas. Aunque ahora
la situación se encuentra calmada, no quiere decir que las cosas ya hayan terminado, al contrario, considero
que las cosas apenas empiezan a salir del escondite donde se encontraban refugiadas. Si de algo se dan cuenta
los demás países, es de que en México, aún es difícil solucionar los problemas por medio del diálogo; más no
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es imposible.
En muchos lugares, al igual que nosotros, también se vive en un ambiente de guerra, ya sea con guerra
armada, guerra fría, de baja intensidad o simplemente se encuentran inmersos en una guerra ideológica. Pero
el problema al que se encuentra − pienso yo − nuestro país, es al de quedar como un país justo ante los ojos de
los demás. Así, si los países que se encuentran en guerra, ven que en México se logró la paz por medio del
diálogo, indiscutiblemente les servirá, para pensar tal vez, en la alternativa de cambiar las armas, por el
diálogo. Pero en cambio, si esto no se da, México habrá quedado como un país, en donde el poder de la
palabra no existe; y su nombre, sólo ocupará un espacio más dentro de los índices de países en conflicto e
inestabilidad, política y social.
Algo de lo que realmente podemos apreciar, es el hecho de que nunca antes se había sabido o visto, que un
ciudadano quiera subir a la tribuna para expresar el sentir de un pueblo. Pero ahora, después de tantos años en
que no conocimos lo que era la verdadera democracia, llegamos a un punto en que nos podemos plantear la
esta pregunta: en verdad, ¿existe en México la democracia?... es algo muy difícil de contestar, puesto que hace
aproximadamente un año, supimos que el ir a una casilla para votar, sí sirve y que si ejercemos
verdaderamente nuestro derecho al voto, sí podemos lograr que los cambios surjan, sin embargo también
vemos que gente de la que depende nuestro gobierno, se pelea por permitirle o no, al Sub−Comandante
Marcos subir a la tribuna a decir algo en nombre de diez mil indígenas.
A decir verdad, dentro de la Constitución Mexicana, no existe hasta ahora, un artículo que prohíba subir a la
tribuna, a una persona que represente al pueblo. De hecho, para eso se hicieron las tribunas, para permitir a
alguien que exprese una demanda en representación del pueblo.
Y si el problema radica en que no se permite subir a alguien que no tenga un cargo dentro del gobierno, pues
entonces la solución está en hacer una reforma a la Constitución Política; finalmente, éste documento ha
sufrido hasta ahora más de 100 cambios, ya que el art. 135º habla de que la Constitución puede ser reformada
cuando ésta lo necesite.
Los cambios no sólo son para mal, existen los cambios que benefician y los que perjudican, pero en mi
opinión, el mexicano casi siempre está indispuesto a cambiar; tal pareciera que nos da miedo el enfrentar las
cosas cara a cara. Por eso, esta etapa en la que estamos viviendo, en este lapso de nuestro país, lleno de
cambios, chocamos con muchas cosas. Es como si regresáramos a la época del México Revolucionario en
pleno siglo XX I.
El gobierno dice que somos una República Federal y no capitalista, pero, no es como vivimos en realidad, o al
menos en la cabeza de muchos mexicanos; donde los ideales que se persiguen, tienen más que nada,
tendencias capitalistas; como en los tiempos del Ché Guevara. Muchos no peleaban mano a mano, pero muy
dentro de ellos, sus mentes les decían que estaban con él. Así ahora, muchos no compartirán el campo de
batalla, con los Zapatistas, por ejemplo, pero al menos el pensamiento sí está con ellos. Porque el que ellos
hayan salido de Chiapas, para entrar a la ciudad de México después de tanto tiempo de estar escondidos, no
significa que el movimiento empiece a causar problemas nuevamente, sino lo contrario; esto significa que
ahora, con la apertura que existe en una persona dentro de nuestro gobierno la causa va tomar otra vez forma y
empezará a formar la unidad junto con el gobierno.
Además, dentro de los problemas que aún persisten, no sólo desde que cambiamos de gobierno, sino desde
que llegaron los conquistadores a las tierras de México, encontramos el abuso de poder y la interminable
explotación al indio. Son ellos tal vez, la parte de la población que menos y que más han experimentado el
cambio de gobierno en nuestro país; porque ellos han vivido desde siempre bajo el yugo de un gobierno que
no les ofrece nada, ni siquiera la garantía de que van a estar bien.
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¿Cómo es posible que los indios de Chiapas, viviendo en el estado más rico de la República, sean la gente más
pobre y que más sufre de la población? Esto es injusto, por eso en cuanto a ese lado, no siento aún que exista
ya un cambio por lo cual todos los mexicanos debamos sentirnos orgullosos y contentos. Por ejemplo: en
Colombia, Nicaragua, Ecuador y Brasil, ya se reconoce la autonomía de los pueblos y de los derechos
indígenas; cosa que aquí en México, todavía está por verse.
En Colombia, existen 575 000 indígenas, las cuales representan el 2% de la población; sin embargo, ellos
ocupan el 23% del territorio nacional. Aquí en México, vemos que eso es claramente imposible, la
urbanización crece cada vez más y más, y los grupos indígenas se ven desprotegidos a causa de la falta de
leyes que garanticen su seguridad y su autonomía como grupos étnicos que son. Por supuesto que hay leyes
que protegen al individuo, al igual que hacen conocer los derechos del mismo, pero, si, muchos de ellos ni
siquiera los conocen, ¿cómo podemos esperar que hagan valer esos derechos? Así que, aunque el gobierno
diga o acepte reconocer los derechos indígenas en la Constitución, ¿quién se va a encargar de velar por estos
derechos que el gobierno otorga, para que al final sean realmente cumplidos? Para esto debe haber flexibilidad
por parte del gobierno, pero no hablo de la flexibilidad en donde se ofrece un poco de dinero y se es flexible al
aceptarlo, no; hablo de la flexibilidad en donde el que desea hablar, es escuchado, en donde el que desea
triunfar, es impulsado, en donde el que cae, es levantado y no pisoteado, en donde el que quiere soñar, es
comprendido y no despertado...
Si los indígenas quisieran hacerse ricos, ya hubieran sacado ventaja de las tierras y las hubieran explotado,
¿no es así?; pero ellos lo que quieren no es ser mejores o ser ricos, porque ya lo son, lo que ellos quieren, es
ser libres y vivir en paz. ¿Quién no quiere vivir en paz?. Ellos lo único que desean, es ser respetados y ser
tomados en cuenta.
Yo creo que la alternancia en México, aún se encuentra en ese proceso, y como los Zapatistas, (los hombres
sin rostro), la identidad nacional, se encuentra olvidada, confundida y apartada, cubierta. Y hasta que en
México, no sea una misma la situación de todos y cada uno de los mexicanos, las máscaras seguirán ahí,
cubriendo el rostro de una cultura, mostrando únicamente lo que nadie quiere ver, lo más pequeño, lo menos
relevante. Sólo hasta el momento en que todos nos quitemos las máscaras y dejemos aparte la falsa idea de
que el cambio llega solo, entenderemos finalmente que es hasta entonces cuando podremos decir con orgullo
que en México sí existe la democracia.
CONCLUSIONES
• México se encuentra en pleno tránsito a la normalidad democrática, ya que dicho proceso está
inacabado, al ser una transformación constante y permanente, que pudiera renombrarse como la
perfección de la democracia.
• Este nuevo esquema nos ha traído la figura de la ingobernabilidad, dentro de la tarea legislativa, al
carecer de la cultura del consenso.
• El gobierno actual se encuentra sin dirección ni brújula, que nos den la certeza de los resultados de las
acciones políticas que se emprenden, la incertidumbre es la principal causa el vacío de poder que se
manifiesta en el Ejecutivo.
• Aunque la sociedad ha madurado políticamente, aún falta mucho por aprender, en este nuevo contexto
democrático, para realmente poder tener acceso a todos los beneficios de esta liberalización del
sistema político mexicano.
• Las próxima elecciones federales, definirán el futuro del sistema político mexicano, al establecer un
rumbo hacia la el centro izquierda o el centro derecha.
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• La alternancia en el poder, es un factor de dinamización que ayuda a un juego más libre de los
factores reales del poder, para la evolución del Estado Mexicano hacia el desarrollo y crecimiento
interno.
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